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Tristan Platt
Departarnento de Antropolo g Ia Social
Universidad de St. Andrews
Escocia—Reino Urtido
F U N U A C I 0 N -
c.icck.
Agradecmientos 7
Presentación 9
La persistencia de los ayllus en el forte de Potosi (siglos XVI - XX) 11
La petición de don Juan Ayawiri Kuysara 11
La rnemoria del regimen del Inka 14
La Provincia colonial de Chayanta 16
La invasion europea de Charcas 22
El virrey Toledo, los señores naturales y La mita de Potosi 23
El Estado, los señores Ctnicos y Ins indios tributarios 26
De Los capitanes a Los kuraka recaudadores 27
Los tiernpos histOricos y La conversiOn religiosa 31
Tributo indIgena y acorralamiento económico
en la RepOblica boliviana 34
La tierra de los ayllus y la guerra de [as casras 38
Del sindicato movirnientista a [a Ley de Participación Popular 43
Bibliografla 51
Agradecimientbs
Tristan Platt
Presentación
Er ago sro de L94-se pro nl u l go 1a Ley d.e c0rnl2 de 1.a Constiructón Politica
del.Estado de Bolivia.dando lugar a una nueva etapa en lav.ida.de los pueblos origi-
narios de este pals ya que, por primera vez, se reconoció a nivel juridico su existencia.
Meses antes habla sido aprobada la Ley de Participación Popular que abrió el carnino
a instituciones tradicionales andinas paracontar con una personaiidad jurldica y
acceder asi a la posibilidad de ser parte activa en la planificación y ejecución de
planes de desarrollo económico y social desde la perspectiva de sus propias
necesidades. Ws adelante, la Ley INRA promulgada en 1996 reconoció los derechos
a las tierras comunicrias de origen de los pueblos indigenas, y les proporcionó las
herramientas para que ci reconocimiento fuera realizado a nivel jurldico, consoli-
dando su existencia como colectividades particulares y. diferenciadas con tin desa-
rrollo cultural particular.
La pe
rsistencia de los ayllus en el forte de Potosi
(siglos XVI - XX)
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Don Frna,id, Cajjapay.
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Don Juan Vissaya,
cacique principal del pu'bIt, d Pocoata,
(Ca pitdn) d' La mira de Potos(.
La peticjOn
de don Juan Ayawjrj Kuysara
En febrero de 1598
(= " có un joven cacique ayrnara, don Juan Ayawiri Kusara,
mailku
ndorjefe") de 10.000 indicts triburarios del pueblo d Sacaca en el hoy norte
de Potos, escribjO una carta desde
III Villa La Plata (hoy Sucre) al Consejo de
Indias en España y a Su Majestad don Felipede 11.
1598, pero pudo alegar varios a Don Juan cenIa can solo 26 años en
ntepasados ilustres "antes y despues de los Incas".
Habia recibido una buna educacjón europea; podia leer y escribir en castellano.
Cuando mo:o, habib a p
rendido latIn con un tutor jesuica; sabIa montar caballo y
usar la espada. Dijo ser cristiano; su padre, don Fernando Ayawjrj Kuysara, ni siquiera
ac
oscumbraba mascar coca. Don Juan enfatjzó sus sejcjos leaks a Dios y a Su
Majestad. Hab(a acompañado a su padre a llevar a los mitayos dePocosi, todos los
domingos y dias de fiesta, para que escuchasen las prdicas de lo jesuitas en la Villa
Imperial. Se trata, e ntonces,
de una famijia de nobles ayrnaras conversos, con tin
agudo sentido polItico del c omportaj
0
Colonial. rnis oportuno d&itro de la sociedad
12
TRISTAN PLxrr
El mismo año de La carta, 1598, el Rey Felipe II murió en su palacio del Escorial
y fue homenajeado con gran pompa y versos heroicos en la Villa de La Plata. Recién
en 1599 fa solicitud de don Juan fue enviada asu sucesor, Felipe 111. En su petición
don Juan buscaba consolidar su posición corno unode los "señores naturales" de La
tierra (corno eran considerados Los nobles de las naciones andinas), igual en rango a
Los "duques, condes y marqueses de Espana" y, por to canto, digno de La rnisma
consjderacjón social.
Don Juan Ayawiri buscó seis favores del Rey. Prirnero, pidió que se le diese
una encomienda en cualquier "nacióri" aymara que Se encontrase sin arrio. Despues,
quiso que se le conhirmase en su posición de cacique principal de Sacaca, como
tarnbién en su posicion de alcalde mayor de los naturales de Charcas, con derecho a
tener esciavos y Uevar espada y daga. Adems, reclamó el derecho de Ilevar el mismo
escudo de armas con Los mismos emblemas que (aparentemente) ya se habIa conce-
dido a su padre, don Fernando y a su abuelo, don Alonso Ayawiri Kuysara. También
pidió permiso de lievar el h9bito de Santiago, un privilegio muy exciusivo que solo
fue concedido a gente de mucho mrico en lajerarqufa peninsular. Y, finalmenre,
pidiO ci cargo de administrador de los bienes de La comunidad de [a nueva provincia
colonial de Chayanta, fundada con su capital en el pueblo de Chayanta, alrededor
de 1570. Esta provincia coincidjO casi exactamenre con to que hoy es el norte de
PotosO.
'Para justificar sus pretensiones, don Juan tuvo que mostrar que canto sus
antepasados como él mismo habian prestado servicios tan citiles at Rey que merecian
todos los privilegios solicitados. Más aun. nm-rfn mrwrrr '-'.'
