MARIA
(En tono burlesco)
- ¡Hoy amaneciste con cara de entierro!
MEURSAULT
- Estás hermosa María.
MARIA(Alegre) Sonríe plácidamente
SALEN DE LA HABITACIÓN A:
RAIMUNDO
(Decidido. se escucha la voz al fondo)
- ¡Espérenme, ya bajo!
Meursault pone el brazo para tapar la luz del sol, continúa con dolor de cabeza, María
suspira y suelta una sonrisa.
MARÍA
(sonriente)
- Que bello día
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Se van caminando en dirección a la parada del autobús, en la otra acera hay un grupo
de árabes que se quedan mirando fijamente a Raimundo.
RAIMUNDO.
(Mirando fijamente al grupo de árabes. Se dirige a Meursault preocupado)
- Es el segundo de la izquierda… aunque ese asunto
ya está arreglado.
MARIA
(inquieta y extrañada)
- ¿Quiénes son ellos? ¿a qué asunto se refieren?
MEURSAULT
- Son unos árabes que odiaban a Raimundo.
María quiso entonces partir en seguida. Pasa el autobús, RAIMUNDO saca su mano
derecha, el bus se detiene y se suben.
María se cambia sus zapatos por unas sandalias y empiezan a caminar por el borde
de la playa en dirección a una casa de madera que se ve al fondo, allí los espera
Masson (amigo de Raimundo) junto con su esposa.
RAIMUNDO
(Saluda efusivamente a Masson, su esposa y luego, se dirige a María y Meursault)
- Les presento a Masson y a su esposa
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MASSON
(efusivamente)
- Pónganse cómodos, tenemos peces fritos que hemos pescado esta misma
mañana.
MEURSAULT
- Pienso lo mismo, Raimundo tiene mejores influencias de lo que aparenta
normalmente.
María y Meursault están por un largo rato nadando, juegan entre ellos y parecen
estar alegres. Masson regresa a la casa.
MARÍA
- Masson ha regresado a la casa, creo que lo mejor es que vayamos a almorzar
Salen del agua, se secan el agua salada, recogen sus cosas y se dirigen hacia la casa
de Masson.
ENTRAN A LA CASA
MARÍA
(Pregunta con tono de saber la respuesta)
- ¿Saben qué hora es?
- Son las once y media.
MASSON
- Es lógico, la hora del almuerzo es la hora en la que se tiene hambre.
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MASSON.
(Se dirige a Meursault)
-Amigo ¿te gustaría ir a dar un pequeño paseo por la playa?
MARÍA
(Anticipándose a la respuesta de Meursault)
-Me quedaré aquí para ayudar a la señora de Masson a lavar la vajilla. ¡Para esto no
necesitamos a ningún hombre presente!
RAIMUNDO
(Dirigiéndose a Meursault)
- Es él.
MASSON
- ¿Cómo pudo haberlos seguido?
MEURSAULT.
- Deben habernos visto tomar el autobús con el bolso de playa.
MASSON
- Si hay gresca, tu, Masson, tomas al segundo. Yo me encargo de mi individuo.
Tú, Meursault, si llega otro, es para ti.
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MEURSAULT.
- Si.
Raimundo fue directamente hacia el individuo, este le dijo algo imperceptible y
entonces, Raimundo golpeó por primera vez y llamó en seguida a Masson.
Masson acudió y golpeó al otro con todas sus fuerzas dejándolo tendido en la
arena mientras Raimundo había dejado con la cara ensangrentada a su
individuo.
MEURSAULT.
(Alterado)
- ¡Cuidado tiene un cuchillo!
Pero dio el aviso muy tarde, Raimundo ya tenía el brazo abierto y la boca
tajeada.
MEURSAULT.
- Raimundo ¿A dónde vas?
RAIMUNDO
- Quiero tomar aire
-
MASSON
- Te acompañaremos
RAIMUNDO
(Entra en cólera)
- ¡Malditos imbéciles no los necesito!
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MASSON
- Lo mejor será no llevarle la contraria.
Caminaron por mucho tiempo, parecía que Raimundo iba para algún lugar en
específico. Luego de un largo rato llegan a un manantial, allí se encuentran los dos
árabes.
La llegada de los tres individuos no altera el comportamiento de los árabes, estos
vigilan con atención todos los movimientos de Meursault, Raimundo y Masson.
RAIMUNDO
(Dirigiéndose a Meursault)
- ¿Lo tumbo?
MEURSAULT
(Buscando mediar la situación, con tono apaciguante)
- Todavía no te ha hablado. Sería feo tirar así
RAIMUNDO
(Decidido)
MEURSAULT
- Así es. Pero si no saca el cuchillo no puedes tirar.
- Tómalo de hombre a hombre y dame el revólver. Si el otro interviene, o saca el
cuchillo, yo lo tumbaré
Al regresar, Meursault desanimado por entrar de nuevo a la cabaña se queda por fuera, el
calor y el ardor del sol lo obligaron a moverse y se puso a caminar de nuevo. La frente se le
hinchaba por el sol, camino por un largo tiempo, se tensaba para soportar el sol que
agrietaba su cuerpo; pensaba en el manantial, deseaba huir del calor, alcanzar la sombra.
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