SEMINARIO TALLER

“COMPLEJIDAD ÉTNICO TERRITORIAL

Y ECONOMÍAS EXTRACTIVAS”

Segunda Jornada
30 de julio al 01 de agosto 2014
 Índice
Impactos regionales de la aplicación de políticas de Estado en las comunidades indígenas
colombianas.......................................................................................................................1

Síntesis del primer encuentro.............................................................................................2

Contexto político nacional..................................................................................................3

Panorama histórico y contemporáneo de los pueblos indígenas de Colombia...................5

DEFINICIÓN Y COSMOGONÍA DEL CONCEPTO DE TERRITORIO: Elementos para el diálogo en

áreas de poblamiento ancestral indígena y desarrollo de actividades extractivas...............8

Estrategias e instrumentos para la protección de territorios étnicos: consulta previa y

evaluación de impacto ambiental.....................................................................................12

MEMORIA COMO HERRAMIENTA EXAMEN PRELIMINAR DE LA COMPLEJIDAD ÉTNICO

TERRITORIAL Y ECONOMÍAS EXTRACTIVAS”..........................................,,,,,.......................18

Relaciones Jurídicas del Pensamiento Ancestral, Derecho Mayor y Territorio....................23

PARTICIPACIÓN DE LAS AUTORIDADES INDÍGENAS EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN DIÁLOGO

INCLUYENTE.....................................................................................................................28
 Síntesis del primer encuentro
Del 19 al 21 de marzo se realizó el seminario taller
Complejidad étnico territorial y economías
extractivas: Impactos regionales de la aplicación de
políticas de Estado en las comunidades indígenas
colombianas, en el Hotel Centro de Convenciones
Casa de los Fundadores, Villa de Leyva Kilómetro 1
Villa Guaraní.
El primer día comenzó con la conferencia inaugural
del seminario a cargo de Carlos Mario Perea, director
del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones
Internacionales, IEPRI, de la Universidad Nacional de
Colombia, y Reinaldo Barbosa, director del grupo
Región y Territorio. Igualmente se hizo la
presentación de los participantes, los objetivos del
encuentro y de los resultados esperados.
En la noche se llevó a cabo una ceremonia indígena
alrededor del fuego, en la cual se acercó al territorio
en donde nos reunimos y un reconocimiento del Valle
de Zaquenzipá a través de relato del representante
Muisca Xieguazinza Ingativa.
En el segundo día se reanudó con el taller sobre el
Territorio, desarrollado por el geógrafo Nicolás
1
Ballesteros y la socióloga Olga Quintero, propiciando
el diálogo entre las autoridades indígenas y los
representantes de Ecopetrol, a través, de la
conformación de mesas de trabajo. Se planteó como
ejercicio inicial, la identificación de zonas de conflicto
territorial trazando una cartografía. De allí surgieron
mapas que ilustran la concepción y la delimitación
que se tiene sobre el Territorio desde el saber
indígena, en contraste con la versión oficial que
manejan los ingenieros y los técnicos de la entidad
mixta.
La tarde comenzó con la inter vención del
antropólogo, Roberto Pineda, quien abordó los
impactos socioculturales de las economías
extractivas. Y el profesor Barbosa hablo sobre el
pensamiento mayor y la falta de reconocimiento de
éste por el Estado; Se dio paso a la intervención del
M a m o L o ren zo q u ien a h o n d a n d o s o b re el
pensamiento ancestral y los lugares sagrados, dialogó
sobre el lenguaje que usan los pueblos indígenas para
identificarse con el Territorio y el respeto que merece
cada cultura.
En la mañana del día siguiente se desarrolló la
 Contexto político nacional
Carlos Mario Perea director del Instituto de Estudios
Políticos y Relaciones Internacionales IEPRI, abordó el
actual contexto político colombiano a fin de presentar
el papel fundamental de la historia en la conservación
de la memoria de los pueblos originarios. Señalando
la importancia de que la academia y los centros de
investigación tengan una voz en la actual situación del
país, el profesor Perea reseña el aporte e interés que
ha tenido el IEPRI en la consolidación del movimiento
social colombiano, y en particular con los pueblos
indígenas.
El momento que vive Colombia es excepcional por
cuanto se redefine ahora el proyecto de construcción
del Estado y la sociedad, con la búsqueda del fin a una
guerra de 50 años, una guerra que venía de la disputa
bipartidista de finales de los años 40 resuelta
equívocamente con el frente nacional y que enfrentó
al país a una guerra que nos ha tocado a todos.
Estamos enfrentados al imperativo de la construcción
de un nuevo país a través de una paz estable y
duradera que evite la repetida costumbre de la
historia colombiana de reciclar guerras. Con fallidos
procesos de paz en los que no se dio buen trámite a las
causas del conflicto y que no se pensó de cara a la
2
Jenny Pulido
construcción de otro país, se recicló la guerra de un
proceso de desarme como el de las fuerzas
paramilitares, cuyo mal diseño desembocó en lo que
la academia ha decidido llamar neo-paramilitares, o
bandas criminales como la llama el gobierno
colombiano.
Convoca el profesor Perea a preguntarnos entonces
por el nuevo ciclo violento que está viviendo
Colombia, con el control renovado de los
paramilitares, y a entender el carácter perentorio
de que todos los colombianos pongamos la mano y
arriesguemos por el país, reflexionando qué es lo que
cada uno de nosotros debe y puede hacer por la paz.
Es así como señala que el proceso de paz que vive
ahora Colombia ha avanzado en muchas direcciones,
por ejemplo en la construcción de una agenda de
negociación razonable frente a las inalcanzables
expectativas de agendas de procesos anteriores, y
que es necesario creer en este proceso en tanto
puede refrendar la idea de que la paz es posible, de
que la salida negociada es posible como ocurrió con el
PRT, el M-19, el EPL y el Quintín Lame.
También las intramitables exigencias mutuas
quedaron atrás para pasar en esta oportunidad a
discusiones razonables y susceptibles de ser
acordadas, importantes y trascendentes para la vida
nacional como la reforma agraria y la participación
política.
Pero insiste el profesor Perea que el hecho inédito
frente a las negociaciones con las FARC-EP, es la
construcción de un acuerdo sobre el tema agrario que
tanto compete a las etnias y a empresas como
Ecopetrol; este acontecimiento nacional significa que
estamos frente a una guerrilla que abandono su
maximalismo y un estado progresista que nos
muestran que es posible el encuentro.
Ni los renuentes gobiernos ni las intransigentes FARC
habían llegado tan lejos y muestra de ello es que la
movilización social en Colombia y la resistencia
armada reconocen el avance de los acuerdos de
participación política como prueba de la ampliación
democrática en Colombia.
Así también los avances en el tema del narcotráfico
como elemento definitivo para frenar los recursos de
la guerra de los paramilitares y de otras fuerzas
armadas insurgentes, de oposición, criminales y de
todo tipo que logre financiarse con el narcotráfico.
El tema de las victimas frente al que las FARC han sido
tan duras puede convertirse en un tropiezo, pero
afirma el profesor Perea que lo que se ha negociado
en la habana hasta ahora es la “pepa dura” de los
diálogos con las FARC.
Entonces aunque para Perea la paz ha avanzado sigue
padeciendo escollos enormes como una
institucionalidad precaria, los poderes mafiosos
regionales totalmente vigentes que ejercen su
dominio y poder sobre las poblaciones, un gobierno
como el colombiano que no logra hacer coincidir las
propuestas de desarrollo nacional con la paz;
mientras habla de paz firma proyectos mineros
indiscriminadamente, el enorme abismo entre el
modelo de desarrollo y la búsqueda de la paz.
Por otro lado, señala Perea el interés de la sociedad
civil y su participación en la negociación se han
quedado cortos porque aunque se han gestado los
3
mecanismos como los foros de participación, las
convenciones regionales que ha hecho el congreso de
la república, y las propuestas que la mesa de la
Habana ha recibido, no se ha contado con una
participación civil activa como se requiere para un
momento de esta envergadura. Se discuten allí no
solo los acuerdos y mecanismos de refrendación sino
los escenarios y posibilidades de la paz, y por ello es
necesaria una labor de pedagogía política que
convoque a la sociedad a reconocer la importancia del
papel de la sociedad civil ahora en la negociación y
después en el posconflicto.
La sociedad tiene la tarea de llevar a feliz término no
sólo los acuerdos, su implementación y cumplimiento
sino la necesidad de reformar el país negociando con
unas elites que históricamente no han estado
dispuestas a ceder en su aspiración de un modelo de
país para ellos mismos.
Este escenario descrito por el profesor Perea
demanda un encuentro de voces que son distintas
pero que exigen el acuerdo y el interés común por la
paz, no la abstención o el regreso a los escenarios de
poder de enemigos de la paz, como lo dejo ver el
resultado de las últimas elecciones en Colombia.
La devastación de la guerra que nos ha dejado el
mayor desastre humanitario a nivel mundial no va a
terminar si se ahonda la fractura de los tejidos
sociales que evidencia diversos tipos de violencia y no
sólo la violencia del conflicto armado.
La paz real tiene como punto de partida la
negociación política pero vendrán posiblemente un
incremento en diversas expresiones de la violencia,
estas violencias fragmentadas nos exigen tomar
conciencia de la importancia de encontrarnos
socialmente.
Este encuentro entre autoridades y empresa nos
permite asumir el papel como sociedad de redefinir la
cultura política, de superar los fuertes desequilibrios
políticos, agrarios, económicos, de encontrar la salida
a los conflictos escuchando voces distintas.
 Panorama histórico y contemporáneo de los
pueblos indígenas de Colombia
Al contrario de lo acontecido en el Perú o en México,
los Españoles no encontraron en el antiguo territorio
de la Nueva Granada, imperios como el Azteca o el
Inca, sino, centenares de sociedades con diversas
modalidades de organización social. Particularmente,
aquellas denominadas como Cacicazgos, es decir,
Unidades organizadas sobre figuras de caciques y con
cierta jerarquía social, así como otros tipos de
sociedades igualitarias muchas de las cuales eran
semi nómadas.
En consecuencia, los Españoles se enfrentaron a una
verdadera “Babel lingüística” (tal vez de cuatrocientas
lenguas y variedades dialectales) que contrasta
notablemente con la existencia de lenguas generales
tales como el Nahualt o el Quechua en México y Perú.
Sin embargo, la densidad demográfica en el antiguo
territorio de la Nueva Granada era aparentemente
alta y hoy en día algunos especialistas en demografía
histórica la estiman de cinco a seis millones de
personas en el siglo XVI.
4
Roberto Pineda
Twiggy Ortegón
Desde el punto de vista de la mentalidad española, se
pensó esta gran diversidad linguitica y socio cultural,
bajo los parámetros de “hombres de razón” y
h o m b r e s “s e m i b e s t i a l e s ” c o n s i d e rá n d o s e
generalmente a los pueblos indígenas de las tierras
bajas como caníbales o caribes o seres semi
monstruosos. Al contrario, los Muiscas y otras
poblaciones de las montañas, fueron mas o menos
asimiladas a la condición de las sociedades paganas
de la antigüedad clásica.
En términos generales, la política colonial española,
implantó un modelo de ocupación basado en la
dicotomía: República de españoles Vs. República de
Indios; ésta última fundada en la Constitución a partir
del Siglo XVI de Resguardos o tierras colectivas, la
constitución de pueblos de indios y el reconocimiento
de los Caciques en la figura de Cabildos de Indios.
Los cabildos mediaban la relación asimétrica entre la
República de españoles y la república de indios
expresada en la mita, en el tributo entre otros
factores. Estos resguardos recibieron títulos
coloniales y sus caciques fueron reconocidos por
parte del Rey de España. Al contrario, los pueblos de
las tierras bajas, fueron objeto en términos generales,
de guerras crueles y de exterminio físico y cultural.
Sin embargo, los pueblos reducidos a resguardos
tuvieron un gran impacto demográfico debido a los
regímenes de trabajo, las pestes, enfermedades, y
solamente, hasta entrado el siglo XVII comenzaría su
proceso de recuperación cultural.
Desde la segunda mitad del Siglo XVI muchos pueblos
indígenas iniciaron un proceso de transformación
socio cultural para adaptarse a las nuevas condiciones
coloniales. Por ejemplo, Los Wayúu del a península de
la Guajira, pasaron de ser pueblos semi nómades a
una condición de pastores. Adaptaron el ganado
español, adquirieron el caballo, las armas de fuego y
mutaron a grandes grupos matrilineales organizados
en rancherías, corrales y cementerios tal como son
hoy en día.
Ya en el siglo XVIII, los Guajiros tenían una fisonomía
cultural muy similar a la actual, y el caballo, las armas
de fuego, les permitió defenderse exitosamente de la
ocupación española.
Para citar otro ejemplo, los españoles encontraron en
las riberas de los grandes ríos, en las matas de monte
de los ríos del Orinoco; grandes y complejas
organizaciones nativas en casas colectivas que
poseían grnades cultivos de yuca brava y maíz entre
otros productos. Estos grupos como los Achagua o
Saliva, mantenían a su vez relaciones de intercambio
con las bandas de cazadores recolectores que
habitaban las zonas interribereñas o de la sabana.
Como consecuencia de las guerras promovidas por
Holandeses que ascendían por el río Orinoco en busca
de esclavos y las epidemias promovidas por la
concentración en aldeas misioneras entre otros
aspectos, los pueblos ribereños desaparecieron, y
desde el siglo XVIII se inición un nuevo proceso de
ocupación por parte de los grupos de cazadores
5
recolectores que se sedentarizan cada vez más.
En gran parte del siglo XIX y del siglo XX estos antiguos
cazadores recolectores, se sedentarizaron en aldeas
en la sabana y adquierieron la agricultura y otroas
prácticas de los antiguos pueblos indígenas ribereños.
Sin embargo, se resistieron a aadportar el ganado y el
caballo en cotnraste con algunos de los antioguos
pobladores del Orinoco que como consecuencia de la
influencia misionera se fueron transformando en los
“llaneros” que habitan la región.
Estos y otros factoes nos indican que los pueblos
indígenas contemporáneos son nuevas sociedades
que en gran parte han sido exitosas para enfrentar los
diferentes entornos y desafíos que han tenido a lo
largo de diferentes periodos históricos.
A partir del siglo XIX, la política colonial se modificó y
durante gran parte del siglo XIX, se instauró una
política republicana anti comunal, basada en la idea
de que era necesario transformar al indígena en
ciudadano y por ende, era necesario extinguir, la
propiedad colectiva de sus territorios. Esto tuvo
grandes consecuencias, sobre todo en el altiplano
cundibyacense, en donde sus antiguos resguardos
desaparecieron y sus habitantes se transformaron en
campesinos. Algo similar ocurrió en Córdoba en
donde los antiguos Zenúes fueron reducidos a
pueblos y sus grandes territorios coelctuivos fueron
parcelados o extinguidos transformándose en
campesinos articulados a las economías de las
haciendas y los centros urbanos.
A mediados de la década del cincuenta, la población
indígena era objeto sobre todo de las misiones
católicas, en virtud de que la Ley 89 de 1890 (si bien
reconocía sus resguardos, en una especie de retorno
al proyecto colonial) consideraba a los indios de las
tierras bajas como salvajes a los cuales era necesario
moralizar a través de la actividad religiosa. Las
primeras décadas del siglo veinte, se inician en
algunas regiones de Colombia, explotacioness de
hidrocarburos que suponen la ocupación y uso de
antiguos territorios indígenas. Este es el caso de los
Chimila del Ariguaní o de los Bari del Río Catatumbo.
Las explotaciones de hidrocarburos generaron serios
enfrentamientos entre los diferentes actores; además
de que se fomentaron los procesos de colonización
debido a la apertura de vías de comunicación,
generándose una nueva problemática entre la
sociedad nacional y los territorios indígenas
considerados baldíos por el Estado o la sociedad
nacional. Las llamadas tierras sin nombres, ya que los
indígenas no eran reconocidos como ciudadanos de
primera categoría.
Esta situación fue particularmente notoria en el caso
del Catatumbo en donde la COLPET y los misioneros,
se enfrentan a los Bari que resistieron la ocupación de
sus territorios hasta mediados del os años sesenta.
Esta situación dio origen a una gran reflexión sobre las
consecuencias del contacto asimétrico que Robert
Haulin denominó como Etnocidio.
En América Latina, a partir del a década del setenta, se
da un proceso general de reconocimiento de los
pueblos indígenas y de su vocería en el marco de los
nuevos procesos económicos. Esta nueva tendencia
va a desembocar en la formación de organizaciones
indígenas en diferentes regiones del País y en el
reconocimiento de los derechos indígenas en la
Constitución de 1991, que abole la condición de
menores de edad de los indios, estableciendo un
reconocimiento de los pueblos indígenas, de los
6
derechos territoriales y ancestrales bajo la figura del
resguardo entre otros aspectos.
Todo ello conlleva a la aparición en el parágrafo 330 de
la Constitución Nacional de lo que se puede llamar la
figura de la consulta previa y la conformación de
nuevas dinámicas territoriales derivadas por las
necesidades de mega proyectos de diferente
naturaleza y también la emergencia del conflicto
armado en Colombia que se va a expresar de una
forma notable en las zonas periféricas indígenas.
Los antiguos territorios indígenas se valorizaron en
cuanto que en ellos se encuentran grandes reservas
acuíferas, de biodiversidad y de recursos energéticos,
generándose una situación desde el punto de vista
político y legal; nueva, ya que para su implementación
se requiere la participación de los pueblos nativos en
los diversos procesos de intervención minero
energética.
Para finalizar, estas circunstancias plantean unos
dilemas inéditos de índole político y cultural que está
en vía de abordarse y resolverse en los diferentes
ámbitos territoriales del País.
DEFINICIÓN Y COSMOGONÍA DEL CONCEPTO DE TERRITORIO:
Elementos para el diálogo en áreas de poblamiento ancestral
indígena y desarrollo de actividades extractivas
Luis Carlos Jiménez Reyes
"El indígena sin territorio es frágil y liviano como una hoja:
en el territorio está la fortaleza, porque ahí es donde están
todos los secretos de la vida; el territorio es la unidad
sociocultural sobre la cual se realizan todas las prácticas
cosmogónicas; es el medio a través de la cual se entrelazan
el pasado, el presente y el futuro, es la razón de ser de la
historia; es el espacio que recorren los espíritus para
fertilizar la memoria de los ancianos, es el punto de
encuentro de todos los seres que pueblan los mundos
superpuestos”. (ASCATIDAR 2005a: 40).

