TRABAJO INDIVIDUAL
“PROCESO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO”
ALUMNA :
1
AGRADECIMIENTO
A Dios…..porque a pesar de que muchas veces puse mis intereses por encima de ti
nunca me faltaste y aunque no soy tu hijo más devoto, en ti confío. Siempre me has ayudado
a seguir adelante y por ti aún no pierdo la esperanza, sé que todos pueden decepcionarme
menos tú y reconozco que sin ti no hubiese podido sobrevivir estos últimos meses. Muchas
Gracias.
A mi madre. Por haberme apoyado en todo momento, por sus consejos, los valores, por
la motivación constante que nos ha permitido que seamos personas de bien, pero más que
nada, por su amor.
A la profesora, Abg. Betty Quichca por su gran apoyo y motivación para la culminación de
este trabajo monográfico, por haberme transmitido los conocimientos obtenidos y haberme
llevado paso a paso al aprendizaje para así en un futuro no muy lejano ser una personas útil
en la sociedad actual.
2
DEDICATORIA
A mis padres por ser el pilar fundamental en todo lo que soy, en toda mi educación, tanto
académica, como de la vida, por su incondicional apoyo perfectamente mantenido a través
del tiempo, ya que ellos sentaron en mi las bases de la responsabilidad y los deseos de
recuperación, en ellos tenemos el espejo en el cual queremos reflejarnos por sus virtudes
infinitas y su gran corazón nos lleva a admirarlos cada día más.
3
INDICE
INTRODUCCION…………………………………………………………………………………………………………………………… 6
CONTENIDO .................................................................................................... 8
CAPITULO I
ANTECEDENTES HISTORICOS ............................................................................... 8
1. Introducción. .............................................................................................. 8
2. Francia: Los orígenes del Proceso Contencioso: Esplendor, decadencia y renacimiento.
.................................................................................................................. 10
2.1. Francia antes de la Revolución de 1789: Los Parfements como sistema de justicia
real y su influencia en la determinación del sistema de “Jurisdicción Administrativa” 10
2.2. La incidencia de la Revolución Francesa en la formación del sistema de jurisdicción
administrativa. El principio de legalidad y la peculiar interpretación francesa del
principio de división de poderes. ...................................Error! Bookmark not defined.
2.3. La Ley de 16-24 de agosto de 1790. La separación de funciones administrativas y
judiciales como origen de la jurisdicción administrativa. El principio “juzgar a la
Administración es también administrar”. .........................Error! Bookmark not defined.
2.4. Primera etapa de la formación del contencioso-administrativo: La creación del
Consejo de Estado y la consolidación del sistema de “jurisdicción retenida” o del
“Ministro-Juez”. ........................................................Error! Bookmark not defined.
2.5. Segunda etapa: La reforma del Consejo de Estado de 1872, y la aparición del
sistema de “jurisdicción delegada” como expresión de una jurisdicción administrativa
distinta de la ordinaria. La separación entre administración activa y contenciosa. . Error!
Bookmark not defined.
2.6. La formación del sistema de “recursos” contra los actos de la Administración
activa. La caracterización de la jurisdicción contencioso administrativa como “revisora”
de actos previamente emitidos por la Administración activa en el sistema francés. Error!
Bookmark not defined.
2.7. El sistema de “recursos contenciosos” en el ámbito de la jurisdicción
administrativa francesa. ..............................................Error! Bookmark not defined.
3. Alemania: El modelo “subjetivo” de jurisdicción contencioso-Administrativa. ...... Error!
Bookmark not defined.
3.1. Los fundamentos del proceso contencioso-administrativo en Alemania. ......... Error!
Bookmark not defined.
3.1.1. El sistema contencioso-administrativo dentro de la organización jurisdiccional
alemana. ...............................................................Error! Bookmark not defined.
3.2. El sistema de acciones o pretensiones regulado por la Verwaltungsgerichtordnung -
Ordenanza sobre los Tribunales Administrativos de la República Federal Alemana de 21
de enero de 1960. ....................................................................................... 20
3.3. ¿Cómo se articulan procesalmente las pretensiones incoables en el ordenamiento
jurídico alemán? ........................................................Error! Bookmark not defined.
3.4. El ámbito cautelar: la suspensión de los efectos de los Actos administrativos y las
órdenes provisionales..................................................Error! Bookmark not defined.
4
4. La evolución histórica del Proceso Contencioso-Administrativo en el Perú. .......... Error!
Bookmark not defined.
5. El actual Proceso Contencioso Administrativo: la Ley Nº 27584. ...... Error! Bookmark not
defined.
CAPITULO II
ASPECTOS GENERALES ....................................................Error! Bookmark not defined.
1. Concepto de ‘Proceso Contencioso Administrativo’. ............................................ 28
2. Lo Contencioso Administrativo: Configuración. .................................................. 30
3. Fundamentos del Procedimiento Contencioso Administrativo. ......... Error! Bookmark not
defined.
4. Finalidad del Proceso Contencioso Administrativo. ............Error! Bookmark not defined.
5.Sistemas de Proceso Contencioso Administrativo. ..............Error! Bookmark not defined.
CAPITULO III
EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO PERUANO
.................................................................................Error! Bookmark not defined.
1. La actuación del Tribunal Constitucional peruano y su incidencia sobre los procesos
contencioso-administrativos en nuestro país. .......................Error! Bookmark not defined.
2. Los Principios del Proceso Contencioso Administrativo vigente. ....... Error! Bookmark not
defined.
3. Desarrollo de la Ley N° 27584 – Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo.
.................................................................................Error! Bookmark not defined.
3.1. Agotamiento de la vía previa. .................................Error! Bookmark not defined.
3.2. Objetos del Proceso. .............................................Error! Bookmark not defined.
3.2.1. Actos impugnables. .........................................Error! Bookmark not defined.
3.2.2. Pretensiones. ................................................Error! Bookmark not defined.
3.3. Sujetos del Proceso. .............................................Error! Bookmark not defined.
3.3.1. Competencia. ................................................Error! Bookmark not defined.
3.3.2. Partes del Proceso. .........................................Error! Bookmark not defined.
3.4. Vía procedimental. ...............................................Error! Bookmark not defined.
3.4.1. Medios Probatorios. ......................................................................... 50
3.5. Desarrollo del Proceso...........................................Error! Bookmark not defined.
3.5.1.Plazos para la interposición de la demanda. ..........Error! Bookmark not defined.
3.5.2 Efectos de la admisión de la demanda. .................Error! Bookmark not defined.
3.6 Medios Impugnatorios. ............................................Error! Bookmark not defined.
3.7. Medidas cautelares. ............................................................................... 54
3.8. Sentencia y Ejecución de la Sentencia. .....................Error! Bookmark not defined.
5
CONCLUSION……………………………………………………………………………………………………………………………. 57
BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………………………………………………………………… 58
INTRODUCCION
Hoy ya nadie duda que las Administraciones Públicas, aquel conjunto de instituciones
(organismos y órganos), pautas de actuación y personas cuya labor es en principio asegurar
que se cumplan los fines que motivan la existencia de cada Estado en particular, en aras de
defender el interés general, ejercen importantes cuotas de poder, incidiendo decisivamente
en la configuración de la vida social, política, económica o jurídica de su entorno. Y como
suele pasar en estos casos, siempre está presente el riesgo de que dichas Administraciones no
actúen conforme a derecho y vulnere los derechos fundamentales de algunos ciudadanos.
Se apuesta entonces, primero, por una autocomposición de los conflictos que pudiesen
surgir, habilitándose el espacio de los recursos administrativos. Ahora bien, y frente a la
posibilidad de no estar conforme con lo resuelto por la máxima instancia competente para
conocer la situación controvertida, los administrados tienen abierta la posibilidad de buscar
resolver estas situaciones en sede judicial, supuestamente el escenario más imparcial y
garantista para ver estos temas. Se plantea así la pertinencia, por no decir la necesidad, de
contar con un Proceso Contencioso Administrativo como medio eficiente y eficaz para atender
este tipo de requerimientos.
6
En nuestro país el proceso contencioso administrativo constituye el mecanismo ordinario
previsto por el ordenamiento constitucional para el control jurisdiccional de la actuación de
las entidades administrativas. Mediante el contencioso administrativo se garantiza una de las
conquistas básicas del Estado de Derecho cual es la subordinación de toda la actividad
administrativa a la legalidad. En tal virtud los afectados por una actuación administrativa
violatoria de sus derechos e intereses están constitucionalmente facultados para demandar
ante el Poder Judicial la satisfacción jurídica de sus pretensiones contra la Administración
Pública.
7
CONTENIDO
CAPITULO I
ANTECEDENTES HISTORICOS
1. Introducción.
Para tal efecto, desarrollamos el análisis de dos experiencias jurídicas a nivel comparado
que se pueden considerar paradigmáticas: la experiencia jurídica francesa y la experiencia
alemana en materia de justicia administrativa1.
Se aprecia que la elección del análisis de los ordenamientos jurídicos francés y alemán en
materia de justicia administrativa responde a analizar los sistemas que más han influido en el
decantamiento de la institución bajo estudio: de un lado el histórico y precursor sistema
francés del “Contencioso-Administrativo”, decantado al hilo de la jurisprudencia de los
Tribunales Administrativos y el Consejo de Estado, mediante el empleo de las figuras
pretorianas del “recurso por exceso de poder” y el “recurso de plena jurisdicción”; y, de otro
lado, el moderno y avanzadísimo sistema procesal administrativo alemán decantado a partir
de la Verwaftungsgerichtordmmg (VIVGO) de 1960, actual paradigma de la protección
procesal subjetiva del ciudadano frente a la Administración, cuya influencia a nivel
comparado ha llegado inclusive hasta el moderno Código del Proceso de los Tribunales
Administrativos de la República de Portugal (2002), norma que puede considerarse como la
legislación procesal administrativa más avanzada jurídicamente a nivel mundial.
