El movimiento artesano de mediados del siglo XIX es sin lugar a dudas uno de los
movimientos sociales más complejos en la historia de Colombia. En este trabajo se busca
hacer un paneo sobre las distintas características que se le han atribuido, políticas,
sociales, económicas e ideológicas.
1
Gonzáles, Florentino. Cit. por Francisco Gutiérrez de Sanín. Curso y discurso del movimiento plebeyo
1849/1854. El Áncora Editores, Bogotá, 1995.
2
Ibídem.
3
El liberalismo manchesteriano fue la política económica que predominó luego de la industrialización, la
cual promovía un librecambio sin condiciones y una total libertad económica.
Ahora, la reacción contra las medidas librecambistas de González se materializó en
mayo de 1846 cuando "230 artesanos solicitaron al Congreso mantener los niveles
existentes de protección arancelaria frente a las mercancías extranjeras que compitieran
con sus propios productos... [y] hablando en nombre de unos 2000 artesanos bogotanos y
sus familias, y de los artesanos de otras regiones del país, los peticionarios argumentaron
que ellos constituían un sector productivo crucial de la economía doméstica[...]" (Sowell,
2006) Sin embargo, ante la negativa del gobierno que a pesar de las peticiones de los
artesanos redujo en un 33% el arancel a las importaciones, en 1847 Lorenzo María Lleras
junto con Ambrosio López crearon la primera Sociedad Democrática de Artesanos,
institución que representó los intereses de los artesanos y politizó a esa población antes
alejada de la política del país.
Para las elecciones de 1849 los artesanos ya tenían un candidato liberal y que
prometía cuidar las manufacturas nacionales: José Hilario López. Las Democráticas no
estaban dispuestas a dejar la elección de su presidente a la voluntad de la mayoría
conservadora que para entonces existía en el congreso, por lo que se aseguraron de que
en el reconteo López saliera vencedor, y en palabras de Gustavo Vargas:
"El gobierno del General José Hilario López se caracterizó por la reforma profunda
de las estructura constitucional del país, en forma tan variada y completa que incluía tanto
la supresión del tratamiento oficial de los magistrados cambiándolo por el de ciudadanos,
hasta la abolición de la pena de muerte y la manumisión de los esclavos. Se dio libertad
absoluta a la prensa y se organizó la Comisión Corográfica, y finalmente se aplicó el
decreto sobre expulsión de los jesuitas, que serviría de pretexto para el levantamiento
armado del conservatismo en 1851." (Vargas, 1972, pág. 62)
Así, el 17 de abril de 1854, parte del ejército junto con los artesanos deciden
tomarse el poder pero necesitaban del general Obando por lo que le ofrecen su respaldo
para implantar una dictadura, sin embargo, éste se niega y lo desconocen como
presidente por lo cual Melo asume entonces el mando civil y militar de la Nueva Granada;
sin embargo su gobierno no duró más que unos pocos meses, entre las razones de su
derrota están la deserción de Obando aunque el gobierno fue realmente depuesto por la
derrota militar frente a la coalición Gólgota-Conservadora.
Sobre la ideología de las Democráticas, Francisco Gutiérrez de Sanín nos muestra que la
podemos rastrear en sus reglamentos internos, donde por ejemplo, en el artículo 17,
sobre los deberes de los socios, encontramos que uno de ellos es "2. Protejerse
mutuamente i no mirar con indiferencia la suerte de ninguno de sus consocios."4 Lo que
manifiesta el mutualismo que bien pudo haber sido resultado de la influencia del
socialismo que cobraba fuerza en Europa.
Por otra parte, Jaime Jaramillo Uribe, definiendo a las Democráticas como las primeras
formas de organización política que conoció la nación, también las enmarca como
sociedades donde se manifiesta la influencia del romanticismo Francés cuando afirma que
"fueron también el medio social y psicológico en que tomaron cuerpo las influencias
políticas de la Revolución Francesa del 48, sobre todo sus tendencias utópicas y
románticas que tenían en los sectores artesanales de la misma Francia su mejor medio de
cultivo." (Jaramillo U., 1977, pág. 209) Esta influencia romántica también la vemos en el
hecho de que por lo menos algunos sectores del artesanado, siempre tuvo pretensiones
de ser letrado.
