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HABITAT Y TURISMO EN TAFI DEL VALLE (PROV.

DE TUCUMAN)

Bárbara Manasse *
Patricia Arenas **

IV Congreso "El NOA y su ambiente"


Noviembre de 1994. San Fernando del Valle de Catamarca
Publicado en forma resumida en Actas. Págs. 205 - 208

RESUMEN

Pese a la magnífica oferta paisajística y a su posición de entrada a los


Valles Calchaquíes (1), Tafí del Valle carece de una "industria turística" (2). El turismo
que se acercó a la zona siempre fue "de paso" por los Valles Calchaquíes, razón por la
cual no parecía necesario contar con una infraestructura de servicios. Sin embargo
esta es una razón reversible, en el sentido de que es válido sostener que se verificaba
un turismo de paso debido a la falta de servicios. Otro motivo que suele señalarse para
explicar el escaso desarrollo es la presencia de intereses privados de usufructo de la
zona. Es decir los "veraneantes" (familias de la burguesía tucumana con casas propias
en el valle) y los agricultores grandes y medianos (papa semilla, plantines de frutilla)
vinculados por lazos familiares e intereses económicos.

En la actualidad se están llevando a cabo importantes obras vinculadas


con la industria turística debido a políticas provinciales de subsidios e inversión. No
existe, sin embargo, antecedente alguno de reflexión y análisis sobre la inserción de
esta actividad en el particular contexto socio-cultural y ambiental del Valle.

El objetivo de este trabajo es analizar el impacto social y ecológico que


producen las actividades turísticas en la población estable y su hábitat, en
consideración de la fuerza y celeridad del cambio.

* UNCa. Escuela de Arqueología


Av. Belgrano al 300. Campus Universitario San Fernando del Valle de Catamarca (4700)
** UNT. Instituto de Arqueología
San Martín 965, San Miguel de Tucumán (4000)
I.- INTRODUCCION

Pese a la magnífica oferta paisajística y a su posición de entrada a los Valles


Calchaquíes (1), Tafí del Valle carece de una "industria turística" (2). El turismo que se
acercó a la zona siempre fue "de paso" por los Valles Calchaquíes, razón por la cual
no parecía necesario contar con una gran infraestructura. Su escaso desarrollo
posiblemente haya estado relacionado con intereses privados de usufructo de la zona.

En la actualidad se están llevando a cabo importantes obras vinculadas con la


industria turística debido a políticas provinciales de subsidios e inversión. No existe,
sin embargo, antecedente alguno de reflexión y análisis sobre la inserción de esta
actividad en el contexto socio-cultural y ambiental del Valle (ver Albornoz, López y
Manasse,1987 y Carvajal,1992).

El objetivo de este trabajo es analizar el impacto social y ecológico que pueden


producir las actividades turísticas en la población estable y su hábitat considerando la
pronunciada celeridad del cambio.

Nuestra mirada va a ser de carácter antropológico -esa es nuestra profesión, y


el Valle, el lugar donde habitamos y trabajamos, por ello nuestra preocupación-. Nos
introducimos, de este modo, en el ámbito de la antropología aplicada (3) ó también,
dicho de otra forma, intentamos construir desde la antropología un conocimiento
socialmente útil.

Partimos de la premisa de que los ecosistemas son conjuntos delimitados de


vida vegetal, animal y humana junto con su entorno efectivo, sea éste natural o
modificado por acción antrópica. Además sostenemos que,

"La relación hombre-hábitat sólo resulta comprensible cuando se


incorporan al análisis la totalidad de los elementos que hacen a la
integridad humana. Cuando hablamos pues de las necesidades y
finalidades del hombre estamos hablando de las biofisiológicas, estéticas,
espirituales, etc." Triviño1977:30.

En lo que respecta al desarrollo consideramos que éste y el ambiente son


complementarios e interdependientes y a largo plazo deben reforzarse mutuamente,
sin que uno funcione a costa del otro.

Al turismo lo entendemos, siguiendo a Carvajal (1992), como un fenómeno


social complejo que surge a partir del desplazamiento y permanencia de personas
fuera de su lugar de domicilio, en tanto que ello no esté motivado por una actividad
lucrativa principal permanente o temporal, sino, en especial, por razones de placer y
esparcimiento. Suele implicar una serie de factores, que pueden tener mayor o menor
desarrollo de acuerdo a las distintas regiones: legislación turística (que rige su
accionar), política turística (determina una praxis turística determinada y explícita),
agencias de viajes, sistema de publicidad, núcleo receptor (involucra el área humana y
física), personal especializado (recurso humano del turismo) y el turista (sujeto emisor
del acto turístico).

* UNCa. Escuela de Arqueología


Av.Belgrano al 300. Campus Universitario
San Fernando del Valle de Catamarca (4700)
** UNT. Instituto de Arqueología
San Martín 965, San Miguel de Tucum n (4000)

De acuerdo a Duran, Daguerre y Lara (1993), el impacto ambiental involucra


toda alteración o modificación sobre el medio ambiente tanto natural como
sociocultural, económico y estético (p.132). Colin De'Ath (1982), sin embargo,
individualiza lo que llama específicamente impacto social y lo caracteriza como
aquellos efectos y/o cambios que se producen respecto de las relaciones e
instituciones humanas existentes, además de su relación con los recursos naturales de
los que dependen (p.487-9). Para una mayor claridad en la exposición, nosotras
utilizaremos esta segunda opción.