Comenzamos con el estudio del sistema francés, el mismo que constituyó el primer
paradigma de los sistemas procesales administrativos a nivel mundial, con una influencia que
ha llegado hasta la segunda mitad del siglo XX. Esto, debido a que el sistema procesal del
contencioso-administrativo nace en Francia, a consecuencia inopinada del brocardo “juger a
fa Administra ÍOtl c'est etcore administrer”: conocido como el principio francés de
separación de autoridades administrativas y jurisdiccionales, y es que en Francia se dio la
histórica peculiaridad de constituirse un sistema de jueces administrativos encargados de
juzgar a la propia Administración.
1
HUAPAYA TAPIA, R., “Tratado del Proceso Contencioso Administrativo”. Jurista Editores. Lima 2006, pág.
297.
8
Dicho sistema, evolucionó a lo largo del tiempo, con innumerables aportes
jurisprudenciales dirigidos a brindar protección al ciudadano frente a la actuación ilegítima
de las entidades de la Administración Pública. El sistema francés tuvo etapas de esplendor y
fulgurante influencia a nivel comparado, aunque posteriormente sus cimientos y bases fueron
anquilosándose, debido a las falencias y limitaciones de la construcción de sus “recursos”
contencioso-administrativos y los escasos alcances de la protección subjetiva que éstos
ofrecían. Posteriormente, este sistema anquilosado por el paso de los años, se ha revitalizado
debido al influjo de la entrada de Francia al sistema de la Unión Europea, así como por las
recientes reformas legislativas y jurisprudenciales que se han desarrollado.
Sin embargo, pese a su gran ámbito de protección, la regulación del proceso contencioso-
administrativo en Alemania, no ha estado exenta de críticas, debidas sobre todo a que el
exceso de protección puede llevar a una paralización de importantes acciones estatales, las
mismas que no pueden ejecutarse mientras penda un proceso contencioso-administrativo en
trámite.
Con todo, el recurso a la experiencia comparada constituye una necesidad, para poder
estudiar los cimientos que sirven a la construcción del proceso contencioso-administrativo en
nuestro país. Las fuentes de nuestro nuevo proceso contencioso-administrativo no se
encuentran en tierras vernáculas, se encuentran en el derecho extranjero, particularmente,
en la construcción del derecho administrativo continental, que consagra el orden
jurisdiccional contencioso-administrativo como el encargado de brindar la tutela judicial al
administrado frente a la Administración.
2
HUAPAYA TAPIA, R: Op. Cit. Pág. 300.
9
2. Francia: Los orígenes del Proceso Contencioso: Esplendor, decadencia y
renacimiento.
Es necesario advertir, de otro lado, que por mucho tiempo se ha venido catalogando al
sistema francés como un sistema de justicia administrativa obsoleto, caduco y de una
“justicia limitada”, en la medida que se ha asentado en base a dogmas manifiestamente
incompatibles con los derechos fundamentales, y en particular con el derecho a la tutela
judicial efectiva. No obstante esto, lo cierto es que, actualmente, las concepciones que
identificaban al modelo francés como un modelo anacrónico van decayendo, en la medida
que, gracias a la renovación legislativa de dicho sistema de justicia, así como a la influencia
que el ordenamiento comunitario viene haciendo en dicho sistema, se viene produciendo un
fenómeno de relevancia insospechada: en Europa actualmente se asiste a un fenómeno
interesantísimo: por obra de la influencia comunitaria, actualmente se asiste a un proceso de
“normalización del Derecho” y, precisamente, esta normalización abarca también a los temas
relativos a la justicia administrativas.
Antes del año 1789, en Francia se observaba la existencia de un gobierno ejercido por una
monarquía de corte absolutista. Los principios básicos del Estado como una sociedad
jurídicamente organizada en base a la protección de los derechos y libertades ciudadanas, tal
como son concebidos en la actualidad, no asentaba sus bases aún en dicha parte del mundo, y
específicamente en casi toda la Europa continental.
Los asuntos políticos y de gobierno en el Estado absoluto, eran dirigidos por el Rey, la
nobleza, el clero y la alta milicia. El Pueblo o Tercer Estado como era denominado, no tenía
participación alguna en los asuntos públicos. No existía una idea de representación popular, o
de participación ciudadana en el gobierno. Las grandes teorías de los enciclopedistas (como la
del contrato social de Rousseau y la separación de poderes de Montesquieu) no habían
desplegado aún sus alcances. Estas eran las características más saltantes del así denominado,
Antiguo Régimen.
10
de la voluntad general del pueblo, era simple y llanamente desconocida, puesto que si bien es
cierto que existían normas jurídicas para la organización y ordenación de la acción de los
estamentos que integraban el gobierno y del cuerpo de funcionarios a su servicio, estas
normas no tenían por objeto limitar el ejercicio de las funciones de gobierno por parte del
Rey, puesto que éste no gobernaba de acuerdo a los postulados y límites establecidos en las
leyes, sino que únicamente eran su propia voluntad o albedrío los que constituían los
parámetros del gobierno de aquel entonces.
Sin embargo, podían encontrarse en las instituciones del Antiguo Régimen, algunos atisbos
del principio de división de poderes que caracteriza al Estado moderno. Una de estas
instituciones eran los Parfements o Tribunales y Cortes de Justicia reales, antecedentes del
actual Poder Judicial. Propiamente, no eran Tribunales de justicia autónomos, puesto que la
facultad de administrar justicia residía en el soberano, sino que por imperativo de
desconcentración administrativa, los cuerpos judiciales encajaban en un sistema de
administración de justicia “delegada”, por voluntad y en nombre del Rey.
Este privilegio del "registro" se derivaba de la idea según la cual el juez se sentía titular
del derecho de guarda o depósito de las leyes, del cual hada derivar la facultad de someterlas
al Enregistrement (registro de las ordenanzas regias, necesario para su aplicación y
cumplimiento), y la Remontrancelo (derecho de réplica y devolución de las ordenanzas para
que la autoridad regia las reconsiderara).
Sin embargo, posteriormente, los jueces (que en su gran mayoría, representaban los
intereses de las clases dominantes, de la nobleza y de los intereses de los propietarios y
terratenientes) comenzaron a poner objeciones y reparos al registro de determinadas normas
que afectaban sus intereses. Esta situación fue paliada durante el reinado de Luis XIV; que en
expresión del absolutismo más puro, logró que el registro se redujera a la transcripción
obediente de los textos legales. Sin embargo, sus sucesores en el reino no fueron tan
perspicaces como su antecesor, y devolvieron imprudentemente a los parlamentos el derecho
de objetar, oponer reparos o simplemente criticar los decretos que se les envían para su
registro, y aun la facultad de pedir su anulación, la cual se entiende pura y simplemente
planteada por la sola resistencia a sentar la copia de ellos.
11
La Administración también se veía perturbada por la resistencia parlamentaria.
Precisamente en el Siglo XVIII se llevó a cabo en Francia el establecimiento de una
administración moderna. El antiguo sistema de los “oficiales” titulares de cargos y bastante
independientes del poder real fue reemplazado progresivamente por una jerarquía de
verdaderos funcionarios que transmitían sobre todo el territorio la acción del poder central.
Estos principios, que han sido considerados como las bases del gobierno nuevo instaurado
por la Revolución Francesa, son los de legalidad y de separación de poderes. Como tales,
estos preceptos han servido como fundamentos de la existencia de una actividad
administrativa ejercida bajo una previa atribución legal, y de la sujeción de la misma a un
control jurídico, pero que no sería ejercido por el Poder Judicial a través de los Tribunales
ordinarios, sino de un estamento ubicado dentro de la propia Administración, conforme a la
peculiar formación derivada de la así denominada “interpretación francesa del principio de
separación de poderes”.
a. Principio de Legalidad.
Significa la sustitución del gobierno absoluto, librado al albedrío de un solo hombre, por
el gobierno de los hombres en virtud de una ley, y en nombre de la ley. Cabe afirmar, en tal
sentido, que la propia existencia de la Constitución como la base del Estado en la Francia
revolucionaria, implicó un cambio radical, una transformación de la concepción del gobierno,
puesto que las autoridades se deben someter a la ley. La Ley atribuye la competencia, la ley
atribuye el poder, pero también lo delimita, lo constriñe a un servicio general.
Esta construcción del principio de legalidad, con relación al ejercicio de los poderes
públicos o de gobierno, sirve de base asimismo para la formulación del concepto de “acto
12
arbitrario”, que es el acto de un agente público que no está por su competencia o por su
contenido legitimado en la Ley3.
