A través del tiempo los distintos jefes políticos han tenido distintas formas de mantener el
poder, pero la más común entre todos es el populismo. Según Todorov el populismo es una
práctica basada en el uso de diversos medios como la manipulación demagógica, la
simplificación, el maniqueísmo del bien y el mal, etc; para obtener el poder (Entrevista por
Boris Muñóz realizada el 7 de febrero de 2017, Prodavinci). Ejemplo de esto son los
discursos políticos actuales que sólo apelan a la sensibilidad de las clases bajas y su
disparidad con las clases altas:
“Uno puede criticar a la revolución, pero no puede votar a la burguesía; eso sería traición.
A veces podemos fallar, pero tenemos en el corazón amor de verdad por el pueblo”. “Uno
puede criticar a la revolución, pero no puede votar a la burguesía; eso sería traición. A
veces podemos fallar, pero tenemos en el corazón amor de verdad por el pueblo”.
(Maduro, 2018)
“Ahora, así como el 11 de abril, día del golpe oligárquico, porque ese golpe que a nosotros
nos lanzaron fue un golpe elaborado fríamente por la oligarquía venezolana, además con
sus ramificaciones internacionales. Ese golpe del 11 de abril generó una rápida,
contundente, patriótica y valerosa respuesta del pueblo bolivariano y de los militares
bolivarianos y patriotas.” (Chávez, 2005)
“Sigo invitando a la unidad nacional, de todos, los que hoy viven, incluso, en la riqueza
material, vengan con nosotros, son nuestros hermanos, los queremos igual, sólo les
pedimos que reflexionen, pero igual no les pedimos que cambien su pensamiento, no. Les
respetamos sus pensamientos. Sólo les pedimos unidad en la conciencia de venezolanos,
de venezolanas, para seguir construyendo el país que soñamos, el país que queremos de
paz y en paz.” (Chávez, 2005)
Otro problema es que los fines se transforman en medios. El fin del estado debería ser
garantizar el mayor bienestar social y, este fin puede conseguirse a través de herramientas
democráticas tales como el voto. Sin embargo, en Venezuela unas semanas antes de las
elecciones todo funciona de maravilla y luego todo vuelve al caos normal en el que vivimos
cotidianamente. El fin, que es el bienestar social, se convierte en el medio para ganar las
elecciones y preservarse en el poder.
Y ante todo este estupendo panorama, los venezolanos parecemos estar inamovibles.
Cuando dejamos de obtener beneficios sin ningún tipo de esfuerzo, chistamos y vamos
corriendo en busca de otro “padrastro” que nos consienta. Quizá no se nos olvida lo que
pasó en el anterior período presidencial. Quizá sólo fingimos demencia con tal de recibir
nuevamente estos beneficios.
Y eso es lo que somos. Un niño que necesita mucha educación para apartarse de esa
necedad. Un pueblo que necesita memoria y consciencia para apartarse de esa “amnesia”.