II.- REFLEXIONES INICIALES

Nuestro análisis se halla orientado de acuerdo a las siguientes reflexiones:

1) Existiría en Tafí del Valle un estilo de desarrollo que prioriza la rentabilidad


económica en detrimento de lo ambiental y socio-cultural (4);

2) los beneficios de la actividad turística son obtenidos casi exclusivamente por


intereses for neos, que no reinvierten localmente, desconocen los riesgos potenciales
del impacto sobre el medio social y ambiental y no se comprometen con sus
resultados;

3) la precariedad de la infraestructura de servicios públicos pone en riesgo el medio


ambiente natural del Valle, debilitando su mayor potencial turístico;

4) la falta de una clara política pública (municipal) turística puede implicar un impacto
socio-cultural irreversible;

5) debido al aceleramiento de la imposición de una industria turística la población local


puede quedar rezagada -en lo económico y social- si no se implementan acciones
(públicas y/o privadas) destinadas a la capacitación y perfeccionamiento de los
habitantes del Valle;

6) la industria turística podría significar un desarrollo integral y equitativo para la


región, de implementarse acciones y políticas acordes a la realidad socio-cultural de la
zona y respetuosas de las condiciones y potencialidades ecológicas de la misma.

En función de estas ideas, analizaremos algunos aspectos atinentes a nuestra


inquietud.

III.- HABITAT Y PAISAJE

Tafí del Valle es una cuenca tectónica ubicada a 2.000 metros de altura sobre
el nivel del mar, rodeada por elevaciones que superan los 3.500 metros. La vegetación
propia de la región es la de pradera de altura que se alterna con arbustos y la
presencia de estratos arbóreos en faldeos y quebradas. Los suelos son superficiales y
de una baja productividad. Su clima es semiárido atenuado con un r‚gimen pluvial de
estaciones contrastadas con precipitaciones que rondan en los 400mm anuales (de
1:20 en el verano), y amplitud térmica moderada. La media anual de la temperatura no
alcanza los 15§ C. El relieve del Valle se caracteriza por la importancia de pendientes
pronunciadas (alcanzando un promedio de 18,8%).
El paisaje del Valle se caracteriza, en la temporada estival, por un tapiz verde
que recubre un relieve de lomadas y faldeos entrecortados por varios arroyos y ríos
cristalinos de montaña (frecuentemente ha sido comparado con el de las praderas
alpinas). En las quebradas de los cerros se concentra la vegetación arbórea natural
(aliso) e importantes pajonales, dotando de nuevos verdes a los tonos predominantes
en ésta época. En el invierno, se pierden estos colores, pero se compensa con el
blanco de las nevadas, que adopta particular belleza por la topografía y flora típicos. A
ello hay que agregar los atractivos dotados por obra humana a la zona: prácticamente
todo el Valle se halla cubierto por evidencias de asentamientos prehispánicos, entre
las que se destacaban los conocidos "menhires"; por otro lado, se conservan algunas
construcciones de la ‚poca de ocupación jesuítica del Valle, que mantienen sus
características arquitectónicas originales; por último, están las viviendas e
instalaciones de los habitantes oriundos del Valle y de las antiguas estancias, cada
uno con su propio estilo de construcción; y la pradera granizada con grupo de ovejas,
las faldas con cabritos y en menor medida, antiguamente, algunas llamas y guanacos
aventurándose por los cerros.
Las características del paisaje y del clima de este Valle de altura (con
diferencias de m s de 10§ con la llanura tucumana) lo convirtieron en un lugar
sumamente atractivo para buscar el alivio de las altas temperaturas que suelen reinar
en la ‚poca estival en las zonas llanas de la provincia. La zona fue recibiendo, desde
hace m s de 100 años, la visita y estadía de las familias de la burguesía provinciana,
vinculada a la propiedad de las tierras del Valle. Esta población de "veraneo" fue
aumentando significativamente con el tiempo, y en particular desde la apertura de la
ruta 307 a los Valles (1943). La política de ordenamiento y desarrollo local estaba
diseñada acorde a las necesidades y voluntades de estos veraneantes y de los
propietarios de las estancias, descuidándose intereses de la población estable.
Es importante destacar que, de tener que definir cómo "percibe" el paisaje la
gente de Tafí, habría que separar claramente aquella de los veraneantes -aún de los
que pasan entre dos y tres meses corridos todos los años por generaciones aquí-, de
la de la población estable y oriunda de la zona. Por otro lado, es notorio el cambio
paisajístico, producido en primer término por la intensa actividad ganadera y agrícola
(5) y, luego, m s recientemente, el pronunciado proceso de urbanización, relacionado
en gran medida con viviendas destinadas al veraneo (sobre este punto volveremos
m s adelante).
La conformación topográfica, junto al r‚gimen de lluvias y una biota muy
susceptible a las perturbaciones, son factores preponderantes en los procesos
morfodinámicos de la zona. La remosión y los aluviones de barro y piedra son
elementos diagnósticos de una erosión de gran envergadura, propia de un ambiente
de fragilidad pronunciada.

"En efecto, en las laderas orientales y meridionales de las montañas


que circundan la fosa se originan los más activos conos de deyección,
que en caso de lluvias intensas avanzan a través de corrientes de barro y
piedras hasta el centro del valle cubriendo, a veces, tramos de caminos,
campos de cultivos, derribando puentes y sepultando viviendas. Se ha
calculado que el derrame del verano 1987/87 fue de unas 300.000
toneladas de material sólido." Bolsi, Madariaga y Batista, 1992:386.

