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Max van Manen
INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
Y EXPERIENCIA VIVIDA
Ciencia humana para una pedagogía
de la acción y la sensibilidad
sAtJ(YD O
;"SBeD 2C()
j )
Prólogo ......................... ..
Prólogo a la edición de
Capítulo 1 Ciencias Hum
Introducción .......... ,... ,..
¿Por qué investigar en e
¿Qué es una denda hur
¡Qué significa ser radot
, Cole«ián Idea Universitmia:-iducuelón Lo que una ciencia hurr
IDEA SOOKS, S.A ¿Descripción o interpret
Rosellón, 1 1i> 4"
OlIDOS Borceklllo . Espoño
Investigación: procedun
Tet 93,4533002. fox 93.4541695 Estructura metodológic<:
o\NOOti:
h!tp;f/W"MU.idaoboob.es Capítulo 2 Centrarse en 1:
Re.llll!:Ortbing Uved Experience
La naturaleza de la expc
Tha Althmue P,e5s Orientarse hacia el fcné
© 2.003 Ideo aoolts:. SA de lo lroducd6.n
y lo edición en lenguo castellano. Formular la pregunta fe'
Explicar presuposicione:
Dlredor' de colecc!on:
Jmé Anlon1o Jord6n Capítulo 3 Investigar la '"
Traducc!on;
Oh MIro, StIt... icla5 La naturaleza de los dat.
Disefio cubierta; La experiencia personal
Equipo dó odld6n
Preimpresión;: Recuperar [as raíces etlr
Oh Miro, Scrvidol Edílatiales
En busca de expresiones
Imprl.'!$íán y encuadernación: Obtener las descripcion.
Grnficos 'f ReunkWl, S.A.
ISBN, il4.B23é>283-ó Escritura de PTotocolos,
bepéJtlo 109<11; (1..4024&,2003
(10 E,poi'io _ Ptinted ¡n Sp<Jin
Entrevistar¡ la historia d
Observar¡ la anécdota e:
Descripciones experien{
10005 le» r,.on dellitulor del copyright No está
permitido lo reproducdán Iotol o porciol de elle libro, ni w reQ')r La biografía como recu!:
p¡bdón 01'1 un s¡$t6mo ¡nformólfea, ni w InmIDli$í6n ;;tJ coolqvier
formo, )'O 600 eleór6nlco, mecánico, por folocopío, regbtro, o
Agendasl diarios y otras
bien por 0tr0l'meludo" sin el previo penrd:OO y por de El arte como fuente de t:
dal copyright
Consultar documentaciJ
.-
Indice
Prólogo a la edición de 1997............. " .." .."...: ............. " .." .............. " .." ....... " ................ 1O
Capítulo 1 Ciencias .... u u...... ,.,. . . . . . . . .
h H H H H H • • • •H . . . .U U • • • • • n ....... 19
H . . . . . . . . . ............
""
Capítulo 4 La reflexión fenomenológica hermenéutica..............................................95
Los análisis temáticos""" ...................................................... " .. ,.............................. ,...... 96
Situaciones......................................................................................................................98
Buscar el significado................... "" ...............................................................................104
¡Qué es un temaL....................................................................... ,................................. 105
La pedagogía del tema ...................................................................................................107
Destapar aspectos temáticos ............ ,"" ............................ "", ........................................ 1OS
Aislar afirmaciones tt.máticas ............ ,.", .. ,... ,.......... ,...........•..... ,..... ,........... " .............. ,110
Redactar transfonnaciones lingüísticas, •.,...........................,.,........ ,... ,........ ,.', ,...... ,.,..•.113
El arte como origen de descripciones temáticas ...... .,•.•., ... ,............ "",......................... ,114
Interpretación a través de la conversación................ ., ............ ,... " .." •.., ................ " ...... 116
Colaboración en el análísis: el grupo o seminario de investigadón.,., .............. ,.,., .., .... 118 Investigación educativa y
Los temas existenciales del mundo de la vida como guías para la reflexión.................. 119 aproximación fenomen,
Detenninur ternas casuales o esencíales ............,...,." .......................... .,..."""" .............124 el campo de las ciencÍl
Capítulo 5 La escritura fenomenológica hermenéutica............................................ 127 mientas europeos, y de
Prestar atención al lenguaje hablaoo ...................................................................... ,..... 127 ofrece un concepto de 1
Silencio, Los límites y el poder dellenguaje ........................................ ,........................ 12S da es el campo empíriü
La anécdota como instrumento metodólógico .................................... " ........................ 131 que subyace a este plant
El valor de la narración anecdótica", .. " ......... " ...................... " ............... " .. ,................. 136 nomenol6gíca interpret
Variar los ejemplos..,..................... ,...................... ,.", .................................................... 137 erítura. Por ello, una e
La escritura media en la reflexión y en la acción .....,..................................","',." .•.......140 aproximación investiga
Escribir es medir nuestra capacidad reflexiva............................ ,................................... 143 pedagógico requiere qm
Escrihit ejercita la capacidad de ver..............................................................................146 una filosofía de sillón O
Escribir es mostrar algo.. " .... ,.............................................................................. ,.......... 146 Yo llegué a las cienCÍl
Escribir es rescribir.. ..... ", ................................. ,.................. ,.., ....................................... 148 estudios de pedagogía er
Capítulo 6 Mantener una relación firme y orientad................................................151 predominante de la for
La relación entre la investigación/escritura y la pedagogía .......................................... .l51 nombre de Geisteswisse"
Sobre la inefabilidad de la pedagogía,...........................................................................158 gogiek en los Países Baj,
«Ver» la pedagogía....... " ............................................ ,;.......... ,......................... ,...... "" .. 164 humanas», es decir, la d,
La práctica pedagógica de la textualidad .......................................................................165 pretativa o hermenéutí(
Las ciencias humanas como investigación de acciones orientada crftícamente ........... 169 fenomenol6gica», es de
El conocimiento sensible a la acción conduce a la competencia pedag6gica ................ 171 cripriva o fenomenológ
Capítulo '1 Equilibrar el contexto investigacional considerando las partes y el todo...177 tradiciones, Sin embarg,
La propuesta de investigación...................................................................................... ,177 gogía fue su despreocup
Efectos y ética de la investigación en ciencias humanas ...............................................178 ocupaban de la investigi
Planificación y contexto de un proyecto de ínvestígaci6n............................................ 179 Langeveld, Beets y Boll
Trabajar el tcxto.......................................... ,.............................................................. ", 183 xivos sobre el mundo pe
Glosar¡o..... n H. . . . . . . . . . .H u •••• • • • • • u H. . . . . . . . . . . .u n u. . . . . n ....... u 191
••• H H. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .u •••
alumnos. Pero simplem
Bibliografía...........................................................................................................205 tOluar parte en esa teor
Índice alfabético....................................................................................................213 movimiento de pedagog
8
.....................................95
.........................................96
............................ ,............ 98
........................................ 104
........................................105
........................................107
........................................108 Prólogo
........................ .............110
........................................113
........................................ 114
........................................116
.............................. 118 Investigación educativa y experiencia vivida presenta y desarrolla ante e! lector una
ra la reflexión.................. 119 aproximación fenomenológica hermenéutica a la investigación y a la escritura en
........................................124 e! campo de las ciencias humanas. Bajo la influencia de! espíritu de los movi·
....................................127 mientos europeos, y de otros determinados desarrollos estadounidenses, e! texto
........................................127 ofrece un concepto de la investigación con base pedagógica, cuyo punto de parti·
........................................128 da es e! campo empírico de la experiencia vivida de forma cotidiana. La noción
........................................ 131 que subyace a este planteamiento radica en que la investigación y la teorización fe·
........................................136 nomenológica interpretativa no pueden separarse de la práctica textual de la es·
........................................137 critura. Por ello, una dimensión inspirada en la semiótica forma parte de esta
........................................140 aproximación investigacional, si bien la naturaleza práctica del mundo de la vida
........................................143 pedagógico requiere que esta forma de investigación educativa no se convierta en
........................................146 una filosofía de sillón o en una teorización abstracta .
.........................................146 Yo llegué a las ciencias humanas, la fenomenología y la hermenéutica desde mis
......................................... 148 estudios de pedagogía en los Países Bajos. Durante la década de 1960, la orientación
....................................151 predominante de la formación de docentes era una aproximación que recibía e!
.........................................151 y
nombre de Geisteswissenschaftliche Padagogik en Alemania Fenomenologische Peda·
........................................158 gogiek en los Países Bajos. La tradición alemana de la «pedagogía de las ciencias
.........................................164 humanas», es decir, la de la Escue!a Dilthey-Nohl, utilizaba una merodología inter-
.........................................165 pretativa o hermenéutica, mientras que e! movimiento holandés de la «pedagogía
,tada criticamente ...........169 fenomenológica», es decir, la Escuela de Utrecht, tenía una orientación más
>cia pedagógica................ 171 criptiva o fenomenológica. Este texto refleja aspectos y rasgos derivados de ambas
.do las partes y el todo... 177 tradiciones. Sin embargo, una característica de! planteamiento europeo de la peda·
.........................................177 gogía fue su despreocupación total por las cuestiones de método. Aquellos que se
.........................................178 ocupaban de la investigación interpretativa fenomenológica de la educación, como
......................................... 179 Langeveld, Beets y Bollnow, con frecuencia escribían trabajos sensiblemente refle-
.........................................183 xivos sobre el mundo pedagógico que padres y profesores comparten con sus hijos y
....................................191 alumnos. Pero simplemente no se planteaban cuestiones de método ni de cómo
....................................205 tomar parte en esa teorización. Durante los últimos años de la década de 1960, e!
.....................................213 movimiento de pedagogía hermenéutica alemán y la tradición fenomenológica ho·
..
vivida
10
Prólogo
as presiones ideológicas y a la experiencia. Se me plantean también otras cuestiones fundamentadas por los
lductismo t'J;tadounidense distintos intereses de diferentes perspectivas de investigación.
sociales en educación que El campo de la investigación está sometido a ciertos ciclos. Cuando escribí este
lestacar un resurginliento¡ libro, la etnograf(a, la biografía, el análisis de contenidos, la historia feminista, los
.aS ciencias humanas, estudios de género, los estudios sobre la acción, el constmctivismo y la teoría críti-
usiones con mis colegas y ca dominaban el terreno de la investigación cualitativa; mientras que el postestruc-
" Helmut Danner, Roben turalismo, la interpretación psicoanalítica de la cultura contemporánea, los estudios
tímulo las apott.ociones de sobre medios de comunicación, los estudios culrurales, el deconstruccíonismo y la
años, Muchos de ellos se narratividad empezarían a ser de rigueur entre un creciente número de investigado-
, mencionar especialmen- res cualitativos. Con el cambio de milenio, algunos de estos enfoques ya han perdi- '
Evans, Stefan Baldursson, do fuerza y otros han sido incorporados a las metodologías ya existentes.
hen Smith, que, cada uno Muchas de las aportaciones vigentes de estos desarrollos tienen su origen en la tra-
'cto sobre la pedagogía de dición de las ciencias humanas y dan fe de la vigencia de la preocupación por la in-
quiero agradecer a Geoff terpretación reflexiva, el conocimiento sensible a la experiencia, la textualidad del
, publicarlo, significado y los impul'lOs humanistas. Por ejemplo, el deconstruccionismo ha evi-
resar su gratitud a la Dra. denciado la complejidad de las refractivas entre significado y texto; la
,rimir un extracto de Wirh (auto)biografía ha puesto de manifiesto el valor de la unicidad de la experiencia per-
9), que aparece en la pági- sonal y la prioridad del yo; los estudios narrativos han demostrado el poder de his-
torias para dar forma a la historia personal y colectiva; el feminismo y los estudios ¿
culturales han confinnado la importancia de la contextualización del significado
interpretativo; y el postestructuralísrno nos ha hecho ser más inequívocamente cons-
cientes de las raíces subjetivas e intersubjecivas del significado. Por lo tanto, unos
modelos de investigación aparentemente divergentes nos ayudan para que SeamOs
.ucadón¡ la enfennería) la más conscientes de los intereses pennancntes y compartidos de las ciencias humanas.
la psicología son cada vez Las cuestiones planteadas por las influencias del postestructuralismo y los estu-
'pretativos que consideran dios de género son infinitos. Algunos muestran que necesitamos radicalizar con
de que podemos entender lnayor profundidad temas como la subjetividad del conocimiento, la complejidad
,ncial de sus mundos vita- del mundo de la vida, la importancia del reconocimiento del otro, el compromi-
m lado, ya está ahí; por el so de escuchar con atención las voces de los más vulnerables y que tenemos tam-
oh" de otro modo, el mun- bién que protegemos contra la autosuficiencia moral y polémica, Los temas que por
lte «por» nosotros: si lo general surgen tienen que ver con la unicidad de la experiencia, las presuposicio-
,leo, se nos pueden prescn- nes del esencialismo, la (in)conmensurabilidad de los estudios culturales y de géne-
ismos y de praxis reflexiva ro y la relación entre el lenguaje y la experiencia, Comentaré brevemente cada uno
de estos aspectos.
ún cambio, este nuevo pre-
etos que me han sido plan-
e encuentran relacionadas El terna de la unicidad
lenéutico no ofrece un sis-
método requiere y exige la Este texto ofrece un método que empieza prestando atención al mundo de la vida
, y constantemente abierto y requiere que nos aproximemos a la experiencia de forma tan imparcial como sea
11
educativa y experiencia vivida
l2
'o cuestionadas y hacerles • en otros. Wittgenstein intentó demostrar que estas forruas distintas de vida están
atención? ¡Y cómo sé yo circunscritas a sus propias regiones de significado. A través del lenguaje fenome- )
que lo hace otra persona¡ nológíco exploramos dichas posibilidades experienciales y navegamos por los mun- <
ncluso cuando utilizamos dos VItales y sus honzontes hermenéuticos. )
:aran tía alguna de que las Una tercera respuesta sería que el lenguaje nos permIte conocer lo que tiene ca- )
lS a las de otras personas. rácter experimentable, Mediante el len¡,'uaje descubnmos nuestras expenencias <
xperiencia interior se nle interiores, del mismo modo que podemos decir que mediante las experiencias des- i
la otra'persona podría \Le- cubrimos las palabras a las que parecen pertenecer. Es cierto también que determi-
" Los adjetivos no logran nadas palabras o expresiones pueden conllevar un significado personal para un de-
lad, Ni siquiera yo mismo terminado individuo que nadie más podría nunca comprender. En este sentido la
nto en un rnamento o un fenomenología hermenéutica utiliza la heurística del descubrimiento: descubrimos
:ece que queda muy lejos posibilidades de ser y de llegar a ser.
:lo se queda corto. Nadie Una cuarta respuesta es que la fenomenología hennenéutica emplea modos de .'
· a ver lo que yo veo y del discursos que intentan fusionar métodos de conocimiento cognitivo y no cogniti"¡
ifica que en una situación vo, gnóstico y pático. Con estos términos queremos decir que no sólo entendernos
ismo modo que lo hace la las cosas de fonna intelectual o conceptualmente, sino que también las experi"
;iertos !fmites y contextos mentamos de un modo corpóreo, relacional, cnactivo y .¡tuacional. Por lo tanto,\
ma para describir nuestras el método fenomenológico hermenéutico intenta «explicar" los significados que,
el en cierto sentido, están implícitos en nuestras accion(',s. Tenemos información a
tente poco adecuado para través de nuestros cuerpos, de nuestras relaciones Con los demás y de nuestra inter-
; pierden el carácter com- acción con los objetos de nuestro mundo.
; se quedan cortas porque La investigación y la escritura fenomenológicas habrán logrado su objetivo
colectividad del lenguaje cuando conBigamos hacer reconocibles estos SIgnificados.
s como a la nuestra. Y así,
eriencia interior sobrepa-
n nuestras palabras habla- El tema de la esencia
· de nuestras
nular nuestra vida prcrre- ¿Las cosas tienen esencia? ¿Podemos hablar específicamente de 10 que constituye
1 este sentido; las ciencias el «qué" de algo? Por ejemplo, ¡es correcto hablar de la esencia de la humanidad,
único. ?" la esencia del lenguaje, la esencia del pensamiento, la escuda de la música; la esen·
lndo de la vida intersubje- cia de una flor, la esencia de la poesía? ¡Acaso no es simplista pensar que las cosas
rrenos de recopilación de tienen esencias? Ésta es una cuestión importante) puesto que «esencia}) y
tciones para nuestras cialismo» se han convertido en palabras "peligrosas» para la investigación cualita-
'izada con varios idiomas tiva, sobre todo entre [os postestructuraUstas. Pero ¿por qué?; ¿qué hay de malo en
19ua que no se pueden ex· la noción de «esencia»? Podría parecer que el peligro del concepto de «esencia»
de palabra como de con· reside principalmente en el significado moral que va unido a éL
· diferenciadas que se aña" Cuando hablamos de la esencia de la poesía, por ejemplo, 10 que queremos decír
rminado idioma. Por otra es que en ciertos aspectos la poesía tiene algunas características o propiedades que
,tintas regiones experien" permiten distinguirla de otras formas literarias; COmo la novela, el teatro o el ensa-
ate e incluso anidan unOs yo. Dicho de otro modo, !in estas características o propiedades, la poesía ya no se
13
- - - ..... ... _ - -
14
urol hacia el mal, o que ciertos grupos étnicos poseen propiedades innatas de las
o podríamos aplicar a casi
cuales ciertas culturas o naciones deben ser limpiadas. Los antiesencíalistas han de-
ejemplo, qué propiedades
mostrado que hay perspectivas esencialistas que reducen los fenómenos sociales a
,diera ser considerada una
categorías inmutables, y a los ¡¡rupos sociales los reduce a tipos estables. El esen-
¡ espedficas.
cialismo de esta variedad categórica comparte con el positivismo la reificación de
no hay esencias parecería
los fenómenos experimentales en objetos externos. El esencialismo categórico es
es distinto de un cuento,
peligroso en cuanto tiende a ver las cosas en ténninos absolutos y a partir de estas
alivio, la confianza es dis- >
• propiedades fijas se derivan convicciones morales.
,ncias no plantea casi nin-
línea entre la poesía y la
, en algunas ocasiones) no
osas depende precisamente
El tema de la (inlconmensurabilidad
rt demostró que estos Cam-
La cuestión que con más frecuencia se plantea en relación con la (in)conmensu-
"cidos familiares de signi-
rabilidad tiene que ver con la relación entre los estudios culturales y la fenomeno-
, ciertas propiedades esen-
logía. Naruralmente, ni que decir tiene que la experiencia es personal y está
xcr con exactitud dónde
influenciada por factores como el género o la cultura. Por ejemplo, la actitud feno-
.s límites poco determina-
menológica ¿es compatible con la feminista! La mejor respuesta probablemente sea
sí y no, puesto que no existe un único tipo de feminismo ni un solo método feno-
n de esencia es sumamen-
menológico. Algunas feministas han señalado que detenninados temas -como la
la tendía hacia [a simplifi-
idea de la esencia en la filosofía, el epoehé en el primer Husserl, la mirada objetifi-
1e sus seguidores. La esen-
cadora de Sartre o la noción de encamación en Merleau-Ponty- han sido hastan-
lOzcamos algo, sino que se
te insensibles a los factores contextuales de la cultura, el género y el idioma en la
mpleja multitud de aspec-
constitución del significado.
ircunstandales y otras son
Pero, en resumen, se podría argumentar probablemente que existen muchos te-
esencia» deriva del verbo
mas epistemológicos y ontológicos importantes que son compartidos por la feno-
te existenciaL Pregunta lo
menología y los estudios de género; al está la crítica husserliana al naturalismo en
nda interroga sobre lo que
las ciencias positivas, que es una reminiscencia de la crírica de la hegemonía de la
l esta pregunta aun siendo
verdad, la objetividad y la neutralidad científica; b) el planteamiento fenomeno-
taje, etc. Es por este moti'J lógico de reclamar la experiencia vivida es importante para las mujeres que quie-
'ascinante: cualquier inter'
ren conocer la diferencia entre las experiencias de las mujeres u otras chicas en
:ión puede partir de cero;
relación con las de los hombres u otros chicos; e} el método fenomenológico de
luede ser interminable.
cuestionar radicalmente las propias presuposiciones es compatible con el hecho
vicio. Al sOstener que las
de desenmarañar reflexivamente los prejuicios masculinos en el idioma y en las
peligro de confundir cul-
instituciones y las prácticas de la vida cotidiana; d) la importancia que la fenome-
¡dades y las dencias socia-
nología concede a dejar en suspenso los sesgos teóricos también puede servir para
rspectivas filosóficas y cul-
que nos demos cuenta de las raíces patriarcales de muchos conceptos teóricos,
eminidad, la infuncia o la
estructuras lingüísticas y métodos en ciencias como la medicina, el psicoanálisis y
morales de estas definido-
:ememente débiles o emo-
y
la educación; el la fenomenología los estudios de género implican ambos consi- S
derar la experiencia tal como la vivimos, y no como la representamos en la teoría :>
I o que los niños son¡ por
abstracta y en las oposiciones binarias del tipo pensar y sentir, cognición y emo- )
stos de Su inclinación nat,
15
ción, acción y reflexión; J) ambru; pretenden encontrar modos de discurso, voz y tión es importante puesto ("
expresión que puedan descubrir el significado sentido que va más allá del paradig- ría, la medicina o el asesora
El tema dellenguaj e
Notas
$La persona que empieza un estudio fenomenológico hermenéutico descubre pron-
{ to que esta forma de investigación no es un sistema cerrado" Existen muchas para- 1 Véase Patricia De Marre1
dojas que van marcando las rutas de un viaje por las ciencias humanas. Cuando se Meulenhoff, 1966"
desarrolla un enfoque sobre los fenómenos de la experiencia vivida, pronto estos ¡ Véase Terry Eaglcton, The ¡!
fenómenos aparecen sumamente esquivos y problemáticos. Si me centro en una J Véase Max van Manen (en
16
-modos de discurso, voz y tión es importante puesto que muchas profesiones, como la pedagogía, la enferme-
le va más allá del paradig- ría, la medicina O el asesoramiento, parecen requerir no sólo técnicas que se pueden
1 y el controL Desde este ensew y conocimientos 'especializados, sino también habilidades que tienen que
ser bastante sensible a las ver con capacidades discrecionales, intuitivas, páticas y con el tacto. Parece que es
itura. en estas direcciones donde se encuentran las aportaciones relevantes y continuas de
la fenomenología hermenéutica para la epistemología de la práctica profesional'.
NQtas
menéutico descubre pron-
ado. Existen muchas pam- • 1 Véase Patrida De Martelaere, Een verIangen nadr QntroDstbaarheid. Ámsterdam:
_lCiaS humanas. Cuando se Meuleohoff, 1966.
encía vivida, pronto estos 1Véase Terry Eagleton, The i!!usions Df postmodernism. Oxforo: Blackwell, 1996, p. 98.
coso Si me centro en una 1 Véase Max van Manen (en preparación), Meaning and Method.
'o que no se expres<l fácil-
ra(s) utilizo para describir
: «¿Alguna vez te ha suce- f
, una película o unas pocas
estra investigación. Y aun
ática, más compleja y más ..
,\ investigador en ciencias
tener una fe casi irrazona . .
nprensible lo que siempre
je musical evocativo. Me
ni espalda. Me acuerdo de
a amabilidad de alguien a
iones de aventura. Inter-
to e interpreto los posibles
nos describir o interpretar
1, «nada». Y
ti!izamos el lenguaje en la
17
e
INTRODUCCIÓN
Consideramos importante
es la intención de este lib,
lector en él. Por una par!
una aproximación a la in
utiliza, desde una perspect
, lnenéutica. Y, por la otra
cómo convivimos con los
cadores.
De esta forma es como
pero, sobre todo, como ur
de llevar a cabo la tarea dE
go, en este terreno, tal y C(
vestigar por investigar, sir
con un interés profesiona
bien la psicología. Por lo !
ser una guía para todos a(
con la pedagogía.
Los diversos ejemplos q
• experiencia vivida requerirá
nificados de «docencia» 1
Ciencias humanas
•
INTRODUCCIÓN
19
Investigación educativa y experiencia vivida
mo las entienda cada individuo son los puntos de partida importantes, pero no va de la Oeisteswissenschaftl
constituyen por sí mismas e! método propiamente dicho. holandesa era su marcada
Naturalmente, también es cierto que la forma en que se articulan determinadas Se pretendía que los estudi
Jpreguntas está relacionada con e! método de investigación con e! que cada indivi- Flitner, Bollnow, LangeveJ
¡
duo tiende a identificarse. Así pues, existe cierta dialéctica entre pregunta y méto- mediante osmosis o aprend
do. Entonces, ¿por qué es necesario adoptar una determinada aproximación a la mento como Bildung. Pero
investigación y no otra? La elección deberá sustentarse en algo más sólido que un ban. De los teóricos halan!
simple deseo, preferencia, gusto o moda. En realidad, e! método que seleccionemos decía que no había medio(
'. deberá mantener una cierta armonía con el interés más profundo que convierte a bajo era o muy bueno o n
" cada padre o profesor en educador por encima de todo. lograron sobrevivir en el ti
La aproximación a las ciencias humanas que se presenta en Investigación educa- En su libro Verdad y mét,
tiva y experiencia vivida es meramente fenomenológica, hermenéutica y semiótica u pación por un método o UI
orientada al lenguaje, no sólo porque el lenguaje sea de nuestro mayor interés o ética e! espíritu de la «teoIl
sintamos una predisposición particular hacia él, sino porque la pedagogía exige trar que la preocupación d
cierta sensibilidad y receptibilidad fenomenológica hacia la experiencia vivida, «ciencia humana objetiva»
como son, por ejemplo, las realidades y e! mundo de la vida de los niños y los me- do real del concepto de vid
nores. De este modo, podemos decir que la pedagogía necesita de la hermenéutica «método» en e! título de! J
para otorgar un sentido interpretativo a'los fenómenos de! mundo de la vida, con buido a su inmensa populaJ
e! fin de determinar la importancia pedagógica de las situaciones y relaciones de la caso, en este texto esperarr
vida cotidiana con los niños y los menores. Y también necesita de una vía lingüís- metodológicos que es induc
j tica que posibilite que la reflexión textual, en tanto que proceso de investigación,
contribuya a la reflexión y al acercamiento desde un punto de vista pedagógico.
te prescriptivo o tecnocrát
que prácticamente cualquie
Por lo tanto, la pedagogía es la actividad de enseñar, ejercer de padres, educar tigación en ciencias human
o, en general, convivir principalmente con niños o menores, que requiere una dológicas. No obstante, no
actuación práctica y constante, tanto en situaciones como en relaciones concre- estud{,mtes de ciencias hur
tas. Las formas de conocimiento generadas por una metodología basada en las considerados como «muy 1:
ciencias humanas, tal como se describe en este texto, pretenden cumplir con los las ilusiones seductoras de 1
objetivos prácticos de la pedagogía. El término «ciencias humanas» se utiliza En Estados Unidos, e! ál
de forma más limitada y cauta en Investigación educativa y experiencia vivida de lo I cionismo simbólico, la so
que suele emplearse en otros textos de la misma naturaleza y temática. Es impor- dología, la teoría crítica, lo
tante tener presente que, en este libro, «ciencias hUlnanas» se utiliza a menudo de por varias aproximaciones
forma intercmnbiable con los términos «fenomenología» o Este • algunas de sus rafees en la
uso no contradice en nada la tradición fenomenológica hermenéutica que existió son originarios de Estados 1
en Alemania, aproximadamente desde e! año 1900 hasta 1965, y en los Países raL, se suele atribuir a Wi
Bajos, desde 1945 (aproximadamente) hasta 1970. Por lo tanto este texto pre- Naturwissenschaften (las ch
tende ser una ampliación actual y moderna de ciertos aspectos de aquella tradi- un planteamiento metodol,
ción de la «pedagogía de las ciencias humanas». dio propio de las Oeisteswl
Como ya hemos mencionado, este texto se nutre y alimenta de las tradiciones Oeist, es decir, la psique, la
europeas; por ello, hemos intentado llevar a cabo una interpretación metodológica sentimientos, las emocionE
de las obras de otros autores alemanes y neerlandeses. Una característica distinti- tificación en las lenguas, 1,
20
__________________OCOieoncc"ias humanas
21
InvesllgacIDlJ educativa y experiencia vivida
a riesgo de simplificar demasiado, podríamos decir que la diferencia entre las cien- tal para el proceso del de"
cias naturales y las ciencias humanas reside en lo que estudian: las ciencias na- lo que expone) siempre ce
turales estudian los «objetos de la naturaleza», las «cosas», los «acontecimientos del método,
naturales» y .el modo en que se comportan los objetos», Las ciencias humanas, en
cambio, estudian a las «personas» o a los seres que tienen «conciencia» y que «ac"
túan con determinación» en el mundo y para él, y crean objetos con «significado» ¿POR QUÉ INVESTIGAR
que son «expresiones» de la forma en la que los seres humanos existimos en el
mundo, «Quienquiera qlle esté bu
El método preferido de las ciencias naturales, desde Galileo, siempre ha sido la linterna»), dijo una vez N ie
observación distanciada, el expetimento controlado y la medición matemática o rística al filósofo Diógenes
cuantitativa. Y cuando el método de las ciencias naturales se ha aplicado a las cien- diar el ser humano en su !
cias sociales conductistas, para apoyarse, se han mantenido procedimientos de tipo de estudio? Diógenes
experimentación y análisis cuantitativo, Por el contrario, el método preferido ahora lo conocemos come
de las ciencias humanas implica la descripción, la interpretación y el análisis críti- y capacidad de réplica, qU!
co o reflexivo sohre nosotros mismos, «Nos explicamos la naturaleza, pero la vida ticulacíón pantomímica y 1
humana la tenemos que entender», decía Dilthey (1976). Mientras que las cien· la ciudad a plena luz del d
cias naturales tienden a «taxonomizar» los fenómenos naturales (como es el caso ba algo que se le había pe
de la biología) y a «explicar» desde un punto de vista causal o meramente proba•. qué estaba intentando en
bilístico el comportamiento de las cosas (como es el caso de la fisica), las ciencias plena luz del día puedo en
humanas pretenden exponer el significado de los fenómenos humanos (como es el se señalaba a sí misma, los
caso de los estudios de textos literarios o históricos) y a «comprender» las estruc- seres humanos verdaderos»,
tutaS de significado de las experiencias vividas (como es el caso de los estudios fe- demostración, Pero la ané,
nomenológicos del mundo de la vida), xionar en relación con la
El punto de partida de este texto es la tesis que afirma que: "La investigación enI pantomímico de Diógene,
el campo de la educación, basada en las ciencias humanas, y que se lleva a cabo por I¡;.}. ¿qué significa plantear es
educadores, debe siempre ser guiada por normas pedagógicas», El modelo funda- también sacudir las concie
mental de esta aproximación es la reflexión textual sobre las experiencias vividas, respuestas fáciles: «un ser
así como las acciones prácticas de la vida cotidiana, siempre con la intención de natural, sino que es algo ql
aumentar el carácter reflexivo y la iniciativa práctica, Para ello, la genes insinuaba que tenfa
descnbe la fonna en que cada individuo se orienta hacia la experiencia VIvida; la curiosa artimaña de la !in
se refiere a cómo cada individuo interpreta los «textos» de la vida, expresar que no podfa <<ve
y finalmente la se utiliza pam desarrollar una aproximación práctica, algo de luz sobre la cuestÍ<
• lámpara, Di6genes mostral
escrira o lingüística al método de la fenomenología y la hermenéutica, Lo innova-
dor en este texto es que la investigación y la escritura se consideran actividades tú y extravagante) sino COl
pedagógicas estrechamente relacionadas entre sí y prácticamente inseparables, El vida ya vivida,
tipo de reflexión necesaria, en el acto de escribir, desde un punto de vista fenome- Desde el punto de vist
nológico y hermenéutico sobre el sentido y el significado de los fenómenos de la modo en que experimente
vida diaria es fundamental para la investigación en pedagogía. De esto se despren- vimos en nuestra calidad (
de que Investigación educativa y experiencia vitlida tiene ambiciones pedagógicas en esencialmente «estap} en 4
dos niveles: en uno ofrece urm aproximación'a la investigación, que es fundamen- es
22
Ciendas humanas
la diferencia entre las cien- tal para el proceso del desarrollo de la pedagogía, y en e! otro busca la práctica de
, estudian: las ciencias na- lo que expone, siempre centrándose en cuestiones pedagógicas sobre la discusión
lsas», los «acontecimientos del método.
iI-. Las ciencias humanas, en
empre con la intención de natural, sino que es algo que uno mismo debe intentar ser». Y, en apariencia, Dió-
Para ello, la genes insinuaba que tenía !,'falldes dificultades para encontrar buenos ejemplos. La
:ia la experiencia vivida; la r curiosa artimaña de la linte=a encendida a plena luz de! día era su manera de
eta los «textos» de la vida, I expresar que nO podía «ver» a ningún ser humano. Sentía la necesidad de arrojar
lIla aproximación práctica, I algo de luz sobre la cuestión, o, tal vez, dicho de un modo mas adecuado, con su
l hermenéutica. Lo innova- I lámpara, Diógenes mClStraba un compromiso, no con e! discurso filosófico abstrac-
¡ se consideran actividades I to y extravagante, sino con la reflexión práctica en la concreción y plenitud de la
:ticamente inseparables. El f vida ya vívida.
un punto de vista fenome- I Desde el punto de vista fenomenológico, investigar es siempre cuestionar el
modo en que experimentamos el mundo, querer conocer el mundo en el que vi,...
¡do de los fenómenos de la
lagogfa. De esto se despren-
ambiciones pedagógicas en
I
I
vimos en nuestra calidad de seres humanos. Y puesto que «conocer» el mundo es
esencialmente «estar» en el mundo de una determinada manera, el acto de inves-
tigación, que es fundamen- I tígar-cuestionar-teorizar es el acto intencional de unimos al mundo, de ser parte de
23
él de un modo más pleno o, mejor aún, de «convertirnos» en el mundo mismo. La que personas, somos incc
fenomenología denomina principio de «intencionalidad" a esta conexión insepa- bies» (1967). Desde una p'
rable con el mundo. Al investigar cuestionamos los SecretOS e intimidades más que se desenvuelve, o de
ocultos del mundo, que lo constituyen y que hacen que sea mundo para nosotros y menéutíca. Según la idca '
dentro de nosotros. Por lo tanto, la investigación' es un acto de preocupación: que- tesis, o también llamada ex
remos conocer aquello que es más intrínseco al ser. Preocuparse es servir y com- cimiento que pueda genel
partir nuestro ser con aquellos a quienes amamos. Deseamos conocer de forma ver- completamente erróneo d,
dadera su naturaleza intrfnseca. Y si nuestro amor es lo bastante fuerte, no sólo investigaci6n. Las accione,
aprenderemos mucho sobre la vida, sino que nos enfrentaremos, cara a cara, con COmo algo repetible, mient
su misterio. totalmente reemplazables.
El psicólogo austriaco Ludwig Binswanger (1963, p. 173) demostró que lo con- amplio, una filosofía o «te
trario también es cierto. Sólo podemos entender ese algo o a ese alguien por quien irreemplazable. Debemos '
nos preocupamos. En este sentido, el de la forma como llegamos a conocer a un ser la intervención sistemática
humano, las palabras de Goethe son especialmente adecuadas: «Uno aprende a vestigación experimental, 1
conocer sólo aquello que ama y cuanto más profundo y completo tenga que ser aspiramos puede tener un ,
el conocimiento, más fuerte e intenso tiene que ser el amor, en realidad, la pa- Lo que en primer lugar el
sión» (1963, p. 83). No estoy sugiriendo que el amor o la preocupación por sí mis- pre se inicia en el mundo e
mos sean una fonna o método para conocer, pero, como dijo Frederik Buytendijk vida cotidiana que Husserl
en su conferencia inaugural de 1947, el amor se halla en los cimientos de todo co- teórica. Al trasladar a la ce
nocimiento de la existencia humana. Que el conocimiento nO es un acto puramen- experimentados en nuestra
te cognitivo es un principio que con frecuencia aprobamos en la investigación en el sentido auténtico del
educativa. Fenomenólogo.. contemporáneos como el francés Emmanuel Levi- hermenéutica edifica la pe!
nas (I 981) han intentado demostrar la verdad filosófica profunda de esta percep' la afirmación del propio ca
ción. «Especialmente alll donde encuentro a la otra persona en su debilidad, tuar por y para los demás, 1
vuinerabilidad o inocencia es donde experimento la presencia innegable de la la investigación en ciencia:
responsabilidad de amar», por ejemplo: un niño que nos llama puede estar recla- decir, el currículo del ser y
mando nuestra atención de un modo que no nos deja elección. La mayoría de los menéutica es una filosoffa
padres han experimentado esta demanda moral, y muchos profesores y otros edu- un conocimiento previo de
cadores que se ven envueltos en relaciones pedagógicas de un modo que descuida mún» o 10 «social•. La maí
completamente su propio yo, han experimentado este efecto que los niños tienen vida en fragmentos y partfe
en sus vidas. «Cuando amo a nna persona, ya sea niño o adulto, quiero saber que la lleva a cabo. Por ello no
mi amor contribuye al bien de esa persona. Así pues, el principio que guía mis tar esta fragmentación mer
•
acciones es un sentimiento del Bien pedagógico; al mismo tiempo soy sensible a la de entender los fenómenos
unicidad de esa persona en esta situación particular» (van Manen, 1982b). la pedagogía, en tanto que
La fenomenología hermenéutica es una ciencia humana que estudia a las per- riendal como el núcleo de
sonas. En la terminología de invesrigación se suelen usar las palabras «sujetos» o El planteamiento descr;
«individuos» para referirse a las personas sobre las que se elabora un estudio. Pero, murevidente y, sin embar¡
como dijo W. H. Auden, «individuo» constituye principalmente un término bio- hermenéutica es fundamen
lógico que sirve para clasificar árboles, caballos, hombres o mujeres, mientras que critura son aspectos de un r
el término «persona» se refiere a la singularidad de cada ser humano: «En tanto cula la importancia pedag6
24
Ciencias humallas
)s» en el mundo mismo. La que personas, somos incomparables, inclasificables, incontables e irreemplaza-
d» a esta conexión insepa . . bles" (1967). Desde una perspectiva partidista se podría reivindicar la esfera en la
¡ecretos e intimidades más que se desenvuelve, o debería hacerlo, la investigación fenomenológica her-
sea mundo para nosotros y menéutica. Según la idea de que la investigación tradicional, basada en la hipó-
acto de preocupación: que- tesis, o también llamada experimental, está en gran medida interesada en un cono-
"eocuparse res servir y.,com . . cimiento que pueda generalizarse, siempre verdadero en todos los casos, no es
irnos conocer de fonna ver . . completamente erróneo decir que hay cierto espíritu inherente a tal atmósfera de
lo bastante fuerte, no sólo investigación. Las acciones y las intervenciones, al igual que los ejercicios, se ven
:ntaremos, cara a cara, con como algo repetible, mientras que los sujetos y las muestras, como los soldados, son
totalmente reemplazables. Por el contrario, la fenomenología es, en un sentido
173) demostró que lo con- amplio, una filosofía o «teoría de lo único»; se interesa por lo que es en esencia
:0 o a ese alguien por quien irreemplazable. Debemos recordar que en nuestro deseo de descubrir lo que es
llegamos a conocer a un ser la intervención sistemática efectiva, estrictamente desde el punto de vista de la in-
:lecuadas: «Uno aprende a vestigación experimental, tenemos cierta tendencia a olvidar que el cambio al que
y completo tenga que ser aspiramos puede tener un significado diferente para cada persona.
1 amor, en realidad, la pa- Lo que en primer lugar caracteriza a la investigación fenomenológica es que siem-
la preocupación por sí mis- pre se inicia en el mundo de la vida. Se ttata del mundo de la actitud natural de la
IO dijo Frederik Buytend ijk vida cotidiana que Husserl describió como la actitud original, prerreflexiva y pre-
[l los cimientos de todo co- teórica. Al trasladar a la conciencia reflexiva la naturaleza de los acontecimientos
lltO no es un acto puramen. . experimentados en nuestra actitud natural, podemos transfonnarnos o rehacemos,
bamos en la investigación en el sentido auténtico del Bildung (formación). La investigación fenomenológica
francés Emmanuel Levi- hermenéutica edifica la percepción personal (Rorty, 1979), con lo que contribuye a
a profunda de esta percep- la afirmación del propio carácter reflexivo y a la capacidad de uno mismo para ac-
persona en su debilidad, tuar por y para los demás, niños o adultos, con tacto o discreción. En este sentido,
presencia innegable de la la investigación en ciencias humanas es en sí misma un tipo de Bildung o paideia; es
os llama puede estar recla- decir, el currículo del ser y el devenir. Podríamos decir que la fenomenología her-
,lección. La mayoría de los menéutica es una filosofía de lo personal, de lo individual, que ejercemos contra
has profesores y otros edu- un conocimiento previo del carácter evasivo dellogos del «otrO)), el «todo», lo «ca . .
; de un modo que descuida mún" o lo «social". La mayor parte de la investigación educativa tiende a dividir la
,fecto que los niños tienen vida en fragmentos y partículas diminutos que son de muy poca utilidad para quien
o adulto, quiero saber que la lleva a cabo. Por ello no es de extrañar que una ciencia humana que intente evi-
el principio que guía mis tar esta fragmentación merezca más atención. Su atractivo concreto es que preten. .
10 tiempo soy sensible a la de entender los fenómenos de la educación y a la vez mantener una perspectiva de
ran Manen, 1982b). la pedagogía, en tanto que expresión del todo, y una visión de la situación expe-
lana que estudia a las per- riencial como el núcleo de la verdadera acción pedagógica.
:;ar las palabras «sujetos» o El planteamiento descrito en este texto toma muy en serio una noción que es
le elabora un estudio. Pero, muy evidente y, sin embargo, apenas reconocida: investigación fenomenológica \ +- f.
ipalmente un término bio- hennenéutica es fundamentalmente una actividad escrita. La investigación y la es- ¡
es o mujeres, mientras que critura son aspectos de un mismo proceso. En un capítulo posterior se explora y arti.. }
da ser humano: «En tanto cula la importancia pedagógica de la naturaleza reflexiva de la escritura. La herme-
25
néutica y la fenomenología son aproximaciones a las ciencias humanas arraigadas rá alrededor de unas po,
en la filosofía; son a su vez filosofías o disciplinas de la reflexión, Por ello, es impor- emprenderá una descripció
tante para el investigador de ciencias humanas en educación saber algo sobre las clón y la escritura fenomee
tradiciones filosóficas. Ello no significa, no obstante, que deba convertirse en filó-
sofo profesional en un sentido académico, Significa, tan sólo, que cada uno debería
tener los suficientes conocimientos para poder ser capaz de articular las implicacio- La investigación fenom,
nes epistemológicas o teóricas de la tarea de hacer fenomenología y hennenéutica,
sin perder de vista el hecho de que también se está interesado en la praxis pedagó- Digamos lo mismo de un rr
gica de esta investigación; para ser más exactos, significa que la investigación en de la vida, es decir, del mUl
ciencias humanas que es practicada por un educador, se transfonna en una ciencia modo prerteflexívo, y no t
humana pedagógica. reflexionamos sobre él (H
El fin de la investigación ell ciencias humanas para los educadores es ¡¡!camar una nología pretende obtener
competencia pedagógica eselldal: saber cómo actuar con acierto y cautela en situa- significado de nuestras E
ciones pedagógicas, partiendo de un carácter reflexivo minuciosamente labrado. «¡Cómo es talo cual tipo d
Con este fin, la investigación fenomenológica hennenéutica reintegm la parte y el ciencia en el hecho prime'
todo, lo accesorio y lo esencial, el valor y el deseo. Promueve una detenninada con- agudas sobre el modo en q
ciencia atenta a los detalles y a las dimensiones aparentemente triviales de nuestras xiva, sin taxonomizarlo, e
vidas educacionales cotidianas. Nos haCe reflexivamente conscientes de lo come- nos ofrece la posibilidad d,
cuente en lo inconsecuente, de lo significativo en lo que se da por sabido. Las des- explicar o controlar el mur
cripciones fenomenológicas, si se hacen bien, son convincentes y perspicaces, La percepciones plausibles que
elocuencia de los textos puede sorprender si se relaciona con el esfuerzo, el desor- proyecto es nuevo y antige
den y las dificultades implicadas en el proceso de investigación/escritura. «¡Y cuán- to y el conocimiento modo
to dices que has tardado en escribir esto? «¡Después de siete borradores?». co y tecnológico, que el r
Todo esto parece, en cierta forma, ahsurdo hasta que empezamos a discernir el puede causar un gran imp
silencio en la escritura, el cultivo del propio ser, del cual las palabras empiezao a pro- ración. Pero es aotiguo e
liferar en agrupaciones que surgen vacilantes, para luego finalmente formar un tra- humanos han inventado d
bajo escrito minuciosamente, no tao completo como interrumpido, una nales, miméticos y poético
tímida a la llamada de decir algo que merezca la pena decir; de, en reaHdad, «decir» su experiencia vivida.
algo y, a la vez, ser plenamente coosciente de la facilidad con que eSe discurso puede
reducirse a mera palabrería académica,
La investigación fenom
tal como se presentan e
•
¿QUÉ ES UNA CIENCIA HUMANA FENOMENOLÓGICA HERMENÉUTICA?
Cualquier cosa que se pres
¡Qué es la fenomenología hennenéutica? Exisre una diferencia entre aprehender la fenomenología, tanto si
intelectualmente el proyecto de la fenomenología y entenderlo «desde dentro», sentido subjetivámente. L,
Tenemos tendencia a obtener cierta satisfucción del hecho de captar, desde un nemos hacia el mundo. 0,
ptroto de vista conceptual o «teórico», las ideas básicas de la fenomenología, inclu- que estamos ya relacionad
sO cuando una comprensión real de ésta sólo puede lograrse "haciéndola activa- debe presentarse a la cone
mente». Como orientación previa, la idea filosófica de la fenomenología se esboza- queda, por tanto, fuera de '
26
humanas
27
Investigación y experiencia vivida
ciencia es siempre transitiva. Ser consciente es tener conocimiento, en cierto es la naturaleza o esencia (
sentido, de algún aspecto del mundo. Y, por ello, la fenomenología está vivamente tender mejor cómo es estl
interesada en el mundo significativo del ser humano. Es importante darse cuenta concretos?». Por lo tanto,
también de que la conciencia no puede describirse directamente (una descripción rienda habtá sido descrita
reduciría las ciencias humanas al estudio de la conciencia O de las ideas, es decir, la nos permite hacer revivir e
falacia del idealismo). De un modo similar, el mundo en sí mismo, sin referencia a rienda de un modo más c(
una persona o conciencia experimentadora, no puede rampoco describirse directa-
mente (un planteamiento así pasaría por alto que las cosas reales del mundo están
siempre, de forma significativa, constituidas por seres humanos conscientes, es de- La investigación fenom
cir, la falacia del realismo). Así pues, en los casos en que la conciencia misma es el experimentales que vivi
objeto de la conciencia, y por esto debe entenderse «cuando reflexiono sobre mi
propio proceso de pensamiento», la conciencia no es la misma que el acto mismo La ciencia humana fenom,
en que aparece. Esta idea también viene a demostrar que la introspección verdade- tencíales; pretende describi
ra es imposible. Una persona no puede reflexionar sobre la experiencia vivida y a la profundidad y riqueza. Al ,
vez estar viviendo esa experiencia. Por ejemplo, si alguien intenta reflexionar sobre de otras ciencias sociales o
el propio enfado mientras está enfadado, descubrirá que el enfado ya ha cambiado en las relaciones estadísti,
o ha desaparecido. Por ello, la reflexión fenomenológica no es «introspectiva» sino sociales, o en la ocurrenCll
«retrospectiva». La reflexión sobre la ""periencia vivida es siempre rememorativa; otros. Y la fenomenología
eS la reflexión sobre la experiencia que ya ha pasado o ya se ha vivido. aspira a explicar significad.
etnografía, o de ciertos gru
los periodos históricos, que
La investigación fenomenológica es el estudio de las esencias como hace la psicología, (
cuyo caso es la biografía. L
La fenomenología pregunta por la naturaleza misma de un fenómeno, por aquello significados, tal como los,
que hace que algo sea lo que «es», y sin lo cual no podría ser lo que «es» (Hus, verso vital.
,. serl, 1982; Merleau-Ponty, 1962). La esencia de un fenómeno es tan universal que
i
'; puede describirse a través de un estudio de la estructura que gobierna las instancias
o manifestaciones particulares de la esencia de dicho fenómeno. En otras palabras,
la fenomenología puede definirse como el intento sistemático de descubrir y des-
La investigaciÓn fenom.
la perspéctiva de las cie
cribir las estructuras, las estructuras de significado interno, de la experiencia vi-
vida. Un conocimiento universal o esencia sólo puede ser intuido o captado El término deriv
mediante un estudio de las particularidades o instancias tal en la logía reivindica su carácte!
experiencia vivida. (Por -intuición» no nos referimos al tipo de intuición "proble- • un modo sistemático, expl
mática» que siempre puede ser cuestionable cuando alguien afirma, por ejemplo, nuestta experiencia vivida
que ha sabido «intuitivamente» que el Sr. Jones era un mentiroso). Desde un tíonar, reflexionar, enfocar
punto de vista fenomenológico, estamos menos interesados en el estado fáctico de «explícita» porque preteno
las instancias particulares: si algo ocurrió realmente, con qué frecuencia suele ocu- las 'estructnras de significac
rrir, o cómo la ocurrencia de una experiencia está relacionada con la frecuencia de los significados implícitos,
otras condiciones o acontecimientos. Por ejemplo, la fenomenología no pregunta: Es «autocritica» puesto que
«¡Cómo aprenden estos niños este material concreto?», sino que pregunta: «¡Cuál tivos y métodos para inten
28
Ciencias humanas
conocImiento, en cierto es la naturaleza o esencia de la experiencia del aprendizaje, para que yo pueda en-
omenología está vivamente tender mejor cómo es esta experiencia de aprendizaje concreta para estos niños
Es importante darse cuenta concretos?». Por lo tanto, podemos decir que la esencia o naturaleza de una expe-
(una descripción riencia habrá sido descrita adecuadamente mediante el lenguaje, si la
:ia o de las ideas, es decir, la nos permite hacer revivir o nos muestra la calidad y significación vivida de
n sí luismo, sin referencia a riencia de un modo más completo o profundo.
ampoco describirse directa-
)sas reales del mundo están
Lumanos conscientes, es de- La investigación fenomenológica es la descripción de los significados
e la conciencia misma es el " experimentales que vivimos, tal como los vivimos
.: uando reflexiono sobre mi •
" misma que el acto mismo La ciencia humana fenomenológica es el estudio de los significados vividos o exis- 1
le la introspección verdade- tendales; pretende describir e interpretar estos significados hasta un cierto grado de <
, la experiencia vivida y a la profundidad y riqueza. Al especializarse en el significado, la fenomenología difiere
en intenta reflexionar sobré' de otras ciencias sociales o humanas que tal vez no se centran en el significado, sino
, el enfado ya ha cambiado en las relaciones estadísticas entre variables, en el predominio de las opiniones
1 no es «introspectiva) sino sociales, o' en la ocurrencia o frecuencia de determinados comportamientos, entre
a es sielnpre rememorativa; otros. Y la fenomenología se distingue de otras disciplinas en el hecho de que no
ra se ha vivido. aspira a explicar significados específicos de cultums determinadas, como lo hace la
etnografía, o de ciertos grupos sociales, ya que de ello se ocupa la sociología, ni de
los periodos históricos, que es tarea de la historia, ni de los distintos tipos mentales,
las esencias como hace la psicología, o bien de la historia vital personal de un individuo, en
cuyo caso es la biografía. La fenomenología intenta fundamentalmente explicar los )
. un fenómeno, por aquello significados, tal como los vivimos en nuestra existencia cotidiana, en nuestro uní- ?
,dría ser lo que «es» (Hus- verso vital.
Smeno es tan universal que
que gobierna las instancias
nómeno. En otras palabras, La investigación fenomenológica es el estudio de los fenómenos desde
,mático de descubrir y des- la de las ciencias humanas
,mo, de la experiencia vi-
,de ser o captado El término "ciencia» deriva del latín scientia, que significa "saber», La fenomeno-
lS tal COmo aparecen en la logía reivindica su carácter científico en un sentido amplio, puesto que estudia de
1 tipo de intuición "proble- un modo sistemático, explícito, alltocrítico e intersubjetivo su objeto de estudio:
guien afirma, por ejemplo, nuestra experiencia vivida. Resulta "sistemática» porque utiliza métodos de cues-
un mentiroso). Desde un tionar, reflexionar, enfocar, intuir, etc., puestos en práctica de forma específica. Es
,dos en el estado fáctico de «explícita» porque pretende articular, mediante el contenido y la forma del texto,
l qué frecuencia suele ocu· las estructuras de significado labradas en la experiencia vivida, y no tiende a dejar
onada Con la frecuencia de los significados implícitos, como en el caso de la poesía o de los textos literarios.
nomenología no pregunta: Es «autocrítica" puesto que examina continua y constantemente sus propios obje-
sino que pregunta: «¡Cuál tivos y métodos para intentar adaptarse a los puntos fuertes y a las debilidades de
29
su aproximación y sus logros.- Es «intersubjetiva» porque el investigador en cien.. mo e! fundamento de la fel
cias humanas necesita a la otra parte, por ejemplo, al lector, para poder desarrollar menéutica es una búsqued,
una relación dialéctica con el fenómeno y, de este modo, validarlo tal como lo des- mujer puede experimentar 1
cribe. Por lo tanto, la fenomenología es, finalmente, una ciencia «humana», y no supone ser una mujer. Lo n
una ciencia natural, puesto que el de la investigación fenome- investigación fenomenológ
nológica son siempre las estructuras de significado del mundo vivid9 «humano", paare slgnl lca CJercer una t
De forma opuesta, podemos afirmar que los objetos naturales no viven experien- un niño, es posible hablar d
cias de un modo consciente ni significativo. no se corresponda precisaml
meno lógica tiene, como 01
humana: llegar a ser plenaIl
La investigación fenomenológica es la práctica atenta
del carácter reflexivo
La investigación fenome
En efecto, si hay una expresión que defina de un modo más acertado a la feno-
menología es precisamente el «carácter reflexivo'" En las obras de los grandes Por lo tanto, la fenomenole
fenomenólogos, el carácter reflexivo se describe como una concienciación, una tipo de investigación. La m
preocupación, una armonización atenta (Heidegger, 1962), es decir, el acto de pre- de la educación pertenecen
guntarse atenta y conscientemente sobre el proyecto de vida, del vivir, de lo que medios cuando aquéllos (le
significa vivir una vida. Para nosotros, este interés fenomenológico por investigar menológica difiere de otro,
se materializa en nuestras preocupaciones prácticas cotidianas en tanto que padres, resultados no se puede rom
profesores, formadores de profesores, psicólogos, especialistas en atención infantil realidad de éstos. Por ello
o administradores de escuelas. En tanto que educadores, debemos actuar de mane- fenomenológica, no oiremc
ra responsable y sensible en todas nuestras relaciones con niños o jóvenes, o con últimas novedades del secte
aquellos con los que mantenemos una relación pedagógica. Para nosotros, pues, la adecuado pedir una condus
práctica teórica de la investigación fenomenológica está al servicio de la práctica mir un poema para poder I
mundana de la pedagogía: es e! ejercicio de! carácter reflexivo. La investigación
5
pedagógica fenomenológica construye e! carácter reflexivo atento que proporcio-
poema, en sí mismo, constil
fenomenología no difiere d
1
na e! tacto práctico propio de la pedagogfa. diante la exposición de un '
maria implicar a la voz en u
ro poetizar no es «simplem,
La investigación fenomenológica es la búsqueda de lo que significa es pensar en la
ser humano primario. El lenguaje que ;
•
forma abstracta él, es
Cuando investigamos sobre las posibles estructuras de significado de nuestraS expe- Ponty: «un lenguaje que c<
riencias vividas, llegamos a comprender de un modo más completo lo que signifi- como hechizo o poetizacióJ
ca estar en el mundo en tanto que hombre, mujer o niño, teniendo siempre en emanan las palabras. Lo qu
cuenta las tradiciones socioculturales e históricas que han dado significado a nues- tro ontológico de nuestro s'
tras formas de estar en e! mundo. Por ejemplo, entender lo que significa ser mujer de" las palabras, podamos e
en nuestra época actual es también comprender la presión de las estructuras de sig- habíamos pensado o sentid
nificado que han sido restrictivas, ampliando o cuestionando la naturaleza, así ca..
30
V:0
O'atleias llumanos
31
•
illvestigación educativa y experiencia vivida
32
CieJlcias humanas
33
vivida
nociones utilizadas en ciencias humanas, cama por ejemplo «verdad, método" racionalista consiste básíc
comprensión, objetividad, subjetividad o discurso válido», y el significado de "des- y el diálogo. Es también a
cripción, análisis, interpretación, escrito, texto» etc., siempre deberán entenderse a la vez una relaci6n COru
dentro de una cierta {lers noción de «comprensión» la fe en que podemos COI
sue e in erpretarse e un mo o mucho más limitado en las ciencias conductistas :"\¡ sean comprensibles para D
que en las humanas, lo que constituye un aspecto que a veces se plantea en tér- ./ inteligible. Pero una pers
minos de la diferencia entre la comprensión tacional y la comprensión empática $:/ que la experiencia human
Wilson, 1970). Los filósofos del ámbito de las ciencias humanas han sos-J; quier descripción singular
teOldo que las nocIOnes de «verdad y comprensión» en ciencias humanas re- No obstante, reconocet ql
quieren una ampliación del concepto de racionalidad (véase Gadamer, 1975; Ri- convierte al individuo de
coeur, 1981). En contra de este argumento, los críticos de las ciencias humanas en Por 10 tanto, creer en E
educación han indicado que el discurso de las ciencias humanas suele ser tan sólo es la complejidad y el
aproximado, demasiado ambiguo, que por lo general está basado, de forma inade- xión. La vida humana n
cuada, en datos observables y mesurables, que no se puede reproducir, que es poco hacerse reconocible a si rr
generalizable a poblaciones definidas, que es irracional, poco científico, poco rigu- tancia, misteriosa. Es un
roso, subjetivo, etc. vida pueden hacerse inr.
Indudablemente, un cierto grupo de trabajos en el ámbito de las ciencias huma- Por este motivo} una cien
nas en educación denominados fenomenológicos, hermenéuticos o emográficos no de experiencias humana
pasarían la pOleba de los criterios de racionalidad, ya que no sólo no cumplen los dad que se limite a una i
criterios de la perspectiva «investigacional. en ciencias naturales, sino que tam; humana. Del mismo mad
poco cumplen los requisitos establecidos por las ciencias humanas. También exis- permitir exclusivamente I
ten profesionales de la investigación en ciencias humanas en educación que recha- humana mediante cancel
zan con desprecio cualquier necesidad de criterios o requisitos; argumentan que la en lugar de profundizar er
suya no es una ciencia «radona!», que ser racionalista es ser íntelectualista, posi.. . en algo insustancial. En S\
tivista, cientifista e insensible a las dimensiones de la verdad y la comprensión miento que fijan la vida 1
intuitivas, y cuyo fundamento principal se basa en la experiencia vivida. No obs- de la teorizaci6n científic
tante, 10 que estos últimos no suelen ver es que rechazar la norma de la racionali- na, hasta que la vida se c
dad significaría suponer que no existe base alguna.sobre la que los Seres humanos rante destacar este punto,
puedan llegar a una comprensión común, y supondría también asumir que no exis- la acusaci6n de generar t.
te un criterio en las ciencias humanas hacia el que el individuo deba orientarse de sos o ambiguos. Cuando t.
forma autorreflexiva y disciplinada. da emplean estilos literari
En lnvestigací6n educativa y experiencia vivida. no vaya negat la necesidad de un· explicar las cosas que paf>
fundamento racional, si bien encaminaré mis esfuerzos hacia una noción más am- • medios de expresión sean
plia de la racionalidad. En consecuencia, nuestra orientación hacia la educación expresada de un modo m,
desde las ciencias humanas redefine el significado de conceptos como por ejemplo te un peligro: el riesgo dE
«objetividad» y «subjetividad», y no establece diferencias insalvables entre hecho riencia académica intente
y valor, entre lo empírico y lo normativo. cado, rimbombante, prete
La ciencia humana es racionalista en tanto que trabaja sobre la presuposición de Además, deberíamos re
que la vida humana puede hacerse inteligible, siempre accesible al «lagos» o razo- "."'."
namiento humano, en el sentido más ampllo o bien expresado en su totalidad. Set la exactitud sesu,ilim-c()u
34
Cicm:ias humanas
,jemplo «verdad, método, racionalista consiste básicamente en creer en el poder del pensamiento, la intuición
)>>, y el significado de «des-
yel diálogo. Es también aceptar la posibilidad de comprender el mundo y mantener
empre deberán a la vez una relación considerada y conversacional con éL La racionalidad expresa
'comprensión» la fe en que podemos compartir este mundo, en que podemos hacer que las cosas
n las ciencias c(mductistas· :t sean comprensibles para nosotros y para los demás, que la experiencia pueda hacerse
a veces se plantea en tér- >§ / inteligible, Pero una perspectiva basada en las ciencias humanas también supone
, la comprensión empátíca que la experiencia humana vivida es siempre más compleja que el resultado de cual-
:iencias humanas han sos- Z I quier descripci6n singular y que siempre hay un elemento de 10 inefable en la vida.
en ciencias humanas re- < No obstante, reconocer que la vida es fundamenml o definitivamente misteriosa no
convierte al individuo de forma automática en místico teórico.
(véase Gadamer, 1975; Ri-5 •
:le las ciencias humanas en Por lo tanto, creer en el poder del pensamiento también implica reconocer que
humanas suele ser tan sólo es la complejidad y el misterio de la vida 10 que, por encima de todo, exigen refle-
tá basado, de forma inade- xión. La vIda humana necesita conocimiento, meditación y consideración para
,de reproducir, que es poco hacerse reconocible a sí misma, incluyendo su naturaleza compleja y, en última ins-
poco científico, poco rigu- tancia, misteriosa. Es un racionalismo inocente que cree que los fenómenos de la
vida pueden hacerse intelectualmente cristalinos o teóricamente transparentes,
,bito de las ciencias huma- Por este motivo, una ciencia humana que intenta hacer justicia a toda la variedad
,néuticos o etnográficos no de experiencias humanas no puede funcionar bajo un concepto de racionali-
ue no sólo nO cumplen los dad que se limite a una interpretación de carácter intelectual formal de la lógica
18 naturales, sino que tatu.. humana, Del mismo modo, el lenguaje del pensamiento no puede censurarse para
\s humanas, También cxis' permitir exclusivamente una forma de discurso que intente recoger la experiencia
as en educación que recha- humana mediante conceptos abstractos cnrente, de fuerza y sistemas lógicos, que
[uisitos; argumentan que la en lugar de profundizar en nuestro conocimiento de la vida humana lo conviertan
es ser intelectualista, posi- en algo insustanciaL En su mayor parte, la ciencia social produce formas de conoci-
I verdad y la comprensión miento que fijan la vida aferrándola a los términos y a la gramática de las formas
xperiencia vivida. No obs- de la teorización científica que solidifica el significado más vivo de la vida huma-
Ir la norma de la racionali- na, hasta que la vida se convierte en algo irreconocible ante sí misma, Es impor-
e la que los seres humanos tante destacar este punto, precisamente porque las ciencias humanas suelen recibir
1mbién asumir que no exis.. la acusación de generar textos un tanto vagos, imprecisos, inexactos, poco riguro-
,dividuo deba orientarse de sos Oambiguos. Cuando teóricos como Merleau-Ponty, Heidegger, Levinas o Derri-
da emplean estilos literarios aparentemente evasivos o incluso poéticos y modos de
a negar la necesidad de un explicar las cosas que parecen elusivos, ello puede obedecer a que dichos estilos y
hacia una noci6n más ame medios de expresión sean concomitantes a una noción de la racionalidad humana
ltaciÓn hacia la educación expresada de un modo más rico. Por el lado contrario, sin embargo, también exis-
.nceptos como por ejemplo te un peligro: el riesgo de que un individuo de talento insuficiente y poca expe-
ias insalvables entre hecho riencia académica intente esconder su falta de conocimiento tras un discurso ofus-
• cado, rimbombante, pretencioso o auto indulgente. .' ),.
ia sobre la presuposición de Además, deberíamos reconocer que
lCcesible al «logos» o taZO- criterios de reclsi6n, exactitud y rigor. En las ciencias cuantitativas, la precisi6n y ,
)resado en Su totalidad, Ser ía-;;:;¡;;Ci'ttud se sue en considerar in icativos de minuciosidad en la medición y de . \0\
'¡:vI,',
\
35
investigaci6n educativa y experieHcia ...._____ _ __
. perfección en el diseño de la investigación. Por el contrario, las ciencias humanas punto neurálgico ejempl:
buscan la precisión y la exactitud mediante descripciones interpretativas que exijan un investigador o teórÍc
plenitud y totalidad de los detalles y que exploren hasta un cierto grado de perfec- lugares extraños y exótic
36
Ciencias /rum.anas
rario) las ciencias humanas -< punto neurálgico ejemplar de los significados expresados por esa situación. A veces,
s interpretativa¡¡ que exijan un investigador o teórico se asemeja a un viajero de épocas míticas que recorría
l un cierto grado de perfec- lugares extrdiios y exóticos para después volver alIado de la gente común y expli-
;té estudiando en el texto. carles historias fascinantes sobre cómo es el mundo «realmente» (Jager, 1975). Por
«dureza»; la investigación este motivo existe ese sentimiento de temor reverencial asociado al especialista en
nente dura, estricta e infle- ciencias naturales vestido de blanco, que viaja por los mundos misteriosos de la mí-
"datos duros» se refieren al crofísica, la macrofísiéa o la astrofísica, o bien por el sorprendente mundo de la tec-
:ivas o medidas observables. nología infonnática. En cambio, el especialista en ciencias humanas no va a ningu-
;8 rigurosa cuando es «fuer- na parte. Se queda exactamente aquí, en el mundo que compartimos con los demás
de ciencias humanas fuerte • seres humanos. Y, aun así, sería erróneo decir que los profesionales de las ciencias
¡ abogar por la unicidad e humanas no tienen irresistibles «historias» que contar. ¿O acaso no son las histo-
¡qué significa defender algo rias más atractivas precisamente las que nos ayudan a entender mejor lo que es más
fica también que una cien> común, más dado por sabido y lo que nos concierne de un modo más cotidiano y
«sutil» y «sen'" directo?
nificados de los fenómenos La fenomenología apela a nuestra experiencia común inmediata con el fm
efectuar un análisis esttuctural de lo que es más habitual, más familiar, más eviden-
1, como la experiencia del te para nosotros. El objetivo es elaborar una descripción (textual) estimulante
elaciones humanas vividas, evocativa de las acciones, conductas, intenciones y experiencias humanas tal como?
r ello, se requiere sutileza y las conocemos en el mundo de la vida. Para lograr este propósito, los científicos
.Izac, Proust, Valéry o Cé- humanos suelen utilizar las obras de poetas, escritores, artistas o cineastas, porque es
y preocupación, el mismo en este material donde se puede encontear la verdadera esencia del ser humano en
ehender el significado del tanto que «persona situada», y es en estos tmbajos donde se puede descubrir la v;¡..
lO significado cobra vida» riedad y las posibilidades infinitas de la experiencia humana de una forma conden-
as humanas fenomenológi- sada y trascendida. El psicólogo fenomenológico holandés Buytendijk (1962) des-
hermenéutica es intentar taca que se pueden extraer tal vez may5res aportaciones psicológica¡¡ de un gran
ltiva completa de algún as- novelista como Dostoyevsky que de las típicas teorías académicas citadas en los
o consciente de que la vida manuales y las publicaciones sobre ciencia social psicológica. El escritor, el poeta, el
'plicación de su significado artista transforman mediante la ficción o la poesía, por ejemplo, o bien refonnulan
la que la reducción comple- la experiencia humana ordinaria en una variedad infinita. Pero ello no significa
vas son inalcanzables. Pero que la ciencia humana tenga que confundirse con la poesía, la narrativa o el arte;
s, lo que debemos hacer es ni que la poesía, la narrativa o el arte puedan verse como formas de la ciencia huma-
na, sino que deben tomarse como herramientas de acercamiento a la naturaleza
se interesa por el mundo humana. Aunque la narrativa literaria y la narrativa de las ciencias humanas sien-
miento. A diferencia de las ten la misma fascinación por la vida situada y por el ser humano situado, ubican sus
:iales que tal vez hagan uso narrativas en distintos puntos de partida, es decir, que aspiran a unos fines
rtificialmente, las ciencias epistemológicos distintos. Una diferencia es que la fenomenología pretende «expli-
res, mujeres y nifíos, «allí» citar» y «buscar significados universales» allí donde la poesía y la literatura perma-
ral. Dicho de otro modo: la necen implícitas y particularistas. Éste puede ser el motivo de que muchos poetas,
,artida la «situación», que, escritores o artistas no quieran tener nada que ver con aquellos comentaristas que
•rpretación, funciona como intentan extraer lecciones universales de un detenninado poema, libro o pintura.