- .jc. ,a,_j.s 1_.& USA
lReciéncn 1877 se dividirfa In provincia colonial en dos provincins denominadas Nor y Sud Chayanta,
cuyns nombres se cambiaron en 1880 aChaynnca y Charcas. En 1882 Colquechaca fue declarada capital
de In pruvincia Chayanrn; Chayanta siguió a Ia cabeza de Charcas;Rccjn en 1908 Se formarfa Ia provincia
Bustillo con capital en Uncma, dejaido al inargen Ia anrigua capital colonial de Chayant, y promocionando
a San Pedro de Buena Vista cotno In capital de una provincia ns reducida de Charcas.
14 TRLSTAN PLAn
Por to menos una parte de su petición fue olda por el Rey. Su escudo de armas,
reconstruido por dos investigadoras boliviarias, puede verse en la ilustración. Y, si La
rniramos atentamente, nos damos cuenta que aquf, trasladados a un formato henIldico
europeo, esnín algunos de los sImbolos e insignias más importantes de sus antepasados
prehispánicos. Esta dinastIa fue,efectjvamente, una de las familias ms poderosas
de toda [a region at sur del Col[ao, que se llarnarIa la "provincia de Charcas" desde
los primerosaños d la invasjó urbpeapol ldesempenado por el bisabuelo
de don Juan, Kuysara, señor de los Charka y capitán general de rodas las naciones
de Charcas, primero durante La resistencia y después en la entrega de la region a Los
hermanos conquisradores, Gonzalo y Hernando Pizarro.
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también se pintarIan sobre las tumbas de las momias de los señores muertos (hoy
Ilarnadas chuilpas). Les daban tItulos honorIficos, mapas textiles, cocos de oro y plata,
plumas, joyas y mujeres —priricesas de la farnilia real— para que sus hijos fueran miem-
bros de Ia familia extendida del Inka. Y les daban los conocimientos secretos de los
nuevos sistemas de escritura que iban desarroll6ndose en el Cusco: los Jthipus. -
Pero ya desde antes de los Inka los señores ayrnaras, dueños de enorrnes rebaños
y expertos en el rnanejo de Ia lana, tenfan su propio sistema informático, Ilamado
en su idiorna chinu. Igual que los khipu, esros fueron "unos rnanojos de cordeles de
diferentes colores con nudos", como se decIa muchos años mas tarde, cuando algunos
chiriukamana encargados de lo su fueron Ilamados a declarar en las cortes de
[a t.uaiencia ce Unarca . La capaciaaci y la precision ue estos sisremas ue escrirura
no-alfabética despertaban el asornbro entre los europeos; hoy, los investigadores
suelen compararles con los "discos duros" de unacomputadora, porque su sisterna
de almacenaje era binario y la inforrnación se estructuraba jerárquicamente en
-. ramificacionessucesivas.-Ailr no podemosrecuperar toda la información que
Uãñl üos y en
pero cada dIa t-ios dames más cuenta de to absurdo que es hablar de las sociedades
andinas como si no tuviesen ningt.n sistema de escritura.
For su parte, los tores - aymaras rètribuyèron con otros regalos at Inka y
aceptaron distribuir entre su gente, a través de los señores menores —los jilanqus de los
ayllus5 , Jos alcaldes ojilaqatas,los jefes de farnilia—, los servicios laborales exigidos por
el Inka. El Inka abrió nuevos caminos, y habilitó nuevas tierrasen Cochabamba para
repartirlas entre las naciones altipinicas ysus senores. Pidió a carnbio que se cultivase
una cierta parte de la tierra para el Estado, cuyas cosechas serIan almacenadas en los
grandes depósitos estatales (los restos pueden verse en Cochabamba hasta hey), antes
de trasladarlas en miles de llamas a Paria (cerca de la Villa colonial de Oruro), donde
se habla establecido el principal centro administrativo del Tawantinsuyu at sur del
lago Titicaca. Desde allI tornariãn el camino imperial hasta el Cusco. -
3 Coma khipu en qucchua, la palabra aymara chinu significa nudo. En los ldu'pu incaicos, hab(a res tipos de
nudo: uno pam los decimales, otto pam Ins unidades 2-9, y otto pam 1. Un espacio en to posición caries-
pondienre significaba cero. Las cacegor(as e ideas se señalaban pot ci use dc diferentes colores en la cons-
trucción de Ins cuerdas.
4 Juicio deios caciques e indios de Sacaca contra los h,rec1cros ck su encomendero Atonso de Montemayor. Vet
Qaraqara-Charka..., documento 6. -.
5 Aytlu, 'parentela, grupo social y territorial", es ufla palabra quechua; en aymara se dijo ha". Utilizo la
palabra ayllu porque Sc ha vuelto corriente entre la misma gente de La zana norpotosina.
16 TRISTAN Pt,vrr
nerse a sí mismos y a sus familias. Asi fue la polItica dcl. Inka: exigir sericios en
trabajo para el Estado a cambio de garantizar Ia subsistencia de los trabajadores. Pero
no todas las naciones de la provincia de Charcas daban un mismo tipo de trabajo.
Sin
embargo, bajo el Inka, los Charka y los Qaraqara, junto con los Chicha y
los Chui, eran Los "soldados del Inka". Es decir, no daban servicios laborales para codo
tipo de actividad productiva, comb to hacIan las otras sociedades aymaras. SOlo
enviaban a sus mitayos para cultivar los maizales de Cochabamba y los cocales de
Tiraque. En lugar de las otras obligaciones, suministraban los guerreros que el Inka
necesitaba para sus campañas militates de expansiOn imperial. AsI, algunos iban hasra
Quito (Ecuador) y Pasco (Colombia) deride participaron en las guerras de Wayna
Qhapaq, ilegando a construir uria fortaleza importance en el nuevo centro adrninis-
trativo de Tumipampa. Naturalmnente, no todos volvieron; algunos campesinos ecua-
torianos se acuerdari hasta ci dIa de hoy de sus antepasados de hahia ayrnara..
