Estamos rodeados de muchos sucesos aleatorios en nuestra vida diaria y mucho de estos por no
decir la gran mayoría no podremos predecir su resultado con exactitud, aun así, intentamos guiarnos
u orientarnos hacia una posible situación que nos pueda ocurrir a futuro por medio de factores
externos o suceso repetitivos, aproximándonos a la probabilidad más alta de que ocurra, mas no
llegando a su 100% de precisión.
Mientras más sucesos tengamos, más próximo estaremos de encontrar o descifrar el patrón que
causa dichos actos. Este tipo de patrones se los encuentra también en campos de ingeniería y
ciencias. Dos aplicaciones principales de la teoría de la probabilidad en el día a día son en el análisis
de riesgo y en el comercio de los mercados de materias primas. Los gobiernos normalmente aplican
métodos probabilísticos en regulación ambiental donde se les llama "análisis de vías de dispersión",
y a menudo miden el bienestar usando métodos que son estocásticos por naturaleza, y escogen qué
proyectos emprender basándose en análisis estadísticos de su probable efecto en la población como
un conjunto.
No es correcto decir que la estadística está incluida en el propio modelado, ya que típicamente los
análisis de riesgo son para una única vez y por lo tanto requieren más modelos de probabilidad
fundamentales, por ejemplo, la probabilidad de otro 11-S. Una ley de números pequeños tiende a
aplicarse a todas aquellas elecciones y percepciones del efecto de estas elecciones, lo que hace de
las medidas probabilísticas un tema político.