La acción de los vapores y de los gases calientes sobre las primeras rocas
condujo a su alteración y a la consecuente formación de mezclas finas de
minerales.
Hemos visto cómo la unión de varios tetraedros nos genera hojas que se
extienden a lo largo y a lo ancho, dando origen a las estructuras laminares.
Veamos de cerca qué ocurre al unir los vértices para formar anillos tipo 6T (seis
tetraedros), como se muestra en la figura 5 (b). Las puntas de los tetraedros se
encuentran a la misma altura, formando un plano, de igual manera ocurre con
los átomos de silicio situados en el centro de los tetraedros y con los de oxígeno
situados en las bases. La articulación de esos tres planos nos conduce pues a la
formación de una hoja tetraédrica (tipo T)
Figura 5 (b). El anillo de seis tetraedros.
Siguiendo esta secuencia, podemos ahora unir dos hojas para formar una
lámina tetraédrica, tal y como se ilustra en la figura 6. En ésta se observa que
las dos hojas se encuentran invertidas, una con respecto a la otra,
compartiendo uno de los vértices.
Ahora bien, la unión de una hoja del tipo T, con otra del tipo O, genera
una lámina T- O, o lámina 1:1, tal y como se ilustra en la figura 8. La
coincidencia, sin embargo, no es perfecta cuando se trata de hojas T
formadas por silicio-oxígeno y de hojas tipo O formadas por
aluminio-oxígeno-oxhidrilo, lo cual crea un efecto de esfuerzo entre las
hojas que es de gran importancia para algunas de las aplicaciones de
las arcillas que presentan este tipo de láminas (T-O), por ejemplo el
caolín.
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen3/ciencia3
/109/html/sec_6.html