37
En cualquier caso, la diferencia radica, en parte, en que la fenomenología actúa con logía informática es un bu
un sentido de la franqueza distinto. Unschoten (1953) señala con gran precisión la cías sociales o conduet!st"
localización geográfica de la ciencia humana fenomenoMgica cuando afirma que ce del conocimiento. Pe,
«las ciencias humanas empiezan donde la poesía ha alcanzado su puntO fina(". menológica en ciencias I
Investigar y escribir desde un punto de vista fenomenológico es un proyecto en humana sólida conduzca ¡
que deben volverse a plantear los requisitos o criterios científicos normales de obje- no cada vez más efectivos.
tividad y subjetividad. En las ciencias humanas, la objetividad y la subjetividad no ciencias humanas actúan
son categorías mutuamente exclusivas. Ambas su validación de la diberrad,
importancia en la relación orientada, es decir, personal, que el investigador estable- tes de sí mismos que han
ce con el «objeto» de su estudio (Bollnow, 1974). Así pues, «objetividad» signifi- determinadas experiencia
ca que el investigador se «orienta» hacia el objeto, hacia aquello que tiene justo susceptibles a la gestión (
delante de sí mismo. Objetividad significa que el investigador se mantiene «fiel al Y, aun así, las ciencias}
objeto». El investigador deviene, en cierto semido, guardián y defensor de la autén- minado concepto de progl
tica naturaleza del objeto. Quiere mostrarlo, describirlo, intCIpretarlo y, a la vez, humana y «humanizar» la
serie fiel, consciente de que la persona puede ser fácilmente engafiada, confundida a ser cada vez más reflexivi
o fascinada por elementos ajenos. «Subjetividad» significa que hay que ser tan pers- y acierto en determinadas
picaz, intuitivo y agudo como sea posible para poder mostrar o descubrir el objeto ción en ciencias humanas
en toda su riqueza y en su mayor profundidad. Subjetividad significa que nos man- que la comparten con el (
tenemos «firmes» en nuestra orientación hacia el objeto de estudio «de un modo ci6n». Sin embargo, a pe!
único y personal», a La vez que evitamos el riesgo de actuar de un modo arbitrario o tarse en forma textual, tie
autoindulgente o el de dejamos cautivar por unas preconcepciones poco reflexio- humano que dialoga con (
nadas. Los que se adentran en el ámbito de la investigación en ciencias humanas tal tigadonal considerando I
vez necesiten darse cuenta de que los significados precisos de «conocimiento», en ciencias humanas, en
«ciencia», «teoría» e «investigación» se basan en presuposiciones distintas. En este tos «orientados») «firmes»
texto no defenderemos la visión mantenida por la ciencia experimental o conduc- logo con aquellos con qui
tista tradicional. según la cual la investigación es aquel proceso investigativo in- "pátíco» para describir el
ductivo que produce generalizaciones empíricas que luego se formulan o se elabo· fría nos invita a beber, la
mn para crear teorías, así como tampoco la teorización se iguala a un proceso de los niños los invita a jugar,
razonamiento deductivo o especulativo realizado por filósofos o científicos teóricos. sado a hundirse en él, etc.
La investigación y la teorización se suelen considerar, más bien, conceptosinter. humanas invita a una
cambiables para referimos al proceso de reflexionar sobre la experiencia vivida que
se encuentra implicado en las diversas actividades del campo de las ciencias huma·
nas. A veces el énfasis se pondrá en «investigar» cuando, por ejemplo, nos ocupe·
,
Lo QUE UNA CIENC'IA
mos de las prácticas denominadas «de recolección de datos», como las entrevistas
o los análisis de textos hermenéuticos; en otras ocasiones hablaremos más in- A veces, las personas int,
tencionadamente de «teorizar» cuando el objetivo principal sea converrir en dis· fenomenológica como si (
curso, ya sea hablado o escrito, nuestro propio conocimiento reflexivo sobre algo ro para tratar con elmism
específico. necen a otras metodologí
En las ciencias naturales o físicas tenemos una idea sobre la forma en que nue- te determinar lo que la c
vas y mejores teonas posibilitan avances tecnológicos más sofisticados. La tecno· no hace.
38
Ciencias humanas
39
1) "La fenomenología no es una ciencia analítica empírica.» No describe esta- to de partida la experienci
dos reales de cosas; dicho de otro modo: no es una ciencia de hechos empíricos tativas» pueden tener afin
y generalizaciones científicas que cuestione quién hizo el qué, cuándo, dónde, humanas, pero la fenomen
cuántas veces, hasta qué punto, en qué condiciones, etc. Ello no significa, por versalidad. Las ciencias hu
supuesto, que desde un punto de vista fenomenológico no estemos profundamen- occidental y no deben co
te interesados en la experiencia, que resulta también un interés empírico. 'El co- ticas» u orientales que prc
nocimiento fenomenológico es empírico, basado en la experiencia, pero no se la vida». Una diferencia il
deriva de forma empírica "de manera inductiva». Esto significa que la fenomeno- comprender mediante el 1,
logía va más allá de un interés en la «mera» particularidad. Por ejemplo, los estu- métodos orientales suelen I
dios de casos y las etnografías se centtan muy adecuadamente en una determina- escritura.
da situación, un grupo, una cultura o una ubicación institucional para estudiar 3) «La fenomenología r
qué sucede en «ellos», de qué manera «estos» individuos o los miembros de «este» lidad.» La actitud fenom,
grupo perciben las cosas y de qué modo se distinguen en tiempo y lugar de otros empirismo e idealismo, se¡
grupos o situaciones similares. Es probable que estos estudios tengan una cualidad fenomenológico no es «ni
fenomenológica por cuanto piden a las personas que hablen sobre sus experien- cimiento destinado a ser;
cias, pero el fin último de los estudios de casos y las etnografías es describir con de cualquier valor intrím
precisión un estado de cosas existente o una determinada cultura actual o pasada. mediar de un modo person
y este estado de cosas o cultura puede cambiar espectacularmente con el paso del interesado en la concreció
tiempo y ser muy distinto en lugares diferentes. Por lo tanto, sería erróneo hablar es decir, estar interesado
de «la fenomenología de los institutos del West Side de Nueva York», o de «la 4) «La fenomenología
fenomenología del barrio chino de Vancouver», o de «la fenomenología de los buscan soluciones, conodl1
hospitales infantiles de Toronto», por ejemplo. Además, por este mismo motivo técnicas calcula
los métodos basados en encuestas, las estadísticas y otros procedimientos cuanti- . carácter investigacional ql
tativos no son el medio apropiado de investigación fenomenológica en el campo cuando el problema se soh
de las ciencias humanas. son cuestiones de significa,
Es importante también darse cuenta de que la fenomenología no puede ser detenninados fenómenos.
utilizada para mostrar o probar, por ejemplo, que un método de lectura es más las cuestiones de si/,'Ilifica,
«efectivo» que otro, o que determinadas técnicas educativas producen mejores entenderse mejor o con n
notas, etc. En la fenomenología no tienen cabida las generalizaciones empíricas, la prensión, podamos ser cal
producción de afinnaciones con aspecto de ley ni el establedmiento de relaciones acierto en detenninadas Sil
nmcionales. La única generalización pennitida por la fenomenología es ésta: ¡no ficado nunca se pueden ce
generalizar nunca! Las generalizaciones sobre las experiencias humanas resultan relaciones conversacional.
casi siempre problemáticas. Un fenomenólogo citaría maliciosamente al novelista nal, alguien que espere ber
George Eliot, quien en su novela Middlemarch, escribió que es el «poder de genera- Vamos a dm un ejempl,
lizar lo que da a los hombres tanta superioridad en el error y los sitúa por encima tos anteriores. La investig
de los animales estúpidos» (1871/1988). Esta tendencia a generalizar puede evitar ocasiones del acto de "hal:
que desarrollemos unos conocimientos que se centren en la singularidad de la ex- la materia concre!:''' del di
periencia humana. cribirlas, codificarlas, anal
2) "La fenomenología no es un mero cuestionario especulativo en el sentido de términos o ideas, por ejen
una reflexión ingenua.» La investigación fenomenológica siempre toma como pun- tienen como objeto de est
40
Ciencias humanos
'pírica.» No describe esta- to de partida la experiencia vivida o los datos emplricos. Algunas filosofías «medi-
,neía de hechos empíricos tativas» pueden tener afinidades con un determinado tipo de reflexión en ciencias
o el qué, cuándo, dónde, humanas, pero la fenomcnologfa tiene un interés que va más allá de la «pura» uni-
etc. Ello nO significa, por versalidad. Las ciencias humanas fenomenológicas son un método de investigación
no estemos profundamen- occidental y no deben confundirse con detenninadas técnicas meditativas «mís-
n interés emp(rico. El co- ticas» u orientales que pretenden adquirir conocimientos sobre el «significado de
a experiencia, pero no Se la vida». Una diferencia importante es que la ciencia humana occidental aspira a
;ignifica que la fenomeno- comprender mediante el lenguaje experiencias concretas vividas, mientras que los
hd. Por ejemplo, los estu- métodos orientales suelen practicar otro tipo de técnicas reflexivas no basadas en la
tmente en una determina..- escritura.
nstitucional para e;;¡udiar 3) "La fenomenología no es ni una simple particularidad ni una pura universa-
s o los miembros de «este» lidad.» La actitud fenomenológica es más compleja incluso que una mezcla de
m tiempo y lugar de otros empirismo e idealismo, según afirma Merleau-Ponty (1964a). El objeto de interés
udios tengan una cualidad fenomeno16gico no es «ni eterno y sin raíces en el presente, ni un simple
",bien sobre sus experien- cimiento destinado a ser sustituido por otro mañana y, en consecuencia, privado
tnograffas es describir con de cualquier valor intrínseco» (p. 92). Por ello, la fenomenologfa consiste en
:la cultura actual o pasada. mediar de un modo personal entre la antinomia de la particularidad, es decir, estar
:ularmente con el paso del interesado en la concreción, la diferencia y en lo que es único, y la universalidad,
:antO, sería erróneo hablar es decir, estar interesado por lo esencial, en la distinción que marca la diferencia.
:le Nueva York», o de «la 4) "La fenomenología no soluciona problemas.» Las cuestiones problemáticas
«la fenomenología de los buscan soluciones, conocimientos «correctos)) procedilllientos efectivos, estrategias
I
is, por este mismo motivo ganadoras, técnicas calculadoras, «métodos» que obtengan resultado. Un estudio de
os procedimientos cuantÍ; carácter investigacional que pretenda resolver l111 determinado problema finaliza
.omenológica en el campo cuando el problema se soluciona (Maree!, 1950). «Las cuestiones fenomenológicas
son cuestiones de significado.» Cuestionan sobre el significado y la importancia de
omenología no puede ser determinados fenómenos. Un individuo no puede "solucionar» y dar por acabadas
método de lectura es más las cuestiones de significado (Maree!, 1949); las cuestiones de significado pueden
lcativas producen mejores entendetse mejor o con mayor profundidad para que, sobre la base de esta com-
\eralizaciones empíricas, la" prensión, podamos ser capaces de actuar de un modo más reflexivo, con tacto y
lblecimiento de relaciones acierto en determinadas situaciones. Pero en cierto sentido, las cuestiones de signi-
enomenología es ésta: ¡no ficado nunca se pueden cerrar, siempre seguirán siendo el objeto de estudio de las
riencias humanas resultan relaciones conversacionales de la vida vivida y necesitarán que, de un modo perso-
talicíosamente al novelista nal, alguien que espere beneficiarse de tal conocimiento se apropie de ellas.
¡ue es el "poder de genera- Vamos a dar un ejemplo que puede ilustrar de forrna más práctica los argumen-
ITor y los sitúa por encima tos anteriores. La investigación en ciencias humanas y sociales trata en muchas
a generalizar puede evitar ocasiones del acto de «hablar». En la vida se habla mucho. Las conversaciones son
en la singularidad de la ex- la materia concreta del discurso humano: podemos grabarlas en una cinta, trans-
cribirlas, codificarlas, analízar su contenido y la frecuencia de uso de determinados
leculativo en el sentido de términos o ideas, por ejemplo. De hecho, una buena parte de investigaciones
a siempre toma como pun- tienen como objeto de estudio el acto de hablar o utilizan el discurso oral o escri-
41
Investigación educativa y experiencia vivida
to como su fuente de datos esencial. Pero, por cierto, ¿qué es hablar? Recuerdo que cribe cómo, en el acto de
una vez mi madre me dijo, en la víspera del día en que volvía a su país de residen- vado por los celos, la curie
cia: «realmente no hemos hablado». Por supuesto, yo sabía con exactitud lo que en el individuo, como si d,
quería decir y, sin embargo, lo más probable es que reaccionara exclamando: «¡va- que las cosas me absorba,
mos, mamá, durante las últimas semanas hemos hablado hasta por los codos!». embargo, cuando de reper
Efectivamente, habíamos charlado cientos de veces durante los momentos en que mirando, ocurre un cambi(
estuvimos juntos, comimos juntos, fuimos a pasear o visitamos a los amigos. Aun antes mi fonua de ser eW
así, tenía razón: mi madre y yo no habíamos tenido una conversación «auténtica» veo a mí mismo porque alg
mientras estuvo en casa con mi familia. Esa tarde, fuimos a pasear cerca del río y to para el otro». Sartre e
mantuvimos finalmente nuestra «conversación». situación vivida con prof
Pero, aquí, ¿cuál es la cuestión? Para poder entender esta situación, ¿debemos ejemplo de la aproximació
formularla como un «problema»? ¿Existe aquí algún ptoblema que requiera la apli- . riencia de ruborizarse.
cación de un determinado conocimiento para solucionarlo? ¿Qué se necesita para
ser capaz de distinguir entre una «conversación auténtica» y una «mera charla»? Sentir cómo uno mismo «1
Si tuviéramos que conceptualizar un estudio de investigación conductista, podría- siones poco precisas que 1::
mos investigar la incidencia de las reuniones familiares donde no hay ocurrencias momento; lo que realmen
de conversaciones «auténticas». Podríamos establecer la hipótesis de que determi- constante de su propio el
nados factores son los responsables de ello, como, por ejemplo, la presencia de «para» los «demás» [...]. S,
niños, la falta de tiempo compartido o la cantidad de tiempo de separación. Pero su propio cuerpo». En ref
¿llegaríamos a entender mejor en qué sentido se distingue una conversación gonzado por mi propio Clle
«auténtica» de cualquier otro tipo de conversación? Así pues, lo más probable es los demás, lo que me aver
que un especialista en ciencias humanas orientado fenomenológicamente tratara
este tema más como una cuestión que requiere una aclaración de su significado Podría decirse que aquí
vivido. Un fenomenólogo tal vez querría estudiar ejemplos concretos de conversa- descriptiva. Por un lado, lo
ciones reales, la calidad de la relación entre las personas, la naturaleza del espacio la experiencia vivida y, pOI
que es de algún modo' «bueno» para tener una conversación, como un paseo cerca expresiones» de la experie:
del río, por ejemplo;'lo que probablemente no haría sería enviar cuestionarios o to sentido diferentes, pues1
poner a los individuos en situaciones experimentales para ver en qué condiciones' de la vida tal como es vivi
controladas tiene lugar la conversación auténtica, ni tampoco empezaría simple, diada o mediada del mur
mente a «filosofar» sobre la verdadera naturaleza de la conversación auténtica. Un ca. Cuando la descripción
fenomenólogo trataría el tema de la «conversación) no como un problema que bor, por hablar, por una d
requiriera solución, sino que le daría el enfoque de una cuestión de significado so- lectura de un texto, parec(
bre la que fuera necesario investigar. interpretación más fuerte.
últüna instancia, una mel'
menológica en tanto que r
¿DESCRIPCIÓN O INTERPRETACIÓN? [... ] es hermenéutica en e
actividad de interpretar»,
El famoso análisis de Sartre de «La mirada» (1956, p. 252-302) es un conocido Aun así, también result
ejemplo de la descripción minuciosa de una experiencia vivida. ¿Cómo es espiar a en ciencias humanas entr,
una persona? ¿Y cómo es ser visto mirando a alguien de esta manera? Sartre des- experiencia vivida, y la
42
- - _.. _ - - - _ ... _ . _ ... _ - - - - .. .. Ciencias lmmol1as
lié es hablar? Recuerdo que cribe cómo, en el acto de mirar a alguien a través del ojo de una cerradurd, moti-
volvía a su país de residen- vado por los celos, la curiosidad o el vicio, se experimenta una sensación peculiar
,ahía con exactitud lo que en el individuo, como si de «un modo puro de perderme en el mundo, de provocar
donara exclamando: « ¡va".. que las cosas me absorban, igual que el papel absorbe la tinta» se tratara. Sin
,do hasta por los codos!». embargo, cuando de repente oigo pasos y me doy cuenta de que alguien me está
ante los momentos en que mirando, ocurre un cambio esencial en mi modo de percepción. Donde momentos
gitamos a los amigos. Aun antes mi forma de ser estaba gobemada por la conciencia irreflexiva, ahora «me
conversación «auténtica» '\JeO a mí mismo porque alguien me ve. Me experimento a mí mismo corno un obje-
lOS a pasear cerca del rfo y to para el otro». Sartre continúa describiendo la estructura existencial de esta
situación vivida con profusión de detalles y con una sensibilidad precisa. Otro
r esta situación, ¿debemos ejemplo de la aproximación fenomenológica de Sartre es su descripción de la expe-
blema que requiera la apli- . riencia de ruborizarse.
lrlo? ¡Qué se necesita para
ka» y una «mera charla\)? Sentir cómo uno mismo «se mbodza»1 cómo uno mismo «suda», por ejemplo, son expre..
:ación conductista, podría- siones poco precisas que la persona tímida utiliza para descríbir su estado emocional del
donde no hay ocurrencias momento; lo que realmente quiere decir es que es consciente de una manera intensa y
, hipótesis de que determi- constante de su propio cuerpo, pero no de cómo es para sí mismo! smo de cómo es
r ejemplo, la presencia de los «demás» [.. .). Solemos decir que el hombre tímido se siente «avergonzado por
iempo de separación. Pero su propio cuerpo». En realidad, esta expresión es incorrecta; no puedo sentinne aver J
stingue una conversación gonzado por mi propio cuerpo tal como yo Lo hago existir. Es mi cuerpo, tal corno es para
sí pues, lo más probable es los demás, lo que me avergüenza. (Sartre, 1956, p. 353)
omenológicamente tratara
,laración de su significado Podría decirse que aquí tenemos un buen ejemplo de fenomenología existencial
1108 concretos de conversa..-
descriptiva. Por un lado, la fenomenología es la descripción de la cualidad vivida de \
s, la naturaleza del espacio la experiencia vivida y, por el otro, tamBién es la descripción del significado «de las
ción, como un paseo cerca expresiones» de la experiencia vivida. Los dos tipos de descrípción parecen en cier-
::rfa enviar cuestionarios o to sentido diferentes, puesto que la primera es una descripción inmediata del mundo
ira ver en qué condicioneS'
.mpoco empezaría simple-
onversaclón auténtica. Un
de la vida tal como es vivido, mientras que la segunda es una descripción interme-
diada o mediada del mundo de la vida tal como se expresa en forma simbóli-
ca. Cuando la descripción viene mediada por la expresión, por ejemplo, con el m-
t
la como un problema que bor, por hablar, por una determinada acción, ante una obra de arte o mediante la
cuestión de significado so- lectura de un texto, patece como si contuviera de forma intrínseca un elemento de{
interpretación más fuerte. De hecho, hay quien sostiene que toda descripción en
última instancia, una mera interpretación.•El significado de la descripción feno-
menológica en tanto que método reside en la interpretación [...). La fenomenología \
[... ) es hermenéutica en el sentido primordial de esta palabra, donde designa esta (
actividad de interpretar», afirma Heidegger (1962, p. 37).
252-302} es un conocido
, vivida. ¿Cómo es espiar a
e esta manera? Sartre des-
Aun así, también resulta pOSible hacer una distinción dentro de la investigación ';
en ciencias humanas entre la
experiencia vivida, y la en tanto que
que Pll11;j, de la ¡/
de la experlen-
I
43
cía mediante algún «texto» o mediante alguna forma simbólica. Por ejemplo, filó- cer en ciencias humana
sofos como Silverman (1984) distinguen entre la fenomenolog!a descriptiva y la descripción fenomenológ
fenomenología interpretativa o hermenéutica. y los seguidores estrictos del méto- cordar que las descripcic
do trascendental de HusserL insistirran en que la investigación fenomenológiCíJ es vívida, tal como se ba de
pura descripción y que la interpretación hermenéutica ya se encuentra fuera de los mente, que el significado
límites de la investigación fenomenológica. Algunos especialistas en ciencias hu- to o disimulado. Podemo:
manas que siguen este estricto planteamiento de Husserl, por ejemplo Amedeo pueden fracasar en varios
Giorgi (1985), sostienen que el objetivo de la descripción fenomenológica «úni- nes no tengan mérito en
camente» se logra por completo mediante una comprensión directa o intuición de 1) Una descripción pl
la estructura esendal de los fenómenos, tal como aparecen en la conciencia. Des- periencia vivida y sí tene
de esta perspectiva, la noción de hermenéutica o interpretación implica ya el reco- informe periodístico, de (
nocimiento de una distorsión, de una percepción intuitiva incompleta. do de cosas. A veces, el i
¡ Gadamer (1986) distingue entre dos sentidos de la interpretación: según dice, en lógica ha mostrado se
¿su significado original, la interpretación es el acto de "indican, algo pero también de tareas relacionadas co·
>es el acto de «señalar» el de algo (p. 68). El primer tipo de interpretll- 2) Una descripción pu
• CIón «no es una lectura de cierto slgruficado, smo que es claramente un descubri- de alguna manera, no Log
-< miento de aquello que el objeto nüsmo .indica [...1. De una fonna u otra, siempre este caso, la descripción
(, mtentamos mterpretar lo que al mIsmo tlempo se oculta» (p. 68). .3) Una descripción pt
Asr, pues, este sentido de la interpretación se encuentra estrechamente vincu- experiencia vivida; en ca
lado a la tloción de Husserl y Heidegger de la descripción fenomenológica. El se- una explicación teórica é
gundo tipo de interpretación se aplica cuando nos enfrentamos a algo que ya es una Una buena descripciór
interpretación, como es el caso de una obra de arte. Tal y como dice Gadamer: ( algún aspecto del mundo
.; «cuando interpretamos el significado de algo, en realidad estamos interpretando S vivida. En una de sus COI
> una interpretación» (p. 68). Si esta afionación la trasladamos hasta la calidad de tivo fcn01nenológico» ce
meno lógica es algo ante]
un texto de investigación en ciencias humanas, podríamos decir que el texto feno-
menológico resulta descriptivo por cuanto nombra algo. Y en este nombramiento la cabeza, y reconocerlo (
indica algo y pretende dejar que algo se muestre a sí mismo. Y el texto fenomeno- haber tenido. Dicho de
lógico es interpretativo en el sentido de que media. Etimológicamente ",nter- ') recoge a través de la exp,
pretación» significa explicar en el sentido de mediar entre dos partes (Klein, 1971, ( por la experiencia vivida
p. 383). Media entre los significados interpretados y el objeto hacia el que señala bir el nombre de «círculo
la interpretación. Obviamente, hay muchos aspectos asociados a estas distinciones. un adepto a este procese
En este texto utilizaremos simplemente el término «descripción» para incluir tanto tradición de la teoría de
el elemento interpretativo, es decir, hermenéutico, como el descriptivo, es decir, miembros participantes ¿
fenomenológico. Y, en algunas ocasiones, el término «fenomenología» se utiliza
también cuando se destaca la función descriptiva, y el término "hennenéutica. se
aplica cuando se hace especial hincapié en la interpretación, pero en realidad lo INVESTIGACIÓN: PROI
más frecuente es que ambos se utilicen de forma indistinta.
Al iniciar los jóvenes investigadores en humanas su actividad se en- Debemos distinguir entr
cuentran a menudo con dificultades pam distinguir entre descripciones fenomeno- «método»! «técnica» y
lógicas, es decir, interpretativas, y otros tipos de descripciones que pueden apare- bra «metodología" se rel
44
Ciencias humanas
,bólica. Por ejemplo, filó- cer en ciencias humanas o sociales. Entonces, ¿qué es lo que hace que una
,enología descriptiva y la descripción fenomenológica sea distinta de otros tipos de descripciones? Es útil re-
idores estrictos del méto- cordar que las descripciones fenomenológicas pretenden elucidar la experiencia
¡ación fenomenológica es vivida, tal como se ha descrito en los párrJfos anteriores. La cuestión es, natural·
se encuentra fuera de los mente, que el significado de la experiencia vivida por lo general se encuentra ocul·
ecialistas en ciencias hu- to o disimulado. Podemos afirmar entonces que las descripciones fenomenológicas
:rl, por ejemplo Amedeo pueden fracasar en varios aspectos, lo cual no· pretende decir que estas descripcio-
:ln fenomenológica «úni- nes no tengan mérito en otros.
¡ón directa o intuición de 1) Una descripción puede no lograr su principal objetivo de describir una ex-
en en la conciencia. Des- periencia vivida y sí tener, en cambio, el carácter de conceptualización, o bien de
mción implica ya el reco- informe periodístico, de opinión personal o de descripción de cualquier otro esta-
1a incompleta. do de cosas. A veces, el interés en la experiencia que la investigación fenomeno-
rpn,tación: según dice, en lógica ha mostrado se llega a confundir con el periodismo, la biografía u otros tipos
diear» algo pero también . de tareas relacionadas con la escritura.
,rimer tipo de interpreta- 2) Una descripción puede referirse ciertamente a una experiencia vivida, pero,
; claramente un descubri- de alguna manera, no lograr elucidar el significado vivido de dicha experiencia. En
lIla forma u otra, siempre este caso, la descripeión simplemente fracasa en su intento de lograr su objetivo.
(p. 68). 3) Una descripción puede esclarecer un significado, pero que no sea el de una
tra estrechamente experiencia vivída; en cambio, puede ser que logre una clarificación conceptual o
n fenomenológica. El se- una explicación teórica del significado.
amos a algo que ya es una Una buena descripción fenomenológica corutituye una elucidación adecuada de
J y como dice Gadamer: ( algún aspecto del mundo de la vida, que resuena con nuestra percepción de la vida
u:I estamos interpretando > vivida. En una de sus conferencias, Buytendijk se refirió una vez al «gesto afirma-
lamos hasta la calidad de tivo fenomenológico» COrnO forola para indicar que una buena descripción feno·
.s decir que el texto [eno- menológica es algo ante lo que podemos· hacer un gesto de afirmación, inclinando
y en este nombramiento °
la cabeza, y reconocerlo corno una experiencia que hemos tenido que podríamos
no. y el texto fenomeno. haber tenido. Dicho de otro modo, «una buena descripción fenomenológica se
timológicamente «inter. '> recoge a través de la experiencia vivida y evoca la experiencia vivida: es validada
, dos partes (Klein, 1971, í por la experiencia vívida y valida a su vez a la experiencia vivida». Esto suele reci-
bjeto hacia el que seña\a, bir el nombre de «círculo validador de la investigación». Para poder convertirse en
lados a estas distinciones. un adepto a este proceso de validación, debemos aprender a introducirnos en la
.pción» para incluir tanto tradición de la teoría de tal mismos podamos convertirnos en
J el descriptivo, es decit, miembros participantes de la tradición.
momenologfa» se utiliza
'mino «hermenéutica» se
ción, pero en realidad lo INVESTIGACIÓN: PROCEDIMIENTOS, TÉCNICAS Y MÉTODOS
:a.
,anas su actividad se en- Debemos distinguir entre «mérodo» y «metodología» de investigación, y entre
descripcioneo fenomeno- «método» «técnica» y (procedimiento») de investigación. Por un lado, la pala..,.
I
:iones que pueden apare- bea «metodología» se refiere al mateo filosófico, las suposiciones y características
45
Investigación educativa y f'_tperiencia vivida
46
Ciem.'ias humanas
cías humanas, Incluye la y experiencia ,vivida, nos referiremos a unas formas especiales de entrevistar y anali-
aíento y la idea de lo que zar que bien pueden parecer comunes, desde un punto de vista centrado en el pro-
todo de investigación o se cedimiento, a las de otras prácticas de las ciencias humanas o sociales pero que son
1 teorfa que hay detrás del
metodológicamente muy distintas (véase el apartado sobre Entrevistas, pp, 83-86).
¡eguír y por qué, El térmi· En la medida en que sea necesario inventar determinados «procedimientos» y «téc-
¡ca ellogos ( «estudio» ) del nicas» para adecuarse a un estudio en particular, estos procedimientos y técnicas
:a «búsqueda del conocí· tendrán que ser desarrollados dentro de la orientación general que caracteriza a la
1 determinado «modo» de
metodología que se utilice en ese momento, No se puede concebir el análisis fe-
nomeno[ógico-hemlenéutico de un texto como mera variación de las técnicas bien
,dad prácticamente inago- conocidas del análisis textual o como algo idéntico a las prácticas de codificación
,n inventar o adoptar para analrtica, taxonom(a y organización de datos comunes a la etnografra o los métodos
e un modo similar, el tér- basados en la teorla, En primer lugar, el método fenomenológico difiere del análisis
; asociadas con la práctica de contenido en el hecho de que el análisis de contenido especifica de antemano [o
mestra de individuos para que pretende saber de un texto. El análisis de contenido postula sus criterios pre-
s 'determinados "procedi. viamente identificando ciertas palabras o frases que revelan, por ejemplo, hasta qué <
.ales, la entrevista puede punto e[ texto muestra un sesgo sexista. El método de impli- '>
:eneral cuando no se apli. ca que ya sabe cuál es el significado del sujeto que examina: por ejemplo, el signi-
.In diagnóstico o unos ins.
ficado de «sexo». de «feminidad" o de «sexualidad», Por el contrario, las ciencias
trevista, Por ello, también humanas fenomenológicas se orientan al descubrimiento: quieren descubrir qué sig-
:ales que garantizan que la nifica un determinado fenómeno y cómo se experimenta dicho fenómeno,
un informe de investiga· La metodología de la fenomenología es tal que postula un enfoque de la inves-
algo, avanzar y lograr que tigación que aspira a carecer de presuposiciones; en otras palabras, es una metodo·
rocedimientos determina- logía que intenta protegerse contra cualquier tendencia hada construir un con-
junto predeterminado de procedimientos, técnicas y conceptos fijos que regulen el
5, con la diferencia de que proyecto de investigación, Y, sin embargo, no es del todo incorrecto decir que la
jfica «arte», "habilidad») fenomenologla y la hermenéutica, del modo que se describen aquí, tienen definiti-
'ido profesional o técnico, vamente un cierto methodos, es decir, un camino, De manera significativa, Hei-
rico para interpretar datos degger hablaba de la reflexión fenomenológica como el hecho de seguir determi-
era el concepto de una tec- nados caminos, «caminos del bosque» hacia una "clarificacióm> tlonde algo podría
las técnicas. La «tecnolo- mostrarse, desvelarse o aclararse en su naturaleza esencial. No obstante, los cami"
en la «tecnología nas (métodos) no pueden venir determinados por unos indicadores fijos: tienen
que ser descubiertos o inventados como respuesta a la pregunta en cuestión,
argada de consideraciones Tal vez la mejor respuesta a la pregunta de qué es lo que implica un método de i I '
ca o epistemológica parti- investigación en ciencias humanas fenomenológieo-hermenéutico sea ésta: teoría,! I
m etnógrafo algo muy dis- Un investigador en ciencias humanas es un teórico: un observador sensible de las
dista de investigación. En sutilezas de la vida cotidiana y a la vez un lector ávido de textos significativos de
presunciones de realidad, la tradición de las ciencias humanas, de las humanidades, la historia, la filosofía, la
metodología disciplinada, antropo[ogra y las ciencias sociales en tanto en cuanto pertenezcan a su ámbito de
cuando hablemos de interés, que, en nuestro caso, son las exigencias teóricas y prácticas de la pcdago-
) de Investigación educaliva gra, de la vida en común con los nillOS, Así, pues, en un sentido verdadero, no exis-
47
IlIvestigaciólI educativa y experiencia vivida
48
·... ...
. de procedimientos de in- 2} investigar la experiencia del modo en que la vivimos, y no tal como la concep-
amente rápido. En efecto,' rualizamos;
menéutica consiste en que 3) reflexionar sobre los aspectos esenciales que caracterizan el fenómeno:
mbargo, la fenomenología 4) describir el fenómeno mediante el arte de escribir y rescribir;
,n es cierto que el método 5) mantener una relación pedagógica firme con el fenómeno y orientada hacia él:
dste la tradición, un con- 6) equilibrar el contexto de la investigación siempre considerando las partes y el
pensadores y autores, que, todo.
,nte como Una base meto-
ciencias humanas. Por En primer lugar, presentaré brevemente los seis temas metodológicos en la parte
tlomenológica puede con- final de este capítulo. A continuación, cada tema metodológico será expuesto con
, para una forma de inves- más detalle en los próximos seis capítulos.
ora la tradición, pero tam-
l
áginas se desarrollarán en ye la práctica del carácter reflexivo, de una plenitud de pensamiento. Encontramos
1 separación en seis méto- llenos de pensamiento no significa que tengamos una gran cantidad de ideas en
.10 distinciones diferentes nuestra cabeza, sino que reconocemos nuestra gran capacidad de considerarlo todo,
IS, las diversas actividades que eS lo que otorga totalidad o plenitud a la vida. Así pues, la investigación
odo aislado. Las discusio- fenomenológica es el hecho de entregarse a una búsqueda, a una tarea verdadera,
:ríbtr un conjunto de pro- al cuestionamiento profundo de algo que restaura el sentido original de lo que sig-
la capacidad de nifica ser Un pensador, un investigador, un teórico. Un corolario indica que la
investigación fenomenológica no empieza ni continúa de un modo ajeno; siempre
es el proyecto de alguien: una persona real que, en el contexto de unas circuns-
tancias vitales individuales, sociales e históricas determinadas, decide dar sentido
,IÓN a un aspecto específico de la existencia humana. Pero, aunque este reconocimien-
to no niega la plausibilidad de las percepciones adquiridas desde una parte especí-
fica del trabajo fenomenológico, sí que revela el alcance y la naturaleza del pro-
2ias humanas? Reducida a yecto fenomenológico en sí mismo. Una descripción fenomenológica es siempre¡
nenológica hermenéutica «una» interpretación, y ninguna interpretación de la experiencia humana agotaní
ctividades investigadoras: nunca la posibilidad de otra interpretación complementaria o incluso de una des-
cripción potencialmente «más rica» o «más profunda».
-alnente y nos comprome..
49
Invesligació" educntiva y experiencia vivida
,
i-'::"
fenomenológica, a diferencia de cualquier otro tipo de investigación, distingue
Contrariamente a lo que al
una forma de investigación
entre apariencia y esencia, ent.re los objetos de nuestra experiencia y aquello que
parte de aquellos que la prac
constituye el fundamento de los objetos de nuestTa experiencia. Dicho de otro
en su orientación hacia la c
modo, la investigación fenomenológica consiste en acercar de manera reflexiva
clones de desviarse o de vag:
todo aquello que tiende a ser oscuro, aquello que tiende a evadir la inteligibili-
abogar por opiniones y con
dad de nuestra actitud natural en la vida cotidiana. Sobre cualquier experiencia o
narcisístas o
actividad, ya sea la de ser madre, padre, profesor, examinador, lector, deportista,
cos o teorías excluyentes. p,
jefe, prestamista, dibujante o conductor, o sobre la experiencia del tiempo, el espa-
minado fenómeno, una cier
CÍo, los objetos, el cuerpo o todo 10 demás, nos podemos preguntar de un modo
tirse el lujo de adoptar una
reflexivo: ¿ ué es lo que constituye la naturaleza de esta experiencia vivida?
un objetivo si¡''llifica que es
Ser firmes en nuestra orie
defender superficialidades n
50
- - -... _ - - - ... - - - Ciencias humanos
51
vivida
52
Ciencias humallos
ldo las partes y el todo de investigación. N o hay ningún conjunto definitivo de procedimientos de inves-
tigación ofrecidos aquí que se pueda seguir ciegamente. Si bien descifrar los varios
Jregunta la cuestión ti estin: aspectos implicados en e! proceso de investigación puede ayudar al lector, los
ro cuando nos embarcamos momentos críticos de! estudio eluden en última instancia cualquier explicación sis-
:r de vista"el fin de la inves- temática. Tales momentos dependerán más de la sensibilidad interpretativa, la
"tructura dialéctica y en su reflexión inventiva, e! tacto académico y el talento como escritor que desarrolle el
,fecto. En otras palabras, e! investigador en ciencias hUlnanas.
cuestión ti estin que quede
.1 esclarecimiento que da al
e lnedir constantemente el
importancia que las partes
icil quedarse tan enterrado
hacer después ni cómo
omentos será necesario dar
:n que cada parte debe con-
lndamentado en un terreno
Jcimiento ¿son examinadas
mostrado cómo algunas de
os, por ejemplo, son glosas
la investigación en ciencias
pregunta es: ¿cómo se
, de la interacción dinámi-
lesar de que en la presenta-
D significa que se tenga que
hecho, la organización de
:odológicos independientes
l la presentación. En e! pro-
s de modo intermitente o
53
Centre:
de la
LA NATURALEZA DE LA
Centrarse en la naturaleza
de la experiencia vivida
Una vez llegados a este punto tal vez necesitemos la ayuda de una analogía.
Imaginemos, por ejemplo, que es su primer día como profesor de un nuevo curso;
usted se encuentra ante la clase por primera vez y le parece difícil, por un momen-
to, olvidar que todos esos niños o adolescentes "le están mirando». Algunos
profesores pasan por esta misma experiencia cada vez que empieza el nuevo curso
escolar y tienen una o varias clases nuevas. sensación «de sentirse mirado»
pueJe dificultamos el hecho de que nos comportemos con naturalidad y, por
lo tanto, de que hablemos con libertad. Lo mismo sucede cuando alguien es entre-
vistad.. en televisión o participa en un debare. «De repente, todos los ojos se
clavan en mí y me roban la relación que yo daba por supuesta con mí voz y mi
cuerpo. Me obligan a ser consciente de mi experiencia mientras la estoy experi-
mentando. Como resultado, me siento muy incómodo. Sin embargo, tan pronto
como el debate me absorbe y olvido la presencia del público, por decirlo de algún
modo, entonces me involucro de nuevo de una forma inmediata y natural en la ac-
55
educativa vivida
tividad en cuestiÓn. Sólo cuando más tarde reflexione sobre ello podré intentar lo envuelve en la unidad de
determinar cómo fue dicho debate.» experiencia de fouua que p
Varios autores han dest.acado que la experiencia vivida tiene, en primer lugar, «nexo estructural» (Dilthe'
una estructura tempof'dl: nunca puede entenderse en su manifestación inmediata, rística particular o cualidad,
sino sólo de un modo reflexivo, en tanto que presencia pasada. Más aún, nuestra observaba Dilthey, (1985,
apropiación del significado de la experiencia vivida es siempre de algo que ya ha ellas como los temas en el
pasado y que ya nunca podrá entenderse en toda su riqueza y profundidad, puesto «nexo estructural>, (p. 228)
que la experiencia vivida implica la totalidad de la vida. El riencia vivida, algo así com
· de la experiencia vivida se cametedz., desde un punto Q¡(vista metodológico, por convierte en parte de un sü
relacionar 10 particular con lo universal, la parte con el todo, lo episódico con la que han sido explicadas a 1
f totalidad,
Merleau-Ponty (1968) ha dado una expresión más ontológica a la nociÓn de
significado.
«Mi hijo y yo vamos a d
experiencia vivida en tanto que conocimiento inmediato, al que él denomina ningún propósito fuera de si
"sensibilidad»: «cualidad. del espacio, el e
alguna manera, asocio aho
Lo sensible es precisamente aquel medio en el que puede existir el Ser sin que tenga que Mark. Cada paseo que dam,
darse por sabidoj la apariencia sen..¡;¡ible de lo sensible, su persuasión silenciosa) es el empezamos a dar durante n
único modo que tiene el Ser de manifestarse sin convertirse en positividad) sin dejar de de Victoria. Lo que recuerd
ser ambiguo y tr",<cendente [... J. Lo sensible es esro: la posibilidad de ser evidenre en o el levantamiento de la TU.
sLlencio, de ser entendido implkitameme. (p. 214) acrobacias» fuera la parte ,
Levantar la meda de atrás,
La experiencia vivida constituye el punto de parrida y también el de llegada de ese espacio para establecer!
la investigación fenomenológica. El objetivo de la fenomenología radica en trans-? padre. «¡Hacías acrobacias
formar la experiencia vivida en una expresión textual de su esencia, de tal modo 7 amigos mayores que tú? Me
/ que el efecto del texto sea a la vez un revivir reflejo y una apropiación reflexiva de aclarar que Michael es un .'
algo significativo: una nodón por la cual un lector cobre vida con fuerza en su pro- rlo, que es «amigo» de Mar
pia experiencia vivida. das ¡¡¡ertes», gitos de 360·,
Dilthey (1985) sugería que la experiencia vivida es al alma lo que la respiración mientras pedaleamos por e
es al cuerpo: «Igual que nuestro cuerpo necesita respirar, nuestra alma requiere la quién sube antes cuestas es,
satisfacción plena y la expansión de su existencia en las reverberaciones de la vida lado para que pase un coch
emocional» (p. 59). La experiencia vivida es la respiración del significado, En el Las experiencias vividas
flujo de la vida, la conciencia respira significado en un movimiento de vaivén: al reflexionar sobre ellas, 1:
una tensí6n constante entre lo intenlo y lo externo, que se concretiza, por ejem .. meditaciones, conversaciotl
plo, en mi conciencia refleja de esperanza por un niño, y el niño mismo como obje- asignamos significado a los
to de esperanza. Existe una determinada apreciación de la realidad en el flujo de paseo en bici» COn mi hijo
vivir y experimentar la respiración de la vida. Por ello, una experiencia vivida minada relación de campar
tiene cierta esencia, una característica particular a la que llamamos «cualidad» y más personales que podemo
que reconocemos retrospectivamente, tas del ambiente de charla
Gadamer (1975) observó que la palabra «experiencia» tiene un significado con- di,nuto del pasco. en bici 1
densador e intensificador: "Si algo se llama o considera experiencia, su significado aterca nuestros sentimient(
56
CelllyaYSe en la naturaleza de la expericl/cia vivida
te sobre ello podré intentar 10 envuelve en la unidad de un todo significativo» (p. 60). Lo que hace única a la
experiencia de forma que podamos reflexionar y hablar sobre ella es su particular
vida tiene, en primer lugar; «nexo estructural» (Dilthey, 1985), o tema, que da a esta experiencia su caracte-
;u lnanifestación inmediata, rística particular o cualidad, ya sea la idea central o bien el tema dominante. Según
ia pasada. Más aún, nuestra observaba Dilthey, (1985, p. 227) «las experiencias vividas se relacionan entre
5 siempre de algo que ya ha ellas como los temas en el andante de una sinfonía». Hablaba de «estructura» o
queza y profundidad, puesto «nexo estructural. (p. 228) como de algo que pertenece a una determinada expe-
la. ,-""
El ."'-.- riencia vivida, algo así como un patrón o una unidad de significado, que luego se
, de vista metodológico, por convierte en parte de un sistema de experiencias relacionadas contextualmente, y
el todo, lo episódico con la que han sido explicadas a partir de él mediante un proceso de reflexión sobre su
significado.
, ontológica a la noción de «Mi hijo y yo vamos a dar una vuelta en bici.» Puesto que ese paseo no tiene
:diato, al que él denomina ningún propósito fuera de sí mismo -no vamos a ningún lugar en concreto- es esta
«cualidad" del espacio, el estado de ánimo y del mundo compartido lo que yo, de
alguna manera, asocio ahora con el hecho de «ir a dar una vuelta en bici» con
existir el Ser sin que tenga que Mark. Cada paseo que damos tiene algo de la totalidad de los paseos habituales que
su persuaslón silenciosa. es el empezamos a dar durante nuestras vacaciones de verano en el campo, a las afueras
.rse en positl vidad, sin dejar de de Victoria. Lo que recuerdo de esas salidas no son los «pasitos de gato», los saltos
posibilidad de ser evidente en o el levantamiento de la rueda de atrás que practicábamos, incluso aunque «hacer
acrobacias» fuera la parte que más pudiera preocupar a Mark en aquella época.
Levantar la rueda de atrás, por ejemplo, era más bien una manera de aprovechar
a y también el de llegada de ese espacio para establecer la conversación, que la carretera creaba para Mark y su
omenología radica en tram-l padre. «¿Hadas acrobacias cuando tenías mi edad?», «¡qué bici tenías?», "¡tenías
. de su esencia, de tal modo 7 amigos mayores que tú? Me refiero a chicos grandes, como Michael Decore.» Debo
lila apropiación reflexiva de aclarar que Michael es un «gran» chico de doce años, el mejor skater del vecinda-
re vida con fuerza en su pro-, rio, que eS «amigo» de Mark y le enseña cómo hacer cosas como taes» 1
57
vivida
una hnplicací6n física y. sin embargo. hay lma fuerza que nos separa; participamos desarrollado. El lenguaje C(
de lo que nos es ajeno pero, igualmente, mantenemos un espacio privado en nues- leza que Heidcgge
tro «Ir a dar un paseo en bici" con mi hijo de siete años es una expeden,,- ser son uno mismo, insepar
cia vivida, es decir, un determinado aspecto significativo de mi vida. Existe una una estructura lingüística. 1
unidad en esta experiencia que la convierte en algo único y que me permite, des- turadas como un lenguaje '
pués de reflexionar sobre ella. denominarla .ir a dar un paseo en bici con mi hijo». de todas las interacciones
Pero antes o incluso al margen del acto mismo de reflexión, predomina un tipo (1981). Si esta metáfora se
de candencia impllcita, no temática, no reflexiva en nuestra vida cotidiana, ca resultaría interpretación
que consiste en mi simple presencia en lo que estoy haciendo. Esta conciencia se noción de interpretncionet:
denomina «conciencia yendo en bici» o «conciencia hablando» o «conciencia completo es como un
ejerciendo de padre» o «conciencia ejerciendo de profesor», etc. No es aún una en lectores y en autores. Y ,
conciencia .de» ir en bici, .de» hablar, .de» enseñar o .de» ejercer de paqre, sino lectura y qué interpretaciól
una conciencia de uno mismo, una conciencia plena en esos sencillos actos coti- En cierto sentido, la noe
dianos. Dicho de otro modo, vivir la vida significa estar en el mundo como padre, trumento metafórico para a
como madre, como profesor, de fomla cariñosa, activa, emocional; representa el texto, lo que debemos ex,
hecho de ser consciente en el mundo de una furma na temática. Por el contrario, socialmente. La interpreta<
la conciencia reflexiva se encuentra continuamente alimentada por esta dimen- fieados expresados por un
sión no reflexiva de la vida, a la cual c<;mvierte, a su vez, en tema. Y como señala deconstruir socialmente di,
Merleau-Ponty (1962), la fenomenología constituye ese tipo de investigación en mos olvidar, sin embargo,
el campo de las ciencias humanas que debe aprovechar esta vida y darle expresión mente eso: acciones y expe
reflexiva. las experiencias de forma t
El objetivo final de las ciencias humanas fenomenológicas se concentra en el metodología.
hecho de «volver a adquirir un contacto directo y primitivo con el mundo» , el mun-
do tal como se experimenta inmediatamente, según afirma Merleau-Ponty (1962,
p. vii). Y ello implica una práctica textual: la escritura reflexiva. Esta actividad ORIENTARSE HACIA EL
textual es lo que nosotros dcnolninamos (<investigación en ciencias hutnanas».
Representa el estudio fenomenológico y hermenéutico de la existencia humana. "La fenomenología es el ,
Fenomenológico porque constituye el estudio descriptivo de la experiencia vivida, p. vii). Pero el ténnino «es<
o sea, los fenómenos, en un intento de enriquecer la experiencia vivída a partir de rimos a algún tipo de entie
extraer su significado; hermenéutico porque constituye el estudio interpretativo núcleo O residuo de signific
de las expresiones y objetifícaciones, o sea, los textos, de la experiencia vivida en el más bien, como una constrl
intento de detenninar el correcto significado que expresan. no. Una buena descripción
Bajo la influencia del pos modernismo, el deconstruccionismo y otros plantea- se nos descubra la estructur
mientos en el ámbito de las ciencias humanas cuya base se cimienta en ellengua- de ese momento seanlOS ca
je; la epistemología de la experiencia y la percepción se han desplazado un poco esa experiencia de un mod,
pata dar cabida a una epistemología del lenguaje y del texto. En otras palabras: el busca la esencia de un fenÓ"
impulso principal de este cambio en las epistemologías representa la comprensión fenomenológica no se difer
y la aceptaci6n de que la experiencia vivida se encuentra impregnada de lenguaje. algún modo, de capturar Uf
Somos capaces de recordar y reflexionar sobre nuestras experien¡:ias gracias al len- lingüística que a la vez sea
guaje. La experiencia humana s6lo es posible gracias a que tenemos un lenguaje versal, potente y sensible.
58
CeJllrarse ellla naturaleza de la exverieJlda vivida
uc nos separa; participamos desarrollado. El lenguaje constituye una parte tan fundamental de nuestra natura-
m espado privado en nues- leza humana que Heidegger (l971) propuso que el lenguaje. el pensamiento y el
siete años es una experien- ser son uno mismo, inseparables. La experiencia vivida, por sí misma l parece tener
:ivo de mi vida. Existe una una estructura lingüística. La experiencia y la (in)concienda se encuentran estruc-
1ico y que me permite, des- turadas como un lenguaje y. por lo tanto, podemos hablar de toda la experiencia,
paseo en bici con mi hijo)}. de todas las interacciones humanas, como de un tipo de texto, según Ricoeur
,flexión, predomina un tipo ( 1981). Si esta metáfora se aplicara literalmente, toda descripción fenomenológi-
en nuestra vida cotidiana, ca resultaría interpretación textual o henuenéutica. La idea del texto introduce la
adendo. Esta conciencia se noción de interpretaciones múltiples o incluso contradictorias. Si el mundo por
1 hablando» o «conciencia completo es como un texto, todos los individuos se convierten al mismo tiempo
)fesor») etc. No es aún una en lectores yen autores. Y surge un nuevo planteamiento: la cuestión de saber qué
I «de» ejercer de padre, sino lectura y qué interpretación resulta la correcta.
on esos sencillos actos cod- En cierto sentido, la noción de textualidad se transforma en un productivo ins- (,
Ir en el mundo como padre, trumento metafórico para analizar el significado. Si toda la experiencia es como un/'
a, emocional; representa el texto, lo que debemos examinar es la forma en que estos textos se construyen
I temática, Por el contrario, socialmente. La interpretación que tiene como objetivo explicar los varios signi-
llimentada por esta dimen- ficados expresados por un texto puede entonces tomar la forma de analizar o
ez, en tema. Y como señala deconstruir socialmente dicho texto y, así, desarticular sus significados. No debe- \
se tipo de investigación en mos olvidar, sin embargo, que las acciones y experiencias humanas son precisa-
. esta vida y darle expresión mente eso: acciones y experiencias. Reducir el mundo entero a texto y tratar todas
las experiencias de forma textual equivale a olvidarse del origen metafórico de la
,lógicas se concentra en el metodología.
:ivo con el mundo», el mun-
itma Merleau-Ponty 0962,
ra reflexiva. Esta actividad ORIENTARSE HACIA EL FENÓMENO
Ión en ciencias humanas}).
1 de la existencia humana. «La fenomenología es el estudio de las esencias», decía Merleau-Ponty (1962,
vo de la experiencia vivida, p. vii). Pero el término «esencia» no debería confundirse. Por esencia no nos refe-
:periencia vivida a plÍrtir de rimos a algún tipo de entidad o descubrimiento misterioso, ni tampoco a ningún
re el estudio interpretativo núcleo o residuo de significado definitivo. El término «esencia» puede entenderse,
" la experiencia vivida en el más bien, como una construcción lingüística o como la descripción de un fenóme-
san. no. Una buena descripción que constituye la esencia de algo se construye para que
Iccionismo y otros plantea- se nos descubra la estructura de una experiencia vivida de mal1era tal, que a partir
le se cimienta en ellengua- de ese momento seamos capaces de comprender la naturaleza y la importancia de
se han desplazado un poco esa experiencia de un modo hasta ese momento oculto. Cuando un fenomenólogo
texto. En otras palabras: el busca la esencia de un fenómeno, es decir, una experiencia vivida, la investigación
. representa la comprensión fenomenológica no se diferencia de una tarea artística; es un intento creativo, de
era impregnada de lenguaje. algún modo, de capturar un determinado fenómeno de la vida el1 una descripción
experien;;ias gracias alIen- lingiHstica que a la vez sea holística y analítica, evocativa y precisa, única y uni-
a que tenemos un lenguaje versal, potente y sensible. Así pues, para determinar un tema adecuado para la
59
.... _----
investigación fenomenol6gica es necesario cuestionar la naturaleza esencial de una pedagógico, Otras persona,
experiencia vivida: una determinada forma de estar en el mundo. como enfermeros, psicólog(
Una preocupación fenomenol6gica siempre cuenta con este doble carácter: un Cuando nos interesamos
interés por la concreción, es decir, lo 6ntico, y también por la naturaleza esencial, niños, podríamos hacernos
es decir, lo ontol6gico, de una experiencia vivida. La fenomenología no se ocupa la actividad de ser madre O
primordialmente de los aspectos nOlIlológicos o fácticos de una situaci6n, sino que del hecho de ser padres, en
siem pre pregunta sobre la naturaleza de un fen6meno en tanto que experimentado Queremos utilizar las
en su significado pleno. Por ejemplo, sería poco probable que un interés de carác- vividas en las que estamos I
ter fenomenológico en la experiencia infantil de la lectura implicara la experi- de actó' de atención hacia I
mentación con algunas variables hipotéticas o habilidades probables haciendo sentido «padres»? ¿Y qué,
comparaciones entre las experiencias de lectura de los niños de un grupo, clase o niños que ejercen tal funcí
escuela con los de otro grupo, clase o escuela. En cambio, lo que sí pregunta la fe- todos los padres biológicos ,
nomenología es: ¡cómo es la experiencia de lectura por sr misma para los niños? mos preguntando es: ¡exist
¿Qué significa para un niño pequeño leer? rien¡:ia de ser padre? Este t
De una forma similar, lo que menos interesa a la fenomenología es la naturale- periencia que se estudia: S<
za fáctica de las peculiaridades o diferencias psicológicas, sociol6gicas o culturales que padres o profesores di:
de las estructuras de significado de la experiencia humana. Por lo tanto, es impor- experiencias que tienen ot
tante para el investigador centrarse flIUY atentamente en la cuestión de qué ex- xionamos sobre estas expel
periencia humana posible es susceptible de convertirse en el centro de la inves- riencia. «Ayudo a mi hijo,
tigación fenomenológica. Este punto de partida del estudio fenomenológico construir un mundo con pi
consiste, en gran medida, en identificar qué es lo que nos interesa profundamen- gán. Me preocupo si tiene ti
te, a usted O a mí, y en identificar este interés CQlnO un fenómeno auténtico, es un cuento antes de acostan
decir, como una experiencia que los seres humanos viven efectivamente. La natu.. dé otro beso de buenas Ilod
raleza y la cantidad de experiencias humanas posibles son tan variadas e infinitas hecho de tener miedo a la
como la vida misma. conveniencia de que empi
Tal como indican los ejemplos anteriores, orientarse hacia un fenómeno implica la reacción que ha tenido I
siempre tener en la vida un interés, una situación o una ocupación particulares. padres? íPor supuesto que
Nuestra orientación hacia el mundo de la vida es como educador: nos orientamos riendas son ejemplos del h
hacia la vida en tanto que padres o profesores. Este sentido definido de nuestra una fOIDla diferente a la e
orientación no implica que no podamos ser también, de forma simultánea, esposos, ¿Acaso un profesor bien fe
amigos o personas a las que nos gusta leer, por ejemplo. En este texto utilizaremos mejor forma de lo que posil
nuestro interés pedagógico en el mundo de la vida en tanto que padres y profesores fOrma en que los padres b
como «ejemplo» para discutir los métodos de la fenomenología y la hermenéutica un profesor u otras persona
en el campo de las ciencias humanas. Al fin y al cabo, estos intereses pedag6gicos La situación comienza a
no pueden separarse de nuestro interés por las ciencias humanas. Es precisamente zaba a aclarar. Para llevar a
porque nos sentimos interesados en los niños y menores y en la cuestión de cómo por lo tanto, no basta simpl
éstos crecen y aprenden, por lo que nos orientamos de forma pedagógica hacia ellos o los demás hayamos podid
de un modo fenomenológico hermenéutico. lugar de eso, es necesario I
Asf pues, cuando alguien se orienta hacia un fenómeno, se acerca a esta expe- esenciales, las estructuras (
riencia con un determinado interés. En estas páginas dicho interés es de carácter vuelvan a nosotros, por as'
60
Centrarse eH la naluraieza de la experiencia vivida
la naturaleza esencial de una pedagógico, Otras personas podrían tener otro tipo de orientación, por ejemplo,
1 el mundo, como enfermeros, psicólogos o médicos.
con este doble carácter: un Cuando nos interesamos por las vidas pedag6gicas que los adultos viven Con los
n por la naturaleza esencial, niños, podríamos hacemos la siguiente pregunta: lo que me interesa en realidad ¿es
fenomenología no se ocupa la actividad de ser madre o padre? Y ¿en qué se parece o se diferencia la docenda
)$ de una situación, sino que del hecho de ser padres, en el sentido de que los profesores actúan in loco parentis?
,n tanto que experimenr.ido Queremos utilizar las palabras "padre» y «profesor» para señalar las experiencias
ble que un interés de carác- vividas en las que estamos realmente interesados. Nos preguntamos: pero ¡qué tipo
lectura implicara la experi- de aétO de atención hacia los niños es el de ser padres? Los padtastros ¡son en este
lidades probables haciendo sentido «padres»? 1Y qué sucede con los padres adoptivos u otros cuidadores de
; niños de un grupo, clase o niños que ejercen tal función? ¡Deberíamos dar cabida a la posibilidad de que no
bio, lo que sí pregunta la fe- todos los padres biológicos actúen como padres auténticos? Lo que en realidad esta-
sí misma para los niños? mos preguntando es: ¡existe algo concreto que constituya la esencia de la expe-
riencia de ser padre? Este tipo de preguntas se centran en la naturaleza de la ex-
rlomenología es la naturale- periencia que se estudia: se investiga sobre la identidad del fenómeno. En tanto
:as, sociológicas o culturales que padres o profesores disponemos de muchas oportunidades para observar las
.ana, Por lo tanto, es impor- experiencias que tienen otros padres y profesores. Y, aun así, cuanto más refle-
e en la cuestión de qué el(- xionamos sobre estas experiencias, menos claro aparece en qué consiste la expe-
se en el centro de la inves- riencia, «Ayudo a mi hijo de tres años con el desayuno o con la cena; jugamos a
el estudio fenomenológico construir un mundo con piezas ensamblables y otros j uguetcs, Lo llevo a un tobo-
nos interesa pro(undamen- gán, Me preocupo si tiene una mala caída sobre el suelo nevado. Les leo a mis hijos
un fenómeno auténtico, es un cuento antes de acostarse, Los arropo y luego me vuelven a llamar para que les
'en efectivamente, La natu- dé otro beso de buenas noches, O quizás, algunas veces, hablamos un poco sobre el
son tan variadas e infinitas hecho de tener miedo a la oscuridad ... Después, mamá y papá discutirán sobre la
conveniencia de que empiecen a ir a dases de música y sobre qué hacer ante
hada un fenómeno implica la reacción que ha tenido Michael con uno de sus amigos, ¡Esto es realmente ser
una ocupación particulares, padres? ¡Por supuesto que sí! Pero ¡en qué medida? ¡En qué sentido estas expe-
o educador: nos orientamos riencias son ejemplos del hecho de ser padres? ¿Juegan los padres con sus hijos de
sentido definido de nuestra' una forma diferente a la que cualquier otra persona pueda jugar con un niño?
e forma simultánea, esposos, ¿Acaso un profesor bien formado na explicaría o leería un cuento a mi hijo, de
), En este texto utilizaremos mejor fonna de lo que posiblemente yo lo haría? ¿Existe alguna diferencia entre la
anto que padres y profesores forma en que los padres hablan con sus hijos y sobre ellos, y la forma en que
,enología y la hennenéutica un profesor u otras personas hablarían con esos niños o sobre ellos?
. estos intereses pedagógicos La situación comienza a ponerse complicada justO cuando parecía que se empe-
; humanas, Es precisamente' zaba a adarar. Para llevar a cabo un estudio fenomenológico sobre cualquier tema,
es y en la cuestión de cómo por lo tanto, no basta simplemente con recordar experiencias que nosotros mismos
orma pedagógica hacia ellos o los demás hayamos podido tener en relación con un fenómeno en particular. En
lugar de eso, es necesario recordar la experiencia de tal manera que los aspectos
leno) se acerca él esta expe,.. esenciales, las estmcturas de significado de eSa experiencia en tanto que vivida,
dicho interés es de carácter vuelvan a nosotros, por así decirlo, y de tal modo que seamos capaces de poder
61
Investigación educativa y experie1lcÍa .... _ _ _ _ _ _ _ _ __
- - _ ...........-
reconocer tal descripción «como una experiencla posihle»,lo cual significa «corno lación con estos niños lo ce
una posibl.e interpretación» de dicha experiencia. En esto consiste la tarea de la usted y qué significa usted
investigación y la escritura fenomenológica: «construir una posible interpretación ce posible en su esencia?
de la natoraleza de una determinada experiencia humana». Para empezar, el feno- En toda investigación f,
menólogo debe preguntarse: ¿qué experiencia humana considero que debe ser el tante tener siempre prescr
tema central de mi investigación? siempre orientado cOn la r
pennite, en primer lugar, 1
¡qué existe, en la actividad,
FORMULAR LA PREGUNTA FENOMENOLÓGICA experiencias su importanc
, esencia del hecho de ser p
En tanto que no hayamos identificado nuestro interés por la naturaleza de una cuál es su fundamento ped!
determinada experiencia humana, no será posible llevar a cabo un verdadero cues- de la docencia hace rcferer.
tionamiento fenomenológico. Emprender una investigación fenomenológica sig- Tanto el hecho de ser PI
nifica «cuestionar» algo de manera fenomenológica y, también, plantearse la pre- relación pedagógica con le
gunta de cómo es ese algo «realmente •. ¿Cuál es la naturaleza de esta experiencia gogía. cuando nuestra int,
vivida? La cuestión que se encuentm en el centro de la vida profesional y personal cuestión sea más específica
de un educador se refiere al significado de la pedagogía. Un individuo que sea padre fesor, o padre, o madre. As!
y profesor a la vez se preguntará cada día sobre el verdadero significado de ambas ción: ,,¿Cuál es la pedagog
actividades. Mis propios hijos hacen qÚe me lo plantee desde una perspectiva exis- hecho de ser profesor?» Y,
tencial cuando cada día me dan un motivo para reflexionar sobre la naturaleza y la riencias de ser padre o ser
adecuación de mi comportamiento como padre. Y también mis alumnos, que a su padre representen lo misre
vez también son profesores, hacen que me lo plantee de un modo más explícito e madre? y ¡cómo se es padre
intelectual. Observan muy atentamente las posibles discrepancias entre las explica- gico sobre pedagogía, utiliz
ciones profesadas o t.eóricas sobre la pedagogía y la forma en que esta teorización se de ser profesor y de ser pad
ejemplifica o se transfonna en realidad en la vida cotidiana. Es en el terreno acadé- leza del método de las cien
mico y vivido de todas estas tensiones donde surge la necesidad del planteamiento Lo básico en la pregunta,
de la pregunta sobre el verdadero significado de «ser padre» y «ser profesor». Mu- abiertas, las posibilidades (1
chos padres y madres han sentido, sin lugar a dudas, la fuerza increíble de trans- mantenemos ahiertos de ti
formación que una persona experimenta con el nacimiento de un hijo. Vivir con cuestionarniento nos encon
nUios altera de fonna radical la percepción que se tiene de la vida. En la vida pro- en medio de algo) en aquell
fesional de los profesores los niños entran en nuestro mundo de forma algo distinta, Preguntar algo de verdad si
pero, incluso en la docencia, muchos pasan por una experiencia incómoda cuando existencia, desde el centro
se encuentran por primem vez cara a cara con su dase, el primer día del nuevo fenomenológica más mades
curso. gunta que, con probabíl ¡dar
¡Qué significa ser maestro? Parece un poco absurdo plantear esta pregunta. La que ((nos convirtama'l)l en i
literatura sobre investigación en enseñanza parece haber tratado ya sea de forma tigación, es decir, cuestiona
implfcita o explícita esta cuestión hasta la saciedad. Pero el hecho de que exista tal mismas, reflexionando y ar
abundancia de material teórico sobre la docenda hace que nos parezca todavía más desvelar algo de su naturale
desconcertante el hecho de que los educadores todavía se ruboricen ante esta pre- pregunta de la naturaleza d
gunta. ¿Qué es enseñar? ¡Qué significa ser profesor? ¡Qué es lo que hace que la re- vados por esta cuestión en :
62
Centrarse el! fa lIu/Uraleza de la cxJJ(!J'lencJa vivida
,le», lo cual significa «como lación con estos niños lo convierta a uno en profesor? ¡Qué significa este niño para
esto consiste la tarea de la usted y qué significa usted para él? ¡Qué es eso que existe en la enseñanza que laha-
r una posible intel'pretaci6n ce posible en su esencia!
ana», Para empezar, el feno- En toda investigación fenomenológica, así como en todas sus fases, es impor-
a considero que debe ser el tante rener siempre presente la pregunta original y, de esta forma, mantenerse
siempre orientado con la mayor firmeza posible hada la experiencia vivida, que
permite, en primer lugar, la pregunta de «cómo es». Así, pues, nos preguntamos
¡qué existe, en la actividad de ser padres y de ser profesores, que proporciona a estas
experiencias su importancia pedagógica? Cuando preguntamos dónde radica la
esencia del hecho de ser padres parece que estemos preguntándonos en realidad
és por la naturaleza de una cuál es su fundamento pedagógico. Del mismo modo, la pregunta sobre la esenda
Ir a cabo un verdadero cues- de la docencia hace referencia a su pedagogía.
gaci6n fenomenol6gica sig- Tanto el hecho de ser profesor como el de ser padre implican al adulto en una
también, pl"ntcarse la pre- relaci6n pedagógica con los niños. Por lo tanto, utilizaremos el término «peda-
'turaleza de esta experiencia gogía» cuando nuestra intención sea referirnos a ambas actividades. Cuando la
1 vida profesional y personal
cuesti6n sea más específica, se tratarán las modalidades más específicas de ser pro-
Un individuo que sea padre fesor, o padre, o madre. Así pues, en nuestro ejemplo, partiremos de esta fonnula-
1adero significado de ambas ción: «¡Cuál es la pedagogía del hecho de ser padre? ¿Y cuál es la pedagogía del
, desde una peJ:1¡pectiva exis- hecho de ser profesor?" Y, naturalmente, no debemos presuponer que las expe-
onar sobre la natumleza y la riencias de ser padre o ser profesor puedan ser idénticas, ni que ser madre y ser
,bién mis alumnos, que a su padre representen lo mismo. Por lo tanto, ¡cómo se es profesor? y ¿cómo se es
:le un modo más explfcito e madre? y ¡cómo se es padre? Aunque esto no pretende ser un manual fenomenoló-
crepancias entre las explica- ¡,>ico sobre pedagogía, utilizaremos las mismas preguntas del significado del hecho
na en que esta teorizaci6n se de ser profesor y de ser padres (ya sea madre o padre) para ejempliftcar la natura-
lana. Es en el terreno acadé- len del método de las ciencias humanas.
,ecesidad del planteamiento Lo básico en la pregunta, afirmaba Gadamer (1975), es el hecho de abrir, y dejar
,adre» y «ser profesor». Mu- abiertas, las posibilidades (p. 266). Pero únicamente podemos hacerlo si logramos
la fuerza increíble de trans- mantenernos abiertos de tal manera que en este interés permanente de nuestro
,iento de un hijo. Vivir co¡{ cuestionamiento nos encontremos profundamente interesados (inter-esse, ser o estar
e de la vida. En la vida pl'O- en medio de algo) en aquello que hace, en primer lugar, que la pregunta sea posible.
undo de forma algo distinta, Preguntar algo de verdad significa interrogar sobre algo desde el fondo de nuestra
periencia inc6moda cuando existencia, desde el centro de nuestro ser. Incluso los proyectos de investigación
se, el primer día del nuevo fenomenológica más modestos requieren que no planteemos simplemente una pre-
gunta que t con olvidaremos pronto, sino que esa cuestíón,
) plantear esta pregunta. La que «nOs convirtamos» en ella. ¡Acaso no es éste el fin y el significado de la inves-
bet tratado ya sea de forma tigación, es decir, cuestionar algo yendo y viniendo continuamente a las cuestiones
ro el hecho de que exista tal mismas, reflexionando y analizando hasta que aquello que se cuestiona empieza a
que nos parezca todavía más desvelar algo de su naturaleza esencial? Sólo podemos plantear con autenticidad la
I se ruboricen ante esta pre-
pregunta de la naturaleza de la pedagogía si nos encontramos efectivamente moti-
1ué es lo que hace que la re- vados por esta cuestión en la vida que vivimos con los niños.
