La Real Academia de las Lengua Española, define globalización como "la tendencia de los mercados y las
empresas a extenderse alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales".
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) "La globalización es una interdependencia económica
creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el aumento del volumen y la variedad de las
transacciones transfronterizas de bienes y servicios, como de los flujos internacionales de capitales, al tiempo
que la difusión acelerada de generalizada de tecnología".
La globalización es un hecho. Por medio de Internet, aviones y comercio internacional, el mundo se hace cada
vez más pequeño y la gente está más y más conectada a todo el mundo. Las mercancías, las ideas políticas,
los medios de comunicación, la polución del medio ambiente, enfermedades y guerras viajan por todo el
globo tan rápido como los bits y los bytes.
LA GLOBALIZACIÓN Y DINÁMICAS CULTURALES
El espesor cultural de origen étnico o demográfico (pueblos originarios, población indígena, población negra,
migraciones europeas y del medio oriente), o que proviene de diferentes grupos sociales y modos de vida
(cultura campesina, culturas populares, cultura juvenil) es la base de la diversidad cultural que se encuentra
en las distintas regiones de América Latina.
Así, el mercado uniformiza el imaginario y los hábitos de consumo, los modos de vida e incluso las prácticas
culturales. Debido a los medios de comunicación lo urbano hoy día excede la ciudad y se instala en el
campo, a menudo aplastándolo. La erosión de la identidad cultural incide en la pérdida de confianza y de
autonomía, factores fundamentales para el desarrollo de una comunidad, incluso en términos económicos.
De hecho la erosión y pérdida de identidad cultural significa una pérdida de contacto con los valores, las
tradiciones y las perspectivas que le otorgan un sentido a la vida, lo que puede dar pie a un sentimiento de
alienación que pone en peligro el mismo desarrollo de la comuna. Hay que recordar además, que
precisamente por las dinámicas de homogeneización que acarrea consigo la globalización, la cultura local
que expresa una diferencia se ha convertido en un recurso económico y en un valor agregado, sobre todo en
función del turismo.
LA GLOBALIZACIÓN Y LA EDUCACIÓN
En el Ecuador se ha logrado un elevado acceso a la educación, existen posibilidades de salir del índice de
pobreza actual acorde a las exigencias de la modernidad y la globalización. Según CESPAL, la educación es
fundamental para el bienestar. Un estudio realizado por este organismo establece 12 años como umbral
mínimo para salir del analfabetismo. “Cuando se alcanza este umbral educativo la probabilidad de recibir un
ingreso que permita situarse fuera de la pobreza es superior al 80%. Este resultado cobra más peso en el
contexto económico globalizado, en donde la educación se vuelve una condición mínima necesaria para el
desarrollo de la fuerza laboral competitiva”
Datos estadísticos tomados de: http://www.inec.gob.ec/nuevo_inec/index.html
En el plano mundial, sin embargo, han corrido ríos de tinta a propósito de los nuevos imperativos de la
educación en el contexto de la globalización: hay que saber gestionar y calcular, hay que desarrollar los
conocimientos de tecnología de vanguardia, hay que enseñar la "flexibilidad".
La globalización a la que estamos asistiendo no tiene freno: no podemos conformamos con recomendar a las
colectividades humanas que se "adapten" ni que acepten gestionar cualquier globalización del desarrollo
como si las opciones de donde procede fueran definitivamente irrevocables.
Los sistemas educativos en la actualidad responden una variedad de demandas sociales, de corto y largo
plazo. En la actualidad, la educación en el Ecuador va acorde a las exigencias de la globalización, con respecto
a los avances científicos y tecnológicos del momento. Aunque no existe información que permita evaluar la
pertinencia del sistema educativo ante las nuevas exigencias, es fácil reconocer algunas limitaciones. Por un
lado, el actual modelo educativo surgió como respuesta a la política de la industrialización por sustitución de
las importaciones;
Datos estadísticos tomados de: http://www.inec.gob.ec/nuevo_inec/index.html
Kleur Bekennen piensa que la ciudadanía mundial va más allá de eso. Un ciudadano del mundo se mueve de
una manera muy consciente a través de la sociedad universal. Un ciudadano del mundo no sólo se para ante
los sucesos en su propia vida diaria, sino que también en asuntos que acontecen mucho más lejos de su
puerta. No te conviertes en ciudadano del mundo en un día. Un ciudadano del mundo dispone de ciertas
técnicas y valores que sólo puedes adquirir con el tiempo.
