Se define como la aparición de 4 o más glóbulos rojos por campo en el análisis microscópico del sedimento urinario.
Naturalmente, hay que descartar el caso de una mujer en estado menstrual o de orina recogida en una vejiga sondada.
La hematuria es un signo inequívoco de enfermedad renal o de las vías urinarias. Se habla de macrohematuria cuando
es visible a simple vista (orina rojiza o marrón) y de microhematuria cuando solo se detecta en el examen de
laboratorio. Se debe distinguir la hematuria de la pigmeturia (presencia en la orina de sustancias tales como
mioglobina, porfirina, fármacoso remolacha). Según la duración de la hematuria esta puede ser transitoria o
permanente.
La hematuria transitoria puede aparecer tras un ejercicio vigoroso, relación sexual, trauma o fiebre. Entre los 15-40
años la microhematuria aislada es transitoria en un 40% de los casos. Se diagnostica por exclusión y no precisa
sofisticados métodos diagnósticos. A partir de los 50 años esto solo ocurre en un 10%.
ETIOLOGÍA
- Hematuria glomerular: nefropatía IgA, enfermedad de la membrana basal delgada, síndrome de Alport, otras
glomerulonefritis focales primarias o secundarias.
- Hematuria urológica:
o Causas no neoplásicas: nefrolitiasis, pielonefritis, enfermedad poliquística, riñón en esponja,
hipercalciuria/hiperuricosuria, traumatismo renal, necrosis papilar, obstrucción ureteral, infarto renal
o fístulas arteriovenosas, trombosis arterial o venosa, TBC renal, cistitis, prostatitis, uretritis, pólipos
o tumores benignos de vejiga, fármacos.
o Neoplasias: cáncer renal o urotelial, cáncer de vejiga y de próstata
Anamnesis
Exploración física
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
Pruebas complementarias
1. Pruebas no invasivas
a. Analítica sanguínea básica y estudio de la coagulación: la hematuria puede ir o no acompañada de
IRC (en las glomerulonefritis crónicas) o IRA (síndrome nefrítico)
b. Elemental y sedimento de orina: confirma hematuria y aporta datos sobre origen:
i. Sugieren origen glomerular: proteinuria (>500 mg/24h), cilindros hemáticos, hematíes
dismórficos (especialmente acantocitos) y cilindros eritrocitarios.
ii. Sugieren origen en las vías: ausencia de diformismo en los hematíes en 3 determinaciones y
la presencia de coágulos, piuria, bacteriuria y cristaluria.
c. Urocultivo: para excluir infección
d. Otras pruebas analíticas
i. Calciuria y uricosuria: la hipercalciuria y/o hiperuricosuria puede ser la causa de
microhematuria persistente aislada. Inicialmente descrita en niños, también puede ser causa
en adultos.
ii. Estudios seroinmunológicos: serología VHB y VHC, Igs, complemento, ANA y ASLO. Cuando
aparecen datos de hematuria glomerular o IRA
iii. Citología en la orina: si sospecha de neoplasias uroteliales
e. Pruebas de imagen (Rx abdomen, ecografía o TC): indicadas en las causas urológicas. Permiten el
diagnóstico de cáncer, litiasis, necrosis papilar, quistes, hidronefrosis.
2. Pruebas invasivas
a. Citoscopia: indica en pacientes con hematuria macroscópica sin causa que lo justifique. Se deberá
realizar siempre en caso de hematuria con coágulos. En los pacientes con hematuria microscópica con
factores de riesgo de malignidad; en el resto de los casos, de manera individualizada.
b. Biopsia renal: indicada en algunos pacientes con hematuria glomerular + proteinuria o insuficiencia
renal. En la hematuria aislada no está indicada.
TRATAMIENTO
La hematuria glomerular aislada, o hematuria idiopática benigna, se define como microhematuria aislada,
persistente y asintomática, sin patología sistémica ni proteinuria acompañante. En general, se adopta una actitud
expectante, prescindiendo de la biopsia renal y controlando al paciente anualmente desde el punto de vista clínico y
analítico, con atención especial a la aparición de HTA, proteinuria o deterioro del filtrado glomerular.