H. Arte Teatral 6
Prof. Daniel Huicochea
Leemos como las penas parecen instruir en la virtud al protagonista, quién parece
capturar momentos exactos de su vida para después extenderlos sobre el papel al
escribir acerca de ellos.
En cierto momento el mismo Octave menciona el privilegio que implico saber amar.
Comprobar por el mismo lo que significa pertenecer a alguien más que a uno mismo.
Toma conciencia de que todo el tiempo era un niño creyendo ser hombre, hasta esa
experiencia.
Es un hijo que logró escapar del mal del siglo, que escapó a su tiempo con
conciencia y determinación.
Aquí hago un paralelismo con la época actual. ¿Qué nos impulsa a ser autónomos?
¿Qué nos impulsa salir del letargo de la masa? Y pretendo lanzar estas preguntas
con un primordial enfoque lejos de un ideal filosófico o existencia. Es nuestra
realidad de la que tenemos que partir, no son las universidades el lugar exclusivo
para reflexionar y cuestionar, sino más bien es un dialogo interno permanente que
debate con uno mismo para reestructurar y adecuar lo que más convenga a nuestra
época. Pensando un poco en la época romántica pienso un poco en las unidades
aristotélicas y en la acertada decisión o concesión de dejar a un lado el tiempo y
espacio en las representaciones teatrales y privilegiar la unidad de acción. Esto
viene al caso debido que “Confesiones de un hijo del siglo” es también
autobiográfico y percibo a Musset lejos preocupado por una estructura
reglamentaria y más por el deseo de transmitir lo que pensaba y sentía en aquel
momento, al igual que Octave no pretendían encajar en un grupo social y sí se
expresan con libertad, libertad para conocer a fondo.