La formación de importantes cárcavas, que se van abriendo tanto en las faldas


montañosas como en la zonas de menor pendiente, como la concreta pérdida del
escaso manto fértil del suelo en reas trabajadas en forma incorrecta para el cultivo,
acompañan el proceso antes mencionado. Son frecuentes los cultivos con pendiente
superior al 3%, por lo que la aparición de esas profundas cárcavas pasó a formar parte
del paisaje natural. Zuccardi (1985) señala justamente el peligro que significan estas
prácticas para el delicado equilibrio ambiental de la zona. Tafí del Valle pierde cada
año unas sesenta toneladas de suelo por hectárea y la represa local, inaugurada en
1980, ya ha sido inutilizada por los sedimentos.

IV.- SOCIEDAD Y ECONOMIA

Actualmente el Valle cuenta con una población estable de unas 6.000 personas
(teniendo en cuenta las reas de Tafí del Valle y El Mollar, según el Censo 1991), de
las cuales un alto porcentaje corresponde a población nativa de la zona y reas
montañosas aledañas (Valles de Santa María, El Cajón, La Ciénaga, Anfama, Mala
Mala, etc.). De esta población, unas 1500 personas habitan en las villas de Tafí y de El
Mollar, los dos enclaves m s urbanizados. El resto se distribuye en agrupamientos
rurales como La Ovejería, El Rodeo, Santa Cruz, Las Carreras, El Rincón, Potrerillos,
Ojo de Agua y La Costa, y se caracterizan por el uso aún frecuente de técnicas
tradicionales en la construcción y distribución de los espacios domésticos y por una
práctica agropecuaria de subsistencia, aledaña al área de vivienda. El carácter de la
producción y los espacios reducidos han dificultado la implementación de innovaciones
tecnológicas y mejoramientos en la producción. La falta de posibilidades de
comercialización en el ámbito local es otro factor de desaliento, ya que la venta a otras
localidades implica aumentar significativamente los costos, por el traslado (las dos
salidas del Valle de Tafí deben realizarse por cuestas montañosas).

La edad de los habitantes conforma una pirámide, que muestra la expulsión de


la población económicamente activa de la zona, aunque ello se está revirtiendo muy
levemente en los últimos años. Durante la temporada invernal, m s de un 35% de la
población local solía migrar a la zafra en la llanura tucumana, como parte de la
"obligación" (6) con los propietarios de las tierras que ellos habitaban en el Valle y que
también eran dueños de los ingenios azucareros (ver Racedo,1988; Rosenzvaig,
1986). Hoy en día ese porcentaje se va reduciendo año a año, resultado de la crisis
azucarera provincial. Sin embargo, ello se compensa con la migración a la cosecha de
la vid o de hortalizas en Mendoza, o aún de la manzana en Río Negro (en estos casos
suele migrar tan solo el varón, quedando el resto de la familia en el Valle); ó con la
salida m s definitiva del Valle en busca de empleos domésticos, en el caso de la mujer
, y de peón de obra, en el caso del hombre (en San Miguel de Tucumán o
directamente Buenos Aires).Es importante, por otro lado, la población activa que en los
últimos años ha sido absorbida por el ámbito público (municipalidad, vialidad), debido
al atractivo que significa contar con un sueldo mensual, por m s magro que sea, y con
una obra social.

Durante la temporada estival, por el contrario, la población se triplica por la


llegada de los veraneantes, dando lugar a un estado bastante caótico en el ámbito de
la prestación de servicios públicos y de seguridad. Esta situación se ve agravada, ya
que el período escolar de la zona es durante ésta temporada. A la gente que viene
buscando menores temperaturas, descanso o entretenimiento se une, entonces, todo
el plantel docente, que en invierno habita en sus lugares de origen fuera del Valle,
sumándose el total de los habitantes locales del Valle, que ya regresan de la zafra y de
la cosecha.

El Valle cuenta en la actualidad con diez escuelas primarias distribuidas en


toda la región (una de las cuales data de comienzos de siglo) y una escuela
secundaria ubicada en la villa de Tafí. La asistencia de los niños a clases es aún
incompleta hoy en día, especialmente fuera de las dos áreas más urbanizadas. Es
importante el porcentaje de la población adulta de la región que no ha completado el
ciclo primario y es sumamente numerosa la gente, que ha perdido la práctica de la
lecto-escritura o la lleva a cabo en condiciones muy elementales. Tanto Bolsi,
Madariaga y Batista (1992:411) como Racedo (1988), Taboada (1989) o Requejo
(1988) denuncian la falta de adecuación del sistema educativo local a las
características socio-culturales de la región (ver también, Arenas,1994). Es frecuente
una subestimación de las capacidades de los niños y una consecuente exigencia
inferior a la corriente en otras zonas de la provincia (Camerlingo, Manasse y
Powell,1994).

El sistema socio-cultural de Tafí del Valle se caracteriza por la importancia que


mantienen en ‚l huellas del antiguo sistema de estancias, con sus correspondientes
relaciones laborales, interpersonales y familiares, además de prácticas, que
combinaban herencias prehispánicas y coloniales. Esto ha sobrevivido debido al
importante aislamiento sufrido por la zona de los Valles, en los momentos de mayor
pujanza en el desarrollo económico, social y cultural de la provincia y del país. De este
modo se mantienen prácticas laborales, tecnológicas y de manejo económico, que no
existen fuera de la región desde hace más de 100 años, y que fueron adoptando sus
propias particularidades con el transcurso del tiempo y su desarrollo interno. Aunque
ello pueda parecer pintoresco en miras a una actividad turística, también significa hoy,
en ocasiones, una desventaja y el desamparo de la población local frente a
innovaciones, que muchas veces son perjudiciales para ellos(ver al respecto de este
tipo de problemas Carvajal,1992:55,58 y 65). Lorandi (1989) comenta la situación que
padecen las regiones del noroeste argentino, por el importante olvido que existe de su
pasado prehispánico señalando, asimismo, el carácter de estigma que se ha
establecido alrededor del mismo. La autora realiza su análisis haciendo énfasis en la
historia regional, los efectos de la colonización y la circulación del conocimiento y la
información. A partir de ello, logra establecer una significativa relación entre "estigma
social" y "olvido del pasado". García Canclini (1990) señala la posición que suelen
adoptar los sectores subalternos respecto a su propio capital cultural,

"...como si interiorizaran la actitud desvalorizadora de los grupos dominantes


hacia la cultura popular." (p.45).