Objetivo del seminario taller

P ro m o ve r l a co m p re n s i ó n d e l a s d i ve rs a s
cosmovisiones de territorio que se articulan entre
similitudes y diferencias de intereses de los actores
te r r i to r i a l e s q u e co ex i ste n e n u n e s p a c i o
determinado; reconociendo las pre-nociones y
saberes propios de los participantes a partir del
abordaje de las cosmovisiones propias de las
comunidades y los colectivos afectados por procesos
externos a ellos, así como las pre-nociones y saberes
que pueden surgir desde la institucionalidad y los
sectores privados. En ambos casos, se analizan las
relaciones que se establecen con la naturaleza y los
cambios medioambientales globales derivados.
LAS DEFINICIONES DE TERRITORIO
Teniendo en cuenta que la noción de territorio es, en
múltiples formas, polisémica, es necesario que los
participantes se aproximen a las diferentes visiones
del territorio como punto de partida para los
contenidos a desarrollar. Aquí se trabajarán tanto
visiones académicas e institucionales, como
cosmogonías y saberes ancestrales y tradicionales
que desde la cotidianidad histórica de las
comunidades definen otras visiones alternas del
territorio.
Ya que el territorio constituye un concepto teórico y
un objeto empírico de naturaleza interdisciplinar
(Llanos Hernández, 2010), y toda vez que está dotado
de sentidos a partir de las múltiples experiencias y
construcciones que sobre él se hacen, es importante
entender que el territorio es multidimensional y está
cargado de diversos significados.
Definiciones desde la geografía y desde otras
ciencias sociales
A manera de relación presentamos a continuación a
los participantes una selección de definiciones de
territorio acordes con las necesidades del seminario-
taller y del proyecto, provenientes de científicos
internacionales reconocidos y de algunos geógrafos
colombianos. Cada una de ellas nos permite precisar
un aspecto sobre el cual queremos hacer énfasis en
nuestra explicación del concepto y en la significación
del territorio.
El reconocido científico social M. Foucault nos da una
definición de “espacio” que contribuye mucho a
valorar la significación de espacialidad que nos
interesa acá para abordar el concepto de territorio;
claro, porque el territorio tiene antes que todo una
dimensión espacial:
“El espacio que ocupamos está lejos de ser una hoja de
papel plana y blanca; es cuadriculado, recortado,
abigarrado, con zonas claras y con zonas oscuras, con
diferencias de niveles, con pasos de escaleras, con
hundimientos, con montículos, con regiones duras y
regiones friables, porosas” (Foucault 2009, 23).