Immanuel Kant, un filósofo alemán, adoptó estas ideas pero le añadió su visión más práctica. Él creía, en otras
palabras, en instituciones y leyes internacionales que obligan a los estados a vivir en paz entre ellos y a
garantizar los derechos fundamentales de toda la gente.
Hoy día, los ciudadanos del mundo simbolizan el desarrollo duradero, educación de la paz, derechos
humanos, relaciones Norte-Sur honestas, interculturalidad, Varios poderes sociales, transnacionales, de
varias culturas, van juntos detrás de otro mundo sin pobreza, opresión, humillación y violencia colectiva.
Por medio de la educación, hace conocer el concepto de ciudadanía mundial al gran público. El enfoque
central de Kleur Bekennen está en el aspecto cultural, ético y político del término.
CULTURA. Un ciudadano mundial busca la unión en la pluralidad, busca lo que nos une a nivel cultural y
religioso. Sólo cuando sabemos quiénes somos nosotros mismos, qué valores hemos recibido y cuando
reconocemos la diversidad dentro de nuestra propia comunidad, podemos comenzar el diálogo con los otros.
ÉTICA. Un ciudadano del mundo está convencido de que todos formamos parte de un único mundo.
Teóricamente esta nueva etapa se sustenta en el fracaso de las medidas de política económica derivadas del
keynesianismo y del marxismo y el fortalecimiento de los lineamientos derivados del neoliberalismo, que
tiene como base la apertura comercial a escala mundial, la eliminación de trabas a la libre circulación del
capital y la intervención mínima del Estado en la economía, promoviendo la acumulación flexible y la
interdependencia entre Estados-Nación y sociedades, convirtiendo el mundo en un gran mercado global.
La dinámica global tiene gran influencia de las organizaciones privadas pero afecta igualmente a los
gobiernos de los países de todo el mundo que se ven en la necesidad de considerar las normas del mercado
mundial, redefiniendo en gran parte sus políticas de desarrollo para incorporarse lo más ventajosamente
posible a estos nuevos esquemas, se privatizan o cierran empresas estatales y sectores sociales que
interactúan con las corporaciones trasnacionales pero también con organismos multilaterales como el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio.
LA GLOCALIZACIÓN
Glocalización es un término que nace de la mezcla entre globalización y localización y que se desarrolló
inicialmente en la década de 1980 dentro de las prácticas comerciales de Japón.
El concepto procede del término japonés "dochakuka" (derivada de dochaku, “el que vive en su propia
tierra”). Aunque muchas referencias tratan a Ulrich Beck como el creador del término y su difusor, el primer
autor que saca a la luz explícitamente esta idea es Roland Roberrtson.
LA VISIÓN DE LO GLOCAL
Es mucho más que la unión directa entre global y local. Verlo así sería definirlo de manera simplista como las
dos caras de una moneda, o las fuerzas opositoras que por equilibrio se conjuntan. No son fuerzas opuestas
ni enemigas, sino hermanadas, relacionadas y necesarias una de la otra, como la fuerza centrípeta y las leyes
de gravedad que nos explican dónde estamos de pie.
Y es que hay dos maneras de acercarse al término glocal: una, como un asunto estratégico de mercado, que
ante la globalización requiere adaptar los productos a las comunidades locales para ser aceptados que están
dispuestas y son capaces de "pensar globalmente y actuar localmente" esto implica que la empresa se adapte
a las peculiaridades de cada entorno, diferenciando sus producciones en función de las demandas locales.; y
dos, como el tipo de redes ciudadanas tejidas de manera virtual en el orbe, en un ámbito personal y de
cercanía.
En el primer acercamiento, la glocalización parecería un concepto más económico y territorial; en el segundo,
un fenómeno que forma parte de la homogeneización de la información a través de las nuevas tecnologías,
a las que tenemos acceso y control desde la individualidad.
