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El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, informó este

lunes al país los nombres de los representantes que estarán al frente de los 15 Motores
Productivos que forman parte de la Agenda Económica Bolivariana.

Desde el Palacio de Miraflores, el Jefe de Estado venezolano, señaló que los 15 Motores
Productivos quedará representados por los siguientes funcionarios del Gobierno Nacional:
 Motor Agroalimentario: Ministro del Poder Popular para Agricultura y Tierras,
Wilmar Castro Soteldo.
 Motor Farmacéutico: Ministro del Poder Popular para la Educación, Elías Jaua.
 Motor de la Industria: Presidente del Banco Bicentenario, Miguel Pérez Abad.
 Motor de Exportaciones: Ministro del Poder Popular para Comercio Exterior e
Inversión Extranjera, Jesús Farías.
 Motor de Economía Comunal y Social: Ministro del Poder Popular para las
Comunas, Aristóbulo Istúriz.
 Motor Hidrocarburo: Presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Eulogio Del
Pino.
 Motor de la Petroquímica: Ministro del Poder Popular para Petróleo y Minería,
Nelson Martínez.
 Motor de la Minería: Ministro del Poder Popular para el Desarrollo Minero
Ecológico, Roberto Mirabal.
 Motor Turismo: Ministra del Poder Popular para el Turismo, Marleny Contreras.
 Motor Construcción: Ministro del Poder Popular para Hábitat y Vivienda, Manuel
Quevedo.
 Motor Forestal: Ministro del Poder Popular para Industrias Básicas, Juan Arias.
 Motor Industrial Militar: Ministro del Poder Popular para la Defensa, G/J Vladimir
Padrino López.
 Motor Telecomunicaciones y de Informática: Presidente de la Compañía Anónima
Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv), Manuel Fernández.
 Motor de la Banca y las Finanzas: Ministro del Poder Popular para Economía y
Finanzas, Ramón Lobo.
 Motor de las Industrias Básicas, Estratégicas y Socialistas: Ministro del Poder
Popular para Industrias Básicas, Juan Arias.

El economista español, Alfredo Serrano, señala que la caída del petróleo venezolano
fue de un 70 por ciento, pero otro problema que ha sufrido Venezuela en los últimos
años ha sido “el estrangulamiento” constante del modelo neoliberal, que maneja la
banca internacional contra ese país.
Por ello, el Estado venezolano se ve obligado a buscar alternativas para impulsar otros
sectores, a través de lo que ha denominado los nueve motores productivos
conformados por: la petroquímica, hidrocarburos, agroalimentario, minería,
telecomunicaciones, construcción, industrias, industria militar y turismo.

Frente a la emergencia económica en Venezuela

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El escenario económico adverso, externo e interno, amenaza luego de muchos años a la
revolución política y social en Venezuela. La restricción externa es un hecho irrefutable.
Aquello que muchos analistas denominaran viento de cola a favor por los altos precios de las
materias primas, hoy se torna como viento en contra. El precio del petróleo se ha reducido en
70%. Además, el estrangulamiento financiero internacional contra Venezuela es constante. A
pesar que el país pagó alrededor de 14.000 millones de dólares el año pasado en concepto de
deuda externa, el riesgo país jamás se vio mejorado. La banca internacional asfixia para lograr
su salida, la neoliberal.

Este frente externo tiene claras consecuencias directas a lo interno, fundamentalmente por la
reducción de divisas disponibles. No obstante, esto no significa que todos las dificultades
económicas casa adentro estén ocasionadas por la restricción de afuera. La renta petrolera,
reapropiada soberanamente con Revolución Bolivariana, no logró realmente traducirse en un
flujo virtuoso productivo. Hubo logros en estos años de chavismo pero no necesariamente en
el uso productivo de la divisa. La política económica del chavismo consiguió humanizar la
economía, garantizando derechos sociales, y también obtuvo mejoras reales en los patrones
de consumo para las mayorías. Sin embargo, este nuevo músculo social y el pujante mercado
interno no fue aprovechado para consolidar un nuevo orden económico productivo. ¿Por qué?
El rentismo importador se ocupó excesivamente de satisfacer la demanda interna, y esto trajo
consigo notables desequilibrios estructurales en la economía venezolana.

Esta caracterización se complejiza aún más si se tiene en cuenta los principios básicos de la
economía política. Eso que llaman eufemísticamente mercado se compone de actores
económicos privados con capacidad real para influenciar más de lo que cualquier manual de
economía neoclásica presupone. En medio de la guerra económica venezolana, los
ganadores han sido aquellos que fueron capaces de concentrar aún más la riqueza en sus
propias manos. En el año 2014, el 12% del tejido empresarial acumuló el 79% del
enriquecimiento neto en el país. ¿Tendrá algo que ver este dato con la inflación? Según la
ortodoxia neoliberal, todo es cuestión de emisión monetaria o déficit fiscal. Por cada ejemplo
que ellos encuentren para demostrar esta relación directa, siempre se puede hallar otro que
dice lo contrario. La inflación no es resultado de ninguna ecuación matemática. Más bien es
fruto de una compleja algebra política-económica, en la que sí inciden las variables
macroeconómicas convencionales, pero también tiene mucha influencia quienes se quedan
con la mayor tasa de ganancia por cada eslabón de la cadena de valor. En este punto, no
puede pasar inadvertido el papel ineficiente-usurpador de renta de los actuales sistemas de
distribución en el país.

