Familia
Sexo y relaciones
Por Ana Mu�oz
Actualizado 14 de febrero de 2017
La espiritualidad puede definirse de diversas formas. Por ejemplo, en algunos casos
se relaciona con la religi�n y la creencia en alg�n tipo de deidad. La definici�n
en que quiero basarme, sin embargo, est� relacionada m�s bien con un sentido
filos�fico m�s amplio y viene a ser un resumen de lo que esta secci�n que hemos
llamado �Espiritualidad e inspiraci�n� va a contener.
Se hace preguntas como: �qui�n soy realmente? �Por qu� estoy aqu�? �Qu� pasa tras
la muerte? �Tenemos un alma inmortal? �Tengo una misi�n o destino en mi vida?
Conocemos y usamos habitualmente las leyes de la f�sica para hacer cosas que, en el
pasado, parecer�a magia, como volar o comunicarnos con alguien que est� en otro
pa�s o continente, pero, �existen unas leyes espirituales? Y si es as�, �cu�les son
y c�mo funcionan?
En cuanto a nosotros, como personas, sabemos que vamos evolucionando a trav�s del
tiempo. Conocemos nuestra evoluci�n f�sica, pero �qu� pasa con la evoluci�n
espiritual? �Hacia d�nde nos dirigimos en ese sentido? �C�mo es una persona
espiritualmente superior a los dem�s? �Tal vez como Buda o Jes�s? �Llegaremos todos
a ser como ellos?
Las religiones orientales, como el Budismo, el Tao�smo o el Hinduismo son las que
m�s han profundizado en estos temas, tratando de responder a todas estas preguntas.
La persona del primer ejemplo pierde su empleo en ese prestigioso bufete y, como
consecuencia, pierde su identidad; se desmorona.
La persona del segundo ejemplo jam�s perder� lo que tiene, porque lo lleva dentro.
Lo que es y lo que hace van unidos, porque sabe qui�n es en su yo m�s profundo y
act�a de acuerdo con ello.
Cuando haces eso, est�s actuando siguiendo las leyes del mundo espiritual y esto
hace que dichas leyes parezcan beneficiarte. Por ejemplo, si quieres construir un
aparato que vuele, deber�s seguir las leyes de la f�sica. Si lo haces bien,
volar�s; si lo haces mal, caer�s en picado. A nivel espiritual sucede exactamente
lo mismo.
Sin dudar, sin hacernos preguntas y sin rebuscar en lo m�s profundo de nosotros
mismos no avanzamos a nivel espiritual sino que permanecemos siempre en el mismo
lugar, aferrados a los mismos puntos de vista y viendo las cosas con los mismos
ojos.
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