63
Más aún, toda forma de investigación y teorización se encuentra plagada de
tracciones teóricas y
valores. Teorizar sobre algún aspecto de nuestra vida pedagógica con los niños o
riencia vivida del mundo
adolescentes es ya mostrar una forma de vida. No podemos plantear preguntas so-
La fenomenología plante,
bre las vidas de los niños sin que esta actividad esté en cierto modo relacionada
minada experiencia, por é
con las vidas mismas de aquellos a quienes hacemos centro de nuestra investiga-
una cuestión inocente. T
ción. Pero surge una duda: ¡cómo se puede tratar en una descripción fenomenoló-
da, que nos sentimos sol(
gica una pregunta fenomenológica que nos hace reflexionar y escribir sobre un
pronto no sabemos qué hf
determinado fenómeno? En la mayoría de las formas de investigación, la pregunta sensación. Aun así, en e
que la promueve se explicita abiertamente. En la investigación experimental esto
sobre «seleccionar, planif
cambia y la pregunta se formula como hipótesis nula. Cuanto más clara y menos fianza exige una pregunta
ambigua sea la pregunta que fundamenta la investigación, menos ambigua será la
rienda» o cuando el nirio
interpretación de los resultados obtenidos. En buena parte de los estudios sobre
en sí mismas» significa ql
ciencias sociales y humanas se asume que una pregunta productiva se formula de
con que tendemos a coní
una manera tan clara y prosaica que cualquier científico competente y "desintere-
fesionales. Leemos teorías
sado» en el ámbito social o conductista pueda entenderla, Ése es el motivo por el
lo teórico, tendemos a bu
cual se pueden subcontratar o delegar tantas investigaciones a ayudantes o a eqUl- a la cual se aplicaba la tea
pos de trabajo o, incluso, a agencias de investigación.
riendas vividas con teo!
En la investigación fenomenológícl¡! no sucede lo mismo. Una pregunta feno-
humanos vivos los que d,
menológica no sólo debe ser clara y comprensible, sino que debe estar «vivida» por contrario.
el investigador, Un investigadot fenomenológico simplemente no puede escribir su
Hay quien declara que
pregunta al principio del estudio. (¡Mira, ya está! ¡Signo de interrogación al final,
«no se puede hacer nada
y listos!) No, en su descripción fenomenológica, el uwcstigadorfesctitor debe de vista de la razón ¡nstn:
«atraer» al lector hacía su pregunta de tal modo que el lector no pueda hacer otra
ta, que no podemos hacer
cosa que preguntarse acerca de la naturaleza del fenómeno tal como lo hacen los fraseando a Heidegger, la ,
expertos en ciencias humanas, Se podría decir que un cuestionamiento fenomeno-
la fenomenología?», sino,
lógico enseña y conduce al lector a preguntarse, a cuestionarse profundamente
interesamos profundamen
aquello que la pregunta plantea, A veces ello implica evitar plantear la pregunta sotros?
de un modo rotundo, puesto que un planteamiento demasiado directo podría pro-
La actitud fenomenoló¡
vocar que el lector malinterpretara o subestimara su naturaleza investigativa. En
rias nos impulsa a plante,
lugar de eso, de la mano de una historia concreta, hay que hacer que al lector le
cador? ¿En qué consiste s'
apetezca ser interrogado y cuestionado sobre el tema del que se trata. Considere-
pregunta sobre qué es 10
mos, por ejemplo, el ensayo de Heidegger sohre el lenguaje (1971, pp. 189-Z10).
mente sobre pedagogía, 1,
Heidegger pregunta: ¿qué es el lenguaje? Pero nunca reduce la cuestión a una for-
con esa forma de vida, es I
mulación tan prosaica. En otro momento habrá que discutir reflexivamente sobre
cuán difícil es plantear una pregunta, puesto que tal vez hayamos olvidado qué
encontramos con niños so
es lo que reside en el centro de esa pregunta (véase el apartado «Recuperar las raí-
tiene cabida o bien carece
ces etimológicas», p. 76).
sona por un niño puede VI
Así pues, de esta forma adoptamos una perspectiva fenomenológica que nos
lúdicos, como entrenarlo 1
ayude a sacar a la luz aquello que se presenta como pedagogía. en nuestras vidas con
tar al frente de una tiend,
los nirios. Es este tipo de pensamk'Ilto lo que nos orienta, alejándonos de las abs- la diferencia entre un ent
64
Centrarse en la naturaleza de la experiencia vivida
>n se encuentra plagada de tracciones teóricas y llevándonos a la realidad de las experiencias vividas, la expe-
pedagógica con los niños o riencia vivida del mundo de los nitios, la de las escuelas, los planes de estudio, etc.
"mas plantear pre¡''1lntas so- La fenomenología plantea una pregunta sencilla: ¡en qué consiste tener una deter-
en cierto modo relacionada minada experiencia, por ejemplo, una experiencia educativa? En efecto, se trata de
:cnrro de nuestra investiga' una cuestión inocente. Tal vez sepamos que tenemos una determinada experien-
na descripción fenomenoló- cia, que nos sentimos solos, temerosos, enamorados, aburridos, divertidos, pero de
exionar y escribir sobre un pronto no sabemos qué hacer si nos vemos obligados a describir en qué consiste tal
e investigación, la pregunta sensación. Aun así, en el ámbito del plan de estudios, hablamos con seguridad
,stigación experimental esto sobre «seleccionar, planificar u organizar experiencias de aprendizaje». Esta con-
Cuanto más clara y menos fianza exige una pregunta: ¡sabemos qué sucede cuaodo un niño «tiene una expe-
:ión, menos ambigua será la riencia» o cuando el nitio "entiende algo»? La frase de Husserl «volver a las cosas
parte de los estudios sobre en s1 mismas» significa que la actitud fenomenológica tiene presente la facilidad
ta productiva se formula de con que tendemos a confiar en una lógica reconstruida en nuestros esfuerzos pro-
:0 competente y «desintere- fesionales. Leemos teorías sobre cualquier cosa. Y una vez se ha concebido el mode-
erla. Ése es el motivo por el lo teórico, tendemos a buscar los principios (nomos) que pareen organizar la vida
ciones a ayudantes o a equi- a la cual se aplicaba la teoría. En nuestros esfuerzos por dar sentido a nuestras expe-
riencias vividas con teorías y marcos hipotéticos, olvidamos que son los
mismo. Una pregunta feno- humanos vivos los que dan vida a estos modelos y estos marcos teóricos, y no al
>que debe estar «vivida» por contrario.
lemente no puede escribir su Hay quien declara que la fenomenología no tiene ningún valor práctico porque
no de interrogación al final, «no se puede hacer nada con el conocimiento fenomenológico». Desde el punto
I investigador/escritor debe de vista de la razón instrumental puede que esta afirmación resulte bastante cier-
,lleetor no pueda hacer otra ta, que no podemos hacer nada con el conocimiento fenomenológico, pero, para'
meno tal como 10 hacen los fraseando a Heidegger, la cuestión más importante no es «¡podemos hacer algo con
cuestionamíento fenomeno .. la fenomenología?», sino que, en cambio, lo que deberíamos planteamos es: si nos
cuestionarse profundamente interesamos profundamente en la fenomenología, ¡puede ella hacer algo con no-
1 evitar plantear la pregunta sotros?
directo podría pro- La actitud fenomenológica hacia las preocupaciones de nuestras actividades dia-
naturaleza investigativa. En rias nos impulsa a plantear continuamente la pregunta: ¡en qué consiste ser edu-
,y que hacer que alledor le cador? ¿En qué consiste ser profesor? Y, para poder plantear de forma correcta la
del que se rrata. Considere- pregunta sobre qué es lo que hace posible que pensemos y hablemos principal-
nguaje (1971, pp. 189-210). mente sobre pedagogía, 10 que debemos preguntamos realmente es: ¿qué ocurre
reduce la cuestión a una for- con esa forma de vida. es decir. «ser educador», que hace que una existencia peda-
liscutir reflexivamente sobre gógica sea istinta de na.
l vez hayamos olvidado qué encontramos con niños socialmente en mue as situaciones en que la pedagogía no
apartado «Recuperar las 'raí- tiene cabida o bien carece de valor para introducirse en ellas. El interés de una per,
sona por un niño puede venir causado principalmente por motivos profesionales o
va fenomenológica que nos lúdicos, como entrenarlo para un evento deportivo, venderle discos de música o es-
¡agogía.en nuestras vidas con tar al frente de una tienda de vídeo. Pero decir esto plantea la cuestión de cuál es
,nta, alejándonos de las abs- . la diferencia entre un entrenador de hockey, un vendedor, un monitor de los Boy
65
- - - - - - - ... _-
Seouts, un profesor de matemáticas o el director del colegio. Sin duda, un e;'tre- conjunto de conocimient
nadar y un pedagogo comparten ciertos aspectos; ambos pueden enseñar a los naturaleza del fenómeno
niños. Por lo tanto, hay diferencias esenciales y diferencias no esenciales entre la cuestió';' fenomenológi<
aquellos que enseñan a los niños. No obstante, el profesor, en tanto que pedago- nacimiento científico cor
go, presenta un rasgo distintivo que hace que esto sea una diferencia pedagógica.
Así pues, debemos preguntamos cómo puede hacerse inteligible la esenda de la meno de ser padres ¡ h °
decir mucho sobre un del
66
Centrarse en/a natllrateza de la (tt:ocríerrcra vivida
legio. Sin duda, un entre- conjunto de conocimientos científicos existentes, nos predisponen a interpretar la
bos pueden enseñar a los naturaleza del fenómeno antes incluso de que nos planteemos la importancia de
,ncias no esendales entre la cuestión fenomenológica. Otro modo de manifestar este dilema es que tanto el co-
:sor, en tanto que pedago- nocimiento científico como el conocimiento cotidiano creen que ya han tenido que
ma diferencia pedagógica. decir mucho sobre un detenninado fenómeno, como, por ejemplo: ¡qué es el renó-
nteligible la esenda de la meno de ser padres? O bien: ¡qué deberían hacer 105 padres, antes de llegar a una
:ica t simple e inocente, de comprensión de lo que significa, en esencia, ser padre?, ¡cómo podernos dejar en sus-
que ahora nos vemos con- penso o poner entre paréntesis estas creencias? Husserl, que habfa sido matemático,
1 cumplirá el criterio feno-
utilizó el término «poner entre paréntesis» para describir cómo hay que abordar
Ir a tener un conodmien.. el fenómeno y sacar de dicho fenómeno el conocimiento que uno tiene sobre él
re este profesor y este niño (1970b, pp. 33-42). Pero ¿cómo Se puede dejar de lado todo lo que sabemos sobre la
'o satisfará dicho conod- experiencia que hemos elegido para su estudio? Tan sólo con intentar olvidar o igno-
,discurso se considera una rar lo que ya «sabemos», descubriremos que las presuposiciones vuelven a adentrar-
se en nuestras reflexiones de un modo insistente. Es mejor explícitar nuestros cono-
e el conocimiento; episte- cimientos) creencias, opiniones implicaciones, presuposiciones y teorías. Jnten..
j
67
durante unas pocas semanas o meses, por lo son íncapaces de tener una No importa. El amor ID>
ciencia perceptiva significativa de su entorno. Así, pues, hubo un tiempo en que se fenómeno fomentado eul
consideraba que la esencia de ser padres consistía principalmente en proporcionar algo ran sencillo como 1lI
atención física. 2) Esta metáfora del cuerpo cambió a la de la mente, ya que fue sus- gunas feministas modero,
tituida por la noción de que el hecho de ser padres consiste esencialmente en un atrapar a la mujer en un '
conjunto de actitudes, una preocupación, una determinada disposición que adopta- Podrfa parecer que es
mos hacia nuestros hijos. Por ejemplo, a las madres se les dijo que el amor materno pre el carácter relativo, h
y las muestras de afecto son básicos para un desarrollo normal y saludable. 3) A con- profunda naturaleza fácti
tinuaci6n, en otro giro hucia el cuerpo, pero ahora purgado de sus funciones bana- un punto de vista fenom
les, surgió la metáfora del ser padres en tanto que estimulación; estimular e incitar a lo una metáfora del hech
un niño pasivo-reactivo mediante técnicas conducdstas y entornos estimulantes. en que damos cuenta de ,
Ser un buen padre significaba, por ejemplo, reforzar los comportamientos positivos el significado profundo de
mediante técnicas de recompensa conductista. 4) La metáfora más reciente se ha lenguaje y, por lo tanto, t,
tomado prestada de la lingüística. Define la esencia de ser padres en tanto que inter- gen (Nietzsche, 1873/195
locución o diálogo. Los psicólogos hun descubierto, con la ayuda de grabaciones de
derivien última instanci
vídeo divididas y reprodUcidas a cámara lenl7d, la increíble variedad y sutileza de la rica. uestras certezas má
interacción y comunicación de los niños con sus madres. Esta investigaci6n ha con- más o viados deben adm
ducido a nuevas tCOrtas sobre la impo¡;tancia del contacto físico cara a cara o del del discurso ¡convierte a t
contacto visual que los pequeños tienen con aquellos que los cuidan. trarial ¿Son indistinguible
Pero ¿qué aportan estas visiones sobre la naturaleza del hecho de ser padres? no de que podamos saber
Podría parecer que el elemento fundamental en el pensamiento investlgativo con- que no hay ninguna base
siste en gran medida en ir cambiando una metáfora por otra en un intento de pedagogía? Si eso fuera a
encontrar un denominador común. Los esfuerzos ínvestigacionales se centran ini- metáfora sobre el hecho,
cialmente en explorar los elementos productivos de una detenninada concepci6n de Y, tal vez, desde cierto pu
la esencia del hecho de ser padres. Con el tiempo, por distintos motivos ideol6gicos siona problemas. Pero la
O circunstancias sociohist6ricas, esta concepci6n pasa a ser considerada simplemen- vado, el destino final del
te uno de sus varios aspectos. En otras palabras; lo que alguna vez fue considerado llevar más allá del COnter
esencial ahora se considera meramente un aspecto o una visión, mientras que el sig- guaje habla a través del s'
nificado profundo de estos aspectos queda fuera de todo alcance. Parece que los psi- samiento, de la poetizaci,
c610gos enfrascados en la investigaci6n sobre el hecho de ser padres son conscientes sólo encuentran su límite
de estas ambigüedades. Tras revisar los resultados de décadas de investigación sobre que tiene el lenguaje de b
el tema, Schaffer (1977) concluye que, a pesar de todos los esfuerzos llevados a cabo,
la cuestión de la naturaleza del hecho de ser padres continúa siendo un problema sin Mediante el uso audaz y ,
resolver. «Falta algo esenciai», dice. Y sigue, cOn una reflexión bastante sensata; la cuestión en sí misma,
"Pregunte a mi madre qué considera que es la esencia del hecho de ser madre y no samiento, la cuestión m
tendrá ninguna duda en contestarle; el amor. Y aun así, curiosamente -afinna como para ilustrarlo, lo 1
Schuffer- el amor materno no ha sido objeto de esrudio» {p. 79}. Tal vez Schaffer narlo espléndido. (1932,
tenga raz6n, pero incluso aquellos que sienten que la esencia del ser padres estriba
en los alrededores «inalcanzables» del amor, no pueden escapar de cierto nihilismo ¿Qué significa, entono
epistemológico. En un sentido cientffico, no podemos saber, todavfa, qué es el amor. primordial de la pedagogi
68
Celttrarse en la naturaleza de la experiencia vivida
ncapaces de tener una con- No importa. El amor maternal y el paternal han sido descritos como tan sólo un
, hubo un tiempo en que se fenómeno fomentado culturalmente. En el mejor de los casos, el amor maternal es
ipalmente en proporcionar algo tan sencillo como un comportamiento socialmente aprendido, y, en el peor, al-
de la mente, ya que nle sus- gunas feministas modernas dicen que es una conspiración histórica del hombre para
Miste esencialmente en un atrapar a la mujer en un vlnculo artificial con sus hijos y su marido.
,da disposición que adopta- Podría parecer que es este nihilismo epistemológico lo que nos obliga a ver siem-
:5 dijo que el amor materno pre el carácter relativo, histórico, construido y social de toda la verdad a costa de su
>filal y saludable. 3) A con- profunda naturaleza f.í.ctíca y hermenéutica. Pero más desconcertante aún, desde
:arlo de sus funciones bana- un punto de vista fenomenológico, es el hecho de que también el amor es tan só-
lación: estimular e incitar a lo una metáfora del hecho de ser padres. La palabra es más explícita sobre el modo
15 y entornos estimulantes. en que damos cuenta de ciertas interacciones, principalmente afectuosas, que sobre
comporramientos positivos el significado profundo de tales interacciones. NietzsChe observó una vez que todo el
tetáfora más reciente se ha lenguaje y, por lo taoto, todas las verdades y equivocaciones, es metafórico en su ori-
'r padres en tanto que inter- gen (Nietzsche, 1873/1954, p. 46). Prácticamente cada palabra que pronunciamos se
la ayuda de grabaciones de deriva, en última instaocia, de una imagen, con lo cual traiciona su génesis metafó-
)Ie variedad y sutileza de la rica. Nuestras certezas más preciadas, nuestras ideas mejor probadas, nuestros tópicos
. Esta investigación ha con- más obviados deben admitir su genealogía metafórica. Pero este origen metafórico
eto ffsieo cara a cara o del del discurso ¿convierte a toda la verdad relativa sobre el hecho de ser padres en arbi-
le los cuidan. traria! ¿Son indistinguibles la verdad y el ertor! ¿Significa esto que no hay modo algu-
1 del hecho de ser padres? no de que podamos saber nada esencial sobre el hecho de ser padres! ¿Significa esto
amiento investigativo con- que no hay ninguna base, ningún principio, que genere y promueva la noción de
por otra en un intento de pedagogía! Si eso fuera así, todo lo que podríamos hacer sería descubrir la última
tigacionales se centran ini.. { metáfora sobre el hecho de ser padres y desenmascarar su naturaleza perspectivista.
determinada concepción de Y, tal vez, desde cierto punto de vista filosófico, esta falta de base es lo que nos oca·
lstintos motivos ideológicos, siona problemas. Pero la metáfora no es 'simplemente la base sin fondo, el nócleo
ser considerada simplemen- \ vacio, el destino final del lenguaje. Por medio de la metáfora, el lenguaje nos puede
alguna vez fue eomiderado llevar más allá del contenido de la metáfora, hacia la región original donde el len-
l visión, mientras que el sig- guaje habla a través del silencio. Este camino de la metáfora es el discurso del pen-
aleaoee, Parece que los psi- samiento, de la poetización. Virginia Woolf describió una vez cómo las palabras no
e ser padres son conscientes sólo encuentrao su Ifmite semántico en la metáfora; la metáfora es también el modo
:adas de investigación sobre que tiene el lenguaje de hacer posible que el poeta transcienda este límite:
os esfuerzos llevados a cabo,
nóa siendo un problema sin Mediante el uso audaz y continuo de la metáfora, el poeta amplificará y nOS dará no sólo
reflexión bastante sensata: la cuestión en sí misma, sino también la reverberación y la reflexión que, asida a su pen ..
,el hecho de ser madre y no samiento, la cuestión misma ha realizadoj será lo suficientemenre cercana al original
así, curiosamente como para ilustrarlo, lo suficientemente remota como para realzarlo, agrandarlo y tor..
}» (p. 79). Tal vez Schaffer narlo espléndido. (1932, p. 32)
lenda del ser padres estriba
escapar de cierto nihilismo ¿Qué significa, entonces, entender la esencia del hecho de ser padres! Tal vez lo
ber, todavía, qué es el amor. primordial de la pedagogía del hecho de ser padres no sea tanto algo que podamos
69
vivida
70
bre o eonceptualizándolo,
la del hecho de ser padres
e debemos recordar o reto-
e ser padres es, en este: sen.. Capítulo 3
na que necesita una solu-
vocativa. Así pues, evocar
,blema corno intentar vol- Investigar la experiencia
), con el mundo de la vida,
,rdiaL
adres es esencialmente un
tal como la vivimos
)S realidad? En absoluto, Es
ir, en la medida en que no LA NATURALEZA DE LOS DATOS (DATUM: COSA DADA o CONCEDIDA)
le nuestra intuición¡ c<m"
no es simplemente una El mundo de la vida, eS decir, el mundo de la experiencia vivida, constituye el
euto, ni siquiera un sen ti.. origen y, a la vez, el objeto de estudio de la fenomenología, Para estudiar la expe-
". Y, aun así1 sentimos esta riencia vivida en el momento de ser padre o profesor es necesario tener una orien-
nuestras vidas pedagógicas tación con bases sólidas en el cuestionamiento de su significado, No hay nada,
unda no «como» entidad, dentro del campo de la pedagogía sobre el hecho de Ser padres o profesores, que
;» de ellos, El hecho de ser pueda considerarse corno algo "dado" o «concedido», excepto que el verdadero
cto de una fenomenologfa significado de la pedagogía resulta necesario «encontrarlo» en la experiencia mis-
ir o reducir su relación pri- ma de ésta, ya que la experiencia vivida de la pedagogía es aquello que queda si se
3ipar su misterio, sino que, dejan de lado todas las presuposiciones, Así pues, debemos buscar, dentro de todo
lás completo a nuestra pre- el mundo de la vida, materiales de experiencia vivida que, después de un examen
,
ar el lenguaje de tal modo reflexivo, puedan aportar algo en relación con su natumleza fundamentaL
güfstico y, por lo tanto, no Ya debería estar claro, a esta altura del texto, que la noción de «datos» resulta
t
, delineadás con precisió ambigua dentro de la perspectiva de las ciencias humanas. En este capítulo discuti-
,dar en las presuposi2ion s rnos varias aproximaciones al hecho de «reunir» o «recoger» material de la expe-
, Los psicólogos han arg - riencia vivida de distint'dS fonnas. En cierto sentido, resulta completamente inapro-
,do paterno lo que importa piado hablar de «datos» dentro de este contexto, sobre todo considerando que el
alentador, puesto que cada concepto de "datos» tiene Ul1llS connotaciones cuantitativas asociadas con plantea-
, parte de sus horas de vigi- mientos sociales conquctistas y de carácter un tanto más positivísticos, Y hablar de
, de la naturaleza educativa «reunir» o «recoger» datos de ciencias humanas, como si estuviéramos hablando
105, no está claro si los tra- de «infonnacíón objetiva», podría constituir, ciertamente, un intento de apropiar-
r «experiencias paternales» nos del respeto del que disfrutan las denominadas ciencias «duras», Y, aun así, no es
)res de las guarderías ¿pue- del todo desafortunado afirmar que los métodos de entrevistas conversacionales, la
ué significa amor paternal observación de cerca, por ejemplo, implican el hecho de reunir o recoger datos,
un profesor o un moni.tor, Cuando alguien me ha relatado una experiencia valiosa, yo he obtenido algo, inclu-
58 el ténnino in weo paren- so aunque ese «algo obtenido» no sea una entidad cuantificable,
padre verdadero? Existe otro sentido en el que la noción de .datos» tiene cierta relevancia en la
fenomenología, En su sentido original, el ténnino dntum significa algo «dado» o
71
hlVestigaciÓll educativa y crperiem;:ia vivida
«concedido», Y, efectivamente, en cierto sentido nuestra experíencia nos es testaba que no sentía ning
«dada» en la vida cotidiana. Aun así, tenemos que darnos cuenta, de forma natu- ba) creo que con bastante
ral, de que los relatos experienciales o las descripciones de la experiencia vivida daban satisfacciones simíl
-tanto en forma de discurso escrito como oral- nunca son idénticos a la experíen . . tía una fuerte aversión} al
da vivida. Todos los recuerdos, las reflexiones, las descripciones, las entrevistas raba que mis amigos eran
grabadas o las conversaciones transcritas referidas a experiencias ya cónstituyen con conversos religiosos,
«transformaciones» en sí mismas de dichas experiencias. Incluso la vida captada hamos de lo afurtunados {
directamente sobre soporte magnético o fotosensible'ya se ha transformado desde nuestra de n
el momento mismo en que es captada. Sin este elemento elusivo esencial del sig- mos e ir a donde nos pare
nificado vivido en nuestra atención reflexiva, la fenomenología no tendría razón act.."fca de nuestra resoluc
de ser. Así pues, el resultado nos indica que debemos buscar una puerta de acceso modo convincente. TerlÍa
a las dimensiones vitales de la vida y darnos cuenta de que los significados que ha- Un día visitamos a una
cemos salir a la superficie desde las profundidades de los océanos de la ,J¡da ya han Recuerdo el caos que rejn
perdido el estremecimiento natural de su existencia inalterada.- \ juguetes y mantas por el SI
aquella escena infamit ql
un momento que destaca
LA EXPERIENCIA PERSONAL COMO PUNTO DE PARTIDA recién nacido en brazos y I
con ese bebé ... era tan be
El punto de partida ego-lógico de la investigación fenomenológica es una conse- tema de los niños, tal vez
cuencia natural de las observaciones anteriores. Mis propias experiencias vitales .idad. Dudaba de mi capa.
resultan inmediatamente accesibles para mí de un modo que no lo son para nadie pero esta vez con menoS f
más. Sin embargo, el fenomenólogo no quiere importunar al lector con aspectos parecía muy estúpido V e
fácticos meramente privados o autobiográficos de su vida. La revelación de sen- decir que apenas podía e
timientos o acontecimientos privados son cuestiones que tal vez se comparten miedo. ¿Qué pasaría si nc
entre amigos, o entre amantes, o en los .ecos de sociedad». Al elaborar descrip- tía culpable, sólo pude a<
ciones personales de las experiencias vividas, el fenomenólogo sabe que las propias buscando su apoyo.
experiencias pueden ser al mismo tiempo las experiencias de los demás.
Para llevar a cabo una descripción personal de una experiencia vivida, intento Naturalmente, esta de
describir mi experiencia tantO como me sea posible en términos experienciales, ca. Las descripciones so
centrándome en una situación o un acontecimiento particular. intento, tal como sobre el cual trabajar. 1
apunta Merleau-Ponty, dar una descripción directa de mi experiencia tal como es, recuerdos sobre mis com
sin ofrecer explicaciones causales o generalizaciones interpretativas de mi expe- intentar «explicar» por q
riencia (J 962, p. vii). el hecho de ser padre. N
Voy a intentar presentar un relato personal, de carácter puramente experiencial, hechos de mi infahcia, rr
sobre el inicio de mi paternidad: trabajo o cualquier otro
pecular. La reticencia a
¿Cómo entró el hecho de «tener hijos» en mi vida? Recuerdo varias ocasiones en que miento de tener Un hijo
nuestros amigos hablaban de la profunda satisfacción que em tener sus propios hijos) y la experiencia profunda
de c.ómo habían cambiado respecto a su postura ante la vida y el mundo. Yo siempre pen,.. vida con un hijo propio
saba que entendía lo que querían decir, aunque ahora sé que no era cierto. Yo les el cuestíonamiento del s
72
Investigar la experiencia tal como la vivimos
LJestra experiencia nos es testaba que no sentía ninguna carencia, ninguna necesidad de una familia, y argumenta,
lOS cuenta, de forma natu" ba, creo que con bastante elocuencia, que los niños a los que enseñaba en la escuela me
!Sde la experiencia vivida daban satisfacciones similares sin necesidad de «tener» a otros que fueran míos. Yo sen..
on idénticos a la experien- tía una fuerte aversión, casi física, hacia la idea de la paternidad y, en privado, conside,
,cripciones, las entrevistas raba que mis amigos eran bastante estúpidos. Hablar con padres jóvenes es como hablar
"periencias ya constituyen con conversos religiosos, le decía a mi mujer, Judith. Cuando volvíamos a casa, hablá,
lS.Incluso la vida captada bamos de 10 afortunados que nos considerábamos de poder disfrutar de nosotros dos, de
1se ha transformado desde nuestra tranquilidad, de nuestros libros y de nuestra libertad para hacer lo que quisiéra'
to elusivo esencial del sig- mas e ir a donde nos pareciera. En contadas ocasiones Judith sacaha el tema de su duda
¡enología no tendría razón acerca de nuestra resolución de no tener hijos. Yo siempre oponía resistencia de un
uscar una puerta de acceso modo convincente. Tenía treinta y pocos años y me sentía joven.
¡ue los significados que ha- Un día visitamos a una prima de mi mujer, que acababa de dar a luz a su tercer hijo.
; océanos de la vida ya han Recuerdo el caos que reinaba en aquella casa: olor a comida, galletas, trastos, manchas,
,Iterada. juguetes y mantas por el suelo. En conjunto, sent(a una cierta repulsión a la suciedad de
aquella escena infantil, que tanto contrastaha con nuestra casa o con mi clase. Pero hay
un momento que destaca con claridad dentro de esa escena. Mi mujer había cogido al
RTIDA recién nacido en brazos y entonces me sentí extrañamente conmovido; el hecho de verla
con ese bebé ... era tan bonito; me pareció correcto, bien. La siguiente vez que salió el
)menológica es una canse.. tema de los niños, tal vez hasta lo saqué yo; todavía me resistí, pero ya con menos
'ropias experiencias vitales sidad. Dudaba de mi capacidad de ser un padre entusiasta. De nuevo le expliqué a Judith,
o que no lo son para nadie pero esta vez con menos firmeza, que no confiaba en el mundo en que vivíamos; que me
mar al lector con aspectos parecía muy estúpido y egoísta traer niños a tal caos y locura. En voz baja, hoy puedo
ida. La revelación de sen- . decir que apenas podía esperar a que naciera nuestro primer hijo. Pero a veces tenía
que tal vez se miedo. ¿Qué pasaría si no podía amar al niño que judith llevaba dentro? Como me sen ..
:dad». Al elaborar descri6} tía culpable, sólo pude admitir mis incertidumbres cuando hablé con mi mujer,
nólogo sabe que las propias buscando su apoyo.
ias de los demás. .
vivida, inten.to Naturalmente, esta descripción de una experiencia vivida no es fenomenológi-
n términos experienciales, ca. Las descripciones sobre experiencias vividas constituyen datos o material ¿
,rticular. Intento, tal como sobre el cual trabajar. Hay que tener en cuenta también que al escribir estos 7
ni experiencia tal como es, recuerdos sobre mis comienzos dubitativos en la paternidad me he abstenido de
[Iterpretativas de mi expe- intentar (explicar» por qué era tan reticente y tenía tantas dudas en relación con
el hecho de ser padre. No importa que mi reticencia pudiera estar provocada por
er puramente experiencial, hechos de mi infancia, mi concepto del yo, mi matrimonio, alguna influencia del
trabajo o cualquier otro factor oculto o subconsciente sobre el que se quiera es-
pecular. La reticencia a la paternidad fue mi primera reacción hacia el pensa-
lerdo varias ocasiones en que miento de tener un hijo propio. El marcado contraste de la reticencia inicial con
era tener sus propios hijos, y la experiencia profundmnente conmovedora del nacimiento, el encuentro y la
a y el mundo. Yo siempre pen.. vida con un hijo propio es la base psicológica de mi interés fenomenológico por
=lue no era cierto. Yo les con.. el cuestionamiento del significado de la paternidad. Y es por ello por lo que ésta
73
es tan sólo una de las posibles experiencias con las que nos podemos encontrar en mente, me tropecé COI'
las primeras fases del hecho de ser padres. me alegro de volverte
Pero ¡en qué modo esta descripción de la experiencia vivida ayuda a desple¡rdT poeta.' Jonathan admi
la cuestión del significado de la pedagogía o del hecho de ser padres? Por lo que he desempeñado más su ac
podido saber de mi transición reticente hacia la paternidad, esta transición fue, me sonrío, a modo de d
experimentalmente hablando, una verdadera transfonnación: una experiencia sía ya no era su fuerte. (
transformadora de hombre a padre. Con una evidencia que es experimentalmente manos a modo de despe
innegable, tengo ahora una percepción inmediata de la diferencia fundamental correo. «i De parte de J
que ser padre supone sobre ser el hombre que era antes. Y aun así, la naturaleza del fundible, a pesar de su
significado de esta diferencia es difícil de explicar. Pam ello necesitamos una cien- «Finalmente) es un roe
cia humana fenomenológica.
Aquí tenemos otm descripción de una experiencia vivida personal; esta ';ez, se El otro día, volví a pe
trata de un recuerdo de mi v ida como profesor de escuela. ""1 Tampoco lo motivó n
\ Jonathan simplemente:
El otro dia volví a pensar en }onathan. Podía parecer un niño nada destacable al niños de esos primeros (
menos, eso era lo que se podía extraer de los comentarios que sus varios profesores y me pregunto si todav
bían hecho constar en su historial académico, Era el tipo de niño que no destacaba Cuando reflexiono al
demasiado, incluso aunque se sentara en primera fila en la clase de quinto, Físicamente. e intento detectar su cu
pareela una persona bajita de mediana edad. Era un poco gordito, andaba de fonna nomenológica hermené
curiosa, corno un pato, y por supuesto no era demasiado ágil en la clase de educación ff· los niños pueden ocup:
sica. Sin embargo, jonathan poseía un carácter alegre y hablaba, curiosamente, como un de que es pedagógicam
adulto, lo que resaltaba aún más su acento británico judío. En prácticamente todas las niño que sepa que signi
asignaturdS su rendimiento estaba por debajo de la media. Con las matemáticas tenía maestro se manifiesta er
vetdaderos problemas. Peto yo me sorprendí gratamente con la extraotdinaria sensibili r
es lo que uno espera qu<
dad que demostró para con el lenguaje y el pensamiento poético. Era extrafio que un Es en la medida en (
niño que parecía obtener unos resultados tan mediocre::; en prácticamente todas las asigo' experiencias que el fene
naturas escolares pudiera escribir unos poemas tan hermosos y redactados con tanto minados significados e>
esmc'fO, Dc hecho, otrOS profesores de la escuela elemental se hablan sorprendido al co- rienda propia de un fer
nocer la habilidad oculta de este nifio que tampoco era precisamente el favorito entre orientarse hacia el fenó
sus compañeros. ínvestigación fenomenc
Pero el quinto CUI1l0 fue un año de una productividad inimaginable para Jonaman, '¡Se nudo nos damos cuenta
sentía tan especial! Gracias a un empujoncito y un poco de entrenamiento, Jonathan otros». Esto se hace no
escribió poemas sobre muchos acontecimientos significativos de su joven vida. Incluso verdade"" expresada de
publicó alguno en una revista de literatura regional. Sus padres presentaban ce que las propias expefi
tos conttadíctorios en relaci6n con el redén descubierto talento del chico. Les habría que las experiencias de 1
gustado más que hubiera sido capaz de sacar mejores notas en matemátícas. Jonathan menología siempre trata
estaba esforzándose al máximo, pero nunca podía satisfacer las aspiraciones que eilos b1e», Es en este sentido
tenían para él. Y cuando pas6 a sexto curso y luego al instituto de enseñanza media, los universal! es decir, intet
padres se sintieron indudablemente aliviados porque su relacíón de amOr COn el lengua-
je poético llegó a su fin de manera abrupta. Estudiaba ya noveno cuando,
74
la eXf)erümcia [al como la vivimos
n.os podemos encontrar en me tropecé con él, un día que visitaba su escuela. «Bien, Jonathan -le díje-¡
me alegro de volverte a ver. Me he preguntado much",< veces qué habría sido de mi
a vivida ayuda a desplegar poeta.,} Jonathan admitió timidamente que durante los últimos cuatro años no había
.e ser padres? Por lo que he desempeñado más su actividad como poeta. ¡Yeso era todo! Se" encogió de hombros y
nidad, esta transidón fue, me sonrío, a modo de disculpa. «Estoy muy ocupado, ya sabes ... » Además, escribir
:maci6n; una experiencia sía ya no era su fuerte. Creo que le miré con cara pensativa y luego nos estrechamos las
que es experimentalmente manos a modo de despedida, y nos fuimos. Una semana más tarde, me llegó un ,ohre por
la diferencia fundamental correo, «rDe parte de Jonathanh) Dentro había tres poemas. Era una promesa
y aun así, la naturaleza de! fundible, a pe.sar de su titulo, ciertamente peculiar: Odas a un profesor. Me conmovi6.
ello necesitamos una cien, «Finalmente, es un poeta», pensé.
ivida personal¡ esta vez, se El otro día, volví a pensar en }onathan. No fue por ningún motivo en concreto.
la. Tampoco lo motivó ningún indicio claro que yo asociara con su recuerdo.
]onathan simplemente apareció en mi pensamiento como a veces aparecen otros
1 niño nada destacable 0, al niños de esos primeros días como profesor de escuela. Ahora rondará los treinta...
que sus varios profesores y me pregunto si todavía le gustará la poesía. Me pregunto qué habrá sido de él.
o de niño que no destacaba Cuando reflexiono ahora sobre mi propia descripción de una experiencia vivida
clase de quinto. Físicamente. e intento detectar su cualidad temática general ('IIéase e! capítulo «La reflexión fe·
:0 gordito, andaba de forma nomenológica hermenéutica», pp. 95,126), comprendo el significado especial que
íl en la clase de educaclón f(· los niños pueden ocupar en la vida de un maestro. Y me doy cuenta también
¡(aba, curiosamente, como un de que es pedagógicamente importante para el crecimiento y el aprendizaje del
'. En práctica'!)"nte todas las niño que sepa que significa algo «especial» para su profesor. La experiencia de ser
. Con las r.wftemáticas tenía maestro se manifiesta en el hecho de tener presentes a los niños y preguntarse qué
m la extraordinaria es lo que uno espera que lleguen a ser.
poético. Era extraño que un Es en la medida en que «mis» experiencias pueden convertirse en ",nuestras})
prácticamente todas las asig.. experiencilh' que el fenomenólogo intenta ser reflexivamente consciente de deter'
osos y redactados con tanto minados significados experienciales. Ser consciente de la estructura de la
se habían sorprendido al co' riencia propia de un fenómeno puede proporcionar al investigador las claves para
redsamente el favorito entre orientarse hacia el fenómeno y, por lo ranto, hacia todos los demás estadios de la
investigación fenomenológica. En las descripciones fenomenológicas reales, a me
naginable para Jonathan. ¡Se nudo nos damos cuenta de que el autor emplea las formas personales "yo» o «nos,
de entrenamiento) Jonathan otros». Esto se hace no sólo para potenciar el valor evocativo de una experiencia
vos de Su joven vida. Incluso verdadera expresada de este modo, sino también para mostrar que e! autor recono'
ldres presentaban sentimíen .. ce que las propias experiencias pueden ser posibles experiencias de otros y también
:alento dd chico. Les habría que las experiencias de los demás pueden ser posibles experiencias propias. La feno,
i5 en matemáticas. jonathan menología siempre trata cualquier fenómeno como una «experiencia humana posi-
:er las aspimdones que ellos ble». Es en este sentido que las descripciones fenomenológicas tienen un carácter
ruto de enseñanza medía, los universal, es decir, intersubjetivo.
l.ción de amor con
noveno cuando¡ inesperada-
75
vivida
posee, por una parte, el significado de preocupación en tanto que problema, ca «ser la fuent
inquietud, ansia o lamento y, por otro, el de preocupación en el sentido de cuida- mantener este sentido de .
do, solicitud, amor o atención. Así pues, al preocuparnos (caring) por otra persona, me sienta orgulloso al darr
[o que hacemos es librar a esa persona de sus preocupaciones (cares), es decir, de pero a la vez reconozco al!
sus problemas, inquietudes o ansias. Como persona cuya lengua materna es el este niño, sino que más bi(
holandés, pienso que el término holandés para caring es que parece que que yo fuera el padre de e:
pone un mayor énfasis en el aspecto más grave y problemático de la preocupadón. dre, se ve moderada por l:
Por ejemplo, el ct1idado de los niños (childcare; en inglés) es kimJerzog en holandés, tanto que yo haya ayudad,
y un es un niño que nos preocupa especialmente y que necesita una un regalo. Mi orgullo es (
atención especia!. El término recoge tanto la preocupación como la atención. regalo que me llega corno
Cuidar de un niño es proporcionarle recursos y atención, de tal modo que no nos el efecto que, en un sentid
debe sorprender que ello suponga que nos carguemos de problemas y de una preo- no es simplemente recibid.
cupación profundamente arraigada. Al «preocuparme» por un niño lo que quiero Como Maree! expresó, la v
es evitarle .preocupaciones», es decir, problemas, molestias o inquietudes prema- hemos dar respuesta (1978
turas o inadecuadas. Pero corno padre o profesor, tengo que ser consciente también b[e sentido de «llevar» y d,
de que en esta preocupación por él, el nmo puede llegar a depender y a sentirse término inglés para denon
dominado por el adulto más de lo que es pedagógicamente deseable en el proce- «útero». De un modo simi
so de criar y enseñar a un niño. Por lo tanto, la tarea del adulto será la de «preo- traducirse como «el que es
cuparse por» el niño con tacto, es decir, no ocupando el puesto del niño sino, más tierras bajas de Escocia to'
bien, preparando ese lugar que el niño podrá ocupar y mediante el cual llegará a baim, y que está relacion:
76
tal como la vivimos
ser alguien. Como padre o profesor no estoy librando, con estas palabras, indebi-
damente al niño de la, «preocupaciones» más allá de lo que el estado de depen-
fenómeno es que las pala- dencia e inmadurez propio del niño exigiría. Más bien le estoy ayudando a des-
de Su significado original. arrollar su conocimiento de sí mismo, su responsabilidad, su iniciativa material y
-elaban un mundo vivo se su libertad espiritual. Naturalmente, recoger o recordar la esencia de esta preocu-
., mudas y vacías que han pación no es una cuestión de simple análisis etimológico o de explicación del uso
ir todavía palabras como de la palabra. Se trata, en cambio, de la reconstrucción de una manera de vivir: la
)65)1 ¡Cuán insípidas han voluntad de vivir el lenguaje de nuestras vidas de un modo más profundo, de ser
af» o «(escuela» , «conocí.. más auténticamente quienes somos cuando nos referimos a nosotros mismos} por
[l el gran uso que actual- ejemplo, como profesores o padres.
-abajo social, la medicina, Prestar atención a los orígenes etimológicos de las palabras puede a veces poner-
ento en que parece que se nOs en cOntacto con una forma de vida original en la que los términos todavía te-
, Se utiliza en expresiones nían vínculos vivos con las experiencias vividas de las que emanaban en su origen.
los), (lay-care (centros de Se puede observar, por ejemplo, que las palabras «padre». «hijo», «bebé», "útero»
ca), health care (asistencia y «nachniento» están estrechamente relacionadas con las acciones de «llevar» y
o cuando nos referimos a «traer», como en el caso de la experiencia del embarazo, que es llevar a un hijo, O
cupan por sus pacientes o en la experiencia misma del hecho de ser padres en tanto que traer al mundo a los
donar a estos hijos, proporcionarles espacios en los que vivan y existan en tanto que niños. La eti-
care, que es el de «dolor»? mología de la palabra «padre» se refiere al hecho de "dar nacimiento» y «producir»,
,les, el término inglés care! es decir, que tiene connotaciones de «origen» o ((fuente». Ser padre, parere,
en tanto que problema,' ca «(originar», «ser la fuente de» «el origen de donde algo emana». ¿Cómo se puede
l
Sn en el sentido de cuida- \ mantener este sentido de «ser el origen» en la experiencia de ser padre? Puede que
(caring) por otra persona, me sienta orgulloso al darme cuenta de que he traído al mundo a un hennoso niño,
,iones (ca"es), es decir, de pero a la vez reconozco algo más que no fui yo quien ayudó a producir a
'ya lengua materna es el este niño, sino que más bien fue algo dist'into y «mayor» que yo lo que hizo posible
zorgen, que patece que que yo fuera e! padre de este niño. Y por ello mi experiencia de orgullo, como pa-
>ático de la preocupación. dre, se ve moderada por la extraña sensación que tengo de que en realidad no es
I es kinderzog en holandés, tamo que yo haya ayudado a generar a este niño, sino que él me haya llegado como
lente y que necesita una un regalo. Mi orgullo es entonces realmente Un orgullo por ser merecedor de tal
ación como la atención. regalo que me llega como si fuera yo quien dio vida al niño. Y aquí entra en juego
t, de tal modo que no nos el efecto que, en un sentido profundo, el niño tiene en la madre y el padre. El niño
problemas y de una preo- no es simplemente recibido como un regulo al cual damos cabida en nuestras vidas.
lor un niño lo que quiero Como Marce! expresó, la verdad es mucho más, el regalo es una llamada a la cual de-
tias o inquietudes prema- bemos dar respuesta (1978). Los padres dan hijos, pero el niño debe nacer en el dOe
le ser consciente tamoién ble sentido de "llevar» y de «ser traído», reviviendo y dándose cuenta del mundo. El
tr a depender y a sentirse término inglés para denominar niño, child, proviene del gótico kilthe, que significa
nte deseable en el proce- «útero». De un modo similar, palabras relacionadas con el término "bebé» pueden
:1 adulto será la de «preo- traducirse como «el que es llevado», «aquel que es transportado en el útero». En las
puesto del niño sino, más tierras bajas de Escocia todavía se utiliza una palabra antigua que signiflea «niño»,
nediante el cual llegará a baim, y que está relacionada con la anglosajona beam, que significa «llevado» y
77
vivida
«nacido». En mi lengua nativa, el holandés, la palabra para útero es baarmocder, es blcma suele ser que estos·
decir, «madre que lleva», «madre que aguanta», que transporta al niño. Así pues, que se ha roto el contacte
embarazo y parto o nacimiento se relacionan ambos con el mismo verbo: «llevan•. plo, acerca de la experien
En estas persistentes referencias etimológicas al hecho de traer niños al mundo, un libro». Pero ¡qué es ¡,
de llevarlos y protegerlos, podemos encontrar las claves para descifrar el significa- realmente perdido? Cuanl
do del hecho de ser padres y ser profesores como in loco parentis. En esta relación tivarnente su sentido del
1
estrecha con sus hijos, los padres dan y enseñan a los más pequeños algo sin lo cual ha vivído la experiencia (
el hecho de crecer o incluso vivir una vida resulta bastante imposible. Los padres porque se había «perdido
que traen al mundo a sus hijos ponen a su disposición un espacio para existir. Ense- de en un relato no está en
ñan a sus hijos que el mundo se puede experimentar como un hogar, un lugar segu- tos» en un mundo distintj
ro donde viVÍ!, un hábitat en que los seres humanos pueden «sen" donde nosotros le falta nada, no ccha nad
podemos ser nosotros mismos, donde podemos tener hábitos, es decir, modos de ser experiencia de la lectura
y de hacer las cosas. Así pues, ttaer niños al mundo es, en un sentido amplio del perdida es la persona que
concepto, proporcionar lugar y espacio para que vivan, «para que sean». El niño se de otra persona que se ru
lleva primero en el interior del útero y luego es traído al mundo, donde pennane- experimenta una pérdida,
ce, durante un tiempo por lo menos, desamparado, dependiente, necesitado de ali- La expresión «está absort
mento, de calidez, de cadeias, para mantenerse firme y seguro fuera del útero. Por turaleza de la experiencia
el contrario, es en el hecho de la experiencia mundana de la separación, la pérdi- tido de espacialidad que I
da, sin la protección, sin la tranquilidad de un lugar seguro, donde se puede intuir lectura?, IY cómo es la eXI
la naturaleza primordial del hecho de ser padres. del espacio en el que vern
. un espacio que lo convier
'. la experiencia temporal y
EN BUSCA DE EXPRESIONES IDIOMÁTICAS .' ferentes! De un modo silI
expresiones podrían brind
A veces resulta sorprendente lo didáctico que puede llegar a ser ellengnaje si pres- sobre las experiencias vivl
tamos atención incluso a la más común de las expresiones asociadas con el fenó- de fuentes etimológicas p
meno que queramos estudiar. El motivo es que las expresiones idiomáticas actúan dado, de la «recolección f
en gran medida de un modo fenomenológico: nacen de la experiencia vivida. Por Se suele decir «de tal n'
ejemplo, decimos que «todo niño necesita un hogar». El concepto de hogar o vi- el sit,'I1ifkado experiencial
vienda desprende también el significado de protección, de mantenimiento de un variedad de expresiones:
espacio en que el ser humano se pueda sentir acogido, protegido y, por lo tanto, lo hablamos de la "patria» e
que la idea de una casa, con su pared y sus vallas, transmite es esa seguridad, ese de «crear» I «originar», «e
mantenimiento de algo que debe ser protegido. Este ejercicio de la paternidad pre- No se trata de que un
ocupado, esta educación, este cobijo y esta protección proporcionada al hijo no es de elementos lingüísticos
algo te&rico que teng'J. que ser demostrado o sometido a alguna prueba como si se aferre de un modo reH
fuera nuestra respuesta al hecho de que el niño experimentara la sensación de alguna importancia int.er¡
tener miedo y estar asustado. Se trata de algo primordial que va más allá del len- llevando a cabo. Porque I
guaje literal y de las definiciones exactas. escritores o de los poetas,
En cierto sentido, el lenguaje común es un enorme depósito en el que se va al- lógico.
macenando una increíble variedad de riqueza de la experiencia humana. El pro-
78
ll1veshgar la experiencia fal como [a vivimQs
ara útero es baannoWer, es blema suele ser que estos depósiros se han sedimentado o fosilizado de tal manera
ruporta al niño. Así pues, que se ha roto e! contacto original con nuestra experiencia primigenia. Por ejem-
el mismo verbo: (llevap). plo, acerca de la experiencia de la lectura decirnos que alguien se ha "perdido en
, de traer niños al mundo, un libro». Pero ¡qué es lo que descubre esta expresión?, ¿se encuentra el lector
para descifrar el significa- realmente perdido? Cuando está absorto en un libro, un lectot puede perder, efec-
, parenris. En esta relación tivamente, su sentido del tiempo, del lugar, de su propio cuerpo, etc. ¿Quién no
¡ pequeños algo sin lo cual
ha vivido la experiencia de llegar tarde a cenar, a una cita o de perder el autobús
mte imposible. Los padres porque se había «perdido en un libro»? Pero, en otro sentido, el lector que se pier-
espacio para existir. Ense.. de en un relato no está en absoluto perdido. Podemos estar temporalmente «absor-
10 un hogar, un lugar segu-.
tos» en un mundo distinto al de quien ha hecho la observación, pero al lector no
den «ser», donde nosotros le falta nada, no echa nada de menos, no necesita nada; ése es el motivo de que la
itas, es decir, modos de ser experiencia de la lecillra sea tan absorbente. La persona que está realmente casi
en un sentido amplio del perdida es la persona que ha hecho la observación. En efecto, cuando alguien dice
para que sean". El niño se de otra persona que se ha perdido en un libro, en realidad es «él» mismo el que
1mundo, donde pennane- experimenta una pérdida, en concreto la de la presencia atenta de su compañero.
1diente, necesitado de aH- La expresión «está absorta en un libro» nos puede mostrar más claves de la na-
ieguro fuera de! útero. Por illraleza de la experiencia de la lectura. Plantea la cuestión del significado del sen-
tido de espacialidad que pertenece al texto. ¿Cuál es la naturaleza del espacio de
de la separación, la pérdi- /
1ro, donde se puede intuir lectura?, ¿y cómo es la experiencia de este espacio relacionada con la experiencia
del espacio en el que vemos al lector sentado sumergirse en el libro?, ¿qué hay en
un espacio que lo convierte en un buen lugar para leer?, iY cuál es la naturaleza de
la experiencia temporal y la experiencia del propio cuerpo en esas dimensiones di-
ferentes? De un modo similar, con relación al fenómeno de ser padres, ¿qué otras
expresiones podrían brindamos una oportunidad para la reflexión fenomenológica
ar a ser el lenguaje si pres- sobre las experiencias vividas de las cuales derivaran su significado? Esta búsqueda
"les asociadas con el fenó- de fuentes etimológicas puede ser un aspecto importante, aunque a menudo olvi·
'siones idiornáticas actúan dado, de la «recolección fenomenológica de datos».
la experiencia vivida. Por Se suele decir "de tal madre, tal hija» o «de tal padre, tal hijo». ¡Cuál podría ser
:J concepto de hogar o vi- el significado experiencial de esta frase? La palabra «madre» se asocia con una gran
de mantenimiento de un variedad de expresiones: «madre tierra», «lengua materna», etc. Y, por otro lado,
:otegido y, por lo tanto, lo hablarnos de la "patria" o asociarnos la expresión de «ser padre" de algo al hecho
mite es esa seguridad, ese de «crear», «originar», «engendrar» o la fuente de algw).
:icio de la paternidad pre- No se trata de que uno se dedique a ir recogiendo ciegamente una multitud
roporcionada al hijo no es de elementos lingüísticos asociados en cierta manem con el fenómeno, sino que
a alguna prueba como si se aferre de un modo reflexivo a las manifestaciones verbales que parecen poseer
imentara la sensación de alguna importancia interpretativa para la descripción fenomenológica que se esté
.1 que va más allá del len- llevando a cabo. Porque las expresiones lingüísticas, al igual que la lengua de los
escritores o de los poetas, constituye una fuente inagotable de análisis fenomeno-
en el que se va al- lógico.
'eriencia humana. El pro-
79
Investigación educativa y ex!!!!.:.!.::e'::'c:::iac:v"'ivC":id:::a'---___ _ _ _ _ _ _ _ __
OBTENER LAS DESCRIPCIONES EXPERIENCIALES DE LOS DEMÁS Para poder disclltir los
menológica en el ámbito
En la investigación fenomenológica, lo más importante siempre es el significado te hacemos una distinci6¡
de la experiencia vivida. La investigaci6n fenomenológica trata de «tomar presta e embargo, como con todo
das» las experiencias de otras personas y sus reflexiones acerca de aquéllas para no son realmente separab
poder llegar a comprender el significado profundo de un aspecto de la experiencia ceso. Por ejemplo, depenc
humana, en el contexto del conjunto de experiencias humanas. fuí pues, en la in e encuentre el proceso de
vestigaci6n fenomenológica de la experiencia del hecho de ser padres, lo que que e podría servir o bien prin
remos entender es qué significa ser padre para talo cual persona, en tanto que un vivida, como por ejemplc
aspecto de su vida y, por lo nmto, por extensión, en tanto que aspecto de nuesttas bien como ocasión para
posibilidades como seres humanos. vistado, de la relación ce
Pero ¡por qué tenemos que recoger los «datos» de las experiencias de «otras» caso la entrevísta va pasf
J
personas? «Reunimos las experiencias de otras personas porque nos permite ser más la medida en que el inves
experimentados.» Nos interesan las experiencias concretas de tal niño, tal dialogar con él sobre lo q
cente o tal adulto, porque nos permitirán ser «in-formados», moldeados O enri- vista. La entrevista heflll(
quecidos por esta experiencia con el fin de ser capaces de extraer toda la impor- cipantes o colaboradores '
tancia de su significado. Tradicionalmente, las técnicas utilizadas para obtener «reflexionar sobre" el mal
«datos» de «sujetos» consistían en entrevistas, analizar respuestas escritas, den constituir dos fases di
observar a participantes, etc. La investÍJiaci6n fenomenológica discurre por cami- bueno tener presentes est
nos similares, pero hay algunas diferencias destacables. Desde un punto de vista
fenomenológico, no nos interesan principalmente las experiencias subjetivas de
nuestros sujetos o informantes sólo para poder luego dar cuenta de cómo algo se ve ESCRITURA DE PROTO
desde su perspectiva o situación particular. Naturalmente, podemos querer saber
cómo es el hecho de ser madre o padre desde la perspectiva de una persona que Los «datos" por excelenc
ejerce Su pape! en solitario, o de aquella que no puede ver a su hijo, O desde e! riencias humanas. Por lo I
punto de vista de una familia de la clase trabajadora o también desde la situación naturaleza de una detem
acomodada de una familia que contrata a niñeras o canguros, por ejemplo. Sin camino más directo sea I
embargo, el objetivo profundo, que es lo que impulsa siempre la investigaci6n experiencias. El término
fenomenológica, sigue estando orientado hacia la pregunta de cuál es la naturale- bastante adecuado, al bar
za de este fenómeno, el de ser padres, en tanto que experiencia esencialmente hU e papiro que contiene la fe•
mana. Para centrar mejor la diferencia entre la fenomenología y otros enfoques . los es la producci6n de te:
investigativos también denomin'ados "cualitativos», como la etnografía, la etno- bajar. No obstante, antes
metodología, e! interaccionismo simbólico, el análisis conceptual o la biogmfía, considerar varias dificult
debedamos reconocer la fuerza de la pregunta fenomenol6gica esencial. No im- tarea misma de escribir. 1
porta la forma en que un determinado padre o un determinado gmpo de padres se blarán con mucha más fa
relacionen con un niño, lo que nosotros siempre queremos saber es: ¡cómo es este escriben sus pensamiento:
acto de ser padre?, ¡así es verdaderamente ser padre?, ¡esto es lo que significa ser un gran experiencia o educac
padre o una madre? De un modo similar, cuando enseñamos a leer a los niños, pre- sobre un papel para nosol
guntamos: ¿cómo es este aCto de leer?, iY cómO es el de enseñar?, ¡esto es lo que sig e obstáculo. A menudo, a le
nifica leed, ¡es así la experiencia de la lectura? que escriban sobre sus exp
80
\0
tal como la vivimos
,LOS DEMÁS Para poder discutir los vatios aspectos metodológicos de la investigación feno-
menológica en el ámbito de las ciencias humanas, en este capítulo y en el siguien-
siempre es el significado te hacemos una distinción entre «reunir» material experiencial y «analizarlo». Sin
:a trata de presta.. embargo, como con todos los aspectos del proceso de investigación, ambos actos
l acerca de aquéllas para no son realmente separables y deberían considerarse como parte de un mismo pro-
aspecto de la experiencia ceso. Por ejemplo, dependiendo de la naturaleza del proyecro y de la fase en que se
nanas. Así pues, en la in,. encuentre el proceso de investigación, el método de entrevista conversacional
de ser padres, lo que que, podría servir o bien principalmente para «reunir» material sobre la experiencia
persona, en tanto que un vivida, como por ejemplo, historias, anécdotas, recuerdos de experiencias, etc., o
J que aspecto de nuestras. bien como ocasión para «reflexionar» con el otro participante, es decir, el entre-
vistado, de la relación conversacional sobre el tema en cuestión. En este último
experiencias de «otras» caso, la entrevista va pasando a ser cada vez más una entrevista hermenéutica en
JIque nos permite Ser más la medida en que el investigador puede recurrir una y otra vez al entrevistado para
as de tal niño, tal ado les, dialogar con él sobre lo que ha quedado registrado en la trascripción de la entre-
ulos» , moldeados O enri, vista. La entrevista hermenéutica acaba convirtiendo a los entrevistados en parti-
le extraer toda la impor, cipantes o colaboradores del proyecto de investigación. Naturalmente, «reunir» y
s utilizadas para obtener «reflexionar sobte» el material de la experiencia vivida mediante la entrevista pue-
lalizar respuestas escritas, den constituir dos fases distintas en un único proyecto de investigación. Puede ser
.lógica discurre por cami, bueno tener presentes estas dos funciones de la entrevista.
Desde un punto de vista
xperiencias subjetivas de
:uenta de cómo algo se ve EsCRITURA DE PROTOCOLOS, DESCRIPCiÓN DE LA EXPERIENCIA VIVIDA
te, podemos querer saber
:tiva de una persona que Los «datos» por excelencia de la investigación en ciencias humanas son las expe-
ver a su hijo, o desde el riencias Por lo tanto, parece natural que, si deseamos investigar sobre la
.mbién desde la situación naturalela de una determinada experiencia o de un detenninado fenómeno, el
nguros, por ejemplo. Sin camino más directo sea pedir a individuos escogidos que relaten por esctito sus
siempre la investigación experiencias. El ténnino «protocolo» procede del griego y se refiere, de un modo
,ta de cuál es la naturale- bastante adecuado, al borrador original, es decir, la primera página de un rollo de
leneia esencialmente hu- papiro que contiene la fecha original de su manufactura. La escritura de protoco-
nología y otros enfoques los es la ptoducción de textos otiginales sobre los cuales el investigador puede tra-
10 la etnografía, la etno- bajar. No obstante, antes de embarcamos en este camino, debemos preparamos y
onceptual o la biografía, considerar varias dificultades potenciales. La primera consideración obvia es la
ológica esencial. No im- tarea· misma de escribir. Muchas personas consideran que escribir es difícil. Ha-
tinado gmpo de padres se blarán con mud,a más facilidad y elocuencia y con mucha menOS reserva que si
os saber e."i: ¡cómo es este escriben SllS pensamientos sobre un papel. Y, a menos que una persona tenga una
) es lo que significa ser un gtan experiencia o educación, es posible que no sea capaz de escribir mucho texto
lOS a leer a los niños, pre .. sobre un papel para noSOtros. Sobre todo en el caso de los niños, esto es un gmn
señar?, ¡esto es lo que sig- obstáculo. A menudo, a los investigadores educacionales les gusta pedir a los niños
que escriban sobre sus experiencias o que las anOten en un diario y acaban un tanto
81
Investigación educativa vivida
decepcionados del material que pueden desarrollar sobre los niños a parrir de estos
si es fiel a la sensación que
textos. Escribir obliga a la persona a tener una actitud reflexiva, en contraste con
ne tma descripción sobre lJl
la conversación cara a cara, en que las personas se implican de un modo mucho
cripciones realizadas por lo
más inmediato. Esta actit¿d reflexiva, junto con las exigencias lingüísticas del pro-
mas estud iar. Para acceder:
ceso textual, supone cierras limitaciones para la obtención libre de descripciones
que escriban sobre una exp
de experiencias vividas.
por favor un relato directo
Antes de pedir a otras personas que nos proporcionen una descripción sobre un
Tai vez queramos dar alg
fenómeno que queramos examinar, deberíamos intentar hacer una primero
estudio. Fíjese en este ejen
Otros, para tener una percepción más exaera de lo que intent.amos obtener. Como
cionada por una madre, sol
ejercicio, es mejor empezar con una descripción personal que con una descripción
que implique un evento social más complejo. Podríamos empezar con una expe-
Últimamente me he esrad,
riencia corporal o espacial, como por ejemplo la de «estar enfermo en la cama», la
todo en sus deberes, está IUl
de «ir a nadar» o la de «nuestro lugar de juegos favorito c-uaITcb.éramos niños». A
haciendo un simple ejercic
veces, la pregunta de la investigación gira en torno al significado que se da a un
Ha como los demás niños d
objeto como "el juguete del niño», «el parque» o "el lugar secreto». Pero incluso
volverlo a hacer todo de r
en estos casos hay que ser conscientes de que la pregunta siempre se interesa por la
gorilas, pero parece que nc
«experiencia» del juguete, por la «experiencia» del parque, por la «experiencia»
Por cso) ayer miré el histot
del lugar secreto en la vida del niño (véase Langeveld, 1983a, 1983b). A conti-
por recurrir a eHo, sobre t(
nuación presento algunas sugerencias para elaborar una descripción correcta de
sobre una persona. Y mi ar
una experiencia vivida:
mente} y no dependen de
ban ahí para decinne si Re
1) Tiene que describir la experiencia tal como la vive o la ha vivido. Evite tanto
qué hacer: si tenía que ato
como le sea posible las explicaciones causales, las generalizaciones o las inter-
«Vamos, vago¡ ¿por qué nc
pretaciones abstractas. Por ejemplo, no es de ninguna ayuda manifestar qué fue
tiempo?» o, tal vez, «por S1.:
lo que «provocó» su enfermedad, «por qué» le gusta tanto nadar o por qué cree
do. Deberlas llegar a casa n
que a los niños les «suele» gustar más jugar al aire libre que en espacios cerrados.
2) Describa la experiencia desde dentro, por así decirlo; como si se tratara casi de
Del ejemplo anterior poe
un estado mental: los sentimientos, el estado de ánimo, las emociones; etc.
pretar los protocolos de es,
3) Céntrese en un ejemplo o suceso patticular del objeto de experiencia: describa
valdría la pena recordar qut
hechos especuícos, unH aventura) un acontechniento, una experiencia concreta.
ta reflexión. Ello puede ser
4) Intente centrarse en un ejemplo de la experiencia que destaque por su intellEi-
una experiencia «tal y COIT
dad, o como si fuera la primera vez.
familiarizado con la tender
5) Fíjese en las reacciones de su cuerpo, en cómo huelen, u olían, determinadas
ciones en las descripciones
cosas, en có¡no suenan, o sonaban, etc.
6) Evite intentar embellecer su telato con frases hermosas o terminología rim-
bombante.
ENTREVISTAR, LA HIST(
Es importante darse cuenta de que no tiene demasiada importancia que una de-
En las distintas perspectiv:
terminada experíencia ocurríera exactamente de esa manera. Ahora nos interesa
entrevista puede cumplir Ut
menos la exactitud de los hechos relatados que la plausibilidad del relato, es decir,
ver cosas específicas de det'
82
la e.tverÍencia fal como la vivimos
'c los niños a partir de estos si es fiel a la sensación que nosotros tenemos de éL Tras conocer el aspecto que tie-
reflexiva, en contraste con ne una descripción sobre una experiencia vivida, podremos empezar a obtener des-
<plican de un modo mucho cripciones realizadas por los individuos que han vivido las experiencias que quere-
¡¡endas Iingüfsticas del pro- mos estudiar. Para acceder a las experiencias de otras personas, siempre les pedimos
,ción libre de descripciones que escriban sobre una experiencia personal. Y lo hacemos de este modo: «Escriba
por favor un relato directo de una experiencia personal tal como la viví6».
,n una descripción sobre un Tal vez queramos dar alguna sugerencia adicional, dependiendo del objetívu del
:ar hacer una primero estudio. Fíjese en este ejemplo de descripción de una experiencia vivida, propor-
intentamos obtener. Como cionada por una madre, sobte su experiencia diaria de ser madre:
,al que con una descripción
llOS empezar con una
Últimamente me he estado preguntando si le exijo demasiado a mi híjo. Lo confunde
tar enfermo en la cama»:la todo en sus deberes, está muy cansado, no puede pensar con claridad y pasa horas y horas
o cuando éramos niños». A haciendo un simple ejercicio cuando dehería estar relajándose y disfrutando de la fami-
. significado que se da a un lia como los demás niños de su clase; no ha leído bien las instrucciones y ha tenido que
lugar secreto». Pero incluso volverlo a hacer todo de nuevo; tiene míl ideas para escribir una redaccí6n sobre los
ta siempre se interesa por la gorilas, pero parece que no ta.", puede hilvanar ni siquiera para escribir la primera frase.
lfque} por la «experiencia» Por eso, ayer miré el historial académico de Rabbie. Me sentí en cierto modo culpable
:1, 1983a, 1983b). A cont!- por recunir a ello, sobre todo porque e..sas calificaciones dicen, en realidad, muy poco
lIla descripción correcta de sobre: una persona. Y mi amor y mis esperanzas hacia él son incondicionales,
mentC:) y no dependen de sus noras o su coeficiente intelectual. Pero las cifras no
ban ahí para decirme si Rob es especial () no) se suponía que estaban ahí para decinnc
o la ha vivido. Evite tanto qué hacer: si tenía que atormentarlo, obligarlo o engatusado con los deberes y decirle:
o las «Vamos, vago, ¿por qué no acabas los deberes en el colegial en vez de perder tanto el
13 ayuda manifestar qué f\¡e tiempo?» 0, tal vez, «por supuesto que no puedes pensar con claridad si estás tan CaI1&-'1"'
l tanto nadar o por qué
do, Deberías llegar a casa más temprano y hacer los deberes antes de cenar»,
,re que en espacios
D; como si se tratara casi de Del ejemplo anterior podemos aprender lllucho. Hablaremos de analizar o inter-
tfiO, las emociones, etc.
pretar los protocolos de escritura en el próximo capítulo, pero en este momento
ero de expcriencia: describa valdría la pena recordar que todo lo que se escribe suele crear en el que escribe cier-
), una experiencia concreta. ra reflexión. Ello puede ser un problema cuando se pide a alguien que escriba sobre
¡ue destaque por su intensi- una experiencia «tal y cOmO la vivió•. Y, por eso, el investigador tiene que estar
familiarizado con la tendencia de los sujetos a incluir explicaciones e interpreta-
elen, u olían, determinadas ciones en las descripciones de sus experiencias vividas.
da importancia que una de- En las distintas perspectivas y disciplinas de las ciencias humanas y sociales, la
nanera. Ahora nos interesa entrevista puede cumplir unos objetivos muy diferentes: estudiar modos de hacer y
sibilidad del relato, es decir, ver cosas específicas de determinadas culturas o grupos culturales, como es el caso
83
brve.stigacfólI educativa y experiencia vivida ....
de la etnografra; estudiar el modo en que los individuos se ven a sí mismos y a los planificación de la entrevisl
demás en determinadas situaciones, como hace la percepción psicológica; estudiar to, de tal modo que uno no
el modo en que las personas se sienten sobre determinados aspectos, es decir, su todas partes y a la vez a nin
opinión social; etc. Estas distintas funciones del método de la entrevista, en la Por lo tanto, otro modo
investigación cualitativa, no deben confundirse con la función de la entrevista conversaciones grabadas en
conversacional tal como se describe aquí. sonas que nos expliquen .hi
En las ciencias hutllllIlas fenomenológicas hermenéuticas, la entrevista cumple torias, experiencias, sucesosj
unos propósitos muy espedRcos: 1) se puede"uti]¡zar como medio para explorar que escribir sobre una expe
y reunir material narrativo experiencial que en un momento dado puede servir adoptar una actitud más ref
como recurso para desarrollar un conocimiento más rico y más profundo sobre.. un no a una experiencia tal COI
fenómeno humano y 2) la entrevista puede usarse como vehículo para desarrollat sobre su experiencia acerca
una relación conversacional con otra persona, es decir, el entrevistado} sobre el sig,.,. nerse cercano a la experiem
nificado de una experiencia. Esta segunda función se desarrollará en el apartado una experiencia, puede que
siguiente. sona que piense en un mom
En ambos usos de la entrevista conversacional es importante darse cuenta concreto, Luego indague al
de que el proceso de entrevista debe seguir la disciplina de la pregunta fundamen- imposible proporcionar prcg
tal que originó la necesidad de la entrevista, Demasiado a menudo un investigador entrevistar a mujeres sobre <
principiante va «entrevistando a sujet(¡s» de forma entusiasta usando el deno- mas por el principio de todo
minado «método de la entrevista no estructurada o de final abierto», sin ponerse ron en sus vidas:
a considerar primero, muy detenidamente, cuál es el objetivo de la entrevista.
