INTRODUCCIÓN
La cardiopatía es un trastorno devastador en el que el ritmo cardíaco anormal se rompe, lo
que provoca que el corazón lata demasiado rápido, lenta o erráticamente, lo que perjudica
la función cardíaca. La arritmia cardíaca más común es la fibrilación auricular (FA): la FA
afecta al 2.5-3.2% de las personas en todo el mundo, con ~5 millones de nuevos casos
informados anualmente (Chugh et al., 2014). En la FA, la activación eléctrica auricular es
rápida y desorganizada, lo que produce un ritmo ventricular irregular y, a menudo, rápido.
La FA interrumpe el depósito y las funciones de contacto de las aurículas, lo que altera el
llenado ventricular y también produce una estasis de sangre en la aurícula izquierda en
particular (Staerk et al., 2017). La prevalencia de FA aumenta con el envejecimiento
(Benjamin et al., 1994; Chugh et al., 2014) y tiene consecuencias clínicas significativas que
incluyen un aumento de 5 veces en el accidente cerebrovascular, un aumento de 3 veces
en la insuficiencia cardíaca y una duplicación del riesgo para la demencia (Benjamin et al.,
1994; Chugh et al., 2014). El sello distintivo de AF es la activación rápida de las aurículas
desde una o más fuentes localizadas, que pueden ser descargas focales o circuitos
autosostenibles de actividad reentrante. El miocardio auricular distal a la fuente de arritmia
no puede seguir al controlador de alta frecuencia y, en consecuencia, la conducción se
vuelve lenta e irregular (Schotten et al., 2011). La naturaleza progresiva de esta alteración
del ritmo se reconoce en la observación de que "AF engendra AF" (Wijff els et al., 1995).
Los episodios repetidos de FA paroxística, que terminan espontáneamente en horas,
conducen finalmente a una FA persistente. En la FA persistente, la remodelación eléctrica
y estructural auricular amplifica la inestabilidad electrofisiológica que impulsa la FA y los
sustratos reentrantes que la sostienen (Iwasaki et al., 2011). Está bien establecido que el
sistema nervioso autónomo contribuye significativamente a este proceso (Esler, 1992; Chen
et al., 2014; Linz et al., 2014; Ardell y Armour, 2016). La descarga simpatovagal es un
disparador común para la FA paroxística (Tan et al., 2008; Chou y Chen, 2009).
Específicamente, se cree que es proarrítmico al potenciar la actividad ectópica tardía
relacionada con la despolarización a través del aumento de la filtración diastólica de Ca2 +
dependiente de los receptores adrenérgicos β (Dobrev et al., 2011) y estabilizar la actividad
reentrante al reducir la duración del potencial de acción auricular mediante el aumento de
acetilcolina corriente K + dependiente (Kneller et al., 2002). La hiperinervación simpática
auricular y la remodelación del sistema nervioso autónomo contribuyen a ciclos de
retroalimentación positiva que promueven la FA persistente y recurrente (Gould et al., 2006;
Tan et al., 2008; Chou y Chen, 2009; Iwasaki et al., 2011). ) Existe evidencia de desequilibrio
entre los componentes simpático y parasimpático del sistema nervioso autónomo tanto a
nivel del efector como de los órganos terminales (Chen y Tan, 2007; Czick et al., 2016;
Kuyumcu et al., 2017). Además, se argumenta que la remodelación progresiva del plexo
atrial auricular en la FA persistente contribuye al mantenimiento.