4
En: Gaviria L., Enrique. El Liberalismo y la insurrección de los artesanos contra el librecambio. Editorial
Temis S.A, Bogotá, 2012. Anexo III.
"El Movimiento político liberal que se inició en 1848 y 1849 fue en gran parte producto
indirecto de las revolución que instauró en Francia en el primero de dichos años, el
sistema republicano. De 1849 en adelante tuvimos un verdadero alud de utopía y
paradojas francesas.[...] Para algunos eran el maestro Lamartine, que acababa de publicar
la poética leyenda de los girondinos y cuyas líricas producciones, impregnadas de sabor
religioso, habían sido leídas con avidez por una parte de la nueva generación de literato.
Otros se dedicaban más a estudios económicos y se empapaban en las utopías de Luis
Blanc, Proudhon y toda la escuela de socialistas."5
Podría pensarse que debido a sus tendencias socialistas y liberales, los artesanos se
alejaban de la religión y la iglesia, sin embargo eran sus más fervientes defensores,
concediendo a la religión características civilizadoras.
5
Núñez, Rafael: Cit. por Nieto Arteta. Economía y cultura en la historia de Colombia. Ediciones Tercer
Mundo, Bogotá, 1962, pg.231
En un comunicado con fecha del 5 de mayo de 1846, donde los artesanos protestan en
contra de las medidas librecambistas de Florentino González, podemos encontrar el
primer y tal vez más importante elemento cohesionador del movimiento artesanal: “…lo
único que solicitamos es que se conserven las restricciones que hasta hoy han existido con
cierta clase de manufacturas, i que con tanta ventaja se han adoptado en otros pueblos,
aun para el comercio recíproco de telas i efectos de todas clases que no se producen
entres nosotros.” 6 Este es pues el principal propósito que tienen las Sociedades
Democráticas: proteger las artes pero sin perjudicar la economía de la República y así lo
afirman más de nuevo más adelante en el mismo comunicado:
Luego, debían legitimarse frente al resto de la población y conseguir su apoyo, con lo cual,
empezaron a manifestar que no sólo buscaban protección a su labor sino que también
defendían la religión y la iglesia, pues como lo afirma Gutiérrez Sanín, “es indudable que
los valores y rituales católicos estaban hondamente entronizados en las vidas de los
artesanos.” (Gutiérrez Sanín, 1995) Un ejemplo lo encontramos en El Desengaño de
Ambrosio López, cuando defiende la religión frente a los rojos violentos que la atacan; sus
palabras son muy claras: “[…] mirad que la Relijión de nuestro Señor Jesucristo en nada
nos ofende, ni en nada nos perjudica, ella i ellos son nuestro apoyo i nuestra felicidad.”
(López, 1985)
6
En: Gaviria L., Enrique. El Liberalismo y la insurrección de los artesanos contra el librecambio. Editorial
Temis S.A, Bogotá, 2012. Anexo II
7
Ibídem
Aunque López se retira8 de la Sociedad Democrática de Bogotá, su sentir sobre la religión
es el sentir de todos los artesanos, aunque difieren en algunos aspectos, sobre todo
respecto a los clérigos; Emeterio Heredia, en su contestación al Desengaño, le aclara:
“primero se acaba el mundo que desaparecer la relijion, aunque no hubiera con qué
tributarle culto a la Divinidad, como dices ¡Torpeǃ la relijion no se acaba porque la relijion
es grande, es Dios mismo; aunque los rojos violentos mataran desde el Papa hasta el
último sacerdote, la Relijion no desaparece.” (Heredia, 1985)
Por otra parte, los artesanos también se autodenominaban como grandes defensores de
la patria, la república y sus principios de libertad, igualdad y fraternidad; y que nunca
desobedecerían la constitución que les rige; con lo cual, en el comunicado donde anuncian
su apoyo a la candidatura de José Hilario López a la presidencia, afirman: “[…] la patria
ante todo; que su prosperidad sea el fin que nos propongamos, y la elección del candidato
republicano el medio de que nos valgamos para alcanzarlo.”9 Mientras tanto, en el
programa de la sociedad de artesanos de San Gil, El primero de sus artículos rezaba: “1. El
fin de esta Sociedad es el progreso moral, industrial i político de sus miembros mediante
la aplicación práctica de los principio de libertad, igualdad i fraternidad.”10Luego, estando
bien apuntalados los retardados ideales independentistas, ahora, se traducía todo aquello
en un patriotismo afrancesado atravesado por el ideario de la revolución del 48 e
imbricado con el discurso veintejuliero que permeaba la política bogotana de mediados
del siglo XIX.