Fue ésta La época de mayor poderfo de los mailku de Sacaca y Macha: su jUris,
dicci6n se exterid(a desde Quirquiavi en el norte hasta Toropalca en la frontera con
LA PERSSTENCA DE LOS AYLLUS EN EL )RTE a POTOS 17
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distribuidos entre las zonas alta (puna en quechua, suni en Aymara) y baja (wall en
quechua/castellano o likina en aymara). Las casas y las estancias de los ayl[us estabari
rodeadas por chacras de cultivo y tierras de pastoreo, que se extendfan a través de
todos los media ambjentes de Ia ladera oriental de La cordillera andina.
Los Charka y los Qaraqara tenian acceso a todos estos recursos dentro de su
territorio nuclear. Los grupos Ctnicos de cada nación consituian, entonces, franjas
largas y estrechas que descendIan desde Las cumbres de la cordillera oriental hasta
los valles calientes del rio Caine, o se dividIan con una parte de su territorio situado
en las alturas .y otra parte en Las . tierras bajas. Estadistrib.iciOn de...tie.ascomple-
mentarias pérmitIa el desarràllo de una gran riqueza agropastoril que se mantuvo,
en alguna medida, hasta Ia segunda mitad del siglo XIX, cuando las polIticas liberates
dejaron La region acorralada y La marginaron de los mercados donde los ayllus antes
hablan vendido sus excedentes. Pero hasta hoy pueden verse las recuas de llamas
que suben y bajan por lossenderos escrechos de los Andes orientales, vinculando la
economia y las poblaciones de ambas regiones moncañosas en un solo calendario de
actividades productivas y circulatorias. . .. .............
Kuysara, por su parte, Les regalo a Su Majestad y a los Pizarro el botin más
valioso de todos, que ya antes se habia regalado at Inka Pachakuti: Las minas de
pLata de Porco. Poco despues, Kuysara se u'niO, junto con muchos de sus guerreros, a
Ia fuerza expedicionaria conducida por Pedro de Valdivia a la conquista de Chile.
Pero la resistencia araucana fue feroz: dos años después Kuysara reapareciO en Sacaca
sin su litera y con muchos de sus guerreros muertos... Morirfa él mismo en 1542,
dejando a su hijo Ayairi, después baucizado como don Alonso, a La cabeza de su
nación fragrnentada.
I
Entre 1548 y 1550, con la autoridad del Emperador restablecida en el Peru, una
nueva generación de encomenderos se instaló en los rerritorios de las dos "naciones".
En 1549 Alortso de Montemayor tomO ba j o su control a los irtdios de Sacaca y una
parte de Chaquf, donde se comp6rt6 dp&kmèitEästa su rnuèrtê en6. 155MàtIñ
de Rabies hizo to propio, pero en mèitor ado, con la otra rnitad de la gerLte de
Chayanta, coma Pedro de Hinojosa to hizo en Macha y ocra parte de Chaquf, y
Pablo de Merteses en Mururnuru (hay Ravelo). Se profundizó [a fragmentaciOn pa-
lItica de bs antiguas naciones. Los nuevos encomenderos extorsionaron tributos en
cantidades descontroladas hasta que en 1551 el consejo del Rey envió desde Lima
la "tasa" reglarnentada del. tributo para cada repartirrtiento. Pero to que no sabfan
los encomenderos fue que los chinukarnana habfan anudado en sus cuerdas todos los
excesos de tributo Ilevados entre 1548 y 1551. En 1571 los Sakaka iniiaron un
juicio, con chinu y testigos, contra los herederos de Monremayor, residentes en la
peninsula; y en 1581 una decisiOn dada en Madrid les ordenO a los herederos restituir
a los indios buena parte de los valores extorsionados por el finado.encomendero.
TRIS-ri\N Puvrr
24
Fue asI que Toledo emprendió la reforma de [a minerfa y del tributo indIgena.
En primer lugar, realizó un censo general de toda la población, en base at cual dispuso
su "reducción" a un nuevo orden urbano basado en la fundación de los pueblos de
indios y La asignación de un tributo en dinero a cada "india cributario". Al misrno
tiempo, en Potosi alentó la introducción del nuevo método de beneficio de la plata
con mercurio que en 1555 fue desarrollado, par primera vez en escala industrial, par
el sevillano Bartolomé de Medina en las minas de Pachuca en Mexico. Finairnente,
vinculando los dos lados de su reforma, Toledo se apoyó sabre los rnismos senores
.4
naturales para hacer traer a Las minas de PotosI y Porco hasta 14.000 indios mitayos
por ano, todos extraIdos de las antiguas naciones aymaras at norte y at sur del lago .7
Titicaca.
visto, ya bajo el Inka 14.000 rnitayos habIan viajado con sus familias todos los años
a Cochabamba para cuidar los maizales del Estado. Ahora iban con sus familias, sus
llamas y sus comidas desde sus pueblos at centro minero más grande del mundo,
donde se distribu(an por sus naciones en parroquias diferentes y se dedicaban a sacar
Ia plata del Cerro Rico que, por to tanto, se Ilamarfa la "chacra del Rey". Dado que
Ia obligación de la mita ya habla existido bajo el Imperio inka, fue ms fácil para
Toledo justificar ante los misrnos mitayos Ia introducción de un "servicio at Estado"
en unaescala nunca vista, ni antes ni después, en ninguna otra parte de los domi-
nios de Espana.
por turno de esta obligaciori estuvo a cargo de las autoridades indIgenas menores
quienes, a su vez, se pusieroti de acuerdo con los mismos tributarios de los ayllus y
estancias rurales. La alimnentación de lot mitayos estuvo a cargo de sus propios ayllus,
que asi proporcionaban una subvención adicional incalculable a [as empresas mineras.