Como se ha afirmado, los revolucionarios, al sentar las bases del nuevo sistema,
desterraron la idea del gobierno en función de la voluntad del soberano, por el gobierno de
obediencia a la ley, expresión de la voluntad general. Pero el gobierno en nombre de la ley,
traía como correlato una división de poderes, justamente para evitar la concentración de
poder en una sola persona o grupo de personas, esto es, evitar el reemplazo de un
absolutismo regio por otro absolutismo revolucionario. En tal sentido, los revolucionarios
franceses adoptan la teoría de “separación de poderes” esbozada por Montesquieu,
repudiando la concentración de las funciones del poder en una sola persona o grupo de
personas, propugnando el ejercicio de funciones por estamentos independientes entre sí,
pero que en la práctica aseguraran el cumplimiento de las funciones de gobierno en nombre
de la Nación y de la ley. Es así que desde la Revolución, las funciones del poder en Francia,
residieron en los denominados por la Constitución de 1791 “poderes públicos”, esto es, el
Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial.
3
Por ello, a decir de García de Enterría, “los principios de legalidad y libertad que surgieron en la Revolución
Francesa determinaron el surgimiento de un concepto esencial en la nueva construcción del Derecho Público, el
concepto de 'acto arbitrario', que es el acto de un agente público que no está por su competencia o por su
contenido legitimado en la Ley”.
4
PRIORI POSADA, G., “Comentarios a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo”. Ara Editores. Lima 2002,
pág. 15.
13
2.3. La Ley de 16-24 de agosto de 1790. La separación de funciones
administrativas y judiciales como origen de la jurisdicción administrativa. El
principio “juzgar a la Administración es también administrar”.
Dicha ley sostenía que “Las funciones judiciales son distintas y se mantendrán siempre
separadas de las funciones administrativas. Los jueces no podrán, bajo pena de abuso de
funciones, obstaculizar en modo alguno la actividad de los cuerpos administrativos, ni
convocar ante sí a los administradores por causa de sus funciones.”
Esta sustracción del conocimiento de los asuntos contenciosos en los que sea parte una
entidad de la Administración Pública trajo capitales consecuencias para el régimen del
Derecho Administrativo. Se concibe la idea de la Administración como un estamento propio,
con un régimen jurídico inherente al ejercicio de su poder. Independiente del Poder Judicial,
se consagra la idea de un corpus autónomo, autosuficiente. Es el momento de inflexión para
la creación de una nueva disciplina: el Derecho Administrativo, el derecho aplicable a las
entidades de la Administración Pública, esto es, un Derecho de naturaleza estatutaria, un
Derecho de fuero, un Derecho especial.
14
2.4. Primera etapa de la formación del contencioso-administrativo: La creación del
Consejo de Estado y la consolidación del sistema de “jurisdicción retenida” o
del “Ministro-Juez”.
Pero si se acepta, que, tal como hemos afirmado, la idea de que la Administración sea
juez y parte al momento de resolver sus controversias se mostraba demasiado contraria a los
principios derivados de la separación de poderes. Es por ello que en 1800 Napoleón crea los
Consejos de Prefectura (en el ámbito de los departamentos) y el Consejo de Estado (en el
ámbito del Poder Ejecutivo), como órganos consultivos encargados de “estudiar
detalladamente los asuntos contenciosos”. Interesa sobre- manera, el rol inicial del Consejo
de Estado, ahora convertido en el órgano máximo de la Jurisdicción Administrativa en
Francia, cuyos inicios fueron meramente consultivos o indicativos para que el Gobierno y sus
autoridades tomen las decisiones respecto de las contiendas administrativas.
5
Ley de 7-16 de octubre y Ley del 6-11 de septiembre de 1790.
6
Así denominado puesto que en Francia los ministros eran considerados como instancias finales de resolución de
los conflictos presentados en sede administrativa.
15
ésta sea la que tome la decisión definitiva respecto de la contienda administrativa así
estatuida. El rol del Consejo de Estado, no obstante lo indicado, no puede quedar fijado
simplemente como el haber desempeñado las funciones de un cuerpo meramente consultivo,
al cual le fue otorgado gratuitamente la potestad de conocer y resolver las contiendas en las
que fuera parte la Administración.
Así, aun cuando ya se avizoraban los inicios de la formación de los órganos que integrarían
una “jurisdicción Administrativa”, lo cierto es que en los inicios del modelo francés del
"contencioso administrativo", la característica dominante era la técnica de la denominada
jurisdicción retenida: los órganos de la administración ejercían las funciones de la
“administración activa” y correspondientemente, las de la “administración Contenciosa”,
puesto que dimirían las contiendas puestas a su conocimiento, por ser, además de
“administradores”, jueces de derecho común para los asuntos administrativos.
2.5. Segunda etapa: La reforma del Consejo de Estado de 1872, y la aparición del
sistema de “jurisdicción delegada” como expresión de una jurisdicción
administrativa distinta de la ordinaria. La separación entre administración
activa y contenciosa.
De esta manera, con la justicia delegada, la intervención del Jefe de Estado, o de los
administradores se suprime, y el Consejo de Estado juzga de modo definitivo. La reforma
tuvo, no obstante, un carácter más simbólico que real, en la práctica, el Jefe de Estado
confirmó siempre los proyectos de decisión del Consejo. La virtud de la Ley de 1872, está
entonces, en crear la independencia de la jurisdicción administrativa, que desde entonces se
constituye ya a todas los efectos en un orden jurisdiccional.
7
HUAPAYA TAPIA, R: Op. Cit. Pág. 399.
16
2.6. La formación del sistema de “recursos” contra los actos de la Administración
activa. La caracterización de la jurisdicción contencioso administrativa como
“revisora” de actos previamente emitidos por la Administración activa en el
sistema francés.
La regla de la decisión previa, indica que un sujeto que entabla una relación jurídica con
la Administración, con sujeción a las reglas del derecho administrativo, debe recurrir primero
a los órganos de ésta última, mediante una reclamación, en el intento de lograr una
satisfacción material a sus pretensiones. Así, en caso que la Administración deniegue su
pedido, o no le brinde una respuesta dentro de un plazo, recién el administrado podrá
acceder a los órganos de la jurisdicción administrativa. Como tal, se forma un dogma de
incalculables consecuencias: el contencioso administrativo siempre requerirá de un acto
administrativo previo para su admisión a trámite.
17
poderes. Sin embargo, este principio revisor pronto constituirá el paradigma a la luz del cual
se iría formando el contencioso-administrativo como un proceso limitado en desmedro de la
posición del administrado y de la tutela subjetiva de sus derechos e intereses puesto que, de
una serie de deformaciones producidas al mismo por su concepción “recursiva”, se derivará la
idea del proceso contencioso-administrativo como un proceso de “contralor a la actuación
previa de la administración”, donde el objeto del mismo no es tutelar la posición jurídica de
los justiciables, sino únicamente la de resguardar la legalidad administrativa, lo que se
conoce como “tutela objetiva”, o el denominado “proceso a un acto” 8.
8
HUAPAYA TAPIA, R: Op. Cit. Págs. 344-345.
18
A primera vista, en derecho francés, esta rama del contencioso puede parecer lubrida
pues reúne bajo el mismo enunciado, la interpretación y la apreciación de la legalidad, que
son dos cosas diferentes. Interpretar una decisión es darle un sentido; apreciar su legalidad es
determinar su valor jurídico.
9
Tal como lo indica el profesor alemán Martin BULLINGER, “el modelo de justicia administrativa existente en
Alemania, implantado en dicho país a partir de 1960, constituye una de bases del sistema jurídico en dicho
país, puesto que integra uno de los elementos que responden a la configuración de un ‘Estado de Derecho
perfecto’, en cuya búsqueda se han direccionado los esfuerzos para reconstruir un país y un sistema jurídico
completamente distinto a los postulados del nacional-socialismo de 1933- 1945”.
19
b. La jurisdicción del trabajo o laboral;
c. La jurisdicción contencioso-administrativa general;
d. La jurisdicción social; y,
e. La jurisdicción de hacienda.
10
HUAPAYA TAPIA, R: Op. Cit. Págs. 373-374.
20
b. La priorización de la técnica de la “necesidad de tutela” por parte del ciudadano,
tutela que en ningún caso puede ser negada por los Tribunales; y
11
Conforme señala Huergo LORA, “si bien es cierto que la virtud que ofrece el ordenamiento alemán, es que en
ningún caso los derechos de los particulares quedarían exentos de tutela, no es menos cierto que ante la
complejidad del ‘sistema de acciones’ que compone el sistema alemán, en no pocas oportunidades causa un
problema mayor, cual es el de dilucidar si la acción elegida por el particular, ha sido la ‘correcta’ para
dilucidar su pretensión material”.
12
HUAPAYA TAPIA, R: Op. Cit. Pág. 407.
21
3.4. El ámbito cautelar: la suspensión de los efectos de los Actos administrativos y
las órdenes provisionales.
Pero aun así, en los casos de ejecutividad inmediata de los actos administrativos
impugnados (supuestos de excepción), el particular afectado con la medida a ser ejecutada,
puede válidamente solicitar la tutela cautelar correspondiente mediante el ejercicio de una
petición de suspensión provisional. De esta manera, ante la imposición de cualquier tipo de
conductas gravosas contenidas en un acto administrativo, la interposición del recurso
administrativo o de la pretensión impugnatoria correspondiente, puede ir acompañada del
pedido de suspensión cautelar de los efectos del acto impugnado.
De otro lado, la orden provisional, es una suerte de medida cautelar excepcional, y que
funciona como una cláusula general subsidiaria de la suspensión provisional, en la medida que
se ejerce comúnmente de manera conjunta a las acciones prestacionales. Como tales las
pretensiones cautelares prestacionales, pueden tener un efecto positivo o negativo, según se
trate la pretensión que se interponga (en la medida que la pretensión procesal puede tratarse
de una pretensión de condena positiva o condena negativa).