Ahora, su último elemento cohesionador parece ser la educación, si se lee desde los
planteamientos que hacen desde sus programas, las Democráticas luchan por la
8
A pesar de que se retira la animadversión recíproca entre los miembros de la Sociedad Democrática y
Ambrosio López, éstos decidieron apuntalar el retiro de López con su expulsión pública.
9
Ibídem. Anexo IV
10
Ibíd. Anexo V
instrucción de sus miembros y porque conozcan sus derechos para poder defenderlos, así
lo establece el artículo 13 del programa de la Sociedad de Artesanos de San Gil, donde
dice que “la Sociedad de Artesanos de San Jil ofrece a sus miembros instrucción i
protección para conocer sus derechos i defenderlos oportunamente, i para mejorar la
industria u oficio a que estén dedicados.”11 Francisco Gutiérrez Sanín nos da una mejor
idea de la posición que tenían frente a la educación las democráticas cuando afirma que
los artesanos buscaban instruirse entre ellos para salir de la ignorancia, la cual era la
fuente de la dominación que ejercía la clase alta, además la educación era moralizadora,
civilizadora y libertadora de los ciudadanos.
Así pues, Rodrigo Torrejano en su artículo “El perfil político de las Sociedades
Democráticas de Artesanos”, no se equivoca al afirmar que las Democráticas defendían
cuatro pilares fundamentales en la nación, a saber:
En este acápite Francisco Gutiérrez de Sanín será nuestro guía, pues en su trabajo “Curso y
Discurso del movimiento plebeyo” hace una excelente descripción del imaginario que
tenían los artesanos sobre ellos mismos. Así, los artesanos agrupados alrededor de las
Sociedades Democráticas se consideraban nacionalistas y americanistas por excelencia
(como ya lo vimos en su defensa a la patria), ciudadanos virtuosos, honrados y sin
embargo, despreciados por la sociedad, esto lo podemos observar en el texto que
publican apoyando la candidatura de Eusebio Borrero a la presidencia en 1844, en el cual
11
Ibíd.
afirman que no son “ mas que unos honrados artesanos á quienes la ambición i el lenguaje
de la ignorancia dan el título de plebeyo; somos unos hombres sin fortuna que no
tenemos más herencia de nuestros padres que la memoria de la esclavitud que
sufrieron.”12
Ellos desde que empiezan a participar en política parecen tener claros sus propósitos,
como ya lo vimos anteriormente, a saber, proteger las artes frente a las manufacturas
extranjeras, defender la religión, fomentar la instrucción y preservar la patria; sin
embargo, al estar a la merced de la retórica de los políticos se equivocan al confiar en uno
u otro que le hace creer que defenderá sus intereses cuando su verdadero propósito es
ganar el poder político que otorgaba el favor de las democráticas.
12
En: Escobar R., Carmen. La revolución liberal y la protesta del artesanado. Fondo Editorial Suramericana
Ltda. Bogotá. Anexo I
la Constitución y las garantías de los artesanos, y no se equivocaron en apoyarlo, pues al
perder las elecciones el país quedó en manos de Tomás Cipriano de Mosquera, liberal a su
vez, pero de quien desconfiaban los artesanos, y las medidas económicas tomadas por su
secretario de Hacienda Florentino González justificaría más tarde su desconfianza.
