ROMANOS
Pero en el capítulo 3, Pablo afirma que tanto judíos como gentiles están bajo el
pecado, y que no hay justo ni aun uno. (Rom 3:9-10) Es decir, que nadie está apto
para obedecer (practicar) la ley por causa de la naturaleza adámica.
Concluye diciendo que por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado
(Rom 3:28). Y que, por el contrario, la justicia de Dios que es por medio de la fe en
Jesucristo. Todos los que creen en Cristo son justificados gratuitamente, no
existiendo ninguna diferencia entre los judíos y los gentiles. En Romanos 3:24, el
apóstol Pablo dice a los romanos que no hay ningún motivo para alabarse, porque
son justificados gratuitamente por su gracia.
Para los judíos el padre Abraham tenía méritos delante de Dios, pero el apóstol
argumenta que esto no es así, sino que Abraham creyó a Dios y le fue contada esta
fe por justicia (Romanos 4:3). El resumen de lo dicho en la primera parte del capítulo
4 es que Abraham ha sido justificado por la fe antes de recibir la circuncisión; los
que no tienen la circuncisión, pero creen de manera cómo creyó Abraham también
son justificados por la fe; la circuncisión no tiene ningún valor meritorio.
Al final del capítulo 4, Pablo dice que Jesús fue entregado por nuestras
transgresiones y resucitado para nuestra justificación. (Romanos 4:25) Es decir que
Jesús resucitado es nuestra justificación.