En ambos supuestos, hay una coincidencia del sistema de tutela cautelar con las
pretensiones procesales prestacionales que interponga el particular, así tenemos que la orden
provisional de aseguramiento de un derecho, coincide con las modalidades negatorias y
negatorias preventivas, cuyos objetos son respectivamente:
22
Por otro tanto, la orden provisional de regulación se corresponde en vía cautelar con la
pretensión obligacional y con la modalidad positiva de la pretensión prestacional general,
cuyos objetos son, respectivamente:
Durante el siglo XIX no existió en el Perú mayor interés por crear un proceso especial para
resolver controversias sobre materias administrativas, ni se consideraba la posibilidad de
contar con una magistratura especializada en ese ámbito 13.
A inicios del siglo XX, con la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1912, se estableció la
posibilidad de cuestionar judicialmente los actos de la Administración Pública 14;
posteriormente, el anteproyecto de Constitución preparado en 1931 por la renombrada
“Comisión Villarán15” propuso asignar, de acuerdo a los casos, a la Corte Suprema o a la Corte
Superior la resolución de los “recursos contencioso–administrativos”, previo agotamiento de la
vía administrativa.
13
JIMEENEZ VARGAS-MACHUCA, R., “Los Principios del Proceso Contencioso Administrativo”, pág. 21. En:
Revista de Derecho Administrativo Nº 11- Contencioso Administrativo.
14
Artículo 94º de la Ley Nº 1510 (Ley Orgánica del Poder Judicial, 1912): “Corresponde a los jueces de primera
instancia de Lima, conocer, en primera instancia, de los despojos que infiera el Gobierno y de las demandas
que contra él se interpongan sobre derechos que hubiese violado o desconocido ejerciendo funciones
administrativas.”
15
Su Presidente fue el jurista don Manuel Vicente Villarán.
16
Artículo 12º (LOPJ, 1963): “Hay acción ante el Poder Judicial contra todos los actos de la Administración
Pública, departamental y municipal que constituyan despojo, desconocimiento o violación de los derechos que
reconocen la Constitución y las Leyes.”
23
Creado pero no regulado, tuvo que transcurrir más de una década para que el Proceso
Contencioso Administrativo contara con, al menos, algunas reglas procesales específicas que
permitiesen su implementación17; en 1991, en la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial, se
establecieron reglas procesales específicas para los denominados Procesos Contencioso –
Administrativos, las cuales se derogaron en 1993, al aprobarse el nuevo Código Procesal Civil
(que sustituyó al Código de Procedimientos Civiles de 1911), para incluir éste la regulación
del Proceso Contencioso Administrativo en 5 artículos bajo el título de “Impugnación de acto
o resolución administrativa”, como una modalidad de los procesos abreviados.
Ciertamente, no resultaba idóneo –por no decir que era disfuncional- regular, dentro de
un cuerpo normativo civil (relaciones del ámbito privado), un proceso de tan diferente
naturaleza. Asimismo, el alcance era limitado, dado que se estableció (artículo 540º) que la
demanda tenía por finalidad la declaración de invalidez o ineficacia de un acto
administrativo, lo que llevó a considerar que en este proceso solo se controlaría la legalidad
del acto, sin pronunciamiento sobre el fondo de la decisión administrativa, limitándose con
ello la efectividad de la tutela jurisdiccional de los particulares que acudían a dicho proceso.
Artículo 148º.- Las resoluciones administrativas que causan estado son susceptibles
de impugnación mediante la acción contenciosa–administrativa.
Esta Constitución agregó dos nuevos procesos constitucionales destinados en gran parte
para el control jurídico de la Administración Pública: el proceso de “habeas data” (mediante
el cual los ciudadanos pueden impugnar ante el juez la negativa de la Administración Pública
a sus solicitudes de acceso a la información que obra en su poder o para la protección de los
datos personales respecto de los servicios informáticos, públicos o privados), y el proceso
denominado “acción de cumplimiento” (mediante el cual los ciudadanos pueden acudir ante
el juez para solicitarle requiera a cualquier autoridad o funcionario de la Administración
Pública renuente a acatar una norma legal o un acto administrativo para que cumpla con sus
obligaciones).
17
Paradójicamente, existiendo un marco constitucional que facilitaba el desarrollo a nivel legislativo del
Proceso Contencioso Administrativo éste se dio tantos años después. Lo más irónico es que el propio Poder
Ejecutivo dictó una regulación sobre el Proceso Contencioso Administrativo (Decreto Supremo Nº 037-90–TR).
Ante la inacción del Poder Legislativo, el propio ente controlado emitió normas que regulen su forma de control.
24
5. El actual Proceso Contencioso Administrativo: la Ley Nº 27584.
Este Proyecto fue finalmente aprobado por el Congreso con algunas modificaciones,
dando lugar a la Ley del Proceso Contencioso Administrativo (Ley Nº 27584, en adelante, la
Ley), publicada en el diario Oficial “El Peruano” el 7 de diciembre de 2001, inspirada
fundamentalmente en las experiencias española (Ley 29/1998, de 13 de julio), argentina
(Código de la Ciudad de Buenos Aires) y alemana (Ley del Proceso Administrativo).
18
En la Exposición de Motivos del proyecto se señala que la experiencia acumulada sobre el contencioso -
administrativo en los últimos años evidencia la necesidad de una “profunda revisión de las reglas de
tramitación del proceso a fin de precisar aspectos esenciales del mismo e incorporar reglas adicionales que
regulen los nuevos cometidos del referido proceso en consonancia con su finalidad y objeto”.
19
DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge. “El Proceso Contencioso Administrativo en el Perú”. En: Hechos de la Justicia, N°
10, revista electrónica editada por jueces peruanos.
25
administrativos, el cual va más allá del control de legalidad, alcanzando un control que
brinde una efectiva tutela a los derechos e intereses de los administrados.
Actualmente la tutela de los derechos de las personas constituye un rol estelar que el
sistema jurídico se ha encargado de resaltar. Así, por ejemplo el artículo III del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, aplicable de modo supletorio 22 a la Ley, establece como
finalidad del proceso no solo el poner fin a la controversia sino hacer efectivos los derechos
sustanciales y así alcanzar la paz social en Justicia; por su parte, el Código Procesal
Constitucional, que establece que los fines esenciales de los procesos constitucionales son
20
En este punto es pertinente recordar que acción y pretensión son conceptos diferentes. El derecho de acción
es el derecho del que goza todo sujeto de derecho –en cuanto es expresión esencial de éste-, que lo faculta a
pedir al Estado tutela judicial efectiva, sin importar el contenido de su pretensión procesal. Por ello, la acción
es un derecho abstracto, no tiene un contenido propio y vale por sí misma, es un derecho inherente a todos los
sujetos de derecho, su goce no se encuentra limitado por Ley y tiene rango constitucional; con la acción se
solicita al Estado tutela jurídica.
Por su parte, la pretensión procesal es una manifestación de voluntad de naturaleza petitoria y no un derecho
o situación jurídica subjetiva, por lo que es una categoría estrictamente procesal (objeto del proceso). Si esta
petición se verifica antes de manera extrajudicial se denomina pretensión material, en tanto que si se exige a
través del órgano jurisdiccional estamos ante la pretensión procesal.
Antes se denominaba acción tanto a la pretensión (acción de nulidad o de ineficacia de actos administrativos; al
respecto, es de señalar que el código civil no se ha actualizado, conservando esta denominación para las
pretensiones -acción indemnizatoria, acción petitoria de herencia, acción reivindicatoria, prescripción y
caducidad de la acción, etc.) como al tipo de proceso según la materia (acción penal, acción civil, acción
constitucional-acción de amparo, acción de hábeas corpus, etc.).Por lo que, resulta adecuado que el artículo 1º
de la Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo, si bien menciona la acción contencioso
administrativa, pues hace referencia al artículo 148º de la Constitución (que mantiene esa terminología),
precisa en su segundo párrafo que se trata de un proceso: “para los efectos de esta Ley, la acción contencioso
administrativa se denominará Proceso Contencioso Administrativo”.
21
JIMEENEZ VARGAS-MACHUCA, R: Op. Cit. Pág. 24.
22
Primera Disposición Final de la Ley Nº 27584: “El Código Procesal Civil es de aplicación supletoria en los
casos no previstos en la presente Ley.”
26
garantizar la primacía de la Constitución y la vigencia efectiva de los derechos
constitucionales.
En suma, dentro del sistema procesal se otorga una tutela especial al administrado frente
a la administración, al considerarse la desigualdad real entre ambos. Así, el actual modelo de
Proceso Contencioso Administrativo, como se viene explicando, ya no se limita a ser objetivo,
sino que es subjetivo o de plena jurisdicción.
23
Exposición de Motivos de la Comisión Técnica Revisora (R.M. 026-2006-JUS) del Proyecto de Ley que modifica
la Ley Nº 27584, 1 de julio de 2006.
27
jurisdiccional adecuada de las pretensiones de las partes frente a la actuación de la
Administración Pública), por lo que es un contencioso administrativo objetivo- subjetivo24.
CAPITULO II
ASPECTOS GENERALES
El término ‘Contencioso’ viene del latín CONTENDERE; “Cun” que significa con, y
“Tendere” que significa luchar, resistir, lidiar, disputar, cuestionar 25.