Ahora bien, esta transacción, o "pacto", entre los señores de Las naciones y el
poder colonial, se Ilevó a cabo por encima de los indios tributarios. Al final, los
señores naturales estaban libres de cualquier obligacion de tasa y mica. El trabajo se
hacIa, obviamente, por los indios comunes y no por los "duques y ma•rqueses" de la
nobleza aymara. iUmo, entonces, pudo mantenerse la autoridad de Jos señores en
sus propias naciones? iC6mo experimentaron los indios tributarios de la provincia
de Chayanta esta nueva ascendencia de los flamantes capitanes de La mita con sus
caballos, sus escudos de armas, su latIn y SUS hábitos de Santiago?
mantenIa ocho concubinas para acompañarle en sus viajes a los valles, y a otras
para canr.ar "con órgano" mientras clescansaba (quiths un eco de la antigua poligamia
perruitida a los rnallku antes de los espanoles); y comla sus "potajes y marijares"
dorados con oro (quizs el polvo de oro de los famosos lavaderos de Pocoata).
También Ic servian diez indios designados solamente para buscarle miel de Charcas
en los valles orientales. Asimismo, castigaba brutalmente a los indios que le desobe-
decIan y amenazaba con cortarles [a lengua a los que le denunciaban. AquI, entonces,
el pacto del mallku con el gobierno espaflol parece haberse lievado a cabo a costo de
un regimen soberbio dentro de las comunidades y sobre las espaldas de los indios
cornunes.
L, rEiLlsEN(:A
PE LOS AVLLUS EN EL NORTE LE POTOS.,. . - 53
H
Saignes, Thierry
1985 Los Andes orientales. Historia de tin olvido. Cochabamba. CERES-IFEA.
1986 En busca del poblamienco !cnico de los Andes boliviznos. Siglos XV y XV!. Avances
de investigación N 3. La Paz. MUSEF.
0
C
Este "pacto" rn1s general -rnita y criburo para el Estado, tierras para el india— se
ha mancenido en [a conciencia y en las pnicticas rituales de los indios del norce de
PotosI hasta el &a de hoy. Se ha traIdo a [a mernoria cada vez que el Estado republicano
intentaba abolir la cenencia colectivade la tierra a modificar [a forma de cobrar los
impuestos —par ejemplo, reemplazando la "tasa", o tributo, con el "impuesto predial",
S a "nico". De aUf cl ue hasta hay se sigue pagando la tasa en las ceremonias de San
Juan y Navidad encre los campesinos de los ayllus del norte de Potosi. Y hasta hace
a pocos aflos los ayllus y cabildos de Macha seguIan sirviendo el cumo de postillon en
't los tambos locales, como parte de este mismo "pacto" entre los ayllus y el Estado.
a
S La historia de Ia mica ha dejado fuertes huellas en las memorias de los
campesinos hasra el dfa de hoy. En 1978, par ejemplo, pudimos presenciar una
ceremoniaen Pocoata donde sesegufa despidiertdo, con gran ceremania, a los mitayos
i que antes hubiesen partido del pueblo para Ia mica de Potosi. Un "micayo" montado
IS en una •rnula hizo las veces de los antepasados: Ilevaba pedazos de papel blanco en
su sombrero que represeritaban los "tItulos de la tierra", ratificados pot los aritepa-
a sados que fueron a "corner tierra" en las minas y los ingenios de Potosi. jC6mo es
C posible, preguntaban los participantes, qie los abuelos hayan muerto en vano?
a
Asf, la mica cambién tiene sujustficaciónretrospecciva en las memorias de
e los campesinos actuates: fue parte del "pacto" celebrado con el Rey para garancizar
la jurisdicción de los señores naturales como capitanes de La mica y, at misrno tiempo,
)S el derecho permanente —"hasta el juicio", como se decIa— de los indios mitayos y sus
descendientes a La posesión de las tierras de sus a'Llus.
•1•
LS
los "mozos" que residian en Los nuevos pueblos de indios. lUmo surgió este nuevo
grupo social que hasta hoy sigue intenrando dominar a rodos los aylius del norte de
.Potosi ? . . .............................
6 Q'arachiipa, rabo pehdo, o crnndreja. Hay Los campesinos suelen dcnirninar asi a las autoridades de los
C'
pueblos, porquc sicthpre vienen para "corner huevos" en ci campo.
) surgir nuevos caciques dentro de los ayllus que carccIan del abolengo Lie los antiguos
señores naturales. Desde principios del siglo XVIII Sc hicierori presentes nuevos
apellidos entre los recaudadores del tributo Lie [a provincia. Algurios fueron simple
mente " mozos " o mestizos quienes hablan usurpado los cargos tradicioniies, gene-
S ralmente corno tIleres locales Lie las autoridades coloniales. Ellos aprovecharon Lie
su posicián para explotar abs indios comunes, segcin ci cjemplo Lie los rnallktc del
r
sigbo XVII y Lie los mismos encomenderos del siglo XVI. Pero otros fueron miembros
S Lie familias indigenas coniunes dentro Lie los ayllus, quienes deseaban reivindicar ci
S principio Lie in jusricia de Su Majestad contra los ahusos Lie las autoridades locales.