Hay que resistir la tentación de dejar que el método gobierne la pregunta en lugar «¿Cómo surgi6 por prime
de que sea la pregunta la que determine qué tipo de método es el más adecuado «¿Cómo decidió que querf
para su dirección inmanente. «¿Fue una decisión realm
A veces ocurre que un investigador se encuentra confundido sobre su interés «¿Daba por hecho que al!
real o sobre la pregunt.a de la investigación y, entonces, espera que la entrevista le «¡Cómo habló sobre ello
aporte, en cierto modo, la claridad que necesita, N otmalmente , esta esperanza es «¡Quién dijo qué?
en vano. O bien uno acaba con un material, que bien consiste en grandes canti.. «¿Cómo se sintió en relae
dades de respuestas cortas o muy cortas a preguntas interminables o tendenciosas, «¿Dice que se vio mirand,
o bien se acumuhm una cantidad imposible de cintas o t.ranscripciones. El materi- «¿De qué modo?)
al procedente de entrevistas que es escaso y carece de la concreción suficiente, en ,,¿Podrfa danne un ejemp
forma de historias, anécdotas, ejemplos de experiencias, etc., puede ser que no ten- ,¿Qué sucedió al descubrí
ga ninguna utilidad, lo cual también puede tentar al investigador a caer en inter- «¿Cómo lo supo?»
pretaciones exageradas o especulaciones o a confiar demasiado en las opiniones y «¿Cómo se sintió?»
en las experiencias personales, Por el contrario, un exceso de entrevistas mal orga- «¿Q1Jé sucedió al enCOnte
nizadas pueden conducir a una tal desesperación y confusión que, a'su vez, surja en «¿C6mo 10 anunció a Su e
el entrevistador la desesperación y confusión. ¿Ahora qué bago?, ¿qué método «¿Cómo lo anunció a las,
puedo utilizar para analizar todos estos cientos de páginas de transcripciones?; o a
una búsqueda caótica de significado, del tipo: ¡aquí hay demasiado!, ¡qué incluyo?, Por lo general no es neces
¡qué excluyo? Lo importante es saber que este dilema es justamente el que no se cio suelen ser un modo más I
quiere tener, lo que hay que evitar. Por ello, antes de enfrascarnos en una atareada tinuar con la historia, Y si er
84
_________________________ la experiencia tal como la vivimos
)5 se ven a sí mismos y a los planificación de la entrevista, habrá que orientarse hacía la pregunta o el concep-
:epciÓn psicológica; estudiar to, de tal modo que uno no se deje llevar fácilmente por las entrevistas que van a
lnados aspectos, es decir, su todas partes y a la vez a ninguna.
:odo de la entrevista, en la Por lo tanto, otrO modo de recoger relatos de experiencias personales es tener
la funciÓn de la entrevista conversaciones grabadas en cintas, o bien en otro sistema de grabación, con per-
sonas que nos expliquen "historias de la vida personal», tales corno anécdotas, his-
"uticas, la entrevista cumple torias, experiencias, sucesos, etc. Como ya se mencionó, a veces es más fácil hablar
comO medio para explorar que escribir sobre una experiencla personal, porque escribir obliga a la persona a
nomento dado puede servir adoptar una actitud más reflexiva, que puede hacer más difícil mantenerse cerca-
eO y más profundo sobre un no a una experiencia tal como fue vivida. Mientras entrevistamos a otras personas
!lO vchkulo para desarrollar sobre su experiencia acerca de un determinado fenómeno, es imperativo mante-
el entrevistado, sobre el sig- nerse cercano a la experiencia tal como fue vivida. Cuando preguntamos cómo es
desarrollará en el apartado una experiencia, puede que nos sea útil tratar de ser muy concretos. Pida a la per-
sona que piense en un momento, una situación, una persona o un acontecimiento
:s importante darse cuenta concreto. Luego indague al máximo sobre toda la experiencia. Evidentemente, es
,a de la pregunta fundamen- imposible proporcionar preguntas preparadas, pero si, por ejemplo, tuviéramos que
o a menudo un investigador entrevistar a mujeres sobre el proceso de convertirse en madres, tal vez empezaría-
entusi..' ta usando el deno- mos por el principio de todo, es decir, examinando el modo en que los niños entra-
e final abierto», sin ponerse ron en sus vidas:
1 objetivo de la entrevista.
Jbierne la pregunta en lugar «¿C6mo surgió por primera vez la idea de tener hijos?»
método es el más adecuado «¿Cómo decidi6 que quería tener hijos?»
«¿Fue una decisión realmente planificada?»
:onfundido sobre su interés «¡Daba por hecho que algún di. iba a teller hijos '»
s, espera que la entrevista 1,,- «¿Cómo habló sobre ello con su pareja?» c·
.nalmente, esta esperanza es {(¿Quién dijo qué?»
1 consiste en grandes eanti- (,¿Cómo se sintió en relación con eso?»
terminables o «¿Dice que se vio mirando a los niños de otro modo?»
) transcripciones. El materi- «¿De qué modo?»
la concreción suficiente en
j
«¿Podría darme un ejemplo?»
5, etc.) puede ser que no «¿Qué sucedió al descubrir que est.:'1ba embarazada?»
nvestigador a caer en ((¿Cómo lo supo?»
emasiado en \ru; opiniones y «¿Cómo se sintió?»
:esO de entrevistas mal orga- «¿Qué sucedió al encontrarse o hablar con otras mujeres en su misma situación?»
fusión que, a" su vez, surja en «¿Cómo lo anunció a su esposo?»
ra qué hago?, ¿qué método «¿Cómo lo anunció a las demás personas de su entorno?»
lnas de transcripciones?; o a
Vdemasiado!, ¡qué incluyo?, Por lo general no es necesario realizar tantas preguntas. La paciencia o el silen-
"es justamente el que no se cio suelen ser un modo más respetuoso de incitar al otro a reunir recuerdos y con-
nfrascarnos en una atareada tinuar con la historia. Y si en algún momento parece haber un bloqueo, suele bas-
85
vivida
tar con repetir la última frase o el último pensamiento en un tono interrogativo y El método de la observad
así provocar que el otro siga. «¡Y dice que la gente empezó a mirarle a la barriga, y observador a la vez, qUl
y no a la cara ... ?» Y cuando parezca que la persona que está entreviJ;tando empie- tiempo se proteja de la ac
za a generalizar sobre la experiencia, puede introducir una pregunta que vuelva a xiva tiende a introducir e
situar el discurso en el nivel de experiencia concreta: ,,¡Puede darme un ejemplo?», El investigador que se ,
«¿c6mo fue?», etc. vivido es un recopilador d
sonal y la entrevista son
recoger anécdotas es que,
OBSERVAR, LA ANÉCDOTA EXPERIENC1AL «fuerza» que la anécdota
arena que se escapa de las
Una tercera vía para recoger material experiencial de otras personas es el método nes escritas y entrevistas,
más indirecto de la «observación de cerea». Por ejemplo, con niños pequeños, «después» de baber recogi
suele ser difícil elaborar descripciones escritas o hacerlos partícipes de una entre- qué partes del «texto» de I
vista. As, pues, para poder acceder a la experiencia de los niños pequeños puede están sucediendo. A vece;
ser importante jugar con ellos, hablar con ellos, montar una obra\ de marionetas, intenta dar sentido a cosa
\
pintar, dibujar, seguirlos en sus espacios de juego y en las cosas 1:jué.hacen, mien- perspectiva del tiempo. '
tras usted permanece atento a cómo es para ellos. Naturalmente, la observación de recordar qué fue lo que se
cerca será el método de investigación. preferido en otras situaciones, no sólo en las fuera destacable una situa'
que involucren a niños. La «observación de cerca», del modo en que se utiliza aquí ses vivas yesos incidente::
este término, genera formas de material experiencial distintas a lo que se pueden vo». Por ello, será necesa!
obtener con los textos escritos o las entrevistas. lal vez el tipo de material más ayuden a construir la ané<:
interesante resulte la "anécdota», de la que hablamos a continuación y en capítu- Para recopilar anécdota
los siguientes. todos aquellos aspectos aj'
La «observación de cerca» consiste exactamente en lo que sugiere la expresión. levantes. Una anécdota e
Al contrario que las técnicas de investigación basadas en la observación de expe- este atractivo es lo que tic'
riencias o comportamientos, la observación de cerca intenta salvar la distancia menológlca hermenéutica
a menudo crean los métodos basados en la observación. Más que observar a los su-
jetos a través de ventanas de dirección única o mediante esquemas o listas de ved;
flcación que funcionan simbólicamente igual que los espejos de una sola dirección, DESCRlPCIONES EXPER
el investigador en ciencias humanas intenta adentrarse en el mundo de la vida de
las personas cuyas experiencias constituyen un material de estudio importante para La literatura, la poesía y ,
su proyecto de investigación. La mejor forma de adentrarse en el mundo de la vida experiencias en las cuales
de una persona es participar en él. Sin embargo, desde el momento en que decimos cepciones prácticas. El va
esto debemos ser prudentes y evitar una interpretación demasiado simplista de lo determinado por lo que p'
que es una observación de cerca, en tanto que variación de la observación partici- dad intuitiva del autor. Fe
pante. La observación de cerca implica la actitud de asumir una relación que se en- éxito, el miedo, la muerte
cuentra lo más cerca posible y a la vez mantiene un estado de alerta hermenéutico que están hechas las nOVE
con respecto a situaciones que nos permiten dar constantemente un paso atrás y (Dostoyevsky), La Mu.,ea
reflexionar sobre el significado de dichas situaciones. Es similar a la actitud del (Proust), etc. anuncian ex
autor que siempre está a la caza de historias que contar, de incidentes que recordar. posición de nuestra lectura
86
Investigar la exparjellcia lal comQ la
) en un tono interrogativo y El método de la observación de cerca requiere que el investigador sea participante
upezó a mirarle a la barriga, y observador a la vez, que mantenga cierta orientación a la reflexión y al mismo
le está entrevistando empie- tiempo se proteja de la actitud más manipulativa y artificial que una actitud refle-
r una pregunta que vuelva a xiva tiende a introducir en una situación y relación social.
¡Puede darme un ejemplo?», El investigador que se dedica a observar situaciones de cerca por su significado
vivido es un recopilador de anécdotas. Y, por supuesto, a su vez, la experiencia per-
sonal y la entrevista son también fuentes de anécdotas. Lo que es importante al
recoger anécdotas es que se desarrolla una aguzada percepción del «atractivo» o la
.fuerza» que la anécdota conlleva. Sin este «atractivo» ulla anécdota es como
arena que se escapa de las manos cuando se coge. Cuando se recopilan descripcio-
otras personas es el método nes escritas y entrevistas, es decír, transctipciones, se buscan los temas que surgen
mplo, con niños pequeños, «después» de haber recogido el material; al recopilar anécdotas, hay que reconocer
rlos partícipes de una entre- qué partes del «texto» de la vida diaria son significativas para el estudio «mientras»
le los niños pequeños puede están sucediendo. A veces las mejores anécdotas se vuelven a recopilar cuando se
tar una obra de tuarionetas, intenta dar sentido a cosas que de algún modo parecen interesantes ahora, con la
1 las cosas que hacen, tnlen" perspectiva del tiempo. Tales recopilaciones pueden hacer en ocasiones difícil
lTalmente, la observación de recordar qué fue lo que se estaba diciendo exactamente o qué sucedió que hizo que
as situaciones, no sólo en las fuera destacable una situación. Y aun así es importante intentar recuperar esas fra-
I modo en que se utiliza aquí ses vivas yesos incidentes que dan a la anécdota su poder, su «fuena» o «atracti-
distintas a lo que se pueden vo». Por ello, será necesario volver a recuperar las «nimiedades» importantes que
vez el tipo de material más ayuden a construir la anécdota.
a continuación y en capi'tu# Para recopilar anécdotas hay que ser muy riguroso y construir relatos limpios de
\ todos aquellos aspectos ajenos a las historias, posiblemente interesantes pero irre-
1 lo que sugiere la expyesión. levantes. Una anécdota es un determinado tipo de narración con un atractivo, y
s en la observación dé expe- este atractivo es lo que tiene que ser perfiládo (véase el capitulo "La escritura feno-
ltenta salvar la distancia ,que menológica hermenéutica», pp. 127-149).
[l. Más que observar a los su-
87
evitar sentimos invadidos por el mismo estado de ánimo que invade a Roquentin. intención de los intereses 1
y así, en tanto que lectores, descubrimos la experiencia de la vida diaria irresisti, nales y únicos de las v idas ¡,
blemente traspasada a\ mundo de la novela, donde tales experiencias fundamenta' ción de una vida». Normal
les se viven de manera indirecta. Cuando nos identificamos con el protagonista de historia única de la vida de
una historia, «nosotros» vivimos sus sentimientos y acd.ones sin tener que actuar una figura pública de deten
por nuestra cuenta. Así pues, podemos experimentar situaciones vitales, aconteci- va más allá de ser el sencill,
mientos y emociones que normalmente no tendríamos. A través de una buena na, cuando alguien es un a
novela, pues, se nos da la oportunidad de vivir una experiencia que nos propor- músico, compositor, teórico,
ciona la ocasión de conocer ciertos aspectos de la condición humana. Expresado la biografía de alguien porq'
en unos términos más generales, la importancia de las hisrorias para las ciencias pectos del significado de la
humanas es que: conocer detalles de la infan,
circunstancias vitales pueda
1) las historias nos proporcionan «experiencias humanas posibles»; preguntamos: ¿cómo escogié
2) las historias nos permiten experimentar situaciones, sentimientos, emociones y dos puede descubrir esta bi,
acontecimientos de la vida «que normalmente no experimentaríamos»; entender mejor las decision
3) las historias nos brindan la oportunidad de ampliar los horizontes de nuestro más, las biografías nos prop'
paisaje existencial normal creando «mundos posibles»; mientos específicos de la v
4) las historias suelen atraemos e involttcrarnos de «un modo personal»; patr?lles que puedan ser de
5) las historias son un mecanismo artísrico que nos permite volver a la «vida vivi- rela,to histórico o genealógi,
da», ya sea ficticia o real; en la poesía, la música, la P'
6) las historias evocan la calidad de la viveza al "detallar aspectos únicos y parti- partirse cierta cantidad de d
culares de una vida» que podría ser la nuestra; Quercmos que nuestros am
7) y, sin embargo, las grandes novelas o historias «trascienden la particularidad de biografía del otro nos sentin
sus argumentos» y protagonistas, 10 que las convierte en objetos de análisis y crí- Hes biográficos de nuestras v
ticas temáticas. Los educadores siempre 1
educacionales de los indivic
La poesía también es una forma literaria que transforma la experiencia vivida en ciertos estudiantes para en
lenguaje poético, el lenguaje poético del verso. La poesía permite la expresión de de viene» un niño, por eje
los sentimientos más intensos en la forma más intensa. Por este motivo encontra- traído a la escuela a ese nif
mos con bastante frecuencia el uso de versos en los textos hermenéuticos o feno- «estt"i» un niño en ese mom
menológicos. Un poeta puede otorgar, en alguna ocasión, expresión lingüística a los educadores también tier
algún aspecto de la experiencia humana que no puede parafrasearse sin perder algo que a partir de las descripc
de la autenticidad intensa que las líneas de un poema son capaces de comunicar de sobre la naturaleza de las ex
algún modo. Sin embargo, todos los d
se con el interés que un inv
experiencial del material bi<
LA BIOGRAFÍA COMO RECURSO PARA EL MATERIAL EXPERIENCIAL contengan ricos yacimiente
análisis fenomenológico o p
Las biografías, autobiografías o historias de la vida personal son todas fuentes tras que la biograffa se encu
potenciales de material experiencia\. Es importante destacar, sin embargo, que la do, la fenomenología se ene
88
fa exverie1!cia tal como la vivimos
no que invade a Roquentin. intención de los intereses biográficos normalmente son los actos privados, perso-
ia de la vida diaria irresisti- nales y únicos de las vidas individuales: biD-grafía significa, literalmente, «descrip-
!S experiencias fundamenta- ción de una vida». Normalmente leemos (auto)biografías porque nos interesa la
amos con el protagonista de historia única de la vida de una persona famosa, de nuestro músico fdvorito o de
:ciones sin tener que actuar una figura pública de detenninada clase, época o lugar. A menudo ese interés no
ituaciones vitales, aconteci- va más allá de ser el sencillo deseo de querer saber más sobre la vida de esa perso-
.os. A través de una buena na, cuando alguien es un admirador ferviente o un fan de determinado político,
,xperiencia que nos propor- músico, compositor, teórico, pintor, escritor o poeta. A veces estamos interesados en
1dición humana. Expresado la biogtafía de alguien porque esperamos extraer claves acerca de determinados as-
lS historias para las ciencias pectos del significado de la obra de esa persona que nos fascina. Esperamos que
conocer detalles de la infancia de un poeta, de su crecimiento, sus amistades u otras
circunstancias vitales pueda ayudamos a interpretar mejor sus poemas. Tal vez nos
las posibles»; preguntamos: ¡cómo escogió este camino esra personal ¡Y qué pensamientos priva-
, sentimientos) emociones y dos puede descubrir esta biografía o diario sobre su vida interior? ¡C6mo podemos
entender mejor las decisiones y elecciones que hizo esta persona en su vidal Ade-
Ir los horizontes de nuestro más, las biografías nos proporcionan detalles relativos a fechas, lugares y aconteci-
::$); mientos específicos de la vida de las personas, y estOs detalles tal vez descubran
IImodo personal»; patrones que puedan ser de algún interés para alguien que quiera (re )construir un
rmite volver a la «vida vivi- relato hist6rico o genealógico de! desarrollo de determinadas formas o tendencias
en la poesía, la música, la política o e! campo académico. Entre amigos suele com'
.llar aspectos únicos y parti- partirse cierra cantidad de datos autobiográficos sobre la historia vital de cada uno .
Queremos que nuestros amigos nos comprendan y conociendo algo más sobre la
la particularidad de biografía del otro nos sentimos también más unidos. Este deseo de compartir deta-
en objetos de análisis y Cfí- lles biográficos de nuestras vidas se siente todavía más intensamente entre amantes.
Los educadores siempre han tenido u'; 'especial interés biográfico por las vidas
educacionales de los individuos; quieren adquirir conocimientos sobre las vidas de
la experiencia vivida in ciertos estudiantes para entenderlos o ayudarlos. Es importante saber "de dón'
osía pennite la expresión de de viene» un niño, por ejemplo, sus antecedentes familiares, o qué es lo que ha
. Por este motivo encontra- traído a la escuela a ese niño, para entender de un modo más responsable dónde
,xtos hennenéuticos o feno: «esrá» un niño en ese momento y hacia dónde parece que «se está dirigiendo». Y
;i6n, expresión los educadores también tienen un interés profesional por las (auto)biografías por-
patafrasearse sin perder algo que a partir de las descripciones de las vidas de los individuos pueden aprender
on capaces de comunicar de sobre la naturaleza de las experiencias educativas y de los logros individuales.
Sin embargo, todos los diversos intereses citados arriba no debieran confundir-
se con el interés que un investigador en ciencias humanas puede tener en el valor
experiencial del material biográfico. No es poco habitual que los textos biográficos
IAL EXPERIENCIAL contengan ricos yacimientos de descripciones sobre la experiencia vivida para el
análisis fenomenológico o para convertirlo en anécdota o historia. Así pues, mien-
personal son todas fuentes tras que la biografía se encuentra orientada hacia e! significado individual o priva-
estacar, sin embargo, que la do, la fenomenología se encuentra orientada hacia e! significado existencial.
89
Investigación educativa y experiencia vivida
Veamos un ejemplo de texto autobiográfico del libro de Phyllis Chesler, With AGENDAS, DIARIOS Y O
Child: A Diary ofMotherhood (1979). El siguiente fragmento contiene varios temas DE EXPERIENCIAS VIVID
fundamentales de la naturaleza del hecho de ser madre (véase el apartado titulado
"El arte como origen de descripciones temáticas», pp. 114-115). El texto es evo- Otro interés común en las
cativo y, en cierta medida, va más allá del estilo autobiográfico de un diario. taciones para propósitos qu
miento personal, religioso
El año pasado morí. Mi vida sin ri acabó. Nuesrra vida juntos -¡sólo nueve meses!- tam, persona a reflexionar sobre
bién acabó: abrupramenre y para siempre, cuando me disre a luz. Nacer en la mateeni, escribir un diario puede ay'
dad es el dolor más agudo que he conocido nunca. Soy una madre recién nacida: rengo o luchar. Un taller intensiv
exactamente ru edad, hoy cumplo un año. a uno mismo>
He descendido diez mil años par un antiguo pozo. Mi proPia vida amenaza con despegarse: in- de 1 vida privada (véase Pr
significante, reciente. Tengo un nudo en el estómago, las uñas se me enrojecen para impedir la ticar a escritura de diarios
caída. Chillo. Escribo este Ubro para trazar mi caída. Para ralentizar mi descenso. Y te day las dizaje en la medida en que
gracias par venir. Pequeño antepasada, dulce bebé. De qué moda me moderas, me haces más do sobre sus experiencias e
profunda, como un viejo he>Tero trabajanda lentamente. Tú, que necesitas que u, /o hagan toda, otro modo podrían no ver.
eres el profesor más poderoso que he conocido nunca. un cl.iario, una agenda o cua
Ayer por la noche, rumbada dentro de una bañera caliente, de espuma blanca, volvía a para llevar un registro de le
estar embarazada de ti. Lloré, sabiendo qUE( nunca más ibas a dormir debajo de mi corazón. trabajo en curso, para volvl
Eras tú, Ariel, alH, en mí. No lo sabía. ¿Me pondré triste cada año en invierno, cuan' que las actividades de inve:
do me dejes para nacer? Esta barriga suave, rodavía redonda, con tu huella. Prueba de tu Para cualquiera de los PI
origen, de tu paso por ella. Aquí, aquí es donde anduviste, sin poner un pie sobre la agenda o una anotación, es
Tierra. Tu primera luna, pequeño astronauta. Por ti, volveré a la Tierra, transformada: y sobre las experiencias hum
ya no seré más una virgen, sino una madre, casada con un hijo. Confesiones de San Agustír
Estamos comprometidos por la química. contribuido a un conocimi
Debes saber esto, Ariel: siempre hemos estado separados. Mientras yo estaba embara, fenomenólogos como Huss<
zada. Durante el parto. Desde el momento en que naciste. Siempre tuve cierto na del tiempo (2002); Heide
miento de tu realidad absolutamente separada. TIme and World (1982).
y ¿quiénes podrían haber estado más cerca entre sí que nosotros dos? (pp. 281-282)
En el apartado siguiente intentaremos esclarecer algunos de los temas de este EL ARTE COMO FUENTE
fragmento. Pero llegados a este punto merece la pena destacar que este fragmento
de un diario no es valioso para nosotros principalmente porque estemos interesa- A pesar de que a menudo le
dos biográficamente hablando en la vida de Chesler. En otras palabras, no estamos sía, la novela, el cuento, (
interesados aquí en el' número de hijos que Chesler puede tener ahora, dónde y de materiales de estudio y (
cuándo vivió, o cuántos libros escribió en esta etapa de su vida, etc. En lo que esta- ca, también utilizan de fot
mos interesados es en la descripción que hace, precisamente porque puede exami- mente, cada medio artÍstio
narse como un relato de la posible experiencia de otras mujeres. ca, la cinematografía, etc.
arte son textos visuales) tác
en lenguaje no verbal pero
propia gramática. Como lo,
90
Investigar la experiencia tal como la vivimos
...
,ro de Phyllis Chesler, Wit/¡ AGENDAS, DIARIOS Y OTRAS ANOTACIONES C'OMO FUENTES
contiene varios temas DE EXPERIENCIAS VIVIDAS
e (véase el apartado titulado
. 114-115). El texto es evo- Otro interés común en las ciencias humanas son los dietarios, diarios y otras ano-
,iográfico de un diario. taciones para propósitos que tienen un valor educativo, investigacional, de creci-
miento personal, religioso o terapéutico. Llevar una agenda puede ayudar a una
ltOS nueve meses!- taro.. persona a reflexionar sobre aspectos significativos de su vida pasada y presente. Y
ste a luz, Nacer en la maternj- escribir un diario puede ayudar a marcarse objetivos en la vida por los que trabajar
Ina madre recién nacida: tengo o luchar. Un taller intensivo sobre escritura de diarios se utiliza con el propósito de
«descubrirse a uno mismo» o de adaptarse a los problemas o aspectos personales
vida arn;;naza con despegarse: de la vida privada (véase Progoff, 1975).Y los profesores han descubierto que ptac-
s se me enrojecen para hnpedir la ticar la escritura de diarios con estudiantes puede contribuir al proceso de
Icntizar mi descenso. Y te doy las dizaje en la medida en que los estudiantes son alentados a continuar reflexionan-
nodo me moderas, me haces más do sohre sus experiencias de aprendizaje y a intentar descubrir relacíones que de
lue necesitas que te /o hagan todo, otro modo podrían no ver. Los investigadores también han descubierto que llevar
un diario, una agenda o cualquier otto tipo de anotación puede ser de mucha
1te, de espuma blanca, volvía a pata llevar un registro de los conocimientos adquiridos, para discernir patrones del
, a dormir debajo de mi corazón. trabajo en curso, para volver a reflexionar sohre reflexiones anteriores, para hacer
te cada año en invierno! cuan.. que las actividades de investigación sean temas de estudio en sí mismas, etc.
.da, con tu huella. Prueba de tu Para cualquiera de los propósitos arriba mencionados de escribir un diario, una
iso;, sin poner un pie sobre la agenda o una anotación, es prohable que estas fuentes contengan relatos reflexivos
eré a la Tierra! transformada: y sobre las experiencias humanas que tienen valor fenomenológico. Por ejemplo las
n hijo. ConfesÚJnes de San Agustín (1960) contienen muchas entradas de diario que han
contribuido a un conocimiento fenomenológico del tiempo por parte de grandes
)$,Mientras yo estaba fenomenólogos como Husserl en su Lecciortes de fenomenología de la conciencia ínter-
e, Siempre tuve cierto ll11 del tiempo (2002); Heidegger en su El ser) el tiempo (2000); YStraus en su Man,
Time and World (1982).
nosotros dos? (PI" 281-282)
91
... -
los productos de arte son, en cierto sentido, experiencias vividas transformadas en cel ha escrito sobre la pa
configuraciones trascendidas. En un estudio hermenéutico sobre la relación entre gunas ocasiones. se puec
educación y cultura, Mollenhauer (1983, 1986) muestra cómo una observación hermenéuticos en disrin
sensible al retrato de la interacción entre los niños y los adultos en pinturas histó- recto. Por ejemplo, el te
ricas, tallas medievales, etc. proporciona una comprensión de la calidad emocional en alemán (1971, pp. 21
y pedagógica de la relación entre los padres y sus hijos, que los estudios históricos escrito sobre el proceso e
sobre la infancia habían dejado de lado. Otros ejemplos de la aplicación de las cribe sobre la importan<
bellas artes en los estudios fenomenológicos se encuentran, por ejemplo, en el uso en la vida del niño, y M,
que hace Heidegger de un cuadro en que Van Gogh retrata unos zapatos de campe- «víncu1o creativo>}.
sino, en sus reflexiones sobre la verdad (1977, pp. 144-187); también en los estu-
dios sobre el lenguaje de Merleau-Ponty (l964b, pp. 39-83), etc. 2'f «P..or lo tanto, el trabajo c
\ otros con la cual dialog'd
.. tradición. A medida qUE
CONSULTAR DOCUMENTACIÓN FENOMENOLÓGICA una determinada noción
apolltaciones de otros qu
Hemos visto que la literatura, la biografía y otras fuentes artísticas pueden propor- ese mismo fenómeno. N
cionamos ejemplos dignos de consideración sobre experiencias vividas y per- aceptar o integrar sin CI
cepciones que normalmente quedan fuera del alcance de nuestras experiencias tamos a la tradición im
personales diarias. La documentación es un tanto distinta. a) obteniendo un mejor
ha dedicado y b) articula
1) «La documentación fenomenológica puede contener material que ya ha tratado todológicos que hagan a'
de un modo descriptivo o interpretativo el tema o la cuestión que nos ocupa.»
Existe una gran variedad de textos y diarios de orientación fenomenológica o 3) «Los materiales fenomen,
hermenéutica disponibles para el investigador. Muchas cuestiones de investi- damente sobre el modo ¡
gación ya se han tratado en cierta manera antes y es nuestra responsabil idad la experiencia vivida." e
buscar tales materiales. Naturalmente, no es siempre posible encontrar fuentes variedad de formas en ql
de consulta sobre determinados temaS. Por ejemplo, a un investigador que se do innovaciones metodo:
halle estudiando la experiencia de los niños en los parques infantiles, tal vez la investigación. Al obsc
no le será fácil encontrar estudios de ningún tipo de ciencias humanas sobre que los métodos de inve
este fenómeno. Pero existen varios estudios relacionados, sobre la experiencia idiosincrásicas de trabaja.
vivida del espacio (véase Bollnow, 1960); de los espacios de juego del vecinda- metodología de la invest
rio (véase Hart, 1979); de lds juguetes (véase Langeveld, 1984), los cuales pue- dar, un procedimiento pl
den arrojar algo de luz a la cuestión del significado de los parques infantiles para guaje, una manera retóri
los niños. O, por ejemplo, si se está interesado en un tema específico, como el Merleau-Ponty, Heidegg¡
del significado de ser «padrastro", tal vez no pueda encontrar ningún estudio cos como Langeveld, Val'
fenomenológico o hermenéutico que se haya centrado en este tema. Por lo y la psicología. Ello no sil
tanto, tendrá que buscar sobre nociones relacionadas, como la «familia" o el to único) «ese» estilo per
«ser padre», en fuentes fenomenológicas para encontrar material relevante. A ción a la «firma personal>
veces las discusiones fenomenológicas o hermenéuticas sobre determinados tex- cías humanas puede ayu,
tos se encuentran un tanto enterradas en textos más grandes. Por ejemplo, Mar- fuerza y que no sirva siml
92
....__ Investigar la e.xperiencia tal como la vivimos
---_...
ias vividas transformadas en cel ha escrito sobre la paternidad en su Horno ViatOT (1978, pp. 98-124). En al-
¡tico sobre la relación entre gunas ocasiones, se pueden encontrar disponibles estudios fenomenológicos o
stra cómo una observación hermenéuticos en distintos idiomas a los cuales uno puede tener acceso indi-
)s adultos en pinturas histó- recto. Por ejemplo, el teórico holandés Langeveld escribió sobre la paternidad
,ión de la calidad emocional en alemán (l971, pp. 211-231). En erecto, tanto Marcel como Langeveld han
;, que los estudios históricos escrito sobre el proceso de ser padre como un tipo de afirmación. Langeveld es-
plos de la aplicación de las cribe sobre la importancia del compromiso y la implicación activa del padre
.tran, por ejemplo, en el uso en la vida del niño, y Maree! escribe sobre la esencia de la paternidad como un
:rata unos zapatos de campe- «(vínculo creativo».
f-187); también en los estu-
9-83), etc. 2) "Por lo tanto, el trabajo de otros fenomenólogos se convierte en fuente para nos-
otros con la cual dialogar.» En otras palabras, empezamos a tomar parte en una
tradición. A medida que desarrollamos nuestra «relación conversacional» con
:A una determinada noción que ha captado nuestro interés, no podemos ignorar las
aportaciones de otros que ya han mantenido una relación conversacional con
:es artísticas pueden propor- ese mismo fenómeno. Naturalmente, no debemos asumir que tendrfamos quc
experiencias vividas y per- aceptar o integrar sin crítica dichas aportadones a nuestra esuuctura. Adap-
oe de nuestras experiencias tarnos a la tradición investigadora implica que contribuimos a esta tradición,
es un tanto distinta. a) obteniendo un mejor conocimiento de los temas a los que esta tradición se
ha dedicado y b) articulando y experimentando con nuevos planteamientos me-
" material que ya ha tratado todológicos que hagan avanzar la tradición de las ciencias humanas.
la cuestión que nos ocupa.»
entación fenomenológica o 3) "Los materiales fenomenológicos escogidos nos permiten reflexionar más profun-
tchas cuestiones de investi- damente sobre el modo en que tendemos a extraer un sentido interpretativo de
r es nuestra responsabilidad la experiencia vivida.» Cuando leemos 'y estudiamos otras fuentes, advertimos la
re posible encontrar fuentes variedad de fonnas en que los teóricos de las ciencias humanas han desarrolla-
0 1 a un investigador que se do innovaciones metodológicas y enfoques personales a las cuestiones y temas de
's parques infantiles, tal ,fez la investigación. Al observar esta variedad de enfoques no deberíamos concluir
de ciencias humanas sobre que los métodos de investigación en ciencias humanas sean meramente formas
mados, sobre la experienda/ idiosincrásicas de trabajar. Por el contrario, es en contra del telón de fondo de una
)acios de juego del vecinp( metodología de la investigación incrustada que advertimos un enfoque innova-
,veld, 1984), los cuales pue- dor, un procedimiento productivo, un determinado estilo, un modo con ellen-
le los parques infantiles para guaje, una manera retórica que caracteriza el trabajo de grandes teóricos como
m tema especifico, Como el Merleau-Ponty, Heidegger, Marcel, Foucault, en el terreno de la filosofía, y teóri-
a encontrar ningún estudio cos como Langeveld, van den Berg, Buytendijk, Bollnow, el área de la pedagogía
trado en este tema. Por lo y la psicología. Ello no significa que debamos intentar imitar «ese» procedimien-
das, como la «familia» o el to único, «ese» estilo personal o «ese» recurso lingüístico personal. Pero la aten-
'ntrar material relevante. A ción a la «firma personal» que caracteriza el trabajo de los investigadores en cien-
leas sobre determinados tex- das humanas puede ayudamos a desarrollar un enfoque que haga salir nuestra
; grandes. Por ejemplo, Mar- fuerza y que no sirva simplemente como una indulgencia privada desafortunada.
93
4) "Las fuentes fenomenológicas nos penniten ver nuestros límites y trascender los
límites de nuestras sensibilidades interpretativas.» Cuando leemos a Langeveld
sobre la experiencia que los niños tienen del espacio (1983a, 1983b), o a Buy-
tendijk sobre la importancia de la primera sonrisa del bebé (1988), o a Bollnow
sobre el significado de la atmósfera pedagógica entre un adulto y un niño (1970),
nos enfrentamos a textos que desafían y amplían nuestras sensibilidades descrip-
tivas o interpretativas. Aquí hay autores reflexivos, teóricos de la pedagogía, que
nos muestran cómo se hace la pedagogía en ciencias humanas. Clarament<:ylÍn
La refle:
investigador en ciencias humanas puede beneficiarse de estudiar cómo otroS aca-
démicos han tratado y convertido en texto sus conocimientos sobre temas
I
gógicos concretos. De esta manera, un estudio fenomenológico sobre un tema de
nuestro interés puede sugerir distintos modos de observar un fenómeno, o descu- El propósito
brir dimensiones de significado que hasta el momento no habíamos considerado.
La pregunta que debemos planteamos consiste en si uno debería recurrir a dichas élifícil. Es fácil porque, corr
fuentes fenomenológicas en las fases iniciales o bien, tan sólo, en las finales de esencia de un fenómeno es
su estudio. Si se examinan los textos existentes al principio, será más difícil apar, vida cotidiana. Por ejemplo
tar el propio conocimiento interpretativo del fenómeno. Es una buena práctica un hOlnbre o una mujer. Vel
intentar tratar el significado fenomenológico de un fenómeno detenninado pri- mente en ese aspecto que II
mero por cuenta propia. Sin embargd', antes o después habrá que cotejar las per- otras palabras, yo, como el fE
cepciones propias con las que pertenecen a la tradición del objeto de estudio. Y fesor, pero lo que resulta ml
será entonces cuando un investigador deba ser consciente de especificaciones o cación reflexiva de lo que «
dimensiones de significados que hasta entonces no había formulado ni sospe- significado es, pues, la tarea
chado. De este modo el trabajo de los demás se convierte en una colaboración plo muy famoso en filosofía 1
conversacional que descubre los límites y las posibilidades de los propios logros hendido más fácilmente qu
interpretativos. tiempo; llevamos el tiempo
mañana, de tarde y de noch
el tiempo futuro. Incluso h
veces más despacio. Y aun:
tiempo?» seguramente no s:
rápida o lentamente cuando
renda entre el conocitnient
do del tiempo y la percepcié
gica del significado vivido d
menudo laboriosa, puesto ql
proceso de apropiación, escl
de significado de la experier
En última instancia, el pi
es efectuar un contacto
Quiero aprehender el signif
poder vivir mi vida pedag6g
94
stros límites y trascender los
:':uando leemos a Langeveld
io (1983a, 1983b), o a Buy-
el bebé (1988), o a Bollnow Capítulo 4
un adulto y un niño (1970),
estras sensibilidades descrip-
:eóricos de la pedagogía, que
LS humanas. Claramente, un
La reflexión fenomenológica
, de estudiar cómo otros aca-
cimientos sobre temas peda-
hermenéutica
lenalógico sobre un tema de
e.rvar un fenómeno, o r lexi" n fenomenológica radica en intentar a
:o no habíamos considerado.
er el i niflca o encial de algo. La re exion fenomenológica es a la vez fácil y
uno debería recurrir a dichas k-
aifícil. Es fácil porque, como mostró Husserl (1980), analizar el significado o la
tl, tan sólo, en las finales de esencia de un fenómeno es algo que todo el mundo hace constantemente en su
incipio, será más difícil apar- vida cotidiana. Por ejemplo, cuando veo al profesor de mi hijo, no sólo percibo a
lena. Es una buena práctica un hombre o una mujer. Veo a una persona que se distingue de las demás precisa-
fenómeno determinado pri- mente en ese aspecto que me permite hablar de ella en tanto que "profesor". En
tés habrá que cotejar las per- otras palabras, yo, como el resto del mundo, tengo un concepto de lo que es un pro-
,ión del objeto de estudio. Y fesor, pero lo que resulta mucho más difícil es llegar a una determinación yexpli-
¡dente de especificaciones o cación reflexiva de lo que «es un profesor". Esta determinación y explicación del
) había fonnulado ni sospe- significado es, pues, la tarea más difícil de la reflexión fenomenológica. Un ejem-
1vierte en una colaboración plo muy famoso en filosofía trata de la experiencia del tiempo: ¡qué puede ser apre-
lidades de los propios logros hendido más fácilmente que el tiempo? Nuestras vidas se rigen en función del
tiempo; llevamos el tiempo en nuestras dividimos el día en tiempo de
mañana, de tarde y de noche, y reflexionamos sobre el tiempo pasado y prevemos
el tiempo futuro. Incluso hablamos del tiempo que pasa, a veces rápido y otras
veces más despacio. Y aun así, si alguien nos pregunta ((en definitiva, ¿qué es el
, tiempo?») seguramente no sabremos cómo describirlo. ¿Qué es lo que transcurre
rápida o lentamente cuando decimos que el tiempo pasa? Así pues, existe una dife-
rencia entre el conocimiento vivido prerreflexivo que tenemos sobre el significa-
do del tiempo y la percepción reflexiva que tenemos de la estructura fenomenoló-
gica del significado vivido del tiempo. Llegar a esta última es una tarea difícil y a
menudo laboriosa, puesto que aprehender la esencia de un fenómeno implica un
proceso de apropiación, esclarecimiento y explicitación reflexivos de la estructura
de significado de la experiencia vivida.
En última instancia, el proyecto de la reflexión y explicación fenomenológica >
es efectuar un contacto más directo con la experiencia tal como se ha vivido. ?
Quiero aprehender el significado del hecho de ser profesor, madre o padre, para
poder vivir mi vida pedagógica con los niños de un modo más pleno. Por lo tanto,
95
Investigación educativa y experiencia .... _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
cuando reflexiono sobre la experiencia de enseñar, no lo hago como filósofo pro- una experiencia vivida int
fesional, ni como psicólogo, ni sociólogo, ni etnógrafo; ni siquiera como fenome- proceso de invención, desCl
nólogo o teórico crítico. Más bien «reflexiono fenomenológicamente sobre las der y formular un conocín
experiencias del hecho de ser profesor o ser padre en tanto que profesor o padre. sino un acto libn
Dicho de otro modo: intento aprehender la esencia pedagógica de una determi- ceptode tema resulta más
nada \, medio para llegar a la nací
El significado o esencia de un fenómeno no es nunca simple o trol y orden a nuestra inve,
sino que es multidimensional y estratificado. Por ello, el significado ile la pedago- La investigación en cíen
gía no puede aprehenderse en una única definición. En el campo de las ciencias humano) significa interesal
humanas, el significado sólo puede comunicarse textualmente, mediante una bamos de ver una película
narración organizada o prosa, y ésa es la razón por la cual el investigador en cien- acabado recientemente Ull2
cias humanas lleva a cabo una actividad reflexiva en su trabajo textual. vando el comportamiento.
en ciencias humanas es inv luc rs d",- mentamos este "deseo de d
a lon ar con más fad idad en la estructura deSignificadodeT texto es buena idea deseo no es sólo un estado
pensar en el fenómeno descrito en el texto como algo que se puede abordar en tér- cierta atención y profundo í
minos de unidades de significado, estructuras de significado o temas. Reflexionar mino «deseo» significaba «<
sobre la experiencia vivida pasa a ser, entonces, analizar de modo reflexivo los ca pregunta motivada. Con
aspectos estructural s o temáticos e dicha experiencia. volver una y otra vez para 1
f
. Los temas fenomenológic
,
96
La reftexiém fenomenológica lrermrmémícl1
) lo hago como fil6sofo pro- una experiencia vivida interpretando su significado es, para ser más exactos, un
l; ni siquiera como fenome- proceso de invención, descubrimiento o revelación perspicaz, puesto que aprehen-
menol6gicamente sobre las der y fonnular un conocimiento temático no es un proceso que siga unas reglas
tanto que profesor o padre. un acto libre de <iver* u!i.Slgñlli;;;¡;;. En última instancia ct¿Qñ:'
Jedag6gica de una detenni- cepto de tema resulta más bien irrelevante y puede considerarse simplemente un
medio para llegar a la noci6n que estamos estudiando. El tema proporciona con-
ca simple o unidimensional, trol y orden a nuestra investigaci6n y a nuestros textos.
el significado de la pedago- La investigación en ciencias humanas se ocupa del significado, puesto que «ser
"n el campo de las ciendas humano» significa interesarse por el significado, desear el significado. Cuando aca-
xtualmente, mediante una bamos de ver una película que nos llamaba mucho la atención, cuando hemos
:ual el investigador cn cien- acabado recientemente una novela llena de intriga o cuando hemos estado obser-
u trabajo textual. vando el comportamiento de un niño que despertaba nuestra curiosidad, experi-
mentamos esre «deseo de dar sentido», este «deseo de obtener un significado». El
Sn de
texto es buena idea deseo no es sólo un estado psicológico; es un estado del ser. El deseo se refiere a
se puede abordar en tér- cierta atención y profundo interés por un aspecto de la vida. Originalmente, el tér-
ficado o temas. Reflexionar mino «deseo» significaba «esperar de las estrellas». Sin deseo no hay una auténti-
lizar de modo reflexivo los ca pregunta motivada. Como en el caso de un amor a quien deseo, me hace ir y
a. volver una y otra vez para buscar su significado.
. Los temas fenome..Q:o!t]¡i<;?s como las >
tiempo de.. (
terminar cuáles son los temas, las estructuras experienciales que componen esa ex-
periencia. Sería simplista, sin embargo, pensar en [os temas como en formulaciones
as humanidades, el arte y la conceptuales o afinnaciones categóricas. Al fin y al cabo, es la experiencia vivida
lemento, ya sea motivo, f6r- lo que describir, y la experiencia vivida no se puede captar en abstrac-
texto. El término «tema" se ciones conceptuales. Vamos a ilustrar la d"'terminación de! significado fenomeno-
!ya transmisión ha sido dise- lógico de la mano de una preocupación de la vida cotidiana. Tal vez ayude a e,cla-
re pues, al proceso de
l
'recer la importancia metodológica de la idea de "tema" el hecho de reflexionar
m cn las imágenes y los sig· sobre situadones concretas: los niños; nuestras vidas con los niños, nos incitan a
planteamos preguntas cada vez más reflexivas. La pregunta «¡Lo he hecho bien?"
to de tema puede entender. nos obliga a enfrentamos con lo «particula"" es decir, este niño, esta situación,
,sófico. Con demasiada fre· esta acción, siguiendo
. la orientación que nos proporciona nuestro conocimiento
aplicación poco ambigua y de lo «universa¡'; es decir, nos preguntamos ¡cuál es el significado aquí de la peda-
o codificación de gogía, hecho de ser padre, del hecho de ser profesor?
algún otro desglose del con- Un habitual en las vidas de los padres con los hijos es la experiencia del
ndose en estas aplicaciones niño de «sentirse dejado o abandonado" cuando el padre o los padres necesitan
13n hacer el análisis temáti· ausentarse durante un periodo de tiempo más largo o más corto. Esta sensación de
kado tiene la idca de tema ser abandonado es habitual sobre todo en los niños más pequeños. ¡Qué hace un
en e! ámbito de las ciencias padre en una situación así? Depende de cómo entienda el padre la experiencia de
!én podremos profundizar en su hijo de sentirse dejado o abandonado. A continuación presentamos las descrip-
Hacer algo de un texto o de ciones de algunas situaciones que nos brindarán oportunidades concretas para exa-
97
minar la naturaleza y el papel de los temas significativos en la investigación y los que ver con la experiencia
textos en ciencias humanas. mismo pOFque no hay nadi,
muy especial; la diferencia
ría, radica en que para Un 1
SITUACIONES que un profesor tiene que t
dicho muchas veces que ro.
Jeff quiera de modo incondidO!
Un profesor normalmente 1
r
Je/f, de seis años, se queja de que sus padres se van muchas veces de vacaciones
solos y los dejan, a él y a su hermana, en casa con una niñera. «No me gusta que
nos dejéis», dice Je/f. Los padres explican que los dos trabajan mucho y necesitan David
escapar de vez en cuando del ajetreo diario del trabajo y la familia. «No seas egoís-
ta, Je/f, ··Ie dicen-, estás en buenas manos y nosotros sólo estaremos fuera doce Para algunos David tal vez I
días. Si os portáis bien, quién sabe, tal vez volvemos con algún regalo para vos- de que lo dejen al cuidado,
otros.» Ciertamente. los padres se merecen un respiro de sus obligaciones habitua- él, que tiene siete años, y a
les. Pero durante el vuelo a su destino de vacaciones seguramente se deben estar les pregunta: _!Adónde ,
preguntando: «¡Cómo se sentirán ahora los niños?», «¡hay algo malo en dejarlos?». las 21.30?», «¿llamaréis si s
«¡cómo manejan este tipo de situadone;¡ otros padres?», «seguro que los niños esta- un fuerte abrazo y un beso
rán bien». Sin duda. todos los niños se dejan al cuidado de terceros en algún mo- ca un mensaje distinto. E ÍI
mento. Y los niños reaccionan de modo distinto ante estas situaciones. David abre la puerta otra
¡vale?». Sus padres se lo a
mucho caso del comportam
Patty su hennano casi no se da Cl
Un padre lleva a su hija pequeña, Patty, a la guardería, donde pasa entre siete y
ocho horas al día. El padre comenta que se ha dado cuenta de que Patty, cuando la JuHe
van a recoger para llevarla a casa, es una niña muy distinta de la que le describen
en la "",ardería. Allí Patty se porta bien, es maleable, obediente, aparentemente Cuando el padre lleva a sw;
feliz y las monitoras no tienen ningún problema para tratar con ella. Sin embargo, hacia el parque mientras qu
en cuanto sube al coche de su padre o de su madre empieza a quejarse, es testam- pregunta rápidamente: «¡Va
da. hace lo contrario de lo que se espera de ella, cariñosa un minuto y antipática Su padre sabe que Julic se SI
al siguiente. Después de una hora más. o menos se va poniendo de mejor humor y está en el colegio. A Julie l.
se vuelve más cooperativa. Los padres opinan de distinto modo en relación cQn el aunque ella esté en el colegl
significado del comportamiento de su hija. Uno piensa que está muy cansada, por- es su problema?, ¡tiene alg(
que gasta toda su energía en la guardería y a última hora de la tarde está más irri- comportamiento es una mar
table. -En cuanto tiene algo de comida en el estómago normalmente le cambia el do de una dependencia dem
humor y deja de estar enojada.» El otro piensa que Patty necesita que su madre o conozca. Julie es una person
su padre paguen por las frustraciones acumuladas durdnte todo el día que ha pasa- tura y segura de sr misma. L
do en la guardería. Los dos podrían tener razón. Pero la situación también podría to del nacimiento, los niño;
ser más compleja, porque el comportamiento de Patty.tiene en cierto modo algo de dejar a los padres y su es
98
La reflexión fenomenológica hermenéutica
'OS en la investigación y los que ver con la experiencia diaria de ser dejada en un lugar donde no puedes ser tú
mismo porque no hay nadie allí para quien tú seas «alguien», una persona única y
muy especial; la diferencia entre un padre y un profesor, o un monitor de guarde-
ría, radica en que para un padre este niño es «la» persona más especial, mientras
que un profesor tiene que tratar a todos los niños como si fueran especiales. Se ha
dicho muchas veces que todos los niños necesitan al menos a una persona que los
quiera de modo incondicional, alguien que esté incondicionalmente ahí para ellos.
Un profesor normalmente no puede ser esa persona.
luchas veces de vacaciones
i niñera. «No me gusta que
:rabajan mucho y necesitan David
y la familia. «No seas egoís ..
¡ sólo estaremos fuera doce Para algunos David tal vez parezca un niño extremadamente nervioso por el hecho
con algún regalo para vos- de que lo dejen al cuidado de terceros. Cuando sus padres van al cine y lo dejan a
:le sus obligaciones habitua- él, que tiene siete años, ya su hermano Tornmy, de cinco, en casa con la canguro,
seguramente se deben estar les pregunta: «¿Adónde vais?)), «la qué hora volvéis?», «¿no más tarde de
hay algo malo en dejarlos?», las 21.30?», «¿llamaréis si se os hace más tarde?". A continuación da a sus padres
, «seguro que los niños esta .. un fuerte abrazo y un beso y les desea que se diviertan. Pero su cuerpo comuni-
lo de terceros en algún mo- ca un mensaje distinto. E incluso cuando los padres salen para ir a coger el coche,
Estas situaciones. David abre la puerta otra vez y les dice gritando: «Volved directos para casa,
¿vale?». Sus padres se lo aseguran muchas veces pero, por otro lado, no hacen
mucho caso del comportamiento de David. Saben que David «es" así, mientras que
su hermano casi no se da cuenta, que sus padres se marchan.
99
en el parque unas calles más allá o para visitar a sus amigos del vecindario. Pero esto, según reza el poema,
parece que el riesgo del abandono debe ser entendido en los términos propios de sobre la madre de James ,
Julie. Ella quiere tenerlo todo bajo control. Y, como ella misma dk.e, no se «siente hecha realidad en lo que d
bien» cuando sabe que sus padres «no están a su alcance». Esto es lo que un hogar que se trata de un verso in
significa para un niño: un centro seguro desde donde puede explorar el mundo. se puede perder si se aleja
da perderse o tener un uc.
ah1 fuera.
Hansel y Gretel
Las historias de niños abandonados abundan en la literatura. rÍansel y Gretel suele Chico
citarse como la clásica pesadilla infantil de la traición de los ¡j,¡dres: dejar a sus
hijos en plena naturaleza para que se defiendan por sí mismos. No es la madre, sino La novelista holandesa At
la madrastra insensible y el padre débil y dominado los que abandonan a los niños ro sobre un niño que se qt
en el bosque. Bettelheim (1975, pp. 159-166) ve en este cuento algo positivo: el de atriba, mientras sus pa,
simbolismo de un requisito de la realidad; el niño tiene que romper su dependen- los padres se van, la casa el
cia del padre. Y, naturalmente, es cierto que los niños tienen que aprender a afron- Los sonidos que en otro l
tar el mundo por sí mismos, Pero, por muchas otras aportaciones interesantes que dentro y fuera de la casa, .
haga, lo que Bettelheim no ve es quepo es el padre quien deberfá abandonar al y el rellano de la escalen
a
niño sino el niño, el que debena dejar su padre. el chico lucha desesperada
más claridad de una preser
pánico salta de la cama y
Danny cómo la puerta de la casa (
escaleras. En medio de est,
Kim, una licenciada universitaria, que es madre de un niño pequeño, visita regu- fin a salvo! Pero cuando se
larmente un centro de atención de dfa de su localidad, donde juega con un niño temas de la historia de Blal
con discapacidad mental para aprender a entender mejor su mundo de la vida. Este seguro y de confianza cuar
niño es muy cariñoso con ella, pero hay una cosa que a ella le preocupa: siempre Sentirse abandonado pue(
que se va y se despide de él, Danny apenas hace un gesto de despedida o simple- un niño.
mente da media vuelta. Nunca muestra resentimiento, nunca le pide que se quede
o que vuelva, Y Kim confiesa que incluso se ha sentido un poco dolida por ello.
¡Acaso ti Danny no le importa que ella lo deje? Una posible interpretación es que Chica
Danny no experimenta como su casa verdadera el centro de atención donde pasa
casi diez horas diarias; uno no se puede sentir «abandonado» en un lugar donde En el estudio cinematográf
unO ya está abandonado. dura (1976/1981), hay una
su hija de Once años de 11e
piden que lo deje en casa,
James James Morrison se irán sin ella, La niña ins
padres, molestos, se van sir
En el poema Disobedience (1979, pp. 32-35), de Milne, el niño tiene miedo de que capaz, desde el balcón, de f
la madre que se va sin él y «baja hasta donde acaba la ciudad" nunca volverá. Y alrededor. En breve todo,
100
_________..... La reflexión fenomenológica itenneJlfJulica
migos del vecindario. Pero esto, según reza el poema, es lo que pasa realmente: «No se ha vuelto a oír nada
en los términos propios de sobre la madre de James James Morrison». Aquí tenemos una pesadilla infantil
3. misma dice, no se hecha realidad en lo que debemos admitir, con nuestras debidas disculpas a Milne,
e». Esto es lo que un hogar que se trata de un verso infantil realmente caprichoso. Igual que un niño sabe que
ede explorar el mundo. se puede perder si se aleja demasiado de casa, así teme el niño que el padre pue-
da perderse o tener un accidente y no volver nunca de ese gran mundo que está
ahí fuera.
101
ingeniosamente y con gran algarabía una cesta de comida, completamente llena, Ruth
por la ventana de Su tercer piso. La cara de la niña expresa sU dulce venganza, Su
comida de domingo se ha convertido en algo mucho más divertido que ir al res- Para un niño, un hogar pu<
taurante de siempre, «Todos me han mirado", dice finalmente, «¡Todos me han te que lo dejan de lado, En
mirado!», Naturalmente, c1mcnsaje que "fl:uffaut quiere mostrar a sus espectado- la joven Ruth en la novel3
res es que esta niña, a la cual sus padres no «veían", se ha dado cuenta de la nece- fícar el hecho de «gobema
sidad de que la reconozcan por quien es y sentirse parte de las vidas de los demás. genitor, la madre, ha aban
gunta y lID tema que e1lib,
e interminable espera. Cua
Buber piensa: «Cuando mi madre
espera y la expectación qu<
En sus «Fragmentos autobiográficos», Martin Buber (1970) rescata un suceso de lo que no contiene» (Robh
sus recuerdos más tempranos, volviendo a la época en que tenía cuatro años, El año que pueden dar cuenta del (
antetior sus padres se habían divorciado y su madre se había ido. Pero, según dice luego vuelve al tcma de se
Buber, aunque nunca nadie le habló de ello, «esperaba ver la vuelta de su madre parte de mi madre, De nue,
pronto», Un día, una niña del vecindario mayor que él le dijo algo que ahora forma nan demasiado rápido y n
parte de sus recuerdos de infancia, Estaban en e! ba!cól1, de la easa de los abuelos antes o después desaparece
de Buber: "Ambos estábamos cerca de la batan/lilla. No puedo recordar si yo había modo» (p, 215), Un niño e
hablado de mi madre a mi compañera de juegos. En cualqrlier caso, tod<lvía puedo comprenda el significado d
oír cómo me dijo: "No, no va a volver nunca", Sé que me quedé en silencio pero un centro, de un refugio se,
tamhién sé que no dudé de la veracidad de sus palabras, Esa verdad se quedó con- espera interminable, la es¡
migo y cada año se iba fijando más profundamente en mi corazón. Pero después de intuitivo, la mayoría de nOl
diez años empecé a sentir que era algo que no sólo me implicaba a mí, sino a todo un niño pequefio es profun<
el mundo» (Buber, 1970, p, 88), Cuando Buber recuerda este incidente, utiliza el la vida.
término «desencuentro» para describir la relación perdida y no auténtica que
ahora siente que residía en el centro de su experiencia con una madre que lo había
dejado y con la niña que habfa pronunciado esas palabras fatales. Cuando Buber, El hijo de Sophie
mucho más tarde, ya casado y con su propia familia, se reunió finalmente con
su madre, dice: "No podía mirar sus todavía maravillosos y hermosos ojos sin ofr En La decisi6n de $ophie (S
la palabra "desencuentro" procedellte de algún lugar, como si alguien la pronuncia" dre es obligada por un sold
ra para mí», Y añade: «Supongo que todos los encuentros verdaderos que he ex- mientras ella sube a un tre'
perimentado en el transcurso de mi vida tienen su origen en aquel instante en el concentración nazi. Lo qw
balcón» (Buber, 1970, p, 88). Martin Buber creció como un niño judío en las que un padre conoce la im
comodidades de la clase media y bajo el cuidado de su padre, su abuela y su abue- mentada como una traiciót
lo, cada uno de los cuales contribuyeron de forma significativa a su educación y ser abandonado es también
crecimiento, Es pedagógicamente fascinante que, sin embargo, lo que ocupa un desaparecer.
lugar importante en sus recuerdos de la infancia sea el hecho de dar sentido al Én la vida cotidiana la e:
abandono por parte de su madre cuando él era un niño. mática que algunos de los e
del niño, incluso los hecho
los hijos al cuidado de otra
102
... La hermenéutica
103
Investigación _ _ __
la importancia de una tragedia para él. Hace poco, una madre me explicó que su Boy. Cuando los padres de
hija de cinco años había actuado de un modo algo vengativo y con un rencor atmósrera de lugar de o
inusual cuando ella volvió de un viaje de diez días. "No me habló durante tres días. Chica. Un niño que no es .
¡Me ignoró completamente!» En silencio se me ocurrió, no sin cierta sorpresa, que «abandonado».
habla leído algo sobre una reacdón similar de un niño en el estudio, ahora clási- Buber. El recuerdo tempral
co, de .lohn Bowlby (1978). consecuencias en las d·
Ruth. Un adulto que fue t
una espera intenninabl,
BUSCAR EL SIGNIFICADO El hijo de Soffa. Ser aban
traición.
Al examinar las situaciones anteriores, extraídas de la vida real y de experiencias
que nos proporciona la ficción, para comprenderlas de un modo reflexivo debemos Hay muchos temas aqUl
__
to ci6n de «abandono» o de
de «ser abaUdonado» que t",ne un niño. Pero ahora tenemos que ver laci6n de temas anterior r
. pueden proporcionar un conocimiento profundo y más refle- de la noción de «sentírse :;
xivo sobre la noción de «sentirse abandonado». Dicho de otro modo, intentamos He elaborado una lista
descubrir algo «revelador», algo «significativo», algo «temático» en los diversos re- ser: ¡cuál es esta noción d
latos experienciales, es decir, que trabaillmos para extraer significado de ellos. In- significación de las situaci
cluso al ir seleccionando las diversas situaciones, van apareciendo distintos signi- propio contexto temático.
ficados temáticos. Cuando leo los ejemplos, me pregunto ¡qué es lo que sucede en flexión fenomenológica? ¡.
ellos?, ¿de qué es un ejemplo este ejemplo?, ¿cuál es la esencia o eioos de la noción to de tema sobre los
de «ser abandonado» y cómo puedo recoger este eidos mediante la reflexión te- ¿cómo se relaciona un ten
mática sobre la noción? Al examinar las sitúaciones propongo algunas formulad"" e7studiar, como la nocié
nes temáticas:
}
Jeff. La experiencia que un niño tiene al ser dejado es distinta de la experiencia que ¿QUÉ ES UN TEMA?
tiene el adulto al dejar al niño.
Patty. Un niño que ha sido dejado puede que no se experimente a sí mismo de un 1} «Tema constituye la ex
modo completo y único. te.» Cuando leo una al
David. Ser abandonado es la experiencia de la vulnerabilidad, la inseguridad y la centro mismo de la cue
imperfección. 2) «La formulación del te
Julie. Saber dónde están los padres proporciona al niño una sensación de control, ción.» Tenemos de!aml
la seguridad de un hogar, al cual tiene aCceso. tamos que} en cierto se
Hanse! y Orete!. Un niño quiere dejar a los padres, es decir, ser independiente de xacto de la noción.
ellos, pero no quiere que los padres lo abandonen. 3) «I--os temas no son ob}
Danny. Un niño sólo se puede sentir abandonado si se parte de una relación o mentos de un texto.» l
situación en que sienta que tiene un hogar o haya una relaciÓn de pertenencia.. 4) «Un tema es la forma d,
James James Morrison. Un padre que abandona a su hijo para hacer negocios en describe un aspecto de
la inmensidad del mundo exterior puede provocar el miedo de que no regrese
nunca.
104
La reflexión fenomenológica
" madre me explicó que Su Bay. Cuando los padres dejan a un hijo en casa, la casa puede perder su carácter o
engatiVD y con un rencor atmósfera de lugar de confianza.
me habló durante tres días. Chica. Un niño que no es «visto» realmente por sus padres ya está, de algún modo,
Ino sin cierta sorprt;sa que
j «abandonado» .
en el estudio, ahora clási- Buber. El recuerdo temprdno del sentimiento de ser abandonado puede tener duras
consecuencias en las circunstancias vitales posteriores.
Rum. Un adulto que fue abandonado de nUlo puede experimentar la vida como
una espera interminable de algo esencialmente ausente.
El hijo de Sajía. Ser abandonado puede ser experimentado como una forma de
traición.
vida real y de experiencias
,n modo reflexivo debemos Hay muchos temas aquí, y todos parecen aportar algo significativo sobre la no-
ción de «abandono» o de «sentirse dejado»_ Y, aun ase, no hay duda de que la re-
?ero ahora tenemos que ver lación de temas anterior no eS exhaustiva, no representa el significado completo
lento profundo y más refle- de la Iloción de «sentirse abandonado».
de otro modo, intentamos He elaborado una lista de temas pero, por el momento, mi pregunta vuelve a
en los diversos ser: ¿cuál es esta noción de «tema» que pareda haberme ayudado a establecer la
'ler significado de ellos. 1 - Significación de las situaciones? Tengo que poner la idea de «tema» dentro de su
,pareciendo distintos sign - propio contexto temático. ¿Cuál es la experiencia del tema en el proceso de la re-
ro ¿qué es 10 que sucede en flexión fenomenológica? A continuación presento algunas afirmaciones con aspec-
o eUlos de la noción to de tema sobre los temas. Parece que responden a la pregunta: ¡qué es un tema?,
; med iante la reflexión te- ¿cómo se relaciona un tema con el fenómeno que un investigador está interesado
'pongo algunas formulad;,: en estudiar, como la noción de «sentirse abandonado»?
105
Elaborar temas no es únicamente una habilidad o un proceso cognitivo que LA PEDAGOGíA DEL 11
pueda describirse y luego aprenderse o enseñarse, pero tal vez merece la pena ha-
cerse la pregunta: ¡CÓmO surgen los temas? Las afirmaciones siguientes quizás sir- Reflexionar sobre la expe
van para recoger algunas de las cualidades de la experiencia de los temas en tanto la oportunidad de reflexi
que si),>nificados vividos que surgen en la vida: OrlE
por el tema, o sea, mi.............
te epistemológica o metol
1) «Tema es la necesidad o el deseo de dar sentido.» Como padre, tengo la necesi- la experiencia infantil de
dad profunda de entender cuál es la importancia pedagógica de la experiencia en mi vida con los niños <
del niño al sentirse dejado o abandonado. hijos se convierte en el t,
2) «Tema es la sensación de que sOmos capaces de hacer algo.» Cuando intento reflexión pedagógica es ut
expresar en una forma simbólica, mediante palabras, lo que algo significa para el cual la pedagogía inten
mí, construyo afirmaciones con aspecto de tema. cador, y el otro, el niño. 1
3) «Tema es el hecho de abrirse a algo.» Cuando tengo la experiencia de concre- la pedagogía reflexiona se
tar algo mediante un tema, únicamente puedo hacerlo si me abro a la plenitud, y el «otro» son categorí,']S
a la promesa de la noción incorporada a la experiencia vivida. diana, la antinomia entre
4) «Tema es el proceso intuitivo de invención, descubrimiento y revelación.» en las anécdotas situador
v Cuando logro tener una determinada percepción sobre un tema, puede parecer las necesidades y deseos d
que tal percepción es un producto de, la «invención», es decir, mi producto in- sidades de los niños de U1
terpretativo; el «descubrimiento», el producto interpretativo de mi diálogo con Por el otro, el niño a VecE
el texto de la vida; la «revelación del significado», es decir, el producto inter- escuela, La experiencia d,
pretativo "dado» a mí por el texto de la vida misma. la primera noche fuera dE
vés de la experiencia emo
A continuación, podr[amos preguntamos CÓmO se relaciona el tema con la encargo, etc. Algunos nií
noción que se está estudiando. En otras palabras, ¿qué tiene que ver la noción de dos, mientras que Otros t,
tema con el fenómeno de "sentirse dejado o abandonado»? tUTa, y otros como algo al
En un sentido más pro
" 1) "Tema es el medio para llegar a la noción.» El tema es mi herramienta para lle- tales que constituyen los
"
; gar al significado de la experiencia de «sentirse abandonado». Hay cierta media- quier otro tipo de relació
ción o teeh1le en el empleo del tema y su formulación. el se/'timiento de la ped,
2) «El tema da forma a todo lo que carece de ella.» Una noción como la de la expe- como padre o, profe
riencia de «sentirse abandonado» puede encontrar su expresión en una variedad cOhVlerte a una mUjer en
infinita de founas; el tema concreta o expresa la «esencia» inefable de la noción abuelo, etc, A este ni,
. de una forma temporal y ejemplar, sabe cómo valorar la im
Ir 3) «El tema describe el contenido de la noción.» Una buena formulación temáti- tiene para talo cual niñc
ca parece, de algún modo, tocar la esencia de la noción que intentamos enten- rienda, pero forma parte
der. bemos luchar contra nua
< 4) «El tema es siempre una reducción de una noción.» Ninguna formulación temá- ribso; otras dejan cicatri(
./ tica puede desbloquear completamente el significado profundo, todo el misterio irredimibles. En la histori
( o los aspectos enigmáticos del significado experiencial de una noción. llena de expectación y de
Sabe que su madre no pu
106
La henncuéutica
107
lnve,aigación educativa y experiencia vivida
con esperanza. ¡Por qué? Porque el misterio es que, a pesar de algunos temores qué medida son distintos l.
arraigados, experimentamos a nuestros padres como nuestros cimientos sólidos, co- hecho de ser padre? ¿O es
mo el hogar de nuestra existencia. Y los niños cuyas esperanzas misteriosas han sido pio el mismo fenómeno! l
traicionadas deben aprender a tratar con un arquetipo fundamental de la existen- madre y el de ser padre e:
cia humana: la experiencia del centro vulnerable, del todo incompleto, del hogar padres y los hijos. Un niñ.
olvidado, del «otro ausente». Como Ruth, un niño así siempre será un niño sin «dado» al padre. ¿Es esta r·
hogar. Y ni siquiera estamos rozando la tragedia sobrecogedora de los niños aban- que para el hombre? Marce
donados en las calles de las principales ciudades del mundo. secuencias experlendales j
Mi percepción pedagógica del tema de «ser abandonado» como "la experiencia dé a luz (véase el apartado «
de la pérdida del hogar, de la mptura» es la percepción que me permite dar algún Un hombre tiene inidalm¡
sentido al texto de la vida y ser sensible prácticamente, como autor, al texto de la puesto que él debe recon()(
vida. Ello significa también que no puedo simplemente tratar el tema de la expe- el hijo antes de que pueda
riencia infantil de «sentirse abandonado» como una cuestión académica o de inves- un padre primerizo parece
tigación. No soy «sólo» un investigador que observa la vida: también soy un padre decír a un niño; mier
y un profesor que ocupa un lugar en la vida, desde un punto de vista pedagógico. En lleva y da a luz al hijo, s61
efecto, ¡no es extraño que a menudo parezca que los ínvesti¡,'adores educacionales encuentra, literalmente, ir
necesiten pasar por alto los intereses de los niños, incluso los intereses de «sus pro- veld y Maree!, y, por tanto,
pios» hijos, para poder llevar a cabo sus carreras, que se supone que deben ir en inte- biótico que el modo en qu
rés de esos mismos niños? Incluso nos podemos preguntar si, en el análL,is final, la La pregunta que surge a
capacidad de dar sentido a los fenómenos de la vida no resíde en la «fuerza» de Y, si es así, ¿cómo recoger
la "orientación» fundamental que uno asume como teórico e investigador (véase el Podrfamos decir que la pos
capítulo 6, «Mantener una relación firme y orientada», pp. 151-175). de «aceptar» o «reconoce
rienda? Tal como hemos i
proporcionaron descripcio
DESTAPAR ASPECTOS TEMÁTICOS mentaron su propia paterr
«decidir» o «prometer» act
Hemos visto anterionnente que los temas fenomenológicos no son objetos ni gene- promiso» con un recién u;
ralizadones; metafóricamente hablando, son más como en los entramados de mucho menos racional} mt
nuestras experiencias y en tomo a ellos se van hilando ciertas experiencias, vividas estaban equivocados? No 1
como un todo significativo. Los temas son las que conforman los universos di' Langeveld y la "prome,
de significado que vivimos. Los temas tienen poder fenomenológico cuando nos per- rerulten más complejas qu
miten llevar a cabo descripciones fenomenológicas. Por ejemplo, cuando estamos promiso de convertirse en
interesados en la fenomenología del hecho de leer una novela, podemos advertir lino se encuentra. El tem,
rápidamente la existencia de algunos temas posibles: 1) Cuando leemos un libro, el hombre toma al hijo en
«entramos en él., por así decirlo. 2) Leer una novela significa que «nos empezamos hombre se encuentra car;:
a interesar» por las personas que la componen. 3) Mientras leemos una historia, mente nuevo. Este encueI
«experimentamos la acción sin tener que actuar». 4) Cuando interrumpimos la lec- ahora él es el padre de 1,
tura de un libro, «salirnos del mundo cteado por la palabta» (véase van Manen, 1985). {{actuando» tambiéll COffi(
Este tipo de temas son sólo cremalleras, centros o hilos alrededor de los cuales La cuestión radica en ql
se facilita la descripción fenomenológica. Volvamos al ejemplo de los padres. ¿En vidual puede captar postb
108
La lJt'ymel1éutica
pesar de algunos temores qué medida son distintos los temas implicados en el hecho de ser madre de los del
stros cimientos sólidos, co- hecho de ser padre? lO es la experiencia de ser madre y la de ser padre en princi-
ranzas misteriosas han sido pio el mismo fenómeno? Una diferencia obvia e inmediata entre el hecho de ser
imdamental de la existen- madre y el de ser padre es la naturaleza de la relación corporal inicial entre los
cdo incompleto, del hogar padres y los hijos. Un niño es «dado" a la madre de un modo distinto a como es
¡ siempre será un niño sin "dado» al padre. ¡Es esta relación inicial expericncialmente distinta para la mujer
1gedora de los niños aban- que para el hombre? Maree! (1978) y Langeveld (1987) han sugerido que hay con-
ndo. secuencias experienciales en el hecho de que sea la mujer quien lleve al hijo y le
,do» como da experienci,a dé a luz (véase el apartado «Consultar documentación fenomenológica», pp. 92-94 l.
que me permite dar alg\in Un hombre tiene inicialmente una relación menos íntima o simbiótica con el hijo,
como autor, al texto de 'la puesto que él debe reconocer a un hijo como suyo mientras que una mujer ya tiene
tratar el terna de la exp}- el hijo antes de que pueda aceptar o rechazar al recién llegado. La experiencia de
'tión académica o de inves- un padre primerizo parece que es que, para poder llegar a ser padre, debe aceptar,
lida: también soy un padre decir a un niño; mientras que la mujer) que ya es madre en tanto en cuanto
,to de vista pedagógico. En lleva y da a luz al hijo, sólo puede decir «no». Una mujer que está embarazada se
vestigadores educacionales encuentra, literalmente, incorporada, es dedr, habitada, por el niño, según Lange-
o los intereses de «sus pro- veld y Maree!, y, por tanto, experimenta un conocimiento del niño que es más sim-
¡pone que deben ir en inte- biótico que el modo en que un hombre conoce inicialmente a su hijo.
ar si, en el análisis final, la La pregunta que surge ahora es: ¡Resulta esta diferencia experiencial plausible?