El proceso es una relación jurídica de derecho público que se instaura cuando un sujeto
de derecho acude al órgano jurisdiccional en busca de tutela jurídica. De esta manera, el
proceso se inicia con el ejercicio del derecho de acción por parte de un sujeto de derecho,
mediante el cual solicita al Estado el ejercicio de la función jurisdiccional. Este proceso se
desarrolla a través de un conjunto dialéctico de actos26.
Siendo ello así, el proceso contencioso administrativo será el instrumento a través del
cual los particulares pueden, en ejercicio de su derecho de acción, solicitar tutela
jurisdiccional frente a una actuación de la Administración Pública. Pero debe tenerse en
cuenta que, en virtud del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, la pretensión que dirija
el particular contra la Administración tendrá como finalidad no sólo revisar la legalidad del
acto administrativo - como era en el antiguo sistema francés - declarando su validez e
invalidez, sino que el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva determina que el particular
pueda plantear una pretensión solicitando una efectiva tutela a la situación jurídica subjetiva
que alega que le ha sido vulnerada o que le está siendo amenazada.
Este pareciera haber sido el sistema adoptado en el Código Procesal Civil, cuyo artículo
540º establecía que la demanda contencioso administrativa procede con la finalidad que se
declare la invalidez o ineficacia de un acto o resolución administrativa. Se puede apreciar, de
una lectura literal de lo dispuesto en el Código Procesal Civil podía' llegarse a pensar que en
nuestro sistema se había consagrado el viejo sistema contencioso administrativo francés que
sólo permitía la revisión de la legalidad del acto administrativo impugnado, evitando un
24
JIMEENEZ VARGAS-MACHUCA, R: Op. Cit. Pág. 25.
25
“Proceso Contencioso Administrativo”. Pág. 21.
26
PRIORI POSADA, G: Op. Cit. Pág. 37.
28
pronunciamiento expreso del órgano jurisdiccional acerca de la tutela concreta que había sido
reclamada por el particular sobre su situación jurídica.
Lo expuesto quiere decir, además, que la labor del Poder Judicial no se restringe a una
declaración de invalidez del acto administrativo, sino a una auténtica sustitución de la
decisión administrativa pues sólo así se brinda una efectiva tutela a las situaciones jurídicas
de los ciudadanos.
Dice SANTA MARÍA DE PAREDES, el proceso contencioso administrativo no viene a ser sino
el reclamo o acción judicial que se interpone agotada la vía administrativa, para poner fin a
la negación o limitación del derecho establecido a favor del demandante por una ley o
disposición administrativa 27.
Opina JOSÉ BARTRA CAVERO, puede definirse como el reclamo o Acción judicial que se
interpone agotada la Vía Administrativa para revertir la vulneración a un derecho
establecido a favor del demandante por una ley o una disposición administrativa.
27
“Proceso Contencioso Administrativo”. Pág. 22.
29
2. Lo Contencioso Administrativo: Configuración.
30
b. Procesal o adjetiva.- No fijan lo que es sino que aportan una característica de él que
quienes lo consideran como acción o reclamación procesal. Con esto sólo se da a
conocer que el impugnador en la vía jurisdiccional de un acto de la Administración
Pública, está ejercitando un derecho de acción.
Nava Negrete concluye diciendo que: “el contencioso administrativo aparece como un
proceso administrativo promovido por los administrados o la Administración Pública y contra
actos de esta última ante órganos jurisdiccionales. Luego es juicio y contienda
administrativa, defensa de los derechos e intereses de los particulares y control
jurisdiccional de los actos administrativos. De él conoce latu sensu la jurisdicción
administrativa, sean tribunales administrativos o poder judicial”.
3. Posición de Dromi.
Dromi señala, además, lo siguiente: “El particular afectado por un acto administrativo
recurre contra él administrativamente, y agotada esa vía, puede acceder a la vía judicial,
interponiendo una acción. De la sede administrativa a la sede judicial no hay recursos sino
acciones, pues n o se trata de una simple revisión de lo actuado sino de la jurisdicción plena
del tribunal para revisar, para repasar en todo su alcance y plenitud el acto administrativo
cuestionado o impugnado”.
31
Según este autor, el concepto de lo contencioso – administrativo puede definirse desde
dos puntos de vista:
6. Posición de Posada.
Este autor considera al recurso contencioso administrativo como el “medio jurídico por el
que se puede obligar al estado – a la Administración, concretamente – a someter al juez,
especialmente competente, aquellos actos que por reunir las condiciones exigidas por la ley
dan lugar a litigio de carácter contencioso – administrativo, que termina por sentencia que la
administración debe acatar y cumplir, salvo lo que en contario se disponga por la ley
misma”.
Serra Rojas agrega que el contencioso administrativo: “En lo general significa un sistema
de garantías que el estado reconoce a los particulares en sus relaciones con la
administración. En lo particular significa el recurso, acción o litigio suscitado entre un
particular y la administración, a consecuencia de un derecho violado”.
8. Posición de Santamaría.
32
El proceso contencioso administrativo es el examen jurisdiccional de los actos
administrativos; por lo que los actos de la administración pública que no sean administrativos
deben ser atacados por otra vía.
En ese sentido, podemos decir que el proceso contencioso administrativo tiene los
siguientes fundamentos:
En el siglo XIX se difundió la idea del “Estado de derecho”. Dicho “Es lado de derecho” o
“Estado bajo el régimen del derecho” que surge en el siglo XIX aparece en oposición al “Es
lado bajo el régimen de la fuerza” que no es sino el Estado absoluto característico del siglo
XVII y también surge en oposición al “Estado bajo el régimen de policía”, es decir, el régimen
del despotismo ilustrado característico del siglo XVII.
Es entonces durante el siglo XIX que se difunde la noción de un Estado liberal de derecho,
en el cual la sociedad, con sus propias exigencias, y no la autoridad del Estado, comenzaba a
ser el punto central para la comprensión del Estado de derecho. Y la ley, de ser expresión de
la voluntad del Estado capaz de imponerse incondicionalmente en nombre de intereses
trascendentes propios, empezaba a concebirse como instrumento de garantía de derechos.
Siendo ello así, la concepción del Estado liberal de derecho que predomina en el siglo XIX
puede ser resumida en la siguiente tradicional concepción clásica del mismo:
33
b. La subordinación a la ley, y sólo a la ley, de los derechos de los ciudadanos, con
exclusión, por tanto, de que poderes autónomos de la Administración puedan incidir
sobre ellos; y, Los Fundamentos del Proceso Contencioso Administrativo.
c. La presencia de jueces independientes con competencia exclusiva para aplicar la ley,
y sólo la ley, a las controversias surgidas entre ciudadanos y entre estos y la
Administración del Estado.
Con ello entonces, cualquier acto derivado del Estado que pretenda vulnerar los derechos
fundamentales supondrá, al mismo tiempo, un acto que lesione una garantía individual y los
fundamentos del Estado constitucional, los propios valores que inspiran a la colectividad. Sin
perjuicio de ello, debe también tenerse en cuenta el hecho que en el ámbito del derecho
constitucional no sólo se ubican derechos de naturaleza individual, sino también aquellos
colectivos y difusos, lo que supone una ampliación en el ámbito de tutela que brinda el
proceso contencioso administrativo.
34
Ahora bien, dentro de la teoría del sistema de control constitucional de Loewenstein 28,
los controles pueden ser de dos tipos: controles intraorgánicos y los controles interorgánicos.
Los controles intraorgánicos se presentan cuando las instituciones de control operan dentro
de la organización de un solo detentador de poder. Los controles interorgánicos se presentan
cuando las instituciones de control son diversos de tentadores de poder que cooperan en la
gestión estatal.
De esta forma, la Administración está capacitada como sujeto de derecho para tutelar por
sí misma sus propias situaciones jurídicas, incluso sus pretensiones innovativas del statu quo,
eximiéndose de este modo de la necesidad, común a los demás sujetos, de recabar una tutela
judicial.
En ese sentido, dentro del Estado constitucional es evidente que la Administración Pública
se encuentra en una situación de privilegio, pues el propio ordenamiento constitucional
consagra la posibilidad de que siendo ella parte del conflicto de intereses que tiene frente a
un particular, sea ella misma la que resuelva dicho conflicto a través de un procedimiento
administrativo, al término del cual dictará un acto administrativo que tendrá como una de sus
principales características la ejecutoriedad; es decir, la posibilidad de que dicho acto pueda
ser ejecutado por la propia Administración frente al particular, sin que para ello haya sido
necesario acudir a un órgano jurisdiccional. Pero es evidente que dicha situación que se
explica en función de los intereses generales que está llamada a cumplir la Administración,
podría dar lugar a arbitrariedades; pues el ejercicio de dicha función puede no ser ejercida
con arreglo a la Constitución y a la ley (es decir, burlando el principio de constitucionalidad)
28
Karl Loewenstein. Filósofo alemán, considerado por una mayoría de expertos como uno de los padres
del constitucionalismo moderno. Sus investigaciones sobre la tipología de las constituciones tuvieron gran
impacto en Iberoamérica.
35
lo que puede suponer la vulneración de derechos e intereses legítimos de los particulares. Es
por ello que surge la necesidad de que el Estado garantice a los particulares el acceder a los
órganos jurisdiccionales para que, dentro de un proceso en el cual se respeten las garantías
mínimas, pueda lograr una efectiva tutela de sus derechos e intereses ante una actuación
administrativa que no se halla conforme a Derecho.