Entre 6stos iltirnos, los rris fainosos fueron los hermanos Katari, quienes en
S 1780 condu j eron un movimienro que convulsion toda In provincia Lie Chayantn y
otras provincias aledanas. Nacido en la rnitad de Majasaya Lie Macha (ver grifico
) pig 28); las fuentes se dividen entre Majapicha y Majacollana coma su ayUu de
.1 origen), Toms Katari realizó una caminata desde Macha hasra Buenos Aires, [a
lejana capital del Virreinato de La Plata, para pedir la confirmaciórt del virrey de su
S nombramiento coma kuraka recaudador de su mirad, responsable para la recolección
S del tributo indugena cada seis meses. Apoyado por ci virrey, encontró que [as autori-
Liades en La Villa Lie La Plata (hoy Sucre) no tenlan In menor incencián Lie dejar air
uria voz justiciera entre los ayllus, que esperaban controlar rnediarite el corregidor
español y las autoridades mesti:as que hablan infiltrada los cargos Lie muchos gru-
pos étnicos Lie [a region. El cura Lie Macha, en canibio, apoyó a Katari. Coma resul-
tado del conflicto, ci prestigie Lie Tonus Katari creciO rnIs allii Lie Macha hasta qué
se encontro a in cabe:a Lie una alian:a indigena regional iue reclamaha contra los
0 abusos del rigimen colonial. Cuando ci tirthiico corregidor, Joaqumn Lie AlOs, qUiso
0 apresar a Katari durante ci despido Lie los mitnyos eh Pocoata ci Lila Lie San Bartolorné
is de 1781, los indios reuriidos to apresaron. Katari LiberO at corregidor coma parte de
11 un acuerdo con In Audiencia, pero inmediararnente despues saliO una fuerza armada
0 de la Villa Lie La Plata que apresó, matO de un tiro y desbarrancO at rnismo Toms
Katari.
e
is Desde entonces la situación se polarizó. Los hermanos de Toms, Nicols y
0 Dámaso, condujeron a Los guerreros aymaras contra la Villa de La Plata. Decian que
querlan regalar Ia ciudad a su propio Rey, ci Inka Tupac Amaru, quien conducia
una insurrección unificada de indios, mestizos y criollos contra el poder de Espana.
Pero en 1781 las fuerzas coloniales derrotaron y mataron a Tupac Amaru; y desde
La Plata saliO nuevamente una fuerza para dispersar a las huestes indlgenas que
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Después de esta derrota, los españoles iniciaron una polItica mucho ms dora
contra los idiomas andinos y contra los caciques indlgenas t; orclenaron que éstos
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Hagamos ahora una pausa en nuestra narraciOn, y vearnos cOmo todo este
proceso de negociaciOn, resistertcia calculada y represión colonial fue experimentado
y concebido par la poblaciOn colonizada. Puede ser 6til considerar, en primer lugar,
cómo los mismos ayllus del none de Potosi miran hay su propio pasado histOrico.
No se trata, en esta vision, de un proceso lineal y unidireccional, coma en la visiOn
liberal de la historia, cada perfodo condenado a desaparecer para dar paso a una
nueva etapa de modernidad y perfeccionamientô. Mis bien, el pasado persiste en.eF.
presente, aunque sea -de manera oculta, muda c fugaz. Puede revelarse sorpresiva-
rnente a través de una huella o un señal —el vuelo de tin pjaro de determinado
color, par ejemplo--, a responder a los sahios idIgenas (yachaj en quechun, yatiri en
aymara) cuando convocan a los espiritus-cOndores de las montañas a través de una
sesiOn chamáriica. incluso puede verse en los diseñds textiles de ciertos grupos
étnicos, sabre todo —en el norte de Potosi— en los tejidos jalq'a de los ayllus de
Murumuru (hay Ravelo).
Pew hoy se dice que nuevamente el tiempo está "cansado" (sayk'usqa). Algunos
esperan la salida inminente del Espiritu Santo para ocupar el espacio celeste en Lin
práxirrio cataclismo de transformación universal. En tal caso, Sc veni una renoVación
de la justicia y del "pacco" con ci Estado, y se limpiará la sociedad de su corrupción
actual. Otros, sin embargo, esnin menos seguros, y Sc preguntan si el nuevo tiempo
no será el tiempo del diablo y de los mestizos- que acabarán para siempre con la
justicia dc los ayllus.
!En ciérta forma, entonces, se podria fad ** que los tiempos son como las capas
de una torta vista desde arriba. El presence el nivel ms manifiesto, el lugar abierco
donde vivirnos debajo de la Iuz del cielo; pero más adentro se encuentran otras capas
(
y perIodos, que nutren, sostienert I y —a veces— subvierten la superficie visible. Los cjue •1
saben los secretos del pasado pueden comunicarse con las capas inferiores del tiempo
y del espacio (pacha), copresentes en la actualidad pero clandestinos en el interior
de la tierra, Pues, la tierra es el origen de las fuerzas sexuales y genésicas que salen a
la luz del dIa eh Carnaval y en los . primeros dias de agosto. Entre las rafces de los
rboles y las torres de las iglesias están los muertos y los diablos del pasado gentil,
que se proyectari hacia ci futuro a través de la fuerzade la rnuerte y del deseo.
La Ilegada de la nueva época del Espfritu Santo para reemplazar at Sot cristiano
se anuncia hoy mediante las apariciones rnilagrosas, abundantes en el norte de Potosi, I
LA PERSISTENCA 1E LOS AYLLUS EN EL NORTh DE PoTosi... 33
que algunos interpretan con referencia at milenio que se acerca. Las esperanzas de
los indios norpotosinos se han dirigido hacia el futuro del Espiritu, probab[emente,
desde las prédicas milenariscas de los franciscartos en la Provincia de Chayanta a
mediados del siglo XVI: los milagros también acompaflaron la derrota del Tawan-
tinsuyu y la ocupación del Cusco por los espanoles.
