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Oposición: La Sociedad y el Individuo

Integrantes:

Ochoa Bezada Gian Francis 20120193E

Espinoza Huamali Luis Ángel 20172004I


Introducción

En este trabajo estaremos hablando no solo del tema a tratar sino también de
los conocimientos previos que uno debería tener antes de abarcar el tema de
trabajo. Utilizando ayuda del diccionario filosófico podremos tener un concepto
básico de los puntos más importantes, y con la ayuda de tesis, artículos, y
libros de Aristóteles trataremos de dar una visión más profunda al tema.
Sociedad natural

Antes de entrar de lleno a definir la palabra sociedad que ahora nos ocupa es
fundamental que investiguemos y descubramos el origen etimológico de la
misma. En concreto, podemos subrayar que aquel se encuentra en el latín y
más exactamente en el término sociĕtas.

Sociedad es un término que describe a un grupo de individuos marcados por


una cultura en común, un cierto folclore y criterios compartidos que condicionan
sus costumbres y estilo de vida y que se relacionan entre sí en el marco de
una comunidad. Aunque las sociedades más desarrolladas son las humanas
(de cuyo estudio se encargan las ciencias sociales como la sociología y
la antropología), también existen las sociedades animales (abordadas desde
la socio biología o la etología social).

En este último sentido, por tanto, podríamos decir que las sociedades de
animales son aquellas que se van constituyendo de una forma totalmente
natural. Así, de esta manera, un ejemplo de lo que estamos señalando sería el
siguiente: “El profesor de Ciencias Naturales nos subrayó que las abejas son
unos de los grupos de seres vivos que viven en sociedad”.

Individuo

Individuo es un término con origen en el latín individuus y que refiere a lo


que no puede ser dividido. Se trata, por lo tanto, de una unidad
independiente (frente a otras unidades) o de una unidad elemental (respecto a
un sistema mayor).

El concepto implica diversas consideraciones en el campo de la lógica y


la filosofía. Un individuo es uno frente a una pluralidad (muchos individuos). El
individuo, por lo tanto, tiene un referente individual, aunque también puede
tratarse de un individuo indeterminado de una cierta clase.

Por ejemplo: un trío de amigos que caminan por la calle está compuesto por
tres individuos. Cada uno de ellos tiene un nombre (Juan, Ricardo y Pedro)
pero, para aquellos que no conocen sus identidades, son apenas tres
individuos. Este grupo, sin embargo, puede considerarse como uno frente a
otros grupos de gente. Así, según el contexto, podría hablarse de un grupo
individual entre una multitud de grupos.

La individualidad de cada ser vivo puede analizarse desde diversos puntos de


vista; la concepción más ampliamente aceptada la asocia a los rasgos únicos e
irrepetibles de cada uno, y de esta forma de entenderla se desprenden dos
posibles valoraciones: que cada individuo es indispensable, ya que no existe
manera de reemplazarlo por otro; que sólo ciertos individuos son importantes, y
en las características propias de cada uno se encuentran las razones para
decidir quiénes lo son.

Todo movimiento en favor de los derechos de los seres vivos se apoyan en que
cada individuo vale y debe ser respetado, de modo que no puede aceptarse
ninguna forma de discriminación para decidir quién puede vivir; el especismo
es una de las peores combinaciones de malos entendidos y contradicciones, ya
que otorga a ciertas especies el derecho a ser amadas y protegidas, y a otras,
la condena de ser explotadas y asesinadas, pero también establece una
jerarquía entre sus respectivos individuos.

Resulta interesante acentuar que no solemos encontrarnos con individuos que


no formen parte de un grupo: tanto los seres que pertenecen a una
misma especie, como aquellos que comparten sus raíces o sus creencias,
partimos de un origen común para realizar la distinción de entidades
indivisibles. Por lo tanto, existe un matiz que enlaza la cualidad de único e
independiente a la posición dentro de un sistema de mayores dimensiones, en
el cual ningún individuo está solo.

Persona

En el lenguaje cotidiano, la palabra persona hace referencia a un ser con poder


de raciocinio que posee conciencia sobre sí mismo y que cuenta con su
propia identidad. El ejemplo excluyente suele ser el hombre, aunque algunos
extienden el concepto a otras especies que pueblan este planeta.
Una persona es un ser capaz de vivir en sociedad y que tiene sensibilidad,
además de contar con inteligencia y voluntad, aspectos típicos de la
humanidad. Para la psicología, una persona es alguien específico (el concepto
abarca los aspectos físicos y psíquicos del sujeto que lo definen en función de
su condición de singular y único).

