SICOLOGÍA DE LA AUTO-PERFECCIÓN. Lic. JOSÉ ÁNGEL PADRÓN MOLINA.

Svami MahaPremananda-
EL ARTE DE LA TRANSFORMACIÓN HUMANA PARTE (II)
“LA CIENCIA DE LA PAZ”; Estamos entregando una metodología o sadhana que conduce al logro de la
Paz. Ese es su principio teleológico. Pero tengamos en cuenta que la Paz es uno de los términos de un par
de opuestos cuyo contrario es guerra, confrontación, lucha, combate, pelea y más; sea externa o interna.
Quien lee y se detiene a escudriñar la Sagrada a Escritura, el Guita o la Biblia Judeocristiana encontrará un
“Kurushetra”, por lo que es necesaria guerrear para encontrar la Paz, pues la paz no tendría valor ni
significado positivo para nuestra conciencia si no fuese el tope, el resultado, el finiquito de la guerra. Pero
¿contra quién hemos de guerrear (Kurushetra) para conseguir la Paz? ¿Dónde está la Paz que Jesucristo nos
dejó? ¿Dónde están y quienes son nuestros enemigos? a esto responde el mismo Jesucristo parafraseando
al profeta miqueas: Mateo 10:34-39: No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer
la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera
contra su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa. La confrontación no puede
ser más notoria desde el punto de vista exotérico o externo, pero también es esotérico o interior. El que ama
a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí,
no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la
perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Es evidente, los versículos anteriores en apariencia,
contrastan notablemente con otros del mismo evangelio, donde Jesús aboga por la paz y la no violencia,
por ejemplo, las Bienaventuranzas, Mateo 5-9: "Felices los que trabajan por la paz, porque serán
reconocidos como hijos de Dios". Mateo 26:51-53, En el arresto de Jesús, cuando uno de sus discípulos
queriendo luchar, desenvainó su espada cortándole la oreja al sirviente del sumo sacerdote. Jesús le dice:
"guarda la espada a su sitio, pues quien usa la espada, perecerá también por la espada". Hay que mencionar
también, que el mismo Jesús usó la fuerza para limpiar el Templo de los mercaderes, mientras les decía:
"Está escrito que mi casa será casa de oración, mientras ustedes la han convertido en cueva de ladrones".
Mateo 21:12-13. Esto explica que, Jesús no es que declare la guerra, sino que su mensaje es signo de
contradicción para la lucha perenne; buena noticia para los pobres y mala para los poderosos y explotadores,
que tienen como centro de su vida el poder o dominio sobre los demás, son ellos los que empuñan la espada
y provocan muerte de tantos seres humanos. Igualmente lo expuesto en el Guita existen referencias de Sri
Krishna que invitan a guerrear en Kurushetra; Jesús ofrece su Paz como la guerra interior, para destruir
nuestros enemigos; entonces la “Ciencia de la Paz” desde el punto de vista esotérico o interior y con arreglo
al principio fundamental de polaridad o ley de pares de opuestos, es indispensable encender la guerra para
lograr la paz: Recuerda la Vida es una eterna lucha dialéctica de los pares de opuestos; “Quieres sabiduría
mata la ignorancia”, Ud. No puede exhalar si no ha inhalado; no puede evacuar si no ha comido; no puede
tener luz si no tiene oscuridad y los enemigos contra quienes hemos de guerrear están en nuestra propia
casa(interior); es decir, en nuestra naturaleza inferior existen como demonios: envida, adulterio, mentira,
odio, gula, drogadicción, fornicación, maldad, rencor, divorcio, pensamiento, palabra violenta, injusticia, y
todas las cosas a las cuales te apegas creyendo y las identificas como los objetos del mundo exterior que te
dan vida, felicidad y Paz; esto es falso; son el no–yo; “ESAS COSAS” sentencian el aforismo que constituye
el engaño para creer que vivimos y estamos en Paz. Es el período en que alucinamos por maya (ilusión)
pues dice el ego: “yo soy esto” y se identifica con la personalidad, tal engaño es experimentar la dolorosa
inquietud del deseo nunca satisfecho, esta es la continua guerra consigo mismo y con los demás, estos
“Yos” (Egoísmos, Egolatrías, Narcisismos, Presunciones) convertidos en y con nosotros; se hacen dolor,
enfermedad y desasosiego; pero en cuanto se reconocen que no son nuestra verdadera esencia y se entra en
el sendero de la renunciación, se dice: “yo no soy esto”, entonces matamos todo deseo, nuestro más
acérrimo enemigo; se identifican los demás “Yos” superiores en una síntesis del pratyagâtmâ o Yo
Universal Supremo, amor, bondad, justicia, fe y otros más, logrando la final victoria sobre nuestra
naturaleza inferior, surge la inefable Paz que supera toda comprensión intelectual. Y esta reflexión viene
en el gozo de la meditación, que identifica que somos la esencia Divina en un cuerpo Humano. “Cuando
renuncie a todo seré mi propio dueño” OMTATSAT Svami MahaPremananda.