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EL TIEMPO NO CURA LAS

HERIDAS
26 Nov, 2016 | Psicología Emocional
Que “el tiempo lo cura todo” o también que “no hay nada que el tiempo
no logre sanar” son muestras de una gran mentira. ¿Cuántas veces has
escuchado estas frases?, ¿cuántas veces has dicho estas palabras a alguien
con el propósito de aliviar su sufrimiento? Estoy convencido que en muchas
ocasiones y aunque su propósito sea noble, por desgracia, el tiempo no cura
las heridas emocionales, las heridas del alma. La creencia de que el paso del
tiempo sanará las mismas, es del todo falsa e incluso puede ser perjudicial.
Hoy hablamos de una gran mentira popular: “que el tiempo todo lo cura”.
UNA MENTIRA CAMUFLADA DE COMPASIÓN
Todos los sabemos, todos hemos usado esta expresión con el propósito de
aliviar, de calmar, de proporcionar abrigo al dolor, al sufrimiento de alguien,
darle esperanzas, ánimos de que con tiempo mejorará. Y es que de forma
inconsciente, le estamos diciendo que tome una actitud pasiva, que no es
necesario que haga nada, que el tiempo se encargará de todo, que su
malestar desaparecerá como por arte de magia con el paso del tiempo… y
eso no es verdad, es una mentira que como decimos viene camuflada de
compasión.
He aquí la verdad que ocultamos: que las emociones que no se expresan,
no se superan (como diría mi gran amiga y colega de profesión Ciara Molina
en su obra Emociones expresadas, emociones superadas). Las emociones
que no gestionamos, que no trabajamos, aquellas que ignoramos, quedan
enraizadas en nuestro sentir y por ende en nuestro pensar y hacer, pagando
un tributo que nos recuerda la deuda que tenemos pendiente, los asuntos
que tenemos sin cerrar.Las
emociones que no se expresan,
no se superan... el tiempo no cura nada por sí
sólo.CLICK PARA TWITTEAR
NO TE CONVIERTAS EN VÍCTIMA DE TU
PASIVIDAD
Ni el tiempo pone nada en su sitio, ni el tiempo cura nada que no se trabaje,
que no se atienda; por ello, la pasividad, la no atención de esas
emociones, te traerá más y más sufrimiento, más dolor. En definitiva,
te convertirás en víctima de tu propia pasividad.
Cuidar y trabajar las emociones, los duelos, el dolor, evitará que la ansiedad,
la insatisfacción, el miedo e incluso la depresión se queden aferrados en
nuestro cuerpo y mente.
Responsabilizarse de lo que se siente y tomar consciencia de que somos los
artífices de nuestra vida, expresando, aceptando, integrando lo que nos
pasa, lo que decimos acerca de lo que nos ocurre, es en definitiva,
arriesgarnos a vivir… y sólo entonces,
Responsabilizarte de tu dolor, trabajarlo,
sanaremos…
cuidarlo, sentirlo, aceptarlo e integrarlo... es el
camino a la sanación.CLICK PARA TWITTEAR
CONVERSACIONES DE DESPACHO
En mi despacho, muy a menudo, cada vez con más asiduidad, llegan
personas que de un modo u otro buscan nuevas formas de entender la vida
y transitar experiencias dolorosas, muchas de ellas relacionadas con el día a
día.
“X” de 38 años, perdió su trabajo y con él su autoestima. Pensaba que
“tenía superado” el trance amargo que muchas personas han vivido al ser
despedidos de sus puestos laborales. Sin embargo, las sensaciones y
emociones de pérdida albergadas en su cuerpo, seguían avisando de “que
algo no andaba bien”. Paso a paso y tomando conciencia de las emociones
de rabia, enfado y tristeza que seguían allí, con una buena dosis de
estrategias de orientación laboral, le hicieron volver a sentir que la vida es
un lugar lleno de posibilidades por alcanzar, desde un lugar más sano y
consciente.
“X” de 27 años, tuvo una ruptura sentimental con su pareja. Un
episodio que según ella “le hacía desconfiar de las intenciones de los
hombres”. A lo largo de la orientación, se dio cuenta de que quedaban
asuntos pendientes por resolver no sólo con su antigua pareja, sino también
con ella misma y que ello estaba afectando a sus relaciones presentes. El
trabajo elaborado, le permitió dejar ir y crecer conforme a sus valores y
creencias.
Confesiones en resumen, que nos muestran que el tiempo no cura nada. El
tiempo, repetimos una vez más, sin trabajo y sin atender las emociones, nos
aleja, nos anestesia, pero no nos permite sanar, no nos deja crecer y
aprender. El tiempo nos hace creer falsamente que el dolor ha desaparecido,
pero en realidad sigue presente, oculto, esperando la oportunidad para salir.
TU TIEMPO ES AQUÍ Y AHORA
Si has llegado hasta aquí, ya sabrás que lo que cura no es el paso del tiempo,
sino ese trabajo personal y consciente sobre aquello que nos pasa, de esas
emociones y experiencias que en ocasiones son dolorosas.
Así es, no nos cura el tiempo, nos curamos nosotros mismos cuando
nos damos la oportunidad, nos responsabilizamos de nuestro bienestar y
nuestro crecimiento personal, dándonos permiso para poder ver nuestras
heridas, cuidarlas y dejarlas cicatrizar.
El trabajo pues, es aquí y ahora, aunque a veces las emociones tengan
su origen en el pasado. Traerlas al presente, nos permite revisarlas,
desapegarnos conscientemente de ellas, permitiendo cerrar lo que un día
quedo abierto y sin cuidar.
TU MEJOR ALIADO NO ES EL TIEMPO, ERES