A lo expresado en el punto anterior, hay que agregar que existe una relación
bastante conflictiva entre los habitantes lugareños y las personas venidas de "afuera"
(del Valle), que se puede caracterizar como una asimetría social y cultural
(Camerlingo, Manasse y Powell, 1994). Se evidencia una sobrevaloración de los
conocimientos, valores, estrategias y hasta modos de vida de los que no son tafinistos.
Este punto tiene mucha importancia a la hora de evaluar el efecto de los contactos
socio-culturales, que implica toda actividad turística (Carvajal,1992). Schlöter (1983)
directamente habla del turismo "como fenómeno aculturador" (cit. por Carvajal,1992) y
Fernández Fuster (1978) comenta que este proceso actúa con particularidad sobre los
núcleos receptores debido al flujo constante y permanente de personas pertenecientes
a comunidades diferentes (cit. por Carvajal).

Otro tema de fundamental importancia para la comprensión de la situación de


la región es el referido a la tenencia de las tierras, ya que tiene clarísimas incidencias
en los aspectos sociales, culturales, políticos, económicos, laborales y hasta
ecológicos de la región. La distribución actual de la población es heterogénea y está
íntimamente relacionada con la evolución de los fraccionamientos de los latifundios y
la venta de tierras.

El Valle de Tafí fue subdividido en seis grandes estancias, luego de la


expulsión de los Jesuitas en 1767. Esta estructura se mantuvo con una notable rigidez
y persistencia a lo largo del tiempo. Su producción era básicamente ganadera y de
características muy rudimentarias. La organización territorial comprendía el casco de
la estancia o "Sala" y una serie de "puestos" a cierta distancia atendidos por peones
tafinistos, que a cambio de un pedazo de tierra para cultivar el alimento para su
consumo, debían trabajar para el patrón sin paga durante un lapso de tiempo
determinado (Barbieri de Santamarina,1945; Rosenzvaig, 1986). Con la apertura de la
ruta 307, se produce una seria modificación en la estructura económica y territorial de
la región: transformaciones en el rea agropecuaria, que incrementaron la superficie
cultivada a expensas de la que se dedicaba a la ganadería y un significativo aumento
en el precio de las tierras (19 veces en el pueblo de Tafí entre 1942 y
1950)(Bolsi,1992). Las haciendas sufren un proceso de división o apotreramiento; el
campesino, que ocupaba la tierra por generaciones para atender los animales de la
estancia, es arrinconado en espacios cada vez m s reducidos, cuando nó,
directamente desplazado. Frente a unas pocos terratenientes, que cuentan con
superficies de unas 7.000 a 18.000 hectáreas, la mayoría de la población debe habitar
y vivir en parcelas que rondan entre las 0,5 y 4 hectáreas. La declaración de "Zona
Semillera" para Tafí complicó aún m s el panorama, ya que se vuelven a abrir
extensos campos a la agricultura.

La fuerte dependencia, que se creó a lo largo del tiempo entre el peón y los
patrones, dejó al campesino poco preparado para enfrentar nuevas situaciones
laborales. La falta de capacitación en reas que no tuvieran relación con el manejo
agropecuario rudimentario de las estancias o el trabajo en la zafra azucarera, la
escasa formación educativa y la falta de práctica en la gestión y toma de decisiones
conforman un panorama complejo para un desarrollo local con cierto grado de
autogestión. Además, tanto la precariedad de la tenencia de las tierras como la falta o
escasez de capitales para llevar adelante cualquier tipo de emprendimiento son
factores que confluyeron para dar lugar a la difícil situación del poblador tafinisto. Ello
incide también en el usufructo de conocimientos que manejan desde hace muchas
generaciones, como el tejido e hilado, el trabajo en cuero y aún la elaboración de
quesos, observándose serios inconvenientes para manejarse en el ámbito de la
comercialización.

El cultivo de la papa semilla se constituyó en los últimos años en la actividad


económica m s remunerativa e importante de la región (ahora se agrega el ajo
semilla). Sin embargo, la superficie de tierra y la infraestructura necesarias para estos
cultivos, actúan como factores condicionantes para poder llevar a cabo esta actividad
en forma rentable. Los beneficiarios se reducen de este modo a los grandes
agricultores que son foráneos al Valle y contratan mano de obra solo en un 30%
tafinista. Además, han surgido serios inconvenientes con la disponibilidad del agua
para riego, ya que desde que se instalaron los "paperos", el resto de la población
quedó en un segundo lugar para acceder a tan vital recurso. No son raras las veces,
que aún pagando por el servicio, pierdan la cosecha por falta de agua (Primer
Encuentro de Pequeños Productores del Valle de Tafí, 1989). Este grupo de grandes
agricultores, debido a la tecnología implementada (riego por manteo, arado
perpendicular a la pendiente, uso y abuso de agroquímicos) es el que está
provocando los desequilibrios m s importantes en el frágil medio natural de Valle
(Bolsi, Madariaga y Batista, 1992:414). El arqueólogo A. R. González ha denunciado
otro serio problema relacionado con el cultivo de la papa semilla:

"...durante esta última década, se descubrió que tanto Tafí como


Campo de Pucará eran excelentes tierras para el cultivo de papa [...] e
inmediatamente ingresaron las topadoras. Se arrasaron alrededor de
cuatrocientos sitios por obra de los intereses económicos de los
agricultores."
"Es básicamente por falta de conciencia social e histórica que se
destruyeron los 400 sitios arqueológicos..." (González, 1989: 112-114)

El problema de la tenencia de la tierra vuelve a tener vigencia hoy, con el auge


de la industria turística: la construcción de hoteles, "countries", áreas deportivas y de
esparcimiento vuelven a afectar a los pequeños y precarios propietarios, quienes
deben ceder reas de cultivo de subsistencia o renunciar al acceso a zonas de trabajo
o de sostén del ganado para permitir la extensión de caminos de acceso, la instalación
de canchas de paddle o de golf... El notable avance en el proceso de urbanización del
Valle, relacionado principalmente con viviendas destinadas al veraneo, implica tanto la
deforestación como la pérdida de espacios ganaderos, que son reemplazados con las
faldas de las montañas; ambas situaciones tienen claras repercusiones ecológicas y
paisajísticas.

V.- INFRAESTRUCTURA Y POLITICA PARA UNA INDUSTRIA TURISTICA

Como hemos planteado anteriormente, consideramos que la industria turística


podría significar un desarrollo m s equitativo para la región, involucrando a la población
local en actividades lucrativas y beneficiosas desde el punto de vista económico, social
y cultural, cuidadosas de las características ecológicas del Valle. Es lo que Carvajal
(1992) denomina como una actividad que parte de la solidaridad social en el marco de
una conciencia compartida (p.91) y respetuoso del patrimonio turístico (p.46).

De hecho el fenómeno de la industria turística se ha instalado efectivamente en


el valle de Tafí. En el lapso de los dos últimos años se han llevado a cabo importantes
modificaciones en el ámbito turístico de esta zona. Hasta entonces se contaba con una
reducida infraestructura, tanto en lo que se refiere a lugares de hospedaje como a los
servicios públicos, actividades recreativas ofrecidas, etc. A pesar de ello, visitaban el
Valle un promedio de 40.000 personas en la temporada invernal (tanto extranjeros
como habitantes del centro y sur del país) y unas 100.000 personas durante el año
completo (7). La permanencia de los turistas es corta, reduciéndose al tiempo
necesario para almorzar y seguir el viaje. Sólo un escaso porcentaje se hospeda por
unos días en la zona.

En los últimos tiempos, el Valle es protagonista de un crecimiento vertiginoso


de la infraestructura hotelera, algunos de alta categoría, y proyectos para la
construcción de "countries". La oferta de camas podría fácilmente triplicarse. Para un
letargo de tanto tiempo, este impulso no solo es elogioso sino también llamativo.
Obviamente, se espera la afluencia de un número cada vez mayor de contingentes
turísticos. También existe un desarrollo en el área comercial, pero éste parece más
bien apuntar a la población estable, antes que al turismo, tomando en cuenta los
rubros y características de la mercadería. Tampoco aumentó la oferta de actividades
recreativas o de los circuitos turísticos, aunque posiblemente los mismos hoteles
contribuyan en este aspecto. En el Valle no existen agencias turísticas, al menos en la
actualidad. Estos aspectos, que saltan a la vista de cualquier habitante del Valle,
fueron de alguna manera los disparadores para intentar llevar a cabo un estudio m s
profundo de la situación. De allí, que hemos hecho un análisis de la infraestructura con
que cuenta el municipio de Tafí del Valle, además de las políticas que se planea
instrumentar frente a esta nueva situación. A ello nos referiremos inmediatamente.
Por muchos años, el Valle contaba para el hospedaje de turistas con dos
hoteles, una hostería del sindicato de docentes de la provincia y tres hospedajes o
pensiones. Ahora, en los últimos meses se han preparado para entrar en
funcionamiento en la próxima temporada tres nuevos hoteles, de mayor categoría que
los existentes. Existe, además, el proyecto de dos hoteles m s, de 5 estrellas en este
caso. Hay un "country" en construcción (que sería el primero existente en el Valle) y se
prevé la construcción de otro. Los nuevos hoteles ya habilitados cuentan con
restaurant y bar, pero fuera de ellos no se han habilitado en los últimos tiempos alguno
nuevo (funcionan seis de distintas categorías, además de cuatro bares). Existe un
camping, que desde hace una o m s temporadas atrás presenta problemas con la
infraestructura sanitaria y posiblemente este verano quede fuera de servicio.