.0 reside en la «fuerza» de y) si es así, ¿cómo recogemos esta diferencia expericncial de un modo temático?
ico e investigador (vtase el Podríamos decir que la posible experiencia de convertirse en padre incluye el tema
pp. 151-175). de «aceptar» o «reconocer» al hijo como propio. Pero ¡cómo se vive esta expe-
riencia? Tal como hemos indicado más arriba, Langeveld (1987) y Maree! (I978)
proporcionaron descripciones en relación con este tema. Probablemente experi-
mentaron su propia paternidad de este mooo. Pero ¡todos los hombres tienen que
«decidir" o «prometer» aceptar su responsabilidad como padres mediante un «com-
:os no son objetos ni gene- promiso» con un recién nacido? La experiencía misma se me antojó como padre,
1
en los entramados de mucho menos racional. menos deliberada. ¿Significa acaso que Langeveld y Maree!
jertas experiencias, vividas estaban equivocados? No necesariamente. Pero puede significar que la «decisión"
le conforman los universos de Langeveld y la «promesa» de Maree! sean formas de compromiso que, a su vez,
Icnológico cuando nos per- resulten más complejas que lo que estas palabras nos permiten entender. El com-
e ejemplo, cuando estamos promiso de convertirse en padre no es tanto algo «hecho» como algo con lo que
novela, podemos advertir uno se encuentra. El tema del «compromiso)} está experiencialmente ahí cuando
I Cuando leemos un libro, el hombre toma al hijo en sus brazos, y en el gesto de aceptar y abrazar al niño el
nifka que «nos empezamos hombre se encuentta cara a cara con la «responsabilidad», con algo completa-
mtras leemos una historia, mente nuevo. Este encuentro suele ser una experiencia tremendamente emotiva:
ando intenumpimos la lec- ahora él es el padre de la criatura. Pero para «ser" padre, tiene que continuar
» (véase van Manen, 1985). «actuando» también como padre.
los alrededor de los cuales La cuestión radica en que ninguna formulación conceptual ni declaración indi-
ejemplo de los padres. ¡En vidual puede captar posiblemente todo el misterio de esra experiencia. Así pues,
109
un tema fenomenológico no es tanto una afirmación singular, es decir, un concep- reveladoras sobre el fer
to o una categoría, como «decísi6n» o (prOfilesa» o «compromiso» 1 como una //,,-:1'ases serán las que en\
CriPción completa de la estructura de una experiencia vivida. Como tal. una frase la aproximación de
denominada temática no hace justicia a la plenitud de la vida de un ses uno por uno y
t Una frase temática sólo sirve para señalar hacia un aspecto del fenómeno, para alu-l
dir a él o para referirse indirectamente a éL
sobre el fenómeno o la
110
La Jumnel1éutica
Lgular, es un concep,... reveladoras sobre el fenómeno o la experiencia que se está describiendo?». Estas
npromiso») como una des..
'ivida. Como tal,
' la vida de un fenómeno.
1 serán las que envolveremos en un círculo, subrayaremos o marcaremos.
la aproximación de lectura detallada miramos cada frase o cada grupo de fra.
SeS uno por uno y preguntamos: «¡Qué revela esta frase o este grupo de frases
to del fenómeno, para alu· sobre el fenómeno o la experiencia que se está describiendo?».
e.
') o leemos un texto varias
tticularmente esendales o
III
vivida
REDACTAR TRANSFORl
La aproximación detallada o línea a línea
/
Primero hay que leer cada frase o cada gmpe de frases atentamente.
A medida que vamos reun
sas fuentes, tal vez queraro
[Frase 1] Últimamente me he estado preguntando si le exijo demasiado a mi de vista fenomenológico. J
hijo. lecturas y de otras activic
112
La rejlexión fenomenológica hermenéutica
[Frase 2] Lo confunde todo en sus deberes, está muy cansado, no puede pen-
Sar con claridad y pasa horas y horas haciendo un simple ejercido cuando debería
" es una llamada al discer- estar relajándose y disfrutando de la familia como los demás niflos de su clase, no
s fundamentales diferentes ha leído bien las instrucciones y ha tenido que volverlo a hacer todo de nuevo,
necesariamente tiene mil ideas para escribir una redacción sobre los gorilas, pero parece que no las
,rSe o ver significa os que puede hilvanar ni siquiera para escribir la primera frase.
1texto, vemos a una adre [Frases 3 y 4] Por eso, ayer miré el historial académico de Robbie. Me sentí en
scolares y ello enturbia sus cierto modo culpable por recurrir a ello, sobre todo porque esas calificaciones di-
sensible ante él, a su expe- cen, en realidad, muy poco sobre una persona.
En otras palabras, quiere [Frase 5J Y mi amor y mis esperanzas hacia él son incondicionales, evidente-
1 hijo, de una forma que le mente, y no dependen de sus notas o su coeficiente intelectual.
e su hijo. Tal vez esta >sen- [Frase 6J Pero las cifras no estaban ahí para decirme si Rob es especial o no, se
.do con la nodón de tacto. suponía que estaban ahí para decirme qué hacer:
entendosa: [Frase 7J si tenía que atormentarlo, obligarlo o engatusarlo con los deberes y de-
cirle: «Vamos, vago, ¡por qué no acabas los deberes en el colegio, en vez de perder
m tacto con un hijo por el tanto el tiempo?» o, tal vez, decirle: .Claro que no puedes pensar con claridad sí
estás tan cansado. Deberías llegar a casa más temprano y hacer los deberes antes de
cenar».
Ahora podemos preguntar qué es lo que al parecer revelan cada una de las fra-
ses o de los grupos de frases anteriores sobre la naturaleza del hecho de ser padres.
La frase [1) muestra que tenemos expectativas como padres, así como también
;es o partes de frases que dudas sobre ellas.
padres? Probemos con las La frase [2] muestra cómo determinadas situaciones, sucesos o actos dan signifi-
cado a nuestras expectativas.
Las frases [3 y 4] muestran cómo intetitamos comprobar nuestras expectativas
•i hijo» procurando mirar al chico de una forma distinta.
.ra un hijo. La frase [5] muestra que debajo de las expectativas específicas que abriguemos,
subyace un sentimiento de esperanza más básico.
les, evidentemente» La frase [6] muestra que queremos entender a un niflo porque queremos apren-
lza. der a vivir con él.
La frase [7J muestra cómo nuestro conocimiento debe orientar nuestra posibili-
dad de actuar con tacto en relación con el niño.
hacer.
(11:7 /tiu, -
tentamente.
i le exijo demasiado a mi
REDACTAR TRANSFORMACIONES LINGüíSTICAS
113
//
//' educativa y experiencia ....... _ _ _ _ _ _ _ ............_ _.. .. _ _ _ _ __
proceso puede encontrarse en la segunda parte del texro póstumo publicado por el novelista intenta aprel
Maurice Merleau-Ponty, The Visible and the Invisible (1968), Este texto nos ilustra literaria, el fenomenólog
sobre cómo se prepara un gran fenomenólogo para escribir, Una expresión genuinam
Redactar transformaciones lingüísticas no es un procedimiento mecánico: se acontecimiento del mund
trata más bien de un proceso hermenéutico y creativo, A modo de ejemplo, yo pue- de existencia reflexiva, L
do intentar una transformación lingüística de los temas de las expectativas y espe- dones y de los actos cotid
} ranzas pedagógicas identificadas en el apartado anterior titulado «Aislar afirma- reflexivo, En otras palabr
dones temáticas»; son algunos de los temas ,
madre tal como se puede (
Normalmente afirmamos que ser padre o profesor consiste en tener expectativas y espe-- tado sobre localizar descri
ranzas puestas en un niño. Pero «esperanza» es s610 una palabra. y a una palabra muy capítulo 3, pp, 87-94),
pronto se le hace trabajar demasiado, se desgasta y se olvida su relación original con
nuestra expedencia de vida básica, Por ello, debemos examinar cómo se experimenta el 1) Pasar de ser mujer a sel
hecho de vivir con niños en casa o en la escuela, para que podamos llamarlo «esperan"
j
nacimiento en sr mism
za» o «tener esperanzas para los niños». El acto de esperar, de tener esperanzas para un 2) El cumpleaños del beb
niño) no es tanto un modo de actuar corno una manera de estar presente para el niño. ción en madre, «Tenge
La esperanza, para el padre y el profesor, es Uflt'1 forma de existir. En la vida cotídiana 3) Ser madre pone a una 1
abrigarnos muchas esperanzas y deseos «espero que a mi hijo le vaya bien en 4) El nuevo hijo enseña ,
el colegio» ¡ «espero que sepa arreglárselas con estos deberes» I «espero que mi hija no vida, «Me haces más p
abandone sus clases de violín». Éstas son esperanzas que vienen y van con el paso del 5) La madre experimenta
tiempo, pero los niños hacen posíble que los hombres y mujeres se transciendan a s( mis.. propósito propios, «Pe,
mos y digan «espero ... vivir con esperanza; vivo la vida de tal modo que experimento 6) Haber dado a luz a un
a los niños como la esperanza». Esta experiencia de la esperanza distingue y diferencia de la singularidad origi
una vida pedag6gica de una que no lo sea, También deja claro que sólo podemos tener mir debajo de mi Coraz
esperanzas pata los niños a los que realmente amamos) no en un sentido idealista tomán.. 7) La maternidad se expel
rico, sino en el sentido de! amor pedagógico, Lo que la esperanza nos da es la simple ga- redén nacido, "Casad,
rantía, me rendiré contigo, sé que puedes hacer tu vida», Por ello, la esperanza se 8t Aun así, paradójicamE
refiere a aquello que nos brinda padenda, tolerancia y confIanza en las posibilidades de milagro, «Química,,,
nuestros hijos. La espetanza es nuestra experiencia de las posibilidades y las transforma..
dones de nuestro hijo. Es nuestra experiencia de la confianza de que un niño nos ffiOS.- Fijémonos en que una
trará c()mo debe vivirse la vida. sin importar cuántos fracasos hayan puesto a prueba por un lado, y la fenomen
nuestra confianza. ¿Acaso no consiste en esto ser padre? Así pues, la esperanza nos con.. basan fundamentalmente
duce a la pedagogfa misma, iD es la pedagogfa quien nos concede la esperanza? Como argutnento o en un suces
todos los grandes valores, parece que sus taíces ontológicas se funden en una misma. desarrollar sistemáticamel
tras permanece fiel a la el!
experiencia,
EL ARTE COMO ORIGEN DE DESCRIPCIONES TEMÁTICAS
Para el artista, igual que para el fenomenólogo, la fuente de todo trabajo se encuen-
/
tra en el mundo de la vida experiencial de los seres humanos, Igual que el poeta o
114
... ____ __rEflexián fenomenológica
exto póstumo publicado por el novelista intenta aprehender la esencia de alguna experiencia bajo una forma
1968). Este texto nos ilustra literaría, el fenomenólogo intenta hacerlo en una descripción fenomenológica.
:ribir. Una expresión genuinamente art!stica no es sólo representativa o imitativa de un
::)focedimiento mecánico: se acontecimiento del mundo, sino que trasciende el mundo experiencial en un acto
A modo de ejemplo, yo pue- de existencia reflexiva. Un texto artístico se distingue del texto de las conversa-
as de las expectativas y espe- ciones y de los actos cotidianos porque siempre se llega a él en un estado de ánimo
ríor titulado «AiSla(firma- reflexivo, En otras palabras, el artista recrea experiencias trascendiéndolas. Éstos
son algunos de los ternas que podrían pertenecer a la experiencia del hecho de ser
madre tal cama se puede extraerde la descripción de Phyllis Chesler (véase el aparo
te en tener expectativas y espe
tado sobre localizar descripciones experienciales en la literatura, el arte, etc., en el
J
115
Investigación vivida
116
La l¡ermcl1l!ufica
ÓN reflexionen sobre sus experiencias, una vez que hayan sido recogidas, con objeto
de poder determinar los significados o temas más profundos de estas experiencias.
1 tipo de relación conversa- Para este propósito se pueden programar o acordar una serie de entrevistas con
desea explorar y entender. participantes previamente seleccionados que permitan la reflexión sobre el texto,
1 persona tiene también es- mediante las transcripciones de entrevistas anteriores para poder alcanzar el máxi-
n personal entre dos o !]Iás mo conocimiento interpretativo posible.
de iniciarse como una f\/era Después de que el investi,,'lldor haya identificado los temas de las transcripciones,
:onversaciones; pero) lubgo, éstos pueden convertirse en objeto de reflexión en conversaciones hermenéuticas
numo y los se de seguimiento, en las que nmto el investigador como el entrevistado colaboran.
¡e orientan ahora. nace una Dicho de otro modo, tanto el entrevistador como el entrevistado tramn de inter-
:le una estructura tripartita. pretar la importancia de los temas preliminares a la luz de la cuestión fenomenoló-
al y los participantes se ven gica original. Tanto el iovestígador como el entrevistado ponderan la adecuación de
ón o el fenómeno que man- cada tema preguntando: .¿Es así la experiencia verdaderamente?». Y, así, la entre-
¡adamer (1975) ha descrito vísta se convierte, en efecto) en una conversación interpretativa en la que ambas
Jor una pregunta y una partes se orientan de forma autorref1exiva hacia el terreno interpersonal o colecti-
.ede interpretar como una vo que aporta significación a la cuestión fenomenológica que se considera. Ponga-
ón de la conversación plan- mos un ejemplo: un investigador que estudia el fenómeno de los .dolores del parto»
ional. La conversación tie- volverá varias veces a las mujeres con las que mantiene conversaciones de carácter
dar sentido e interpretar la hermenéutico sobre la experiencia. Las mujeres leerán entonces su próximo borra-
razón, la cualidad colabora- dor de descripción de los temas fenomenológicos como punto de partida para com-
la tarea de reflexionar sobre partir de nuevo la naturaleza de la experiencia vivida de los dolores del parto, y así
en lo sucesivo.
enéutíca» consiste en man 8
Bollnow (1982) ha descrito cómo suelen finalizar las buenas conversaciones: los
y mantener a su vez) para sí participantes se quedan callados. No quiere decir, naturalmente, que después de
acta la sustancia de aquello que esa conversación se transcriba no sean"posibles más interpretaciones. A menu-
, ser capaz de ir planteando do, la sensación de veracidad experimentada en una buena conversación conduce
1975, p. 330). De este mo- a una satisfacción que pide más trabajo. Y, al mismo tiempo, cuando una conver-
gador del estudio. Aquellos sación va disminuyendo gradualmente y cada vez hay más pausas, hasta que final-
nido que los voluntarios o mente llega el silencio, algo se ha completado. Es la misma plenitud que marca
le un interés pasajero en el el triunfo de un texto en ciencias humanas: ser silenciado por la quietud de la re-
/Oluntariamente. Empiezan flexión.
Yl en consecuencia,
1S participantes, lo que suc- Una reflexión sobre lo que se ha dicho y sobre lo que queda por decir, incluso mera-
Es en este sentido que Só- tnente con un sentimiento de gratitud por 1a profundidad lograda en la conversad6n. Y
,1 de la conversación con la cuando la conversación finalmente llega a1 silencio, no se trata de un silencio vado,
le hablar juntos como ami- sino de un silencio pleno. La verdad, no sólo del conocimiento que se ha adquirido, sino
:ipantes en la conversación la verdad de la vida, la sensación de estar en posesión de la verdad que se ha logrado
ación se desintegra. en la conversación, continúa haciéndose sentir, incluso llega a ser más profunda
conversaciones hermenéu- te eh, transcurso de este silencio. (Bollnow, 1982, p. 46)
los participantes para que
117
Así pues, 'a conversación prerende producir temas, conocimientos, para que el texto o que continúan ,si
investigador finalmente sienta la necesidad de crear un texto a los que estos temas, observar los límites de su
fruto de la relación conversacional, sean capaces de atender.
118
La reflex.iólI fenomenológica
conocimientos, para que el texto o que continúan ,siendo inherentes al fenómeno, lo cual permite al autor
texto a los que estos temas, observar los límites de su visión actual y rebasarlos (véase lvkHug et al., 1974).
,nder.
119
I1Ivestigación experiellcia vivida .. .......
tura fundamental del mundo de la vida (véase, por ejemplo, Merleau-Ponty, 1962). imentamos buscar un del
Esto no es difícil de entender, puesto que sobre cualquier experiencia podemos plan- sillón cómodo, un rincón
tear las preguntas fundamentales que corresponden a estos cuatro existenciales. Por fetería donde nos sentim(
lo tanto, la espacialidad, la corporeidad, la temporalidad y la relacionalidad son ca- música tranquila y las pal:
tegorías productivas para el proceso del cuestionamiento, la reflexión y la escritura lógica, parece como si la
fenomenológicos. determinada experiencia
«El espacio vivido» o «espacialidad» constituye el espacio sentido. Cuando pen- modalidad de espacio vivi
samos en espacio hablamos primero del espacio matemático, o de las dimensiones rar las diversas cualidades
en longitud, altura y profundidad del espacio. Hablamos fácilmente de distancias en- de escribir parece que tal
tre ciudades importantes, por ejemplo cuántos kilómetros, cuántas horas de con- texto me siento mejor en
ducción, o sobre las dimensiones espaciales de la casa o el piso en el que vivimos. alrededor de mí.
Pero es más difícil expresar en palabras «el espacio vivido» porque la experiencia Los niños probablemen
del espacio vivido, como el tiempo o el cuerpo vivido, es en gran medida prever- lo hacen los adultos. En p
ba\; normalmente no reflexionamos sobre él. Y aun así, sabemos que el espado en del espacio, el espacio ca
el que nos encontramos afecta al modo en que nos sentimos. Los enormes espacios tiempo y el cuerpo vivid,
del moderno edificio de un banco nos pueden hacer sentir pequeños; el espacio con el espacio, que otorg3
abierto de un paisaje puede hacernos semir desprotegidos, pero también, posible- tíva. Nos damos cuenta d,
mente, libres, y justo lo contrario cuandp nos encontramos en un ascensor atesta- sitan a su alrededor para"
do. Cuando visitamos una catedral tal vez nos sobreCOja una sensación silenciosa cUte varios aspectos del '"
de lo trascendental, incluso si por lo general no somos especialmente religiosos ni camino, etc. También adv
vamos a la iglesia. Caminar a solas por una ciudad extranjera y llena de gente la distancia que se percibe
puede proporcionamos una sensación de pérdida, extrañeza, vulnerabilidad y posi- ficamente cerca y, aun así,
blemente excitación o estímulo. En general, podemos decir que nos convertimos tramos en algunas calles
en el espacio en que estamos. determinada cualidad. La
El hogar nos reserva una experiencia espacial muy especial que tiene algo que sentimos tranquilos, no se
ver con la sensación fundamental de nuestra existencia. El hogar ha sido descrito ¡ar de un lugar a otro. JQL
como el santuario interior seguro donde podernos sentirnos protegidos y sentirnos camino que cruza el bartar
nosotros mismos (Bollnow, 1960; Heidegger, 1971). El hogar es aquel lugar donde parece que el espacio vivÍ<
podernos «ser 10 que SOmOS». Después de haber pasado algún tiempo en detenni- mas en que experimentan
nado lugar, nos levantamos para «irnos a casa». Nos dan una pena especial aque- nos ayuda a descubrir dlm
llos que no tienen hogar porque sentimos que existe una tragedia más profunda que «El cuerpo vivido» o «(
no es tan sólo la de no tener un techo. En un sentido general, el espacio vivido es si;.mpre estamos de una f(
también el tema existencial que nos relaciona con el mundo o al paisaje en el que en su entorno o e
los seres humanos nos movemos y nos sentimos como en casa. Cuando queremos a\lIavés de su cuerpo. En 1
entender a una persona, le preguntamos, por ejemplo, sobre su mundo, profesión, nosotros mismos, pero tal
intereses, entorno, lugar de nacimiento e infancia. De forma análoga, para enten- consciente o deliberado, s
der «la naturaleza de la lectura» o la de «tener una conversación amistosa», o bien Cuando el cuerpo es el (
la de .dar a luz a un niño», resulta útil preguntar sobre la naturaleza del espacio ralidad (Linschoten, 1953
vivido que proporciona a esa experiencia particular su significado. Por ejemplo, que se potencie en su rnod
cuando tenemos ganas de leer la novela con cuyas páginas 0.stamos disfrutando, ca, el cuerpo puede conve
120
La hermenélltica
)10, Merleau-Ponty, 1962). intentamos buscar un determinado espacio que sea bueno para leet: tal vez un
experiencia podemos pl'!h- sillón cómodo, un rincón tranquilo en algún lugar o una pequeña mesa en una ca-
os cuatro existenciales. Por fetería donde nos sentimos protegidos del ruido del tráfico por el arrullo de una
y la relacionalidad son ca- música tranquila y las palabras silenciada¡¡ de los camareros. De forma fenomeno-
), la reflexión y la escritura lógica, parece como si la estructura de la experiencia de la lectura pidiera una
determinada experiencia del espacio. Dicho de otro modo, leer tiene su propia
,acio sentido. Cuando pen· modalidad de espacio vivido y esto puede entenderse con mayor claridad al explo-
irico, o de las dimensiones rar las diversas cualidades y aspectos de! espacio vivido. Análogamente, el proceso
ácilmente de distancias en· de escribir parece que también requiera de su propio espacio; para escribir este
ros, cuántas horas de con- texto me siento mejor en mi propio despacho, donde tengo mis cosas organizadas
, el piso en el que vivirrlos / alrededor de mí.
¡do» porque la experien??a Los niños probablemente experimentan el espacio de un modo distinto a como
es en gran medida prever· lo hacen los adultos. En primer lugar, los adultos han aprendido el carácter social
sabemos que el espacio en del espacio, e! espacio convencional. Esto también resulta cierto en el caso del
mos. Los enormes espacios tiempo y el cuerpo vivido. Existen convenciones culturales y sociales, asociadas
entir pequeños; el espacio con el espacio, que otorgan a la experiencia del espacio cierta dimensión cualita-
los, pero también, posible· tiva. Nos damos cuenta de ello, por ejemplo, en el espacio que las persona¡¡ nece-
mas en un ascensor atesta . . sitan a su alrededor para sentirse cómoda¡¡ o en la intimidad. Bollnow (1960) dis-
la una sensación silenciosa cute varios aspectos del «espacio vivido», como pueden ser la distanda vivida, el
especialmente religiosos ni camino, etc. También advierte cómo la distancia objetiva tal vez no concuerde con
"tranjera y llena de gente la distancia que se percibe que hay entre dos lugares. Un lugar puede estar geográ-
'íeza, vulnerabilidad y posi- ficamente cerca y, aun asr, sentirse muy lejos porque debemos cruzar un río o aden-
decir que nos convertimos trarnos en algunas calles con tráfico denso. Las mismas calles pueden tener una
determinada cualidad. Las autopistas y autovías no son lugares donde podamos
'special que tiene algo que sentimos tranquilos, no son un lugar donde podamos «estar»: son medios para via-
l. El hogar ha sido descrito jar de un lugar a otro. ¡Qué distinto es el sendero que se adentra en el bosque o el
mos protegidos y sentimos camino que cruza el barranco O el vecindario por donde nos gusta pasear! Así pues,
hogar es aquelluí¡ar donde parece que el espacio vivido constituye una categoría para preguntar sobre las for-
algún tiempo en determi· mas en que experimentamos los asuntos de nuestra existencia cotidiana; además,
m una pena especial aque· nos ayuda a descubrir dimensiones más fundamentales de la vida vivida.
tragedia más profunda que «El cuerpo vivido» o «corporeidad» se refiere al hecho fenomenológico de que
eneral, el espacio vivido es siempre estamos de una forma corpórea en el mundo. Cuando conocemos a otra
undo o al paisaje en el que persona en su entorno o en su mundo, conocemos a esa persona) en primer lugarl
en casa. Cuando queremos a través de su cuerpo. En nuestra presencia física o corporal desvelamos algo sobre
sobre su mundo, profesión, nosotros mismos, pero también ocultarnos algo, no necesariamente de un modo
forma análoga, para enten- consciente o deliberado, sino más bien a pesar de nosotros mismos.
¡ersadón amistosa», o bien Cuando el cuerpo es el objeto de la mirada de otra persona, puede perder su natu'
'e la naturaleza del espacio ralidad (Linschoten, 1953; Sartre, 1956) o, por el contrario, lo que puede pasar es
l significado. Por ejemplo, que se potencie en su modalidad de existencia. Por ejemplo, bajo una mirada críti-
'ginas cstamos disfrutando, ca, el cuerpo puede convertirse en algo torpe, los movimientos devienen patosos,
121
Investigación educativa y experiencia vivida
mientras que bajo una mirada admiradora el cuerpo sobrepasa su gracia y elegancia distinto al que nosotros es]
habitual y sus capacidades normales. De manera análoga, la persona que se siente llar una relación conversa,
enamorada encarna su modo de ser erótico en una luminosidad sutil o una cara En un sentido existencial
radiante o, en ocasiones, bajo los ojos del ser amado, en un leve sonrojo. experiencia del otro lo ce
«El tiempo vivido}) o {(temporalidad» representa el tiempo subjetivo en vida, de significado, de be
ción al tiempo de reloj o tiempo objetivo. El tiempo vivido es aquel tiempo que absoluto, es decir, Dios.
parece acelerarse cuando nos estamos divirtiendo o que parece ralentizarse cuando Estos cuatro existencial,
nos encontramos aburridos en una clase nada interesante, o bien cuando estamos la relación vi vida con el ot
nerviosos, como, por ejemplo, en la consulta del dentista. El tiempo vivido es tam- ellos forman una unidad ir
bién nuestra peculiar forma temporal de estar en el mundo, ya sea como personas nuestro propio mundo de 1
jóvenes orientadas hacia un futuro abierto y esperanzador, o bien como perso- poralmente los existencia
nas mayores que rememoramos el pasado, por ejemplo. De nuevo, cuando quere- conscientes de que un exi
mos conocer a una persona le preguntamos sobre su historia personal y sobre hacia deremos brevemente cóme
dónde cree que se dirige, sobre cuál es su proyecro en la vida. Las dimensiones tem- con nuestros hijos, estos,
porales del pasado, el presente y el futuro constituyen los horizontes del paisaje riqueza inmediata de signi
temporal de una persona. Sea lo que sea aquello que me haya sucedido en el pasa- dad haya sido necesariame
do, ahora vuelve a mí como recuerdo o como experiencia, casi olvidada, que de Desde el punto de vista
algún modo deja su rastro en mi existef.1-cia: la forma en que me comporto, con absolutamente separado d
esperanza o confianza, vencido o los gestos que he adoptado y he hecho personas es de suma impar
mios, ya sea que provengan de mi madre, mi padre, mi profesor o mi amigo, por carne. Y en el apoyo físicl
ejemplo; las palabras que digo y el lenguaje que me ata al pasado, a la familia, al modo profundamente siml
colegio, a mi raza, etc. Y, sin embargo, es cierto también que el pasado cambia bajo do una sensación primare
las presiones e influencias del presente. A medida que voy evolucionando reinter- hijos represento mi patern
preto a aquella persona que una vez fui o la que ahora soy. El pasado se cambia a sí nen en casa, o el arañazo e
mismo, porque vivimos hacia un futuro del cual ya vemos cómo toma forma, o la que tiene cuando está ené
forma del cual ya sospechamos como un misterio todavía secreto de experiencias hacer algo, a actuar del n
que se reservan para nosotros (Linschoten, 1953, p. 245). A través de las esperan- paterna del hijo también'
zas y las expectativas tenemos una perspectiva sobre la vida que viene, o a través de esperanza que yo deseo
de la desesperación y de la falta de voluntad de vivir podemos haber perdido mas una sensación de tierr
tal perspectiva. Bollnow (1988) describe de un modo muy acertado el estado de sí ¡mismo, de vivir para al:
ánimo de la vida de la juventud como el de una expectativa y una sensación domi- y el hijo comparten
nante de «mañanÍa», como cuando empezamos un nuevo y prometedor dfa. tj..ene sus propios horizonl
{(El otro vivido» o «relacionalidad» son las relaciones vividas que mantenemos de tiempo vividas de los
con los demás en el espacio interpersonal que compartimos con ellos. Cuando co- acontechnientos especiale
nocemos al otro, nos acercamos a él de un modo corporal: a través de un apretón también están las horas de
de manos O logrando una impresión del otro según el modo en que está f(sicamen- de semana, en que el tietn
te presente ante nosotros. Incluso si conocemos algo sobre otra persona sólo indi- tualidad en recuerdos pos
rectamente, ya sea por carta, teléfono o mediante un libro, a menudo ya nos hemos de nuestro «esp:
formado una imagen física de la persona que más tarde queda confirmada o no, su "entorno inmediato el n
cuando descubrimos, para sorpresa nuestra, que la persona tiene un aspecto muy lugar seguro. El espacio de
122
Irltm.:.t?néu/ica
repasa SU gracia y elegancia distinto al que nosotros esperábamos. Cuando conocemos al otro podemos desarro-
,a, la persona que se siente llar una relación conversacional que nos permite trascender nuestros propios yoes.
minosidad sutil o una cara En un sentido existencial más amplio, los seres humanos hemos buscado en esta
l un leve sonrojo. experiencia del otro lo común, 10 social, para un sentimiento de propósito en la
tiempo subjetivo en oposi- vida, de significado, de base para vivir, como en la experiencia religiosa del otTO
livido es aque! tíempn que absoluto, es decir, Dios.
parece ralentízarse cuando Estos cuatro existenciales del cuerpo vivido, el espacio vivido, el tiempo vivido y
lte, o bien cuando estamos la relación vivida con el otro pueden diferenciarse entre sí, pero no separarse. Todos
.a. El tiempo vivido es tam- ellos furman una unidad intrincada a la que llamamos «mundo de la vida», es decir,
Indo, ya sea como nuestro propio mundo de la vida. Pero en una investigación podemos estudiar tem-
,ador, o bien como persoj poralmente los existenciales en sus aspectos diferenciados, aunque debemos ser
. De nuevo, cuando qu¡;¡{- conscientes de que un existencial siempre requiere de los demás 3bpectos. Consi-
:oria personal y sobre hacia deremos brevemente cómo al reflexionar sobre nuestra vida pedagógica, en relación
vida. Las dimensiones rem- con nuestros hijos) estos cuatro existenck'11es nos permiten percibir una inmensa
e los horizontes del paisaje riqueza inmediata de significado, aun cuando no toda la experiencia de la patcmi-
" haya sucedido en el pasa- dad haya sido necesariamente positiva, sin penas ni preocupaciones.
ncia, casi olvidada, que de Desde el punto de vista del «cuerpo vivido» experimento a mis hijos como algo
en que me comporto, con absolutamente separado de mí y, sin embargo, físicamente cercano. Para muchas
te he adoptado y he hecho personas es de suma importancia el hecho de que padre.s e hijos sean de una misma
i profesor o mi amigo, por carne. y en el apoyo físico y el abrazo patemo conocemos a nuestros hijos de un
1 al pasado, a la familia, al modo profundamente simbiótico. También sentimos en el encuentro corporal vivi-
que el pasado cambia bajo do una sensación primordial de seguridad para el niño. En tni relación con mis
'ay evolucionando reinter- hijos represento mi patemidad, porque miro con ojos de padre el desorden que tie-
Jy. El pasado se cambia a sí nen en casa, o el arañazo que se ha hecho mi hijo mientras jugaba, o el color febril
.lOS cómo toma forma, o la que tiene cuando está enfermo en cama; 'etc. Y esta fonna de «ver» me impulsa a
lÍa secreto de experiencias hacer algo, a actuar del modo en que debe hacerlo un padre. En la experiencia
í). A través de las esperan- paterna del hijo también hay una sensación de "tiempo vivido» en la mudalidad
vida que viene, o a través de esperanza que yo deseo para la felicidad y el futuro de mi hijo. y experimenta-
ir podemos haber perdido mos una sensación de tiempo vivido en el deseo del niño de llegar a ser alguien por
muy acertado e! estado de sí mismo, de vivir para algo y de crear Un Significado personal para su vida. Y el
tiva y una sensación domi- padre y el hijo comparten una historia a la que llamamos «tiempo familiaT» y que
ca y prometedor día. tiene sus propios horizontes. Son particularmente significativas las experiencias
s vividas que mantenemos de tiempo vividas de los días señalados y en épocas del año en que se celebran
mos con ellos. Cuando co- acontecimientos especiales en la familia, en el colegio o en la comunidad. Y luego,
ral: a través de un apretón también están las horas de la comida, las noches compartidas, las salidas y los fines
odo en que está físicamen- de semana, en que el tiempo adquiere unas caracterfsticas que convierten la even-
bre otra persona sólo indi- tualidad en recuerdos positivos o negativos de la infancia. La casa constituye la
:0, a menado ya nos hemos ubicación de nuestro «espacio vivido» compartido, es decir, el hogar. En casa y en
e queda confirmada o no, su entorno inmediato el niño tiene la oportunidad de explorar el mundo desde un
ona tiene un aspecto muy lugar seguro. El espacio del hogar puede experimentarse como un espacio de apoyo
123
o de abandono, abierto o sofocante, liberador u opresivo para el niño. Y en este «Al detenninar la cualí
entorno inmediato, también, el niño experimenta sus espacios de juego favoritos, ca en descubrir aspectos o
sus lugares prohibidos, sus lugares para esconderse, los espacios secretos donde e! cuales el fenómeno no po
niño se reúne consigo mismo, lugares para compartir; cama la cocina, y lugares co- el método de la variación
mo el dormitorio (o bajo la colcha de la cama) donde el niño se retira al final de! nece esencialmente y no
J
día en una sístole interna de sueño. Análogamente el colegio se experimenta corno imaginativa puede utilizar
un lugar especial donde el niño conoce la atmósfera y las características de la clase, En el proceso de apreh,
el pupitre, el vestíbulo con las taquillas, donde el niño conoce y encuentra a sus nos: ¿continúa siendo este
primeros amigos. Finalmente, la relación entre padre e hijo, así como la relación este tema del fenómeno
entre profesor e hijo, se experimenta corno una relación muy personal y cargada de tema su significado funda
significación interpersonal. En esta relación vivida el niño experimenta un senti- denda es esencial para la
miento básico de apoyo y seguridad que afortunadamente le permite convertirse en cebir la experiencia de ser
una persona madura e independiente. Y en esta relación vivida, el niño experi- hijos. Parece algo imposib
menta la confianza del adulto, sin la cual es difícil hacer algo por uno mismo. materna o paterna con un
que sería imposible pensa
relación materna o paten
DETERMINAR TEMAS CASUALES O ESENCIALES hijos que han muerto y ,
Mareel (1978) nos propo:
Al planteamos el objetivo de intentar a cabo una descripción textual feno- pero aunque ella es plena.
menológica más experta, necesiramos determinar los temaS en tomo a los cuales ra, en cierta manera, que v
tejeremos la descripción fenomenológica. ausente. Así pues, ser padr
En los apartados anteriores hemos explorado la noción del terna y hemos mos- Y dejamos fuera de consié
trado cómo se puede afirmar y articular el significado fenomenológico de los fenó- lógico, adoptivo, padrastrc
menos. Para logmr una mayor claridad, debernos distinguir de nuevo entre temas Ahora bien, podríamos
casuales y esenciales. No todos los significados con los que nos enCOlltmremos al tenido hijos» necesariame
reflexionar sobre un determinado fenómeno o experiencia vivida son exclusivos de poner que la respuesta pue
dicho fenómeno o experiencia. E incluso los temas que podrían parecer esenciales tintas facetas. Y a veces p
suelen estar determinados o conformados hist6rica y culturalmente. han tenido hijos, nunca h,
El aspecto más difícil y controvertido de las ciencias humanas fenomenológicas puede haber sido padre ere
puede ser el de diferenciar entre temas esenciales y temas que esrán relacionados en el sentido pleno. No el
de un modo más casual con el fenómeno objeto de estudio. Podríamos este también hay que «vivir ce
punto distinguiendo la pedagogía del hecho de ser padres, de la pedagogÍa del he- Los esbozos situacionale
cho de ser profesores. Por un lado, el fenómeno de la pedagogía puede verse como abandonados por los padre
algo can base en lo que comúnmente representa la experiencia vivida de ser padre significado de la presencia
y la de ser profesor. Y, sobre la base de las exploraciones que hemos hecho para date ahí. Quédate comuig'
ejemplificar esta aproximación fundamentada en las ciencias humanas, podríamos do de su propia presencia,
determinar un terna esencial de esta noci6n general de pedagogía. Con este obje. un hijo. Un niño que se S'
tivo ignoraríamos cualquier diferencia que pudiera existir entre el ser padre y el ser amenaza de una dismpcié
profesor, y nos centraríamos exclusivamente en aquello que los une en nuestra vida la reladón de conexión de
en cuanto a la relación con los niños. un hijo, me doy a este niñ
124
vo para el niño, Y en este «Al determinar la cualidad universal o esencial de uo tema, nuestro interés radi-
'8pacios de juego favoritos, ca en descubrir aspectos o cualidades que hagan de un fenómeno lo que es y sin los
espacios secretos donde el cuales el fenómeno no podría ser lo que es.» Con este fin, el fenomenólogo utiliza
,mo la cocina, y lugares co- el método de la variación imaginativa libre para poder verificar si un tema perte-
,1 niño se retira al final del nece esencialmente, y no casualmente, al fenómeno. El proceso de variación hbre
legio se experimenta como imaginativa puede utilizarse también para generar, otros temas esenciales.
s características de la clase, En el proceso de aprehender temas o relaciones esenciales debemos preguotar-
, conoce y encuentra a sus nos: ¡continúa siendo este fenómeno todavfa el mismo si cambiamos o eliminamos
hijo, así como la relaci0 este tema del fenómeno en nues,tra imaginación 7, ¡pierde el fenómeno sin este
muy personal y cargada 1e tema su significado fundamental? Por ejemplo, presuponemos que tener descen-
.íño experimenta un senti. . dencia es esencial para la noción de ser padre. Pam comprobarlo intentamos con-
e le permite convertirse en cebir la experiencia de ser padre de tal modo que la experiencia «no» incluya tener
ón vivida, el niño experi- hijos, Parece algo imposible. Así pues, determinamos que «mantener una relación
r algo por uno mismo, materna o paterna con un niño» es uno de los temas esenciales para ser padre, por-
que sería imposible pensar en ser padre, sin alterar su significado, y no tener una
relación materna o paterna con un hijo, Naturalmente, eS posible haber tenido
hijos que han muerto y aun así pensar en uno mismo como padre. De hecho,
Maree! (1978) nos proporciona un ejemplo de una madre cuyo hijo ha muerto,
1 descripción textual feno- pero aunque ella es plenamente consciente de la muerte de su hijo, todavía espe-
en tomo a los cuales ra, en cierta manera, que vuelva a casa. Esta madre vive la presencia real de un hijo
ausente, Así pues, ser padre es vivir en una relación paterna o materna con un hijo.
5n del tema y hemos mos- y dejamos fuera de consideración la cuestión de las distinciones entre padre bio-
nomenológico de los fenó- lógico, adoptivo, padrastro, etc.
guir de nuevo entre temas Ahora bien, podríamos darle la vuelta a la pregunta y cuestionamos si «haber
que nos encontraremos al tenido hijos» necesariamente significa qJe uno ha sido padre. Y aqur podemos su-
ia vivida son exclusivos de poner que la respuesta puede ser negativa. Uno puede haber «tenido» hijos en dis-
podrían parecer esenciales tintas facetas. Y a veces podemos decir sobre unos padres biológicos que, aunque
Ituralmente, han tenido hijos, nunca han sido unos «verdaderos padres» para ellos. Así pues, se
humanas fenomenológicas puede haber sido padre en un sentido superficial o meramente biológico, pero no
las que están relacionados en el sentido pleno. No es suficiente dar a luz a un hijo; pam poder ser un padre,
lío. Podríamos ilustrar este también hay que «vivir como un padre», codo a codo con ese hijo,
es, de la pedagogía del he- Los esbozos situacionales de la experiencia de los niños que se sienten dejados o
:dagogía puede verse como abandonados por los padres pueden ayudar a proporcionar la plena ímporrancia del
rienda vivida de ser padre significado de la presencia del padre en las vidas de los niños, «iNo te vayas! Qué-
les que hemos hecho para. date ahí. Quédate conmigo», dice el niño. Un padre que no entiende el significa-
ncias humanas, podríamos do de su propia presencia en la vida del hijo amenaza la posibilidad del hijo de ser
pedagogía. Con este objc- un hijo, Un niño que se siente dejado o abandonado por el padre experimenta la
ir entre el ser padre y el ser amenaza de una disrupción Iimdamental de su existencia infantil, la ruptura de
lue los une en nuestra vida la relación de conexión del hijo con los padres. Al estar plenamente presente para
un hijo, me doy a este niño: doy genuinamente mi compromiso paterno, Al decir
125
vivida
«sí" a un hijo al nacer, los nuevos padres afirman el significado y el valor de este
niño en sus vidas. Decir realmente «sí» a un hijo es abrir la propia vida a este niño
y constituir juntos un verdadero «nosotros». Sin abundar sobre la esencia de los
hijos en las vidas de los padres, podemos describir la relación paternal como el
hecho de estar juntos, fonnar un hogar, estar ahí para el niño, en intimidad, en cer-
canía. Es la relación 'Cle la familia, de vivir juntos y constituir una relaciór¡ familiar
juntos.
El rechazo a vivir juntos es la indiferencia. La indiferencia es el fracaso del reco-
nocimiento del otro ser humano en un encuentro genuino o una relación personal.
La indiferencia es un tracaso O una crisis del «nosotros». Y, así, el niño puede expe-
fenomel
rimentar el sentimiento de ser abandonado con indiferencia por parte del padre. El
niño siente que no marca realmente la diferencia en las vidas de esos adultos que PRESTAR ATENCIÓN Al
se hacen llamar «padres». Por ello, el padre que temporalmente debe abandonar a
un hijo tiene que hacer saber a su hijo que la ausencia puede seguir siendo experi- En el ámbito de las cienci:
mentada Como presencia. Esto último sólo es posible cuando el niño experimenta proceso de investigación E
su relación con los padres como una relación personal incondicional y profunda. con anterioridad, y como s
En ausencia de los padres este hijo se puede sentir solo, pero no abandonado. Hay en el campo de las denci,
que preguntarse, sin embargo, si en muchas familias contemporáneas o estructuras fenomenológico constituy
de convivencia moderna queda suficiente tiempo y suficiente espacio en las vidas naturalmente, este prop65
cotidianas de los padres y de los hijos para que se pueda experimentar un vínculo tal que promueve las pregt
tan incondicional con los niños. Así pues, siempre debel
En el ejemplo anterior podemos ver que "tener una relación materna o paterna encuentran la investigaci(
con un hijo y estar presente en la vida del hijo» es un tema esencial del hecho de queremos que la escritura
ser padres. Y podemos ver también que la determinación de tal terna permite al constituye el único medio
fenomenólogo desarrollar elaboraciones narrativas del significado vivido del hecho gica en una forma simbólic
de ser padres. cursiva, una relación
Podríamos pasar ahora al fenómeno de ser profesor y preguntarnos si «tener sustenta una relación con"
esperanza para los niños» es un tema esencial de la experiencia de ser profesor. en relación con los niños.
¡Podemos imaginarnos siendo profesores sin tener ninguna esperanza para un escribimos, es decir, de lo
niño? ¡Es esa persona todavía un profesor o el significado del hecho de ser cia; tanto que incluso pod
pierde su significado fundamental si no queda sustentado por la esperanza /(. gogía, que es la de ocupars
demasiado a un discurso or
se necesita para hacer ¡ust
po, de la experieocia peda:
El método fenomenolól
arte; de ser sensible, es dee
forma en que habla el len:
mas. Esto significa que uu '
dad; que sea capaz de am
normalmente caen fuera ,
126
;;ntfieado y el valor de este
Ir la propia vida a este nifío
dar sobre la esencia de los
relación paternal como el Capítulo .5
niño, en intimidad, en
,tituir una reladón familiar
127
capaz de escuchar la forma en la que las cosas del mundo nos hahlan. El mundo no más reflexiva qúe si, por e
es una aglomeración de meros objetos que deben ser descritos simplemente con el cío con comentarios o pr
lenguaje de las ciencias fisicas, se¡,'Ún van den Berg (1972); el mundo constituye palabrería inútil. De form
nuestro bogar, nuestro hábitat, la materialización de nuestra subjetividad. calidad que la cantidad; 1<
Cualquiera que desee familiarizarse con el mundo de los docentes, las madres, los fenomenológicas el proce
padres y los niños, deberfa tener la capacidad de escuchar el lenguaje hahlado por de comunicar informaciól
las cosas dentro de sus mundos vitales, es decir, deberla escuchar lo que las cosas puede separar del conteni,
siguifican dentro de este mundo. bir demasiado, a veces es
decir. El texto, en su con
que el silencio de los espa;
SILENCIO. Los LÍMITES y EL PODER DEL LENGUAJE so, que «habla igual de al
En segundo lugar, está
A los fenomenólogos les gusta decir que no hay nada tan silencioso como aquello te es el tipo de silencio ü
que se supone que está claro O que se cree evidente. Por lo tanto, gracias a este tipo que no se puede pronunc
de silencio es posible y necesario investigar y escribir en ciencias humanas, En cio, como, por ejemplo, I
nuestra vida cotidiana sentimos el poder del silencio cuando una persona le otor, forma tácita de conocimi
ga a otra, por ejemplo, «el silencio como respuesta., tal como sería el caso del sensación «de que sabem,
silencio castigador del padre o del desafiante o vengativo del hijo. Existe Más allá de lo que decím,
también el silencio de la retirada y la discreción, como el que conlleva una rela- constituido por aquello q
ción habitada por la inseguridad o por la desconfianza; pero también se puede nuestra atención. Polanyi
experimentar silencio de un modo positivo, como aquel que se vive en la intimi- que los testigos, que son ir
dad confiada de los amigos o los amantes que comparten momentos especiales en en cambio, ayudar al poli.
los que se pronuncian pocas palabras. qué características son aq
El silencio no es sólo la ausencia de palabras o lenguaje. Es cierto que cuando vieron. Se puede dar el c,
buscamos a tientas las palabras adecuadas sentimos los Umites de nuestro lenguaje determinado y que este mi
personal. E incluso en el poema más serio y elocuente parece como si la verdad petcnda lingüística.
profunda residiera, precisamente, más allá de las palabras, en esa otra parte, invisi, Para alcanzar nuestro 01
ble pero existente, al otro lado del lenguaje. El discurso surge del silencio y vuelve algunas distinciones:
al silencio, afirmaba Bollnow (1982). De igual manera que un arquitecto debe ser
pennanentemente consciente de la naturaleza, a partir del espacio del cual y con- 1) Cuando experimentam
tra el cual nace todo edificio, el experto en ciencias humanas debe tener en cuen, que lo que permanezca
ta el silencio del cual y contra el cual se construye todo texto. Se podría decir que sea) sin embargo, verba
existen varias categorfas de silencio que actúan en la investigación dentro del tenga una particular hal
ámbito de las ciencias humanas en general y en el de la [.,nomenología hermenéu' sorprendemos cuando a
tica en particular. '" decir, pero para lo cuall
En primer lugar aparece el «silencio literal», como es el de la ausencia de habla, samente por este motive
por ejemplo. En algunas ocasiones resulta mejor quedarse callado que hablar o tura reiuiere que nOSotJ
escribir. En el caso específico de las entrevistas suele ser más efectivo mantenerse
en silencio cuando la conversación se desarrolla de forma insegura, es decir, a tien-
#
bras otro, puesto que
experiencia de una fom
tas. De este espacio otorgado por el silencio resultará una respuesta seguramente ejemplo, que está fuera (
128
___________________ ________....=L="="":::'!.ríturajenomcM/ógica her:!nel1éutica
--------------
) nos hablan. El mundo no más reflexiva que si, por el contrario, intentáramos llenar la incomodidad del silen-
ócritos simplemente con el cio con comentarios o preguntas sin sentido alguno, que nO supondrán más que
)72); e! mundo constituye palabrería inútil. De forma análoga, al escribir, solemos afirolar que prima más la
de nuestra subjetividad. calidad que la cantidad; lo que significa que en el ámbito de las ciencias humanas
s docentes, las madres, los fenomenológicas el proceso de escribir conlleva mucho más que el simple hecho
,ar el lenguaje hahlado por de comunicar información. La calidad o forma textual de lo que escribimos no se
1 escuchar lo que la¡; cosas puede separar del contenido del texto, En lugar de cometer el grave error de escri-
r bir demasiado, a veces es más importante y resulta más efectivo dejar cosas sin
,1 decir. El texto, en su conjunto, pretende lograr un determinado efecto, de modo
que el silencio de los espacios es tan importante que se podria llegar a decir, inclu-
,JE so, que «habla igual de alto» que las palabras mismas que utilizamos para hablar.
En segundo lugar, está el que podríamos llamar «silencio epistemológico». És-
m silencioso como aquello te es el tipo de silencio con el que nos encontramos cuando afrontamos aquello
lo tanto, gracias a este tipo que no se puede pronunciar. Varios filósofos se han referido a este tipo de silen-
en ciencias humanas. En cio, como, por ejemplo, Polanyi (1958, 1969), que ha explicado que existe una
¡ando una persona le otor- forma tácita de conocimiento, como sucede habitualmente cuando tenemos la
tal como sería el caso de! sensación «de que sabemos más de lo que podemos decir» (1969, pp. 159-207).
vengativo del hijo. Existe Más allá de lo que decimos y escribimos normalmente, existe un terreno amplio
) el que conlleva una rela- constituido por aquello que no se puede decir, pero que constantemente llama
:a; pero también se puede nuestra atención. Polanyi presenta como ejemplo claro aquella situación en la
,1 que se vive en la intitui- que los testigos, que son incapaces de describir a la persona que vieron, si pueden,
,n momentos especiales en en cambio, ayudar al policfa que se dedica a hacer el retrato robot identificando
qué características son aquellas que hacen que Se parezca o no a la persona que
uajc. Es cierto que cuando vieron, Se puede dar el caso de que tengamos conocimiento de algo en un nivel
lImites de nuestro lenguaje determinado y que este mismo nO esté disponible para nuestra com-
, parece como si la verdad petencia lingüística.
15, en esa otra parte, Para alcanzar nuestro objetivo, sería conveniente trazar. a partir de este punto,
surge del silencio y vuelve algunas distinciones:
que un arquitecto debe ser
del espacio del cual y con- 1} Cuando experimentamos lo indecible o lo inefable en nuestra vida, puede ser
manas debe tener en cuen- que lo que perolanezca más allá de la competencia lingüística de una persona
, texto. Se podría decir que t-"
sea, sin embargo, verbalizado por otra (Dienske, 1987); tal vez por alguien que
¡ investigación denrro de! tenga una particular habilidad desarrollada para escribir. En efecto, a veces nos
hermenéu- sorprendemos cuando alguien es capaz de expresar lo que nosotros quisiéramos
decir, pero para lo cual nO podíamos encontrar las palabras adecuadas. Es preci-
el de la ausencia de habla, samente por este motivo, también, por lo que el proceso de investigación-escri-
larse callado que hablar o tura requiere que nosotros, en algunas ocasiones, «pidamos prestadas» las pala;
:r más efectivo mantenerse bras de otro, puesto que esta otra persona es capaz, o lo ha sido, de describir una
la insegura, es decir) a tien- experiencia de una forma, con una sinceridad, sensibilidad o autenticidad, por
una respuesta seguramente r ejemplo, que está fuera del alcance de nuestra capacidad, A veces este otro indi-
I
129
viduo puede ser un poeta reconocido, un filósofo, un novelista o una persona Si bien resulta obvio (
con un determinado talento verbal; otras esta misma u otra persona es lo mismo que la poesía, r
miembro de un gmpo que tiene acceso a determinadas experiencias que son úni- critura fenomenológica 1
cas por motivos de tipo cultural. generacional, social, profesional o de género, nizad6n con la experien
como puede ser el caso de los niños, los enfermos, los pobres, las prostitutas, los En tercer lugar, se enc
atletas, las mujeres, los homosexuales, los padres, etc. Vida misma. En el silen
fundamental siempre vu<
2) La experiencia de algo que parece inefable, dentro del contexto de un tipo de más ilustrativo de los dis,
discurso, puede ser expresable por medio de otra forma de discurso. Por ejemplo, esos momentos en que lo
a las ciencias conductistas les resulta bastante difícil explicar, de forma satisfac- experiencia significativa
toria, la experiencia del amor, el lenguaje de la poesia, la música y las bellas «muda» de un silencio q
artcs, pero en cambio destacan por su gran capacidad para retratarlos y, as(, tra- tud. Bollnow (1982) lo d,
de la verdad.
tar de transmitirlos. Naturalmente, hay que reconocer que los objetivos episte-
mol6gicos del discurso de las ciencias conductistas difieren de los del discurso
estético. Dicho de otro modo, la noci6n misma de verdad tiene distintos sig-
nificados en las diversas comunidades lingüísticas (Gadamer, 1975). Para las LA ANÉCDOTA COMO
ciencias humanas, resulta importante reconocer que se puede reflexionar feno-
menol6gicamente sobre la experienCia de la verdad posibilitada mediante el Un instrumento ret6rico
lenguaje del arte, como puede ser, por ejemplo, el de la poesla, la narrativa, la anécdota o de la histori,
pintura, la música o el cine y, por lo tanto, se puede trasladar a nuestra discipli- narrativa. Por una parte; t
na para prestar ayuda a los textos fenomenol6gicos. mas decir, incluso más ql
forma de narración, se ha
3) Lo que parece indecible o inefable en un momento dado, tal vez se puede expre- de la investigaci6n cualit'
sar en palabras, aunque quizás de un modo incompleto. En efecto, esto es lo que en una forma específica d
suele pasar. Cuando nos orientamos hacia un determinado concepto nos sot- torla especial; por ejemplc
prendemos a nosotros mismos sobre lo que podemos expresar en palabras e de un determinado acont
incluso nos preguntamos: ¡yo he dicho esto? En conversaciones con un amigo o niíí.ita que ofrece a su her
a última hora en la oficina, o en el coche cuando volvemos a casa, nos descu- acerca a su madre, que est
brimos diciendo, escribiendo o pensando algo con una elocuencia que nos sor- manos. Es una pluma peq
prende. Una parte considerable de los textos escritos surge de este modo. El tan pequeño [...]. ¡Eso sí,
poeta Rilke describra c6mo la experiencia vivida, la memoria, el tiempo y la re- utiliza esta anécdota para
flexi6n se encuentran implicados en la escritura de un buen poema: algo que damos a alguien
o una deuda. En francés s
Hay que tener recuerdos l.,.] Y1 aun así, no será suficiente tener sólo recuerdos, Hay que
una fráse sobre la que Lar
ser capaz de olvidarlos cuando son muchos y hay que tener gran paciencia para esperar dar la vuelta: «Un obsequ
a que vuelvan. Porque todavía no son los recuerdos en sí. No hasta que se hayan tad hacen posibles los reg
vertido en sangre en nuestro interior, en mirada y en gesto, en anónimos habitantes de
la niña es pequeña, IY qu<
nosotros. hasta tal punto que nunca más se puedan distinguir ni separar de nuestro ser; tamtién muy pequeño? i(
hasta entonces no sucederá que a una hord intempestiva surja de entre ellos la primera dar ea casi igual de delie,
palabra de un verso y éste, a su vez, nazca de ellos. (En Mood, 1975, p. 94) geve ,cuando una persOl
130
La hermenéutica
131
que ha sido comprado en al¡,'una tienda, ya menudo es simplemente una sugeren- sante o sorprendente», I
cia del vendedor; pero quien da un regalo, no un simple obsequio, se entrega a su públicas», «algo no div
vez a sí mismo. Él o ella «constituyen» el regalo por sí mismo. también los renacentiw
Aquí tenemos otro ejemplo; en su introducción a Persan and World, van den Berg dos como anécdotas, ce
explica la anécdota de un nativo de las selvas malayas (van den Berg y Linscho- sociales; en la v ida corid
ten, 1953). Para conocer qué impresión tendría de una ciudad moderna y grande un tradición oraL A menud
habitante de la selva, se abandonó a este hombre inesperadamente y sin más explica- algún personaje famoso
ciones en medio de la gran ciudad de Singapur. Lo acompañaron por las ajetreadas como «un incidente bio:
calles para proporcionarle muchas posibilidades de observar todo lo que una metró· grafos e historiadores va:
polis podía ofrecerle, Cuando al final del viaje se le preguntó qué fue lo que más le dadero carácter de pers(
había sorprendido, no habló, como se podría e''Perar, de las calles asfaltadas, de las cualquier otro modo (Fa,
casas de ladrillo, de los edificios de cemento, de los coches, de los tranvías o de los Pero a menudo, la ané
trenes. En lugar de todo eso, lo que mencionó es lo mucho que le había sorprendido terial que por cuestiones,
que una persona pudiera cargar tantos plátanos a la vez. Al parecer, había visto a un dota se usaba para caract
vendedor callejero que transportaba sus racimos de bananas en un carrito que empu- mente era muy difídl ap
jaba manualmente, "Del resto, el nativo no había visto apenas nada», dice van den rasgo epistemológico inn
Berg (19.03, p . .oj, Una persona que vive en la selva participa en un diálogo con los de un asunto en su totali<
objetos propios de su mundo, lo cual bgcrmite ver las cosas de un modo que posi· lo, nos ba,tará can una b
blemente nosotros no podríamos compartir. El nativo mantiene una conversación Existe una divertida al
distinta con las cosas, Cada nuevo objeto que ve aparecer ante sus ojos constituye una textos sobre fenomenolo¡
forma que adquiere un determinado papel en la c.onversación, Cualquier objeto que a su sistema filosófico. U,
no pueda adoptar tal modalidad no puede entrar de forma plena en una relación COn- 1\0 bien afílado y para el!
versacional. El objeto no le habla, no se establece comunicación entre ellos y, por lo quedó sin cuchillo (de E
tanto, no puede ser visto, dice van den Berg, De este modo el autor utilíza, entre otras carácter perfeCcionista d,
cosas, la anécdota como un instrumento para hacer c.omprensible el fenómeno de la grafo y papel; su investig,
«relación conversadonah> que todo ser humano mantiene con su mundo. Lo que van tua!: revisaba, rescrib(a y
den Berg quiere mostrar a modo de anécdota y explicación fenomenológica es que el después de su muerte se
ser humano no sólo participa en una determinada relación conversacional con páginas escritas, todas en
el mundo, sino que el ser humano «constituye» realmente esta relación. Un ejemplo interesanl
Las anécdotas, en el sentido en que tienen lugar en los textos fenomenológicos, en ciendas humanas, se '
por ejemplo de Sartre, Maree!, MerIeau-Ponty y otros, no deben entenderse como bién llamado «el dnlco,
«simples» ilustraciones para «aligerar» o "hacer más fácilmente digerible» un texto DiÓgenes, 1979, p, 35), 1
dificil o aburrido, La anécdota puede entenderse como un instrumento metodoló· quier caso, consideraba,
gico en ciencias humamls para hacer comprensible alguna noción que fácilmente ú,nico que hay disponible
se nos escapa. Magno fue un día a visit,
Al definir la palabra «anécdota» el Webster's dice que se trata «normalmente de extrafias. Se presentÓ ant
una narración corta de un incidente interesante, divertido o biográfico», Y el Dic·
cionarío Oxford define la anécdota como «narraciones o detalles de una historia, Alejandro: Soy Alejan
secretos, privados o hasta ese momento no hechos públicos». Habla de la narra· \ Diógenes: Soy Diógen,
ción de un incidente o acontecimiento como de algo que «es en sí mismo intere, ¡Alejandro: ¡El perro?
J
132
La
implemente una sugeren- sante O sorprendente». El término deriva del griego y significaba «cosas no hechas
obsequio, se entrega a su públicas», «algo no divulgado». Y, efectivamente, primero Cicerón, y más tarde
smo. también los renacentistas, solían describir algunos de sus manuscritos no publica-
1 ami World, van den Berg dos como anécdotas, como «cosas no divulgadas». Las anécdotas son productos
van den Berg y sociales; en la vida cotidiana la anécdota suele empezar su curso como parre de una
,dad moderna y grande un tradición oral. A menudo, se trata en su origen de un fragmento de la biografía de
lamente y sin más explica- algún personaje famoso O reconocido. Así, Samuel Johnson describió la anécdota
pañaron por las ajetreadas COrnO «un incidente biográfico; un pasaje minúsculo de la vida privada». Los bió-
al' todo lo que una metró- e historiadores valoran las anécdotas por su potencial para descubrir el ver-
mtó qué fue lo que más le . dadero carácter de personas o épocas que podrían ser difíciles de aprehender de
las calles asfaltadas, de las cualquier otro modo (Fadirnan, 1985, p. xxi).
es, de los tranvías o de los Pero a menudo, la anécdota estaba conformada por información privilegiada, ma-
o que le había sorprendido terial que por cuestiones de discreción no se registraba por escrito. A veces, la anéc-
.l parecer, habia visto a un dota se usaba para caracterizar el modo de pensar o un estilo O figura a la que real-
3$ en.un carrito que mente era muy difícil aproximarse o acceder de una forma más directa, Éste es un
penas nada», dice van den rasgo epistemológico interesante de la anécdota: si no podemos percibir la esencia
cipa en un diálogo con los de un asunto en Su totalidad, pero seguimos observándolo desde foera, por así decir-
osas de un modo que posi- lo, nos bastará con una historia o un fragmento anecdótico (Verhoeven, 1987).
.anticue una conversaciórl. Existe una divertida anécdota sobre Edmllnd Husserl, quien en sus voluminosos
IntC sus ojos constituye una textos sobre fenomenología rebate categóricamente cualquier objeción imaginable
,:ión. Cualquier objeto que a su sistema filosófico. Una vez, siendo un chiquillo, Husserl quería tener un cuchi-
plena en una relaci6n con- llo bien afilado y para ello lo afilaba continuamente; tanto lo afiló que, al final, se
teación entre ellos y, por lo quedó sin cuchillo (de Boer, 1980, p. 10). La anécdota demuestra claramente el
, el autor utiliza, entre otras carácter perfeccionista de HusserL Él esr;aba acostumbrado a reflexionar con bolí-
,rensible el fenómeno de la grafo y papel; su investigación fenomenológica era verdaderamente una tarca tex-
con su mundo. Lo que van tual: revisaba, rescribía y editaba interminablemente sus textos fundamentales. Y
n renomenológica es que el después de su muerte se descubrió una colección sorprendente de cuarenta mil
ladón conversacional con páginas escritas, todas en taquigrafía.
i! esta relación. Un ejemplo interesante de la importancia de las anécdotas, en el pensamiento
's textos fenomenológicos, en ciencias humanas, se refiere a la doctrina o filosof(a de Diógenes Laercio, tam-
10 deben entenderse como bién llamado «el cínico» o «el perro» o «un Sócrates vuelto loco» (Heráclito y
Imente digeríble» un texto Diógenes, 1979, p. 35). No hay textos auténticos de este pensador que, en cual-
un instrumento metodol6- quier caso, consideraba el hecho de vivir más importante que el de escribir. Lo
ma noción que fácilmente único que hay disponible son anécdotas. Cuenta la leyenda que el joven Alejandro
Magno fue un día a visitar al filósofo Diógenes, del cual había oido historias muy
, se trata «normalmente de extrañas. Se presentó ante el filósofo cuando éste descansaba al sol.
.do o biográfico». y el Dic-
o detalles de una historía, Alejandro: Soy Alejandro Magno.
,licos». Habla de la narra- Di6genes: Soy Diógenes, el perro.
.ue «es en sí mismo intere . . Alejandro: ¿El perro?
133
y _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __
134
..hel1lrel¡éulica
lcrdo a los que me atacan. anécdota olvidan, es que la anécdota debe valorarse por razones distintas de las
meras empiricofií.cticas o historicofácticas.
Un relato histórico describe algo que ha sucedido en el pasado, pero una anéc-
dota es más bien como una narración poética que describe una verdad universal.
msidad al pensador, éstele Lo que Aristóteles dice sobre la épica poética de su tiempo puede aplicarse tam-
"dones mundanas, pero en bién a la narración anecdótica de nuestra época:
le la abstracción
"tate, que me quitas la luí;. La función del poeta con:dste: en describir, no 10 que ya ha ocurrido, sino un tipo de
;tra de forma más efectiva situación que podrra suceder, es decir, lo que es posible, puesto que también es probable
l. Fue la primera persona lo o necesario [...] por todo esto la poesfá resulra ser algo más filosófico y de una impor-
ro en su lugar. La respuesta tanda mayor que la historia) ya que sus afirmaciones rienen una naturaleL'l más bien
no también del abrumador universal, mientras que las de la historia son singulares. (Poétiw, 2000),
650fo humilde y miserable
undro Magno, que recorrió Las anécdotas pueden tener una gran variedad de funciones (véase Verhoe-
cer su necesidad de poder. ven, 1987, para consultar algunas distinciones; véase también Fadiman, 1985),
e la vida moral del cínico? pero las que son significativas pata el discurso en ciencias humanas incluyen las
fuera Alejandro, sería Oló- siguientes características:
:jandro Magno murieron el
'leado supersticioso. 1) «Las anécdotas forman un contrapeso concreto al pensamiento teórico abstrac-
ladanos con su método de to.» El objeto de la descripción fenomenológica no consiste en desarrollar abs-
1 ejercicio pantomímico y tracciones teóricas que se distancien de la realidad concreta de la experiencia
la calle, como podríamos vivida, sino que lo que pretende la fenomenología es penetrar en las capas de
anécdotas que rodea la fi- significado de lo concreto labrando y roturando el suelo de la existencia coti-
enseñanzas de lo que po- diana. La anécdota representa, tan sólo, uno de los instnunentos para poner al
:le que la filosofía de Oió- descubierto los significados ocultos. '.