Tener la valentía de utilizar el tiempo como un espacio para revisar
aquello que nos ocurre, es un aliado que no debemos dejar de lado. Sin
embargo, en ocasiones, se es necesaria la guía de un facilitador que aporte
algo de luz allá donde en ocasiones solo se atisba oscuridad.
En esos momentos, los que nos dedicamos al mundo del acompañamiento
de personas (psicólogos, terapeutas, orientadores…) facilitamos esa toma
de conciencia de lo que no pudo expresarse y gestionarse en su momento.
Una tarea, que asumimos y acogemos, ofreciendo recursos, habilidades y
estrategias que garantizarán un trabajo efectivo, seguro, confidencial,
respetuoso y profundo.
Finalizando… el tiempo sólo se convertirá en tu aliado si tienes la valentía y
el compromiso de trabajo para buscar aquello que necesita ser atendido y
cuidado.
“…ATIENDE Y CUIDA LAS EMOCIONES PARA
DEJARLAS IR… PROMUEVE Y CREA UN APRENDIZAJE
QUE TE ACOMPAÑE A LO LARGO DE TU VIDA… TU
FELICIDAD ES AQUÍ, ES AHORA…”
Es mentira que el tiempo lo cura todo. Solo asimilas y te
acostumbras,

El tiempo puede ser nuestro mejor amigo, pero a veces puede ser nuestro
enemigo. Hay veces que el tiempo puede consolar pero a veces
simplemente pasa inadvertido.

Hay heridas que ni siquiera el tiempo es capaz de sanar porque se han


hecho profundas y que al contrario, al pasar el tiempo éstas se hacen cada
vez más grandes. Hay heridas que siguen a pesar de los años, de las
experiencias y a pesar de intentarlo de nuevo, son esas heridas que son
demasiado sensible hasta para el roce del viento; son tan sensibles que con
cualquier contacto vuelven a sangrar. Esas heridas son las que han dejado
todas esas personas que han tomado un papel importante en nuestra vida,
fueron echas porque el corazón no estaba preparado para recibirlas, son las
que forman parte de las marcas que deja la vida y que son casi imposibles
de borrar.

Es mentira que el tiempo lo cura todo porque es él mismo tiempo el que


nos consume; el tiempo no es tan bueno en ocasiones. El tiempo tiene el
poder de arrebatarnos por una eternidad a las personas que amamos, a las
personas que deseamos. El tiempo es capaz de quitar tus fuerzas, de
quitarte la misma vida a veces lentamente a veces ni siquiera puedes
darte cuenta hasta que ya es demasiado tarde. El tiempo es el que ha
quitado el ‘hubiera’, es él que impide que revivir los mejores momentos.
Debemos tener cuidado con él porque el sigue su camino, no espera a
nadie y nos lleva a pesar de todo. Lo único bueno que puede dejarnos el
tiempo es el conocimiento y la experiencia con cada uno de sus pasos, con
cada uno de nuestros fracasos y con cada una de las heridas.

Las heridas siguen ahí, podemos darnos cuanta cada vez que duelen, cada
vez que sangran de nuevo. Todos queremos desasirnos de ellas, todos
queremos olvidarlas pero a veces son más fuertes que nosotros mismos, de
hecho, a veces son ellas las que toman la rienda, las que toman el control
de nosotros. Nos hacen en ocasiones causar heridas en otras personas, nos
hacen tomar el camino equivocado a causa del mismo color, , nos hacen
sentir en ocasiones las personas más desdichadas y pensar que somos los
únicos que están pasando por una circunstancia como esa; nos hacen
muchas veces hasta desear la muerte. Todos hemos sido heridos por lo
menos una vez y lo primero en lo que pensamos es en dejar que el tiempo
sane la herida, esperamos que el tiempo pase porque tenemos la esperanza
de que el dolor se irá en algún momento, pero no debe ser así, ya que;
somos nosotros los que tenemos que luchar para sanar todo lo que haya
dentro de nosotros; somos nosotros los que tenemos que buscar la cura,
limpiar la herida y atenderla hasta que cicatrice; somos nosotros los únicos
que podemos hacer algo por nosotros mismos. No le dejemos nuestras
heridas al tiempo porque es el mismo tiempo el que va aumentando el
número de ellas.

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