Érase una vez un mundo llamado Globalización, que estaba dividido por dos comunidades, la

primera comunidad se llamaba Países ricos, y era liderada por Capitalino, un empresario al que sólo
le importaban sus propios intereses sin importar qué. La segunda comunidad que dividía el mundo,
era la llamada, Países pobres, esta era dirigida por Socialino, un hombre que siempre quería
principalmente una equidad e igualdad por sobre lo individual.

Ambas comunidades llevaban su relación comercial en buenos términos, el Fondo Monetario

Internacional era el instrumento del modelo económico de la comunidad de Capitalino, este
impulsaba la fluidez del comercio internacional mundial, generando pobreza y desigualdad en la
otra comunidad.

Un día, Don Socialino se percató de que la calidad de vida de los países ricos era mucho mejor que
la de su comunidad, que por más duro que ellos trabajaran las riquezas siempre iban para ellos,
comenzó a darse cuenta que su gente estaba siendo explotada por parte de las multinacionales de los
Países ricos, les estaban violando los derechos humanos a los habitantes de su comunidad, pago de
salarios injustos, trabajaban en condiciones que no eran optimas, aprovechándose de sus
necesidades.

Esto generó en Socialino un rechazando absoluto el sistema económico de Capitalino, un

pensamiento de antiglobalización, dándose cuenta de que éste proceso sólo estaba trayendo efectos
negativos para su comunidad y las personas que lo habitaban. Ese mismo día, Don Socialino decide
ir a reclamarle a Capitalino por las injusticias que se estaban cometiendo contra ellos, le parecía que
su comunidad estaba siendo sometida a una situación marginal, de extrema pobreza, de desigualdad
social y económica, le exigía una sociedad global más justa, en donde existiera un control del poder
ilimitado que tenían las grandes empresas y además una distribución más equitativa de las riquezas.
Capitalino no estaba dispuesto a aceptar estas peticiones, puesto que no iba a perder todo lo que
había conseguido, todo lo que tenía, todas sus riquezas. Para él no había nada más importante que
generar riquezas e ingresos sin importar los medios para lograrlo.

Durante la disputa de estas dos comunidades, harto de la situación global del momento, llega un
intermediario llamado Banco Mundial, él vivía en la comunidad de los Países ricos, pero también
procuraba ayudar a los Países pobres. El Banco Mundial estaba buscando determinar el rumbo a
seguir de la economía mundial en el futuro, por lo que propuso una Globalización inclusiva, como
alternativa, en donde se pudiera lograr el crecimiento sostenible de ambas comunidades,
establecimiento una sociedad global saludable y prospera.

Capitalino no estaba seguro de aceptar, él realmente no quería perder su riqueza, pero comenzó a
pensar en lo que había propuesto el Banco mundial, que tal vez si él y Socialino trabajaran en
conjunto podrían lograr mejoras en términos de calidad de vida en ambas comunidades, tomando lo
mejor de sus sistemas económicos. Mientras tanto, Socialino si estaba de acuerdo, ya que esta sería
la oportunidad de lograr mejorar la calidad de vida de su comunidad y asimismo,

Así que finalmente, ambas partes comenzaron a trabajar juntos de la mano con el Banco Mundial,
con el propósito de alcanzar esa sociedad global inclusiva, equidad en la distribución de las riquezas
entre ambas comunidades, donde no exista pobreza, ni hambre, exista una igualdad social, más
participación por parte de ellos como “Estado” en la toma de decisiones, mejoras en sus sistemas de
educación y salud, haciéndolos gratuitos, y además se garantice el cumplimiento de los derechos
humanos de todos los habitantes de estas dos comunidades.