LA ATENCIÓN Y EL APRENDIZAJE

Si nos preguntamos, ¿Qué es la atención?, pues bien, responderían algo como;

concentración en un objetivo, quizá elección de estímulos o fijar todos mis

sentidos en un estímulo. Pero bueno la atención es más que simplemente

concentración, ciertamente, en las palabras de Luria (1975) “La atención

consiste en un proceso selectivo de la información necesaria, la consolidación

de los programas de acción elegibles y el mantenimiento de un control

permanente sobre el curso de los mismos”.

Si se abran dado cuenta hoy en día se habla mucho de la atención pero no

meramente “la atención” sino que, de un síndrome en particular el cual, definiré

brevemente, y pues me refiero al TDAH (trastorno por déficit de atención e

hiperactividad) según el DSM IV, separando solo al déficit de atención el sujeto

debería presentar seis o más de los siguientes síntomas, lo cuales deben

persistir por lo menos seis meses, entre ellos tenemos: fallo para prestar atención

profundamente a los detalles, dificultad para sostener la atención en las

actividades, no escucha cuando se le habla directamente, no sigue las

instrucciones que se le dan, dificultades para seguir conversaciones, evita las

conversaciones que requieren esfuerzo mental sostenido, pierde u olvida cosas

necesarias para las actividades, se distrae fácilmente por estímulos externos y

por último es olvidadizo en las actividades diarias.

Si bien es cierto, es un tema popular en la actualidad, no es el hecho de etiquetar

a un niño o adulto, sino que, habría que analizar a fondo lo antes mencionado,

pero alejándome un poco, a continuación no solo ahondare en la atención sino

también la importancia de este proceso en el aprendizaje.

En ese sentido, primeramente, el aprendizaje; en palabras de Vygotsky

menciona que el aprendizaje se produce en un contexto de interacción con:

adultos, pares, cultura, instituciones. Estos son agentes de desarrollo que

impulsan y regulan el comportamiento del sujeto, el cual desarrolla sus

habilidades mentales (pensamiento, atención, memoria, voluntad) a través del

descubrimiento y el proceso de interiorización, que le permite apropiarse de los

signos e instrumentos de la cultura, reconstruyendo sus significados.

Por lo tanto si se cita a Vygotsky con su teoría del aprendizaje donde tendríamos

que relacionar ambas variables, es decir, atención y aprendizaje, en

consecuencia, podría deducir que la atención es necesaria para que un individuo

logre aprender ya sea la dirección de su casa, o un día de escuela; pero no es

tan sencillo, porque para que ello tendría que “manejar” ciertas variables para

que el aprendizaje sea significativo y provechoso, ya sea el ambiente; desde el

ruido hasta la iluminación influyen para favorecer o no el hecho de aprender, sin

embargo, si planteamos el ejemplo de una maestra con 26 niños frente a ella,

para lo cual, la docente tendría que prepararse previa clase, revisar su material,

las dinámicas que va a utilizar, etc.

Por el lado del alumno, este tendría que tener la predisposición para aprender,

es decir, prestar atención a la clase, lo cual no siempre es así, es por ello que el

papel que juega el profesor dentro del aula es indiscutible.

Así también, la profesora o profesor, tiene que empezar desde utilizar

estrategias de acuerdo con la edad de los educandos, siempre mostrar una

actitud tolerante, flexible y por qué no decirlo paciente, puesto que no todos los

niños aprender de la misma manera ni al mismo ritmo, es por ello, que se debe

realizar una clase dinámica, donde no todas las horas se desarrollen estando
sentados y escuchando una clase, sino al contrario, una clase donde los niños

estén expuestos al aprendizaje, como la manipulación de objetos o contacto

directo con la naturaleza. Indudablemente, emplear el refuerzo positivo (no

meramente premios fiscos, sino también reconocimiento público o muestras de

cariño) le ayudará al profesor o profesora a aumentar las conductas que desea

en sus niños como el respeto o la responsabilidad entre otras.

Como es por muchos conocido, habría que recalcar el hecho de mostrarse

accesible al alumno, y ¿cómo? Se preguntarán, pero es más sencillo de lo que

parece; para ilustrar lo antes propuesto me baso en niños de ocho años los

cuales cursarían el tercer grado de primaria, en una clase de historia, donde

datos, pueden ser fácilmente cuestionados, en este caso si el profesor se

muestra reacio a aceptar un error suyo, pues el alumno y el docente entraran a

un continuo debate en el cual ninguno querrá perder, por ello el docente debe

estar mental y psicológicamente preparado para reconocer un error y

relacionarse de una manera cercana al alumno y no solo mostrando

superioridad.

A propósito de todo esto, sería bueno, a modo de conclusión, entender que la

atención es la capacidad que tiene una persona para centrarse de manera

persistente en un estímulo o actividad, por ello es uno de los procesos

primordiales para lograr aprender y así obtener resultados positivos, debido a

este motivo debe reforzarse, con actividades de asociación visual, diferencias,

buscar en qué se parecen dos imágenes, integración visual (completar

imágenes), pupiletras o los tan famosos laberintos, etc aunque parezca algo

absurdo, no lo es, al contyrario, “simples” juegos pueden ayudarnos para reforzar

nuestra atención y así podamos sostenerla por largo tiempo cuando sea

necesario.

Bibliografía

 Luria, A.R. (1975) Atención y memoria. Barcelona: Martínez-Roca, 1986

 Asociación Americana de Psiquiatría. Manual de Diagnóstico y Datos

Estadísticos de los trastornos mentales. Ed 40a. DSM-IV. Washington,

DC.

 Vaello Orts, J. "Cómo dar clase a los que no quieren". Editorial Grao.

2011.

Linkografía

http://www.orientacionandujar.es/wp-content/uploads/2008/11/orientacion-
andujar-pautas-y-actividades-para-trabajar-la-atencion.pdf