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Todos éstos elementos que utiliza Foucault para
explicar el espacio nos permiten definir la
espacialidad del territorio como el resultado de la
interacción, a través de la historia, de las acciones y el
ejercicio del poder de diversos actores, que se dan en
la medida que diversas tensiones y normas se lo
permiten; todos estos elementos es lo que él describe
como la cuadrícula (divisiones políticas u otros
límites…), recortado (zonas restringidas de acceso por
sus condiciones naturales extremas…), abigarrado
(como la concentración impuesta por el efecto de
polarización que ejercen las ciudades que amontona
determinados elementos o usos cerca de ella…); las
demás características las reunimos en las
restricciones, unas veces, o las facilidades, otras
veces, de acceder a determinadas porciones del
espacio, por ejemplo, las diferencias impuestas por
los límites internacionales.
El territorio es el escenario de las relaciones sociales y
no solamente el marco espacial que delimita el
dominio soberano de un Estado. (Delgado y
Montañez, 1998).
El territorio es más que una entidad jurídica, es
también el enraizamiento de las personas a un lugar,
los vínculos de los ciudadanos con un barrio, y los
lugares frecuentados por los individuos; pues el
territorio tiene dos aspectos relevantes: los sentidos
de pertenencia y de apropiación por parte de los
individuos (Brunet, Ferras, & Théry, 1992, p. 436).
Con base en Saquet, dos cosas son claves para definir
el territorio, primero, éste es una construcción social,
y segundo, no se puede concebir
independientemente de la naturaleza. Saquet (2011)
recoge a partir de varios autores elementos centrales
del concepto de territorio:
- El territorio es un producto social, lugar de vida y de
relaciones sociales. Éstas últimas determinan
económica, política y culturalmente las
características del territorio. Dematteis, citado por
Saquet (2011: 36).
- El territorio es construido social y políticamente;
muy a pesar de ello, se manifiesta antes que todo
8
como una realidad material, resultante justamente de
las relaciones sociales y de las relaciones sociedad-
naturaleza. Citado por Saquet (2011: 36).
Las significaciones de territorio en algunas
comunidades indígenas en territorio colombiano: el
caso de las comunidades reunidas en ASCATIDAR
ASCATIDAR reúne a “35 comunidades pertenecientes
a los pueblos U'wa, Inga, y pueblos pertenecientes a la
familia lingüística: Guahíbos Sikuani-playeros,
Sikuani-Betoy Hitnü y Makaguan”; pueblos que
co n st r u ye ro n m e d i a nte d i ve rs o s p ro c e s o s
organizativos un “Plan de Vida” que es posible
consultar en un documento publicado en varios
volúmenes (ASCATIDAR 2005b) y (ASCATIDAR 2005a).
“Nuestro Plan de Vida representa los sueños de
nuestros pueblos, por eso es una herramienta
planificadora en diferentes ámbitos: político, territorial,
cultural, social y económico que orienta a nuestras 35
comunidades …” (ASCATIDAR 2005b: 14).
Los Planes de Vida constituyen los instrumentos
políticos y culturales de la planeación de vida de los
pueblos indígenas, en el marco de un desarrollo propio
con enfoque de equilibrio. Desde una mirada política el
concepto de Plan de Vida da respuesta a la razón de ser
y existir de un pueblo indígena de acuerdo a su Ley de
origen y su visión integral del mundo. Para entender
este proceso es preciso dimensionar la vida en dos vías
(espiritual y material) lo cual está ligado a la
cosmovisión y realidad de cada pueblo –forma de
concebir la vida, manera de vivirla en el entorno
territorial, realidad cultural, social, política, ambiental y
espiritual-. (ASCATIDAR 2005a: 38).
Posterior al Primer Congreso Indígena Nacional de
1983 y a la constitución de 1991, se va dando lugar en
Colombia a una nueva forma de ver a los indígenas
por parte del resto de la población colombiana, así
como a una revitalización de los procesos
cooperativos y participativos internos de los propios
pueblos indígenas.
En el contexto regional, muchos pueblos indígenas en
Colombia han generado remarcables procesos
internos de organización interna y expresión hacia el
mundo exterior de sus condiciones de vida, esto se ha
hecho evidente a través de la formulación y
publicación de sus Planes de Vida para compartirlos
luego con “la sociedad mayoritaria”. Dichos planes de
vida nos muestran algunos aspectos de su manera de
pensar y ver el mundo, de verse ellos mismos en el
territorio nacional; al igual que han servido para
reivindicar sus derechos como pueblos diferentes,
pero con los mismos derechos fundamentales que el
resto de los colombianos. Tal es el caso de las
comunidades reunidas en la asociación ASCATIDAR,
Asociación de cabildos y autoridades tradicionales
indígenas del Departamento de Arauca.
Conflictos en el territorio: superposiciones de
cosmogonías
Así, nos interesa resaltar los sentidos de pertenencia,
de identidad y de apropiación que surgen como
expresión territorial y configuran el territorio. El
territorio, más allá de una entidad geométrica, es una
entidad viva que contiene los encuentros y
desencuentros de individuos y de los grupos sociales;
con lo que en este aparecen sobreposiciones de
territorialidades de naturaleza diversa, que surgen de
disputas y cruces de intereses de todo tipo, bien
pueden ser económicos, sociales, culturales, políticos
o jurídicos.
Es importante comprender que los sentidos de
pertenencia, de identidad y de apropiación presentan
también estas dinámicas de oposición y acuerdo y
surgen como expresión territorial que configura
territorios diversos y complejos.
Entre otras dinámicas, se puede encontrar cómo
políticas públicas de desarrollo (plasmadas en los
planes de desarrollo) entran en dialogo y/o conflicto
con los planes de etnodesarrollo de regiones
biogeográficas del país (por ejemplo los planes de
visión étnica de la región del Chocó biogeográfico, o
las articulaciones que derivan de las visiones sagradas
y tradicionales del territorio indígena llevando a
construcciones translocales en núcleos), los cuales
constituyen la visión local en términos de
9
territorialidad.
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dimensión poética del habitar. Editorial Pontificia
Universidad Javeriana. Bogotá D.C
 Estrategias e instrumentos para la protección de territorios
étnicos: consulta previa y evaluación de impacto ambiental
Colombia, territorio de gran diversidad ecosistémica
y cultural, se ha visto amenazada por la progresiva
implementación del modelo de desarrollo orientado
al crecimiento económico basado en: i) la explotación
de productos primarios para la exportación (carbón,
ferroníquel, oro, petróleo, gas, madera, materias
primas obtenidas por producción agroindustrial), ii)
explotación de recursos genéticos y servicios
ambientales, iii) generación y exportación de energía
hidroeléctrica, entre otros.
A su vez, para permitir esta explotación, el país ha
visto obligado a condicionar con infraestructura
(carreteras, puertos, plantas de refinamiento,
campamentos, líneas de transmisión, servicios
públicos etc.), que generan grandes transformaciones
en el entorno biofísico, ecológico, social, cultural y
económico del territorio, donde los más afectados
han sido los indígenas, campesinos y
afrocolombianos.
Paradójicamente a pesar de que Colombia se ha
comprometido mediante tratados y convenios
internacionales y posee una normatividad que obliga
a proteger los derechos territoriales en pro de una
integridad cultural y ambiental de los grupos étnicos
del país, los grupos de poder político y económico
manejan el quehacer institucional a su favor,
prevaleciendo el interés privado del mercado y del
crecimiento económico para la acumulación de
riquezas por encima de los derechos fundamentales
y de bien público.
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Clara Henao
Carmenza Castiblanco
Por su parte, los indígenas han venido adelantando
políticas públicas en torno al ordenamiento y
planificación de sus territorios orientados por su ley
de vida y origen, su conocimiento tradicional, sus usos
y representaciones para una vida sustentable, dando
continuidad a una permanencia y relacionamiento
milenario en su territorio, en planes de vida y buen
vivir que aún no cuentan con el respaldo integral del
estado.
La historia ha evidenciado que el emplazamiento de
grandes proyectos de economía extractiva no son
compatibles ni justas con la cultura, las economías
locales y las dinámicas ambientales de los territorios
étnicos. Estas intervenciones que no han sido
reguladas efectivamente por el Estado, como obliga
Ley 21 de 1991 y la Constitución, así como el
conjuntos de sentencias (T, UN, C), han generado
todo tipo de impactos en territorios étnicos, creando
conflictos ecológicos y sociales cada vez más
incontrolables. Para regular los proyectos extractivos
en estos territorios, el Estado cuenta con dos
estrategias adoptadas a partir del marco jurídico y
político a nivel étnico y ambiental: La consulta previa y
la evaluación de impactos ambiental.
1. La consulta previa: El convenio 169 de 1989,
ratificado mediante la ley 21 de 1991, obliga
al estado colombiano a consultar a los
pueblos (indígenas, comunidades negras,
afrocolombianos, palenqueros, raizales y
Rom), como sujetos colectivos de derecho,
frente a los proyectos, obras o actividades y
f re nte a m e d i d a s a d m i n i st rat i va s y
legislativas que afecten su integridad
territorial, ambiental, económica,
sociocultural. La consulta, debe ser previa, o
sea antes de emprender el proyecto y al ser
derecho fundamental, es de carácter
obligatorio y vinculante.
 Este derecho se relaciona directamente con
otros derechos étnico-territoriales, explícitos
en la constitución política de Colombia de
1991 y la ley 21 de 1991 que ratifica el
convenio 169 de 1989 de la OIT:
Sujeto de derecho: Sujeto colectivo
Participación; Los gobiernos deberán asumir la
responsabilidad de desarrollar, con la participación de los
pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática
con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a
garantizar el respeto de su integridad.
Derechos humanos: Goce pleno de los derechos humanos,
no discriminación, no coerción.
Ambiente: Deberán adoptarse las medidas especiales que
se precisen para salvaguardarlas personas, las
instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio
ambiente de los pueblos interesados.
Integridad territorial: Respetar la integridad de los valores,
prácticas e instituciones de esos pueblos
Consulta previa y consentimiento previo, libre e
informado: Los gobiernos deberán:
a) Consultar a los pueblos interesados, mediante
procedimientos apropiados y en particular a través de sus
instituciones representativas, cada vez que se prevean
medidas legislativas o administrativas susceptibles de
afectarles directamente;
b) Establecer los medios a través de los cuales los pueblos
interesados puedan participar libremente, por lo menos en
la misma medida que otros sectores de la población, y a
todos los niveles en la adopción de decisiones en
instituciones electivas y organismos administrativos y de
otra índole responsables de políticas y programas que les
conciernan;
c) Establecer los medios para el pleno desarrollo de las
instituciones e iniciativas de esos pueblos y en los casos
apropiados proporcionar los recursos necesarios para este
fin.
Las consultas llevadas a cabo en aplicación de este
Convenio deberán efectuarse de buena fe y de una manera
apropiada a las circunstancias, con la finalidad de llegar a
un acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las
11
medidas propuestas.
Autodeterminación, participación y buen vivir: Los
pueblos interesados deberán tener el derecho de decidir
sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de
desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas,
creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras
que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en
la medida de lo posible, su propio desarrollo económico,
social y cultural.
Dichos pueblos deberán participar en la formulación,
aplicación y evaluación de los planes y programas de
desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles
directamente.
Los gobiernos deberán velar porque se efectúen estudios,
en cooperación con los pueblos interesados, a fin de
evaluar la incidencia social, espiritual y cultural y sobre el
medio ambiente que las actividades de desarrollo previstas
puedan tener sobre esos pueblos. Los resultados de estos
estudios deberán ser considerados como criterios
fundamentales para la ejecución de las actividades
mencionadas.
Los gobiernos deberán tomar medidas, en cooperación con
los pueblos interesados, para proteger y preservar el medio
ambiente de los territorios que habitan.
Derecho propio Al aplicar la legislación nacional a los
pueblos interesados deberán tomarse debidamente en
consideración sus costumbres o su derecho
consuetudinario.
Protección de sus derechos: Los pueblos interesados
deberán tener protección contra la violación de sus
derechos, y poder iniciar procedimientos legales, sea
personalmente o bien por conducto de sus organismos
representantivos, para asegurar el respeto efectivo de
tales derechos.
Deberán tomarse medidas para garantizar que los
miembros de dichos pueblos puedan comprender y
hacerse comprender en procedimientos legales,
facilitándoles, si fuere necesario, intérpretes u otros
medios eficaces
Recursos Naturales: Los derechos de los pueblos
interesados a los recursos naturales existentes en sus
tierras deberán protegerse especialmente. Estos derechos
comprenden el derecho de esos pueblos a participar en la
utilización, administración y conservación de dichos
recursos.
En caso de que pertenezca al Estado la propiedad de los
minerales o de los recursos del subsuelo, o tenga derechos
sobre otros recursos existentes en las tierras, los gobiernos
deberán establecer o mantener procedimientos con miras
a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si
los intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué
medida, antes de emprender o autorizar cualquier
programa de prospección o explotación de los recursos
existentes en sus tierras. Los pueblos interesados deberán
participar en los beneficios que reporten tales actividades,
y percibir una indemnización equitativa por cualquier daño
que puedan sufrir como resultado de esas actividades.
Traslado: Los pueblos interesados no deberán ser
trasladados de las tierras que ocupan.
Transmisión de tierras Deberán respetarse las
modalidades de transmisión de los derechos sobre la tierra
entre los miembros de los pueblos interesados
establecidos por dichos pueblos. Deberá consultarse a los
pueblos interesados siempre que se considere su
capacidad de enajenar sus tierras o de transmitir de otra
forma sus derechos sobre estas tierras fuera de su
comunidad.
12
Contratación y empleo Los gobiernos deberán adoptar,
en el marco de su legislación nacional y en cooperación con
los pueblos interesados, medidas especiales para
garantizar a los trabajadores pertenecientes a esos pueblos
una protección eficaz en materia de contratación y
condiciones de empleo.
Formación profesional, artesanía e industrias rurales:
Cuando los programas de formación profesional de
aplicación general existentes no respondan a las
necesidades especiales de los pueblos interesados, los
gobiernos deberán asegurar, con la participación de dichos
pueblos, que se pongan a su disposición programas y
medios especiales de formación.