En el ámbito del derecho, una persona es todo ente que, por sus
características, está habilitado para tener derechos y asumir obligaciones. Por
eso se habla de distintos tipos de personas: personas físicas (como se define a
los seres humanos) y personas de existencia ideal o jurídica (grupo donde se
agrupan las corporaciones, las sociedades, el Estado, las organizaciones
sociales, etc.).

Las personas físicas o naturales están contempladas desde un concepto de


naturaleza jurídica que fue elaborado por juristas romanos. En la actualidad, las
personas físicas cuentan, por el solo hecho de existir, con diversos atributos
reconocidos por el derecho.

Las personas jurídicas o morales son aquellos entes que, para llevar a cabo
ciertos propósitos de alcance colectivo, están respaldados por normas jurídicas
que les reconocen capacidad para ser titulares de derechos y contraer
obligaciones.

Por último, cabe destacar que se denomina como persona gramatical al rasgo
gramatical básico que reflejan los denominados pronombres personales. Esta
propiedad brinda la posibilidad de regular el modo deíctico que se requiere para
determinar qué rol ocupan el hablante, los oyentes y el resto de los
involucrados en la estructura de la predicación. En el idioma español, existen
tres personas gramaticales en singular y otras tres personas en plural.

Definiciones y tradiciones:

En la filosofía el concepto de persona ha sido motivo de extensos debates.


Entre las teorías que se han elaborado hay tres que son las que han adquirido
más aceptación.

Persona es un término latino que tiene su equivalente en el griego y


es prósopon, que hace referencia a las máscaras que utilizaban los actores en
el teatro clásico. De este modo, de acuerdo a la etimología podríamos decir
que persona prósopon significa personaje.

Otra explicación etimológica afirma que persona proviene de persono que viene
del infinitivo personare que significa hacer sonar la voz, puede tener conexión
con la explicación anterior en tanto y en cuanto los actores realizan esta acción
para hacerse oír en el teatro.

La tercera teoría se inclina a encontrar el significado del término en una raíz


jurídica, considerando que hace referencia a un sujeto legal, con deberes y
obligaciones. Es la teoría es la que ha influido más firmemente en los
usos filosófico y teológico.

El intelectual San Agustín afirmaba que un individuo podía ser considerado


persona por su capacidad de autorreflexión, es decir que siendo consciente de
sus limitaciones y responsabilidades frente a Dios, debe analizar cada uno de
sus actos para que ellos no lo delaten y lo alejen del camino de la verdad y la
felicidad (en esta teoría se basan la mayoría de los teólogos de la Iglesia
Católica).

Uno de los autores fundamentales a la hora de definir el concepto de persona


es Boecio. Su teoría acerca del concepto es la más aceptada hoy en día. Dice
que una persona es naturae rationalis individua substantia. Es decir es de
naturaleza racional y es la razón lo que le sirve para demostrar su esencia
individual, estoy da a entender que antes de ser un ser sociable, el individuo es
persona, libre y con capacidad de razonar y decidir sobre sus actos.

Por su parte, la antropología contemporánea afirma que la persona es un todo


estructural que se abre al mundo y a los otros seres vivos. Un sujeto
independiente y libre frente a otros objetos y sujetos.

Para terminar podemos decir que existen cinco formas de definir el concepto,
teniendo en cuenta la línea ideológica e intereses de quien lo define. Estos son:

*Persona como sustancia: atribución de propiedades particulares tales como


independencia y raciocinio (Aristóteles, Boecio y Edad Media).

*Persona como ser pensante: un sujeto epistemológico donde la razón supera


a su existencia física (Pensamiento Moderno).
*Persona como ser ético: individuo absolutamente libre, pero sujeto a una
obligación moral, respondiendo a un conjunto de leyes divinas antes que a las
leyes de su propia naturaleza (Estoicos, Kant y Fichte).

*Persona como ente jurídico: individuo sujeto a leyes intrínsecas de su esencia


que están relacionadas con los derechos universales. Dicha característica, está
por encima de la esencia ética del ser.

*Persona religiosa: individuos ligados a una fe, cumpliendo mandatos divinos y


buscando la verdadera libertad. (Existencialismo y Personalismo, tradición
judeo-cristiana, San Agustín, Pascal, Kierkegaard).