Luego, optan por apoyar a un liberal Gólgota13, en quien fijan todos sus recursos para que
salga elegido presidente y lo logran, con lo cual se posesiona como presidente en Mayo de
1849, sin embargo, el gobierno de López terminó siendo realmente decepcionante para
los artesanos pues “una vez conseguidos los objetivos del movimiento liberal que llevó al
poder al General López, conquistado el control del Estado y sobre todo del Congreso, la
fracción liberal de la naciente burguesía comercial comenzó a mirar a los artesanos como
socios incómodos…” (Jaramillo U., 1977) lo que ocasionó que en las próximas elecciones el
artesanado se alejara completamente del lopismo, pues este tampoco había hecho nada
para proteger la producción nacional, lo que ocasionó que el artesanado finalmente se
acercara al liberalismo draconiano. Estos ires y venires políticos no pasaron
desapercibidos por el artesanado y la sociedad, con lo cual se acentuó –casi podríamos
afirmar que se institucionalizó- aún más la división ideológica entre ellos, en palabras de
Gustavo Vargas:
“no es extraño, por lo tanto, que tres grandes vertientes surgieran de estas
disputas ideológicas: el liberalismo propiamente dicho, de estirpe jacobina,
librecambista y librepensador, frecuentemente con nexos masónicos, llamado en
la época “draconiano”; el radicalismo “Gólgota” partidario también del liberalismo
económico pero compenetrado de un socialismo burgués de características
filantrópicas; y el conservatismo[…]”
Finalmente, para las elecciones de 1853, el draconiano José María Obando es el candidato
oficial de las democráticas. Como era de esperarse, gana las elecciones y al poco tiempo
de posesionarse sanciona la constitución de 1853, que resultaría ser el detonante de la
revolución de los artesanos en 1854. Esta constitución termina perjudicando no sólo a los
13
Liberal radical.
conservadores sino también a los gólgotas, por lo que estos se unen en contra del
gobierno de Obando y le hacen férrea oposición, y el resultado de esta puja termina en el
derrocamiento de Obando, y luego en la derrota del gobierno de hecho encabezado por
José María Melo.
Conclusión
A pesar de haber sido derrotado, no podemos simplemente olvidar que aunque fue por
unos pocos meses, el artesanado llegó al poder bajo la representación de Melo y logró
defenderlo hasta el último momento, por lo que no tememos atenemos a las palabras de
Francisco Gutiérrez de Sanín cuando asevera que el movimiento artesano ha sido La única
revolución triunfante de nuestra historia.
Bibliografía
Escobar Rodriguez, C. (1990). La revolución liberal y la protesta del artesanado. Bogotá: Ediciones
Fondo Editorial Suramerica Ltda.
Gaviria Liévano, E. (2012). El liberalismo y la insurreción de los artesanos contra el librecambio.
Bogotá: Editorial Temis.
Gutiérrez Sanín, F. (1995). Curso y discurso del movimiento plebeyo (1849/1854). Bogotá: El Áncora
Editores.
Jaramillo U., J. (1977). La Personalidad Histórica de Colombia y otros ensayos. Bogotá: Editorial
Andes.
Safford, F., & Palacios, M. (2013). Historia de Colombia: País Fragmentado Sociedad Dividida.
Bogotá: Ediciones Uniandes.
Sowell, D. (2006). Artesanos y política en Bogotá. Bogotá: Ediciones Pensamiento Crítico; Editorial
Círculo de Literauta Alternativa Ltda.
Torrejano V., R. H. (2007). El perfil político de las sociedades democráticas de artesanos (1849-
1851? Diálogo de Saberes , 173-186.
Vargas, G. (1972). Colombia 1854: Melo, los artesanos y el socialismo. Editorial la Oveja Negra.