Seguridad Social y Salud: Los gobiernos deberán velar
porque se pongan a disposición de los pueblos interesados
servicios de salud adecuados o proporcionar a dichos
pueblos los medios que les permitan organizar y prestar
tales servicios bajo su propia responsabilidad y control, a
fin de que puedan gozar del máximo nivel posible de salud
física y mental.
Educación y medios de comunicación: Los programas y los
servicios de educación destinados a los pueblos
interesados deberán desarrollarse y aplicarse en
cooperación con éstos a fin de responder a sus necesidades
particulares, y deberán abarcar su historia, sus
conocimientos y técnicas, sus sistemas de valores y todas
sus demás aspiraciones sociales, económicas y culturales.
13
 studio de Impacto Ambiental (EIA), se constituye en
un instrumento central del proceso de
licenciamiento ambiental, se define como un sistema
de procedimientos de análisis y estimación de los
impactos generados en la interacción de las
actividades antrópicas y el ambiente, con el objetivo
de tomar decisiones sobre el proyecto, obra o
actividad (J. Toro, 2007).
La Evaluación del Impacto Ambiental es la calificación
de los impactos atribuibles al proyecto, obra o
actividad, esta última hace parte del EIA y es
competencia del usuario del proyecto, mientras que
la Evaluación del Estudio de Impacto Ambiental
corresponde al proceso de toma de decisiones
ambientales sobre el proyecto, obra o actividad y es
competencia de la autoridad ambiental (J. Toro,
2007).
El Decreto 2820 de 2010, establece que el Estudio de
Impacto Ambiental es el instrumento básico para la
toma de decisiones sobre los proyectos, obras o
actividades que requieren licencia ambiental. Este
estudio deberá ser elaborado de conformidad con la
metodología general para la presentación de estudios
ambientales de que trata el artículo 14 del presente
decreto y los términos de referencia expedidos para
tal efecto. El Decreto 2820 de 2010 modificó los
principales componentes del proceso de los Estudios
de Impacto Ambiental en Colombia. Entre los
elementos que reglamentó esta norma se
encuentran: i) estableció la competencia y
exigibilidad de la Licencia Ambiental (Título II); ii)
definió los componentes de los Estudios de Impacto
Ambiental (Título III); iii) instauró el procedimiento
para la obtención de la Licencia Ambiental (Título IV);
iv) formuló los procedimientos y las circunstancias
para las cuales se puede modificar, cesar, integrar o
perder la vigencia de la Licencia Ambiental (Título V);
v) modificó el proceso de control y seguimiento,
exigiendo el Plan de Desmantelamiento y Abandono y
el Plan de Inversión del 1% (Título VI); y vi) creó la
Ventanilla Única de Tramites Ambientales en Línea
–VITAL- (Título VII).
Adicionalmente, en el artículo 21 estableció la
exigencia de valorar económicamente los impactos
ambientales sustentado en el interés del Estado de
14
prevenir y controlar los factores de deterioro
ambiental y de exigir a los particulares las
compensaciones por los efectos ambientales
negativos que sus actividades generen, en aras de
mantener el equilibrio entre los beneficios que se
obtienen por el uso del medio ambiente y de los
recursos naturales y las obligaciones que se deben
asumir para garantizar la sostenibilidad de los
mismos.
2.1 Identificación y caracterización medidas de
manejo
A través de la Resolución 1503 de 2010 se adoptó la
Metodología General para la Presentación de
Estudios Ambientales, la cual estableció los
lineamientos generales para la elaboración del DAA,
el EsIA y el Plan de Manejo Ambiental (Artículo
Primero). Esta metodología es un instrumento de
consulta obligatoria y de orientación a los usuarios
que, de acuerdo con la ley, deban realizar estos
estudios para la obtención de la Licencia Ambiental
(Artículo Segundo).
La importancia de esta metodología radica en que
tenía el potencial para constituirse como el manual
técnico que asegurara la calidad, coherencia y
homogeneidad de los estudios ambientales que
forman parte del proceso de EIA en Colombia,
incluyendo los planes de manejo ambiental y los
mecanismos de compensación que se contemplen en
estos.
En cuanto a la elaboración del Plan de Manejo
Ambiental, la metodología formula unas
recomendaciones generales e imprecisas para su
presentación y seguimiento, ignorando
completamente la jerarquía de la mitigación, de tal
manera que se dejó a discreción del diseñador del
estudio si se previene, corrige, mitiga o compensa los
impactos ambientales generados. Igualmente, se
omitió por completo la inclusión de mecanismos que
permitan a los actores locales la participación activa
en el proceso de EIA y la elaboración de los estudios
ambientales.
 2.3 valoración económica de los impactos
El Decreto 2820 de 2010, en el artículo 21, numeral 6
establece la necesidad de incluir la valoración
económica de los impactos con el fin de medir y
expresar en una unidad común, (como son las
unidades monetarias) los cambios en el bienestar
humano, generados por impactos ambientales. Para
tal fin se asigna un valor a la naturaleza que expresa
las preferencias sociales por los ecosistemas y el
medio ambiente, como un agregado de las
preferencias de los individuos afectados.
En el marco de los estudios de impacto ambiental,
esta valoración económica busca los siguientes
objetivos:
· Mejorar la calidad y complementar los procesos
de evaluación ambiental, mediante la estimación del
valor de las externalidades negativas y positivas,
incluyendo el efecto de las medidas de control y
compensación ambiental.
· Facilitar el seguimiento a los planes de manejo, al
servir como punto de referencia para dimensionar
las inversiones para el control de los impactos
ambientales.
· Establecer la equivalencia entre los costos de los
efectos negativos sobre el bienestar de la
población que no se pueden evitar mediante la
prevención, mitigación o corrección de los
impactos ambientales, y los efectos positivos
sobre esta misma población derivados de las
medidas de compensación que se apliquen
valuación económica de los impactos negativos y
positivos del proyecto.
Con el fin de establecer una guía metodológica para el
desarrollo de la valoraciones económicas el MAVDT
elabora el documento titulado: Evaluación
Económica de impactos ambientales en proyectos
sujetos a licenciamiento ambiental - Manual Técnico,
en el cual se establece que “algunos de los impactos
ambientales pueden controlarse en su totalidad, esto
significa que el valor económico de dichos impactos se
puede representar a partir del valor de las inversiones
en la jerarquía de mitigación de los impactos. No
obstante existen otros impactos no controlables que
no se pueden valorar utilizando este mismo enfoque.
Para éste último caso, la valoración económica no
mercadeable de impactos ambientales permite
15
expresar estas perturbaciones sobre el medio
ambiente en términos monetarios, para poderlos
incluir dentro del análisis de beneficios y costos
económicos del megaproyecto” (MAVDT, s.f., p.13).
En el caso de aquellos impactos negativos manejables
que se pueden prevenir, corregir o mitigar, se
establecen medidas de control que redundan en
inversiones efectivas para el manejo de dichos
impactos. Por el contrario, en el caso de los impactos
negativos no manejables, es decir no evitados, se
requiere establecer medidas de compensación
ambiental. La condición es que dichas medidas deben
ser efectivas en el control y compensación de los
impactos y deben cumplir con las metas de mantener
estándares socialmente óptimos de calidad
ambiental (MAVDT, s.f., p.14).
En este grupo de impactos negativos no evitados y
que requieren medidas de compensación, se centra el
ejercicio de valoración propuesto. Esta valoración se
requiere para estimar y comparar los costos
generados por las externalidades negativas, frente a
los beneficios derivados de las medidas de
compensación.
Los costos ambientales y sociales están referidos a
perdidas en bienes de subsistencia, perdidas de la
infraestructura para la producción o pérdidas de
servicios ecosistémicos de regulación, de soporte, de
protección o también pueden estar relacionados con
servicios culturales que proveen los ecosistemas en el
territorio y que incluyen: i)La identidad cultural: la
vinculación del ser humano con su entorno ecológico,
sistema de valores, variedad de formas de vida y
estilos de vida, el lenguaje, el conocimiento
tradicional están determinados por el entorno
biofísico y ecológico en el que se desarrolla el
hombre, ii) Los valores patrimoniales: gran parte del
patrimonio cultural está asociado a los
ecosistemas(historia, memoria, lazos familiares),
iii)Servicios espirituales: los valores espirituales, los
sitios sagrados, los ritos, los bosques, las plantas y los
animales sagrados, la idea de unidad entre los seres
humanos y la naturaleza. Estos últimos son de
especial importancia en el marco del presente
proyecto.
 MEMORIA COMO HERRAMIENTA :
EXAMEN PRELIMINAR DE LA COMPLEJIDAD
ÉTNICO TERRITORIAL Y ECONOMÍAS EXTRACTIVAS”
Reinaldo Barbosa Estepa
La historia de las regiones socioculturales, con
predominancia de pueblos indígenas, da cuenta de
distintos momentos de afirmación y existen
expresiones de diversos orden encaminados a
fortalecer sus identidades como pueblo, como Nación
otorgando a Colombia un carácter, plurietnico,
multicultural pero sobre todo multinacional: nación
wuayu, nación tairona, nación U'wa, nación ticuna y
muchas tantas más. Sin embargo, la ubicación
geográfica de las regiones así autoreferidas, respecto
al país, además de que no las ha configurado, dentro
de la visión del territorio nacional, no las reconoce y
sobre todo no las valora como regiones estratégicas.
En las circunstancias actuales, cuando la Constitución
Nacional ha hecho de la descentralización un
principio político rector y se reconocen a las regiones
y a las comunidades étnicas sus espacios de
negociación en el conjunto nacional, en concordancia
con las tendencias que se desarrollan al nivel
internacional, la incorporación de las regiones de
prevalencia étnica, en el planteamiento estratégico
nacional precisa de un proceso en doble vía, de las
comunidades de la región hacia la nación y de ella y de
su Estado hacia la región y sus comunidades. Este
16
proceso, a su vez, demanda el entendimiento de la
región y sus recursos y una comprensión de las
dinámicas que rigen las relaciones entre las
comunidades y su territorio. En otras palabras, se
requiere de “una teoría de lo étnico territorial
regional” y de “una memoria sobre las regiones
ancestrales”, para impulsar la comprensión
estratégica de los complejos regionales indígenas en
Colombia como parte de la nacionalidad.
La apuesta académica :
Entregar un estudio de caracterización geohistórico y
etnologico de cinco complejos territoriales regionales
colombianos que contribuyan a la formulación de
políticas públicas de pueblos y naciones indígenas
fundamentada en la memoria y el ordenamiento
ancestral del territorio como garantía de vida y
cultura para la paz estable y duradera en Colombia,
incluyente social y regionalmente y dirigida a crear
procesos que apoyen la implementación del progreso
de estos pueblos, así como instrumentos para la
planificación del desarrollo regional.
 Lo específico:
Conformar un equipo interdisciplinario de 15
expertos, con el objeto de analizar las condiciones
geohistoricas y socioculturales de estructuración
étnico territorial a partir de las cuales puedan
formularse un sistema de información geográfico
fundamentado en la cartografía social, de utilidad
práctica en la toma de decisiones, recomendaciones
para la planificación regional.
Generar formas de sensibilización y alertar a la
co m u n i d a d n a c i o n a l s o b re l o s r i e s go s d e
intervenciones no ajustadas a “normas acordadas”
en territorios frágiles o vulnerables de carácter etno
histórico o ancestral, mediante el desarrollo de un
seminario taller permanente con personas y
entidades que vengan trabajando la problemática
regional comunitaria.
Producir una reflexión general sobre las condiciones
geohistoricas y socioculturales de estructuración
étnico territorial en Colombia, recogiendo los
aportes de la memoria ancestral de los ancianos y
sabedores que en esta dirección han sido
transmitidos por tradición oral y que explicitan las
formas como se relacionan con el lugar que ocupan,
que permitan a los pueblos originarios dotarse de
herramientas para el “desafío del desarrollo”.
Generar un proceso de reconstrucción cartográfica
de cinco complejos étnico territoriales que permita
establecer las relaciones múltiples y complejas entre
territorios físicos y sus ofertas biótico ambientales,
memoria histórica de conformación de reservas y
resguardos legalizados, memoria de la ocupación,
uso y aprovechamiento de los territorios ancestrales,
lugares de significación mítico espiritual o lugares
sagrados, contribuyendo a formar opinión pública en
torno a las iniciativas de culturas de vida para la paz
estable y duradera en contextos de integralidad
étnico territorial.
Propiciar un proceso de fortalecimiento de las
formas de gobierno propio al interior de estos
complejos étnico regionales, como mecanismos de
reconocimiento del territorio y la apropiación de
herramientas para la formulación de iniciativas de
cultura de vida, insumos para la planificación en las
17
regiones, mediante la realización de talleres con
participación comunitaria regional.
1. ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN
REFLEXIVA.
La memoria Ancestral un referente conceptual.
Hoy en día los pueblos originarios -indígenas en
procura de fortalecer y legitimar su Gobierno
tradicional tanto a nivel interno -de las mismas
comunidades-, como en sus vínculos externos
instancias académicas, organismos
gubernamentales y empresa privada, ven con
urgencia la pertinencia de unificar procesos,
instrumentos y criterios para el manejo cuidado y
protección de la integridad étnico territorial, sobre
todo en los que los territorios protegidos o
considerados sagrados asociados a sistemas bióticos
y biodiversos como Páramos y Glaciares, selva
húmeda ecuatorial, bosque de galería, sabanas y
otros, sean preservados y conservados. Y a la postre
uno de los más descuidados, por su escasa
conceptualización y categorización es el de
“territorio sagrado”, urge identificar y unificar
criterios al respecto y definir una línea de acción que
trace pauta en casos como el que nos ocupa; de
momento vale decir que los territorios sagrados son
ámbitos de significación social y cultural asociados a
la aplicación práctica de las normas de vida o
“mandatos” emanados del derecho mayor o ley de
origen y según el criterio de los ancianos sabios: “si
existe una ley que se entregó a los mayores para que
la cuidaran, esta ley es para que se cumpla o de lo
contrario es como si no existiera”
Consultar y ofrendar en el ámbito espiritual por las
autoridades ancestrales tradicionales equivale a
encontrar la manera de ordenar y regular para
corregir y preservar para que no haya repetición en el
daño causado, contribuyendo así al mantenimiento
del equilibrio armónico natural del planeta; en casos
como el de los pueblos originarios consensuado en
torno de sus autoridades ancestrales tradicionales
para invocar la protección del derecho al territorio,
demanda que los instrumentos y lineamientos que
puedan formularse desde el Estado tiendan puentes
d e m e d i a c i ó n i nterét n i ca y co m u n i ca c i ó n
intercultural, incluido el uso de un lenguaje común
de aceptación general.