Sociedad natural / Sociedad política

Una definición de sociedad política, fundada en las interrelaciones subjetivas


de sus individuos (convivencia según pautas, dominación, disputas…) obligará
a incluir a las sociedades humanas más primitivas entre las sociedades
políticas; por la misma razón habría que incluir a las sociedades de insectos o
de primates. Afirmamos que existe la posibilidad de pensar en sociedades
humanas cuyas características políticas, en sentido amplio, aun
siendo específicas puedan seguir siendo cogenéricas (convivencia,
dominación); pero que hay sociedades humanas cuyas características políticas
no se encuentran de ningún modo en el plano zoológico (es imposible
encontrar el correlato de un parlamento en una sociedad de macacos) y habrá
que interpretarlas como supra genéricas. Insistimos en la tesis de la existencia
primitiva de sociedades humanas que todavía no han alcanzado la forma de
sociedades políticas, y hablaremos de sociedades humanas naturales. Desde
la perspectiva de las categorías políticas, la línea divisoria entre las sociedades
naturales y las políticas no la trazaríamos siguiendo la frontera que separa a los
primates no humanos de los humanos, sino que la adelantaríamos, de suerte
que la sociedad natural incluya, desde el punto de vista político, tanto a bandas
de babuinos o de gorilas descritos por los etólogos como a las bandas y clanes
de grupos locales bosquimanos, esquimales o shoshonis descritos por los
etnólogos.
Otro punto de importancia en la cuestión de la distinción entre sociedades
naturales y sociedades políticas es aquel que hace referencia a su
formato holótico. Con frecuencia se presupone que al hablar de sociedades
naturales nos referimos a una clase disyunta de la clase que engloba a las
sociedades políticas. Esto supuesto, cuando se trata de atenuar ese corte
abrupto lo que se hace es introducir totalidades intermedias, eslabones que
siguen siendo separados abruptamente. Con todo esto se olvida que el material
que nos disponemos a clasificar es, en gran medida, el mismo: la sociedad
humana que se desarrolla, que la sociedad política es la misma sociedad
natural reorganizada. Por tanto, que la diferencia habrá que verla como una
diferencia entre partes de una misma sociedad (considerada desde el punto de
vista de la continuidad sustancial). Así, al hablar de sociedades naturales no
estaremos obligados a eliminar de ellas todo vestigio o rudimento formal de
componente o función política. Por el contrario, tenemos que reconocerlos,
pero por modo parcial. La sociedad política aparecerá cuando estos
componentes políticos de las sociedades naturales se desarrollen hasta
alcanzar una proporción y estructura determinadas. «Político» o «política» dice
referencia a una sociedad y sólo a su través a los individuos de la misma.
«Política» es todo aquello que aparece ordenado al planeamiento o
subsistencia de una sociedad, globalmente considerada; por lo que un plan o
programa referido al todo social, o a un determinante holótico suyo, podrá ser
considerado político aun cuando no penetre en la integridad de las partes de
esa sociedad. Los jefes de una tribu que, en una batalla, deciden retirarse para
salvar lo principal, aun sacrificando prisioneros, armas, &c., actúan
políticamente aunque sea de un modo rudimentario. {PEP 141-145}

Sociedad natural humana

Es un concepto al que se llega una vez descartado el carácter primigenio de las


sociedades políticas así como también la posibilidad de una existencia humana
individual. Es, pues, una idea construida (no empírica) a partir de diversos
requerimientos, principalmente, en nuestro caso, el de dar cumplimiento al
postulado de una sociedad humana en estado pre político, a partir de la cual
pueda construirse la sociedad política en sentido estricto. Las sociedades
naturales humanas no excluyen ciertas funciones parcialmente políticas,
rudimentarias, que aunque sean cogenéricas de las funciones propias de los
babuinos o gorilas, constituirán ya especificaciones características (derivadas
de la especificación característica de los primates humanos: lenguaje
articulado, escritura, tecnología, &c.) sobre las cuales podrá desarrollarse,
por anamorfosis, la sociedad política.

