Cuando hablamos del Rococó en la actualidad, no nos debemos referir únicamente
a las prendas de vestir, obras de arte, personajes etc. También es importante
analizarlo desde todo su contexto, y entender así cuál fue el legado que nos dejó.
El rococó es un periodo histórico que se desarrolló en Europa durante el siglo XVIII,
inició en Francia y se expandió por todo el continente. Esta es una época donde el hombre se ha liberado un poco de las creencias religiosas y ha descubierto el poder racional que tiene, esta racionalidad le permite proyectar grandes alcances tecnológicos. El eje de sus creencias va dirigido a las expectativas que le genera su poder mental. Descubre que es el dueño del mundo y que puede llegar a retar a Dios. Si no ubicamos en el medioevo (siglo IV a XIV), esta mentalidad era totalmente errónea Pero, en el Renacimiento (siglo XV y XVI), cuando el hombre se emancipa de la Iglesia, se empieza a generar grandes cambios en los hábitos del hombre., para estos siglos el hombre descubre que el planeta es redondo, la anatomía, la intensión de volar, la perspectiva y surgen en sí, las ciencias naturales. Dichos acontecimientos y logros generan en el hombre otro dinamismo cultural que interviene en todas las estructuras: la política, social, económica y artística. Durante el siglo XVII, en el Barroco se empiezan a formar las bases del Rococó. El movimiento cultural se extiende en la literatura, la escultura, la pintura, arquitectura, danza y música. Además de enfocarse hacia lo glamoroso y sofisticado se caracteriza por ser desmesurado, recargado e irracional. Siendo los objetos artísticos más cercanos al hombre. Hacia el siglo XVIII cuando ya ubicados en el rococó podemos encontrar interés por los colores luminosos, suaves y claros. Predominan las formas inspiradas en la naturaleza, en la belleza de los cuerpos desnudos, en el arte oriental y especialmente en los temas galantes y amorosos. El arte se hace mundano, sin influencias religiosas, trata temas sobre la vida cotidiana y de las relaciones humanas, refleja lo que es agradable, refinado, exótico y sensual. Es un arte que está al servicio de la aristocracia, logrando trabajar con más libertad. En el contexto social es importante destacar que la mujer desde el barroco empieza a tener mayor participación, se convierte en organizadora de eventos para hablar de literatura, política, juegos de ingenios o para bailar. La vida social se activa de manera desmesurada y los objetos mundanos entran a ser de vital importancia para definir el estatus social, por esta razón la ropa adquiere gran importancia, permitiendo a la industria textil tener un enorme desarrollo, cintas, encajes, escarolados, flores de seda y mariposas que decoraban los trajes de los más poderosos. Enfocándose en la vida de María Antonieta, definiremos la propuesta del Rococó. María Antonieta, esposa de Luís XVI, rey de Francia, en el siglo XVII utiliza gran parte del dinero del reino en lujos, junto con el rey Luís XVI dedican parte de la fortuna en la decoración de Palacio de Versalles. Famoso hoy por su arquitectura, estuvo decorado por las más suntuosas esculturas, cortinas, muebles con el primer golpe de vista se puede apreciar los inmensos jardines, la arquitectura impactante y un terreno bastante generoso. Otra parte de la fortuna estuvo destinada a reuniones sociales. Dirigida a los honorables miembros de la corte, licor, banquetes, vestidos suntuosos, juegos de azar, eróticos, etc. y la otra parte de la fortuna en moda, Maria Antonieta es también denominada la reina de la moda junto con su esposo, tradición que viene desde Luis XIV. En el rococó, por la fuerza de la burguesía, que constantemente estaba al pendiente de la ropa de la reina y por ende de copiar su vestuario. Las personas de las clases más altas se veían en la necesidad de inventar nuevas modas, cada vez más recargadas, para diferenciarse de la clase baja utilizando oro, plata, y accesorios exóticos. Las joyas de igual manera eran de gran valor, había gusto por los diamantes y las piedras preciosas, mientras las personas de las clases inferiores usaban imitaciones. Maria Antonieta, tenía el placer de cumplir con todas sus excentricidades, podía tener de inmediato todo lo que pedía, una inmensa corte estaba a su servicio.
La vida de Maria Antonieta, es comparable con el estilo de vida que quisiéramos
llevar hoy en día. Sin embargo esto no es posible para todos. Quienes realmente pueden vivir el rococó son los miembros de la farándula, específicamente de Hollywood. Los personajes de televisión y cine, son los más interesados en mostrar su estatus social por medio de sus extravagantes mansiones, suntuosos vestidos, eventos sociales y exigencias absurdas hasta cierto punto. El dinero combinado con la fama puede ser explosivo. Esto ha sucedido con no pocas celebridades, que parecieran competir por saber quién es el más exagerado en cuanto a excentricidades se refiere. Al igual que Maria Antonieta tiene cualquier cantidad de personal a su servicio, y un desmesúrale sentido de la moda y la imagen, que pasa por encima de cualquier recato económico y de cualquier respeto por la naturaleza. Por ejemplo a Jim Carrey: el actor envía tres veces por semana a su perro labrador, Hazel, a un masajista profesional para terapias caninas antiestrés y Ashley Judd, por su parte, tiene una llama como mascota. Definitivamente gana el que sea más excéntrico y recargado. Rinden culto al cuerpo desnudo, sin influencias religiosas, con un total sentido de la libertad, aunque esclavos del lujo, tomemos por ejemplo a Madonna: tras despotricar contra el catolicismo, Madonna le pidió al Papa que bautizara personalmente a su hija Lourdes, y Paulina Rubio, la chica dorada, llegó a reclamar un camerino de 40 metros cuadrados, toallas perfumadas, sushi, vitaminas y agua mineral de tres temperaturas diferentes, llegó lo vio todo y no hizo uso de nada. Aunque el rococó se originó en el siglo XVIII, y aparentemente cayó por la crisis económica que se originó en Francia a causa de los despilfarros de sus reyes. En respuesta surgió un nuevo movimiento en torno a la sencillez con ideales de igualdad, libertad y fraternidad. Pero este ideal duró poco. La vanidad humana insiste en usar un atuendo que nos diferencia de los demás, que nos haga sentir y lucir elegantes, con estatus, y hedonistas. No es gratuito que seamos una cultura de consumidores compulsivos. Y por esta razón se puede entender el Rococó como un estilo de vida del siglo XXI.