En efecto, una vez que el ordenamiento jurídico ha establecido que un interés es digno
de tutela concede al titular del mismo una situación jurídica de ventaja. Pero dicha tutela
que es declarada de manera abstracta y general por el derecho objetivo sólo podrá encontrar
efectividad en la medida que el Estado diseñe medios para que se proteja plenamente dicha
situación jurídica de ventaja en caso se vea lesionada o amenazada por un acto de la
Administración. De esta manera, si el particular alega que la Administración amenaza o
lesiona una situación jurídica subjetiva de la cual es titular, podrá acudir a los órganos
jurisdiccionales con la finalidad de solicitar tutela a través del seguimiento de un proceso
judicial dotado de las mínimas garantías, luego del cual se dictará una sentencia fundada en
derecho y con posibilidad de ejecución.
Sólo así hay una verdadera y efectiva tutela de las situaciones jurídicas de las cuales son
titulares los sujetos. Y en eso precisamente consiste el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva.
De esta manera, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva procura garantizar que los
ciudadanos puedan contar con una efectiva tutela de los derechos e intereses de los cuales
son titulares, lo que, en el proceso contencioso administrativo, no se logra a través del
modelo francés del contencioso administrativo en el cual sólo se propugna un juicio al acto,
sino a través de uno que, además del juicio al acto administrativo, sirva para reparar o evitar
la violación de una situación jurídica subjetiva.
36
4. Finalidad del Proceso Contencioso Administrativo.
29
NORTHCOTE SANDOVAL, C., “El Proceso Contencioso Administrativo”. En: Actualidad Empresarial, Nº 227 –
Segunda Quincena de Marzo 2011.
30
Casación Nro. 1518-2006/lima. Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008.
37
de la lesión sufrida por aquellos a consecuencia de tales abusos y desviaciones del poder o la
no prestación del servicio público que la ley otorga. Lo fundamental es que la administración
responda ante los tribunales por sus actos. Es así que siendo la decisión administrativa
adversa a los legítimos intereses o derechos del ciudadano, a éste no le queda sino
impugnarla judicialmente, a fin de revertir la injusta situación. Se enfrenta a la
administración por haber lesionado o negado su derecho, arbitraria o erróneamente, por que
dicha actividad no debe subsistir, restableciéndose el equilibrio perdido o propendiendo al
restablecimiento del derecho injustificadamente vulnerado, por exceso de poder,
ilegítimamente desarrollado.
Este sistema es el clásico sistema francés del contencioso, conforme al cual, el Poder
Judicial tiene limitada la posibilidad de control de la actividad de la Administración Pública,
pues sólo se encuentra facultado a declarar si una actuación administrativa es contraria a
derecho o no; sin que pueda modificar el contenido de la decisión administrativa. Es decir, en
términos procesales, en este sistema el Poder Judicial tiene sólo una facultad rescisoria.
En este sistema, el Poder Judicial, además de tener una facultad rescisoria, cuenta con
una facultad revocatoria. Ello quiere decir que en este sistema el Poder Judicial no sólo está
limitado a declarar la validez o invalidez de un acto administrativo, sino además pronunciarse
sobre el fondo de la controversia administrativa, dando con ello una efectiva tutela a las
situaciones jurídicas de las cuales son titulares los particulares.
Debe precisarse que, al ser uno de los fundamentos del proceso contencioso
administrativo, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, un sistema más adecuado a un
Estado constitucional es un proceso contencioso administrativo de plena jurisdicción, que es
31
PRIORI POSADA. G., “La Nueva Ley del Proceso Contencioso Administrativo: Una aproximación general”. En:
http://derechogeneral.blogspot.pe/2012/03/la-nueva-ley-del-proceso-contencioso.html
38
aquel que ha adoptado la Ley 27584.
CAPITULO III
EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO PERUANO
En nuestro país, y sobre todo luego de la caída del fujimorismo, los entonces integrantes
del Tribunal Constitucional Peruano, entendieron que debían apostar por posesionar a dicha
entidad y sus pronunciamientos sobre otros emitidos o por emitirse por otras instituciones o
funcionarios públicos.
Así pues, y con la dación de una serie de precedentes, el Tribunal Constitucional buscará
incidir en los términos de su relación con el Poder Judicial peruano, ya sea aumentando su
margen de actuación revisora de lo incluido en diferentes resoluciones judiciales; o, lo que
sin duda es más relevante para el tema desarrollado en el presente texto, reconduciendo el
trámite de algunas pretensiones habitualmente abordadas mediante procesos constitucionales
para asegurar que éstas sean tratadas por medios ordinarios de tutela, medios procesales
donde el Proceso Contencioso Administrativo adquiere una relevancia singular.
Tres son los precedentes del Tribunal Constitucional que estarían en línea con lo expuesto
líneas arriba: los casos “Manuel Anicama Hernández” (STC Nº 1417-2005-AA/TC),
“Maximiliano Villanueva Valverde” (STC Nº 0168-2005-PC/TC) y “César Baylón Flores”
(STC Nº 0206-2005 PA/TC)32.
32
ESPINOSA SALDAÑA-BARRERA, E., “Proceso Contencioso Administrativo peruano: Evolución, balance y
perspectiva”, pág. 14. En: Revista de Derecho Administrativo Nº 11 – Contencioso Administrativo.
39
constitucionalmente protegido”. En el segundo, se busca determinar que omisiones de la
Administración pueden ser cuestionadas por un proceso de cumplimiento y cuáles mediante
un Contencioso Administrativo. En el último de los mencionados, se tenía la tarea de
explicitar cuál sería la vía igualmente satisfactoria a una demanda de amparo presentada en
materias de tipo laboral.
Finalmente, en el caso “Baylón”, y ante el debate sobre cuál sería una vía igualmente, el
Tribunal Constitucional peruano establece cual sería en su opinión el medio procesal a
recurrir en los diferentes supuestos que generan los distintos tipos de regímenes laborales
existentes en nuestro país, más no explica en base a qué consideraciones hace esa asignación,
y lo que es más grave aún, no establece cuáles son los criterios que nos permiten sustentar
cuándo estamos ante una vía igualmente satisfactoria.
Sin embargo, y en mérito a la lista que configura, el Tribunal Constitucional peruano hará
en el caso “Baylón” lo mismo que en “Anicama” o “Villanueva”: devolverá a la judicatura
ordinaria todas las causas que tiene en trámite a las cuales considera no debieran seguirse
mediante proceso de Amparo e impondrá a los juzgadores y juzgadoras tramitarlas mediante
Proceso Contencioso Administrativo. Lo expuesto en estos tres casos no es en mi opinión
suficiente para enfrentar la controversia existente, pues impone soluciones sin establecer
criterios, y además, recarga tremendamente la labor de la judicatura ordinaria en general, y
la de quienes resuelven en materia contencioso administrativa en particular, asunto
especialmente delicado si se tomaba en cuenta las deficiencias en las cuales incurría el
Proceso Contencioso Administrativo de acuerdo con la regulación establecida por la Ley N°
27584 .
33
En realidad aquí corresponde efectuar dos apreciaciones: la primera, dirigida a cuestionar la pertinencia de
recurrir a posturas como las denominadas “Teoría absoluta” y “Teoría institucional” del contenido esencial,
básicamente por la dificultad y muy relativa real utilidad en términos tuitivos que implicaría el fijar cuál es el
núcleo al que circunscribe su margen protector, máxime si estamos ante derechos de estructura compleja, o
compuesta a su vez por un conjunto de otros derechos. En segundo término, es sin duda muy discutible buscar
identificar una técnica destinada más bien a analizar caso a caso si una situación en particular requiere la tutela
urgente propia de un proceso constitucional con una suerte de pauta o plantilla previamente establecida que,
independientemente de las buenas intenciones que puedan motivarla, impedirá en los hechos un necesario
análisis de muchísimos casos por el Tribunal Constitucional.
40
Es pues en este contexto que termina recargándose la labor de los jueces en lo
Contencioso Administrativo, situación agravada por unas pautas de regulación que reclamaban
urgentes modificaciones. Ante ello, se dio una fuerte presión sobre el Congreso y el Gobierno
para que se modifique la normativa hasta entonces vigente sobre el particular. Es así como
aparecerá primero el Decreto Legislativo Nº 1067, y luego, como sistematización de lo allí
planteado, el Texto Único Ordenado de la Ley del Proceso Contenciosos Administrativo.
Corresponde entonces analizar si esa normativa proporciona una eficiente respuesta a los
importantes requerimientos entonces existentes.
Estos están regulados en la misma ley de creación (Ley Nº 27584), en su artículo 2º, y son
los siguientes:
A. Principio de Integración.
34
PRIORI POSADA, G: Op. Cit. Pág. 53.
41
El principio de igualdad en materia del proceso contencioso administrativo es
evidentemente una manifestación del principio de igualdad que inspira todo el sistema
democrático, sin embargo, dicho principio de igualdad no puede ser enunciado desde un
punto de vista eminentemente formal, pues es evidente que en la situación de conflicto que
ha precedido al proceso contencioso administrativo las partes de él no se encontraban en una
situación de igualdad: es evidente que dentro de un procedimiento administrativo los
particulares y la Administración no se encuentran en una igual posición, pues es claro que en
él la Administración se encuentra en ejercicio de sus prerrogativas administrativas, lo que se
manifiesta con el recurso a la autotutela. Es decir, en la situación precedente al proceso nos
encontramos frente a una situación en la cual es la propia Administración la que debe
resolver el conflicto en la que es parte, pues tiene potestades legales que le permiten decidir
sobre dicho conflicto, e incluso ejecutar las decisiones expedidas por ella misma.