La sociedad humana natural se diferenciará de la sociedad natural allí donde


pongamos las características de la humanización. El constitutivo esencial de la
condición humana es la progresiva racionalidad, si bien la interpretamos en un
sentido no espiritualista, haciéndola depender de las características de un
sujeto corpóreo dotado de manos y de lenguaje, de un sujeto operatorio. Lo
característico de las sociedades humanas sería la presencia de un logos
normalizado (frente a un logos espontáneo). Una sociedad natural humana
podría definirse entonces como la misma racionalidad humana aplicándose
precisamente a los contenidos sociales, es decir, a la sociedad misma
constituida por esos animales con logos aunque a una escala muy próxima a la
que conviene a las sociedades naturales de babuinos, macacos o gorilas. Las
sociedades naturales son múltiples –bandas, hordas o tribus– y, en principio,
han de pensarse desde el formato de una clase distributiva. Cada sociedad
natural habrá de considerarse inmersa en un espacio antropológico. Desde el
punto de vista ético (por ejemplo, el que adoptamos al exponer el cuerpo de las
sociedades políticas) los contenidos adscribibles a cada eje toman la forma
de capas del cuerpo político (la conjuntiva: eje circular; la basal: eje radial, y
la cortical: eje angular). Según esto, los componentes políticos parciales o
rudimentarios de las sociedades naturales podrán redefinirse en función de
estas capas. Será rudimentario un componente político actuante en la capa
precursora de lo que será capa conjuntiva, cuya acción no esté engranada con
la que correspondería a las otras capas. No recaemos en anacronismo porque
las capas precursoras pueden entenderse como entidades con contenidos
positivos reales, aunque embrionarios (capa protoconjuntiva, protobasal y
protocortical) y ello porque presuponemos que el desarrollo pleno (político) de
estos tejidos embrionarios tiene lugar en el proceso de entretejimiento de los
mismos, siendo en éste en donde aparece la morfología de las capas y de la
propia sociedad política. Las concatenaciones lineales que puedan tener lugar
en cada uno de estos tres ejes son abstractas, puesto que ellas se entrecruzan
constantemente y el resultado de ese entrecruzamiento, cuando él logra
un mínimum de unidad atribuible al conjunto social, podría
denominarse intraestructura (por oposición a infraestructura o a
sobreestructura). {PEP 145-147, 157-159, 161-164, 167}

Persona / Persona humana / Hombre

Persona, en nuestra cultura, se opone a cosa y a animal, aunque de distinto


modo. En cuanto opuesto a cosas y a animales el término persona se aproxima
al término hombre. Sin embargo no se superpone con él:

(1º) Porque existen, entre las creencias de nuestra cultura, y sobre todo en el
lenguaje, personas no humanas (personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu
Santo; personas angélicas o diabólicas; o incluso las extraterrestres).

(2º) Porque hay seres o cosas que son humanos, pero no son personales (por
ejemplo el «hombre de Neanderthal» –nadie dice: «la persona de
Neanderthal»– o bien una máquina, un mueble, y en general, la «cultura extra
somática», que es humana, «cultura humana», y no es personal).

Persona humana añade algo no sólo a «persona» sino también a «humano». El


hombre recibe una determinación importante cuando se le considera como
persona así como la persona recibe una determinación no menos importante
cuando se la considera como humana. Por tanto, no es lo mismo hombre que
persona, como tampoco es lo mismo hombre que ciudadano. «Hombre» es un
término más genérico o indeterminado, que linda con el «mundo zoológico»
(decimos hombre de las cavernas pero sería ridículo decir persona de las
cavernas); «persona» es un término más específico que tiene que ver con el
«mundo civilizado» o, si se prefiere, con la constelación de los valores morales,
éticos o jurídicos propios de este mundo. La misma etimología de la palabra
persona demuestra que es un concepto sobreañadido al concepto de hombre.
Un refrán de origen jurídico, también lo recuerda: homo plures personas
sustinet, es decir, el hombre sostiene o desempeña muchas máscaras o
papeles (un mismo hombre es empresario y delincuente, es padre y
metalúrgico, &c.). «Persona» era, en efecto, la máscara o careta que usaban
los actores de la tragedia para hablar –per sonare–. No decimos que los
hombres actuales puedan no ser personas; decimos que cabe un concepto de
hombre al margen del concepto de persona. En el derecho romano los
esclavos eran hombres pero no eran personas. Lo que queremos subrayar es
que aquellos juristas romanos que usaban el concepto de hombre lo disociaban
del concepto de persona; de suerte que, históricamente, ocurre como si nuestro
concepto actual de persona, como equivalente a hombre, fuese el resultado de
una ampliación del concepto de persona a los esclavos. Según esto cabría
decir que el concepto de persona apareció como resultado de un proceso
vinculado a la liberación, al menos teórica, de los esclavos (o de los bárbaros) y
no como un mero concepto abstracto, mental, intemporal. {SV 115-119}

