1 de abril de 2018
MONICIÓN DE ENTRADA
¡Aleluya, aleluya, Cristo ha resucitado! Esta es la victoria que reunidos
como hermanos proclamamos y celebramos de manera solemne, unidos
con toda la Iglesia. Hoy es el domingo más importante del año, del que
reciben sentido todos los demás. Esta celebración está revestida de una
alegría inmensa, provocada por nuestra esperanza en la vida eterna: si por
medio del bautismo hemos muerto con Cristo al pecado, sabemos que
también resucitaremos con él. Jesucristo resucitado nos protege y nos
guarda de la muerte definitiva, gracias al Espíritu Santo que ha sido
derramado en nuestros corazones. Dispongámonos, entonces con un
corazón nuevo y lleno de luz, a celebrar estos sagrados misterios
poniéndonos de pie y entonando el canto de entrada.