.trar su origen en el hecho
Irte, las anécdotas no han 2) «Las anécdotas manifiestan cierto desdén por el discurso alienado y alienante de los
nicos, puesto que, al con.. teóricos que tienen diftcultades para mostrar cómo se relacionan la vida y las pro-
s de evidencia dudosa. La posiciones teóricas.» Así pues, las anécdotas poseen cierto impulso pragmático. Nos
¡tonador bizantino del si- . obligan a buscar la relación entre vivir y pensar, entre situación y reflexión. En esta
,tumo sobre el emperador conexión, Fadiman (1985, p. xxi) advierte que la anécdota ha actuado de instru-
mento nivelador, que humaniza, democratiza y actúa como contrapeso al encomio.
lelen provocar reacciones
,tlÍen decir que no hay que 3) «Las anécdotas pueden dar cuenta de ciertas enseñanzas o doctrinas que nunca fue-
,didos anecdóticos». Con ron escritas .• Sócrates y Oiógenes son ejemplos de grandes pensadores cuyas anéc-
a que «tan sólo es anecd6- dotas sobre su vida forman, a la vez, tanto sus biografías como la esencia de sus
supuesto, resulta comple- erueñanzas. Este fenómeno histórico también muestra el gran porencial y el poder
! base de un indicio mera- generalmente desconocido de la anécdota en el discurso de ciencias humanas. Los
eralización empírica no es Diálogos de Platón son una colección de anécdotas sobre Sócrates, el filósofo. Se
;tión, que los críticos de la distingue claramente de la gran cantidad de textos filosóficos que los han seguido a
135
lo largo del tiempo. Desde un punto de vista metodológico, los textos de Platón son uso de la historia o del,
reflexiones indirectas sobre experiencias humanas fundamentales, como la amistad meramente un adorno li
(Lisis), el amor (Fedro, El banquete), la virtud de la enseñanza (Menón), entre otros. de la teorización práctic
tes p'dra la pedagogía pe
4) "Las anécdotas se pueden considerar, al mismo tiempo, demostraciones concre- les sobre los cuales es po
tas de sabiduría, conocimiento sensible y verdad proverbial.» Las figura;; clási- desde el punto de vista,
cas consideraban sus anécdota;; como condensaciones narrativas de verdades, porque permite al texto
por lo general, reconocidas (Fadiman, 1985, p. xxi). Por ejemplo,.la anécdota por lo general es propio
de la cueva en la RepúbUca de Platón se ofrece como una alegoría o historia posi- combina el poder del d
ble. Los relatos de Platón se presentan no como verdades fácticas en el sentido poético o literario. La
empírico o histórico, sino, en palabra;; del mismo Platón, como «historias pro- discurso teórico, es deci
bables". Por su carácter anecdótico podemos llegar a ver lo que es posible y lo flexivo, en la experienc
que no es posible en el mundo en que vivimos (eaims, 1971, p. xv). ta, paradój icamente, a ,
significados inherentes
5) «Las anécdotas relativas a un determinado acontecimiento o incidente pueden anecdótico y también d,
adquirir una significación de carácter ejemplar.» Puesto que la anécdota es con- a la vez, nos obliga arel
creta y se extrae de la vida misma, dicho esto en un sentido ficticio o real, La significación de 1,
puede presentarse como un ejemplo"o recomendación para actuar o para ver las tum fenomenológica, (,
cosas de una determinada manera. En la vida cotidiana es posible cont?r una tendal:
anécdota como una respuesta con tacto, es decir, como un mensaje que intenta
que el receptor de la anécdota sienta o perciba una determinada verdad que 1) de «atraemos», una J
sería difícil de expresar en un lenguaje más transparente. 2) de «hacemos reflexi,
flexiva de significadc
Lo que a menudo no se ve es que la narración anecdótica, a modo de historia, 3) de «implicamos pers
es una forma efectiva de tratar con ciertos tipos de conocimiento. Las palabras cado de quien cuenn
«narraci6n» o «narran> derivan del1atÚl gnoscere, noscere, es decir) «conocer». Na.. 4) de «medir el propio,
ITar es explicar algo de forma narrativa o bien en forma de historia. Resulta pa- historia representa
radójico que la narración anecdÓtica explique algo «particular» si bien quiere refe- dad para otorgar sem
rirse a algo «general» o «universal». Y lo mismo sucede en el sentido contrario: de
la mano de la anécdota ponemos a prueba la validez de verdades o conocimientos Para concluir podem
fundamentales en el mundo eventual de la experiencia cotidiana. Y, así;sepuede en un discurso textual rr
decir que la anécdota comparre una característica epistemológica o metodológica zas de atracción prerrefl
fundamental con las ciencias humanas fenomenológicas, que también actúan en
esa tensión entre la particularidad y la universalidad.
VARIAR LOS EJEMPH
136
La hermenéutica
co, los textos de Platón son uso de la historia o del material anecdótico, en la escritura fenomenológica, no es
mentales, como la amistad meramente un adorno literario. Las historias mismas constituyen ejemplos o temas
lama (Men6n), entre otros. de la teorizaciÓn práctica. Las narraciones anecdóticas, o historias, son importan.
tes para la pedagogía por lo bien que funcionan como material de casos vivencia·
), demostraciones concre- les sobre los cuales es posible llevar a cabo una reflexión pedagógica. Si habláramos
verbial.» Las figuras dási- desde el punto de vista de la metodología, veríamos cuán importante es la historia,
2S narr'aüvas de verdades, porque permite al texto, de ciencias humanas, adquirir un carácter narrativo que
Por ejemplo, la anéed0ta por lo general es propio de la historia. Se crea una forma textual híbrida, que tanto
na alegoría o historia pOli- combina el poder del discurso filosófico o sistemático con el poder del lenguaje
ades mcticas en el sentido poético o literario. La anécdota particulariza la tendencia a la abstracción del
Ltón, como «historias pro- discurso teóriee, es decir, que nos capacita para involucrarnos, de un modo prerre-
ver lo que es posible y lo flexivo, en la experiencia concreta vivida, mientras, al mismo tiempo, nos invi...
Is,1971,p. xv). ta, paradójicamente, a sumergimos en uno de esos momentos reflexivos ante los
significados inherentes a la propia experiencia. El rasgo importante del discurso
liento o incidente pueden anecdótico y también de! fenomenológico es que simultáneamente nos atrae pero,
to que la anécdota es con- a la vez, nos obliga a reflexionar.
lIt sentido ficticio o real, La significación de la narración anecdótica, en la investigación y en la escri-
1 para actuar o para ver las tura fenomenológica, (véase Rosen, 1986) reside en las distintas mIDaS de su po·
ana es posible contar una tencial:
10 un mensaje que intenta
1 detenninada verdad que 1) de «atraemos»: una historia capta nuestra atención voluntaria;
nte. 2) de «hacemos reflexionar»: una historia tiende a invitamos a una búsqueda re-
flexiva de significado;
lótica, a modo de historia, 3) de «implicamos personalmente»: tendemos a buscar de fonna activa el signifi-
)nocimiemo. Las palabras cado de quien cuenta la historia a tra\>és de nuestra escritura;
e, es decir, «conocer». Na.- 4) de «medir el propio sentido interpretativo»: la respuesta que tenemos ante una
la de historia. Resulta pa- historia representa la medida de nuestra propia capacidad en toda su profundi-
:icular» si bien quiere refe· dad para otorgar sentido interpretativo a las cosas.
en el sentido contrario: de
verdades o conocimientos Para concluir podemos decir que, e! hecho de encajar la narración anecd6tica
cotidiana. Y, así, se puede en un diBcurso textual más formal, si se hace bien, creará una tensión entre las fuer-
emológica o metodológica zaE de atracción prerreflexivas y reflexivas del lenguaje.
137
plo, un etnógrafo cuando describe una determinada cultura. Cuando un etnógrafo lenguaje basado en el .
describe la cultura de un centro para adolescentes o de una guardería, se espera que qué forma hablat sobre
la descripción muestre cierto grado de validación de la realidad, por la forma en consiste en estar siempr
que esta particular cultura juvenil o ese particular entorno de atención infantil es je de los objetivos, las a
experimentado por los jóvenes o por los niños. En cambio, la investigación feno- aprendizaje previstos, la
menológica, tal como se ha descrito en este texto, pretende elucidar los rasgos lenguaje de la
fenomenológicamente estructurales de un fenómeno que ayudan a hacer visible, esperanza. El lenguaje d
por asi decirlo, aquello que constituye su naturaleza·o esencia. En otras palabras, lenguaje de esperanza d,
toda descripción fenomenológica consiste, en cierto sentido, sólo en un ejemplo; rabies» de «tener esper
en un icono que señala hacia «aquello» que intentamos describir. Una descripción dadas con determinada
fenomenológica describe el hecho original del cual la descripción representa sólo para nuestros hijos, gra
un ejemplo. Para decirlo de otra manera, una descripción fenomenológica corres- deseos, voluntades, cel
ponde a un ejemplo compuesto de ejemplos. Si la descripción tiene fuerza fe- sienlpre intentamos cel
nomenológica, adquiere cierta transparencia, es decir, nos permite «ver» la signi- visión, directo o indire
ficación más profunda o las estmcturas de significado de la experiencia vivida que Por lo tanto, la esperan
describe. Entonces nos preguntamos ¡cómo se logra tal transparencia! La respues- objetivos educativos es
ta es sencilla: en función de la adecuación de los temas que hayamos identificado futuro del niño, al que
y de la capacidad de reflexión que haya!'los logrado reunir al elaborar descripcio- como presente, y el pee,
nes notables: por ejemplo, si somos senSibles, o no, al «tono» evocativo dd len- niños se encuentra el p
guaje en el que redactamos las descripciones. Una descripción tiene fuerza si nos tratara, como algo que
hace revivir nuestra experiencia básica del fenómeno que describe, de tal mane- mucho más que decir s<
ra que compartimos los cimientos más fimdamentales de la experiencia. Variar los La cuestión no radie;
ejemplos constituye la fórmula idónea para tratar los temas fenomenológicos de hes, los objetivos o 1",
un fenómeno determinado, de manera que se vean los aspectos "invariables» de di- Visto desde la perspecti
cho fenómeno. ti va. Los profesores sie
En ocasiones, este método de variar los ejemplos se utiliza para mostrar que los un seminario o w
fenómenos son distintos; por ejemplo, ¿basta qué punto, la «esperanza pedagógica» de que en una época el
se distingue de otros tipos de esperanza! En este caso, podemos variar el ejemplo penetrado en lo más h,
atendiendo al tipo de significado de «esperanza» que se ve implicado en el lengua- los padres, parecen hat
je de la docenda. Al hacerlo, lograremos una visión momentánea del significado significa tener hijos, te·
fenomenológico de la experiencia de la citada, la «esperanza pedagógica». En los f'tado. Recordar lo que,
próximos pármfos ilustraremos estos distintos aspectos de la esperanza centrándo- de aquello que pertene,
nos por un momento en los «objetivos conductistas» mademos, o bien en la «ges- a la esencia del hecho,
tión por objetivos», a partir de los cuales los teóricos educativos y los gestores de El olvido nihilista d,
centros de enseñanza intentan definir la competencia docente. curiosamente da paso a
¿Qué podemos hacer con el lenguaje de la enseñanza para que, de este modo, se \ ma que se ha dado en I
ponga a disposición de los profesores! Aquí reside la ironía de una profunda con- 'íC el ejemplo moderno
tradicción: el lenguaje por medio del cual se anima a los profesores a interpretarse ren perdiendo su valor
a sí mismos y a reflexionar sobre su vida con los niños se encuentra absolutamen- pregunta: «¿Con qué ti:
te imbuido por la esperanza y aun así se constituye, casi de forma exclusiva, en un lista, como de un anhel
138
!:a escriturajéflomellológicft
Ira. Cuando un etnógrafo lenguaje basado en el «hacer., que carece, a su vez, de! «sep,. No sabemos de
a guardería, se espera que qué forma hablar sobre nuestro modo de estar con los niños, de ese hecho que
realidad, por la fonna en consiste en estar siempre presentes y cargados con esperanza para ellos. El lengua-
10 de atendón infantil es je de los objetivos, las aspiraciones, las expectativas del profesor, los resultados de
io, la investigación feno- aprendizaje previstos, las metas o los fines en mente constituyen, por sí un
tende elucidar los rasgos lenguaje de la esperanza, del cual se ha purgado sistemáticamente hasta la misma
e ayudan a hacer'vísible, esperanza. El lenguaje de las aspiraciones y de los objetivos, por lo tanto, resulta un
;encia. En otras palabras, lenguaje de esperanza desesperanzada. ¿En qué se diferencia «tener objetivos mesu-
rido, sólo en un ejemplo; rabies» de «tener esperanza»? Las expectativas y anticipaciones del profesor aso-
lescribir. Una descripci(in ciadas con detenninadas aspiraciones y objetivos se distinguen de tener esperanza
,scripción representa sólo para nueStros hijos, gracias a que las primeras degeneran fácil y rápidamente en
n fenomenológica corres- deseos, voluntades, certezas o predicciones. En nuestra labor como profesores
,cripción tiene fuerza fe- siempre intentamos cerrarnos a las posibilidades que residen fuera del campo de
)s permite (ver» la signi .. visión, directo o indirecto, de las expectativas. Esperar es creer en posibilidades.
la experiencia vivida que Por lo tanto, la esperanza refuerza y construye. Por otro lado, la fenomenología de
ransparencia? La respues .. objetivos educativos específicos o de metas más generales debe implicarse con el
:¡ue hayamos identificado futuro del niño, al que enseñarnos de manera que siempre podamos ver el pasado
lÍr al elaborar descripcio. como presente, y el presente como el pasado. E inherente a este estado de vivir con
tono» evocativo del len- niños se encuentra el peligro de tratar siempre el presente como si de una carga se
ipción tiene fuerza si nos' tratara, como algo que se debe superar lo antes posible. Considero que no hay
ae describe, de taL mane- mucho más que decir sobre una vida as!.
la experiencia. Variar Los La cuestión no radica en el hecho de que el lenguaje curricular de las aspiracio-
:mas fenomenológicos de nes, los objetivos o las intenciones instructivas educacionales esté equivocado.
'cctos «invariables» de di- Visto desde la perspectiva correcta, este lenguaje es una conveniencia admiuistra-
tiva. Los profesores siempre han planifiCado lo que debería formar parte de un
·iliza para mostrar que los curso, un seminario o una clase en particular. El problema se encuentra en el hecho
a «esperanza pedagógica» de que en una época en la que las influencias administrativas y tecnológicas han
odemos variar el ejemplo penetrado en lo más hondo de nuestro mundo de la vida, los profesores, e iucluso
'e implicado en el lengua- los padres, parecen haber olvidado un determinado tipo de conocimiento: lo que
'mentánea del significado significa tener hijos, tener esperarua para los niños cuyo cuidado nos ha sido con-
ranza pedagógica». En Los fiado_ Recordar lo que, así, parece haberse olvidado es una especie de recordatorio
e la esperanza centrándo- de aquello que pertenece a la esencia del hecho de ser padre y de lo que pertenece
demos, o bien en la «ges- a la esencia del hecho de ser profesor como in loco parentis.
lucativos y los gestores dé El olvido nihilista de la esencia de nuestra existencia, en tanto que profesores,
)cente, curiosamente da paso a cierta autodestrucción. Ello se hace evidente en un proble.
Jara que, de este modo, se ma que se ha dado en llamar «el síndrome del profesor quemado o hum-out». Éste
nía de una profunda con- es e! ejemplo moderno del eterno problema del nihilismo: los valores superiores es-
profesores a interpretarse rán perdiendo su valor. Faltan.los fines, decía Nietzsche; no hay respuesta a esta
, encuentra absoluramen- pregunta: «¿Con qué uso?»_ Y acrualmente no se trata tanto de una pregunta nihi-
de forma exclusiva, en un lista, como de un anhelo, de una miuimización de cualquier sugerencia que pudiera
139
vivida
ser causa de esperanza. El síndrome del profesor quemado no es necesariamente el mo en eL caso de la Iitel
síntoma de un esfuerzo excesivo o de tener demasiado trabajo. Es una situación en campos de las ciencias l
la que nos podemos encontrar cuando, como docentes, ya no sabemos por qué ha- normalmente sólo se di
cemos lo que hacemos. El profesor quemado no tiene esperanza en tanto que nadie con la escritura de infO!
puede hacemos creer que hay una respuesta al anhelo "ICon qué uso?» El único Los educadores han esc
modo de que este síndrome pueda sobreUevarse es volviendo a recoger en nosotros de la alfabetización y 1,
el conocimiento de que la vida es soportable, pero no en el sentido de que pode- Pero la relación entre 1
mos soportarla, cama soportamos una carga que nos pesa, sino en el sentido de que mente, muy poco enten
sabemos que la vida está ahí para apoyamos, como sucede en la vida habitada de pedagogía de la escritur
esperanza. Podemos hacerlo, una vez más, si vemos al niño como niño, si damos En toda investigacié
vida y protección a nuestros hijos en lugar de impedir su desarrollo en medio de la experimental o, por el e
retórica abstracta de nuestra teorizaci6n. el investigador necesita
se habla del «informe
que se sugiere que exist,
LA ESCRITURA MEDIA EN LA REFLEXIÓN Y EN LA ACCIÓN y la actividad informac
la obra de varios inve
En una cultura oral, o bien en UllJ! sociedad dominada por la oralidad, la fenome- humanas la escritura Sf
l
nología sería una disciplina imposible. ¡Por qué? No sólo porque la En estas obras el objet
fenomenología sea un determinado modo de reflexión realizado, en la mayoría de mente -«riguroso», «(SiSt1
las ocasiones, por teóricos que escriben, sino porque además se requiere de una sar sobre la investigad
determinada forma de conciencia, esa que crea el acto mismo de la alfabetización, miSlTIO, escritura poétic
que consiste en leer y escribir. Ong (1982) sostenía que el hecbo histórico y cultu- tradicional tendrá un p
ral de la alfabetización ha conducido a una conciencia transformada que, a su vez, cepciones generadas a (
ha creado cierta distancia y tensión entre el conocimiento y la experiencia, la Barthes lo expresaba m
reflexi6n y la acción. Asf pues, cuando hablamos de «conocimiento sensible a
la acción. nos orientamos hacia esta tensión. Un lugar donde esta misma tensión Algunas personas habl:
se experimenta de forma intensa radiea en el acto de investigar en ciencias huma- quieren en el trabajo (
nas mediante la escritura. Dicho de otro modo, lo que nos interesa ahora corres- tante satisfactorio, lo ]
ponde con un determinado modo de escribir; el acto consciente de escribir que se hecho invariable radie
orienta, de forma pedagógica, hacia una noción que es característica, a su vez, de metodológica resulta, f
la experiencia vivida. todo, y no queda nada
carácter metodológico,
método más seguro qu
Escribir es nuestro método mandarla a formar pan
I tos han sido abandona
¿Qué relación existe entre la investigación y la escritura? Cuando examinarnos los
primeros textos sobre ciencias humanas producidos por la Geisteswissenschaftliche
\ Otros investigadores
Padagogik (véase Hintjes, 1981) y la tradición pedagógica de carácter más fenome- estudio fenomenol6gio
nológico de Alemania y de los Países Bajos, podemos advertir que, en general, se ción entre la reflexión j
omite la discusión sobre la relación entre investigaci6n y escritura. Sucede lo mis- las ciencias humanas,
140
hermenéutica
se requiere de una sar sobre la investigación misma, en tanto que práctica textual, o lo que es lo
smo de la alfabetización, mismo, escritura poética. Pero el deseo de ser respetable en el sentido «científico»
hecho histórico y cultu- tradicional tendrá un precio. Y, a su vez, tendrá que ver con la calidad de las per-
nsforrnada que, a su vez, cepciones generadas a causa de la preocupación por la epistemología y el método.
nto y la experiencia, la Barthes lo expresaba muy bien con una advertencia:
>,:
:onocimiento sensible a
mde esta misma tensión Algunas petsonas hablan del mérodo de fonna avariciosa, es decir, con exigendaj lo que
stigar en ciencias huma- quieren en el trabajo es método; y para ellos nada parece lo bastante riguroso, lo
)8 interesa ahora tante satisfactorio, lo bastante formal. Por e,(O, el Método se convierte en Ley [...] el
ciente de escribir que se hecho invariable radica en que un trabajo que proclama constantemente su voluntad
.racterfstica, a su vez) de metodológica resulta, en última instancia, estéril: todo el esfuerzo se ha puesto en el
todo, y nO queda nada para la escritura; el investigador insiste en que Su texto tendrá
carácter metodológico! pero, en realidad, ese texto nunca llega: por lo tanto, no hay un
método más seguro que el propio Método para matar una parte de la investigación y
mandarla a formar parte de la gran montaña de trabajos descartados porque los proyec-
tos ban sido abandonados. (Barrhes, 1986, p. 138)
:::uando examinamos los
a Geísteswissenschaftliche Otros investigadores han otorgado mayor relevancia a la natumleza textual del
:le carácter más fenome- estudio fenomenológico, pero ni siquiera ellos han tratado directamente la rela-
"ertir que, en general, se ción entre la reflexión fenomenológica y el proceso de escritura. Sin embargo, para
,scritura. Sucede 10 mis- las ciencias humanas, y específicamente para el trabajo fenomenológico herme-
141
momento esencial es e
néutico, la escritura se fusiona con la actividad investigativa y la reflexión. Podría- ciona la definición má
mos aducir que, incluso para la investigación tradicional en ciencias sociales, la guntar qué método sig'
actitud cognitiva necesaria para llevar a cabo una investigación se encuentra muy la escrit.ura. ¡Qué es e'
relacionada con el propio estilo cognitivo de la escritura. hemos dicho antes, iCÓ
La escritura fija el pensamiento sobre papel. Externaliza lo que en cierto sen- escribir constituye una
tido es interno; nos distancia de la implicación recientemente vivida con los ele- vez, prodU(:e más que
mentos de nuestro mundo. Cuando miramos el papel y vemos lo que hemos es-
crito, nuestro pensamiento hecho objeto nos devuelve la mirada. Así pues, la
es
Sartre: «el escritor t
creación, de moldeado
escritura crea la actitud cognitiva reflexiva que generalmente caracteriza la acti- de las cosas y, al mismc
tud teórica en las ciencias sociales. El objeto de la investigación en ciencias
humanas es en esencia un proyecto lingüístico: lograr que algún aspecto de nues-
tro mundo vivido, de nuestra experiencia vivida, sea comprensible e inteligible de ESCRIBIR ES MEDIR 1
un modo reflexivo. Los investigadores reconocen esta naturaleza lingüística de la
investigación en su lema imperativo: «i Escribe!» Pero escribir, para un investiga- Escribir nos separa (
dor en ciencias humanas, no consiste únicamente en una actividad complemen- más estrecho con lo
taria. El imperativo de escribir, como Barthes explica, «pretende devolver a la
investigación su condición epistemológica: busque lo que busqUe, no debe olvidar Escribir nos enseña qu,
su naturaleza lingüística, y esto es lo que'en definitiva hace inevitable un encuen- mos. Cuando nos comI
tro con la escritura» (Barthes, 1986, p. 316). Ahora lo tenemos dela
Para Barthes, no es que la investigación simplemente «implique» escribir: realidad eso es práctk
la investigación es el trabajo de escribir; escribir constituye su verdadera esen- l?alabras con las [nten
cia (1986, p. 316). En el campo de las ciencias humanas, si una investigación no menos de lo que querc
ha sido escrita, no ha entendido su cometido fundamental. Para teóricos como decimos: ,,¡No podem!
Husserl, Heidegger, Sartre y Merleau-Ponty, las actividades de la investigación y logrando», «¡por qué
de la reflexión por un lado, y de la lectura y la escritura, por otro, son, en reali- «Debemos romperlo te
dad, muy poco distinguibles y separables entre sí. Cuando se consultan los archi- tuIa proporciona prese'
vos de Husserl en la Univetsidad de Lovaina, esta estrecha relación entre la inves- dejamos de expresar lo
tigación y la escritura se hace evidente en el valor simbólico que tiene la mesa de es hasta que lo hemo,
trabajo del autor, que ocupa un lugat destacado en la sala de archivo. Es en esta Escribir separa al cono
mesa de trabajo donde la fenomenología recibió su impulso fundamental. distinciones que apare'
Más que Husserl, Sartre fue un fenomenólogo que permaneció y actuó en medio este conocimiento y h,
del vaivén de la vida social y política de su tiempo. Pero a medida que el hecho de busca constantemente
escribir iba siendo más difícil para Sartre, por la edad, el hecho de pensar también saber lo que conocemo
se le complicaba. "Todavía pienso», dijo un Sartre septuagenario (1977) en una equivaldría a un cuerp
entrevista, «pero como me es impcsible escribir, en cierto modo he reprimido la decir, o lo que equival
actividad de pensar» (p. 5). Sartre a menudo hablaba de la dificultad que la pérdi- fior y el exterior, de le
da de la visión le había supuesto, como lector y como autor. Es obvio que, para él, reconciliación.
escribir no era simplemente un momento en la vida intelectual del pensador, sino
que escribir constituía. en cierro modo, el centro de su vida. «El único sentido de
mi vida era escribir», dijo. «Yo escribo lo que he estado pensando antes, pero el
142
fA¡ hel'tmméutica
momento esencial es el de la escritura» (p. 5). Con esta línea Sartre nos propor-
va y la reflexión. Podría-
ciona la definición más sucinta de su metodología. Escribir es el método. Y pre-
1 en ciencias sociales, la
guntar qué método siguen las ciencias humanas es preguntar por la naturaleza de
gación se encuen\ muy la escritura. ¡Qué es escribir! ¡C6mo es la investigaci6n escrita?, o bien. como ya
hemos dicho antes, ¿cómo es el pensamiento?, ¡romo es la reflexi6n? Ciertamente,
iza lo que en cierto' sen-
escribir constituye una actividad productiva. El escritor produce un texto y, a la
rrente vivida con los ele-
vez, produce más que ese texto. El escritor se produce a sí mismo. Como diría
vemos lo que hemos es-
Sartre; «el escritor es el producto de su propio producto». Escribir es un tipo de
la mirada. Así pues, la
creación, de moldeado de uno mismo. Escribir consiste en medir la profundidad
lente caracteriza la acti-
de las cosas y, al mismo tiempo, lograr dar sentido a la propia profundidad.
lvestigación en ciencias
e algún aspecto de nues-
prensible e inteligible de
ESCRIBIR ES MEDIR NUESTRA CAPACIDAD REFLEXIVA
.turale7.a lingüística de la
para un
Escribir nos separa de lo que conocemos, pero nos une de un modo
a actividad complemen-
más estrecho con lo que conocemos
«pretende devolver a la
busque, no debe olvidar
Escribir nos enseña qué es lo que sabemos y en qué modo conocemos lo que sabe-
2.e inevitable un encuen-
mos. Cuando nos comprometemos con el papel, nos vemos reflejados en el texto.
Ahora lo tenemos delante. Intentamos leerlo como lo haría otra persona, pero en
:lte escribir::
realidad eso es prácticamente imposible, porque no podemos evitar cargar las
ituye su verdadera esen-
palabras con las intenciones de nuestro proyecto. Sin embargo, el texto dice
) si una investigación no
menos de lo que queremos; no parece expresar lo que nosotros queremos, y nos
ltal. Para teóricos como
decimos: «¿No podemos hacerlo mejor1», «¡esto no está bien!», «no lo estamos
des de la investigación y
logrando», «¿por qué continuamos si',no estamos llegando a ninguna parte 1"
., por otro) son en realí..
f
«Debemos romperlo todo», «volvámoslo a intentar de ese otro modo». La escri-
O se consultan los archi-
tura proporciona presencia y cuerpo al pensamiento y, mientras lo hace, nosotros
a relación entre la inves-
dejamos de expresar lo que en otro sentido ya hemos expresado. Sin embargo, no
lico que ticne la mesa de
es hasta que lo hemos escrito cuando conocemos realmente lo que sabíamos.
la de archivo. Es en esta
Escribir separa al conocedor del conocido (Véase Ong, 1982, sobre algunas de las
Iso fundamental.
distinciones que aparecen en este apartado), pero también nos permite reclamar
!aneci6 y actuó en medio
este cnnocimiento y hacérnoslo propio de una forma nueva y más íntima. Escribir
1 medida que el hecho de
busca cnnstantemente hacer externo lo que es, en cierto modo, interno. Logramos
,echo de pensar también
saber lo que conocemos en este proceso dialéctico de construir un texto. O lo que
mgenario (l977) en una
equivaldría a un cuerpo de conocimiento, y así aprender lo que somos capaces de
to modo he reprimido la
decir, o lo que equivaldría a nuestro cuerpo conocedor. Es la dialéctica del inte-
la dificultad que la pérdi-
rior y el exterior, de lo expresado y de lo no expresado, de la separaci6n y de la
:or. Es obvio que, para él,
reconciliación.
cctual del pensador, sino
ida. «El único ,entido de
pensando antes, pero el
143
lm:€s¡igu::.!ón educativa y experiencia vivida
Escribir nos distancia del mundo de la vida, aunque también Escribir abstrae nuestl
nos arrastra a acercarnos más al mundo de la vida también nuestra comp
Escribir nos distancia de la experiencia vivida, pero al hacerlo nos permite descubrir Puesto que el lenguaje e!
las estructuras existenciales de la experiencia misma. Escribir crea una distancia, de la experiencia que esto
entre nosotros y el mundo, mediante la subjetividades de la experiencia dia- un problema para la inv.
ria se convierten en el objeto de nuestra conciencia reflexiva. El ámbito inmediato es precisamente «volver:
en el cual se desarrolla el escritor es el papel, el bolfgrafo o el teclado, por un lado, como se ha vivido: «a ese
y el lenguaje y las palabras, por otro. Ambas preocupaciones tienen un efecto alie- miento siempre 1u.W1a, y ,
nante. El autor que escribe sobre la experiencia del hecho de ser padre debe, al constituye, por sí misma,
menos de forma temporal, «soltar los hilos» que lo unen con el mundo. Todo padre! Ponty, 1962, p. ix). Ento!
autor eonoce las tensiones entre las exigencias de los dos papeles, aunque el objeto abstrae de la concreción (
de interés en ambos casos sea el niño. Mientras que, por un lado, la escritura nos ponsable. Escribir inlelee
aleja de nuestra implicación inmediata con el niño, por el otro, nos permite crear gen de Kien, el personaje
un espacio para reflexionar de forma pedagógica sobre nuestra relación como padres alienado de la existencia
con este niño para que podamos, a la vez, volver a él Con un conocimiento más pro- dadera escritura, puede c
fundo del significado de ciertas realidades del mundo de la vida. de lo que parece, Ilevarn,
mundo tal como se ha e>
en que, a veces, puede se
Escribir descontextualiza el pensamiento de la práctica, emocionalmente que la
pero devuelve reflexión a la praxis nocimiento textual, puec
cunstancias sería bastantl
Escribir tiende a alejamos de los detalles contextuales y a llevamos hacia una esfe- al autor, y proporcionarl,
ra más universal. Cuando intentamos aprehender el significado de alguna expe- profundidad.
riencia vivida en un texto escrito, el texto, a su vez, asume una vida propia. De este
modo, escribir nos coloca a una distancia de la inmediatez práctica de la vida vivi-
da haciendo que nos olvidemos de su contexto. O más bien centra nuestra con- Escribir obj etifica el pi
dencia reflexiva dejando de lado los hechos casuales y las eventualidades que nuestro conocimiento I
constituyen el contexto social, físico y biográfico de una situación particuLar. Pero
a medida que podemos obtener, de este modo, una percepción más profunda de los Por un lado, la inscripci<
significados inherentes a determinados aspectos aislados de la práctica, nos esta- investigación. Se escribe
mos preparando para poder discernir mejor el significado de nuevas experiencias nalmente aquello con lo ,
vitales. Y, así, escribir de una forma reflexiva sobre la práctica de la vida posibilita cuestionado. Por el otro,
y capacita, a la vez, a la persona para que se involucre en una praxis más reflexiva. a su vez, un testimonio, u
Por praxis queremos decir «acción reflexiva", acción llena de pensamiento y pene tura a mano, el texto impt
samiento lleno de acción. laque podemos distancia
papel impreso. Así pues, 1
epcritura y en la forma en
t[gación es escritura por e
u\.> posible enfrentamient,
144
henl1enéutlca
tlo nos pennite descubJ Puesto que el lenguaje es, en sí mismo, abstracto, la escritura tiende a abstraerse
rlbir crea una distancia, de la experiencia que estamos intentando describir. Esta tendencia abstractiva es
les de la experiencia dia- un problema para la investigación en ciencias humanas, puesto que su objetivo
va. El ámbito inmediato es precisamente «volver a las cosas mismas», lo que significa volver al mundo tal
, el teclado, por un lado, como se ha vivido: «a ese mundo que precede al conocimiento, del cual el conoci-
es tienen un efecto alic- miento siempre habla, y en relación con el cual toda esquematización científica
lO de ser padre debe, al constituye, por sí misma, un lenguaje de signos abstracto y derivativo» (Merleau-
n el mundo. Todo padre! Ponty, 1962, p. ix). Entonces, ¡cuál es la grm paradoja del lenguaje? Que siempre
>apeles, aunque el objeto abstrae de la concreción del mundo, de cuya creación el lenguaje fue el primer res-
un lado, la escritura nos ponsable. Escribir intelectualiza. Reconocemos esta intelectualización en la ima-
I otro, nos pennite crear gen de Kien, el personaje erudito de Canetti, que se nos presenta profundamente
tca relación como padres alienado de la existencia real (Canetti, 1978). Y, sin embargo, la escritura, la ver-
1 conocimiento más pro- dadera escritura, puede concretizar la experiencia del mundo con más concisión
vida. de lo que parece, llevamos a mayor profundidad, por extraño que parezca, que el
mundo tal como se ha experimentado. El poder narrativo de la historia consiste
en que, a veces, puede ser más atractivo, más conmovedor, más vibrante fisica y
tica, emocionalmente que la vida misma, La emoción textual, así como el co-
nocimiento textual, pueden provocar el llanto en una persona que en otras cir-
cunstancias seria bastante dura, y con esto nos referimos al lector, pero también
llevamos hacia una esfe- al autor, y proporcionarle un compromiso con el mundo entendido con mayor
Micado de alguna expe- profundidad.
una vida propia. De este
práctica de la vida vivi-
líen centra nuestra con.. Escribir objetifica el pensamiento en algo impreso y, a la vez, subjetifica
las eventualidades que nuestro conocimiento de algo en lo que realmente nos involucramos
ituación particular, Pero
:ión más profunda de los Por un lado, la inscripción, la escritura del texto «constituye», en sí misma, la
de la práctica, nos esta- investigación. Se escribe para hacer público, para hacer disponible conversacio-
• de nuevas experiencias nalmente aquello con lo que vive el autor: una idea o bien una noción que se ha
:tica de la vida posibilita cuestionado. Por el otro, el texto, una vez finalizado y en circuladón, constituye,
una praxis más reflexiva. a su vez, un testimonio, un vestigio de reflexiones expresadas. Y más que la escri-
a de pensamiento y pen- tura a mano, el texto impreso es un objeto. Lo sentimos así en la gran facilidad con
la que podemos distanciamos de nuestro texto una vez que se ha convertido en
papel impreso. Así pues, hay un momento subjetificador y otro objetificador en la
escritura y en la forma en que la palabra nos permite entender el mundo. La inves-
tigación es escritura por el simple hecho de colocar a la conciencia en posición de
un posible enfrentamiento consigo misma, en una relación autorreflexiva. Por lo
145
tanto, podemos afinuar que escribir consiste en ejercer la autoconciencia. Escribir
enfrenta lo interior contra lo exterior, el yo subjetivo contra el yo objetivo, lo ideal jamas ven, ¡ La fenomenol
contra lo real. que decimos} es decir) nuc:
logos. La escritura fenomer
un contador de historias n
ESCRIBIR EJERCITA LA CAPACIDAD DE VER to especial para escribir. L
a nuestras palabras, elleng
Escribir implica una reflexión textual en el sentido de separar y enfrentarnos con lo lentos fenomenológicos, p'
que sabemos, distanciándonos, al mismo tiempo, del mundo de la vida, descontex- trasluce, es decir, lo invisil
tualizando nuestras preocupaciones reflexivas de la acción inmediata, abstrayendo El lenguaje de los texto
y objetivando nuestros conocimientos vividos de nuestras implicaciones concretas
nos «¡nuestra», cómo se se
(véase Ong, 1982) Y todo para volvernos a unir con lo que ya sabemos, acercándo- las cosas de forma pedagój
nos más a las relaciones y situaciones vividas del mundo de la vida, convirtiendo la una lectura sensible. No s.
reflexión en una praxis con tacto, y concretizando y subjetificando nuestro conoci- argumento lógico o, ni Siql
miento profundo en acción práctica. La escritura se ha denominado como una sta COrno si fuera un discun
forma de acción práctica; es acción en el sentido de una práctica corpórea. El escri- en su sentido pleno. De
tor ejercita su cuerpo para poder hacer, para podenle convertir en «autor» de algo. fenomenológico de las pal:
En cierto sentido, el texto es el prod'!cto de la acción práctica del escritor, pero las palabras, será incapaz d
escribir ejercita algo más que nuestras liabilidades de redacción. Escribir ejercita y do para prestar atención, t
hace empíricamente demostrable nuestra capacidad de «ver». Escribir muestra que de ellas. Aunque un text(
ahora podemos ver algo y a la vez muestra los límites o fronteras de nuestra capaci' exiSte un significado en su
dad de ver. Al escribir, el autor muestra de fonua simbólica lo que es capaz de ver. se expresan mejor median'
Y, así, la práctica, en el mundo de la vida con los niños, nunca puede volver a ser la El contenido puede ser visi
misma. Lo que yo escribo, como práctica «me preparaba» para una praxis conscien J
oculto en tanto que conte
te en el mundo de la vida. Ahora puedo ver cosas que no podía ver antes. Aunque por la fonua es también ,
puedo intentar cerrar los ojos, ignorar lo que he visto, en cierta manera mi existen- la poesía, en el sentido de
cia ahora se encuentra mediada por mi conocimiento. Y, puesto que somos lo que más de lo que dice de forrr
podemos «ven", «saber», «sentir» o bien «entender», ver representa ya en sí mismo La fenomenología, así e
una forma de praxis. Ver la importancia en una situación nos coloca en el aconte- QuIere ser implícita mlen
cimiento, nos hace fonuar parte de él. Escribir, lo que se dice escribir de verdad, mente requiere que
consiste en ser autor, es el ejercicio de la autoridad: el poder que, a "u vez, es autor palabras mediante las cual.
de nuestro existir personal y le da fonna. Escribir nos ejercita en el sentido de que tro mundo. Por este motiv,
nos proporciona un conocimiento expresado que ahora podemos llevar a la acción
o ejercitar en la representación de la vida diaria. El discurso señala más allá
bra, al lenguaje enterrado,
o la Torre de Babel; perdi<
ESCRIBIR ES MOSTRAR ALGO en todas nuestras palabras
restaurar el significado pIe:
El texto fenomenológico tendrá éxito si nos deja ver aquello que trasluce, aquello
que tiende a ocultarse. ¡Y cómo puede la investigación, en tanto que escritura, «de-
(
146
La escritura fenomenológica
la autoconciencia. Escribir
jamos ver»? La fenomenología tiene en cuenta nuestra propensi6n a confundir lo
ntra el yo objetivo, lo ideal
que decimos, es decir, nuestras palabras, con aquello de lo que hablamos, o sea, el
en todas nuestras palabras, sin ser dicho. Escuchar de nuevo el lenguaje primoroial es
restaurar el significado pleno de las palabras.
:¡uello que trasluce, aquello
en tanto que escritura} «de. .
147
educativa vivida
149
Mar
ti
LA RELACiÓN ENTRE L
1) La investigación edIl
absoluta libertad, el lengl
de la investigación con la
el impulso moderno de la
numerosos estudios sobre
desempeñan un papel desl
en los vecindarios, adoles
cenarías, etc, Pero lo que
las vidas de los niñ,
s¡bnales, que nos distanci
¿ampo de visión de nuestl
profesores, padres o de ad
Capítulo 6
151
---- .. _._._-- ....... _------
¿Por qué este miedo a la pedagogía? Seguramente los investigadores en educa- El profesor ve a Diane sal
ción objetarán que una cosa es intentar entender la experiencia del niño y otra pIe transeúnte, porque la
muy distinta actuar de forma pedagógica hacia esta comprensión. Pero deberíamos demás niños y el profesor
cuestionamos: ¿es posible observar a un niño de cerca y ver su experiencia de ,ID parte de ese grupo. Acad.
modo puro? Fuera de nuestra relación con este niño, les pOSible describirlo a él y producto de una inteliger
su mundo de la vida, de una forma que sea desinteresada y que carezca de orienta- xible que entristece al pr
ción? Sería difícil de imaginar. Siempre parecerá que la descripción responde a objetivos ambiciosos; int(
algún interés determinado, y este interés define la relación en la que yo me posi- Se gana el favor de su mal
ciono con respecto a este o a estos niños. Por ejemplo, el interés de un adulto por profesor. Cuando la ve sa
un niño podría resultar de la visión biográfica de la experiencia del niño. jada de los demás. F.s la r
cada examen. En lugar de
Veo a una niña saltando a la comha en la calle, me detengo y sonrío. Veo un salto pleno El profesor también ve c
de vitalidad juvenill el ritmo que marca la cuerda y, tal vel':¡ un recuerdo. Reconozco este niñas que saltan juntas co
ritmo. Los tiempos no cambian. Cuando la niña deja de saltar siento incluso el cbas-- una señal para que vaya.
quido de la cuerda bajo mis pies. Me invade el pesar. Me gustarfa volver a visitar el patio ella se gira bacia la puertf
de mi escuela. Pero luego me doy cuenta. El lugar de mi infancia está a miles de ki· ¡Qué es lo que ve el pro
lómetros de distancia. No es probable que 10 vuelva a ver tal como lo conocí. Doy la pañeros de clase 5610 si se
vuelta y continúo mi camino. He visto a una niña, una cuerda. lID juego, La vista y poco de espado personal,
el sonido han contribuido a hacer que sintiera la LLlerda bajo mis pies. Luego he visto el alejada de su madre. El pn
pesar, la nostalgia. Y después he continuado mi carnina. (Van Manen, 1986, p. 16) oculto) el deseo de ser aCf
¡He visto algo de la experiencia de esta niña? Probablemente no. Como mero El modo en que un adui
transeúnte ni siquiera la conozco. Como mucho, he recordado algo de mi propia con el lugar que ocupa est
infancia, pero entender la experiencia infantil de saltar a la comba no se logra re- nos: ¡qué significa ser ec
duciendo la experiencia de esa niña a la propia. ¡Qué implicaría entender la expe- ¡Podemos separar de un n
riencia que un niño tiene al saltar? Desde la perspectiva de las ciencias humanas riendo que la etnografía,
intentaríamos explorar la experiencia cultural de ese juego o poddamos intentar de las diversas e
describir una característica fisiológica de la actividad del salto. Intentaríamos tam- existe un problema cuand
bién entender cómo se siente el cuerpo, la naturaleza de la cuerda, la experiencia de con el conocimiento
rítmica de las distintas canciones para saltar y otras habilidades asociadas, la sen- Wolcott, 1988). La inveSl
sación preferida de la superficie del suelo y, algo muy importante, la significación forma y contenido, como
social de los demás niños en el juego de la cuerda. En tanto que etnógrafo, tal vez nuestras voces cuando esl
le pida a la niña que me hable de saltar a la cuerda y descubra que se trata de un se embarcan en algún t
juego que tiene consecuencias interesantes para las relaciones infantiles con sus lenguaje en la investiga,
semejantes, su amistad, sus capacidades comunicativas, su sensación de estratifica- «aleja», de una orientació
ción social, etc. De manera análoga, un historiador de juegos infantiles podría ver es típica de cualquier otra
otros aspectos de las experiencias infantiles. iY cómo entendería un profesor esta moI\lento podría haber of
experiencia? Seguramente apreciará las dimensiones del significado fenomenológi- y ser padre, habla ca
co etnográfico de la experiencia, pero su opinión se verá afectada, en primer lugar, fa, el teórico crítico, el et.
por una orientación pedagógica. o el filósofo hermenéutio:
152
Manfenel' lino
s investigadores en educa, El profesor ve a Oiane saltando a la comba. Ve mucho más de 10 que puede ver un sim-
xperiencia del niño y otra ple transeúnte, porque la conoce desde hace más de un año. Está saltando lejos de los
prensión. Pero deberíamos demás niños y el profesor se pregunta cuánto tiempo o esfuerzo le llevará a Diane formar
y ver su experiencia de un parte de ese grupo. Académicamente, es la mejor de la clase l pero sus notas no son el
'5 posible describirlo, a él y producto de una inteligencia irrefrenable. Diane obtiene sus logros con un fervor infle,.
a y que carezca de orienta- xible que entristece al profesor. Tiene una madre terriblemente exigente que persigue
la descripción respQ'nde a objetivos ambiciosos; intenta tener una hija con muchas cualidades. Y Diane cumple.
,ión en la que yo me posi- Se gana el favor de su madre, pero al precio de Su propia felicidad infantil¡ según cree su
el interés de un adulto por profesor. Cuando la ve saltando observa que está tensa y 10 contrasta con el salto rela-
eriencia dellliño. jado de los demás. Es la misma tensión que delata su ansiedad con cada ejercicio, con
cada examen. En lugar de saltar, Diane marcha por la cuerda.
) y sonrfo. Veo un salto pleno El profesor también ve cómo la mirada de Diane se encuentra centrada en un grupo de
, un recuerdo. Reconozco este niñas que saltan juntas con una gran cuerda. Una de ellas le devuelve la mirada y le hace
saltar siento incluso el chas.- una señal para que vaya. Diane se detiene bmscamente. La cuerda le golpea los pies y
Israda volver a v"isitat el patio ella se gira hacia la puerta de la escuela.
i infancia está a miles de ¿Qué es lo que ve el profesor? Una níña solitaria que puede relacionarse con sus
r tal corno lo conoe!. Doy la pañeros de clase sólo si se mide en términos competitivos. Ojalá pudiera desarrollar un
cuerda) un juego. La vista y poco de espacio personal! de espacio para crecer y deqarrollar intereses sociales para ella,
IjOmis pies. Luego he visto el alejada de su madre. El profesor tiene esperanza, porque en los ojos de Diane ve un deseo
Van Manen. 1986. p. 16) oculto, el deseo de ser aceptada por sus compañeros. (Van Maneo. 1986. p. 17)
lblemente no. Como mero El modo en que un adulto entiende la experiencia de un niño tiene algo que ver
cardado algo de mi propia con el lugar que ocupa este adulto en el mundo. Por 10 tanto. debemos preguntar-
a la comba no se logra re- nos: ¡qué significa ser educador y a la vez investigador en ciencias humanas?
llplicaría entender la expe- ¡Podemos separat de un modo conveniente ambas formas de vida? No estoy sugi-
ra de las ciencias humanas riendo que la emografía, la etnometodología u otras perspectivas metodológicas
uego o podríamos intentar derivadas de las diversas ciencias sociales tengan algún defecto inherente, sino que
1 salto. Intentaríamos tam, existe un problema cuando una perspectiva de investigación científica se confun'
le la cuerda. la experiencia de con el conocimiento pedagógico (para consultar un caso en concreto, véase
bilidades asociadas. la sen- Wolcott, 1988). La investigación educativa ¡es «educativa» si no se presenta. en
mportante, la significación forma y contenido. como parte de un modelo de vida educativa? ¡Qué OCUITe con
anto que etnógrafo, tal vez nuestras voceS cuando estamos viviendo la media vida? He visto educadores que
lescubra que se trata de un se embarcan en algún trabajo universitario y adoptan una perspectiva y un
laciones infantiles con sus lenguaje en la investigación que extrañamente los transforma. y a la vez los
su sensación de estratifica, «aleja". de una orientación pedagógica para conducirlos hacia una orientación que
¡uegos infantiles podría ver es típica de cualquier otra disciplina científica. Ahora, este educador, que en otro
lntendería un profesor esta momento podría haber ofrecido unas aportaciones sensibles al proceso de ser pro,
. significado fenomenológi, fesor y ser padre, habla con una voz modificada. Es la voz del etnógrafo, el biógra-
:í afectada, en primer lugar, fo. el teórico crítico, el emometodólogo, el periodista, el fenomenólogo, el crítico
o el filósofo hermenéutico, y nosotros nos preguntamoS[ ¡en qué parte de esta in,
153
Inve,,,tigación educativa y experiencia vivida
vestigaci6n podemos ofr todavra al adulto hablando con una voz pedagógica? ¡En compromiso verdaderamen
qué parte de este texto se encuentra la conexión con la vida cotidiana, que para como objetos de nuestro in
este educador solfa estar revestida de interés pedagógico? pero a menudo no están ni
Un investigador que se ve como educador y que quiere obtener un mejor cono- xiones que hacemos sobre'
cimiento pedag6gico de las cuestiones relacionadas con las experiencias infanti- rfamos vivir a su lado.
les, como por ejemplo la lectura, el juego, el aprendizaje en el aula, la ruptura fami- Probablemente el perjui
liar, las dificultades, la pérdida, etc., necesita investigar, y, como ya hemos dicho sea la acusación de que 1m
antes, es necesario, para ello, utilizar la reflexión, el habla y la escritura, de un gro de olvidar su cometido
modo que se encuentre tanto «orientado» Como «firme» desde un punto de vista car a los niños de un modo
pedagógico. En otras palabras, cuando hablamos o escribimos estamos producien- ricos tienden a olvidar qm
do texto, y necesitamos ver que la textualidad de nuestro texto es también la de- que 1;' investigación y la te
mostración de nuestra posición pedagógica en la vida. Es un símbolo de nuestra mas de vida pedagógicas. (
preocupación por una determinada cuestión o concepto, una demostración de la sobre el camino que tomo
fuerza de nuestro compromiso exclusivo con la pedagogía que motiva principal- se ve impulsado por el mi,
mente nuestro interés en el texto, pero también recordemos que consiste en hablar práctica concreta de ejerc,
y escribir. Tendemos a vivir la media vida, insensible a la pedagogía, cuando nues- Jean-Jacques Rousseau,
tras actividades teóricas se encuentran desconectadas del morivo pedagógico de esa pedagogra moderna, habrí:
teorización. En el ámbito de esta media. vida podemos ver formas de teorización tendría que distr'demos de 1
que están separadas de la vida moral, de las prácticas pedagógicas ordinarias de las ro que lo sabfa mejor que
cuales estas formas de teorización son también) en última instancia, parte, Yt así, que afinna: «No siempre JI
parece que existe mucha teoría en el ámbito de la educación que, a su vez, carece to de mis hijos. por muy
de educación. Los teóricos educacionales, al margen de la corriente que prac- Trauu:lo sobre Educación, sel
tiquen. quizás se hayan vuelto insensibles sobre su responsabilidad pedagógica de las cuales no era posible
hacia sus lectores y hacia los niños con respecto a los cuales construyen esencial- que casi me oblig6 a una c>
mente sus teorías. (Rousseau, 1980, pp. 572-:
el ámbito de la educaclón
2) La tendencia a la abstracción es un peligro habitual en toda activid'd acadé- pordona percepciones má
mica. En parte, sustenta el motivo del desdén que los profesores manifiestan por los conocimiento muerto». El
teóricos de base universitaria que han perdido el contacto con «el mundo real de de un niño no puede nunc
los niños». Flitner (1982) explica cómo Langeveld una vez comparó los productos las fuerzas sociales de la hi
de buena parte de la investigación educacional con un enigma. y cada enigma lle- enela en la virtud y en la b
vaba el mismo tftulo: «¡Puedes encontrar al niño?». ¡En qué se relaciona toda esta ció a los cinco hijos ilegíti
teorización e investigaci6n con los mundos vitales de los niños? Más que enseñar- trouvés», es decir, en un b
nos a vivir nuestras vidas con los niños en mayor plenitud. la investigación educa- estuvo marcada por un he(
cional parece que nos distancia de la relación normal que los adultos tenemos con su padre. al parecer, tambi
los niños. Los estudios educacionales con más tradición presentan una clara ten- Qué extraño. El hombr
dencia hacia la abstracción y hacia la fragmentación de las realidades de la activi- niño como niño, al míSffi(
dad diaria con los niños. En las corrientes modernas de investigaci6n sobre educa- po. {Aries, 1962, ha sostel
ct6n en el campo de las ciencias humanas, tal vez sí que los niños están de nuevo época de Rousseau, pero e
presentes de forma reconocible, pero su representact6n suele revelar una falta de Al parecer, Rousseau frac
154
Mantener una orientada
- ... _-
1 una voz pedagógica? ¿En compromiso verdaderamente pedagógico para con ellos. Los niños tal vez están ahí
1 vida cotidIana, que para como objetos de nuestro interés en ellos, desde el terreno de las ciencias humanas,
,? peto a menudo no están ni concreta ni moralmente presentes en las forzosas refle-
re obtener un mejor cono- xiones que hacemos sobre cómo deberíamos hablar y actuar con ellos y cómo debe-
1 las experiencias infanti- ríamos vivir a su lado.
en el aula, la ruptura fami- Probablemente el perjuicio más grave de la tendencia a la teorización abstracta
., y, como ya hemos dicho sea la acusación de que los investigadores y teóricos educacionales corren el peli-
,abla y la escritura, de un gro de olvidar su cometido o vocación original, es dedr, la de ayudar a crecer y edu-
» desde un punto de vista car a los niños de un modo pedagógicamente responsable. Los investigadores y teó-
bimos estamos ricos tienden a olvidar que la pedagogía es una práctica con una forma definida y
ro texto es tambiénfla de- que la investigación y la teorización pedagógica, a su vez, también representan for-
Es un símbolo de nvestra mas de vida pedagógicas. Cuando, en mi calidad de padre o de profesor, reflexiono
), una demostración de la sobre el camino que tomo para criar o enseñar a los niños, este proceso reflexivo
gía que motiva principal- se ve impulsado por el mismo compromiso pedagógico que, a la vez, impulsa a la
nos que consiste en hablar práctica concreta de ejercer de padre o de profesor antes estos niños.
a pedagogía, cuando nlles- ]ean-]acques Rousseau, a quien suele considerarse como el primer teórico de la
. motivo pedagógico de esa pedagogía moderna, habría estado de acuerdo en que la teorización abstracta no
ver formas de teorización tendría que distraernos de percibir lo que es realmente esenciall.'O los niños. Y segu-
Jagógicas ordinalias las ro que lo sabía mejor que nadie. Ello queda claro si se leen sus confesiones, en las
na instancia, parte. Y, así, que afirma: «No siempre me he quedado tranquilo con el modo en que he dispues-
lción que, a su vez, carece to de mis hijos, por muy razonable que me haya parecido. Cuando escribía mi
de la corriente que prae- Tratado sobre Educación, sentía que había estado desatendiendo ciertas obligaciones
"ponsabilidad pedagógica de las cuales no era pOSible prescindir. El remordimiento, a la larga, fue tan intenso
llales construyen que casi me obligó a una confesión pública al principio de mi obra titulada Emilio»
(Rousseau, 1980, pp. 572-573). RDusseau Se inmortalizó con textos innovadores en
el ámbito de la educación; fue él quien dijo, por primera vez, que el corazón pro-
1en toda actividad acadé- porciona percepciones más fiables que la razón: «El conocimiento sin corazón es
fesores manifiestan por los conocimiento muerto». El conocimiento sin amor, respeto y admiración por la vida
oto con «el mundo real de de un niño no puede nunca llegar a ser un conocimiento pleno de ese niño. Contra
vez comparó los productos las faerzas sociales de la hipocresía y los intereses egoístas, Rousseau oponía la cre-
:nigma, y cada enigma lle- encia en la virtud y en la bondad de la naturaleza humana. Y, sin embargo ... renlll1-
qué se relaciona roda esta ció a los cinco hijos ilegítimos que tuvo y los dejó en une maison pour des «enfant,
s niños? Más que enseñar- trouvés», es decir, en un hogar para niños abandonados. A su vez, su propia vida
.d, la investigación educa- estuvo marcada por un hecho similar; su madre murió poco después de darlo a luz y
le los adultos tenemos con su padre, al parecer, también lo abandonó.
I presentan una clara ten- Qué extraño. El hombre que, como dicen los teóricos, fue el primero en ver al
Ias realidades de la activi- niño corno niño, al mismo tiempo no sabía lo que esta visi6n requería de su cuer-
nvestigaclón sobre educa- po. (Aries, 1962, ha sostenido que no exisría concepto alguno de infancia hasta la
los niños están de nuevo época de Rousseau, pero esto ha sido rebatido por Pollock, 1983, y otros teóricos.)
suele revelar una falta de Al parecer, Rousseau fracasó en su vida como profesor, era tutor de los hijos de
155
Investigación educaJiva y vivida
monsieur de Mably, pero intentó recuperar su honor mostrando que, al menos pobreza y del ciclo del bieI
desde un punto de vista teórico, sabía lo que no podía personalizar. Así fue como no moderno de la ruptura "
apareció su justificación: Projet pou:r l' éducation de M. de Sainte-Marie. Fue su pri- familias de profesionales, d
mer trabajo teórico. A partir de entonces, los profesionales hemos escrito trabajos la paternidad ni por parte'
teóricos sobre educación. Pero ¡en qué punto estamos ahora? Como seguidores de plo, de la universalización
Rousseau, nos vemos reflejados en las actividades académicas. En nombre de los a lo que, por 10 general, su<
niños, nos reunimos en conferencias especializadas en las que presentamos ponen- temprana edad son atendi,
cias, proclamamos verdades y estudiamos o escuchamos a aquellos que son mucho la atención infantil", mucl
más sabios que nosotros. Por el bien de nuestros hijos, enseñamos a profesores, cuada para poder tener hiÍ'
leemos y escribimos artículos, compramos y publicamos libros. Nos sentimos Con el fin de siglo, el e
humildes ante el empuje potente de la influencia educativa. En esos textos, en esos (Lasch, 1979) han tendidc
espados, grandes formadores de profesores se unen para influir en aquellos que, a los niños tienen o podrían
su vez, influyen en los niños. ¡Cómo podríamos entonces llamar a esta actitud? las mujeres modernos, el v
¡Arrogancia increíble o drama lamentable? Nuestra relación con los h
A pesar del hecho de que los académicos tienden a ser abstractos y sus textos de lo cual son testigo un t
suelen alejarse de la vida cotidiana, Rousseau también proporciona el ejemplo de Kramer contra Kramer, Arl
cómo con su obra Emilio logró superar los efectos alienantes de la abstracción, era de relativismo resulta
Aunque fuera contradictorio o ambiguo sobre sus intenciones exactas al escribir familiares sin ser acusado
Emilio, es posible afirmar que el texto fue escrito como un manual de educación in- da simplona. N aturalmer
fantil para un niño imaginario: Emilio. Contenía muchos consejOS concretos sobre pordonar una perspectiva
la práctica del cuidado de los bebés y de los niños. Y, sin embargo, Emilio se escribió crítica permitirse el desarr
no tanto sobre la base de la experiencia personal y la observación, como sobre la significados vivos 1 Lamen!
base de la teoría, en cierto sentido derivada incluso de las teorías filosóficas de consecuente en los esfuer
Locke. Poco después de su publicación, el libro se convirtió en uno de los más ven- da frecuencia los intereses
didos entre las mujeres europeas de clase alta. Y, como resultado del discurso per- mientras que raTIllUente s(;
suasivo de Rousseau, muchas de estas mujeres abandonaron la práctica de envol- ser crítico significa tambi<
ver con vendas a los bebés y otras muchas empezaron a alimentarlos ellas mismas a los teóricos o académico,
dándoles el pecho, en lugar de recurrir a las nodrizas. de compromiso concreto f
En cualquier caso, PUf(,'C
3) Se calcula que sólo en Norteamérica hay más de cuatro millones de niños que vas con los niños se está'
son sometidos a abusos y malos tratos con regularidad por parte de sus padres natu- más profundas de lo que s
rales. Muchos profesores y trabajadores de la atención a la infancia se sienten afli- mente se responderán cor
gidos por tener que afrontar diariamente casos de desatención, malos tratos o aban- pretendamos recuperar, rr
dono infantil. El sufrimiento y la explotación de los niños no es únicamente un vivida, el significado vivid
fenómeno del Tercer Mundo. Tanto la sociedad canadiense como la estadounidense vez descubramos para nUel
parecen haber aceptado de fonna tácita la existencia de «niños tirados»; niños que y se ha hecho menos profl
viven en las calles de las sociedades urbanas, chicos y chicas drogodependientes y reas. Las tradiciones famil
jóvenes que malgastan su vida en la prostitución o en la delincuencia. Además, nuevas madres y los nuevo
existen muchos problemas de educación infantil relacionados con la gran cantidad Incluso existe una gran v;
de familias, por lo general monoparentales, que soportan la parte más penosa de la aprender lo que antes adql
156
Mantener una orientada
mostrando que, al menos pobreza y del ciclo de! bienestar. A ello hay que añadirle el tan extendido fenóme-
personalizar. Así fue como no moderno de la ruptura familiar o los divorcios y, como contrapartida, la vida en
le Sainte-Marie. Fue su pri- familias de profesionales, donde apenas hay tiempo o espacio para e! compromiso de
ales hemos escrito trabajos la paternidad ni por parte de la madre ni del padre; de ahí las demandas, por ejem-
,hora? Como seguidores de plo, de la universalización de las guarderías, para poder llevar a los niños pequeños
lémicas. En nombre de los a lo que, por lo general, suelen ser empresas con ánimo de lucro, donde los niños de
1S que presentamos ponen- temprana edad son atendidos por pseudopadres, a los que se llama «trabajadores de
a aquellos que son mucho la atención infantil», muchos de los cuales no tiel1en la edad o la preparación ade-
" enseñamos a profesores, cuada para poder tener hijos propios.
mos libros. Nos sentimos Con el fin de siglo, el cinismo (Sloterdijk, 1983) y el narcisismo generalizados
iva, En esos textos, en esos (Lasch, 1979) han tendido a reducir y erosionar el significado y la importancia que
, influir en aquellos que, a los niños tienen o podrían tener en nuestras vidas. Al parecer, para los hombres y
Ices llamar a esta actitud ¡ las mujeres modernos, el valor de los niños no es la principal prioridad de su vida.
Nuestra relación con los hijos ha pasado a ser un punto de interrogación cultural,
ser abstractos y sus textos de lo cual son testigo un tipo determinado de películas bastante populares, como
proporciona el ejemplo de Kramer contra Kramer, ATizona Baby, entre otras. La ironía radica en que en esta
,nantes de la abstracción. em de relativismo resulta difícil verse defendiendo a la familia y a las relaciones
nGÍones exactas al escribir familiares sin ser acusado por los teóricos más críticos de romanticismo e inocen-
n manual de educación in- cia simplona. Naturalmente, ninguna ciencia humana moderna dejaría de pro-
lS consejos concretos sobre porcionar una perspectiva crítica en esta era posmoderna. Pero ¿puede una teorfa
embargo, Emilio se escribió crfrica permitirse el desarrollo mediante la abstracción del mundo concreto de los
,bservación, como sobre la significados vivos? Lamentablemente, la teoría educacional crítica no ha sido nada
.e las teorías filosóficas de consecuente en los esfuerzos para mejorar las vidas de los niños. Con demasia-
:tió en uno de los más ven- da frecuencia los intereses pedag6gicos se han visto reducidos a intereses políticos,
resultado del discurso per- mientras que raramente se plantea la de qué es bueno para los niños. Y
aron la práctica de cnvol- ser crítico significa también dudar de discursos que, en potencia, puedan permitir
alimentarlos ellas mismas a los teóricos o académicos el lujo de la crítica mientras muestran una curiosa fulta
de compromiso concreto para con sus causas, desde sus cómodas vidas cotidianas.