Individuo humano / Persona humana

El proceso de transformación del hombre (del sujeto o del individuo humano)


en persona (en sociedad de personas) se desenvuelve en dos planos
diferentes aunque interferidos. Los individuos humanos evolucionan hacia su
condición personal, siempre en tanto que esa evolución individual esté dada a
través de la evolución global de la sociedad de la que forman parte. Hay que
distinguir entre un progressus histórico (podríamos llamarlo, con menos rigor,
filogenético, de la especie, o social) del hombre hacia la sociedad de personas
y hay un progressus (biográfico, individual, psicológico) del sujeto
humano hacia su personalidad. Es evidente que éste no podría darse al
margen de aquél y tampoco recíprocamente. Sin embargo, ambos procesos no
son simultáneos, ni siquiera conmensurables –sus ritmos son diversos–,
porque el proceso histórico se mantiene a una escala diferente y, por sí misma,
paradójicamente impersonal, puramente objetiva. En este sentido, cabe afirmar
que el proceso de transformación del hombre como individuo en persona no es
un proceso que haya tenido lugar en un momento más o menos preciso del
tiempo histórico, sino que una vez comenzado con el propio inicio del tiempo
histórico (si se quiere, en un «tiempo eje») es un proceso que se renueva una y
otra vez en cada época histórica y en cada generación. {SV 183}

Oposición entre el individuo y la sociedad

Desde los orígenes del pensamiento sociológico hasta nuestros días,


nuestra ciencia se ha preguntado acerca de la relación entre el individuo
y la sociedad brindando un sin fin de respuestas que hasta la actualidad
suscitan innumerables debates dentro del campo académico.

El pensamiento contractualista partía del individuo y su estado de


naturaleza, la sociedad se deducía de aquel mediante la creación de un
contrato, renunciando el individuo a la libertad de tal estado se subsumía a la
autoridad social. Durante el siglo XIX autores como Émile Durkheim
dentro del paradigma positivista, comienzan a pensar la relación
individuo-sociedad de una manera distinta. Los hechos sociales eran el
objeto de estudio de la sociología otorgándole una jerarquía fundamental a
la sociedad. En este sentido, definía a la sociedad como una realidad “sui
generis” que excedía al conjunto de los individuos imponiéndose sobre ellos a
través de la coerción y coacción. Durkheim partía del modo inverso al de los
contractualistas, la sociedad era ahora el punto de partida para explicar las
configuraciones universales. Pero esta forma dominante de pensamiento
científico comienza a resquebrajarse hacia fines del siglo XIX y principios
del XX dando lugar a nuevas corrientes que pretenden comprender el
sentido de las acciones sociales y repensar el rol del individuo.

¿Qué es un conflicto?

El conflicto define al conjunto de dos o más hipotéticas situaciones que son


excluyentes: esto quiere decir que no pueden darse en forma simultánea. Por
lo tanto, cuando surge un conflicto, se produce un enfrentamiento, una pelea,
una lucha o una discusión, donde una de las partes intervinientes intenta
imponerse a la otra.

Si definimos el término desde un punto de vista simple, podemos decir que un


conflicto es una situación en la que dos o más personas no están de acuerdo
con el modo de actuar de un individuo o un grupo. Para que esta situación
exista es necesario que exista un desacuerdo que no haya sabido resolverse.
Por ejemplo: Si de una pareja una de las partes desea ir a un lugar de
vacaciones y la otra a un lugar diferente hay desacuerdo, si acceden a charlar y
resolver el problema de común acuerdo, entonces el conflicto no se produce, lo
contrario, si ninguno da el brazo a torcer, sí.

¿Cuáles son las causas del conflicto?

 Distintos puntos de vista


 Fidelidad al grupo o al líder del grupo.
 Rivalidad o lucha por la supremacía entre los líderes.
 Competencia por los recursos.

Conflictos Interpersonales

 Tensión en la pareja
 Riñas familiares
 Disputas con amigos y vecinos
 Conflictos en el trabajo o en los CENTROS EDUCATIVOS.

Conflictos Sociales

 Disputas legales
 Tensión étnica o racial
 Abuso de poder
 Guerras

El hombre como animal político

Dice Aristóteles que para vivir en soledad hay que ser


animal o dios. Falta aclarar que hay que ser lo uno y lo
otro: filósofo. Nietzsche, El crepúsculo de los ídolos

El parágrafo de Aristóteles de la Política, en el que define al hombre como


“animal político” es quizá el más conocido del autor. Y, sin embrago, nunca se
lo ha sacado de los límites estrictos de la filosofía política. No se ha tomado en
serio, ni siquiera, la célebre afirmación de Nietzsche que abre este texto. No se
ha tomado en serio, pues, en general el párrafo siguiente.
La razón por la cual el hombre es un ser social, más que cualquier abeja y que
cualquier animal gregario, es evidente: la naturaleza, como decimos, no hace
nada en vano y el hombre es el único animal que tiene la palabra. Pues la voz
es signo del dolor y del placer, y por eso la poseen también los demás
animales, porque su naturaleza llega hasta tener sensación de dolor y de
placer e indicársela unos a otros. Pero la palabra es para manifestar lo
conveniente y lo perjudicial, así como lo justo y lo injusto. Y eso es lo propio del
hombre frente a los demás animales: poseer, él sólo, el sentido del bien y del
mal, de lo justo y de lo injusto, y de los demás valores, y la participación
comunitaria de estas cosas constituye la casa y la ciudad.