A fin con éste propósito el Grupo de Investigación
Región y Territorio hilvana esfuerzos con las
autoridades tradicionales de los pueblos originarios y
sus ancianos sabios propiciando el encuentro de un
grupo de sabedores indígenas -alrededor de 27
nacionalidades identificadas en cinco complejos
étnico regionales- en torno a los conocimientos
ancestrales asociados a los lugares sagrados y
territorios ancestrales que pertenecen a los
ecosistemas de Alta Montaña, selva húmeda
ecuatorial, sabanas inundables y bosque de galería.
Como una manera de consolidar el Gobierno
ancestral a través de reactivar la relación entre
conocimiento disciplinar, pensamiento ancestral,
rito-mito y autogestión comunitaria, que se ha visto
afectada por los conflictos actuales de pueblos y
comunidades, principalmente los relacionados con la
políticas públicas de dudosa comprensión, en
función de estos pueblos, y de forzosa aplicación por
parte de sus autoridades formales o de cabildo.
Para restituir el orden originario los sabedores
ancestrales plantean que hay que tornar por los
mandatos de la Ley de Origen, aunque en los
contextos actuales se requiera de la armonización
18
con otras sociedades y pueblos, resolviendo primero
en lo interno, y luego en las relaciones múltiples y
complejas con la sociedad mayoritaria. La
caracterización étnico territorial, la
desterritorialización evidente, la disolución de las
soberanías, los accesos al mercado y la política, fruto
de la mal entendida globalización, de una parte; la
despolitización de los territorios ancestrales,
afectado por el concepto que sobre ellos se ha venido
divulgando como de pertenecía general a la “nación,
en segundo orden; y, La coordinación entre el
sistema nacional de justicia, la jurisdicción especial
indígena y el derecho mayor indica la pertinencia de
un esfuerzo continuo y sistemático, convocante y
colectivo, no sólo de manera aislada como se ha
venido haciendo desde cada una de las
organizaciones indígenas, sino de manera conjunta,
empezar por una estructuración de los territorios
conforme, los indicadores de memoria, las ofertas
biótico ambientales, las eventuales amenazas y los
potenciales planes de desarrollo local regional o
nacional.
Los sistemas de selva húmeda ecuatorial, los llanos y
sabanas, los Complejos de Páramo y Glaciar que
forman parte de la complejidad étnico territorial,
deben ser interconectados de nuevo. Al reestablecer
el diálogo entre los abuelos ancestrales cuidadores
de cada uno de aquellos y que poseen el
conocimiento sobre el Origen, en particular los 27
herederos de bastones ceremoniales
correspondientes a los territorios más amenazados
en la presente coyuntura, no solamente restituye la
confianza, fortalece el gobierno y afinca el sistema de
pensamiento, aspecto sumamente importante en el
sentido en que, entre más se recuerde el Origen, más
fortalecido se verá el sistema de regulación
ambiental, y mejores instrumentos tendrán las
instancias públicas y privadas para obrar en
coherencia entre el fuero indígena y la realidad
jurídica nacional.
Acerca de la invocación de la protección, el cuidado
y la restauración ecológica de los ecosistemas de
Montaña en los complejos étnico regionales, por
ejemplo, no lo formulan por el mero afán de
acumular territorio físico, sino porque comprenden
que guardan estrecha relación con los nacederos
excepcionales de los cursos de agua que desde el
 páramo y nevado, conforman y abastecen los
principales cuencas hidrográficas del país,
Magdalena, Cauca, Meta, Guaviare, César, Caquetá,
Putumayo, Arauca Apure, Patía, Atrato Sanjuan y
otros, además de fijar carbono atmosférico, ser
corredores biológicos y servir como territorios de
especial significación para la evolución de especies
endémicas de animales y plantas; son fundamentales
para la reproducción de la vida en todas sus formas,
lo que otorga a estos territorios un particular carácter
global o mundial, por la relación compleja con el
sistema biótico ambiental y territorial del planeta.
Dado que dichos ecosistemas han sido afectados no
sólo por fenómenos naturales como el
Calentamiento Global, sino por prácticas humanas
inadecuadas, como la ocupación extractiva, la
ganadería, monocultivos, deforestación, quemas,
extracción de leña del subpáramo, turismo
comercial, obras de infraestructura vial, construcción
de Represas, fumigación con sustancias tóxicas como
parte de las políticas antidrogas o locomotoras
mineras agenciadas por del Estado o sufren el efecto
del traslape administrativo; generan un descomunal
impacto ambiental sin remedio a la mano. Salvo que
se agencien mecanismos de coordinación regulación
efectiva entre el trabajo de las autoridades
ancestrales de los pueblos originarios, y el ejercicio
de concertación y coordinación interinstitucional,
interetnico e internaciones, y parte de éstos es dejar
a la comunidad de origen el cuidado y regulación de
su territorio, es decir sanear la totalidad de las
19
reservas inicialmente otorgadas a los pueblos
ancestrales .
Del mismo modo, cuando se presume el concepto
de “victima” -para referirse a los derechos que éstas
tienen de restitución de tierras o reparación integral,
verdad o justicia- afectadas por el escalonamiento
progresivo del conflicto interno armado y otros
factores asociados, los ancianos sabios de los
pueblos originarios tiene claro que tal situación no es
de ahora, ni que tales factores son de poca
importancia, afirman que como pueblos nacidos y
vinculados a este territorio, han venido siendo
afectados desde los momentos iniciales de la
ocupación colonial europea tanto en lo personal y
socialcomunitario, como en lo etnico territorial y que
cualquier forma de “curación, sanación, restitución o
corrección ha de ser histórica, pero sobre todo
ancestral, para garantizar que no haya repetición,
porque no solo la persona o la comunidad han sido
afectadas, el territorio, la casa mayor también ha
sido afectada, los daños han sido de carácter
colectivo con efectos individuales, pero los daños al
territorio son colectivos, comunitarios y requieren
correcciones colectivas.
La reparación es insuficiente si se piensa
individualmente, el restablecimiento del equilibrio
como restitución del órden originario o ancestral
adquiere sentido si contribuye a restablecer el
equilibrio armónico de los pueblos con los lugares
que han ocupado y esto sólo se concibe como