Entonces, a partir de este diagnóstico complejo, la cuestión es preguntarse qué se puede para
salir de este laberinto. La economía venezolana está al borde de su punto bifurcación. O toma
un camino u otro. Una de las victorias de este cambio de época es que ahora el pensamiento
único neoliberal compite con otras alternativas cada vez que se afronta una situación
económica complicada. Las recetas de ajuste quedaron en evidencia en el siglo pasado pero
siempre tienen la virtud de resucitar cada vez que ven dificultades a la vista. La diferencia con
la época neoliberal es que en la actualidad no están solas; rivalizan con otras opciones
heterodoxas.

He aquí la decisión alrededor de esta pugna entre dos modelos completamente antagónicos e
irreconciliables. Del neoliberalismo ya se conoce su libreto, y sus consecuencias. En cambio,
la revolución bolivariana hasta el momento nunca había tenido que afrontar sus propias
tensiones económicas internas en medio de una gran tempestad externa. Ahí radica el
verdadero reto en estos momentos: escaparse de la vía neoliberal al mismo tiempo que se
crea una nueva senda económica de respuestas efectivas en el marco del horizonte
estratégico trazado por el chavismo.

En este sentido, no sirven aquellas mismas recetas que el chavismo usara para salir del
laberinto neoliberal. Este es otro mundo, tanto afuera como adentro, lo cual obliga a poner en
marcha una batería de políticas económicas para impedir que la restricción externa no se
acabe imponiendo como sacrificio interno para las mayorías. Algunos puntos claves en esta
nueva época de Gran Política Económica son los siguientes:

1. El Estado de las Misiones Sociales requiere de su espejo económico; por cada misión
social, una misión económica que desate nuevas fuerzas productivas a nivel interno. Para ello,
las compras públicas han de servir como músculo económico a favor del nuevo metabolismo
social democratizador. Hay que procurar el efecto multiplicativo económico derivado de la
Revolución Social.

2. Es preciso ordenar lo que se puede producir y lo que no. La Revolución Productiva exige
ponerse manos a la obra con los nuevos motores económicos, considerando: a)el verdadero
valor agregado que se puede generar internamente, y b) el limite externo impuesto por las
cadenas globales de valor. De nada serviría producir nuevos bienes si para ello se acaba
importando buena parte del valor agregado.
3. No todo es una cuestión de motores; también se trata de actores. La democratización del
aparato productivo es condición necesaria y suficiente en la nueva etapa económica porque es
la única manera de romper con la dependencia oligopólica actual. El poder comunal ha de ser
pivote esencial en el nuevo orden económico, tanto en lo productivo, como en el tema
distributivo y comercializador. La comuna ha de dejar de ser marginal en lo económico; la
salida no neoliberal es indudablemente la salida comunal.

4. Hay que evitar caer en la trampa neoliberal de abordar el tema de las divisas desde el
enfoque exclusivo de lo nominal. ¿Es importante discutir el tipo de cambio? Si, siempre y
cuando antes se defina cuál es la nueva matriz de asignación de divisas. En un momento de
escasas divisas, es más determinante elegir cómo se van a sembrar las divisas para que
florezca otra economía real en el menor tiempo posible. Se requiere de una suerte de
acupuntura de tal manera se le de un uso anti inflacionario, productivo y pro crecimiento a las
divisas disponibles.

5. Otro imperativo es una nueva matriz de captación de divisas que rompa la dependencia
exportadora petrolera. Hay que ser muy consciente que esta tarea no es instantánea, pero hay
que buscar respuestas eficaces en algunas inversiones extranjeras directas, en el sector
minero, bajo control mayoritario del Estado. Hay que buscar formas legales para que la banca
privada repatrie sus dólares, y participe activamente en esta situación de emergencia
económica que existe en el país.

6. Ante la restricción de afuera, es imprescindible avanzar en materia de soberanía tributaria.


Hay margen suficiente para hacer una revolución tributaria basada en principios de justicia
social. Resulta preciso implementar un plan de lucha contra el fraude y la evasión fiscal. Se
necesita recaudar adentro todo lo que se necesita para garantizar la inversión social y
productiva, e impidiendo que el shock externo tenga impacto negativo internamente.

7. Otra respuesta es retomar a la senda regional en forma efectiva. Habría margen


seguramente de activar planes especiales Sucre para importar bienes prioritarios evitando
pasar por el dólar. Es fundamental además buscar nuevas vías de importación sin dólar, en
Mercosur, con algunos métodos compensatorios, al mismo tiempo que se logra un nuevo
mapa de inversiones desde la región.

Con estos elementos se observa cómo se puede construir otra carta de navegación para
superar la actual tormenta, adentro y afuera. No solo basta con decirle no a la propuesta
neoliberal de medidas regresivas de la distribución de la riqueza. Es preciso implementar una
agenda económica bolivariana para este momento histórico. La única forma de superar el
mandado neoliberal del no hay alternativa, es encontrar opciones reales y certeras para el
futuro de cambio económico adentro del cambio de época. A la guerra económica, se le vence
con victorias tempranas en el terreno de lo concreto, y construyendo expectativas creíbles
para que la paz económica puede llegar más pronto que tarde.
Ensayo socializado sobre los 15 motores productivos para el
reimpulso económico integral de la nación , su relación con el
perfil del Ing quimico y las líneas de investigación del pnf en
procesos químicos.

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