Por ello, el enunciado del principio de igualdad establecido en la Ley que pareciera
suponer la adopción de una igualdad formal, en realidad debe ser entendida teniendo en
consideración la real situación de las partes en el conflicto de intereses. y esa situación no es
una situación de igualdad, pues la Administración tiene, en dicha relación, una serie de
privilegios que no puede trasladar al proceso.
Este principio parte de concebir que el proceso sea un instituto teleológico. Es decir, el
proceso es un instrumento que concede el ordenamiento jurídico para resolver conflictos de
intereses través de la aplicación del derecho objetivo al caso concreto. Con ello, el proceso
es un instrumento por medio del cual se brinda una efectiva tutela a las diversas .situaciones
jurídicas de las cuales son titulares los ciudadanos.
42
Ahora bien, no debe entenderse que con dicho principio se está estableciendo que los
requisitos procesales no resultan trascendentes o que no deben ser cumplidos, sino que única
y exclusivamente se está estableciendo un criterio interpretativo en caso el Juez, al momento
de admitir la demanda, encuentre duda sobre si se ha cumplido o no con un requisito
procesal. En esos casos el Juez deberá, atendiendo al derecho constitucional de acceso a la
jurisdicción, preferir darle trámite al proceso, sin perjuicio que en un momento posterior
pueda declarar, esta vez ya con certeza, que efectivamente no se había cumplido con un
requisito de procedencia, lo que podrá hacer incluso antes de dictar sentencia, a través de
una sentencia inhibitoria.
Significa que el Juez debe procurar subsanar (adecuando la vía) la demanda, pero en caso
se requiera subsanaciones que solo puede realizar (por tener requisitos especiales) el
demandante, entonces le dará un plazo razonable (no 1 ni 2 días, como a menudo se concede,
sino a partir de 3 días, y preferiblemente más, según las circunstancias y la dificultad de su
subsanación o adecuación), a fin de que la demanda se vuelva procesalmente viable.
Para la emisión de dicho acto administrativo existe un procedimiento que contempla las
formalidades necesarias para que el acto cumpla con los requisitos de validez previstos por
ley.
35
JIMEENEZ VARGAS-MACHUCA, R: Op. Cit. Pág. 31.
43
Sin embargo, puede ocurrir que el órgano superior en jerarquía no subsane las omisiones o
no corrija el sentido de la resolución, agotándose la vía administrativa al no haber otro
órgano administrativo de revisión.
En tal caso, el administrado deberá reclamar por escrito ante el titular de la respectiva
entidad el cumplimiento de la actuación omitida. Si en el plazo de quince días contados
desde el día siguiente de presentado el reclamo la entidad no cumpliese con el
requerimiento, el administrado podrá presentar la demanda.
36
NORTHCOTE SANDOVAL, C: Op. Cit. Pág. 1.
44
Cuando la pretensión planteada en la demanda esté referida al contenido esencial del
derecho a la pensión y, haya sido denegada en la primera instancia de la sede
administrativa.
La Ley 27584 hace una distinción que debe ser tomado muy en cuenta, la distinción entre
actuación impugnable y pretensión.
Están comprendidas en este inciso las resoluciones administrativas emitidas por los
funcionarios o entidades administrativas mediante las cuales se resuelve la solicitud o recurso
del administrado o se le impone una sanción. También se comprenden aquellas resoluciones
que, aunque no resuelvan la controversia, pongan fin al procedimiento administrativo.
37
PRIORI POSADA, G: Op. Cit. Pág. 64.
38
NORTHCOTE SANDOVAL, C: Op. Cit. Pág. 2.
39
PRIORI POSADA, G., “La Nueva Ley del Proceso Contencioso Administrativo: Una aproximación general”,
pág. 4.
45
Como sabemos, el silencio administrativo es un mecanismo por el cual se le atribuye
sentido a la ausencia de pronunciamiento por parte de la entidad administrativa, de tal
manera que, cuando corresponda aplicar el silencio administrativo negativo, el administrado
deberá dar por denegada su solicitud o recurso cuando la entidad no emita su
pronunciamiento en el plazo previsto para tal efecto.
Este caso particular está referido a los actos de ejecución de un acto administrativo a
través de los cuales se vulneran principios o normas legales. Es decir, no se cuestiona el acto
administrativo en sí mismo, sino los actos que se realizan para su ejecución.
Aquí están comprendidos los actos y omisiones de las entidades públicas referidas a los
contratos celebrados con el Estado. Estos supuestos también pueden someterse al proceso
contencioso administrativo, salvo en aquellos casos en los que se hubiera sometido la
controversia a arbitraje, lo cual ocurre en una gran cantidad de contratos celebrados con el
Estado.
3.2.2. Pretensiones.
Contra los actos antes señalados, el administrado puede formular como pretensión las
siguientes:
46
b. El reconocimiento o restablecimiento del derecho o interés jurídicamente tutelado y
la adopción de las medidas o actos necesarios para tales fines.
c. La declaración de contraria a derecho y el cese de una actuación material que no se
sustente en acto administrativo.
d. Se ordene a la administración pública la realización de una determinada actuación a
la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo
firme.
e. La indemnización por el daño causado con alguna actuación impugnable, conforme al
artículo 238° de la Ley Nº 27444, siempre y cuando se plantee acumulativamente a
alguna de las pretensiones anteriores.
3.3.1. Competencia.
En ese sentido, existen diversos criterios para poder determinar la competencia; es decir,
diversos criterios que determinan dentro de qué ámbitos pueden ser ejercidos válidamente la
función jurisdiccional41.
a. Competencia Territorial.
Uno de dichos ámbitos es el territorial, el que nos indica dentro de qué espacio es válido
el ejercicio de la función jurisdiccional por parte de un Juez.
En ese sentido, la doctrina reconoce que la regla general que determina la competencia
por razón del territorio es la regla del forum rei, conforme a la cual es competente el Juez
del lugar del domicilio del demandado. Dicha regla es formulada por la doctrina con la
finalidad de facilitar el ejercicio del derecho de defensa por parte del demandado, pues él
participa del proceso contra su voluntad.
40
“Proceso Contencioso Administrativo”, pág. 44.
41
PRIORI POSADA, G: Op. Cit. Pág. 74.
47
Es competente para conocer el proceso contencioso administrativo en primera instancia,
a elección del demandante, el Juez en lo contencioso administrativo del lugar del domicilio
del demandado o del lugar donde se produjo la actuación materia de la demanda o el silencio
administrativo.
Se debe tener en cuenta que en el proceso contencioso administrativo una de las partes
es el Estado, el mismo que tiene su presencia en todo el territorio nacional, por ello exigir
que el demandante tenga que acudir hasta el lugar del domicilio de la entidad administrativa
impugnada, supone una situación demasiada gravosa para el administrado.
Es ese sentido se debió establecer la Ley, la competencia facultativa, a fin de que sea el
demandante el que elija entre el juez del domicilio del demandado o su domicilio, situación
ultima que facilitaría a los administrados su acceso a la jurisdicción contencioso
administrativa.
b. Competencia Funcional.
Cuando el objeto de la demanda verse sobre una actuación del Banco Central de Reserva,
Superintendencia de Banca y Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones,
Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores, Tribunal Fiscal, Tribunal del INDECOPI,
Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado - OSCE, Consejo de Minería, Tribunal
Registra. En este caso, la Sala Civil de la Corte Suprema resuelve en apelación y la Sala
Constitucional y Social en casación, si fuera el caso 42.
a. Capacidad.
La capacidad procesal es la aptitud para realizar por sí mismo las situaciones jurídicas de
las cuales un sujeto de derecho es titular.
42
Op. Cit. Pág. 44-45.
43
PRIORI POSADA, G: Op. Cit. Págs. 97-98.
48
La legitimidad para obrar es la posición habilitante para ser parte en el proceso; en ese
sentido, se habla de legitimidad para obrar activa para referirse a la posición habilitante que
se le exige al demandante para poder plantear determinada pretensión; y se habla de
legitimidad para obrar pasiva para referirse a la posición habilitante que se le exige al
demandado para que la pretensión procesal pueda plantearse válidamente contra él.
La legitimidad para obrar o legitimatio ad causam implica que el proceso se lleva a cabo
entre los mismos sujetos que integran la relación jurídica material.
En lo que se refiere a la legitimidad para obrar pasiva, ésta le corresponde, por regla
general, a las entidades administrativas o En ese sentido, la legitimidad pasiva se determinará
en función de la actuación administrativa que es impugnada en el proceso contencioso
administrativo.
a. Proceso Urgente.
44
Op. Cit. Págs. 99-100.
49
la sentencia la medida que corresponda a la pretensión invocada dentro del plazo de cinco
días.
Las demandas cuyas pretensiones no satisfagan los requisitos para la tutela urgente, se
tramitarán conforme a las reglas establecidas para el proceso especial
b. Procedimiento Especial.
Tres días para interponer tacha u oposiciones a los medios probatorios, contados
desde la notificación de la resolución que los tiene por ofrecidos.
Cinco días para interponer excepciones o defensas, contados desde la notificación de
la demanda.
Diez días para contestar la demanda, contados desde la notificación de la resolución
que la admite a trámite.
Quince días para emitir el dictamen fiscal, contados desde la expedición del Auto de
Saneamiento o de la realización de la audiencia de pruebas, según sea el caso.