Este párrafo ha sido comentado de manera muy singular por la filosofía post
estructuralista. Ha sido re apropiado para interpretar distintas situaciones del
presente. Por ejemplo, la condición biopolítica de la sociedad Occidental (De
Foucault a Agamben); la relación entre los animales y el hombre (Derrida); y la
fundación de una estética de la política (Rancière).

El primer concepto que se define en la “Política” es el de ciudad entendida


como unidad política suprema. Mientras que todas las asociaciones buscan un
fin específico particular la ciudad busca el fin supremo que implica a la
totalidad: la felicidad de todos los ciudadanos. La polis era para un griego
clásico la forma de organización política acabada mientras que las estructuras
estatales extensas como los imperios no son consideradas aún por Aristóteles
como formas de organización política libres, son demasiado extensas como
para que el ciudadano pueda participar políticamente.

Tras definir la polis y su finalidad Aristóteles se propone analizar su origen y su


necesidad. Todos los hombres buscan asociarse para permanecer vivos, la
primera asociación natural es la familia que es buscada para la procreación;
después las familias se asocian entre sí para asegurar su subsistencia y de
estos clanes de familias surge la ciudad cuando entre los clanes se ponen
leyes comunes para la convivencia. El hombre es un ser social por naturaleza
ya que no puede vivir aislado y sin contacto social; aquel hombre que desprecia
la vida en sociedad sólo puede ser supra humano como un dios o un héroe o
infrahumano. El hombre es un ser social como lo son otros animales gregarios
pero Aristóteles afirma que el hombre lo es en mucha mayor medida que lo son
el resto de los animales ya que el hombre además de ser un animal social es
un animal racional; la razón empuja al hombre a buscar lo justo y la justicia es
una virtud social de tal manera que el ser humano necesita de la vida social no
solo por ser naturalmente un ser social sino también porque busca la justicia
que es algo que sólo puede encontrar en la sociedad.

Por lo tanto, la ciudad no es algo convencional sino que es natural incluso, más
natural que la familia y por supuesto más natural que el individuo ya que
aunque la familia y el individuo sean anteriores en el tiempo la ciudad es
autosuficiente, ni el individuo ni la familia lo son, y, además, cumple el fin total
que los individuos y las familias solo persiguen parcialmente: la felicidad.

Aunque todos los hombres son sociales y racionales no todos los seres
humanos son ciudadanos. En una ciudad se considerarán ciudadanos a
aquellos individuos que participen del gobierno y de la justicia es decir, aquellas
personas que deliberan y deciden en los órganos de gobierno o que participen
en los tribunales. Son excluidos mujeres, esclavos y extranjeros.

El problema fundamental de la polis es la regulación de las desigualdades.


Todo el mundo reclama justicia y si alguien se subleva contra el gobierno de la
ciudad es porque lo considera injusto; también es cierto que todos consideran a
la justicia como una cierta igualdad por lo que si la ciudad ha de buscar la
igualdad deberá saber administrar las desigualdades de sus ciudadanos. La
justicia será tratar igual a los iguales y desigualmente a los desiguales. Existen
para Aristóteles tres clases de desigualdades: la desigualdad económica, la
desigualdad en virtud, y la desigualdad numérica. Junto con estas
desigualdades el político debe de tener en cuenta que existe una igualdad
básica entre todos los ciudadanos en cuantos tales ciudadanos libres;
armonizar equitativamente esta igualdad con las citadas desigualdades es lo
que se denomina justicia en la ciudad.

Aristóteles creerá que el mejor sistema político será aquel en donde los
mejores gobiernen pero como es difícil determinar quiénes sean los mejores y
encontrar hombres que destaquen excepcionalmente del resto el discípulo de
Platón admite que un pueblo reunido puede gobernarse bien. La razón es que
aun cuando individualmente las personas sean mediocres reunidas en conjunto
pueden llegar a ser mejores y más sabias que en solitario pues en la
deliberación pública podrán ver los pros y los contras que a un individuo aislado
no se le ocurriría y podrán encontrar soluciones originales que pueden pasar
por alto a particular. Sólo en masas de hombres corruptos es improcedente la
deliberación pública. Además aunque sobre ciertos asuntos delibera mejor el
experto que la masa también admitimos que el que vive en una casa sabe
juzgarla mejor que el arquitecto así que podríamos admitir que los que viven en
la ciudad, los ciudadanos, puedan juzgar los asuntos de la polis.