nuestra historia, son los que componen lo que
podremos denominar como territorio propio, como
espacio sagrado que alimenta y fortalece y nos da la
existencia en este planeta.
Por lo tanto, este espacio es propio de todos y cada
uno de aquellos pueblos a los que la Madre espiritual
les encomendó unas misiones específicas, que
debemos cumplir y que tan sólo se pueden concretar
en el espacio denominado U'munukunu (Casa mayor
o Casa de gobierno).
En últimas, el territorio es donde están escritas las
Leyes y la Historia sin las cuales no seríamos pueblos
con culturas diferentes” (Villafaña; 2005:3). En este
conjunto de ideas existe una relación profunda en
tiempo y espacio, memoria y territorio; interacción
que permite la comprensión de la naturaleza desde
los saberes indígenas, fundamento sobre el cual los
sabios ancianos instauran la diligencia de tutelar a
favor de los pueblos desde sus sitios sagrados.
Sobre este último aspecto, podemos decir que
frente a la crisis ambiental por la cual atraviesa la
sociedad colombiana se hace mucho más urgente
legitimar este tipo de conocimientos en los que la
relación hombre-naturaleza se sustenta sobre la base
sistémica de la interconexión y la interdependencia,
partiendo del fundamento de que el territorio es
sagrado, sin caer en la exagerada presunción de que
el pensamiento amerindio solo se atiene a decir
“nosotros los indios sabemos muy bien que los
mestizos no entienden nuestras costumbres y
nuestro pensamiento; se les dificulta entender el
verdadero pensar de nuestros pueblos e insisten en
no creer todo lo que practicamos y decimos acerca de
20
la madre tierra. Pero nosotros estamos conscientes
que la conservación de nuestras costumbres y
tradiciones es por el respeto a la sabiduría y a la
memoria de nuestros ancestros” (López Gómez;
1992:265).
El tema cobra importancia dentro del Plan Nacional
de Desarrollo 2010-2014 “Prosperidad para Todos”,
puesto que “bajo este documento el Gobierno
Nacional tiene intereses en promover el desarrollo
del país a través de la seguridad y la paz”. La
consolidación de la paz para la prosperidad
democrática incluida en el Plan Nacional de
Desarrollo necesita de la investigación de los factores
que hasta el momento no han permitido alcanzar la
paz en el territorio colombiano.
Por último, los saberes compartidos se alinean con
la Estrategia Nacional de Cooperación Internacional
2012-2014 en la medida que el área pretende la
consolidación de la paz, por medio de “la estrategia
de cultura de paz, de la convivencia y el desarme. Así
m i s m o, t ra s e l c o m p o n e n te d e V i c t i m a s ,
Reconciliación y Derechos humanos”. la madre
tierra. Pero nosotros estamos conscientes que la
conservación de nuestras costumbres y tradiciones
es por el respeto a la sabiduría y a la memoria de
nuestros ancestros” (López Gómez; 1992:265).
El tema cobra importancia dentro del Plan Nacional
de Desarrollo 2010-2014 “Prosperidad para Todos”,
puesto que “bajo este documento el Gobierno
Nacional tiene intereses en promover el desarrollo
del país a través de la seguridad y la paz”. La
consolidación de la paz para la prosperidad
democrática incluida en el Plan Nacional de
Desarrollo necesita de la investigación de los factores
que hasta el momento no han permitido alcanzar la
paz en el territorio colombiano.
Por último, los saberes compartidos se alinean con
la Estrategia Nacional de Cooperación Internacional
2012-2014 en la medida que el área pretende la
consolidación de la paz, por medio de “la estrategia
de cultura de paz, de la convivencia y el desarme. Así
m i s m o, t ra s e l c o m p o n e n te d e V i c t i m a s ,
Reconciliación y Derechos humanos”.
 Relaciones Jurídicas del Pensamiento Ancestral,
Derecho Mayor y Territorio
Rodrigo Niño Rocha (Xieguazinsa Ingativa Neusa)
“La palabra
indígena es una
p a l a b r a
accidentada, nos
evoca el pasado,
lo histórico, lo
cultural y solo
podemos verla,
para revisar
n u e s t r a
rea lid a d ,
c o r re g i r y n o
volver a cometer
los mismos
errores, no para
devolvernos a
s e r c o m o
antes.La palabra
ancestral es
d i s t i n t a :
perenne, cierta verdadera y necesaria, es aquello que
nuestros antiguos buscaban, lo mismo que en tradición
nosotros escudriñamos, en un eterno presente en la
evidencia del Espíritu que es luz y eternidad, por ello
sostenemos que no estamos hablando del pasado sino de
nuestras promesas a la Ley de Origen y sus ordenanzas”.
Los desafíos de los pueblos ancestrales por su
pervivencia “real” seguirán siendo los mismos desde
los distintos impactos socioculturales y territoriales
que históricamente se conocen desde los últimos
cinco siglos. El reduccionismo del proyecto “Europa
en las Américas” desde el siglo XVI, durante la
colonia, con el resultado de las transformaciones
recae su continuidad en los tiempos modernos en
contextos más globalizantes en los renglones de los
paradigmas económicos y políticos, afectando lo
social y ambiental natural; pero el pensamiento
ancestral en su permanencia y resistencia en la
configuración de las relaciones del derecho de “Fuero
Indígena” de los Estados modernos, trastocado de
sobremanera, por las políticas de extractivismo y la
inseguridad jurídica en el accionar de las
instituciones públicas y privadas, creando
desconfianzas. La violencia sistemática de despojo de
21
los territorios desde hace 500 años y en el implícito
del debilitamiento generacional del pensamiento
ancestral y su tradición, demuestra el nuevo reto de
resarcimiento a los impactos sociales, económicos y
naturales-ambientales, en la pretensión sostenible
de los recursos bio-sustentables, no solo para los
pueblos indígenas sino para la humanidad en general
y nuestra “casa cósmica” la Madre Tierra.
El SEGUNDO SEMINARIO “COMPLEJIDAD ÉTNICO
TERRITORIAL y ECONOMIAS EXTRACTIVAS, (Impactos
regionales de la aplicación de políticas de Estado en
las comunidades indígenas colombianas del
INSTITUTO DE ESTUDIOS POLITICOS Y RELACIONES
INTERNACIONALES, IEPRI, de la UNIVERSIDAD
NACIONAL DE COLOMBIA, afianzará la importancia
del Derecho Mayor y su Pensamiento Ancestral,
conociéndose que éste, es la fuente del Derecho
Propio (usos, costumbres, tradiciones y saberes),
dejando a la institucionalidad, y a los gobiernos la
discrecionalidad: ocasionando un desequilibrio en
los derechos y sus garantías cuando se desconocen a
las comunidades, naciones, pueblos nativos y
descendientes (amestizados), frente a la eficaz
participación de las mismas; minimizando el ejercicio
de estas garantías en un régimen jurídico indigenista
contradictorio.
Es el propósito de esta ponencia re significar y valorar
la importancia de ahondar en los efectos jurídicos
que tienen los componentes del derecho indígena y
que son la esencia del pensamiento ancestral sin el
cual no tendrían asidero la existencia de estos
pueblos nativos ni el desarrollo del pluralismo
jurídico, étnico, cultural en el respeto de un enfoque
diferencial integral para las políticas públicas y en
concordancia (por fuero de atracción) con las demás
normas legales que les competen.
 Los últimos gobiernos se enfrentan a un
resarcimiento de las políticas sociales y ambientales-
naturales. Desde el gobierno mismo y otros sectores
se hacen inmensos esfuerzos y estudios para estos
favorecimientos, pero no se es consecuente en las
prioridades de vida. Son más fuertes los intereses y el
“desconocimiento” de la vocación histórica de los
territorios y sus gentes, se requieren cambios
estructurales de fondo, el país no ha madurado en
reconocer la riqueza de la diversidad biótica, cultural,
etnica y territorial, se sigue menospreciando las
identidades propias, entre otras las de los pueblos
ancestrales y sus descendientes que reconocen la
importancia de la naturaleza y de la vida en todas sus
expresiones existentes y ello se desarrolla en los
propios territorios.
Uso axiológico del suelo. La contradicción de fondo
reside en el uso “axiológico del suelo” y por ende en el
de su propio sustento: el subsuelo. Se pretende dar
luces en aquellos temas que se han convertido
históricamente en procesos de desigualdad,
injusticia y violencias con los pueblos indígenas y
demás minorías étnicas; vale la pena revisar los
estudios de la constituyente que contribuyeron en la
Constitución Política de 1991, para estos temas, tales
como el de Unidad del Estado, no en la vieja
concepción del centralismo, sino el de fortalecer el
reconocimiento de la unidad desde la diversidad
biológica, jurídica, política, territorial, religiosa,
expresiones culturales...
“es la concepción de la unidad como el todo que
necesariamente se integra por las partes y no la
unidad como un bloque monolítico. (…) El gentilicio
colombiano ha adquirido una categoría irrenunciable
(…) no importa las diferencias de matices ni
variedades, el colombiano es una unidad y la Nación
es resueltamente unitaria, dentro de una diversidad
regional estimulante pero no disgregante”
En esos avances constitucionales, igualmente el
Senado de la República que representa los intereses
nacionales de todos los colombianos, y en el que
provee un régimen especial para los indígenas, que
en concurrencia con los artículos 329, 330 CPC,
22
garantiza la libertad y autonomía de la designación de
autoridades indígenas territoriales de fuero indígena
los Consejos Indígenas, distintos estos, de los
Cabildos Indígenas que en especial son de carácter
legal (ley 89 de 1890). Las competencias de estas
autoridades indígenas se deben complementar para
el equilibrio del fuero indígena, con el propósito de
fortalecer: la coordinación entre la Jurisdicción
Especial Indígena JEI y el Sistema Judicial Nacional
SJN (artículo 246 CPC), y especialmente los procesos
de la consulta previa libre e informada; reconociendo
que el consentimiento previo es el resultado de la
consulta interna de las autoridades tradicionales
(ancestrales) y sus comunidades, con efectos de
vinculo jurídico.
Fuerzas reales de poder. Las interpretaciones y
enunciados jurídicos y antropológicos de los pueblos
indígenas se subscriben solamente a un marco
ideológico y político excluyente, regido por el influjo
de los intereses de las “fuerzas reales de poder”
(políticas, económicas, culturales y de fuerza), en
especial desde las políticas internacionales
homogenizates, que en consecuencia práctica
demuestra la falta de garantías.
Las potencias reconocen “la crisis de las economías
globalizantes” que trae consigo la crisis de recursos
naturales por su agotamiento mundial , esto se veía
venir para los territorios de América nativa o Abya
Yala (nombre del continente americano en lengua
chibcha Cuna); basta recordar algunos ejemplos de
las políticas exteriores en el hemisferio como la
Doctrina Monroe (1823), la Alianza para el Progreso
(1961), el Informe Rockefeller (1969), el Informe
Kissinger (1974), los distintos documentos del Plan
Santa Fe (1980)… y los TLC, entre otros, que
demuestran lineamientos de injerencia, que en
ultimas han afectado la libre determinación y la
autonomía de los pueblos aborígenes y a sus
descendientes (amestizados).
El Fuero Indígena en Colombia hasta hace muy poco
se reducía su interpretación a las normas jurídicas
estatales, que aunque enuncia algunos logros y
garantías de estos pueblos y demás minorías étnicas,
desconoce aún los componentes de la ley ancestral y
las leyes de fuentes de derecho que le son propias,
esto entraña complejidades aún en el lenguaje. A
partir del Decreto Ley N° 4633 de 2011 la
normatividad colombiana solo ha avanzado
taxativamente en estos enunciados más no los define
p o rq u e h a c e n p a r te d e l a co m p e te n c i a y
discrecionalidad del régimen especial jurídico
indígena, –en concordancia normativa (por fuero de
atracción) que deben aplicarse a las demás normas
indigenistas del Estado-. No obstante el decreto en
mención permite ver y diferenciar en su desarrollo, la
importancia de la coordinación y jerarquización de
las normas indígenas: haciendo ver, que unas son las
normas indigenistas del Sistema Judicial Nacional y
