He aquí sugerencias sobre lo que conviene comer para contar con cuatro ingredientes
claves.
Resistencia
Las frutas y vegetales son buenas fuentes: la vitamina A, por ejemplo -que es importante
para el crecimiento y desarrollo-, se encuentra en muchas comidas de color naranja,
como las batatas, zanahorias y albaricoques; y puedes llenarte de vitamina C -que puede
ayudar al sistema inmunitario a funcionar bien- comiendo pimentones, naranjas y hojas
verdes.
Asegúrate que tus platos de comida están llenos hasta la mitad de vegetales, y come
frutas en vez de postres o dulces.
Energía
Los futbolistas necesitan tener un estado físico que le permita correr durante 90 minutos o
más. Eso significa que deben consumir alimentos almidonados como papas, pan, arroz,
cereales y pasta, que proveen energía para el cerebro y el cuerpo durante un largo rato.
Es mejor escoger las versiones integrales de esos alimentos, pues liberan su energía más
gradualmente, y por esta misma razón no hay que descartar la cáscara de las papas.
Las proteínas son esenciales para mantener la fuerza y el tono de los músculos, así como
para su reparación.
Deben consumirse en todas las comidas, pues para hacer deporte se necesita proteína en
intervalos regulares durante el día.
Buenas fuentes de proteína incluyen el pollo, pescado, huevos, productos lácteos bajos
en grasa, frijoles, lentejas y tofu.
Para una buena concentración y memoria hay que comer algunos tipos de aceites y
grasas.
Evita consumir grandes cantidades de grasa saturada, que se encuentra en la carne roja,
mantequilla, leche entera, helado y papitas fritas.
El día del partido, come la última comida sustancial cuatro horas y los últimos sólidos dos
horas antes del puntapié inicial.
Es importante comer bien el día en que se va a jugar, pero acuérdate que esto no
compensa el haberte alimentado mal los días anteriores.