•1 Pero hay tarnbién otra manera de percibir el papel del ulthupacha, el "rnundo
interior", en Ia vida de Ia gente del norte d PotosI. En cierta forma, se puede comparar
a este rnundo con el inconsciente de los psicoanalistas. Generalmente clandestino, el
mundo interior se Ilena de Jos impulsos que dejan sus huellas en los presagios, los
sueños, las visiones, Las sesiories chamáriicas; es Ia fliente desconocida de los aconteci-
S rnientos impredecibles; junto con las fuerzas del consciente solar, es [a raiz del futuro Y
0 del destino personal. El contacto con las fuerzas oscuras de La tierra y del pasado está a
e las voces del mundo interior para echar luz sobre e1mindo de los vivos.
0
Existe también una forma de tornar contacto con el mundo interior que está a
a cargo del ser individual. Cuando entran fIsjcamente en laoscuridad de Ia tierra, los
)$ indios mineros del ñorte de Potosi entablàn una relaciOn cotidiana y personal con
las fuerzas "diabOlicas" del pasado. Pues, el tb -cuyôs (dabs pueblan cada rincón de
Ia mina- es el patrOn de los rnetales, como de todas las otras cosas escondidas en la
tierra. Aqu(, entonces, otro "pacto" se realiza entre los mineros y las fuerzas atávicas
0 de la tierrapara poder sacar las r.iquezas de Las vetas paganas y gariar, a cambio, el
ingreso monetario que permice vivir at trabajador.
e
TaIsrN PLATT
34
AsI, la conversion religiosa, donde ci Sal del Inka flegO a coincidir con el Sal
ctiano de Ia Justicia, tarnbién significo la persistencia de los antepasados ylos dioses
terrestres que, satanizados par Ia paranoia cristiarta, siguen controlando las fuentes de
Ia riqueza futura y exigiendo de los indios ci respeto y las ofrendas carrespondientes.
A diferencia de la vision dualista del cristianismo, los diablos andinos son paderes
ue nutren a la sociedad humana. A partir de la cotidianidid de su presencia en las
minas, sobre todo las de Coiquechaca, Uncla y Llallagua, el diablo se ha convertido
eh un genio creativo para generaclones de ecntorcs y artistas bolivianos
Par lä mismar razOn, encontramos que, a fines de los afos 20, algurtos indios,
triburarios de las provincias de Chayanta y Parco ofrecieron volver a la mita, abolida
formalmente desde 1812. En parte esta oferta reflejaba la escasez en el carnpo del
dinero necesario para participar en los mercados y pagar el tributo: unos meses can
trabajo en Pawsi significaba un salario minima y otras oportunidades de ganancia.
Pero la oferta también puede cansiderarse coma un seguro adicianal contra cualqiiiet
nuevo intento de disolverel pacto entre los ayllusy el Estado.
LA I'ERSSTENCt,\ PE LOS AYLLUS, (N EL NC)RTE OE POTOSI... 35
Sin embargo, éste ha sido el objetivo de casi todas las Reformas Agrarias que
desde entonces se han querido realizar en Bolivia. Se tratabade compltar la diso-
lución de ins sociedades andinas colonizadas y "liberar' a sus miembros par que
pudiesen entrar como "individuos libres" en in categoria de los que en aquella 6poca
se denominaban los capitalistas del pals. Bolivar quiso abolir tnmhi&i a Ins caciques,
para reemplazarlos con los jueces y.autoridades locales del Estado. Pero si bien los
antiguos capitanes de In mita ya hablan desaparecido con in aholición de la misma,
subsistlan los recaudadores mestizos de los grupos 6tnicos y los cobradores indfgenas
de los ayllus, quienes eran los respónsables de in recolección del trihuto; y rápid-
mente llegó a ser obvio para todos que La nuevaReptThiica no podia .existir sin el
dinerb tributario.
Mientras avanzaba el siglo, las denuncias criollas sobre el atrasode Los indios
se hicieron más .virulentas.Lam ode rnidad norat-lánticase imponIa sobre [osincentos
de buscar un desarrollo propiobasado en e[ mercado intemo, y Bolivia quedaba
atrás —por culpa de los indios. La necesidd de concrarrestar [a calda del precio de la
plata desde La década de 1860, por ejemplo, obligaba a Los mineros criollos a aumentar
la producciOn en bisqueda de èconomTas de escala. Pero esto necesitaba intensificar
el uso de Ia mano de obra indigena, y los indios, aunque necesitaban del mercado
para abastecerse de dinero y algunos efectos, no aceptarIan fcilmente abandonar
sus aictividadesdiversificadas y convertirseentrabajadores a tiempo compleco.
sttiollostafnbi6ndenunciabanalosindiosporserseresirracionates,porque
I'Lo
RPM
LA PERSISTENCIA DE LOS AYLLUS EN EL NORTE L)EPOTOSL.. 37
En este proceso, entonces, vernos los origenes de l imagen hoy corriente del
forte de Potosi, corno una especie de frontera inrthna, que supuestamente ha resistido
por siglos con stis costumbres tradicionales y su economia de subsistencia a la
penecración del rnercado. La realidad es muy diferente. Chayanta fue una zona
pob[ada por naciones sud-aymaras, grupos étnicos y aytlus que intervinieron activa-
mente en ci mercado desde el siglo Xvi. Las autoridades indlgenas eran dinirnica,
en busca constance de [a modernidad y participaron en [as grandes redes de comercio
inter-regional. La prosperidad regional fue notable a fines del siglo XVIII y Sc recuperó
algunas décadas después de [a declaración de la Independencia. La destrucción de
esta prosperidad fue producto de las pollticas económicas adoptadas par los gobiemos
del. pals. En 1872, un pequeño grupo de empresarios mineros logro imponer Su
voluntad en el Parlamento, abriendo el pals at mercado intemacional de bienes y
capitales, yestableciendo las bases estructura[es para la gran minerla del estaño que
desde 1900 se cencró en las antiguas minas de estaflo de Uncla y Llallagua.