Mencionábamos más arriba, que la oferta de recreación no ha aumentado; ella


se circunscribe a las actividades relacionadas con el contacto con la naturaleza:
cabalgatas, caminatas y la visita a lugares históricos y arqueológicos. Salvo un club
privado, no hay mayor oferta deportiva para el turismo. Los otros clubes son de la
gente del Valle y se dedican casi exclusivamente a la práctica del fútbol masculino. De
construirse los hoteles de cinco estrellas, se agregarían canchas de tenis, paddle y
golf. A la fecha existe un solo salón bailable; el otro que existía cerca de la Villa de Tafí
fue comprado por uno de los empresarios de los nuevos hoteles para salón de
espectáculos. A esta oferta de esparcimiento nocturno hay que agregar algunos
espectáculos públicos musicales organizados por la Municipalidad en temporada
estival: peñas y bailantas. La localidad cuenta con la realización de una fiesta nacional
(El Queso), y fiestas de índole provincial (Canto a los Valles y Yerbiao). Desde hace
dos años se viene realizando una representación de la Pasión de Jesucristo en
Semana Santa con una convocatoria masiva. Fuera de ello, los veraneantes, en forma
conjunta con la Municipalidad organizan algunos eventos deportivos como el
Campeonato Provincial de Motocross, el Rally Safari Aventura (4x4) y campeonato de
Enduro (de los cuales hablaremos m s adelante).

El comercio también ha tenido un claro desarrollo, pero está circunscrito en su


mayoría a rubros de consumo masivo, siendo menor la cantidad de comercios
destinados concretamente a la atención de la demanda del turista.

Tampoco los servicios públicos han tenido mayor evolución. Existe un solo
hospital en la región, que, aunque está bien equipado, siempre ve sobrepasada su
capacidad de atención en temporada. Funcionan, además dispensarios de atención
médica distribuidos por el valle, de acuerdo a la densidad poblacional, pero su
atención se reduce a unas cuantas horas, dos a tres veces por semana, y cuentan con
una infraestructura sanitaria limitada.

Las vías de comunicación en el Valle son en su mayoría de tierra, salvo la ruta


de entrada y tres arterias céntricas no muy prolongadas. Es común que en el verano,
con las lluvias, muchos caminos se inutilicen. Incluso la ruta 307, que comunica Tafí
del Valle con la llanura tucumana, suele presentar inconvenientes a raíz de derrumbes
que implican un cierre del tránsito por varias horas. Existió hasta hace muy poco
tiempo una sola línea de transporte que realizaba el trayecto Tafí-San Miguel de
Tucumán y efectuaba un recorrido bastante reducido dentro del mismo Valle. En la
actualidad compiten con la misma, servicios privados de combis y taxis. Hasta el
momento se cuenta con una sola estación de servicios con horario limitado, a pesar de
que las m s cercanas están localizadas a unos 60km hacia cada uno de los rumbos de
salida del Valle (Famaillá, hacia el este y Santa María, en Catamarca).

Se cuenta con una central térmica que provee de energía eléctrica a la región,
pero con una capacidad limitada. En temporada, y aún fuera de ella son muy comunes
los cortes de energía o fluctuaciones importantes de su intensidad. La iluminación
pública se reduce a cuatro barrios cercanos al casco céntrico. Existen dos locales con
cabinas telefónicas públicas, una de las cuales recientemente incorporó el servicio de
fax. Sin embargo es muy posible que uno de esos locales deje de funcionar
próximamente y sea absorbido todo el servicio por la otra. Ambos funcionan en
horarios limitados. La red de teléfono domiciliaria es reducida. El municipio se
abastece de dos plantas de agua corriente, que no siempre cuentan con un real
tratamiento potabilizador. Se está llevando a cabo la construcción de otras dos
plantas. El resto de la región debe abastecerse de tomas de los ríos cercanos o de
acequias, con las consecuencias del déficit sanitario evidenciado en un altísimo
porcentaje de parasitosis en la población. Uno de las manifestaciones m s serias es la
de la hidatidosis, que por sus características de propagación debe ser considerada
como endémica. A ello hay que agregar, que actualmente se crean serios
inconvenientes en la provisión del agua durante la temporada, que pasan desde la
utilización del agua de riego para el consumo humano, hasta el corte concreto del
suministro.

La gestión de residuos también deja mucho que desear: la recolección


domiciliaria solo se efectúa en forma diaria en el casco céntrico; en el resto de las
zonas solo es realizado dos veces por semana. En temporada veraniega duplican el
servicio, cuando disponen de automotores, pero nunca dan a basto. Se calcula que
actualmente la basura se triplica o cuadruplica fácilmente en el verano, debido a la
estadía de los veraneantes y del paso del turismo, y no se cuenta con una
infraestructura que pueda satisfacer esa demanda actual. No existe prácticamente el
barrido y limpieza, con excepción de las arterias céntricas, debiendo realizarse
denuncias para que la municipalidad limpie algún otro sector. Ello se convierte en un
serio problema cuando se trata de zonas que no son tan urbanizadas, pero que sin
embargo son visitadas por el turista aunque sea por algún rato, dejando los
correspondientes desperdicios (en los últimos años es notable la cantidad de pañales
descartables, bolsas plásticas y latas de gaseosa que aparecen entre las tolas, en las
orillas de arroyos y ríos o a orillas del camino). Los residuos son evacuados en un área
demasiado cercana a la ruta de acceso principal al Valle y al camino que lleva al
cementerio local. El procesamiento de la basura se limita al cavado, quema al aire libre
y tapado con tierra; en el verano se fumiga el rea. El Valle carece de red cloacal, y el
desagote de los pozos es realizado por encargo a la Municipalidad y se evacua en el
mismo basurero. Es muy posible que esta rea se sature en un lapso de tiempo muy
corto y no hay prevista otra zona por el momento.

Frente a esta clara insuficiencia de la infraestructura municipal, aún para


enfrentar los requerimientos actuales, vamos a contraponer la política explícita e
implícita del mismo respecto a la introducción de la industria turística en la región. Para
ello nos hemos basado, tanto en reglamentaciones y decretos, como en la
conversación con funcionarios de la municipalidad y trabajadores de la misma.