En cualquier caso, parece que la vida de nuestras implicaciones pedagógicas acti-
.atro millones de niños que vas con los niños se está volviendo cada vez más delgada y árida. Las cuestiones
lr parte de sus padres natu- más profundas de lo que significan los niños para nosotros (Smith, 1984) segura-
la infancia se sienten afli- mente se responderán con indiferencia, impaciencia o incomprensión. Y cuando
lción! malos tratos o aban.. pretendamos recuperar, mediante un proceso de reflexión sobre la experiencia
iños no es únicamente un vivida, el significado vivido del hecho de ser madre, padre o profesor, entonces tal
,se como la estadounidense vez descubramos para nuestro horror que la vida prerreflexiva ya se ha erosionado
«niños tirados»; niños que y se ha hecho menos profunda. Los nuevos padres se sienten inseguros ante sus ta-
hicas drogodependientes y reas. Las tradiciones familiares han perdido su normatividad autoritaria. Y, así, las
la delincuencia. Además, nuevas madres y los nuevos padres se apuntan a cursos de "formación para padres».
lados con la gran cantidad Incluso existe una gran variedad de cursos «avanzados» para padres que quieren
1 la parte más penosa de la aprender lo que antes adquirían, como hijos, de sus padres. ¡Dónde está el sentido
157
Im>estigaeión educativa )'
común, el sentido que tenemos en común, las presuposiciones y los valores básicos
Veamos cómo el signifi,
que constituyen los índices de la riqueza de recursos, las inagotables capas de sig-
puede aprehender, indirect
nificado de la vida cotidiana con los niños? ¡Quién está dispuesto a defender la
lice en el discurso en cienc
necesidad del significado activo de la vida en sí, que, a su vez, precede a toda forma
palabra «pedagogía» como
de reflexión?
una comprensión de la nal
pedagogía es algo que lmpt
Para empezar, contarnos
SOBRE LA INEFABILIDAD DE LA PEDAGOGÍA
Platón. La forma correcta'
níficado de la pedagogía. t
Muchos investigadores educacionales norteamericanos se dejan llevar por sU conoci-
reservas aparentes de Plaró
miento del significado de la investigación para ignorar aquello que, en esencia, se su-
la vida, sus Diá1ngos son e
pone que estudian. Hablarán o escribirán sobre cualquier cosa vagamente razonable
texto que haya penetrado,
o absolutamente absurda en relación con su asodación a la labor de educar a niños
losofía y de las ciencias hUI
reales, pero no sobre la cuestión de la naturaleza de la pedagogía. Sin embargo, la
tido de un modo tan espec
palabra «pedagogía» todavía avanza muy lentamente en la literatura norteamerica-
de un modo definitivo y ce
na, que sólo trata del currículo, de la docencia o de la formación de docentes, entre
co e inmaculado a pesar de
otros temas. El término se presenta aproximadamente como equivalente del acto de
ticos. ¡Cómo puede un prc
enseñar, tanto la metodología instructiva, como el enfoque curricular o la educa-
para enseñar a aquellos qu,
ción en generaL No se ha intentado plantear la cuestión de la naturale-
no filosófica de Platón pue,
za de la pedagogía, o del diálogo sobre el significado de la pedagogía en nuestras vidas
totalmente conmocionado
diarias. El motivo para ello podría ser el carácter elusivo del significado de la noción
S6crates enfrasca aMen,
de pedagogía. ¡Dónde deberíamos intentar encontrar la localización o el espacio en el
pp.'354-384). ¡Es la virtud t
que probablemente reside la pedagogía? ¡Acaso en la actuación de los educadores?
adquirible mediante la pule
¡Acaso en la intención educativa? ¿En la teoría o en las formas de conocimiento que
Como sabemos, el diálogo d
los profesores o los padres utilizan? ¿Acaso en los efectos que los profesores tienen
conclusión que pareciera ga
sobre los niños? ¡Se puede observar la pedagogía? ¿Se puede experimentar? ¡Qué sig-
ambos inician una convers:
nifica preguntar sobre la naturaleza de la pedagogía de este modo?
enseñar?». El lector de los I
Tal vez tendremos que aceptar la posibilidad de que la noción de pedagogía es
alega ignorancia. No hay n:
inefable y que ninb'lllla observación científica ni ninguna formulación conceptual
sentido proposicional. Ente
nos conducirá a una definición de la pedagogía sin ambigüedades. Si la pedagogía
supone que eres listo. ¡No p
es inefable, puede que también quede fuera de la competencia del profesor can-
nión experta, pero él recha
ducrista o de la formación de padres, puesto que no es definible ni enseñable de un
gogía, no se pueden recoge'
modo directo y sencillo. Pero este rasgo de la imposibilidad de ser enseñada na
sos. Sócrates tiene que est<
hace de la pedagogía un objeto menos deseable para nuestro entendimiento, pues-
cuestión de la posibilidad d
to que la aprehensión fenomenológica hermenéutica del significado de la pedago-
ble. E, igual que Sócrates t
gía resulw prdctica en un sentido distinto. Aprender a entender la esencia de la
Platón, o mejor;.dich,Q¡ el te
pedagogía, tal como se manifiesta en determinadas circunstancias de la vida, con-
ca con el lector. Los textos
tribuye a un tipo de competencia más hermenéutica: el carácter reflexivo y el tacto
nuestras vidas en la mímico
pedagógico, que tienen como característica que siempre actúan en situaciones im-
textos dialécticos dan cabid
predecibles y eventuales de la vida cotidiana con los niños.
tualidad 10 que el contenide
158
Mantener una
159
De este modo, buscamos en los Diálogos de Platón este espacio sobre la capaci- es bueno y qué no lo es p,
dad de expresar y de ser enseñada la virtud o la pedagogía. En otras palabras, cuan- determinados comportan
do leemos a Platón sobre el tema de la pedagogía, nos decepcionamos si no logra- tendríamos que hacer ser
mos reconocer que el verdadero conocimiento de la virtud, o la pedagogía, no mientos observables. Per<
queda recogido por la definición o por medio de una afirmación conclusiva, como gogía con lo que los profe
«Sí o no; la virtud y la pedagogía no constituyen por sí mismas un tipo de conoci- profesores, casi por comp
miento». La pedagogía o posibilidad de la virtud de ser enseñada tiene una esfera terminada productividad,
de inefabilidad asociada a ella. Sócrates parece que, al final, divaga. Sin embargo, encuentran al servicio d,
ellcctor ha obtenido algo más importante que una definición. Ha tenido la expe- ficultades al dL,cemir si e
riencia de ser «orientado», dicho de otra forma «girado» hacia la noción de la vir- efecto} un contacto {(real;
tud de un modo que es profundamente definitivo. Es importante ver que los textos tivismo puede enseñar a I
poéticos, así como los diálogos de Platón, practican cierta textualidad; una textua- la «gesti6n de los compo
lidad dialéctica que requiere una lectura mimética. El texto dialéctico puede ense- incidencia del contacto v
ñar indirectamente lo que el monólogo no logra. ricos de interacci6n-analí
Otra forma de mostrar que el significado de la pedagogfa es inefable y, sin embar- ción de la óptima frecuen
go, puede aprehenderse indirectamente consiste en referimos a la forma más moder- aprendizaje específicas, C·
na de texto: el posmodernismo. Posmodernos como Foucault (1977), Barthes (197 5), «mirada pedagógica» entr
Derrida (1978) y Kristeva (1980) también ven la textualidad del texto como algo gía no es idéntica a la acc
esencialmente dialéctico. La posición posmoderna afirmaría que la pedagogía, en rea- 110 que hace que la acciór
lidad, no es nInguna cosa, no es nada. No es algo que haya dentro del texto, como si Además, los posmoderr
las palabras de una página pudieran proporcionar pedagogía al lector, ni tampoco es zón. La pedagogía no em"
algo que esté fuera del texto, como si fuera algo convocado por el texto. La pedago- yo Sea el padre biológico o
gía, como la textualidad, no consiste ni en un «esto}) ni en un «aquello». sariamente un verdadero
Desde un punto de vista posmoderno, la pedagogía no es la teoría que tenemos gurada por un amor puro,
sobre la docencia ni su aplicación. Todos sabemos que la teoría en educación no fueron amados hasta la mI
aboga por la competencia pedagógica. Una persona puede tomar como base las teo- Por lo tanto, una persp'
das de la educación y, aun así, no ser un buen educador. El significado o la esencia de confundir pedagogía co
de la pedagogía no reside en la teoría, pero la pedagogía tampoco se ubica en la medio o su finalidad. La
aplicación de la teoría. Uno puede ser un experto en traducir las teorías del apren- que actúa constante y ené
dizaje en programas curriculares específicos, pero es dudoso que ningún currículo o Si nos distanciamos Uf
aplicación de la teoría del aprendizaje pueda dar respuesta al modo en que un de- práctica de la vida, debem
terminado niño O ¡,rrupo de niños puede y debe aprender algo específico. La respuesta es paradójica:
A menudo, parece que igualamos el significado de la pedagogía con los objeti- profesor, representa la prol
vos de la docencia o con la actividad de enseñar, pero los posmodernos dirían que seco a la vida humana ce
la pedagogía no puede ser ni la intención ni la acción. Cuando un niño se queja es inherente a
de que nadie lo entiende o de que no 10 tratan ni quieren como se supone que de· tural '¡del niño. A pesar d,
bieran hacerlo, no hay ningún conjunto de buenas intenciones, aspiraciones u ob- inflig do a su descendenci
jetivos curriculares por parte del padre o del profesor que modifique ese hecho. portarse bien con un niñe
Con independencia de la intenci6n del profesor, las cuestiones pedagógicamente cultura, maternidad o pate
importantes son siempre: «¡C6mo es esta situación o acción para el niño?». «¡Qué la pobreza de las ciencias
160
una orientada
te espacio sobre la capaci- es bueno y qué no lo es para este niño?» Análogamente, la pedagogía no reside en
'a. En otras palabras, cuan- determinados comportamientos o acciones observables. Si así fuera, teda lo que
ecepcionamos si no logra- tendríamos que hacer serra, tan sólo, copiar esas acciones relevantes o comporta-
lirtud, o la pedagogía, no mientos observables. Pero una orientación positivista tiende a confundir la peda-
rmación conclUSiv como
1
gogía con lo que los profesores o padres «practican». TIende también a juzgar a los
mismas un tipo de e nocí- profesores, casi por complete, en términos de su capacidad de demostrar una de-
enseñada tiene unl"l esfera terminada productividad, efectividad o las competencias que se supone que se
inal, divaga. Sin embargo, encuentran al servicio de esos valores. Una orientación positivista presenta di-
1ición. Ha tenido la expe- ficultades al discernir si el contacto que un profesor tiene con sus alumnos es, en
, hacia la noción de la vir- efecto, un contacto «real», es decir, un contacto pedagógico. Por ejemplo, el posi-
JOrtante ver que los textos tivismo puede enseñar a los profesores sobre la efectividad del contacto visual en
:a textualidad; una textua- la «gestión de los comportamientos del aula». Y e! positivismo puede evaluar la
xte dialéctico puede ense- incidencia del contacto visual en situaciones empíricas, mediante sistemas categó-
ricos de interacción-analítica u otros instrumentos similares. No obstante, la fun-
:ía es inefable y, sin embar- ción de la óptima frecuencia del contacto visual, en el cumplimiento de tareas de
'nos a la forma más moder- aprendizaje específlcas, encubre completamente el significado pedagógico de la
ult (l977), Barmes (1975), «mirada pedagógica» entre el profesor y los alumnos. En otras palabras, la pedago-
¡[idad del texto como algo gía no es idéntica a la acción observable; más bien reside principalmente en aque-
ía que la pedagogía, en rea- llo que hace que la acción sea o no pedagógica.
a dentro del texte, como si Además, los posmodernos dirían que la pedagogía no es ni el cuerpo ni el cora-
¡ía al lec ter, ni tampoco es zón. La pedagogía no emana de forma mágica de la corporeidad. El hecho de que
lo por el texto. La pedago- yo sea el padre biológico o el profesor in loco parenLis de este niño no me hace nece-
[ l un «aquello», sariamente un verdadero padre o profesor para él. La pedagogía tampoco viene ase-
J es la teoría que tenemos gurada por un amor puro, tal como sabemos por las trágicas vidas de los niños que
la teorfa en educación no fueron amados hasta la muerte.
e tomar como base las teo- Por lo tanto, una perspectiva posmoderna nos advierte de la tendencia errónea
El significado o la esencia de confundir pedagogía con texto o su referencia, con proceso o contenido, con su
la tampoco se ubica en la medio o su finalidad. La pedagogía no consiste ni en una cosa ni en la otra, sino
Judr las teorías de! apren- que actúa constante y enérgicamente en medio de las dos.
lSO que ningún currlculo o Si nos distanciamos un poco de la perspectiva posmoderna y volvemos a la
ita al modo en que un de- práctica de la vida, debemos preguntarnos: «¿No sabemos ya qué es la pedagogía?»
. algo específico. La respuesta es paradójica: sí y no. Sí, porque el hecho de ser padre, y también ser
pedagogía con los objetí- profesor, representa la profesión más antigua del mundo. Criar hijos es tan intrín-
's posmodernos dirian que seCo a la vida humana como alimentarse, vestirse, preocuparse y dar cobijo. La
Cuando un niño se queja pedagogía es inherente a nuestra respuesta fenomenológica a la indefensión na-
n como se supone que de- tural del niño. A pesar de las atrocidades históricas que los seres humanos han
tdones, aspiraciones u oh .. infligido a su descendencia, reconocemos que hay una tendencia natural a com-
lue modifique ese hecbo. portarse bien con un niño. L1amémoslo, por ejemplo, instinto, sentimentalismo,
;stiones pedagógicamente cultura, maternidad o paternidad, como queramos, que la esenda es la misma. Es
ión para el niño?». «¡Qué la pobreza de las ciencias sociales lo que na lo ve como hecho obvio. El niño
B
161
educativa y experiencia
-------
pequeño, en virtud de su gran vulnerabilidad, tiende a sacar lo mejor de los mayo- dún de día. ¡Qué debería
res. El padre experiment.a al recién nacido como una llamada, como una expe- to? La teoría educativa o
riencia transformadora para «realizar» algo: sost.ener a su hijo, protegerlo, hacer plina, técnicas para la ef",
sacrificios personales en beneficio de su hijo y t.al vez preocuparse de que todo vaya cedimientos de gestión p
bien. El primer sentimiento abrumador que experimenta un nuevo padre suele ser atención infantil, por eje
esta habilidad de dar una respuesta natural: la responsabilidad, el despliegue de aplicar unas técnicas, segt
nuestra naturaleza pedagógica. Como padres primerizos, antes de tener la oportu- Langeveld (1965) dijo un
nidad de sentamos y reflexionar sobre si podemos aceptar o no a ese hijo, el niño humano. Para ser capaz d
ya nos ha hecho actuar. Y, afortunadamente para la humanidad, esta necesidad satírica de George Bemarc
espontánea de hacer lo correcto suele ser lo correcto. Cuando conseguimos abra- A lo cual los profesores re.
zar al niño, en lugar de dar media vuelta y dejarlo morir, por ejemplo, ya hemos a profesores». Siempre he
actuado de forma pedagógica. Éste es nuestro «conocimiento» pníctico de la peda- rectamente a algo más fue
gogía. Es preteórico, y es prerreflexivo. Es el conocimiento de nuestros cuerpos en ser padre y ser profesor no
tanto que madres o padres, es el cuerpo inteligente. ante la arrogancia increíb
Y resulta importante ver que la relación pedagógica «natural» entre padre e hijo mación de profesores? ¿Ql
es, desde el principio, una relación moral o normativa. La «responsabilidad» cons- Algún día, alguien será
tituye una norma vital que el padre experimenta en el nacimiento de su hijo. De so. Examinará la validez
acuerdo con nuestros parámetros culturales, un adulto que dejara morir a un recién dominantes. Estudiará las
nacido sería acusado de asesinato. Pero entonces surge la cuestión de si se puede sobre educación. Investigf
confiar en que el padre que toma la responsabilidad del niño continuará actuan- llos que tengan una mayo
do de forma responsable, en lugar de actuar de forma despreocupada o de un modo dones absurdas pero verd,
abusivo. Langeveld sostiene que aquí reside la norma de la «fiabilidad» o «depen- una carrera académica en
dencia». ¡Es este adulto fiable? ¡Se puede depender de él para que continúe hacién- desde las ocho de la mañ:
dose cargo de su hijo? Y la cuestión de la dependencia conduce automáticamente escribir sobre cómo educa!
a la siguíente pregunta: les esta persona {(competente» o «capaz» de ocuparse de no sabe ni cómo hablar COl
su hijo? La exigenda de la competencia es la tercera norma vital, puesto que la te admite, con que r
dependencia no asegura la competencia. Y, así, vemos que desde la perspectiva del paternidad ausente, deberl
mundo de la vida o fenomenológico las normas de la responsabilidad, la fiabilidad entre los grandes creadore
y la competencia surgen de fotma natural en nuestras vidas con los niños. con .todo, experimentar Cc
Así pues, cuando viven con adultos, los niños provocan rápidamente dudas cada pasar el llamado «tiempo
vez más reflexivas. Dicho de otro modo, tan pronto como logramos dar sentido al vacacíones de verano. (A
carácter pedagógico del hecho de ser padres y profesores, empezamos a preguntar- por investigar sobre las vil
nos y a dudar sobre nosotros mismos. La pedagogía «consiste» en este constante ner una relación pedagógi
cllcstionamienro; es este dudar siempre. Nos preguntamos: ¿he hecho lo correcto? vertida en un caso paradig
¿Por qué otras personas enseñan o crian a sus hiios de un modo tan distinto? Nos Pero ¡por qué será que h
sorprendemos cuando vemos ti oímos que hay niftos que sufren abusos físicos o psi- de la teoría educacional y J
cológicos. Tamhién lamentamos saber que hay muchos otros niños a los que se a la vez? ¿Signific
maltrata de un modo más sutiL Lo vemos en los centros comerciales, en el trans- reverberación en la vida v
porte público, en el vecindario y por la calle. Nos preguntamos cómo' experimen- sobre cómo debemos convi
tan los niños el hecho de estar ¿abandonados! durante horas en centros de aten- teorizar y crear un pensami
162
Mau"",,,,. una 1<lociólI firme y
ción de día. ¡Qué deberíamos hacer al respecto? ¡Qué debería hacer yo al respec-
::ar lo mejor de los mayo-
to? La teoría educativa ofrece modelos para enseñar, aproximaciones a la disci-
.amada, como una expe..
plina, técnicas para la efectividad docente, métodos para elaborar curriculos, pro-
u hijo, protegerlo, hacer
cedimientos de gesti6n para ser padres efectivos, fundamentos para la moderna
,cuparse de que todo
atendón infantil, por ejemplo. Sin embargo, sospechamos que no es suficiente
un nuevo padre suele 'tr
aplicar unas técnicas, seguir un programa o confiar en una politica social. Como
Hlídad, el despliegue Ale
Langeveld (1965) dijo una vez, se requiere algo más fundamenral de nuestro ser
antes de tener la oportu-
humano. Para ser capaz de «hacer» algo, uno debe «ser» algo. Una famosa frase
.r o no a ese hijo, el niño
satírica de George Bernard Shaw reza así: «El que puede, hace. El que no, enseña».
lmanidad, esta necesidad
A lo cual los profesores responden con ingenio: "El que no puede enseñar, enseña
lllndo conseguirnos abra-
a profesores». Siempre he tenido la sensación de que los profesores se referían indi-
r, por ejemplo, ya hemos
rectamente a algo más fuerte de lo que decía Bernard Shaw. ¡Como si la tarea de
nto» práctico de la peda-
ser padre y ser profesor no fuera lo bastante difíci\! ¡No deberíamos estremecemos
to de nuestros cuerpos en
ante la arrogancia increíble y el sofisma inevitable implícito en la idea de la for-
mación de profesores? ¡Quién se atreve a elevarse a tal estado de exaltación?
aturah, entre padre e hijo
Algún día, alguien será lo bastante osado para llevar a cabo un estudio malicio-
, «responsabilidad» cons-
so. Examinará la validez pedagógica de las perspectivas y las teorías educativas
,acimiento de su hijo. De
dominantes. Estudiará las vidas de las personas que producen textos académicos
e dejara tnortr a un recién
sobre educación. Investigará el valor pedagógico de las vidas personales de aque-
a cuestión de si se puede
llos que tengan una mayor reputación. Podemos imaginar algunas de las aHrma-
niño continuará actuan..
ciones absurdas pero verdaderas: «Éste ha abandonado a su mujer y a sus hijos por
)reocupada o de un modo
una carrera académica en la educación». «(Ése deja a dos niños en la guardería
la «fiabilidad" o «depen-
desde las ocho de la mañana hasta las cinco de la tarde para tener tiempo para
)ura que continúe
escribir sobre cómo educar a los niños.• «Aquél tiene tal confusión en casa que ya
onduce automáticamente
no sabe ni cómo hablar con su hija, que calla día se venga de él como castigo.» «És,
:) «capaz» de ocuparse de
te admite, con pesar, que no puede recordar mucho de la infancia de sus hijos.» La
arma vital, puesto que la
paternidad ausente, debería argumentar el autor, ha sido una enfermedad común
le desde la perspectiva del
entre los grandes creadores de la teoría educacional. «Ese otro necesitaba romper
oonsabilidad, la Habilidad
con todo, experimentar con la vida, con el sexo.» Su hijo tiene la oportunidad de
3as con los niños.
pasar el llamado «tiempo de calidad» con un padre a tiempo parcial durante las
t1 rápidamente dudas cada
vacaciones de verano. «Aquel otTO, aunque no tiene hijOSl aduce su fascinación
,o logramos dar sentido al
por investigar sobre las vidas de los niños pero es incapaz de arriesgarse a mante-
, empezamos a preguntar. .
ner una relación pedagógica con un niño.» Cada una de estas anécdotas se con,.
nsiste» en este constante
vertiría en un caso paradigmático de parodia pedagógica.
)s: ¡he hecho 10 correcto?
Pero ¡por qué será que hay tanta gente que se preocupa a diario de los entresijos
t1 modo tan distinto? N os
de la teoría educacional y parece tan sorprendentemente incompetente o despreo-
sufren abusos físicos o psi-
cupada, a la vez? ¡SigniHca que lo que decimos sobre los niños no encuentra su
otros niños a los que se
reverberaciÓn en la vida vivida, que convivir con los niños es una cOSa y hablar
; comerciales, en el ttans-
sobre cómo debemos convivir con ellos es otra? ¡Qué importancia tiene, entonces,
ntamos cómo experimen..
teorizar y crear un pensamiento ínvestigacional y académico si no conecta en abso-
horas en centrOS de aten-
163
!!!.l!.estigaciém et!./fcativa y __
luto con las prácticas reales de la vida cotidiana? ¡Qué significa abogar por algo si mente COn niños requie
eso no ayuda a que una persona destaque en ello? Así pues, mientras reconocemos aquello que me autoriza
la inefabilidad de la pedagogía sabemos que, sin embargo, necesitamos ver o escu- que la pedagogía es, en t
char a la pedagogía misma. Naturalmente, tan pronto como hayamos «visto» la pe- vitacíón incansable a la
dagogía o hayamos vislumbrado algo de nuestro ser pedagógico nos vemos im- a la luz el significado pn
pulsados a cuestionamos y reflexionar sobre el modo en que vivimos con los niños
y cómo deberíamos hacerlo en realidad. Necesitamos «actuar» en las vidas que
vivimos, codo a codo con nuestros hijos, pero también «preguntamos» si lo hemos LA PRÁCTICA PEDAGI
hecho bien. Debemos «escuchar» a la pedagogía para ser capaces de actuar de una
forma pedagógica mejor el dfa de mañana. En educación, solemos c
deseable. Por ejemplo, ir
leer a los cuatro añns, es
«VER» LA PEDAGOGÍA a esa edad. la capacidac
los niños a leer a tempra
¿Qué significa «escuchar» a la pedagogía? ¿Qué significa «ver» la pedagogía en do para cada niño en pa.
nuestras vidas cotidianas? Buena parte de la investigación y de la teorización edu- der a la experiencia de li
cacional, más positivista, padece un poco de sordera y de ceguera. Confunde ejem- Mi argumento consisto
plos categóricos u operativos de alguna (:onceptualización racional de la peda,,'ogía rrollo de teorías o de mo
con lo «real». No logra captar que no podemos «ver» la pedagogía, si «ver» signi- cos y similares, porque I
fica observar ejemplos operacionales o mensurables de la docencia pedagógica. No modelo de le-ctura que n
ve que el significado y la importancia de la pedagogía permanecen ocultos como una situación determina,
consecuencia de las superposiciones teóricas y los marcos perspectivistas que cons- teoría pedagógica. La tee
truimos en el esfuerzo paradójico de ver con más claridad la significación de deter- del caso particular. La tec
minadas prácticas pedagógicas, habitualmente llamadas «comportamientos docen- cualidades universales y T
tes».l «efectos curriculares», etc. que pedagogo, abandona
En la medida en que estamos atrapados en una perspectiva positivista, confun- con él de un modo real, r
dimos el significado del hecho de ser profesores y el de ser padres con lo que vemos aquí y ahora.
que "hacen» otros profesores y otros padres. Si en una situación particular no hu- La experiencia de apre
biera pedagogía, ¿cómo percibiríamos la diferencial En un sentido más profundo transicional en términos (
tampoco el positivismo percibe la ausencia de la pedagogía. No la ve porque, por relación y de personalid,
error, considera igual las descripciones concretas o los estudios de casos de la do- hijos de aprender a leer, a
cencia que lo que constituye su fundamento. No ve que en un sentido 1ás pro- tipo de actividad escolar
fundo la pedagogía se ausenta o se «esconde» en virtud de su propia activ dad: en variabilidad de ilusión y t
el proceso mismo de mostrarse, también muestra, a la vez, su carácter ocul o. miedo, abandono y tensié
Este argumento implica que se puede «ser" pedagogo y, aun así, no «tener» pe- y derrota, confianza y res<
dagogía. la pedagogía no es algo que pueda ser «tenido», "poseído», en el sentido cotidianas habituales. Se,
en que podemos decir que una persona «tiene» o "posee» un conjunto de habili- gunos profesores también
dades específicas o competencias de acmación, sino que la pedagogía es algo que cencia saben cómo es la ,
un padre o un profesor debe continuamente cumplir, recuperar, recobrar, volver a aulas ser sensible si no er
capturar, en el sentido de recordar. Cada situación en la que actúo educacional- debemos hacer nosotros?
164
... - - Mantener una
!Ilifica abogar por algo sí mente con niños requiere que yo sea sensible de un modo continuo y reflexivo a
s, mientras reconocemos aquello que me autoriza en tanto que profesor o padre pedagógico. Justamente por-
, necesitamos ver o que la pedagogía es, en uo sentido último o definitivo, insondable, plantea una in-
LO hayamos «visto» la pe- vitación incansable a la actividad creativa de la reflexión pedagógica que hace salir
:lagógico nos vemos im- a la luz el significado profundo de la pedagog[a.
ue vivimos con los niños
}ctuar» en las vidas que
reguntamos» si lo LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA DE LA TEXTUALIDAD
capaces de actuar de una
En educación, solemos confundir lo que es posible con lo que es pedagógicamente
deseable. Por eíemplo, incluso si fuera posible para muchos niños «ser capaces» de
leer a los cuatro años, esto no significa que los niños «debieran» ya estar leyendo
a esa edad. La capacidad de comprensión y la habilidad necesaria para enseñar a
los niños a leer a temprana edad no son la misma que para saber qué es lo adecua-
a «ver» la pedagogIa en do para cada niño en particular. El primer tipo de conocimiento puede correspon-
1 y de la teorización edu- der a la experiencia de los teóticos de la lectura; el segundo es pedagógico.
ceguera. Confunde eíem- Mi argumento consiste en que no importa lo estimulante que puede ser el desa-
L racional de la pedagog[a rrollo de teorías o de modelos de aprendizaje, de lectura o de ejercicios matemáti-
pedagogía} si ,{ver) signi- cos y similares, porque no habrá teoría de aprendizaje, método de enseñanza o
docencia pedagógica. No modelo de lectura que nos diga lo que es apropiado para un niño en concreto en
ocultos como una situación determinada (van Manen, 1988). Esto forma parte de la tarea de la
perspectivistas que cons.. teoría pedagógica. La teoría pedagógica debe ser la «teoría de lo único», es decir,
la significación de deter- del caso particular. La teoría de lo único empieza desde el caso individua\' busca las
comportamientos docen- cualidades uoiversales y regresa al caso individual. El te6rico educacional, en tanto
que pedagogo, abandona simbó!icamente'¡il niño, de un modo reflexivo, para esrar
ctiva positivista, con él de un modo real, para saber 10 que es apropiado para este niño o estos niños,
. padres con lo que vemos aquí y ahora.
tuación particular no hu- La experiencia de aprendizaje de un niño suele ser sorprendentemente voluble y
Jn sentido más profundo transicional en términos de estados de ánimo, emociones, energ[a y sentimientos de
No la ve porque, por relación y de personalidad. Aquellos que se sumergen en las experiencias de sus
;tudios de casos de la do- hijos de aprender a leer, a escribir, a tocar música, o en las de participar en cualquier
, en un sentido más pro- tipo de actividad escolar o extraescolar, tendrán que hacer frente a la asombrosa
le su propia actividad: en variabilidad de ilusión y rencor, dificultad y sencillez, confusión y claridad, riesgo y
su carácter oculto. miedo, abandono y tensión, seguridad y duda, interés y aburrimient.o, perseverancia
r, aun aSÍ, no «tenen> y derrota, confianza y resentimiento, que los niños experimentan como situaciones
, «poseído», en el sentido cotidianas habit.uales. Seguro que los padres conocen y entienden esta realidad. Al-
,. un coníunto de habili- gunos profesores también. Pero ¿cuánt.os teóricos curriculares o especialistas en do-
la pedagogía es algo que cencia saben cómo es la experiencia vivida del niño! ¿Puede la metodología de las
uperar, recobrar, volver a aulas ser sensible si nO entiende los altibajos de la experiencia de un niño? ¿Y qué
} que actúo educacional- debemos hacer nosotros? ¡Qué conocimiento debemos pretender alcanzar? ¡Qué
165
- - - . _.._ -
textos investigacionales debemos elaborar que sean sensibles a la cuestión peculiar
el juego, la experiencia,
de la naturaleza de la pedagogía?
sorpresa O el sentimietl'
Investigar o teorizar es implicarse en la consideración del texto, el significado de
planificación, por
la textualidad dialéctica y su compromiso con la pedagogía, es decir, con el pensa-
para producir conodmic
miento y la actuación pedagógica en compañía de los niños. En este libro hemos
esta forma, reforzar este
discutido en varias ocasiones las condiciones para una textualidad dialéctica, los
de la teorización. nec,
requisitos metodológicos que otorgan a un texto en ciencias humanas cierta fuer-
pie aproximación entre r
za y validez convincente. Estas condiciones para la investigación o la escritura se
vísta, sino que intenteml
podrian resumir en 10 siguiente: nuestros textos deben ser orientados, firmes, ricos
vo de otros intereses. Ce
y profundos.
la escritura: «toda oriento
Estas cuatro condiciones podrían considerarse también criterios evaluativos de
gógica firme requiere qm
cualquier texto en ciencias humanas fenomenológicas. A 10 largo de los capítulos an-
situación en la que un a<
teriores las hemos ido mencionando y ahora vaya intentar exponer su significado.
una respuesta a la pregur
profundidad es lo que
Nuestro texto debe ser firme
h4cia la que nos orientam
ptenslón. O, como Merl<
Sea cual sea el interés que desarrollemos al hablar y pensar sobre los niños, el he-
que las cosas tienen para
cho de enseñar, el hecho de ser padres, siempre busca lograr la interpretación
no son lo que yo observo
pedagógica más firme de un detenninado fenómeno. A medida que intentamos
nificado, cuando lucham,
obtener claridad sobre una detenninada noción, ya sea leer, escribir, la disciplina,
vidad. Y la medida de la
166
Mantener tilla
les a la cuestión peculiar el juego, la experiencia del niño ante la dificultad, la responsabilidad, el riesgo, la
sorpresa o el sentimiento de motivación del profesor, su aplicación, método o
,¡ texto, el significado de planificación, por ejemplo, deberíamos utilizar nuestra orientación como recurSo
a, es decir, con el pensa- para producir conocimientos, interpretaciones y formulaciones pedagógicos y, de
íos. En este libro hemos esta forma, reforzar este recurso mediante la práctica misma de la investigación y
xtualidad dialéctica,fios de la teorización. Es necesario que no tratemos nuestra orientación como una sim,
las humanas cierta f[ler- pIe aproximación entre muchas otras, como si la pedagogía fuera una praxis relati-
:igación o la escritura se vista, sino que intentemos formular un conocimiento pedagógico que sea exclusi-
orientados¡ firmes, ricos vO de otros intereses. Como dijo Nietzsche (1984) sobre el arte de la lectura y de
la escritura: «toda orientación firme es exclusiva» (p. 164). Una orientación peda-
criterios evaluativos de gógica firme requiere que interpretemos, como una vivencia pedagógica, cualquier
largo de los capítulos un- situación en la que un adulto se ve a sí mismo con un niño, como si se tratara de
r exponer su significado. una respuesra a la pregunta de cómo deberíamos ser y actuar con los niños.
167
Investigación y experiencia vivida
...... .... ----------
bién en la medición de su naturaleza profunda. Las descripciones ricas, que expIa- es amarga, acusadora o e
ran las estructuras de significado más allá de lo que se experimenta inmediata- somos, o deberíamos ser,
mente, ganan una dimensión de profundidad. La investigación y la teorización que
simplifican la vida, sin recordamos su ambigüedad y misterio fundamental, dis-
torsionan y frivolizan de esta forma la vida y no desvelan su naturaleza y sus lími- LAS CIENCIAS HUMA!
tes profundos. Marcel (1950) discute la noci6n de profundidad en referencia a la ORIENTADA CRÍTlCAII
idea del «secreto», de lo que está más allá de lo ordinario, de ese «más allá fasci-
nante». ¡Qué queremos decir cuando hablamos de un "pensamiento profundo» o Aunque la fenomenolo¡
de una «noción profunda»? No deberíamos confundir profundidad con aquello que «mera» metodología des
no es usual, con lo raro o con lo extraño: de la acción. En primer
el aspecto en el que la 1
Un noción profunda no es simplemente una noci6n no habitual¡ sobre todo no lo es si pensamiento y, por lo t,
lo que queremos decir por «no habituah) es simplemente (,raro». Hay miles de Todo pensamiento serio
jas que tienen la característica de no ser habituales pero que carecen de cualquier tipo entendamos el término
de profundidad; emanan de un suelo superficial y pronto desaparecen. Diría que un pen- estrictamente político. Y
samiento o una noción se sienten como profundos si se despliegan por W1 área que va de los aspectos de la vid,
más allá de ellos mismos, cuya enOrme inmensidad es más de 10 que el ojo puede cap- se daban por hechos, pro
tar... (p. 192) ••. jos, de expresamos en a
situaciones sociales que 1
Este tipo de profundidad puede percibirse en muchos niveles y en muchas áreas forma de investigación 1
de nuestras vidas; de forma efectiva en el nivel de nuestra vida con nuestros hijos cuada, para las circufiStf
y en el nivel de nuestra propia infancia y nuestrd propia vida. Y, especialmente, di- social, sí es más probabl,
ce Maree!, «cuando uno deja de concebir la vida como algo que podría expresarse conduzca a una ¡ndigna<
adecuadamente en términos de hi'toria o de pel ícula, porque las historias y las pe- provocarán que prestem
lículas tienen poca consistencia, son puentes proviSionales tendidos por nosotros a base de entender qué pr
través de un abismo que siempre está ahí» (p. 192). El pensamiento profundo se niños que necesitan qu,
puede lograr mediante el rexto, pero no debe confundirse con el texro propiamente acción contra las estruct
dicho. los pies m,ís en el suelo, ¡
Y, así, cualquier texto que pueda enseñamos algo sobre el carácter profundo de dará a unos niños conCrt
nuestra naturaleza pedagógica tenderá a aspirar a cierta hermenéutica: lograr algo de pobreza en que estos 1
más allá, restaurar una totalidad olvidada o rota recordando algo perdido, pasado o En segundo lugar, la f¡
erosionado y reconciliándolo en nuestra experiencia del presente con una visión en un contexto pedag6gi
de lo que debería Ser. Este tipo de texto no se puede resumir. Presentar la investi- y por definici6n, trata ce
gación mediante un texto reflexivo no es presentar unos resultados, sino una lec- nuado, debemos actuar,
tura, de la misma manera como haría un poeta, de un texto que muestra lo que \ tenemos una responsabil
erueña. Uno debe encontrárselo, atravesarlo, sufrirlo, consumirlo y, también, ser educadores es un cierto e
consumido por él. / que promueve es una for
Cuando escribimos O leemos textos, tenemos que preguntamos siempre: ¿cómo ausente en las esferas, ca
podemos inventar en el texto cierto espacio, una perspectiva donde la voz peda- gógica. He llamado a est
gógica que habla por el niño se deje ofr? y, cuando la oímos hablar, naturalmente, ca» y «tacto pedag6gico,
168
___ _______________________ relación firme y orientada
)ciones ricas, que explo- es amarga, acusadora o cínica sobre nuestras pretensiones y sobre la forma en que
experimenta inmediata- somos, o deberíamos ser, con nuestros hijos.
ción y la teorización que
stedo li.mdamental, dis-
su naturaleza y sus LAS CIENCIAS HUMANAS COMO INVESTIGACIÓN DE ACCIONES
,didad en referencia(a la ORIENTADA CRíTICAMENTE
), de ese «más allá fasel-
ensamiento profundo» O Aunque la fenomenología hermenéutica se ha tratado normalmente como una
imdidad con aquello que «mera» metodología descriptiva o interpretativa, también es una filosofía crítica
de la acción. En primer lugar, las ciencias humanas se interesan por la acción, en
el aspecto en el que la reflexión fenomenológica hermenéutica profundiza en el
[rual; sobre todo no 10 es si pensamiento y, por lo tanto, radicaliza las ideas y las acciones que fluyen de él.
aro». Hay miles de parado- Todo pensamiento serio y original es, en última instancia, revolucionario, pero
e carecen de O1alquíer tipo entendamos el término «revolucionario» en un sentido más amplio, y no en el
lparecen. Diría que un estrictamente político. Y, así, ser más consciente desde un punto de vista reflexivo
pliegan por un área que va de los aspectos de la vida humana que hasta ahora simplemente se comentaban o
le lo que el ojo puede cap- se daban por hechos, probablemente nos conducirán al extremo de hablar sin tapu-
jos, de expresamos en alto y con claridad, o de actuar de un modo decisivo en
situaciones sociales que requieran dicha acción. Y aunque la fenomenología como
Liveles y en muchas áreas forma de investigación no determina nin¡,'una agenda política, particular y ade-
a vida con nuestros hijos cuada, para las circunstancias histodcosociales de un determinado grupo o clase
ida. Y, especialmente, di. social, sí es más probable que el carácter reflexivo que mueve a la fenomenología
,go que podría expresarse conduzca a una indignación, preocupación o compromiso que, si son adecuados,
que las historias y las pe- provocarán que prestemos atención a dicha agenda política. Se sustenta sobre la
:s tendidos por nosotros a base de entender qué presta un servicio' al bien humano de este niño o de estos
)ensamiento profundo se niños que necesitan que nos involucremos en la acción política «colectiva»: la
con el texto propiamente acción contra las estructuras políticas, burocráticas o ideológicas. 0, tal vez, con
los pies más en el suelo, podamos involucramos en una acción «personal>, que ayu-
e el carácter profundo de dará a unos niños concretos que estén en problemas, por ejemplo, a huir del ciclo
lermenéutica: lograr algo de pobreza en que estos niños y sus familias se encuentran atrapados.
do algo perdido, pasado o En segundo lugar, la fenomenología es una filosofía de la acción especialmente
presente con una visión en un contexto pedagógico. La pedagogía misma es un modo de vida que siempre,
miro Presentar la investi- y por definición, trata con la acción práctica. Para siempre, y de un modo conti-
resultados, sino una lec- nuado, debemos actuar en nuestra vida con los niños o con aquellos para quienes
:exto que muestra lo que tenemos una responsabilidad política. Lo que la actitud fenomenológica da a los
lnsumirlo y, también, ser educadores es un cierto estilo de conocimiento, un tipo de teorización que lo único
que promueve es una forma de práctica pedagógica que se encuentra casi del todo
;untamos siempre: ¡cómo ausente en las esferas, cada día más burocratizadas y tecnológicas, de la vida peda-
ctiva donde la voz peda- gógica. He llamado a este conocimiento y actuación «carácter reflexivo pedagógi-
10S hablar, naturalmente, co» y «tacto pedagógico» (van Manen, 1986, 1988).
169
vivida
170
Mantener una Orif'--flfada
ión siempre en un senti- vo. Y el aprendizaje reflexivo tiene el efecto dialéctico de bacernos más cons-
1 la reflexión fenomeno-
cientes de un modo atento al significado y a la importancia de las situaciones y
parece extremadamente relaciones pedagógicas.
llo, querré saber el signi-
lalquier otro niño tienen 4) Deberíamos recordar que, desde un punto de vesta reflejo, la investigación y la
s, me siento responsable teorización por sí solas constituyen una forma de vida pedagógica y, por lo tanto,
lar en el mundo inseparables de ella. Mediante las formas de conocimiento que perseguimos y
; nifios¡ yo quiero re elar los temas a los cuales nos orientamos, en realidad mostramos cuál es nuestra
me dé una metodolo ia posición en la vida. Como investigadores y teóricos, recomendamos las formas
lad6n en circunstancias de conocimiento en las que compartimos la idea de si deberíamos orientarnos
hacia los niños de una forma burocrática o personal, patemalista o auténtica,
tanto) lo que nece.. instrumental o humanística, por ejemplo.
Jnes que luego nos sean
j
)fe cambiantes, sino una 5) Finalmente, si pensamos en la fenomenología como en un tipo de investigación
,decuada para tratar con orientada hacia la acción, emerge de forma inmediata la sugerencia de una inti-
niño o esta clase de ado- midad entre la investigación y la vida. Las ciencias humanas fenomenológicas
l sí reforzamos la intimi- no son un tipo de investigación externa¡ jerarquü::ada¡ experta o contractuaL
el carácter reflexivo y el Está constituida "por» personas más que «para» ellas, como dirían los críticos
teóricos. El compromiso de la fenomenología consisre siempre en un compro-
miso personal: es una llamada a cada uno de nosorros, a cómo entendemos las
lodmiento y acción si se cosas) a cómo nos posicionamos en la vida, a cómo nos entendemos a nosotros
ra la acción práctica. Ello mismos como educadores, por ejemplo. Incluso en la medida en que nosotros so-
ón, debemos descubtir y mos como autores/lectotes implicados de forma dialéctica con la literatura de
ridades de investigación: ciencias humanas, a la vez también nos vemos implicados en ella de un modo
tísticas, experiencias per- hermenéutico, es decir, de forma pei:\onal, biográfica o situacionalmentc, en
nuestra calidad de padres o profesores de este o de estos niños.
petencia pedagógica. Pero deberíamos tmer en cuenta también que, en las cir-
.a de aprendizaje reflexi- cunstancias de la vida cotidiana, el conocimiento es como la vida: ¡las cosas son
171
Investigación y experiencia vivida
siempre más complicadas! Como profesor, padre, director, consejero o psicólogo, se «posítivistas»J de la invt
actúa de acuerdo con la pedagogía movilizando, de fOTII1llll únicas y complejas, determinadas formas o
todos los aspectos de la competencia pedagógica misma. malas, razonables o lrra'
La investigación en ciencias humanas produce «la teoría de lo único». y repre- suelen guiar más por la
senta una característica de esta «teoría de lo único» el hecho de que se apropia del caz, que por la bondad. I
caso particular, no de un modo prospectivo ni introspectivo, sino de forma retros- tTaron que nuestra conl
pectiva. Nuestra vida con los niños en situaciones naturales como padres o profeso- había despegado de su a
res no está tan caracterizada por una elección constante y una toma de decisiones embrago, tenemos que <
racional, como lo que las teorías del profesor en tanto que "practicante reflexivo» do de competencia cuar
y «tomador de decisiones deliberativo» nos han hecho creer. En contextos con- «buen» padre.
cretos y particulares, nos encontramos mucho más minuciosamente implicados en Estamos interesados <
acciones de un modo inmediato y directo. que no basta con traer r
La creciente burocratización de las instituciones pedagógicas y el erecto tecno- profesor y dar clase sobr
logizante de las formas de conocimiento e investigación educacional tienden a ero- ayudar a los niños a cre(
sionar nuestro conocimiento y nuestra ptáctica de la competencia pedagógica en saber y ser. Así pues, es'
la vida cotidiana. Además, el mundo de la vida de los padres que viven con niños ber qué hacer y querem
parece convertirse en algo más superficial a medida que la estructura familiar se de- es para un niño: como ¡;
bilita y los niños van dejándose cada vez,más a cargo de instituciones. Las guarde- les a nuestra vocación. !
•
rías y las escuelas parecen absorber cada día mayor número de responsabilidades tra relación pedagógica (
pedag6gicas de las que antaño se creía que penenecían a la tarea de ser padres. Así petencia pedagógica qu,
pues, la investigación en ciencias humanas tiene consecuencias radicales por cuan- las condiciones de la ac¡
to la fenomenología construye un pensamiento serio sobre el significado de vivir y teoría o un modelo de
actuar en situaciones y relaciones pedagógicas concretas. La fenomenología res- esfuerzo así da por hech,
ponde a la necesidad de la teoría de lo único, mientras que la reflexión fenomeno- ta imposible de saber er
lógica hace posible una forma omitida de aprendizaje pedagógico: el aprendizaje nes debemos pretender
reflexivo. Con más fundamento que el aprendizaje de habilidades, es el aprendiza-
je reflexivo lo que está en el centro de nuestra vida pedag6gica como madres, pa- Mark está jugando tran
dres, profesores. psicólogos, trabajadores sociales o educadores. pequeño ha empezado
Algunas personas traen niños a este mundo y luego los abandonan. Otros se afe- Luego se detiene, se si,
rran a ellos pero no saben cómo amar. Luego también se encuentran los padres que seguido, Mark ya está e
quieren a sus hijos y hacen un esfuerzo para criarlos pero, de todos modos, lo hacen dos y su risa se convie
con torpeza. Por lo tanto, necesitamos leyes para proteger a los niños de la negli- nuevo a su madre. Su e:
gencia o, peor aún, del maltrato infantil. El mismo tipo de escenario puede esbo- lectura y se dirige jugar
zarse para los profesores. Parece más fácil hablar de incompetencia pedagógica que ción! Mark se siente tn
de competencia. Incluso podríamos decir, de forma enérgica, que aquellos que no vertido en carcajadas j
consideren que el tema de la competencia sea difícil no saben ciertamente de lo madre mientras va had
que están hablando. ¡Qué es lo que posibilita que hablemos, es decir, que teoríce- larae. Se fíe tanto que
mos sobre competencia cuando se trata de criar o de enseñar o, lo que es 10 mismo, cada vez gatea con más
de educar a los niños? Significa que podernos actuar en las vidas de los niños y que pr6ximo movimtento. '
somos capaces de hacerlo bien. Pero las concepciones modernas, también llamadas «¡Te tengo!>, Esto ya es
172
Mantener una
173
bfvesngación educativa y __._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ - - - _..........-
174
Mal/tener /lna relación jirme y orientada
no tiene la extraña
110 educacional de los niños no exige que éstos sean «educados» para ser como los
adultos que los educan. Los adultos mismos se ven desafiados por el interés emanci-
un mar de lágrimas. Unos
patorio de la pedagogía en ver sus propias vidas como potencialidad, es decir, como
cabello de su madre y Mark
vidas de existencia orientada.
a revista. Sabe que el pró-
La competencia pedagógica se manifiesta no sólo en la praxis, en nuestras rela-
ciones, actividades y situaciones concretas con los niños. Se manifiesta también en
, aquí? Por supuesto
la teorización, en la cual el padre o el educador profesional convierten en discurso
reflexivo el significado de las situaciones pedagógicas. Esta forma cotidiana de teo-
liento de iniciación»/de
rización pedagógica suele suceder cuando se acuesta a los niños o cuando ya no
¡ue demuestre que real-
queda nadie en clase; entonces la vida pedagógica de los padres y de los profesores
J que estaba haciendo y
encuentra un respiro. Los amigos vienen de visita, los profesores se retiran a la sala
así, la confirmación por
de personal, se integran de nuevo a su vida privada o bien se reúnen con sus pare-
eón aventurada. Cuando
jas en casa. En estas ocasiones los adultos hablan de «chiquilladas» con otros adul-
lUida se convierte en un
tos, una forma mundana u ocasional de teorización pedagógica.
rante sólo un momento
ido a buscar a su peque-
)osible imaginarla con-
al «pilla-pilla» con un
:nta de su propia vulne-
dría escapar de esta per-
ere la seguridad y e! ries-
Ima de! padre que queda
ra de riesgo. Aunque ser
:arfa más si nadie se
como el niño se
l\.sí pues, la persecución
ja de su madre. Y, sí, la
las categorías pedagógi-
camas más que los pre-
) infantil, tenemos que
E: carácter reflexivo, una
a de pensamiento y, a la
pedagógico de
ctualizan en situaciones
,abe, con tacto, cuándo
ya que
175
Equilibrar I
consider.
LA PROPUESTA DE IN'
Ij
177
Investigación educativa y experiencia vivida
de juego de los niños», por ejemplo. Tal vez no sea lnuy importante escribir una
unas intensas entrev ü
disertación metodológica detallada sobre el estudio hasta que se haya finalizado por
conocimiento de uno
completo. También resulta conveniente dejar espacios abiertos en la investigación
ción en las prioridad,
en ciencias humanas para poder escoger el camino y explorar técnicas,
conducir a sentimien
mientos y fuentes que no siempre son previsibles al iniciar un proyecto de
entre otros.
gación. De forma análoga, será más difícil que un comité externo acepte un
jo que consista en un tratado filosófico sobre la historia o sobre la naturaleza de la
4) Los proyectos fenome
hermenéutica o de la fenomenología en general, que si se trata de una discusión
mador sobre el propi,
bien introducida sobre la fenomenología del tema del estudio propuesto.
gica en sí misma cons'
conduce a una transf
capacidad de percepc
EFECTOS y ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS HUMANAS
ejemplo.
Las tareas y los retos implícitos en la experiencia humana son variados y entre ellos
podemos encontrar, por ejemplo, la educación de los niños en edad escolar, la ayuda
PLANIFICACIÓN y COI
a jóvenes que han sufrido malos tratos, el cuidado de enfermos, la asistencia psicoló.
gica a aquellos que padezcan trastornos emocionales o psicológicos, o bien la movi·
Al concebir y planificar
lización de aquellos que se encuentran en situaciones políticas difíciles, por ejemplo.
humanas, se debe articu
El razonamiento seguido en el capírdlo anterior ha sido que la investigación
limitaciones a la aplicabi
pedagógica pierde su propia vida si no se relaciona con los retos pedagógicos inhe-
dológicos. Hablando en
rentes a las experiencias humanas hacia las cuales se ha orientado. La investiga-
para encontrar enfoques'
ción pedagógica no puede quedarse fuera de los valores morales que otorgan a la
proyecto en particular y ,
pedagogía su significado. Como mínimo, el investigador en ciencias humanas con
seamos hablar o escribir
orientación pedagógica debe ser consciente de lo siguiente:
nado, una práctica conc
debemos aproximarnos a
1) La investigación puede tener ciertos efectos sobre las personas que estén impli-
perder de vista la pregun
cadas en ella y que se interesarán por el trabajo fenomenológico. Seguramente
sideraciones y condicion
sentirán incomodidad, ansiedad, falsas esperanzas, superficialidad, culpa, dudas
institucionales y signific
sobre sí mismas o irresponsabilidad, pero también esperanza, mayor
siguientes cuestiones pue
ción, estitnulación morat conocitniento, sensación de liberación, capacidad de
un enfoque investigador!
reflexión, etc.
1) «¿Cuál es el objeto
2) Los métodos investigacionales pueden tener algunos efectos en las instituciones
objetos pueden ser muy (
en que se lleva a cabo la investigación. Por ejemplo, algunas prácticas sanitarias
sivamente al tema en cue
se cuestionarán e incluso pueden llegar a cambiar, como consecuencia de la
su lugar de juegos fave
mayor concienciación de la experiencia del nacimiento del hijo por parte de
ctividades lúdicas. Usa,
la propia madre, el niño o el padre.
tografías o dibujos, por
pilar anécdotas y descri
3) Los métodos investigacionales que son empleados pueden tener también efec-
{véase Hart, 1979; Bleeke
tos persistentes en los «sujetos» reales implicados en el estudio. Por ejemplo,
tar este material recopilal
178
----_._-----
179
lnrestigación educativa y e:<perlem:ia vivida
diante entrevistas a adultos sobre sus lugares de juego preferidos en la infancia. A tintos tipos de texto. Ad
veces se puede pedir a los participantes que escriban sus descripciones personales del si;,'Ilificado y de la im
de esas experiencias. Y, naturalmente, se pueden obtener descripciones y apoyo de leza de la oralidad y de 1
otras fuentes literarias o artísticas. escritores profesionales s;
Un terna muy distinto de la existencia humana, COrnO el del estudio de "la mano) con máquina de e
experiencia de una enfermedad terminal crónica», tal vez requiera la invención Para abordar un fen6n
de un método único. 01son (1986) utilizaba anécdotas seleccionadas de distintas en la vida de! niño», se
fuentes literarias como disparadores hermenéuticos con el fin de provocar entre· ren aproximaciones Ínv{
VL,tas conversacionales en aquellos implicados en la experiencia de la enferme· padres experimentan el 1
dad. Para poder estudiar y reflexionar sobre la experiencia del paciente, Olson uti· o cuando observan a sus
Iizó la obra A Diary. Para reflexionar sobre la experiencia de ser doctor, utilizó parque. La pregunta de I
fragmentos de La peste, de Albert Camus. Para poder explorar la experiencia de «¿Cuál es la experiencia
los cuidadores, emple6 apartados de! libro Notas sobre enfennena, de Nightingale. complica rápidamente si
Para reflexionar sobre la experiencia del sacerdote escogió anécdotas de La muer· gro. y más aún, los niños
te de Iván lIitch, de León Tolstoi. Y para poder explorar la experiencia de la enfer· riencia del riesgo y del po
medad desde el punto de vista de un familiar cercano, como puede ser la madre experiencia. De modo qu
del paciente, utili"ó el poema de Tennyson In Memoriam. Luego involucr6 a un ne una dimensión de aut
paciente, a un doctor, a una enfermer<¡, a un sacerdote y a una madre en estas muchos otros con los ql
anécdotas y extractos literarios para provocar que reflexionaran hermenéutica· difíciles en cuanto al tipe
mente sobre sus propias experiencias y hablaran de sus experiencias vividas utili- pilaci6n de datos»; la se!
zando el material literario corno recurso para dar sentido al significado de estar la observaci6n; la grabacl
enfermo. Estas transcripciones de entrevistas reflexivas requerían también, a su las transcripciones para ,
vez, un análisis interpretativo por parte del investigador, para poder producir una datos obtenidos de otra<
descripci6n, en el ámbito de las ciencias humanas, de la experiencia de la enfer· modo de desarrollar una
medad. cripci6n mínuciosamentt
Otros fenómenos de la experiencia humana requerirán métodos de actuaci6n Otra manera de centl
muy distintos. Por ejemplo, si intentamos entender el significado y la importancia padres consiste en plante
de «la experiencia de la dificultad en el aprendizaje infantil», lo más probable es na. Bergum (1986) preg
que tengamos que hablar con alumnos de enseñanza primaria o con jóvenes de se· vertirse en madre? O lcó
cundaria sobre unas experiencias de aprendizaje seleccionadas y, a la vez, pedir a padre? En su estudio de <
los mayores que nos describan sus experiencias por escrito. Por el contrario, a un autora siguió a cinco muj
niño con alguna discapacidad mental no lo podemos involucrar de este modo en de entrevistas conversad
la investigación; sí queremos tener en cuenta e interpretar los momentos y Heon... vital sobre cada mujer. '
tecimientos significativos del mundo de los jóvenes con discapacidad mental, nos el tema fundamental de I
veremos obligados a desarrollar una especial sensibilidad en nuestras observaciones temas transformadores er
e interacciones (véase Maeda, 1986). tir y experimentar la pr",
Un tipo de fenómeno muy distinto, como es el de «la experiencia de escribir en " niño», entre otros.
el ordenador», puede requerir de una gran variedad de actividades y métodos de
procedimiento. Baldursson (1988) emple6 un diario para ir registrando sus expe· \) «¿Cuál es la intelig
riencias personales con el uso del procesador de textos, con el fin de producir dis- de I¡¡ inteligibilidad de la
180
,feridos en la infancia. A tintos tipos de texto. Además, parece que este tema demandaba una investigación
descripciones p,ersonales del significado y de la importancia de las fuentes filosóficas reflexivas de la natura-
descripciones de leza de la oralidad y de la cultura escrita, así como un examen de testimonios de
escritores profesionales sobre su experiencia, ya sea con el proceso de la escritura a
no el del estudio de «la mano, con máquina de escribir o con el ordenador.
"ez requiera la invención Para abordar un fenómeno como el de "la experiencia e importancia del riesgo
eleccíonadas de distintas en la vida del niño», se pueden tomar varias direcciones alternativas que requie-
el fin de provocar entre- ren aproximaciones investigacionales distintas. Smith (1989) investigó cómo los
periencia de la enferme- padres experimentan el riesgo cuando ven a sus hijos en determinadas situaciones
l del pacíente, Olson uti- o cuando observan a sus hijos haciendo algo que es peligroso o imprudente en el
cía de ser doctor, utilizó parque. La pregunta de la investigación estaba formulada de la siguiente manera:
'plorar la experiencia de «¡Cuál es la experiencia paterna de ver ante el peligro a su hijo?» Esta cuestión se
fermeTÍa, de Nightingale. complica rápidamente si nos damos cuenta de que los niños también ven el peli-
ió anécdotas de La muer- gro. y más aún, los niños advierten la forma en que sus padres responden a su expe-
, experiencia de la enfer- rienda del riesgo y del peligro y, a su vez, los padres necesitan hacer algo con esta
;omo puede ser la madre experiencia. De modo que, inevitablemente, un estudio sobre «ver el riesgo» supo-
ll. Luego involucró a un ne una dimensión de autorreflexión pedagógica. En el estudio de Smith, como en
y a una madre en estas muchos otros con los que estoy familiarizado, resulta necesario tomar decisiones
'xionaran difíciles en cuanto al tipo de aproximación que se debe llevar a cabo para la «reco-
xperiencias vividas utíli- pilación de datos»; la selección de «sujetos» o "participantes» para la entrevista y
lo al significado de estar la observación; la grabación de conversaciones; la organización y el tratamiento de
requerían también, a su las transcripciones para su posterior análisis e interpretación; el modo de integrar
para poder producir una datos obtenidos de otras fuentes; el modo de determinar y formular temas y el
experiencia de la enfer- modo de desarrollar una práctica, ya sea Jextual o escrita, para producir una des-
cripción minuciosamente «argumentada»':'
In métodos de actuación Otra Illanera de centrarse en un aspecto de la experiencia del hecho de ser
nifícado y la importancia padres consiste en plantear la cuestión del inicio o génesis de la experiencia pater-
mil», lo más probable es na. Bergum (1986) preguntó: ¡cómo experimenta una mujer el proceso de con-
,aria o con jóvenes de se· vertirse en madre? O ¿cómo experimenta un hombre el proceso de convertirse en
nadas y, a la vez, pedir a padre? En su estudio de "la experiencia transformadora de la mujer en madre», la
:0. Por el contrario, a un autora siguió a cinco mujeres en su experiencia del embarazo y del parto. Una serie
'olucrar de este modo en de entrevistas conversacionales desestructuradas le permitió construir una historia
ar los momentos y acon· vital sobre cada mujer. Y se podía ver que cada una de estas historias contenia
:liscapacidad mental, nos el tema fundamental de la experiencia transformadora de la mujer en madre. Estos
,n nuestras observaciones temas transformadores eran: "la naturaleza de la decisión de tener un bebé», «sen·
tir y experimentar la presencia del bebé», «el dolor del parto», «vivir pensando en
,xperiencía de escribir en el niño», entre ottOS.
lctividades y métodos de
l ir registrando sus expe- 2) «¡Cuál es la inteligibilidad de la experiencia que se estudia 1» La naturaleza
on el fin de producir dis- de la inteligibilidad de la experiencia-a la que nos dedicamos puede ser muy distin-
181
vivida
ta de la facilidad con la que otras experiencias posibles pueden aprehenderse de un dio de la fenomenología <
modo intuitivo y cognitivo. Experiencias normalmente compartidas, como las de en determinados aspeeto
«leer una novela» o «ser evaluado», pueden plantearse y entenderse más fácilmen- profesotes. Por ejemplo,
te que otras menos COfilunes, como por ejemplo «saltar en paracaídas» o «escalar que «miran» los padres <
montaf\as», o bien experiencias relativas a determinadas condiciones de vida, es la experiencia paterna
como «el dolor del parto», «la pérdida de memoria de las personas mayores», etc. rama» paterna?, ¿en qué
Puesto que la mayoría de nosotros hemos leído novelas, existe inmediatamente un profesores pueden tener
terreno dominado por la experiencia interpersonal que nos permite explorar y vali- de la «responsabilidad» •
dar descripeiones sobre «la experiencia de la lectura». Sin embargo, en e! caso de Así pues, para llevar a
«la experiencia del dolor de! parto», un cincuenta por ciento de la población es, de gran ayuda definir y (
por definición, incapaz de validar personalmente un telato interpretativo de dicha contrario, podemos perd
experiencia. Y con el objetivo de recopilar material procedente de entrevistas pregunta.
sobre la experiencia del dolor del parto, uno se ve obviamente limitado, de un
modo muy distinto, en términos de la disponibilidad de las personas que pueden
ser entrevistadas, la planificación tempornl de las entrevistas, etc. TRABAJAR EL TEXTO
3) «¡Cuál es la situación experiencial en la que entra el investigador?» El desafío Tradicionalmente, los eS1
que plantea la investigación en el ámbit0.de las ciencias humanas reside en el hecho ciales y conductistas se pJ
de que las situaciones experienciales pueden ser drásticamente distintas. Así, puede necesario que
ser errÓneo utilizar un estudio de investigación como modelo para aplicarlo en otro nas fenomenológIcas tat!"
entorno investigacional. Las situaciones en que tiene lugar el fenómeno estudiado la investigación, si bien
pueden ser tan distintas como una detenninada aula de un colegio, un parque infan- ción no siempre son
til, una casa, un hospital, un lugar de trabajo, un centro juvenil, etc. Y dentro del Algunos estudios cuaJital
hospital, por ejemplo, la situación experiencial del paciente, la enfermera, el doctor ducciones y fragmentos,
o los técnicos sanitarios no será en absoluto igual entre sí. investigador ha decidido
Estas cuestiones dejan entrever la complejidad contextual de un estudio inves- hemos insistido en que (
tigacional en el ámbito de las ciencias humanas. Pero es importante recordar algu- del proceso de escritura.
nos puntos básicos: la investigación en el ámbito de las ciencias humanas es el y organizar transcripcion
estudio de la experiencia vivida por los seres humanos. El investigador pregunta: rrativa.
¿cómo es esta experiencia vivida?, ¿cuál es el significado y la importancia de esta Sin embargo, resulta (
experiencia? A lo largo de este libro se ha venido utilizando el concepto de pe- del estudio de investigac
dagogía como ejemplo para explorar el significado del fenómeno de ser padres o fonna definitiva sólo sur!
docentes. Es muy importante desde un puntO de vista metodológico tener muy pre- bajo. A veces un invesl.ig
sente la cuestión investigacional que nos motiva. El elemento ilustrativo, para mí, to que no hay ningún m
como autar de este libro, radica en: ¿cuál es la experiencia de la pedagogía?, ¡cmíl de frustmción puede sup'
es el significado y la importancia del fenómeno de ser padres y docentes? Se trata rencía del bloqueo creati
de una cuestión muy amplia, que, ciertamente, merece toda una vida de trabajo de- salir del dilema, hay que
dicada a ella. la parte y el todo, (
Para conducir un estudio más manejable suele ser de utilidad delimitar el cen- p r toda la investigación
tro de atención a un tema o cuestión claramente identificable. De hecho, un estu- p sible organizar a grand
182
eden aprehenderse de un dio de la fenomenología de la pedagogía necesariamente lo implicaría a uno mismo
:ompartidas, como de en determinados aspectos o categorfas de la experiencia del hecho de ser padres o
,ntenderse más fácilll\en- profesores. Por ejemplo, podríamos preguntamos: len qué se distingue el modo en
!n panlCaídas» o «escalar que «miran" los padres a sus hijos del modo en que lo hacen otros adultos?, ¿cuál
las condiciones de vida, es la experiencia paterna de «ver" a un niño 1, ¿cuál es la experiencia de la «espe-
S personas t etc.
ranza.. paterna?, ¡en qué se distingue la esperanza paterna de las esperanzas que los
xiste inmediatamente un profesores pueden tener por Sus alumnos?, ¡cuál es la naturaleza de la experiencia
's permite explorar y vali- de la «responsabilidad» pedag6gica? (véase, por ejemplo, van Manen, 1986).
n embargo, en el casa de Así pues, para llevar a cabo cualquier proyecto de investigaci6n determinado es
iento de la población es, de gran ayuda definir y centrarse bien en la elecci6n del tema, puesto que, de lo
o interpretativo de dicha contrario, podemos perdernos en la inmensidad y profundidad de nuestra propia
rocedente de entrevistas pregunta.
imnente limitado, de un
las personas que pueden
.stas¡ etc. TRABAJAR EL TEXTO
. investigador?» El desafío Tradicionalmente, los estudios de investigación en los ámbitos de las ciencias so-
unanas reside en el hecho ciales y conductistas se presentan en una determinada forma textual, aunque no es
.ente distintas. Así, puede necesario que documentemos aquí sus convenciones textuales. En ciencias huma-
lelo para aplicarlo en otro nas fenomenológicas también han surgido algunos patrones de "presentación" de
ar el fenómeno estudiado la investigación, si bien los estudios que han seguido estos formatos de presenta-
colegio, un parque infan- ci6n no siempre son los más interesantes o los que aportan más información.
juvenil, etc. Y dentro del Algunos estudios cualitativos consisten en poco más que en interminables repro-
te, la enfermera, el doctor ducciones y fragmentos de transcripciones disimulados bajo la excusa de que el
investigador ha decidido «dejar que los datos hablen por sí solos». En este libro,
tual de un estudio inves- hemos insistido en que el proceso de investigación es prácticamente inseparable
importante recordar algu- del proceso de escritura. Así pues, los estudios que hacen poco más que presentar
s ciencias humanas es el y organizar transcripciones no cumplen en absoluto su tarea interpretativa ni na-
El investigador pregunta: rrativa.
, y la importancia de esta Sin embargo, resulta útil pensar con detenimiento sobre la estructura o forma
,ando el concepto de pe- del estudio de investigación que vayamos a elaborar, aunque la estructura en su
cn6meno de ser padres o forma definitiva sólo surgirá a medida que vayamos progresando con nuestro tra-
odol6gico tener muy pre- bajo. A veces un investibrador no está seguro de qué direcci6n debe tomar. Y pues-
lento ilustrativo, para mí, to que no hay ningún modelo ni plantilla que se pueda seguir, este sentimiento
,ia de la pedagogía?, ¡cuál de frustraci6n puede suponer una parada en el trabajo. Esta situaci6n no se dife-
ldres y docentes? Se trata rencia del bloqueo creativo que a veces experimentan los autores al escribir. Para
da una vida de trabajo de- salir del dilema, hay que intentar tener siempte presente la reladón evolutiva,
entre la parte y el todo, de nuestro estudio. Aunque tal vez no sea posible antici-
utilidad delimitar el cen- par toda la investigaci6n con un esquema detallado o un índice, sí que puede ser
cable. De hecho, un estu- posible organizar a grandes rasgos el sentido global de la aproximaci6n requerida
183
por la cuestión o noción fundamental que uno está tratando. Comparemos esta tratar cada uno de lo teD
aproximación con el modo en que un pintor actúa cuando prepara un lienzo para pre las dimensiones sign
recibir las imágenes. seguir sistemáticamente'
Aunque no existe ninguna razón que nos obligue a estructurar un estudio feno- tiones y la siguiente orga
menológico de un modo particular, puede ser de utilidad organizar nuestro texto de
una determinada forma en la cual se relacione con la estructura fundamental del ¿Cuáles son los aspecto,
fenómeno mismo. Naturalmente, al «organizar nuestro texto» no sólo nos dedica- Existe una evidencia (
mos a ordenar o disponer superficialmente el texto, sino que buscamos un sentido Tener tacto consiste e
de forma organizativa y totalidad org'drlica del texto que, a su vez, sea coherente El tacto no se puede p
con el énfasis metodológico del enfoque investigativo. A continuación se detallan El tacto se rige por la
varias alternativas para esttucturar un estudio de investigac;ión: El tacto gobierna la PI
¿Cómo se manifiesta e!
El tacto se muestra co
De forma temática El tacto se muestra ca
El tacto se muestra ca
En primer lugar, se pueden utilizar los temas que van surgiendo como guías gene- El tacto se muestra ca
rativas para escribir el estudio de investigación. Dicho de otro modo, todo el estu- El tacto se muestra co
dio, o al menos su cuerpo principal, se divide en capftulos, partes o apartados que El tacto se muestra Ca
tratan un aspecto esencial del fenómen¿, que se está estudiando. Cada titular de ¿Qué es lo que rearmen
cada apartado articula el tema que se describe en dicho apartado y, naturalmente, El tacto preserva el eSI
los fenómenos complejos se irán subdividiendo en otros temas. Por ejemplo, sobre El tacto ptotege 10 qu<
la base de algunos temas derivados de los apartados ilustrativos de este estudio se El tacto evita daños o
puede describir la experiencia vivida del hecho de ser padres organizando, a la vez, El tacto sana (o devue
el texto en tomo a los temas de: El tacto refuerza lo qu
El tacto mejora lo que
Traer a los niños al mundo. El tacto promueve el (
- Preparar el mundo de los niños como un lugar donde estar y crecer. ¡Cómo realiza el tocIO ¡
- Vivir con los niños con esperanza. El tacto actúa a través
- Ejercer la responsabilidad paterna. El tacto actúa a través
- La necesidad de actuar con tacto hacia los niños. El tacto actúa a través
El tacto actúa a través
Estos temas no son exhaustivos del fenómeno de ser padres, pero sí permiten una El tacto actúa a tra vés
investigación sistemática. El tacto actúa a través
Por lo tanto, las ciencias humanas representan un estudio «sistemático» de una ¡Cuál es la importancia
experiencia humana. A veces es dificil persistir en un tema y explorar de forma or- El tacto da una forma
denada sus aspectos significativos. Debemos resistir la tentación de ir probando a El t.acto convierte la iJ
obtener un significado aquí y luego allf, y luego pasar a otro tema, porque produci- El sentim iento del tae
remos una descripción que no tendrá ninguna estructura global. -¡Oda descripción
fenomenológica tiene, en cierto sentido, la obligación de seguir un orden. Si utili, \ Evans (1989) ha entr'
zamos los temas para organizar el texto, el reto que se nos plantea es el de cómo ) historias aneedóticas de I
184
ando. Comparemos\esta tratar cada uno de lo temas de forma sistemática, aunque un tema implique siem-
lo prepara un lienzo fara pre las dimensiones significativas de otros temas. Por ejemplo, si tuviéramos que
seguir sistemáticamente el tema del tacto pedagógico, surgirían las siguientes cues-
ucturar un estudio feno- tiones y la siguiente organización (véase van Manen, 1988),
rganizar nuestro texto de
ructura fundamental del ¿Cuáles son /os CL<pectos principales del tacto?
xto» no s6lo nos dedica- Existe una evidencia clara sobre el tacto en nuestra vida cotidiana.
lue buscamos un sentido Tener tacto consiste en «tocar» a alguien.
Ja su vez) sea coherente El tacto no se puede planificar, o sea, resulta implanificable.
continuación se detallan El tacto se rige por la facultad sensible.
ación: El tacto gobierna la praxis.
¿Cómo se manifiesta el tacto pedagógico?
El tacto se muestra como una franqueza hada la experiencia del niño.
El tacto se muestra como una armonización con la subjetividad.
El tacto se muestra como una influencia sutil.
"iendo como guías gene- El tacto se muestra como una contención.
otro modo, todo el estu- El tacto se muestra como una confianza situacional.
's, partes o apartados que El tacto se muestra como un regalo improvísacional.
ldiando. Cada titular de ¡Qué es /o que realmente hace el tacto pedagógico?
partado y, naturalmente, El tacto preserva el espacio de un niño.
emas. Por ejemplo, sobre El tacto protege lo que es vulnerable.
mtivos de este estudio se El tacto evita daños o perjuicios.
res organizando, a la vez, El tacto sana (o devuelve la plenitud), de aquello que está roto o dafiado.
El tacto refuerza lo que es bueno.
El tacto mejora lo que es único.
El tacto promueve el crecimiento y el aprendizaje personal.
estar y crecer. ¡C6mo realiza el tacto pedagógico lo que lleva a cabo?
El tacto actúa a través del discurso.
El tacto actúa a través del silencio.
El tacto actúa a través de la mirada.
El tacto actúa a través del gesto.
Ires, pero sí permiten una El tacto actúa a través de la atmósfera.
El tacto actúa a través del ejemplo.
dio «sistemático» de una ¡Cuál es u¡ importancia del tacto para la enseñanza?
La y explorar de forma or- El tacto da una forma nueva e inesperada a situaciones no previstas.
o.tación de ir probando a El tacto convierte la incidencia en importancia.
ro tema, porque produci- El sentimiento del tacto deja huella en el nifio.
global. Toda descripción
seguir un orden. Si utili- Evans (1989) ha entrevistado a directores de escuelas pam examinar cómo las
os plantea es el de cómo historias anecdóticas de las rutinas cotidianas, los problemas y los acontecimientos
185
educativa y experiem:ja vivida
en la vida de los adminístradores escolares pueden tratarse como definiciones Una tercera aproxima(
narrativas o prácticas de la administración educacional. Como ya hemos mencio- ciencias sociales ordinar;,
nado en el capítulo 6, las historias que los educadores explican pue<:len ser tratadas objetivo es mostrar cómc
como rccomendaciones para actuar. En nuestra teorización, en el hecho de con- les tradicionales, está m2
vertir la vida en díscurso, estamos, en cierto modo, recomendando una determina- por sabidas o que son gel
da manera de estar en el mundo. Y, así, para hacer justicia a la «teofÍa» de alguien, conocimiento más reflex
necesitamos leerla como si se tratara de una versión dura de aquello que pretende revelarlo (véase el aparta
(Blum y McHug, 1984). Cuando el director de una escuela explica una historia pp. 66-70 l, A continuaci
sobre el modo en que trató a un alumno, a un profesor o a un padre, lo que está algunos temas después de
diciendo es: «En esto consiste ser director») es como un director tiene que nar descripciones experie
actuar». El estudio de Evans implica, de este modo, una lectura intensa de las his-
torias cotidianas que cuentan los administradores para poder intentar reforzarlas.