otras las del Derecho Propio y el Derecho Mayor
(leyes de Origen y Natural) implícitas en los derechos
f u n d a m e nta l e s , co l e c t i vo s , e co n ó m i co s y
ambientales, sin detrimento de la Constitución, la ley,
los instrumentos internacionales del bloque de
constitucionalidad y el DIH. Las que hará prevalecer el
principio pro homine sin desmedro de la autonomía y
jurisdicción especial indígena.
“El principio pro homine debe entenderse como la
aplicación preferente de la norma más favorable a la
persona humana en el que establece un orden de
preferencia normativo e interpretativo, pues se debe
acudir a la norma o la interpretación más amplia, e
inversamente, a la norma más restringida cuando se
trata de establecer de manera permanente el
ejercicio de los derechos”.
El Decreto 2164 de 1995, diferencia claramente, las
competencias de las autoridades indígenas: “…las
autoridades tradicionales de las comunidades
indígenas tienen, frente al Incora, la misma
representación y atribuciones que corresponde a los
cabildos indígenas”; además define conceptos como
resguardo, parcialidad, cabildo, autoridad tradicional
(ancestral), reserva indígena, pero no hace alusión a
la esencia del Fuero indígena: el Derecho Mayor y
23
Derecho Propio (Ley de Origen y Ley Natural).
Conflicto de competencias. La superposición de las
nuevas configuraciones de la jurisdicción ordinaria de
los territorios, administrativa, ambiental, la de los
bloques de contratos de concesión minera
(extractivismo minero energético) sobre las
concepciones de territorialidad sociocultural
ancestral, que se derivan del derecho mayor y las
normas indigenistas de patrimonio cultural y natural-
ambiental, genera conflictos de competencias
considerables de una parte entre las normas
ambientales y mineras, y de otra, frente a las normas
de fuero indígena.
El “uso axiológico del suelo” según el pensamiento
ancestral, de acuerdo con la Ley de Origen y Derecho
Mayor, se le asimila a un ser vivo que hay que
proteger, cuidar y honrar, que en su ley natural la
palabra mayor es el equilibrio, armonía y orden de la
naturaleza (la Madre Tierra): con sus leyes de
interdependencia, correspondencia, de
asociaciones, de polaridades, de intercambio,
atracción, repulsión, calendarios, fuerzas-energías,
inteligencias, mundos, medicina, elementos, seres,
etc. y demás imperativos de leyes físicas, cósmicas y
espirituales.
Nuestra misión es cuidar lo que nos contiene y lo que
nos sostiene, resarciendo protegiendo la vida, la
dignidad humana, la identidad cultural y el territorio
como constitución indígena, donde emerge el
compartir de nuestros, sistemas económicos
comunitarios y solidarios, basado en la satisfacción
de las necesidades de la población, en la producción
de valores de uso, de medios de consumo, y no de
valores de cambio, de cualquier tipo de mercancías
para ganar dinero lo que nos pone en desventajas
frente a las economías extractivistas, con su culto al
crecimiento, consumo exacerbado, y su
productivismo sin límites: “la dinámica del
capitalismo del consumo masivo desemboca en la
aberración de un planeta para usar y tirar, frente a
esto quienes se oponen a ese modelo
desequilibrado, del daño ambiental y natural, es
insurgente: ¡la Tierra no es desechable!” .
desemboca en la aberración de un planeta para usar y
tirar, frente a esto quienes se oponen a ese modelo
desequilibrado, del daño ambiental y natural, es
insurgente: ¡la Tierra no es desechable!” .
Recordemos la experiencia de los actuales impactos
sociales, económicos y ambientales-naturales de los
departamentos de la Guajira, el Casanare, Huila,
Tolima, Boyacá, Arauca, Santanderes, Putumayo,
Caquetá, Meta, Guainia,… El estatus de potencial
acuífero de Colombia, no resiste el extractivismo, por
la vulnerabilidad de los ecosistemas bióticos,
endémicos y las diversidades culturas indígenas,
étnicas y campesinas, quienes asumimos la
responsabilidad de hijos de la tierra y las semillas.
Nuestra débil democracia, la corrupción y la
estructura de la política económica requiere regular
el uso de los recursos naturales, sin romper el
equilibrio haciendo transformaciones de fondo,
constitucionalmente: que el subsuelo sea de la
Nación y no del Estado, lo que trae consigo cambios
profundos de desarrollo para el país, el resarcimiento
de los impactos sociales, económicos y ambiental-
naturales, en términos de valor agregado sostenible y
sustentable. Así los territorios ancestrales lograrían la
plenitud de los derechos de inembargabilidad,
imprescriptibilidad e inalienabilidad.
Territorios Sagrados. Compuesto por una serie de
espacios específicos para la realización de rituales,
celebraciones, ceremonias, pagamentos y
ofrecimientos tradicionales, y considerada como el
límite verdadero de su espacio territorial, con
correspondencia de mundos, o lugares espirituales y
en relación con la sincronía de los tiempos
(calendarios), hierofanía, entre otros elementos de la
Ley de Origen y Derecho Mayor. Concepciones
ignoradas con desdén por gobiernos, contratistas de
empresas extractivas o mineras nacionales y
transnacionales, algunos sectores de fuerzas ilegales,
sectores económicos y políticos regionales. Urge el
reconocimiento de una cartografía sagrada lo que
implica la integración de los pueblos indígenas, en lo
que en derecho Mayor se conoce como
“Recomposición Espiritual del Territorio” , en la
continuidad a los Acuerdos y Mandatos, de los
24
distintos encuentros de las Autoridades Tradicionales
Indígenas de Colombia IEPRI (2011-2012).
Este concepto ha sido abordado por la Comisión de
Expertos en la Aplicación de Convenios y
Recomendaciones (CEACR), control de la Convención
169 de la OIT; demás instancias internacionales y por
la jurisprudencia de las Altas Cortes, en donde se
pone de manifiesto las garantías de seguridad
jurídica, la salvaguardar los pueblos indígenas, en su
totalidad para el cumplimiento de los gobiernos, las
autoridades ambientales, territoriales, de
patrimonio cultural, y además organismos. El Auto
004 de 2009 Corte Constitucional, falto requerir otras
causales o alcances por substrato de materia, como la
intervención de los territorio por otras formas de
agresión: la territorial y cultural, la situación se
motivó desde el conflicto interno del país donde solo
considera 34 etnias en peligro de extinción, cuando
esto atañe a todas las etnias (más de 101),
“cualquiera sea su situación jurídica” y donde quiera
se encuentren.
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Decreto Ley N° 4633 de 2011.
Auto N° 004 de 1999 Corte Constitucional de
Colombia y Sentencias respectivas
 PARTICIPACIÓN DE LAS AUTORIDADES INDÍGENAS EN
LA CONSTRUCCIÓN DE UN DIÁLOGO INCLUYENTE
Los pueblos indígenas de Colombia, históricamente
han sido transgredidos por múltiples factores
externos que han llegado a modificar las prácticas
ancestrales indígenas. Ya desde el siglo XV con la
llegada de españoles, se encargó a los misioneros la
catequización de los pueblos, para ellos “salvajes”.
Posteriormente se enfrentaron a la expropiación de
tierras incluyendo lugares sagrados, esto por parte de
hacendados particulares que con el aval del Estado a
través de la titulación de predios ha otorgado títulos
de propiedad privada a unos pocos. Y en las últimas
décadas, culminando con el padecimiento por el
accionar violento de grupos armados ilegales y el
ejército nacional.
A esto se suman las políticas macroeconómicas de
explotación y amplios megaproyectos que buscan
extraer los recursos naturales. Llegando en algunos
casos a no medir los impactos ambientales y con
mayor dificultad los impactos culturales en las
comunidades.
Ante este fenómeno el Estado colombiano más allá
de reconocer y respetar los derechos especiales de
los que gozan los pueblos indígenas al interior de sus
resguardos, ha venido impulsando los proyectos que
buscan intervenir el Territorio. Por lo que se hace
indispensable el análisis político, jurídico y
conceptual del proceso a través del cual se justifica la
intervención de territorios indígenas a través de
supuestos y razones amparadas en la interpretación
26
Duván Murillo
jurídica y la expedición de actos administrativos.
En la naturaleza misma del Estado se encuentra
dificultad para interlocutar con los pueblos
indígenas. Esto porque la estructura estatal se ha
organizado históricamente bajo preceptos rígidos y
estáticos, que como diría Fals Borda, están asociados
al imaginario newtoniano de espacio tiempo como
un bloque estático e intangible, limitando
severamente la comprensión de los procesos sociales
de base implicados en el ordenamiento y uso de los
territorios.
En esta medida, el análisis no tiene razón de ser, si
carece de los actores que intervienen en el conflicto.
Es indispensable la interlocución y el
acompañamiento pedagógico a todo proceso que
tenga como propósito el acercamiento y la
comprensión de las dinámicas sociales y culturales
que son ajenas a la concepción occidental del Estado
en el marco de sus políticas Públicas. Llegando a
p ro m ove rs e e l d i á l o go, co m o l a p r i n c i p a l
herramienta de solución de los conflictos y pugnas
por el Territorio.
Éste ha sido el propósito del seminario taller
“complejidad étnico territorial y economías
extractivas, impactos regionales de la aplicación de
políticas de estado en las comunidades indígenas
colombianas”.
Con el fin de consolidar el diálogo y la comprensión,
hemos hecho extensiva la invitación a las
autoridades indígenas de los pueblos de Colombia,
para que compartan sus experiencias y se haga una
retroalimentación de saberes entre éstos, los
representantes de Ecopetrol y los académicos que
participan con sus respectivas ponencias. Al llamado
del grupo Región y Territorio, han respondido cerca
de 16 autoridades y sabedores de 9 pueblos
indígenas.
Los pueblos indígenas de Colombia, históricamente
han sido transgredidos por múltiples factores
externos que han llegado a modificar las prácticas
ancestrales indígenas. Ya desde el siglo XV con la
llegada de españoles, se encargó a los misioneros la
Con este ejercicio se ha traspuesto la dinámica
tradicional que implica hacer un reconocimiento del
Territorio y de los pueblos que lo habitan, desde la
distancia. Desde el conocimiento de expertos y
estudiosos que aplicando metodologías hacen una
aproximación a la comprensión de “los otros”. Al
plantearse un ejercicio dinámico que abarca la
participación de autoridades ancestrales, poseedoras
del conocimiento y la memoria de los pueblos
originarios, se está facilitando no sólo una
aproximación básica, sino la comprensión misma de
la concepción de la vida y todos los ámbitos que la
constituyen.
Al respecto los Abuelos, Mamos, Taitas, Yashas,
Ancianos, Tehualas y Wuarjayos han participado del
primer seminario organizado en Villa de Leyva,
abriendo un lazo de confianza con ingenieros y
técnicos de Ecopetrol, al dar vía de acceso a su
27
conocimiento expresado a través de la oralidad.
Algunas de las temáticas que mayormente se
abordaron, hacen referencia a la disparidad de las
autoridades tradicionales con los cabildos indígenas,
al reduccionismo al que se han visto expuestos, al
respeto y reconocimiento de la diferencia expresada
por el sistema de pensamiento indígena, y a la
necesidad de obrar conforme a la Ley de Origen.
Los cabildos y su naturaleza ajena.
Dicen los Mayores, que los cabildos se han desviado
de los principios básicos de los pueblos indígenas,
cediendo con los años a las lógicas del sistema
occidental. Volviéndose el dinero, el factor que
moviliza los intereses de quienes participan del
espacio de representación. Por tal razón las
autoridades tradicionales o ancestrales, han optado
por prescindir de los cabildos.
Vale advertir, que los cabildos y gobernadores
indígenas son figuras jurídicas en tanto están
amparados por la legislación y normatividad
colombiana, esto en la medida que la estructura de
resguardo indígena se usó para delimitar los
territorios de los pueblos desde finales del siglo XIX, y