A nivel cultural, según Antonio Bolívar Botía, Catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la
Universidad de Granada, la glocalización es la mezcla que se da entre los elementos locales y particulares con
los mundializados. Supone que en un mundo global, en el que asistimos a una progresiva supresión de las
fronteras a nivel económico, político y social, se incrementa la existencia de barreras culturales, generadas
por las personas que defienden sus tradiciones de la globalización cultural.
Robert Robertson, sociólogo autor de Globalización (1992), acuñó el término “glocalización”, para referirse a
la peculiar relación y correspondencia entre lo global y lo local.
Professor of Sociology
Director of the for the Study of Globalización
University of Aberdeen (Gran Bretaña)
Se reconoce a Roland Robertson como el principal cultor y difusor del concepto “Glocal”, se trata de un
término que plantea una propuesta de interpretación de muchos aspectos de la realidad, en los que opera
como una fuerte influencia, la interacción entre las dinámicas globales y locales. Aunque todo parece indicar
que el término inicial fue el de “glocalización”, desarrollado por los japoneses con fines de desarrollo de
estrategias de marketing, posteriormente se ha asentado como una categoría de análisis territorial,
sociológica y política. A propósito, se ha difundido una frase que buscaría facilitar la aprehensión del
concepto, cuando recomienda “pensar globalmente y actuar localmente”.
GEl neologismo Glocal establece un desafío sumamente interesante: asumiendo cada cual
su propia forma de interpretar la realidad global, se plantea un conflicto de hecho entre lo
que recibimos del entorno más general y nuestras concepciones que resultan de vivencias
e influencias permanentes provocados en una realidad más inmediata, local. Desde esta
situación, lo Glocal nos plantea un amplio campo de exploración en donde nada está
resuelto o definido, donde la democracia y la diversidad, el pluralismo, la poliarquía y la
diferenciación constituyen los elementos básicos de un sistema por construir.
Mientras que la aproximación personal a una interpretación global y local tenga la capacidad de nutrirse de
la diversidad de visiones del mundo, pluralidad de posiciones e intereses, distintas actuaciones y sensaciones,
más posibilidades de comprensión y diálogo es posible prever, contrariamente a lo que plantean quienes,
desde visiones unilaterales, intolerantes y dogmáticas de la realidad, buscan imponer sus intereses
particulares.
Más, lejos lo que invita el lema “pensar globalmente y actuar localmente”, lo Glocal constituye una
oportunidad para revalorar la dimensión local. Probablemente gran parte de los problemas futuros de la
humanidad tendrán como fondo la confrontación entre los intereses globales y los locales, y es muy probable,
como ya se avizora, que lo local constituya el insumo básico para moldear cualquier dimensión superior. Por
lo pronto, ha sido reconocido en muchos foros internacionales, que sólo la acción local concordada es la que
permitirá atender y solucionar los principales problemas que afligen al mundo, como la contaminación, el
cambio climático, la permanencia de la pobreza, los conflictos culturales, entre muchos otros.
Hoy se admite como absolutamente válido el razonamiento inverso al famoso lema, pues es necesario
también saber “pensar localmente para actuar globalmente”. Es momento de devolver a las poblaciones
diversas del mundo que, por falta de poder económico y político, carezcan de medios para hacer valer su
legítima ciudadanía en el concierto mundial.
Generalmente es admitido que valores como la libertad, la justicia, la paz, el respeto o la solidaridad tienen
un carácter universal; de manera que además de considerarse indispensables, se constituyen en los pilares
básicos de todas las sociedades democráticas. No obstante, no todos tienen el mismo protagonismo, y no
todos son asimilados o interiorizados igualmente. Para ilustrarlo baste recordar la virulenta reacción de
ciertos grupos sociales ante la aprobación, por ejemplo, de leyes que regulan la igualdad de derechos de las
personas con diferente orientación sexual o el problema que aparece en los países desarrollados ante la
llegada más o menos masiva de inmigrantes y la reacción de rechazo que, tarde o temprano, muestran
algunos sectores de la sociedad: si bien la solidaridad o el respeto son aceptados como deseables, la realidad
muestra sin duda la doble moral con la que dichos valores son entendidos, cuando de vivirlos o hacerlos
realidad se trata. Otra interpretación posible de esta situación, sería identificar la evidente diferencia entre la
importancia otorgada a unos valores y otros, con la existencia de una jerarquización entre ellos. Así, si bien
hablamos de grandes valores, universales y atemporales, encontramos diferentes modos de priorizarlos e,
incluso, de interpretarlos, ya sea en función del contexto social, cultural, político o religioso.