Considera que una lectura intensa de las historias anecdóticas descubre varios Mediante ejemplos
temas que explican la necesidad de restaurar la base pedagógica o educativa de la
administración educacional. Otro modo de proceder e
cripción haciendo visible
descripción inicial medi,
De forma analítica por caso que, después de ,
"
se puede proceder mostn
Orro modo de redactar nuestro texto consiste en utilizar la forma analítica dentro de modalidades de patemid,
una búsqueda de terreno en constante expansión. Una aproximación así puede
tornar la forma de seguir algunas de las actividades metodológicas discutidas en este - ser padre adoptivo,
texto. Por ejemplo, si la investigación implica entrevistas conversacionales en pro- - ser padrastro o made
fundidad con algunas personas, estas entrevistas podrían reelaborarse para conver- - ser padre de niños di
tirlas en «historias de vida reconstruidas» o bien se pueden analizar las conversacio- - ser padre joven o pal
nes pma tratar de encontrar algunas «anécdotas» relevantes, o utilizar los incidentes - ser padre soltero o di
descritos en las entrevistas para construir «relatos antinómicos» de ficción que ser padre de un niño
hagan surgir modos opuestos de ver o actuar en situaciones concretas, por ejemplo.
Al reconstruir las historias vitales o al seleccionar anécdotas, queremos ir con cuida- Cada variación puede
do de incluir sólo el material que ilustre o destaque un tema. Y este tema se convierte hecho de ser padres.
en una herramienta hennenéutica mediante la cual el fenómeno objeto de estudio
puede comprenderse significativamente. La siguiente parte importante del estu-
dio puede tomar la forma de examen sistemático de los diversos temas que desvela Exegéticamente
cada narrHción (como historias de vida reconstruidas, anécdotas, entrevistas,
puestas reflexivas, lecturas hermenéuticas, etc.) o conjunto de narraciones. En cuarto lugar, una des
Otro planteamiento consiste en empezar con una descripción singular de algu- el propio texto de un ffi>
na situación o acontecimiento vital particular que haya sido extraído de la vida otro autor fenomenol6gi,
cotidiana, para mostrar la naturaleza desconcertante y profunda de una determi- planteamiento se toma n
nada pregunta investigacionaL La tarea es, entonces, seguir con diversas consultas fenomenología. Por ejen
investigativas que la situación vital concreta plantee como problemáticas, está organizado er
I\
186
...
'tarse como definiciones Una tercera aproximación analítica consiste en empezar describiendo cómo las
2omo ya he-r:tt0s ciencias sociales ordinarias dan sentido actualmente a determinados fenómenos. El
,Ilean pueden objetivo es mostrar cómo la experiencia; tal COlllO la presentan las ciencias socia ..
.ón, en el hecho de cOn- les tradicionales, está mal entendida, y cómo las conceptualizaciones que se dan
Lendando una determina- por sabidas o que son generalmente aceptadas, más bien restan importancia a un
,a la «teoría» de alguien, conocimiento más reflexivo de la naturaleza de un determinado tema, en vez de
de aquello que pretende revelarlo (.Jéase el apartado «Explicar presuposiciones y conocimientos previos»,
.lela explica una historia pp. 66-70). A continuación, se puede mostrar de un modo reflexivo cómo surgen
) a un padre, lo que está algunos temas después de considerar fuentes etimológicas e idiomáticas, de exami-
10 un director tiene que nar descripciones experienciales, material literario y fenomenológico, por ejemplo.
ectura intensa de las his-
oder imentar reforzarlas.
cdóticas descubre varios Mediante ejemplos
19ó9ica o educativa de la
Otro modo de proceder en la escritura fenomenológica consiste en empezar la des-
cripción haciendo visible la naturaleza esencial del fenómeno y luego completar la
descripción inicial mediante la variación sistemática de los ejemplos. Pongamos
por caso que, después de explicar la estructura esencial del fenómeno de ser padres,
se puede proceder mostrando cómo se ilustrará esta descripción a partir de varias
forma analítica dentro de modalidades de paternidad:
aprox imación asr puede
,lógicas discutidas en este - ser padre adoptivo,
conversacionales en pro- ser padrastro o madrastra,
'eelaborarse para conver- - ser padre de niños discapacitados,
analizar [as conversacio- - ser padre joven o padre mayor,
s, o utilizar los incidemes - ser padre soltero o divorciado,
,ómicos» de ficción que - ser padre de un niño perdido, etc.
S concretas, por ejemplo,
¡SI queremos ir con cuida.. Cada variación puede aclarar algunos aspectos esenciales de la naturaleza del
, y este tema se convierte hecho de ser padres.
Ómeno objeto de estudio
rte importante del estu-
versos temas que desvela Exegéticamente
écdotas, entrevistas, res"
) de narraciones. En cuarto lugar, una descripción fenomenológica se puede organizar implicando
ripción singular de algu- el propio texto de un modo dialéctico o exegético con el pensamiento de algún
sido extraído de la vida otro autor fenomenológico, es decir, con la tradición del campo de estudio. F..ste
:ofunda de una determi- planteamiento se toma normalmente en las discusiones clásicas sobre temas de la
ir con diversas consultas fenomenología. Por ejemplo el libro Problem of embodiment (1964) de Richard
o problemáticas. Zaner, está organizado en capftulos que giran alrededor de los escritos sobre feno-
187
fllvestigaciólI y __'h__
'id=-a,-_ _ _ _ __
menología del cuerpo de Jeun-Paul Sartre, Gabriel Maree! y Maurice Merleau- vado por el deseo de orle
Ponty. reflexivo.
En el caso del fenómeno de ser padre podemos empezar dirigiéndonos directa-
mente a la, obras de, por ejemplo, Marcel (1978) y Langeveld (1987), que con-
sideran que la esencía del hecho de ser padre consiste en la "promesa solemne» Inventar una aproxim.
y en "la declaración activa de responsabilidad». El enfoque exegético se orienta
primordialmente a la literatura fenomenológica disponible sobre ciencias huma- Las cinco sugerencias anl
nas, y se organiza en términos de una discusión de dichos textos y de los temas nológico (modo temátic(
estructurales, que sus autores ya han identificado y discutido. El planteamiento mente) no son
exegético trata las obras de otros autores como guiones conversacionales «incom- de las cinco o se puede .
pletos» que requieren de una .Iectura nrme» (Blum y McHugh, 1984) para, de tener en cuenta, sin elnl
esta fonna, poder superar los límites de dichos textos. Así pues, este modo de or- estudio fenomenológico (
ganizar el trabajo textual es definitivamente hermenéutico. No deberíamos con- za del fenómeno que se e,
fundir la aproximación exegética a la escritura o investigación como una «simple» piado para éL
filosoffa de sillón. Mientras se introduce en la tradición de las ciencias humanas La investigación, en te
académicas, el investigador necesita aportar al proceso reflexivo su propia expe- origirull. No hay ningún ¡
riencia personal vivida, así como otras fuentes experiencia les y materiales posi- nes que debamos seguir p
bles, tal como se menciona en este libro. afirmación verdadera, pu
".'-
técnico. Su exigencia de .
en sí lnisma, que mnlO Ir
De manera existencial etapas. La teorización en
ye el intento de adquirir,
Un quinto modo de proceder en la escritura fenomenológica consiste en blandir la je y de la descripción. Si
descripción de tipo fenomenológico de uno mismo contta los existenciales de lenguaje el medio adecua
la temporalidad (el tiempo vivido), la espacialidad (espacio vivido), la corporeidad creta de nuestra vocaciÓl
(cuerpo vivido), la socialídad (relaciones vividas con los demás) (véase capítulo los niños, que) a su vez, n
«La reflexión fenomenológica hennenéutica», pp. 95-126). En el caso de nuestro Un enfoque en ciencia
ejemplo ilustrativo de la cuestión del significado de ser padres, se puede estructu- investigación en que no Si
rar la descripción fenomenológica en tomo a la cuestión de cómo los padres expe- todo de investigación alt
rimentan el «tiempo» de un modo distinto a aquellos individuos que no son pa- niños y la pedagogía en ,
dres, cómo los padres experimentan el «espacio» o el lugar de un modo distinto al en ciencias humanas nos
de los individuos que no los son, cómo los individuos «personalizan. la experien- mundana, una preocupac
cia de ser padres, cómo experimentan los padres su «relación» pedagógica con sus epistemológica. La cienci:
hijos y con sus parejas, por ejemplo. es simplemente un «enfo,
Varios teóricos (véase, por ejemplo, Bergum, 1986) han usado los cuatro exis- fenomenología no ofrece
tenciales como guías interpretativas en estudios originales y fascinantes de los fe- vas» de los fenómenos ed
nómenos de las ciencias humanas. Sin embargo, aquí, como con cualquiera de los recuperar de forma reflex
demás planteamientos que hemos presentado con anterioridad, debemos proteger- ,la posibilidad de nuestras
nos de la tentación de seguir cualquiera de estas sugerencias de un modo irreflexi-
vo, esclavo o mecánico. Nada sólido puede salir de un trabajo que no se ve moti- )
188
I y Maurice Merleau- vado por el deseo de orientarse a su tema de estudio de un modo firme, original y
reflexivo.
directa-
(1987), que con-
a «promesa solemne» Inventar una aproximación
e exegético se
sobre ciencias huma' Las cinco sugerencias anteriores para organizar de forma textual el texto fenome ..
textos y de los temas nológico (modo temático, analítico, mediante ejemplos, exegética o existencial-
do. El planteamiento mente) no son exhaustivas ni se excluyen entre sí. Se puede usar una combinación
lersacionales «incom .. de las cinco o se puede inventar una organización totalmente distinta. Hay que
Hugh, 1984) para, de tener en cuenta, sin embargo, que el planteamiento textual que se escoja en el
mes, este modo de or, estudio fenomenológico debe decidirse principalmente en términos de la naturale-
. No deberíamos con- za del fenómeno que se estudia y del método investigacional que parezca más apro-
>n como Una «simple» piado para él.
las ciencias humanas La investigación, en tanto que escritura, en ciencias hmnanas es una actividad
exivo su propia expe .. original. No hay ningún argumento sistetnático, ninguna secuencia de proposicio ..
¡les y materiales posi- nes que debamos seguir para llegar a una conclusión, a una generalización o a una
afirmación verdadera, puesto que ello sería ver el texto mismo como un método
técnico. Su exigencia de validez, como método para demostrar la verdad, radicaría
en sí misma, que como método ha completado o satisfecho determinados pasos o
etapas. La teorización en ciencias humanas orientada pedagógicamente constitu,
ye el intento de adquirir conocimientos pedagógicos que van más allá del lengua-
consiste en blandir la je y de la descripción. Si esta teorización e investigación textual encuentra en el
I los existenciales de lenguaje el medio adecuado para expresar lo inefable, ello es posible porque el se-
'ivido), la corporeidad creto de nuestra vocación se expresa por el trabajo pedagógico que hacemos con
emás) (v¿ase capítulo los niños, que, a su vez, nos enseña a reconocer las bases que lo hacen posible.
En el caso de nuestro Un enfoque en ciencias humanas hacia la pedagogía difiere de otros métodos de
'es, se puede estructu .. investigación en que no se ofrece como una epistemología «nueva» o como un mé,
,ómo los padres expe- todo de investigación alternativo, que plantea como un problema el tema de los
'iduos que no son pa- niños y la pedagogía en ciertas formas. La actitud fenomenológica hermenéutica
e un modo distinto al en ciencias humanas nos recuerda que, para nosotros, los niños son ya, de forma
malizan» la experien . . mundana, una preocupación pedagógica previa a cualquier otro punto de elección
1» pedagógica con sus epistemológica. La ciencia humana fenomenológica en educación, por lo tanto, no
es simplemente un «enfoque.. , entre otros, del estudio de la pedagogía. Es decir, la
lsado los cuatro exis- fenomenología no ofrece simplemente explicaciones o descripciones «alternati-
fascinantes de los fe- vas)) de los fenómenos educacionales, sino que las ciencias humanas apuestan por
con cualquiera de los recuperar de forma reflexiva las bases que, en un sentido profundo, proporcionan
Id, debemos proteger- la posibilidad de nuestras preocupaciones pedagógicas con los niños.
de un modo irreflexi-
jo que no se ve moti..
189
El propósito de este glosario
carácter técnico que se ero
comunes y expresiones haM
tales sobre ciencias humana
Alethei.
Aletheia es la palabra grieg¡
mejor como algo que debe
abierta. «La naturaleza guSl
ráclito y Diógenes, 1979, p.
positivistas de la propia vel
cosas en el mundo reaL
Ciencias humanas
«Ciencias humanas» es el n
nes hada la investigaci6n.
Wilhelm Dilthey de la Gei
humanos, ya sean de tipo o
ya sean éstos, a Su vez, de t
que los fenómenos
ciencias naturales implican
plicamos la naturaleza; sin j
El autor pretendía desarroll
humanas. Según él, podem
1 construyendo o reproducie!
encontradas en los product<
\ La hermenéutica y la (en
las humanidades y las cicnc
interna, cognitiva o cspidtu.
)
Glosario
Aletheia
Aletheía es la palabra griega para (,verdad)), En ciencias humanas, la verdad se entiende
mejor como algo que debe ser descubierto o como algo que se da a conocer de manera
abierta. «La naturaleza gusta de ocultarse») decía el filósofo presocrático Heráclito (He ..
tádito y Di6genes, 1979, p. 14). Esta noción de b verdad contrasta con los conceptos más
positivistas de la propia verdad como proposición que corresponde a algún estado de las
cosas en el mundo real.
Ciencias humanas
«Ciencias humanas» es el nombre que recoge una gran variedad de enfoques y
nes hacia la investigaci6n. El término «ciencias humanas» se deriva de la noción de
Wílhelm Dilthey de la Geisteswissemchaften. Dilthey (1987) sostenía que los fenómenos
humanos} ya sean de tipo mentaL social o históríco, difieren de los fenómenos naturales,
ya sean éstos, a su vez, de tipo físieo. qu(míco o bien de comportamiento, en el hecho de
que los fenómenos humanos requieren una interpretación y comprensión, mícntras que las
ciencias naturales implican en su mayor parte observación externa y explicación,
plicamos la naturaleza; sin embargo, a Jos humanos debemos entenderlos», decía Dilthey.
El autor pretendía desarrollar en la hermenéutica una base metodológica para [as ciencias
humanas. Scgún él, podemos aprehender Ja plenitud de la experiencia vivida, ya sea re-
construyendo o reproduciendo los significados de las expresiones de vida que han sido
encontradas en los productos del esfuerzo, del trabajo y de la creatividad humanos.
La hermenéutica y la fenomenología se considemn implicadas en todas las disciplinas de
las humanidades y las ciencias sociales que ¡nterpretan expresiones significativas de la vida
intema, cognitiva o espiritual activa de los seres humanos. ya sea en contextos sociales,
191
,
11lvesiigación educativa y cxR.:riencia vivida
tóricos o políticos. Para decido de otro modo, las ciencias humanas son el estudio del signi, Erlebnis
ficado: estudios descriptivo.. interpretativos de patrones 1 estructuras y niveles de significados Erlebnis es el término alem,
experienciales o textuales. La investigación en dencias humanas es la actividad de explicar como la vivimos y la recon
el significado. En este sentido, la orientación investigacional fundamental de toda ciencia tulo «Centrarse en la natur.
humana se alinea más estrechamente con la racionalidad criticohermenéutka de las lizó esta palabra para mostn
manidades y de la filosofía) que con la racionalidad más positivista de las ciencias riencia, Nuestro lenguaje Sf
vas empiricoanalíticas o conductlstas. Esto explica el interés de los expertos en ciencias posibilidades de las experie1
humanas por los pensamientos filosóficos de Platón (1961), Aristóteles (1941), San Agus,
trn (1960), Kant (1964), Hegel (1977), Kierkegaard (1983) y Nietzsche (1962), por ejemplo. Esencia
y también de un interés especial para las ciencias humanas son los trabajos de los filósofos El término «esencia»
orientados más explícitamente hacia la fenomenología, como Husserl (1913/1982), Sche- de una cosa)}, «el verdadero
ler (1970), Maree! (1950), Sartre (1956), Levíoas (1981), Foucault (1977), Ricoeur (1981), da consiste en aquello que 1
Edie (1965), Gu.sdorr (1965), Strasser (1985),lhde (1979), etc. es; aquello que hace a una (
En educación se practican diversas aproximaciones a las ciencias humanas en los mis.. cosa. En el pensamiento de
mos campos de estudio, que, a su vez, incluyen el propio plan de estudios; la enseñanza, la de lo cual un moment
administración, la psicología, los estudios de políticas, la sociología y la filosofía de la edu- fectos. Eidos es el término al
cación; el asesoramiento) la terapia, la formación de educadores, la educación de cuidado.. !izó para designar a las esen
res, etc. eS ese algo que una cosa tiel
principio interno de U1,1a ca:
Corporeidad con frecuencia a lo que son
El término «corporeidad» se refiere a la noción del cuerpo vivido O encamación (véase el gos distinguen entre Grnnd.
capítulo «La reflexión fenomenológica hermenéutica», pp. 126). ches Wesen O esencia emp(ri
accesible a la intuición fen
Dasein «profesores» reales con tod
Dasein es en un término heideggeríano que se refiere a aquella entidad o aspecto de esencia fundamental O ideal
tra naturaleza humana que sustenta la capacidad de preguntarse sobre su propia existencia, f€
Sor reaL
al mismo tiempo que investiga dentro de su propio Ser (Heidegger, 1962).
1, Espacialidad
Erfahrung El término «espacialidad» se
Eifahnrng es el término alemán con el que se define y explica «experiencia de vida». Se meno16gica hermenéutica»,
trata del término más general. Por ejemplo, podemos decir que una persona ha tenido mu'
chas experiencias (Erfahrungen) en la vida. Las experiencias de la vida (Lebenseifahrungen) Etnografía
son más inclusivas que las experiencias vividas (Erlebnisse). Las experiencias de la vida La ctnografía estudia todo a,
constituyen la acumulación de experiencias vividas y los conocimientos y las percepciones SOllaS, así como las percepcic
que hayamos podido obtener de esas experiencias (véase el capítulo 2, pp. Gada- grafía la tarea de describÍl
mer (1975) mostró que algunas ErfaJ.rungen, por ejemplo en el caso de las experiencias de vida de una clase de instítu
verdad estética, pueden tener un efecto transformador en nuestro ser. por ello, podemos de1erminado sistema educati
hablar de una persona «experimentada» y referimos a su sabiduría madura, como resultado sala de un hospital, etc. L,
de las experiencias de vida acumuladas, es decir, Eifahmngen. . . observaci6n para estl
ejemplo: "¡Qué hace la gent'
192
- - _...
IS
......
Erlebnis
_--- Glosarío
....
s y niveles de significados Erlebnis es el término alemán usado para expresar la experiencia vivida) la experiencia tal
os la actividad de explicar como la vivimos y la reconocemos como un tipo específiCO de experiencia (véase el
Jamental de toda ciencia tulo «Centmrse en la naturaleza de la experiencia vivida», pp. 55-70). Dilthey (1985) uti-
,hermenéutica de las hu- lizó esta palabra pam mostrar que hay un patrón de significado y cierta unidad en la expe-
,
:a de las .. rienda. Nuestro lenguaje se puede ver como un inmenso mapa lingüfstico que nombra las
los expertos In ciencias posibilidades de las experiencias vividas humanas.
ótele, (1941), San Agus-
sche (11)62), por ejemplo. Esencia
I
's trabajos de los filósofos El término «esencia) deriva del griego ousta, que significa «la naturaleza esencial interna
Isserl (1913/1982), Sche- de una cosa», «el verdadero ser de algo». Ellatln essentia, de esse 1 significa «ser», La
[ (1977), Ricoeur (1981), cia consiste en aquello que hace a una cosa ser lo que es, y sin lo cual no sena aquello que
es; aquello que hace a una cosa lo que es, en lugar de hacer que sea o se convierta en otra
:ias humanas en los mis; cosa. En el pensamiento de Plat6n l la esencia es la aprehensión de la naturaleza misma de
estudios; la enseñanza, la algo, de 10 cual un momento en particular representa s610 un ejemplo o imitación
ra y la filosofía de la edu- fectos. Eidos es el término alternativo de Platón para Idea o Forma (1961) que Husserl uti-
la educación de cuidado- lizó para designar a las esencias universales. Con Arisróteles (1941) la noción de esencia
es ese algo que una cosa tie-ne que ser en su estado final completo; la naturaleza esendal o
principio interno de Olla cosa. En los escritos de Husserl (1913/1982) «esencia» se refiere
con frecuencia a lo que son las cosas) en oposición su existencia, Algunos fenomenólo--
) o encarnación (védse el gos distinguen entre Grundwesen, que designa la esencia básica o fundamental, y empiris..
6). ches Wesen o esencia empfrica. En esta distinción la esencia básica o ideal es
accesible a la intuición fenomenológica. Por ejemplo, existe la esencia empfrica de los
«proresores» reales con todas sus peculiaridades e inadecuaciones inevitables, y está la
.tidad o aspecto de esencia fundamental o ideal del Profesor como la esencia hacia la cual se orienta todo
lbre su propia existencia, fesor real.
r, 1962).
Espacíalidad
El término «espacialidad» se refiere al espacio vivido (véase el capítulo «La reflexión feno-
de vida». Se menológica hermenéutica», pp. 95-126).
a persona ha tenido
vida (Lebel15afallrungen) Etnografía
experiencias de la vida La etnografía estudia todo aquello que es compartido cultumlmente por un grupo de per-
ientos y las percepciones sonas, así corno las percepciones de sentido común de las experiencias cotidianas. La etno-
1102, pp. 55-70). Gada- grafía es la tarea de describir una cultura en particular (.mnos); por ejemplo. la forma de
:;o de las experiencias de vida de una clase de instituto urbano, la cultura de los administradores escolares en un
ser. Y, por ello, podemos determinado sistema educativo, un entorno de atención de día concreto o una
madura) como resultado da sala de un hospital, etc. Los etn6grafos usan un enfoque de tipo informante o de
para estudiar las «escenas» o entornos culturales. Se preguntan, por
ejemplo: «¿Qué hace la gente aquí?, ¿qué tipo de personas hay aquí?» Las situaciones
193
,
les se ven como lugares donde los seres humanos interactúan de una forma recurrente de El tema central de la
maneras particulares¡ por ejemplo, en la sala de personal, la sala de taquillas, el mostrador nes prác ticas como reall
de la biblioteca, la mldna del director, etc., y donde las personas tienen algún tipo de cono- turantes de las personas I
cimiento, algún modo de hacer las cosas y cuyas percepciones efectivamente pertenecen a dos de miembros» para
esos lugares. Así, el etnógrafo quiere entender lo que uno debe saber, como miembro de un racionales e informableE
grupo en partícular) para convertirse de forma competente en miembro de ese grupo. Una La teoría aru.dftica, tal
«buena» etnografía describe una realidad cultural de tal modo que una persona que no sea no está interesada en de:
miembro de la cultura podrfa «pasar por miembro» si interiorizara las características cultu .. metodología! sino que s
rales del entorno en cuestiÓn. Hasta cierto punto! los etnógrafos están interesados en ta... variación radical, meno:
xonomízar o categorizar las percepciones culturales en su esrudío etnográfico. Así pues. la no hay ninguna necesid:
característica vivida o exístencial de las experiencias personales se sacrifica en bien del vacionales! como por ejl
enfoque más cultural l social O escénico. lisis. Sostienen que los t
La «descripción deusa» puede considerarse una variacióu metodológica de La investiga.. en nuestros propios dise
. ci6n etnográfica. El término «descripción densa» se ha tomado prestado del trabajo del an- borativo para recordar
tropólogo Malinowski y se hizo popular gracias a Geertz (1973). Los estudios etnográficos para hablar o para esedb
que aspiran a la descripción densa suelen proporcionar relatos que no sólo presentan y orgu.. juguetes infantiles, la ee
nizan las .historias» tal corno el informante o los informantes las han exptícado, sino que como un prohlema y lue
exploran las estructuras de significado másJ?rofundas que los miembros del grupo social tal ro o indirectamente. ca
vez no pueden c.onfirmar o validar. En otras'palabras, la descripción densa es más interpre'" Hay elementos griegos,
tativa y analítica que el trabajo que la corriente etnográfica principaL (Blum, 1978). El te6ricc
Teorizar significa que UJ
Etnometodologfa manera, en primer térrn
La etnometodología estudia los «métodos» que las personas emplean para llevar a cabo o debe mostrar cómo Gual(
constituir un sentido de objetivo o realidad social. El propósito consiste en elucidar cómo ción hacia 10 bueno, es I
residen Las {(reglas» dadas por supuestas o vistas pero no percibidas en la base de las
nicaciones e interacciones cotidianas entre los actores sociales. Garfinkel (1967) que acu- Fenomenología
ñó la noción de etnometodología, extrajo algunas ideas de la sociología fenomenológica de La fenomenología es la (
Sebutz (1973) Y las vinculó con algunos intereses estrucrnralistas y algunos otros enfoques un modo vago para disti
lingüísticos o La etnomctodología muestra cómo las personas producen el y como aparecen en um
carácter fáctico, de la realidad, de sentido comÚn del mundo social, y luego lo experimen.. en sí mismos, es decir 1lG
tan como independiente de su propia ptoducción. Por ejemplo, Mehan (1974) mostrÓ menologú¡ del espíritu), I-i
cómo las habilidades interpretativas por parte de los niños son requisitos cruciales pero no llegamos a conocer la «l
reconocidos para el desarrollo normal de las clases en las aulas. Los etnometod6logos pue- nos aparece. Sin embar!
den mostrar cómo los profesores hacen «sin saberlo» ciertas exigencias nonnativas a sus así como en" ur
alumnos, asumiendo de forma implícita que se están utilizando ciertas competencias comu.. de reflexión en el centre
/
nicativas por parte de los alumnos en los proc.edimientos que son usados de forma habitual Para Husserl, la fenorr
en las aulas, tales como preguntar, impartir la lecci6u, pasar pruebas, leer y evaluar logros. tuve el mundo y cómo s(
Por ejemplo, a veces el nivel de sofisticación que los alumnos necesitan y son capaces de significa tanto «a las
mostrar cuando se les pide que controlen una situación de examen formal ,resulta mayor gía debe describir lo que
que la dificultad del material del que se examinan y en el que ral vez los «snspendan». concepciones y nociones
194
Glm.'orío
una forma reCurrente de El tema central de la etnometolodogra mdica en la consideración racional de las accio-
le taquillas, el mostrador nes prácticas como realizaciones prácticas y en curso. Se Centra en las activídades estruc-
enen algún tipo de turantes de las personas en situaciones sociales y en las esperanzas y «regla de uso» o «méto r
:tivamente pertenecen a dos de miembros» para hacer estas actividades e5tructurnntes y sociales «visiblemente
fetl como miembro de un racionales e informables para todos los propósitos prácticos».
,mbro de ese grupo. Una La teorta analítica, tal como fue founulada por Blum y McHugh (McHugh et al., 1974)
;: una persona que no sea no está interesada en describir \) infonnar sobre algo, como sr lo está la etnografía y la
las características metodología, sino que su propósito es el de analizar o mostrar. La teoría analítíca es una
están interesados en variación radical, menos positivista, de la etnometodología. El teórico analítico siente que
etnOgráfico. Así pues, la no hay ninguna necesidad apremiante de recopilar datos ni de realizar descripciones
se :,'acrífica en bien del vadonales, como por ejemplo usar grabaciones en cintas de vídeo O de casete para el aná-
¡¡siso Sostienen que los temas de la vida para los análisis están al alcance de nuestra mano
,dológica de la investiga- en nuestros propios discursos. Los teóricos analíticos utilizan un método de análisis cola--
ostado del trabajo del an- borativo para recordar al coparticipante de la conversaci6n aquello que na debe olvidar
Los estudios etnográficos para hablar o para escribir. Para investigar sobre un tema de interés, como, por ejemplo. los
no sólo presentan y orga- juguetes infantiles, la educación especial, la paternidad. etc" el te6rko formula su interés
han explicadol sino que como un problema y luego desarrolla un diálogo soctático con su problema y, ya sea
abros del grupo social tal ta o indirectamente t con aquellos que han desarrollado una aproximación al problema.
jn densa es más Hay elementos griegos, de tipo neoplatónicos) y heideggerianos en el enfoque analCtico
ca principal. (Blum, 1978). El teórico está interesado en el carácter reflexivo de su propia investigación.
Teorizar significa que uno se orienta hada 10 que le hace posible estar orientado de esa
manera) en primer término. Así teorizar es un tipo de educación moral: el teórico
lean para llevar a cabo o debe mostrar cómo cualquier teorización representa un buen ejemplQ de su propia
onsiste en elucidar cómo ci6n hacia 10 bueno, es decir) lo bueno de teorizar.
",'
S en la base de las comu·
iarfínkel (1967) que .cu· Fenomenología
,logra fenomenológica de La fenomenología es la ciencia de los fenómenos. El filósofo Kant utílisó el término sólo de
y algunos otros enfoques un modo vago para distinguir el estudio de los objetos y acontecimientos (pherwmena) tal
as personas producen el y corno aparecen en nuestra experiencia¡ de los objetos y acontecimientos tal y como son
al, y luego lo expedmen. en sí mismos, es decir nomena (1964, capítulo 1lI). En su The phenomenology of mirui (Peno·
" Mellan (1974) mostró menologú> de! espíritu), Hegel (1977) formuló la fenomenología como la ciencia en la que
:¡uisitos cruciales pero no llegamos a conocer la «mente. tal como es a través del estudio de las founas en las que se
os etnometod61ogos pue· nos aparece. Sin embargot con Husserl, la fenomenología se convirtió en un método des ..
gencias normativas a sus criptivo. así como en un movímiento de ciencias humanas cuya base radica en las formas
competencias de reflexión en el Centro del pensamiento filosófico y de ciencias humanas.
usados de forma habitual Para Husserl, la fenomenologra es una disciplina que se ocupa de describir cómo se consti-
bas, leer y evaluar logros. tuye el mundo y cómo se experimenta a través de actos conscientes. Su frase Zu den Sachen
:cesitan y son capaces de significa tanto «a las cosas en sí mismas» como «vayamos a 10 que importa)•. La
,en fonnal resulta mayor gía debe describir lo que nos es dado en la experiencia inmediata sin estar obstruido por por-
vez los «suspendan». concepciones y nociones teóricas. Husserl avanzó una fenomenología trascendental. Pero en
195
Investigación educotiva y experie..ncia vivida
su última gran obra, The crisis of European scienees and transcendenUll phenomenology, Husserl Hermenéutica
(1970a) formuló la noción del Lebenswelt, el mundo de la vida, el mundo de cada día en el La hennenéutica consis
que vivimos en la actitud natural¡ dada por supuesta. Esta noción de mundo de la vida se ha va del dios griego Hern
convertido en algo programático para el desanollo de una fenomenología orientada de forma mortales. La hermenéu
más existencialmente. La fenomenología existencial] que no debe confundirse con la filoso.. dijo Schleiermacher (1'
fía de la vida del exístencialismo, pretende describir cómo los fen6menos se presentan en la ría o «tecnología> de la
experiencia vivida, así como en la existencía humana. De esta fonna, para Heidegger (2000) bíblicos sagrados y clá,i
la fenomenología es la ontologia, un estudio de los modos de «estar en el mundo» del ser hu- contra el malentendido
mano. El objetivo declarado de Heidegger es dejar que las cosas del mundo hablen por sí mis- o nOCIón impulsores de
mas. Pregunta: ¡Cuál es la naturaleza (Ser) de este ser? ¡Qué hace que este Ser sea lo que es? de entender a un autor
La fenomenología se diferencia de los diversos enfoques de las ciencias humanas, como Pata Dilthey (1985),
la etnografía, el interaccionismo simbólico y la etnometodologfa¡ en que distíngue entre la otra personal sino en
apariencia y esencia. «La fenomenología es el estudio de las esencias», dice da por el texto del autc
ty (1962, p. vii). Ello significa que la fenomenologia siempre pregunta la cuestión sobre vivida»: el punto de par
cuál es la verdadera naturaleza o el verdadero significado de algo. En el prólogo a su Pheno- dndo como objetificacJ
menology of perception (1962), Merleau-Ponty señala que el trabajo de la fenomenologfa nitivo, sino el momeut<
es tan vital como el de artistas CotIlO Balzac, Valéry o Cézanne. La fenomenol.o.. Heidegger, a su vez, (
gía nos pide reaprender a ver el mundo tal CJ?ffiO lo conocemos en la experiencia una forma más radical i
ta, y exige de nosotros «la misma demanda de conciencia y la misma voluntad de captar el no pretendía reexpetim
significado del mundo mientra."l ese signifícado viene al mundo)} (p. xxi). En otras palabras, las posibilidades de uno
la fenomenología no produce observaciones ni relatos empfrícos o teóricos, sino que tar un texto es negar a
ce relatos del espado, del tiempo) del cuerpo y de las reladones humanas vividas tal como menéutica de Heidegge
los vivimos. En las distintas disciplinas, la fenomenología se ha movilizado para producir Oadamer (1975) aña
una sociolog(a fenomenológica (Schutz, 1972), una psicoterapia o psiquiatría fenome- ficado. El lector pertenc
nológica (Vanderberg, 1972), una psicología fenomenológica (Merleau-Ponty, 1962; Olor· pretaciófl, y una interpr
gi, 1970), etc. En educación, la fenomenología ha sido especialmente productiva en la pe- mer, el problema del co
dagogía fenomenológica de Langeve!d (1965), Bollnow (1970), Beets (1952), Beekman la tradición en la que U!
(1975) en los Países Bajos, y en los textos de Oreene (1978) y Vandenberg (1971) en Es- t o relaciones conversacic
tados Unidos, más orientados hacia la filosofía de la educación. cabo una conversación,
noción a la cual los par!
Fenomenología hermenéutica Hirsch (J 96 7) propOI
La fenomenología hermenéutica intenta ser atenta a ambos términos de su metodolog(a: es la interpreraciÓn textua;
una metodología «descriptiva», y por lo tanto fenomenológica, ya que quiere prestar aten,.. der constituye un proce
ción al modo en el que las cosas aparecen, quiere dejar que las cosas hablen por sí mis.. dez de cualquier interpr
mas; es una metodología «interpretativa», o hermenéutica! ya que afirma que no existe eso persona que la escribió.
que se denomina fenómeno no interpretado. La contradicción implícíta puede resolverse si Ricoeur (1976) ampl
se reconoce que los to:hechos» (fenomenoI6gicos) de la experiencia vivida son siempre ya 1nterpretar una situadóI
experimentados de forma significativa, es decir, hennenéuticamente. Además, incluso 108 que puede verse que gobi
«hechos)) de la experiencia vivida deben captarse en el lenguaje, es el texto de ve ]a hermenéutica de le
das humanas, y esto resulta inevitablemente un proceso interpretativo. la epistemología, o el ce
196
•
'1
,1 pltenomeTIology, Husserl Hermenéutica
nundo de cada día en el La hermenéutica consiste en la teOrLa y en la práctica de la interpretación. El término
, mundo de la vida se ha va del dios griego Hermes, cuya tarea era comunicar mensajes de Zeus y otros dioses a los
,logía orientada de forma mortales. La hermenéutica es necesaria cuando hay posibilidad de malentendidos, según
onfundirse con la filoso-
nenas se presentan en la •
l'-
dijo Schleiermacher (1977), Puso sobre la mesa la idea de la hermenéutica como una teo·
rfa o «tecnología» de la interpretación, especialmente con respecto al estudio de los textos
d, para Heidegger (2000) bíblicos sagrados y clásicos. El planteamiento de Schleiermacher era crítico, como la lucha
en el mundo» del ser hu- contra el malentendido, y romántico, en su deseo de recuperar ia particularidad, o el genio
nundo hablen por sí mis- o noción impulsores de los pensamientos de un autor. Su objetivo residía en la diffcíllabor
ue este Ser sea 10 que es? de entender a un autor tan bien o incluso mejor de lo que él se entiende a sí mismo.
:iencias humanas, como Para Dilthey (1985 l, en cambiO, el énfasis no estaba en el pensamiento fundamental de
I en que distingue entre la otra persona, sino en el mundo por sí mismo, en la vivida» que es expresa. .
'¡as», dice da por el texto del autor. La fórmula hermenéutica de Dílthey constituye la (experiencia
!gunta la cuestión sobre vivida»: el punto de partida y el centro de la ciencia humana; la el texto o
,n el prólogo a su Plleno-
ljO d. la
La fenomenolo-
1 J
tificio como objetificaci6n de la experiencia vivida; y el «conocimiento»): no un acto cog'"
nirivo) sino el momento en que vida se entiende a sí misma».
Heidegger, a su vez; despojó a la noción de conocimiento de su carácter psicológico, de
la experiencia inmedia.- i una forma más radical (1962). La noción de conocimiento hermenéutico para Heidegger
na voluntad de captar el no pretendía reexperimentar la experiencia de otro, sino más bien el poder de aprehender
. xxi). En otras palabraB, las posibilidades de uno mismo para estar en el mundo de un determinado modo. Interpre--
) teóricos} sino que ofre.. tar un texto es llegar a entender las pOSibilidades de ser descubierto por el te.xto. La
lmanas vividas: tal como menéutica de Heidegger ha sido descrita como una fenomenología interpretativa.
10vilizado para producir Gadamer (1975) aflade que al interpretar un texto no podemos separarnos de su sígoi-
1 o psiquiatría Íícado, El lector pertenece al texto que está le-Y.7ndo. El conocimiento es siempre una
r1cau-Ponty, 1962; Glor-
t pretad6n} y una interpretaci6n siempre es específica, es decir, una aplicación. Para Gada..
nte productiva en la pe'
Beets (1952), Beekman
; mer) el problema de! conocimiento implica un díálogo interpretativo que incluye abordar
la tradición en la que uno se encuentra. Los textos que nos llegan de distintas tradiciones
ndenberg (1971) en Es- I o relaciones conversacionales pueden leerse como posibles respuestas a preguntas, Llevar a
cabo una conversación, dice Gadamer, significa permitirse ser motivado por la cuestión o
noción a la cual los participantes en la relación conversacional se dirigen.
Hirsch (1967) proporciona una explicación más positivista de la hermenéutica. Para él,
lOS de su metodología: es la interpretación textual pretende reconstruir los significado..'i pretendidos del autor.
que quiere prestar aten p
der constituye un proceso dialéctico entre lector y escritor. Y Hirsch sostiene que la valí,
:O.'las hablen por sí mis K
dez de cualquier interpretación textual particular se ve aumentada si se sabe algo sobre la
afirma que no existe eso persona que la escribió.
lícita puede resolverse si Ricoeur (1976) amplía l. noción de textualidad a cualquier acción o situación humana.
la vivida son siempre ya Interpretar una situación social es tratar la situaci6n como texto y luego buscar la metáfora
lte. Además, incluso los que puede verse que gobierna el texto. Rlcoeur. en tespuesta a Heidegger y Gadamer,
'$ decirl el texto de cien'" ve la hermenéutica de la ontología, o conocimiento como un modo de ser. a la cuestión de
3-tivo. la epistemología, o el conocimiento como método de ciencias humanas. Por ejemplo)
197
vivida
coeur intenta articular una relación metodológica entre la explicación y el conocimiento en en que creen que los (
términos del problema de distanciamiento y participación (1976, pp. 71-88). ha sido ilustrado por est
cepciones que tienen le
lntenclonalidad percepción que tienen 1
El térrnioo «intendonalídad. indica la conexión inseparable del ser humano con el teraccionistas simbólic(
mundo. Brentano) y más tarde Husserl, sostuvieron que la estructura fundamental de la mos a nosotros mismos,
conciencia es intencional (Spiegelberg, 1982). y toda experiencia de conciencia es bipo- demás, o sea, las pcrccí
lar: hay un objeto que se presenta a un sujeto o ego. Esto significa que todo el pensamien- nos ven,
to (imaginaci6n, percepción, recuerdo) etc.) siempre consiste en pensar sobre algo. Lo El enfoque «dramat'
mismo es cierto respecto a las acciones: aprehender es aprehender algo, oír es oír algo, seña.. interacdonista simbóH(
lar es señalar algo. Toda actividad humana es siempre una actividad «orientada», es decir, te la interacción cotidia
dirigida por aquello que la orienta. De este modo descubrimos el mundo o paisaje de una táfOra del escenario o (
persona. ci6n» del actOr demuesl
No somos conscientes, de fonna reflexiva, de nuestra relación intencional con el mun.. como se expone tambié
do. La intencionalidad sólo está disponible para nuestra conciencia de un modo retros..
pectivo. O, como Merleau-Ponty (1964a, pp. 43-95) sef\aló, el mundo se nos descubre Mundo de la vida
como algo «fabricado en serie», algo que ya está ahí. No parece posible experimentar algo La idea del mundo de 1<
«mientras}, se está reflexionando sobre la etperiencia) incluso si esta experiencia constitu.. . de la última obra, cuya I
ye, en sí misma. una acción reflexiva. Por ejemplol nuestra experiencia del enfado desapa.. y la fenomenología t:rasc,
rece en cuanto intentamos analizarla mientras estamos experimentando el enfado. Pode .. «mundo de la experíenc
mos hablar de «intencionalidad espec(fica» cuando la intendon.lidad sea específica al viamente dado» J el muo
acto, refiriéndonos a la direccionalidad del pensamiento y la acci6n aquí y ahora. Y pode- la de la «vida natural (
mos hablar de «intencionalidad general» cuando nos dirigimos hacia el mundo de una fenornenoJ6gica esencia
determinada forma¡ el modo que escogemos y encontramos para estar presentes en el mun- gos, y 2) nuestra actituc
do, por ejemplo, como hombre l como mujer, como níño, como madre, como padre, como dón y de la cual, en úl
profesor, Como autor, etc. «natural» para aquello e
La actitud teórica qu
Interaccionismo simbólico griegos debe
El interaccionismo simbólico constituye una perspectiva teórica en la psicología social. tinto. Por el contrario,
conectada origioalmente con Mead (1967) y la E,cuela de Chicago. Su principal propul- siempre dirigida al munl
sor ha sido Blumer (1969). Los ioteracclonistas simbólicos entienden la realldad social dad o un medio, como'
como una red compleja de personas que interactúan, que interpretan simbólicamente su lo que necesario día
actuaci6n en el mundo social. La regla metodológica dice que la realidad social y la socie- nuevo» (Husserl, 197O:J
dad deberían entenaerse desde la perspectiva de los actores que interpretan su mundo a saber .fi!osofra» al simp
vés de la interacción social y en ella. Se aplica en el área del comportamiento de roles y los Pero mientras que el hej
estudios de percepción¡ su interés por la investigación empírica condujo al «método de actitud teórica modemf
ría fundamentado> de Glaser y Strauss (1967). vientes del mundo. Y d,
Desde la perspectiva del interaccionismo simbólico, los seres humanos tienden a actuar su sentido dentífico me
sobre la base de la forma en que creen que otras personas se componan con ellos; 'lb a su una marav ill. que Merl,
vez, sus percepciones y sentimientos sobre sí mismos tienden a estar mediados por el modo conciencia, un cierto t11
198
_____Gtosario
ln y el conocimiento en en que creen que los demá.."í los ven y sienren hada ellos, En educación este principio
l. 71-88).
ha sido ilustrado por estudios ahora clásicos que muestran el efecto de Pigmalión de las per·
cepciones que tienen los profesotes sobre lo..'i niños y el efecto de dichas percepciones en la
percepción que tienen los niños de su ser y de su capacidad académíca. En resumen, los
el ser humano con el teraccionistas símbólicos estudian las relaciones funcionales entre el modo en que nos ve,
tura fundamental de la mos a nosotros mismos. como tUla forma de autodefinidón, la forma en la que vemos a los
de conciencia es demás, o sea, las percepciones interpersonales l y la fonna en que pensamos que los dern.ás
que todo el pensamien- nOS ven.
. pensar sobre algo. Lo El enfoque «dramatúrgico» de Goffman (1959) radica en una variación del método
Igo, oír es ofr algo, seña- interacdonista símbólico, que consiste, a su vez, en un rnicroanálisis de los actores
d «orientada,)! es decir, te la interacción cotidiana. Realiza este trabajo socio!ógico en estrecha analogía con la me-
nundo o paisaje de una táfora del escenario o del teatro. Las descripciones de Goffman sobre el «ser en interac-
ción» del actor demuestran la precariedad de las relaciones sociales y la realidad social, tal
ntencional con el mun- cómo se expone también en la etnomctodología.
da de un modo tetros..
nundo se nOS descubre Mundo de la vida
oible experimentar algo La idea del mundo de la vida (Lebemwelt), como el mundo de la experiencia vivida, deriva
ta expetiencia consr:itu.. de la úLtima obra, cuya publicación fue póstuma, de Husserl, La crisis de las ciencias europeas
nc!a del enfado desapa- y la fenomenología trascendental (1970a). En ella, describió el mundo de la vida como el
,tando el enfado. Pode- «mundo de la experiencia inmediata»} el mundo como algo que «ya estaba ahí», algo «pre",
alidad sea específica al viamente dado>" el mundo tal como se experimentaba en una «actitud primordial))
j
n aquí y ahora. Y pode- la de la «vida natural original» (pp. 103.186). Husserl realiza una distinción histórica y
el mundo de una fenomenológica esencial entre; 1) nuestra actitud teórica hacia la vida, tomada de los grie-
:ar presentes en el gos, y 2) nuestra actitud natural preteórica hacia la vida sobre la cual se basa toda teoriza'
tdre, como padre¡ como ción y de la cual, en última instancia) teorización. Husserl utiliza el término
para aquello que l"S original e inocente) previo a la reflexión crítica o teórica.
La actitud te6rica que la cultura científica intelectual occidental tomÓ prestada de los
griegos debe reconOcerse como un estilo de vida nuevo, hist6ricamente hablando, y dis.-
en la psicoLogía social, tinto. Por el contratio, la actitud natural del mundo de la vida es siempre «pragmática» 1
Su principal propul· siempre dirigida al mundo «hacia esto o hacia aquello, dirigida hacia ello como una finali.
,nden la realidad social dad o un medio, como relevante o irrelevante, hacia lo privado O hacia lo públicO) hacia
eran simbólicamente su lo que es necesario diariamente o hada lo que aparece demasiado como visiblemente
,.lidad social y la socie- nuevo» (Husserl, 1970a, p. 281). Platún y Aristúreles atribuyeron el origen del deseo de
!rpretan su mundo a tra w
saber «filosofía» aL simple hecho de maravillarse de las cosas por ser deL modo en que son.
)rtamienro de roles y los Pero mientras que el hecho de maravillarse constituye algo natural en la vida cotidiana, la
Ldujo al «método de teo w
actitud teórica moderna tiende a convertimos en espectadores nO participantes) supervi w
vientes del mundo, Y de un modo todavra más importante o irónico. la actírud teórica en
Imanos tienden a actuar su sentido cientffico moderno a menudo silencia o mata nuestra sensadón de maravilla,
portan con ellos, Yt a Su una maravilla que Merleau·Ponty (1962, pp. vii'xxil describiÓ como la demanda de cierta
Ir mediados por el modo conciencia, un cierto tipo de atención y voluntad de captar el significado del mundo.
199
- - - - ....... - - - ......
Según Husserl (1970a) cada mundo de la vida muestra CÍertliB estructuras o estilos pre- las preferencias, inclin
dominantes que deben ser esrudiados. Schultz y Luckmann (1973) elaboraron esta noción nómeno o experiencia
en una dirección SOciológica en su libro The structures of!he life-world. Y Heidegger (1962) prenderse de las teorías
dio a la idea de las estructuras del mundo de la vida un impulso más mundano, más exis-- meno que uno desea es'
tencial, hablando de la fenomenología como el esrudio del Ser, el estudio de nuestras abstracto. En cuarto
formas de ser o modos de estar en el mundo. la noción de Wittgenstein de ,<forma de vida» particularidad de la ex¡:
y «juegos de lengua» puede entenderse corno un enfoque más lingüístico a la idea del el otro lado de la conc!
mundo de la vida (1982), Y formulaciones más recientes asociadas con el proyecto de la tal vez a diferencia de 1
fenomenología parecen haberse orientado hacia direcciones más semióticas. sino que se trataba más
tal como es vivido de l
Noema ambición de hacer que
Noema, o noemático, denota aquello hacia lo que nos orientamos; es el objeto referente de
la «noesis») el acto «noético». Relacionalidad
La relacionalidad se retl
Noesis rulo «Reflexión fenom,
Noesis es el acto interpretativo encaminado hacia un objeto intencionaL el «noemaJ.} U
jeto «noemátko».
1,· La semiótica como del
Óntico literatios, la antropoloi
La investigación óntica se refiere a las cosas o entidades del mtmdo. que los humanos se cn:
camente, estrucrurand<
Ontológico lenguajes mentales de
La investigación ontológica se refiere a 10 que sign.ifica «ser». al Ser de las cosas o entida.. no reside en las cosas t
des. Heidegger (1962) llama «ontología» a la fenomenología del ser. entre ellas. El Iiogüista
do de una palabra, es
Poner entre paréntesis el significado es una c
Este término (véase el término «reducción») describe el acto de dejar en suspenso las diver- (Ray, 1984).
sas creencias que uno pueda tener sobre la realidad del mundo natural para poder estudiar Los textOS o signos y
las estructums esenciales del mundo. Husserl (1913/1982), el padre de la fenomenología, Según la semiótica, no
tomó prestado este término de las matemáticas) ya que él también fue matemático. real. -«Codificamos» nl
ningún texto neutro.
Reducción que escribir es todo es
La reducción es el término técnico que describe el instrumento fenomenológico que nos lecturas y textos crrtice
permite descubrír lo que Merleau-Ponty (1962) llama «el impulso espontáneo del mundo vos para exponer, por (
de la vida;>, Para negar a entender la estructura cst."ncial de algo necesitamos reflexionar imagen. Y una vez esta
sobre ello practicando cierta reducción, Se pueden distinguir varios niveles o tipos de dad posible.
reducción. En primer lugar) la reducción implica el despertar de un profundo sentimiento Desde un punto de ,
de maravilla y sorpresa ante lo misterioso de la creencia en el mundo. Esta sorpresa funda .. y puede leerse como un
mental anima el cuestionamiento del significado de la experiencia del mundo. A conti.. acto de habla muestra l
nuación, en la reducción hay que sobrepasar los propios sentimientos subjetivos o prIvados, to, la ropa1 la posicián,
200
Glosario
La semiótica como dencia de los signos es la aplicación del estructutalísmo a los estudios
literarios, la antropología semántica, etc. En el libro Ciencia nueva, Vico (1725) sugirió
lo. que los humanos se crean a sf mismos y a su mundo, de forma mftica, poética y simbóli..
camente. estructurando el mundo, la sociedad, las instituciones, etc., de acuerdo con los
lenguajes mentales de las estructuras de la mente. La verdadera naturaleza de las cosas
,er de las cosas o entida r
no reside en las cosas mismas, sino en las relaciones que construimos y luego percibimos
ier, entre ellas. El lingüista suizo Ferdinand de Saussure avamó la noción de que el significa-
do de una palabra) es dedr) el signo, no un correlato concreto y argumentó que
el significado es una cualidad relacional arbitraria de las diferencias entre significantes
jar en suspenso las (Ray, 1984).
tural para poder estudiar Los textos o signos y sus relaciones estructurales son el objeto de estudio de la semiótica.
Jre de la fenomenología, Según la semiótica, no hay experiencias inocentes, puras o primarías de un mundo externo
1 fue matemático. reaL «Codificamos» nuestca experiencia en el mundo para poder experimentarla; no hay
ningún texto neutro. Esta codificación produce cienos estilos. Así, Barthes concluyó
que escribir es todo estilo, una actividad plagada de convenciones (Sonrang, 1982). Las
fenomenológico que nos lecturas y textos críticos de Barthes pueden interpretarse COmO movimientos deconstructi,..
o espontáneo del mundo vos para exponer, por ejemplo, cómo codifica la sociedad moderna la realidad a su propia
, necesitamos reflexionar imagen. Y una vez esta realidad se produce, nosotros pasamos a creer que es la única reali..
rarios niveles o tipos de dad posible.
un profundo sentimiento Desde un punto de vista semiótico, cualquier comportamiento o práctka social significa \
ndo. Esta sorpresa funda- y puede leerse co!= un texto, como lenguaje. Por ejemplo, nadie simplemente habla. Todo
da del mundo. A conri- acto de habla muestra un compendio de mensajes a través del «lenguaje» del gesto, el acen..
.tos subjetivos o privados, ta, la ropa, la posición, el perfume, el peinado, la cara) el contexto social, etc., por encima,
201
Investigación educativa y experiencia vivida
por debajo, por detrás, alIado e incluso al contrario de lo que las palabras dicen realmente. Teoría crítica
De forma análoga, todo lo que nos rodea nos comunica sistemáticamente algo significativo, La teoría crítica actual
y por eso se puede hablar del «mundo como un texto». Derrida proporcionó un enfoque muy Insritut fur Socialfor5chu
influyente a la semiótica del texto. En su gramatología o ciencia de la escritura sostiene que sobre todo con el traba
nuestro logocentrismo y nuestra tendencia a tratar el lenguaje oral como primario respecto se ha identificado con
alleguaje escrito, nos conduce a una «metafísica de la presencia» falsificadora (1976). Se losoEra y un conocimiel
basa en la ilusión de que somos capaces, en última instancia, de enfrentarnos «cara a cara') son: 1) una llamada a u
con los demás y con las cosas. Según Derrida esta creencia en la «presencia» expresa una fonnas de dominación,
esperanza anhelante de que, a pesar de nuestra experiencia incompleta y siempre fragmen; de emancipación. En s
tada, hay una razón para insistir en la existencia de una totalidad redentora y justificadora, entre tres formas de Cal
una noción definitiva de la tmidad, la esencia, la base o una fe en la realidad objetiva. Como el emancipatorio. Cada
lector;intérprete, Derrida practica un análisis deconstructivo del texto: una doble lectura vidades humanas pri
que tiene el efecto de mostrar los modos en que, por ejemplo, el argumento de un texto pone Habennas identifica
sus propias premisas en duda. nico; el interés práctic<
interés emancipatorio l
Ser loca a la ciencia social
El «Ser» es el concepto más universal de la fenomenología hermenéutica de Heideg; tada. Y su crítica de 1,
ger (1962). El Ser no describe una entidad o un fundamento definitivo, sino que debe verse mental que parece gob
como el término fundamental de Heidegger para su analítica ontológica. «Ser es siempre entiende a sí misma y
el Ser de una entidad» (p. 29), y, así, preguntar por el Ser de algo consiste en investigar so; sociales opresivas.
bre la naturaleza o el significado de ese fenómeno. En otras palabras, «Ser» es un término En educación, la iw
fundamental del proceso mismo de investigación en ciencias humanas. la concienciación críti
nales que reproducen i
Ser en el mundo e ideologías sociales pe
«Ser en el mundo» es una expresión heideggeriana que se refiere al modo en el que los seres
humanos existen, actúan o se ven involucrados en el mundo, por ejemplo en calidad de
padre, profesor, hombre, mujer o niño.
Significado vivido
El significado vivido se refiere al modo en que una persona experimenta y entiende su
mundo en tanto que real y significativo. Los significados vividos describen aquellos aspec;
tos de una situación tal como son experimentados por la persona que se encuentra en ella.
Por ejemplo, un profesor quiere entender cómo un niño experimenta o vive significativa;
mente una determinada situación incluso si el niño no es consciente explícitamente de
esos significados vividos.
Temporalidad
El término «temporalidad» se refiere al tiempo vivido (véase el capítulo «Reflexión feno;
menológica hermenéutica», pp. 95-126).
202
Glosario
y entiende su
:scriben aquellos aspec-
le se encuentra en ella.
lta o vi.ve
,nte expl!citamente de
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Anotaciones, 91
Arato, A., 20.3, 205
Aries, P., 155, 205
Aristóteles, 135,192,193
199, 205
Ari.zona Baby, 157
Arte, 21,32,33,37, 43, 4
46,49,91,92,96,114,
116,118,123, 127, 131
167
Auden, W. H., 24, 205
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1, Basíl Blackwell, 0,,- 169,171 205 Camus, A., 180
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Biograffa, 11, 29, 45, 80,
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Chesler, F., 10,90, 115,
4-',
r Anécdotas, 81, 84, 85, 87, 88, 92 206
f 107,131-137,159,163, Blaman, A., 101, 205 Chicago, Escuela de,
J 179, 180, 186 Bleeker, B., 179, 205 198
Anotacionest 91 Blum, A., 10, 186, 188, Cicer6n, 133
Arato, A., 203,205 195, 198, 206, 209 Ciencias humanas! 9.. 12,
Aries, P., 155, 205 Blumer, B., 198, 206 14, 16, 19-53,58,60,63,
J' Arist6teles, 135, 192, 193, Bollnow, O. R, 9, 21, 32, 64, 71, 81, 83, 84, 86, 88,
'-1 199,20S 38,92-94,117,120-122, 89,91-94,96-98,117-
n: Anzon<t Baby, 157 128,131,196,206 119,124,127-133,135,
t Arte, 21, 32, 33, 37, 43, 44, Bowlby, J., 67, 104, 206 136,137, 14Q..142, 145,
ij' 46,49,91-92,96,114,
116, !lB, 123, 127, 130,
167
Brentano, R, 198
Brown,N. O., 147,206
Buber, M., 102, 206
147, 152-155,159,166,
169, 171, 172, ¡ 77-180,
182-184,188, 189, 191,
1 Auden, W. H., 24, 205 Burocratización, 169, 172 192,195-197,202,203
1 .'-"'"
! 213
I
- - _ ..............-
--véase escritura Decisión de Sophie, La, Entrevista, 38, 46, 47,71, Experiencia interior,
-véase fenomenología Styron, 103, 211 72,80,81,83-87, llO, 12
hermenéutica, Deliberación, 109, 121, ll6, ll7, 128, 142, 177, -véase experiencia de
da vivida, 172 179,180,181,182,186 vida, experiencia ViVl
logía Derrida, J., 35, 160, 202, Epistemológicas, 26, 167 Experiencia origio"!, 31
-estructural 48) 53 206,209 Erfahrung, 192 50, 70
-reflexión, 16, 19, 20, Descripciones, 26, 27, 36, Erlebnis, 192, 193 Experiencia pedag6gica,
22,23,26,28,33,35, 44. 45, 72, 73, 75, 80· Erudito, 145 66, 127
40,41,47,50,51,53, 83,86,87,89,90,97, Escritura, 9, 13! 16) 22,
Experiencia personal, 11
57,58,68,69,75,79, lOB·11O, 114, 115, 118, 25.27,41,45,58,62, 72-75,83,85,87,11:
83,87,95.126, 130, 131, 138,164,168,179,180, 81,91,120,127-149, 156, 188
135, 137, 138, 140, 142· 182, lB7, 189, 195, 199 L51, 181, 183, 187-189,
144, 146, 154, 157, 158,
165, 169, 170, 172, 178,
Diálogos, 11 °
Diarios, 91, 92, 110
202
-véase investigación
Experiencia particular, 5
120
Experiencia vivida l 9,
181, 188, 192, 193, 195, DiálDgos, Platón, 135, 159, Esencias, 13, 14, 28, 19,59, 16,20,22,27·29,32,
199,201,202 160,210 193,196 34,38,41·43,45,47,
Ciencia nueva, Vico, 201 Dienske, l., 129, 206 Esperanza, 56, 76, 83, 84, 49,50,51,55·75,78,
Colaborativo, análisis, 195 Dilthey, W" 21, 22, 55·57, 87,93, 107,108,111- 80·83,88,89,9]·93,
Competencia, 26, 129, 138, 191, 193,'197,206 114, 122, 123, 126, 138, 97,105,106, 1l0, Il
158, 160-162, 164, 171· Di6genes, 23, 133, 134, 139, 140, 149, 153, 178, 1l7, 124, 130, 131, L
175, 194 135, 191 183, 184, 195,202 170, 182, 184, 191, l'
Confesiones, San Agustín, Dísobedience, Mílne, 10O, Etnografía, 11, 21, 29, 196, 197, 199, 201
91 101 40,47,80,84,153, -véase ciencias huma!
Conversación) relaciones D'Israeli, L., 136 193-196 historia personal
de, 14,42,51,57, 82, Dostoyevsky, F. M., 37, Etnometodología, 21, 80, Expresiones comunes l
116-118,120,128,132, 87 153,194·196,199 182
159, 195, 197 Estadísticas, 29, 40
Corporeidad, 119-121, 161, Espacialidad, 79, 119, 120,
18S, 192 E J.
Edíe, M., 192, 207
188, 193 F
Crimen y castigo, Espacio vivido, 36, 119, Fadíman, c., 133, 135, 1
Dostoyevsky, 87 Ejemplos, 19, 23,42,60, 120, 121, 123, 188, 207
Cuerpo vivido, 36,119, 61,84,92,103,104, 193 Fech., 81,89
120, 121, 123, 188, 192 135,137-140,164, 187, Etimológicas, fuentes 1 79)
--véase investigación
Cuestiones funomenol6gi. 189 187 Fenomenología, 9, 13,
cas,41 -4Jéase anécdotas Evans, R., 10, 185, 186, 15-17,19,20,22,
Elíot, O., 40, 207 207 24·31,36·38,40,41,
Emilio, Rousseau, 155, 156, Existencial/es, 14,29,43,
D 211 62,88,89, 103, 119,
43,44,47,48,51,56,
58·60,66,70-72,75,
Dasein,l92 En busca del tiempo perdido, 120, 123, 144, 188, 189, 80,89,91,108,115,
De Roer, 1:, 1.33, 206 Proust,87 194,196,200 128, 133, 135, 137, 1:
214
..
índice
38, 46, 47, 71, Experiencia interior, 140,142,147-149,167, Hart, R., 92, 179
72,80,81,83-87, 110, 12 169-172,178,183,187- Hegel, G. W. E., 192,195,
116,117,128,142,177, experiencia de 189,191,192,195-197, 208
179,180,181, 182, 186 vida l experiencia vivida 199,200,202 Heidegger, M., 30, 35, 43,
stemo!ógicas, 26, 167 Experiencia original, 31, ----véase hermenéutica, 44,47,49,51,59,64,
ahrung, 192 50, 70 ciendas humanas 65,91-93, IZO, 142,
ebnis, 192, 193 Experiencia pedagógica, Fenomenología del espíritu, 149,173,192,196, 197,
.díto, 145 66, 127 Hegel, 195, 208 200,202,208
:ritura) 9, 13, 16, 22 1 Experiencia personal, 11, Flitner, A., 21, 154, 207 Heráclito, 133, 134,
25-27,41,45,58,62, 72-75,83,85,87,111, FOlleault, M., 93, 160, 192, 191
81,91, 120, 127-149, 156, 188 207, 209 Hermenéutica, 9, 13, 14,
151,181,183, 187-l89, Experiencia partícular, 50, Freíre, P., 141, 207 16,17,19,20,22,
202 120 24-27,31,36,43,44,
-véase investigación 47,48,57,59,60,69,
oncias, 13, 14,28,19,59,
193, 196
Experiencia vivída. 9, 15,
16,20, zz. 27-29, 32,
34,38,41-43,45,47,
G
Gadamer, H. G., 21,34,
81,84,92, 128, 158,
168, 169, 178, 180, 186,
>el'dma, 56, 76, 83, 84, 49,50,51,55-75,78, 44,48,51,56,63,116, 188, 189, 191-193,
87,93, 107, 108, 111-
114,122,123,126, 138,
• 80-83,88,89,91-93,95- 118,130,192,197,207 196-198,202,203
97, 105, 106, 110, 111, Galileo, 22 -'Véase definición de
139,140,149, 153, 178, 117,124,130,131,135, Garfinkel, R, 194, 207 la fenomenología
183, 184, 195, 202 • 170,182,184,191,193, Gebhardt, B., 203, 205 de la hermenéutica
,ografía, 11,21,29, 196, 197, 199,201 Geertz, c., 194, 207 -véase ciencias humanas
40,47,80,84, 153, ;l' -véase dendas humanas, Género, 11, 15,21,130 Hintjes, L 140, 208
193-196 :!
i historia personal Geist, 21,32, H8 Hirsch, R, 197,208
nometodología, 21, 80, ! Expresiones comunes, Geisteswissensclü¡ft, 9, 21, Historia, 11,29,36,47,
153,194-196,199 >- 182 32, 140, 191 83,85,88,89,101, 107,
radfstkas, 29, 40 Gíorgi, A., 44, 196, 207 108,123, m-l37, 145,
padalidad, 79, 119, 120, Glaser, B. G., 198,207 167, 168
188, 193
pacío vivido, 36, 119,
F Ooethe, W, 24, 207 Historia Arcana, Procopius.
Fadiman, e., 133, 135, 136, Goffman, E., 199, 207 134
120, 121, 123, 188, 207 Oreene, M., 196, 207
193 • Fecha, 81, 89 Ousdorf, O., 76, 192,207
Historia personal, 11,
122
imológicas, fuentes, 79, i -véase investigación Horno Viator, Maree!,
187 ,.', Fenomenología, 9, 13, 93
'ans, R., lO, 185, 186,
207
1
"'1,
15-17,19,20,22, H Husserl, R, 15, 21, 25, 27,
24-31,36-38,40,41, Habermas, J., 203, 207 44,65,67,91,95,133,
:ístencialfes, 14,29,43, , 43,44,47,48,51,56, Habla/r, 41-43, 51 142, 192, 193, 195, 196,
62,88,89,103,119, lj 58-60,66,70-72, 75, Hamel y Orete!, lOO, 198-201, 206, 208
120, 123, 144, 188, 189, 80,89,91, 108, 115, 104 Housekeeping, Robinson,
Z
194,196,200 128,133, 135, 137, 139, Harlow, H. E, 67, 207 103, 107,210
f
215
,
,
1:
Il1vestigación educativa y vivída -
.................................................
•
216
j
.,
217
Scheler, M., 211 Tolstoi, L. N., 180
R
Racionalidad, 33-35, 192,
Schleiennacher, F. E. D.,
33, 148, 197,211
T
Tacto, 17,25,30,39, 41,
Tratado sobre educación,
Rousseau, 155
203 Schultz, A., 200, 211 53, 67, 76, 107, 112, Proceso, El, Kafka, 87
Ray, W., 201, 210 Seminarios, 118, 119. 113, 136, 146, 148, 158, Truffaut, F., 101, 102,
Realismo,28 139 169-171,174,179,184, 212
Reducción, 36, 200, 201 Semiótica, 9, 19,20.22, 185
Reflexión, 16, 19,20, 22,
13,26, 28,33,35,40,
41,47,50,51,53,57,
200-202
Ser, El, 25, 32, 56,59,
97,131, 148, 196,
-pedagógico, 158, 169,
185
Técnicas, 17,40,41, 45-48,
u
Único} Teoría de lo, 25 1
I
218
t
¡ndice
.., Tolstoi, L. N., 180 Van Manen, M., 17, Wittgenstein, L., 13, 14,
Tratado sobre educación, 24, 108, 152, 153, 200, 212
oto, 17, 25, 30, 39, 41, Rousseau, 155 165, 169, 183, 185, Wo1cott, H. F., 153,
53,67; 76, 107, 112, Proceso, El, Kafka, 87 212 212
113, 136, 146, 148, 158, Truffaut, F., 101, 102, Verdad y método, Gadamer, Woolf, v., 69, 212
169-171, 174, 179, 184, 212 21,207
185 Verhoeven, c., 133, 212
-pedagógico, 158, 169, Verstehen, 34 Z
185
:nicas, 17,40,41,45-48,
U Vico, G., 201 Zaner, R. M., 187,212
Único, Teoría de lo, 25, Visible and the Invisible,
58,80,86, 148, 151, 165, 170-172 The, Merleau-Ponty,
163, 170, 171, 178 114,210
-véase metodológicas,
!fivestigación, escritura V W
I
nas, 11, 15,48-50, 52, Valéry, P., 36, 196
;7, 87, 90-94, 96-98, Van den Berg, J. H., 21,93, Wilson, B. R., 34,212
lOI, 105, 106, 108, 109, 128, 132, 209, 212 With ChilJ: A Diary of
ll1, 113, 115-126, 171, Vanderberg, D., 196, 212 Motherhood, Chesler, 10,
l74, 177, 181, 184-188, Van Gogh, v., 92 90,206
195
nporalidad, 119, 120,
m, 188, 202
myson, A., Lord,
l80
crítica, 11, 21, 157,
219
Otros títulos de IDEA _ __ ...
DESARROLLO MORA
EDUCACIÓN INFANTIL
M' Paz Ovejero y JosÉ l. González Guerrero ISBN 84-87624-47-2 Martln L. Hoffman
El concepto de educación infantil ha evolucionado rápidamente en los últimos años Las teorras educativas
y las leyes educativas reflejan dicho cambio. Con esta obra se da una gura para que moral desde las dime",
padres y maestros puedan seguir y estimular los progresos naturales de los niños desconexa o aislada. Lo,
desde su nacimiento hasta los seis años con una especial atención para las edades madurez 50n ante todo
1
comprendidas entre los tres y seis años. Propone todo tipo de actividades educativas cipios morales fundame
por medio del juego y los materiales necesarios para organizarlas. libro recomendado par;
CLAVES EDUCATIVAS
ISBN 84-8236-207-0 Para escuelas no conflittivas
, de enseí\anza, la auto- 1. Escámez, R. Garda y A. Sales ISBN 84-8236-242-9
obtenidos en el trata- Un análisis de los conflittos que aparecen en la Educación Secundaria. Presenta una
,la, a través de las expe- propuesta de acciones educativas para la prevención de los mismos, basada en cua-
en otros países: occiden- tro enfoques: el aprendizaje cooperativo, el desarrollo de habilidades para el diálo-
la resolución de los pro- go. el control de emociones y el dominio de estrategias y técnicas para afrontar los
problemas de convivencia en el aula. la obra está dirigida a los estudiantes universi-
tarios y al profesorado interesados en la investigación y en la práttica de la educa-
ción para la paz.