Tres días para solicitar informe oral, contados desde la notificación del dictamen
fiscal a las partes.
Quince días para emitir sentencia, contados desde la notificación del dictamen fiscal
a las partes o desde la realización del informe oral, según sea el caso.
Cinco días para apelar la sentencia, contados desde su notificación.
i. Actividad Probatoria.
45
PRIORI POSADA, G: Op. Cit. Pág. 113.
50
Probar es un derecho fundamental que consiste en una expresión del derecho de defensa,
y como tal, una expresión del derecho al debido proceso y del derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva.
ii. Oportunidad.
Dicho principio tiene como sustento el hecho que, al iniciar el proceso, las partes se
encuentran en aptitud de conocer los medios probatorios que pueden ofrecer al proceso y los
hechos respecto de los cuales tienen interés en probar, en consecuencia, existiría una
autorresponsabilidad en el sujeto procesal que deja transcurrir tal oportunidad sin ofrecer los
medios probatorios pertinentes para acreditar los hechos que configuran su pretensión o su
defensa.
Sin embargo, el sustento del principio de preclusión desaparece cuando nos encontramos
ante hechos que las partes no tenían oportunidad de probar, porque, al momento de ofrecer
medios probatorios, no se habían producido. Como es evidente que respecto de dichos hechos
no hubo posibilidad de probar, y a fin de garantizar el derecho a un debido proceso, la
doctrina ha elaborado la doctrina de los hechos nuevos.
Los medios probatorios aportados por el juez deben versar sobre hechos controvertidos y
por lo que supone que la actividad probatoria de oficio no puede tener como sustento el
conocimiento privado del juez.
51
el Estado, siendo ello así a la potestad sancionadora de la Administración le son aplicables
todos los principios que rigen la potestad sancionadora del Estado, entre los cuales se
encuentran, el principio de presunción de inocencia.
Todo lo expuesto ha sido recogido en el artículo 30º de la Ley 27584, el mismo que puede
resumirse en las siguientes reglas:
1. Por regla general, la carga de la prueba corresponde a quien afirma los hechos
que sustentan su pretensión o a quien los contradice alegando hechos nuevos.
46
“Ley N° 27444 – Artículo 202° – Nulidad de oficio.-
(...)
202.4 En caso de que haya prescrito el plazo previsto en el numeral anterior, sólo procede demandar la
nulidad ante el Poder Judicial vía el proceso contencioso administrativo, siempre que la demanda se
interponga dentro de los dos (2) años siguientes a contar desde la fecha en que prescribió la facultad para
declarar la nulidad en sede administrativa”.
52
Cuando se trate de silencio administrativo negativo, se observará lo establecido en el
numeral 188.5 del artículo 188° de la Ley Nº 27444 - Ley del Procedimiento
Administrativo General. El pronunciamiento hecho por la entidad administrativa
demandada una vez que fue notificada con la demanda no surte efectos. Si el acto
expreso es emitido antes de dicha notificación, el órgano jurisdiccional podrá, a
solicitud del actor, incorporar como pretensión la impugnación de dicho acto expreso
o concluir el proceso.
Cuando se trate de inercia o cualquier otra omisión de las entidades distinta del
silencio administrativo negativo, no se computará plazo para interponer la demanda.
Cuando se trate de silencio administrativo positivo por transcurso del plazo previsto
en la Ley del Procedimiento Administrativo General o por normas especiales, el plazo
para el tercero legitimado será de tres meses.
Cuando se pretenda impugnar actuaciones materiales que no se sustenten en actos
administrativos el plazo será de tres meses a contar desde el día siguiente en que se
tomó conocimiento de las referidas actuaciones.
Todos los plazos señalados son de caducidad, por lo que no cabe interrupción ni
suspensión del cómputo del plazo.
Sin perjuicio de ello, los efectos del acto impugnado deberán suspenderse si así lo
dispone el juez a través de una medida cautelar.
En la doctrina procesal, los medios impugnatorios son actos procesales de la parte que se
estima agraviada por un acto de resolución del Juez o tribunal, por lo que acude al mismo o a
otro superior, pidiendo que revoque o anule el o los actos gravosos, siguiendo el
procedimiento previsto en las leyes.
De esta forma, ante determinada resolución que incurre en un error (error In Iudicando) o
vicio (error In Procedendo), la parte solicita la revisión de dicho acto con la finalidad que se
revoque (en los casos del error in iudicando) o se anule (en los casos del error in procedendo).
Los medios impugnatorios dentro del proceso contencioso administrativo son, en términos
generales, los mismos del proceso civil.
A. El recurso de reposición.
Es un medio impugnatorio impropio por medio del cual se denuncian los errores en los que
ha incurrido el juez al expedir un decreto. Se dice que es un medio impugnatorio impropio
53
pues es planteado ante el mismo Juez que cometió el error para que sea él mismo quien
revise y corrija la resolución impugnada.
B. El recurso de apelación.
Es un medio impugnatorio ordinario y propio por medio del cual se denuncian los errores
en los que ha incurrido el juez al expedir un auto o una sentencia. Se dice que es un medio
impugnatorio propio pues es planteado ante el mismo Juez que cometió el vicio para que
éste, luego examinar sus requisitos de admisibilidad y procedencia, lo eleve al órgano
superior, con la finalidad de que sea este último quien revise el error denunciado y, en su
caso, anule o revoque, la resolución impugnada.
El recurso de apelación es el medio impugnatorio a través del cual las partes ejercen el
derecho constitucional a la doble instancia.
c. El recurso de Casación.
1. Contra las sentencias que hayan sido expedidas en revisión por las Cortes
Superiores.
2. Contra los autos expedidos por las Cortes Superiores que, en revisión, ponen fin al
proceso.
Ello se debe a que en el sistema del proceso contencioso administrativo adoptado por la
Ley, el inicio del proceso contencioso administrativo no suspende la ejecución del acto
administrativo, el mismo que podría ser ejecutado, lo que eventualmente podría hacer
irreparable el daño originado a la situación jurídica cuya tutela se solicita en el proceso.
Siendo ello así, la medida cautelar que típicamente corresponde al proceso contencioso
administrativo será la suspensión de la actuación administrativa impugnada, de ahí la especial
procedencia de la misma.
54
en la efectiva tutela de las situaciones jurídicas materiales que el proceso está llamado a
hacer valer.
Para que se conceda la medida cautelar se deben cumplir los siguientes requisitos47:
Cuando la demanda sea declarada fundada, la sentencia podrá declarar, de acuerdo a las
pretensiones planteadas, lo siguiente:
47
NORTHCOTE SANDOVAL, C: Op. Cit. Pág. 4.
55
El plazo en el que la administración debe cumplir con realizar una determinada
actuación a la que está obligada, sin perjuicio de poner en conocimiento del
Ministerio Público el incumplimiento para el inicio del proceso penal correspondiente
y la determinación de los daños y perjuicios que resulten de dicho incumplimiento.
El monto de la indemnización por los daños y perjuicios ocasionados. Asimismo, la
sentencia deberá señalar el tipo de obligación a cargo de la entidad, el titular de la
obligación, el funcionario a cargo de cumplirla y el plazo para su ejecución.
Cuando la sentencia ordene el pago de una suma de dinero, dicho mandato será atendido
por el pliego presupuestario en donde se generó la deuda, bajo responsabilidad del Titular del
Pliego.
Para tal efecto, la oficina general de administración o la que haga sus veces del pliego
presupuestario requerido deberá proceder conforme al mandato judicial y dentro del marco
de las leyes anuales de presupuesto.
Si luego de seis meses contados desde la notificación de la sentencia sin que se hubiera
iniciado el pago o se hubieran efectuado las gestiones presupuestarias antes detalladas, se
podrá iniciar el proceso de ejecución de resoluciones judiciales previsto en el artículo 713° y
siguiente del Código Procesal Civil.
56
Finalmente, en el proceso contencioso administrativo no procede la condena de costos y
costas.
CONCLUSION
57
pública, con el objeto de cautelar los derechos de los ciudadanos, así como de garantizar la
constitucionalidad y legalidad de su actuación frente a los administrados.
Está recogida en el Artículo 148 de nuestra Constitución Política que establece que “Las
resoluciones administrativas que causan estado son susceptibles de impugnación mediante la
acción contencioso-administrativa” y tiene por normas antecesoras al Artículo 240° de la
Constitución de 1979 y el artículo 11° de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1963 que
determinó que los jueces no admitirían la impugnación de las resoluciones administrativas de
carácter particular, sino se había agotado previamente la vía correspondiente.
Los órganos que cumplen la función administrativa, se relacionan con los sujetos
administrados mediante actuaciones previstas por la ley, entre las cuales sólo los actos
administrativos los vinculan directamente. Pero su emisión y ejecución (sujeta a requisitos,
plazos, etc.), necesitan acciones (como las actuaciones materiales) y posibilita contingencias
(como el silencio administrativo), que también ponen en contacto a ambas partes. La
incidencia -positiva o negativa- de la Administración sobre los derechos e intereses de los
administrados, se produce en cualquiera de esas formas.
BIBLIOGRAFIA
58
DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge. “El Proceso Contencioso Administrativo en el Perú”. En:
Hechos de la Justicia, N° 10, revista electrónica editada por jueces peruanos.
PRIORI POSADA. G., “La Nueva Ley del Proceso Contencioso Administrativo: Una
aproximación general”. En: http://derechogeneral.blogspot.pe/2012/03/la-nueva-
ley-del-proceso-contencioso.html
59