• Defenderse es una acción de toda la persona y se expresa con un acto, gesto, emoción,
respuesta. Su objetivo es preservar lo que creemos que es nuestra identidad. No está
dirigido contra los demás.
• Los mecanismos se vuelven negativos cuando las formas de contacto que generan ya
no satisfacen las necesidades actuales de la persona. Cuando se quedaron rígidos.
• Sin embargo, los eventos críticos -que se viven como amenazantes- pueden rigidizar o
impedir el crecimiento (neurosis). La neurosis es la relación fija entre forma y contenido,
el cómo y el qué. Es un círculo vicioso.
• Es un error metodológico intentar modificar las “gestalt fijas” (la relación contenido-
forma) llegando al contenido como primer objetivo. Es claro que para crecer hay que
modificar el contenido, la necesidad de vivir defendido, pero es la “forma” (el cómo) la
que impide el contacto en el presente y una experiencia correctiva para modificar la
matriz emocional. Es a la “forma” a la que debemos dirigir todos nuestros esfuerzos
antes que nada. Es en el punto de contacto donde debemos focalizar para observar el
“cómo” esta persona organiza su encuentro y no al “por qué” lo hace. Cómo convierte el
presente en pasado y “para qué” lo hace (evitar el dolor, etc.). En el ejemplo que
traíamos, podemos asegurar que sólo cuando nuestro paciente descubra que está
proyectando y deflectando (el cómo, la forma, la actitud evitativa) para preservarse del
miedo que tiene a volver a ser abandonado (contenido), podrá tomar una decisión libre
en cuanto a lo que quiere hacer con su vida.
Alejandro Spangenberg
Terapia Gestalt: un camino de vuelta a casa
Cap. III, pp. 56-62