El acceso a la educación siempre se ha caracterizado por ser uno de exclusividad y prestigio para las clases
sociales altas, y uno mediocre y general para las clases bajas. Distintos países alrededor del mundo son
víctimas de la desigualdad educativa.
Roussean en su obra sobre el origen de las desigualdades, utilizando lo que él llama el estado natural del
hombre, deriva la desigualdad del hombre del estado social. El hombre no nace con la desigualdad sino
después de que se compara con sus semejantes y ve sus diferencias es cuando entonces se pierde la igualdad
del ser humano. Rousseau dice que la desigualdad debe su fuerza y su aumento al desarrollo de nuestras
facultades y a los progresos del espíritu humano y se hace al cabo legítima por la institución de la propiedad
y de leyes.
El estudio antropológico y arqueológico de las sociedades ha revelado que las sociedades paleolíticas eran
bastante igualitarias, y salvo las diferencias de sexo y edad en las tareas, existe poco o ninguna diferenciación
adicional. En general hombres y mujeres de la misma edad tienen habilidades y conocimientos similares, y
parece existe muy poca especialización en las sociedades de cazadores-recolectores. Esas evidencias,
apuntan las desigualdades en las sociedades humanas se hicieron más marcadas en las sociedades neolíticas,
en las que existía una creciente especialización y, por tanto, asimetrías en el acceso a los recursos naturales,
bienes económicos, información general y conocimientos. Las élites responsables de centralizar y organizar
la producción y custodia de alimentos, en las sociedades pre estatal en general aprovechan su acceso
diferencial a los recursos en beneficio de sus parientes, lo cual parece ser una de las formas iniciales de
desigualdad social en las sociedades humanas
Uno de los factores centrales en la construcción de desigualdades ha sido la discriminación sexual. Se han
estructurado distinciones sociales y culturales entre hombres mujeres para convertir las diferencias
biológicas del sexo en jerarquías de poder, estatus e ingresos. También se puede definir como el reparto de
tareas, empleos y profesiones en base al género femenino o masculino, esta práctica, que era común en la
sociedad, solo se empezó a cuestionar hace veinte años. Las consecuencias de esta desigualdad son que las
mujeres ganan menos que los hombres, o los hombres menos que las mujeres (haciendo el mismo trabajo,
con el mismo título educativo, las mismas horas).La sociedad salarial no es una sociedad de igualdad, hay
una gran diferencia entre el ingreso que genera un hombre y el ingreso que genera una mujer y hasta en el
acceso a bienes sociales que tienen cada uno como por ejemplo en la educación y en la cultura. Con la
desigualdad entre sexos viene el feminismo que no es más que la lucha de las mujeres para tener igualdad de
derechos ya sean económicos, políticos, judicial entre otros. Esta desigualdad es algo histórico desde los
grandes imperios en los cuales la mujer no tenía vida pública.
Esta desigualdad se ha ido debilitando poco a poco debido a la lucha del movimiento feminista. El feminismo
lucha contra el dominio del hombre en algunas facetas sociales lo que antes era normal o natural y que se
veía con obviedad. Esto no es solo la lucha por igualdad en ciertas áreas de la sociedad sino que también es
la liberación psicológica de las mujeres. Esto significa que estas jugaran un rol más importante en la sociedad
actual.
LAS DESIGUALDADES JURÍDICAS
La desigualdad jurídica es discriminación legal, es decir, en un tribunal sobre algún individuo. Esto ya sea por
motivos económicos ya que las personas que gocen con mayor poder monetario las leyes sean más flexibles
o tengan más oportunidad de salir absuelto. También se da por motivos raciales y/o procedencia es decir
color de piel o país. Esto lo que quiere decir es que si a un tribunal va un individuo de tez blanca y un individuo
de tez negra, culpados por el mismo delito se le debería dar el mismo trato o condena. También si a un
tribunal va un individuo inmigrante de otro país acusando a alguien nacido en el país que se hace la acusación
se le trate igual que si fuese viceversa.