Lo primero que salta a la vista, es que a la fecha no se han instrumentado


medidas específicas frente a esta nueva situación. La reglamentación para la
construcción de los hoteles es la que se sigue para la de cualquier obra de esta
envergadura en la provincia; no se exige estilo de construcción, forma de ocupación de
la tierra, localización, forestación con alguna línea particular, o aún reglas para la
contratación de mano de obra. La única zona que se considera necesario conservar, y
para la cual existe una reglamentación en cuanto al estilo arquitectónico, es el de unas
dos manzanas céntricas. Éstas se hallan interrumpidas, sin embargo, por el edificio
municipal, que fue construido antes de que entrara en vigencia esta reglamentación.
No se han dictaminado exigencias, por ejemplo, de indemnización hacia pequeños
propietarios afectados de alguna forma ni tampoco el respeto, conservación o rescate
del patrimonio cultural de la región (8) (Arenas,1994; Manasse,1994).

"En Tafí del Valle la destrucción de los yacimientos arqueológicos se


lleva a cabo sin ningún tipo de control estatal. Ni en la construcción de
obras de ingeniería civil ni en la apertura de tierras para el cultivo se
realiza el m s mínimo control y/o seguimiento a fin de rescatar y/o
preservar las evidencias arqueológicas, que se hallan dispersas por casi
todo el Valle. A nivel provincial, tampoco se realiza supervisión alguna.
La ley vigente, con sus errores y aciertos, carece de poder de policía."
"Esta situación da lugar a una constante y masiva destrucción de
yacimientos arqueológicos, ya denunciada por los arqueólogos en
reiteradas ocasiones sin lograr mayores resultados (Jornadas de Política
Científica para la Planificación de la Arqueología en Argentina, Horco
Molle, octubre de 1986)." (Manasse, 1994).

Berberián y Pillado (1988) denuncian la remoción de los vestigios


arqueológicos superficiales, convirtiéndolos en canteras de materiales de construcción
para las viviendas modernas "...borrando definitivamente el mensaje del pasado..."
(p.171).

La actividad inmobiliaria no solo requiere de excavación para la realización de


las obras sino también del desmonte, emparejamiento de las superficies, siembra de
pastos artificiales, apertura de nuevas vías de comunicación, etc. Como estas
construcciones se realizan mayormente en reas que no estaban efectivamente
ocupadas con viviendas, ó de ser así, éstas contaban con la mínima infraestructura,
también debe procederse a toda una inversión de capitales y trabajo municipal, para la
apertura de calles, extensión o instalación de red eléctrica, de agua corriente y
teléfono. Lo que aún implica un mayor impacto sobre el entorno, por las remociones de
tierra que involucra.

De hecho, tampoco existen reglamentaciones respecto a la preservación


ecológica del Valle. Esto es obvio cuando se analiza la gestión de los residuos, pero
aún m s, si se observa la promoción de ciertas actividades "deportivas", con claras
incidencias en el paisaje. Uno de los ejemplos m s claros es el fomento de actividades
como motocross y enduro. Los circuitos establecidos por la misma municipalidad se
realizan por reas completamente susceptibles como la Loma del Medio o "Pelao", que
justamente lleva este último nombre por carecer de una vegetación tan frondosa como
los cerros que rodean el Valle. El otro problema que surge es que, fuera de lo que
significa concretamente el circuito donde van a competir los participantes, se realizan
prácticas y entrenamientos en las m s diversas zonas del Valle, que naturalmente
deben presentar una topografía compleja, con pendientes pronunciadas. Otro claro
ejemplo de la falta de una política conservacionista o ecológica es la señalización con
llamativos carteles en el cerro El Negrito (uno de los m s inaccesibles a la acción
humana dentro de la región y que por tanto cuenta aún con abundante fauna silvestre
y autóctona) para la realización del Rally Aventura de 4 x 4.

Por último, falta una clara política de acción social. En otro punto del trabajo
mencionábamos el serio problema educacional existente en el Valle. El tafinisto se
halla muy poco preparado para emprender gestiones de cualquier tipo: le faltan
herramientas, práctica y una tradición. El adulto, hace muchos años que perdió la
práctica del aprendizaje dirigido; le cuesta sistematizar, organizarse y enseguida se
cansa. No es tan grave la situación de los adolescentes, pero la mayoría de ellos
también dejó de estudiar hace algunos años. Y se suma un sistema de enseñanza
poco apto para la realidad local. La escasa capacidad de gestión, un capital financiero
muy reducido, además de la falta de información pertinente, excluye a la mayoría de la
población local de un potencial beneficio estable obtenido de esta nueva industria
turística.

La Dirección de Capacitación de Adultos de la Secretaría de Educación de la


provincia de Tucumán está instrumentando una serie de cursos cortos como una
primera experiencia destinada a la capacitación de personas en las especialidades
requeridas por hoteles y restaurantes. Sin embargo, habrá que esperar la evaluación
de los resultados, para conocer qué porcentaje de la población local se acercó a estos
cursos y cuántos efectivamente pudieron llevarlos a feliz término.

REFLEXIONES FINALES

Volviendo a las ideas expresadas en un principio y siguiendo las propuestas de


la UNESCO (1987) sobre el concepto de Medio Ambiente Total, que involucra los
patrimonios culturales y naturales, sostenemos que cualquier tipo de acción de
desarrollo en un determinado espacio geográfico deber contemplar la indisolubilidad
de las relaciones entre vida vegetal, animal y humana con su entorno. En el caso
concreto de la industria turística, ello significa incorporar como patrimonio o recurso de
la misma no solo los espacios y bienes, "...sino también por los valores constituidos
por las creencias y costumbres de cada sociedad..."(Carvajal,1992: 46).

