Estructura externa.
Se trata de un poema formado por seis coplas; por tanto los versos se agrupan
de cuatro en cuatro. Miden ocho sílabas, octosílabos de arte menor, excepto el
último verso de cada estrofa que es un hexasílabo. La rima es asonante en los
pares quedando libres los impares. El ritmo es trocaico al caer el acento
estrófico en sílaba impar.
Encontramos un encabalgamiento suave en los versos 9 y 19: “Cuando la
muerte vidrie de mis ojos el cristal”.
Estructura interna.
Podemos dividir el poema en tres partes que corresponden a momentos
diferentes relacionados con la muerte del poeta.
1ª parte, 1/8. El poeta se atormenta pensando quién estará con él en la
agonía.
2ª parte, 9/16. Esa misma angustia se expresa al aventurar quién le cerrará
los ojos y quién rezará por él.
3ª parte, 17/24 Se pregunta quién visitará su tumba y quién se acordará de él
una vez ya fallecido.
Tema.
Angustia que siente el poeta al pensar si cuando muera estará solo y si alguien
se acordará de él.
La rima pertenece al grupo de rimas que plantea temas existenciales: la
muerte, la soledad…
Resumen.
El poeta reflexiona sobre su muerte, centrándose en si estará solo o habrá
alguien a su lado. Así se pregunta si en la agonía alguien le consolará y le
prestará cariño. Cuando ya haya fallecido si alguien se encargará de su
cuerpo, si habrá personas que, en definitiva, oren por él cuando doblen las
campanas, visiten su tumba o simplemente se acuerden de que existió.