En todos los sistemas políticos correctos para que la ciudad no se fracture en


facciones de ricos y de pobres debe haber abundancia de clase media. No
importa que existan ricos y pobres siempre que unos y otros sean pocos. La
clase media es la que da estabilidad al sistema político pues es enemiga de las
revoluciones. Otra virtud de la clase media es que en la ciudad en donde todos
tengan suficiente para vivir bien sin lujos excesivos no se producirá la envidia
entre los ciudadanos y reinará la concordia social que permitirá una
convivencia pacífica.

El otro como posibilidad de autorrealización

La autorrealización personal es una de esas cosas que realmente escuchamos


muy pocas veces, pero que indudablemente buscamos todos los seres
humanos en nuestra vida.

Al menos, todos los que cuenten con capacidades de cognición relativamente


normales.

Se trata de buscar llegar a un culmen de logros y desempeños tal, que nos


haga sentir que estamos siendo quienes sabemos que podemos ser.

En otras palabras, se trata de lograr nuestro máximo potencial y desarrollar al


máximo nuestras habilidades, capacidades o talentos para hacer, ser y tener lo
que siempre hemos querido.

Es este precisamente uno de los objetivos del Desarrollo Personal.


Antonio Blay, Carl Jung, Carl Rogers, Abraham Maslow entre otros, trataron
este tema con el que uno, conscientemente, se topa tarde o temprano en la
vida.

El término Autorrealización se suele encuadrar dentro de la psicología


humanista y de la personalidad.

La pirámide de Maslow es muy conocida en este campo. Esta expresa la


jerarquía de las necesidades humanas en cuanto a la urgencia de su
satisfacción. Nuestras necesidades primordiales son las fisiológicas; si estas ya
están satisfechas, necesitamos sentirnos seguros.

La siguiente aspiración es nuestra mejora en las relaciones (necesidades


sociales). El peldaño posterior de la escalera es la estima, es decir, sentirnos
bien con nosotros mismos. Y por último, la Autorrealización: ser todo lo que
somos.

Sri Nisargadatta Maharaj, Ramana Maharshi, Yogananda, Aurobindo y otros


sabios de la India penetraron en el sentido de la existencia y la naturaleza del
Yo.

La corriente Vedanta advaita o no dual (no dualidad) del hinduismo trató


profundamente la llamada Autorrealización o el Ser. No somos identidades
separadas del resto… Hay una consciencia cósmica presente… Etc.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274), afirma que el objetivo de las leyes es el
bien común, que es el bien de todos, y el objetivo de todo gobierno.

Platón afirma que el gobernante no debe aspirar a riquezas personales, ni al


beneficio de algunos, sino al de la totalidad. Esto significa, para el gobernante
una puja interior, entre escuchar a su conciencia, que le indica priorizar el bien
común, (como lo hacen los estadistas), o priorizar sus aspiración de riquezas,
es decir el propio bien individual, o de un grupo. (Como lo hacen los no
estadistas).

El resultado de la actitud del estadista, es el progreso del bien común, la


disminución de la pobreza. De la actitud del no estadista, resultan funcionarios,
y grupos adictos millonarios, pero con un incremento alarmante del nivel de
pobreza del resto.

Si el objetivo de las leyes es el bien común, y la moral del gobernante es de


persona intachable, entonces podemos esperar, que nuestros legisladores,
tanto oficialistas como oposición, comprendan que tienen el mismo objetivo y
deben por lo tanto, en conjunto producir las leyes utilizando la sabiduría
colectiva, y no el humor o rencor de una sola persona, para lograr así que las
leyes cumplan con su objetivo del bien común. Logro que no será posible sin la
existencia de dialogo. Una ventaja que el hombre tiene sobre el animal, es la
palabra. Ella facilito que el hombre abandone el estado de naturaleza y
progrese al estado de sociedad. Cuando el hombre no utiliza el dialogo, su
comportamiento retorna a un nivel de estado de naturaleza.

Alguien que no comulgaba con la idea del dialogo, era Maquiavelo (1467-
1527), que en su obra “El Príncipe”, sostiene que el bien común era el bien del
estado, representado en el príncipe, (una sola persona), al que se subordinan
todos los bienes individuales.

Romano Guardini (1885/1968), opinaba que: “Poder gobernar significa estar


por encima, ver la multiplicidad y la mutua dependencia de los factores
eficaces, volver a encontrar constantemente aquella mesura, tan amenazada,
de la que dependerán no solo el bienestar público, sino la existencia de todos.”
Si nos formulamos una pregunta cómo: ¿en qué proceso de nuestro desarrollo
humano y personal influye directamente nuestro contacto con otras personas
parte de nuestra sociedad? Probablemente nuestra respuesta se vería
estrechamente ligada a un cuestionamiento tanto interno y personal (como
individuos o entes heterogéneos), como también un análisis de lo que nos
rodea y notaremos cómo cambia la sociedad y nuestro proceso de asociación
con otros para llegar a ser parte de ella.