Pero ci primer intento serio y sistermitico de about a los ayllus vino con [a L e y
de Ex vinculación de 1874, que se empezó a ejecutar a partir de 1880, en plena Guerra
del Pacifico. Esta Ley propuso una operación de Revisica para. cansolidar La posesión
de cada india tributarib, a cambio de la cancelación del costa del papel sellado
correspondiente al nuevb titulo. De hecho, este costa no fue tflUCIO nieflas que ci
precio al que se hahIan vendido aigunas parcelas en tiempo de Melgarejo. Adermis,
el tItulo extendido al mismo tiempo anuló Ia pertenencia de la parcela a un ayUu:
aunque se norribró el ayllu correspond iente, esto fue solo para anunciar su extinciOn
formal. Tambin se realizaron mapas de las parcelas para ilegar a una evaluación de
su valor y producciOn, para calcular ci nuevo impuestp predial que se proyectaba.
Incluso se anunció que, desde ci momenta de extensiOn del nuevo tituio, el tributo
se pagarIa en la nueva moneda decimal en lugar de los anciguos pesos y reales; esto
conilevaba un aumenco de 20% en ci valor del tributo. No es de sorprenderse que
los ayLlus resistieron; prirnero pasiva y después violenrarnente, obligando a muchos
revisitadores a abandonar Ia tarea (incluso un tal Jas Maria Ayawiri, descendierite
de Los grandes rnallkus Ayawiri Kuysara, ya incorporado pleriamenre al bloque crio-
Ilo-itiestizo).
Las fuerzas armadas pusieron fin a la movilizaciOn indIgena y los lideres cani
pesinos fucron fusilados, a pesar de qde su abogado, ci futuro presidente Bautist
40 TRIrAN PLAIT
Saavedra, quiso dernostrar que, por ser legalmente menores de edad, corno las mujeres
y los ninos, no podIan considerarse responsabtes de sus actos. Sin embargo, la guerra
dejó un saldo que en un aspecto favorecIa a los ayllus. En el nórte de PotosI, las Revisitas
ya no se reanudarfan rns: los indios habfan ganado esa batalla por el momento.
Tampoco se interesó el E,stado en seguir aciministrando la recolección de un tributo
cuyo valor dentro de los ingresos püblicos habla caido drásticarnente. AsI, los recau-
dadores mestizos que habIan cumplido esa función desde fines del siglo XVIII fueron
reemplazados por nuevos kurakas recaudadores nombrados desde abajo por los mismos
ylius. Después de ca8i120años, entonces, los aylIus habian recuperado los cargos
que los espanoles les hablan quitado después de la sublevación de 1780.
Para gran sorpresa de las autoridades criollas, los nuevos kurakas recaudadores
acrualizaron por su cuenta las listas de los tributarios, y procedieron at cobro del
tributo y su entrega por anticipado at Tesoro Departamental en Potosf, justo como
350 años antes sus antepasados to habIan entregado a las Cajas Reales. Asi, renovaron
unulateralmente los terurunos del antiguo pacto para oblugar moralmente a los gobuer-
nos del pals a aceptar su lado del acuerdo, y reconocer ci territorio de los ayllus.
En 1925 se decretó, finalmente, una Icy que prohibió la yenta de las tierras de
cornunidad; pero [a icy liego tarde.. En 1927 La tension Ilego a tat punto que un
nueva rebelión estalló en Murumuru (Ravelo), Pitantora, Guadalupe y las tierras
vecinas de Chuquisaca. Nuevarnente se intencó poner freno a [a usurpación impla-
cable del territorio de los ayllusior, la expansiOn de la hacienda chuquisaqueña, ,y
surgieron nuevos llderes que se vincularon con Ia red defens , iva ya estabiecida entre
los caciques indigenas del Altiplano. Sus objetivos eran amlios, e iricluan [a recu-
peración de todas las rierras asignadas a cada.grupo étnico en los tftulos coloniales,
de acuerdo con [a práctica autorizada por ci. mismo Estado en ci siglo XIX (por ejem-
plo, la Ley de 23 de noviembre de 1883). Un cacique principal, Manuel Michel de
Mururnuru (Ravelo), se ocupo de devolver tierras usurpadas a los ayllus de Macha y
Pocoata, emitierido titulos y nombrando nuevas autoridades indIgenas. Dado el
canicter frauduient:o de la mayorIa de las compras de tierras, los indios querfan
reinorporar en ci regimen del ayi[u todas las cierras usthpadas.
norte de Potosi con amplias regiones del Altiplano. Varios se aliaron con Santos
Marka Tola, uno de los principales organizadares del movimiento. Se conformó
un Movirnienco de Alca[desMayoresParticulares, reutilizando el nombre del cargo
supremo de todos los iriitayos de Potosi reclamado en 1598 par don Juan Ayawiri
Kuysara. Los nuevos alcaldes mayores buscaban aumentar in formación de escuelas
en los ayllus, y segulan defendiendo la tierra comurtitaria, participando con ios
dems kurakas en el Corigreso Indignl de 1945, a pesar de in represion previa
desatada pot el gohierno de Viliarroel contra Los que buscaban in reconformación
de los territorios etnicos reconocidos en los tltulos coloniales. Aquf se anticipaba
el desconocirniento que pocos años despues mostrarta el mismo MNR (en aque[
rnomento cogobernante con Villarroel) durance el proceso de Ia Segunda .Reforrna
Agraria.
Sues entregó el poder at politico liberal y lIder del. MNR, Victor Paz Estenssoro,
quien retornaba de su exilio en Buenos Aires.