FIGURA 1 | (LIPV), vena pulmonar superior derecha (RSPV), vena pulmonar inferior
derecha (RIPV), ventrículo izquierdo (LV), ventrículo derecho (RV) y vena cava inferior (IVC)
se muestran. (B) Representación esquemática de la interconectividad en los ganglios
cardíacos que muestra los tipos de sinapsis observadas en los estudios de microscopía
electrónica (Shvalev y Sosunov, 1985; Armor et al., 1997; Pauziene y Pauza, 2003): (a)
sinapsis axo-dendrítica formada por adrenérgicos terminal del nervio; (b) varicosidad
adrenérgica sin cubierta glial; (c) sinapsis axonoaxona; (d) dos axones que forman sinapsis
axo-dendríticas en una única dendrita; (e) sinapsis axo-dendrítica en la espina dendrítica;
(f) varicosidad colinérgica sin envoltura glial; (g) un solo axón formando sinapsis axo-
dendríticas en dos dendritas; (h) terminación nerviosa aferente; (i) sinapsis axo-dendrítica
en saliente de tipo espina pequeña desde el soma; (j) sinapsis axo-somática; (k) contacto
del terminal nervioso aferente con la célula SIF; (l) sinapsis eferente (soma-axonal) hecha
por la célula SIF con el terminal nervioso colinérgico; (m) sinapsis formada entre la
terminación nerviosa colinérgica y el proceso de la célula SIF; (n) sinapsis aferente
(axosomática) hecha entre la célula SIF y la terminación nerviosa colinérgica; (o) sinapsis
formada entre el proceso de células SIF y la dendrita neuronal; (p) terminación nerviosa
aferente de la neurona sensorial; (q) sinapsis axo-dendrítica entre las neuronas dentro del
GP; (r) sinapsis axo-dendrítica entre la neurona sensorial y otros tipos neuronales.
Modificado de Shvalev y Sosunov (1985).
GANGLIONATED PLEXI GP
Estructura y función neuronal Aunque inicialmente se definieron como grupos de neuronas
colinérgicas, las neuronas GP muestran una heterogeneidad significativa en su morfología,
composición química y fisiología (Edwards et al., 1995; Horackova et al., 1999; Richardson
et al., 2003; Rimmer y Harper, 2006; Tan et al., 2006; McAllen et al., 2011; Wake y Brack,
2016). El análisis inmunocitoquímico ha revelado múltiples subtipos neuroquímicos de
neuronas GP: mientras que la colina acetiltransferasa (ChAT) se expresa en todas las
neuronas principales, las subpoblaciones expresan otros transmisores y neuropéptidos
incluyendo óxido nítrico, serotonina y neuropéptido Y (Mawe et al., 1996; Horackova et al.
., 1999; Singh et al., 1999; Richardson et al., 2003; Adams y Cuevas, 2004; Wake y Brack,
2016). Pequeños grupos de neuronas catecolaminérgicas, llamadas células SIF (pequeñas
fluorescencias intensas), constituyen el 5% de las neuronas GP (Horackova et al., 1999;
Slavíková et al., 2003) donde modulan la transmisión sináptica de las neuronas colinérgicas
(McGrattan et al. , 1987; Gagliardi et al., 1988; Adams y Cuevas, 2004). La presencia de
múltiples variantes neuroquímicas sugiere funciones diferenciales para los péptidos y
neurotransmisores en la modulación de la función de la neurona GP. Distintos subtipos de
neuronas dentro de GP también se han definido electrofisiológicamente en función de la
cinética del potencial de acción, la capacidad de disparar explosiones de potenciales de
acción, propiedades de rectificación y entrada sináptica (Edwards et al., 1995; McAllen et
al., 2011). Esta heterogeneidad dentro de GP sugiere que las neuronas juegan diferentes
roles en el control de las señales eléctricas al corazón (Ardell y Armor, 2016). Además, la
capacidad de las neuronas GP para modular el nivel de actividad parasimpática en el
corazón también sugiere que la comunicación sináptica de las neuronas GP puede
alterarse. Estos cambios sinápticos pueden no solo ajustar la activación autónoma del
corazón, sino que también podrían ser una fuente de cambios desadaptativos, incluida la
arritmogénesis (Choi et al., 2010; Gibbons et al., 2012; Chen et al., 2014; Ajijola et al., 2015;
Ardell et al., 2016).
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