Del mismo modo, uno de los procesos fundamentales por los cuales debe
pasar el ser humano es la interrelación con sus pares, la capacidad de
desarrollarse y compartir con otros individuos similares o diversos a él. Antaño
no era posible encontrar una sociedad tan "mixta" como la que se desarrolla
hoy en día, debido a que los diversos avances tanto, tecnológicos como
culturales que ha experimentado ésta, han colaborado de manera primordial en
el vínculo de hombres y mujeres. Un claro ejemplo es el que encontramos en
nuestras universidades, es decir, un lugar de encuentros entre clases sociales
diferentes pero con un objetivo en común. Desarrollando este ejemplo, vamos a
realizar una hipótesis sobre lo mencionado: somos testigos del desarrollo
estudiantil de un joven de escasos recursos cuya educación municipalizada
carece de ciertos beneficios que sí posee otro joven, cuyo poder adquisitivos es
superior y cuya educación básica y media se ha forjado en un colegio particular
de buen nivel. Ambos y, a pesar de ciertas dificultades académicas o ciertas
facilidades, tienen la opción de entrar a una universidad en común. Es en este
punto donde enfatizamos acerca de la formación personal, ya que a pesar de la
disimilitud de sus respectivas vidas, tienen la posibilidad de relacionarse entre
sí e intercambiar sus opiniones como pares. De acuerdo a nuestra hipótesis, es
muy probable que el joven proveniente de un estrato económico y social más
bajo, desarrolle una personalidad emprendedora con espíritu de superación,
puesto que la posibilidad de un mejor futuro, probablemente para él, se veía
mucho más lejana.

Podemos darnos cuenta que el proceso de sociabilización del hombre está


ligado absolutamente con su carácter y cómo se ha desarrollado éste en su
sociedad, ya que poco a poco y en su formación como persona, el medio
influye y cobra una importancia casi tan relevante como el desarrollo personal.
Todos ejercemos una influencia en nuestro entorno más cercano. Pero es una
relación bidireccional, de doble influencia. Por lo común, las personas apelan a
su fuerza de voluntad para rendir más. Pero el ambiente es como una palanca
en la que podemos trabajar para conseguir más resultados con menos
esfuerzo.

Los contextos en los que nos movemos pueden ser unos grandes aliados o
unos grandes enemigos. Veamos qué son, cómo afectan y cuáles son los
mejores para reforzarnos en lo personal y en lo profesional. Se pueden agrupar
en tres categorías:

Materiales. Los lugares donde se vive y se trabaja, el barrio y el vecindario, la


tecnología, el automóvil o el ajuar doméstico.

Personales. La familia, la pareja, los amigos, los compañeros de trabajo, los


conocidos, el contacto en las redes sociales, los horarios y los hábitos.

Mentales. Las creencias, los paradigmas, la formación e información, la religión


o los condicionamientos.

Todas estas circunstancias pueden jugar a favor o en contra de uno, ser un


motor que propulse nuestra vida o un ancla que la hunda. Un entorno colabora
o compite. Inspira o deprime. Nutre o envenena. Obviamente también existen
entornos neutros, pero por esa misma razón hay que evitarlos tanto como los
que nos perjudican. No es posible prescindir de los ambientes, pero sí elegirlos
cuidadosamente teniendo en cuenta sus efectos.
Bibliografía

-La discusión sobre el animal político. Notas de Investigación. Armando


Villegas

-Autorrealización y reconocimiento del Otro en la vida activa. Tesis. Dieter Juan


Erbo Acosta. Universidad de Concepción, Dirección de Postgrado, Facultad de
Humanidades y Arte-Programa de Magister en Filosofía. 2016

- Política. Aristóteles.

Web grafía

https://definicion.de/sociedad/

https://definicion.de/individuo/

https://definicion.de/persona/

http://www.filosofia.org/filomat/df553.htm

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https://sermasyo.com/que-es-autorrealizacion/
http://www.sebascelis.com/autorrealizacion-personal/
http://www.filosofia.mx/index.php/perse/archivos/el_bien_comun
http://esp2usach.blogspot.pe/2012/02/la-personalidad-y-como-influye-la.html
https://elpais.com/elpais/2015/01/09/eps/1420822676_026896.html

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