La polarizaciOn racista que se dio en ci pals entre 1880 y 1950 fue consectiencia
no solo dc [as pollticas agrarias estatales sino también del exparisioriisrno de los
pequeños y grandes propierarios, quieçies se sintieron autorizados por ci discurso dc
la "civi[izaciOn liberal" para emprender, por iniciativa propia, un aaque frontal
contra to cjue ilarnaron el "cornunismo" de los ayllus. Al mismo riempo, los aliados..V
naturales dc los ayllus, es decir los mineros del campamenro de Siglo XX, se dejaron
halagar con las promesas de los trotskistas de que serlan ellos corno clase los prota-
• gonistas de la 6poca postcapitaiista a venir. Dentro de esta visiOn, lineal, ecapisra y
liberal-marxista de La historia, los llderes inineros fueron incapaces de reconocer [a
cornunidad cultural y de intereses con los campesinos de los ayllus. De ahl su total
desinterés en ci proyecto general de los campesinos y sus caciques para defender y. -
reconstituir Jos ayllus corno parte de una resistencia anticolonial, cuyos orlgenes se
remontan -'como vimos anteriorrnertte- hasta el siglo XVI.
y caciques indigenas, las energlas del MNR se concentraron sobre todo en rnoriopo[izar
el poder en las regiortes rurales.
despertó e[ misina repudio par [as autoridades indfgenas en 1963 coma aquel que
habIa animnado In resistencia de los ayllus desde las primeras décadas de La Repblica.
Menos que un año después cayó ci segundo gobierno de Victor Paz Estenssoro.
•Uo de [as problemas con in historia de los ayllus después de 1952 Cs qu.e la
rivalidades poifticas par el control del aparato sindical han encubierto In persistencia
dc los ayllus y tie sus autoridades par debajo de [a lucha politici que ha constituido
in historia pcibiica de la regián. Cuando ci MNR cayó en 1964 par ci golpe militar de
René Barrientos los sindicatos —con su cCpularenovada— intentarOn conducir at
campesinado detrs tie un nuevo "pacto militar-canpesino", aproveChantk) ci
desencanto de los ayllus par el MNR. Pero este 'pacto" fue igualinente un simple
istrumento de manipulación at servicio tie los gobiernos militares. En 1970 baja
el General de izquierda Juan José Torres, ci sindicalismo alicia1 fue cuestianado par
un nuevo sindicalismo independiente lie las militares (el Bloque Independiente),
que a su vez cuvo que ceder frente at golpe militar del General Hugo Barizer en
1971. Pero tampaco el Bloque Independiente contempló In restitución de las tierras
de los ayllus, ni la renovación de los tItulos coloniales. Incluso los movimientos
aymaras "Tupac Katari" del Altiplano, formados por intelectuales, indigenas mayor-
mente residences en la ciudad de La Paz, eludieron at principio un entronque histórico
can la acción lie los Alcaldes Mayores Particulares y de los apoderados de los ayllus,
tan difundidos en ci Altiplano y en el norte de PatosI antes de in Revolución. El
discurso politico del nacionalismo revaiucibnaria habia echado tin Inanto lie silericio
sobre el discurso de los ayllus, a pesar de ins acciones aisladas lie ancianos k'uraka
como don Agustin Carvajal. Lo cinico que se escuchó desde el norte lie Potosi a
nivel nacional fue ci ruido de las rivalidades de los pequeños caudulios y los asesinatas
pepetrados par Los iIderes de turno de los sindicatos.
Este silericio lie los ayilus estuvo acom'paflado por un repliegue de los aritiguos
kurakas. Los mestizos de los pueblos, quienes dirigIan los sindicatos se burlaban de
IS
46 TRISTAN PLATT
elios; la palabra "kuraka' llego a set un insulto o materia de bromas. Pero dentro de
los ayilus las autoridades seguIan siendo elegidas par turno, o ejerciendo su término
vitaiicio. Don Agustin Carvajal ysus hijos segufan guardando el archivo de su rnirad,
convencidos de que estos papeles antiguos tenIan valor, pero su poder parecIa men-
guar cuando cafan en manos de las autoridades nacionales. Muchos ayilus pagaban
sumas considerables para hacerlos protocolizar en las notarlas de PotosI; el Archivo
de 'la Reforma Agraria contiene varios expediences con documentos coloniales
adjuntos. Por to general, se trataba simplernente de reunir los antecedentes para
poder preceder a la consolidación de [a tenencia individual.
Pero para los sindicatos casi toda la organización social de los ayllus fue una
sobrevivencia del pasado. Intentaron convencer a la gente para que no pagasen el
tributo que garantiza su tenencia colectiva; denunciaron Ia verticalidad de la tenencia
par sujetar (supuestarnente) a los indios de los valles a los de la Puna; insultaron y
desconocieron a las autoridades indIgenas. Buscaron dividir para controlar de todas
las maneras posibles. Construida desde arriba, su legitimidad fue lirnitada, pero se
mantenia par el miedo (muchos dirigente Ilevaron armas de fuego para imponer su
autoridad) y par el prebendalismo polItico. Baja su presiOn, algunos tributarios incluso
prefirieron separarse de su ayllu y asumir los derechos de pequeños propietarios que
pagan renta (e[ impuesto predial) directamente at fisco en lugar de [a tasa que se
paga a las autoridades indIgenas.
WA
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S
48 TRISTAN PLATT
TrusrAN Puvrr
50
Hoy es Ia Ley INRA, la Tercera Reforma Agraria, que deberA amparar a todas
las diferentes formas culturales e históricas existentes en el pals, incluso los grandes
ayllus territoriales del norte de Potosl, descendientes directos dc-las antiguas naciones
colonizadas de los Charka y los Qaraqara. El tiempo dir si efectivamente una "nueva
época" de justicia espera a los ayllus, 0 Si ci "cansancio del tiernpo" anuncia un
futuro triunfo de [,a propiedad mestiza en su contienda secular con las
sociedades riacivas de los Andes.
52 TRNTAN PL1v17
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