por consiguiente el cabildo constituye el cuerpo
político de un resguardo y es la figura a través de la
cual el Estado reconoce la existencia de comunidades
especiales en un territorio determinado.
Pero más allá de esta estructura, las autoridades
tradicionales son el bastón de los pueblos indígenas y
un Mayor que nunca baja de su montaña, permanece
internado en su territorio, está facultado para ejercer
autoridad tradicional en su comunidad y su Territorio
por encima de un sistema administrativo como lo es el
cabildo indígena. Esto lo contiene el artículo 246 y 330
de la C.P.
El Reduccionismo.
Es un sistema estratégico de amplia envergadura que
procura la expansión de un Estado sobre otro, con el
propósito de dominación. Este fenómeno se ha
manifestado a lo largo de los siglos y de múltiples
formas. Desde que se dio el proceso de colonización
en América, La estrategia ha sido dominar y reducir a
los pueblos indígenas y así tomar el control de sus
territorios.
28
La imposición de la estructura política del cabildo para
organizar a los pueblos indígenas, ha sido
completamente nociva y ha ocasionado la
delimitación estricta de resguardos, al igual que ha
dividido a las comunidades haciendo que pierdan
fuerza. Al imponer un sistema organizativo, se
condena a los pueblos a que pierdan su identidad y se
alejen cada vez más de su autogobierno. Los pueblos
indígenas poseen una visión diferente acerca del
mundo, con relación a la visión occidental. Esto lo
abarca el pensamiento mayor indígena, el cual vincula
ámbitos materiales y espirituales en una visión
cosmogónica del mundo, que sólo se puede
desarrollar a través de su Territorio. Esto implica que,
el reconocimiento que se haga de ellos y de su
pensamiento y forma de vida, debe ser amplio y
respetuoso de parte de quienes se apoyan en una
compresión occidental y racionalista.
En la medida que el pensamiento racionalista
occidental no agota a través de análisis por más
concisos y estrictos que sean, la comprensión del
pensamiento complejo que guía los pueblos
originarios.
El que no se conozca la historia de algunos pueblos, no
significa que no exista dicho pueblo, o que no hayan
vivido antes de que se les conociera, y hayan estado
paralelamente a nuestra historia. Para ser más claro, y
usando una frase de Levi Strauss, se puede decir que:
No existen pueblos infantiles, todos son adultos
incluso aquellos que no han conservado el diario de su
infancia y adolescencia.
Ley de Origen.
Este es el principio ordenador del actuar colectivo de
los pueblos. Por encima de las estructuras y sistemas
impuestos por la tradición occidental, existe un
principio por el cual se dictamina el modo de vida
i n d í g e n a . Pa ra i n i c i a r l a c o m p r e n s i ó n y
reconocimiento de los pueblos indígenas en los
territorios, hay que acercarse al principio rector.
El objetivo inmediato es mitigar los procesos de
aculturación que por diversos motivos han alterado la
cotidianidad de las comunidades, arrojandolas a la
confusión y el desconocimiento de su identidad
tradicional. Cada pueblo y cada Territorio tiene su
propio lenguaje.
Dirección General
Carlos Mario Perea, director del Instituto de
Estudios Políticos y Relaciones Internacionales,
IEPRI de la Universidad Nacional de Colombia.
Coordinador General
Reinaldo Barbosa Estepa, director del Grupo
Región y Territorio.
Conferencistas invitados
Ariza Santamaria Rosembert
Doctor en Sociología Jurídica, Abogado. Profesor e
investigador en temas de administración de justicia,
profesor del diplomado en consulta previa de la
Universidad Nacional de Colombia.
Ballesteros Nicolás
Candidato a magister en desarrollo local, especialista
en estudios urbanos y análisis espacial, Geógrafo,
investigador del Departamento de Geografía de la
Universidad Nacional de Colombia.
Barbosa Estepa Reinaldo
Doctor en Historia, Magíster en Historia, Historiador,
Docente investigador del director del Instituto de
Estudios políticos y Relaciones Internacionales
IEPRI, coordinador del Grupo Región y Territorio.
Castiblanco Rozo Carmenza
Licenciada con estudios principales en Química.
Magister en Economía del Medio Ambiente y Los
Recursos Naturales, profesora del Instituto de
Estudios Ambientales, IDEA, y del diplomado en
Consulta Previa de la Universidad Nacional.
Henao Londoño Clara
Bióloga, de la Facultad de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional de Colombia y docente del
Diplomado en Consulta Previa.
Ingativa Xieguazinsa
Abogado, investigador y escritor de estudios de
Antropología Jurídica y Recomposición Etno-cultural.
Asesor Jurídico en Derecho Indígena. Autoridad
Ancestral y Gobernador de las Comunidades
Indígenas del Pueblo Nación Muisca Chibcha Boyacá.
29
Jiménez Reyes Luis Carlos
Profesor Asociado, adscrito al Departamento de
Geografía de la Universidad Nacional de Colombia.
Ingeniero geógrafo, obtuvo un D.E.A en
Ordenamiento y Desarrollo Local de la Universidad de
Pau et des Pays de l’Adour en Francia y doctor en
Geografía de la Universidad de Bordeaux 3, Francia.
Ha sido profesor invitado en la Universidad de
Rennes, Fr.
Ortegón Twiggy Malena
Trabajadora social, tesista de la maestría en
Antropología Social Docente Universitaria e
Investigadora. Experiencia en formulación y gestión
de proyectos sociales y asesoría en Política Pública.
Perea Restrepo Carlos Mario
Director de Instituto de Estudios políticos y
Relaciones Internacionales IEPRI. PhD, Magister en
Estudios Latinoamericanos, historiador.
Pineda Ballesteros Roberto
Antropólogo, profesor de la Universidad Nacional,
estudioso de las comunidades indígenas y de la
historia de la Amazonía.
Equipo técnico
Claudia Janneth Sánchez Rivera, comunicadora
social y periodista.
Jenny Liliana Pulido Velasquez, Filósofa
investigadora del Grupo Región y Territorio.
Duvan Murillo Escobar, Politólogo, asistente del
Grupo Región y Territorio.
Luz Amanda Rodríguez, asistente del proyecto.
30