¿Quiere todo esto decir que se aproxima la caída del código binario sexo-género con el
se programan los cuerpos? ¿que desaparecerán las distintas formas de discriminación?
Mientras la anatomía siga estableciendo la norma, el sistema sexo-género-deseo sexual
conservará su estructura dicotomica y excluyente, se seguirá atribuyendo una identidad
de género que coincida con el sexo con el que se nació y un deseo por el sexo opuesto
en base al fin natural: se es mujer o se es varón cis.
Sin embargo, hoy en día, el grado de conciencia sobre la equidad y la libertad de ser, vivir
y sentir acorde al propio deseo más allá de lo que se espera de nosotros, se abre paso en
la mente de los jóvenes. Quizás la Generación Z pueda brindar a aquellos que siguen
viviendo bajo sólidos estereotipos, otra versión que configure la comprensión y el respeto
hacia otros modos de existencia y continuar con la herencia de la lucha por la
desconexión de la red sexo-género-erotismo-rol social.