Según lo tratado arriba, podemos afirmar que:

- se verifica un proceso muy acelerado en la imposición de la industria turística. Al no


existir disposiciones u ordenamientos específicos por parte de las autoridades locales,
es difícil prever mejoras en la participación de los tafinistos de los beneficios de la
actividad turística. Y lo que es aún peor, es muy probable que su situación general
sufra serio deterioro -tanto en lo material: carencias de tierras, agua, pastos y/o
beneficios económicos, como en el orden sociocultural: discriminación, desvalorización
y pérdida de conocimientos propios de la región, marginación política y económica,
etc.-. Bastan ejemplos argentinos, como los de Carlos Paz (Córdoba) o San Carlos de
Bariloche (Río Negro), para pronosticar el futuro no tan lejano de la población nativa
(ver, Dimitriu, 1992, por ejemplo). Como lo venimos señalando a lo largo del trabajo, la
marginación y el desplazamiento de la población tafinista fueron y siguen siendo
moneda corriente en el Valle;

- los resultados del análisis del sistema municipal de prestación de servicios


evidencian su insuficiencia e ineficacia para resolver aún los problemas propios de la
población estable. Demás está cuestionar su accionar en los picos turísticos actuales y
aquellos previstos para el futuro inmediato. Esto significa un grave problema social, en
particular en lo que se refiere a salud y calidad de vida, y además un serio riesgo para
el ambiente y paisaje de la región, recursos preponderantes para la actividad turística;

- se verifica, entonces, la falta tanto de legislación como de política turística (sensu


Carvajal, 1992). Las autoridades locales parecen someterse a las propuestas del
empresariado del turismo, quienes mayormente priorizan su rentabilidad económica,
frente a las necesidades de los sujetos sociales que componen el núcleo receptor. Se
descuidan las condiciones del medio ambiente como también, las de la sociedad que
lo habita;

- la orientación que se le está dando al turismo, es la de aquél que ofrece "más de lo


mismo": se busca el confort, el espectáculo y la recreación, pero dentro de las líneas
ya conocidas y aprobadas por el turista. Se le prepara todo de modo tal, que no
necesite tomar contacto con la realidad, muchas veces problemática, de la comunidad
que, tan solo en la ficción, los recibe (ver Manasse(1988) para un ejemplo respecto al
aprovechamiento turístico del registro arqueológico);

- parece haber una relación invertida entre demanda y oferta turística. Se está
promoviendo un aspecto de la oferta turística, sin que haya un sustrato real y efectivo,
que pueda sostener esta actividad a mediano y largo plazo sin producir impactos en el
ámbito natural y sociocultural. Estamos frente a los aprestos para construir un nuevo
centro turístico sin que se hayan evaluado los efectos de esta iniciativa. Lo m s claro,
es que hay disponibilidad de créditos y subsidios del estado provincial, que permiten
inversiones de gran monto con un reembolso del capital usado para la construcción del
hotel de un 90% de la inversión en el término de tres años. ¿Qué es lo que va a
suceder en un futuro mediato con los resultados de esas inversiones? Es muy posible
que eso ya no sea una preocupación para el empresario.

A manera de sugerencia o propuesta, creemos que toda esta situación, que


afecta tan seriamente la realidad de la región, no puede ser producto de improvisación.
Se puede construir una oferta turística que parta del patrimonio con que realmente
cuenta el Valle; maximizar su potencial y poner en valor turístico los aspectos
paisajísticos, históricos, arqueológicos y culturales que lo identifican como espacio
ecológico y sociocultural dentro del contexto del noroeste argentino. Para ello se
requiere llevar a cabo un profundo estudio del potencial turístico que ofrece Tafí del
Valle y una evaluación de los posibles efectos de ésta actividad en su Medio Ambiente
Total.

Tafí del Valle, noviembre de 1994


NOTAS

(1) Es tema de discusión la inclusión del Valle de Tafí dentro de los denominados
"Valles Calchaquíes", cuyo origen corresponde mas bien a un problema etnohistórico.

(2)Por cuestiones metodológicas circunscribimos este trabajo a la localidad de Tafí del


Valle quedando la de El Mollar para una segunda etapa de esta investigación.

(3) Consideramos a la antropología aplicada como "...la utilización concreta de


conocimiento antropológico en una realidad social determinada a los efectos de
satisfacer necesidades emergentes de dicha sociedad y en función de objetivos
propios de cada actividad en particular." Carvajal, 1992:24.

(4) Ver el trabajo de Brailovsky y Foguelman (1993) para una explicitación del
concepto de "estilo de desarrollo".

(5) Si se considera que el Valle sostuvo por m s de 100 años una ganadería intensiva
de mulares, ofreciendo sus pastos en no pocas ocasiones a miles de mulas en su
temporada invernal, no es extraño escuchar que antiguamente "los pastos nos
llegaban a la cintura". Con la agricultura de la papa ya no queda más que la memoria
de ese tipo de paisajes.

(6) La "obligación" era un contrato o acuerdo tácito por el cual el peón debía responder
al patrón de la estancia con trabajo a cambio de poder ocupar sus tierras.

(7) Cifras otorgadas por la Dirección de Turismo y Deportes de la Municipalidad de


Tafí del Valle.

(8) Dentro del Patrimonio Cultural consideramos tanto el patrimonio histórico, el


arqueológico, el ecológico como todo aquel con significados para la comunidad local.
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