PREDICAR
NUESTRO PRINCIPAL OBJETIVO COMO
PREDICADORES ES ANUNCIAR A CRISTO
La esencia de la predicación se basa en quien es Jesucristo, que vino a hacer por nosotros,
y que Él realmente nos vino a buscar, por tal motivo te dejaremos las 7 cosas que debes
evitar al predicar.
Sin duda alguna predicar es una tarea de las más complicadas que tenemos hoy en día en
nuestras iglesias, pero ¿por qué difíciles? difíciles por el hecho de que no todo el mundo
quiere estudiar la Biblia para hacer un buen sermón, y muchas personas andan por ahí
contando simplemente sus sueños, "visiones", experiencias, lo que escucharon de un tele-
evangelista, y muchas otras cosas sin sentido.
Muchos predicadores en la actualidad escogen un versículo para crear una doctrina, hasta
llegar a crearse sectas basadas en un solo versículo, tenemos que tener mucho cuidado
con esto, ya que no estamos dando el mensaje correcto que quiere dar a entender el autor
original, por eso como consejo siempre que vayas a ocupar un texto, tienes que leer antes
y después para verificar que la idea esté en el orden correcto.
Charles Spurgeon en una ocasión dijo lo siguiente: "¿No hay Cristo en tu sermón,
caballero? Entonces vete a casa y nunca prediques de nuevo hasta que tengas algo que
valga la pena oír".
Todo predicador debe tener suficiente amor, porque realmente estamos predicando un
mensaje duro y fuerte, el Evangelio tiene un mensaje que va en contra de la naturaleza
pecaminosa del hombre, pero debemos aprender a hablar sazonado con sal, es decir, a
hablar las cosas claras, pero de una forma que sea comprensible para el que nos escucha,
no dejando de lado las verdades del Evangelio.
Tenemos que buscar un equilibrio entre cuanto tiempo predicar, hay que estar atentos a
no extendernos más de lo necesario, debes asegurarte que lo que vas a decir, previamente
ya hiciste una medición de cuanto vas a tardar, de no ser así, tienes que hacer una serie de
predicaciones del tema, y ahí debes de ir cortando cada parte de la serie.
Esperamos que estos consejos te ayuden a ser un mejor predicador del Evangelio.