“...En cuanto al tiempo, llevó a cabo una drástica simplificación: La variable tiempo limita su
acción a la simultaneidad. "Todos nuestros juicios sobre el tiempo se refieren a acontecimientos
simultáneos". En definitiva, reproduce nuestra conducta habitual de fijar los acontecimientos, en el
tiempo, mediante la hora que señala nuestro reloj.
En otras palabras, ignora que el tiempo dinámico es duración, que el termodinámico es orden,
dirección, y que el multidinámico tiene una dimensionalidad fractal superior a la unidad. Lo que
quiere decir que este último ocupa una superficie.
Es fácil comprobar que, por ejemplo, el tiempo biológico, paradigma del multidinámico, avanza
sobre un área, en lugar de seguir una línea como el dinámico: En la muerte de un ser vivo, no
existe un punto claro final, como ocurre con el tiempo dinámico en el que la llegada de un tren a la
estación es un instante único que puede darse con exactitud.
En el tiempo biológico, en cambio, hay un momento en el que el encefalograma es plano, otro en el
que el corazón deja de latir, otro en el que las células del cabello mueren, etc. Todo va muriendo
según un tiempo propio distinto, cubriendo el tiempo de la vida un área que se detiene contorneada
por la muerte.”
Lo primero que salta a la vista es la aseveración de que existen diferentes tiempos. Tiempo
¿multidinámico?, tiempo biológico, etc. lo cual obviamente es una estupidez que cae por su propio
peso, ya que por poner una pega, ¿cómo es que todos se miden igual si son magnitudes diferentes?.
Además asegura que no existe un instante claro en que se produzca la muerte de un ser vivo. De
nuevo, otra tontería. Imaginemos la forma de vida más simple, una bacteria. Es intuitivo que la
muerte de esta se produce en un instante dado, en el momento en que deja de interaccionar con el
medio que la rodea. Si imaginamos ahora un organismo complejo, formado por unidades de vida
simples, como el ser humano, compuesto de millones de seres vivos diminutos, células, definir la
muerte es más complicado, pero de nuevo, es intuitivo que la muerte ocurre en algún instante dado.
El problema que aparece es definir la muerte, pero esto no tiene nada que ver con el tiempo. Si no
existiese un punto claro para la muerte, podríamos estar vivos y muertos al mismo tiempo, lo cual es
una tontería. Otra cosa, es que se introduzcan diferentes muertes, cerebral, etc. pero cada una de
ellas se produce en un instante dado. Más aún, si se quiere se puede definir la muerte de un ser
complejo en el momento en que pierde su estructura, que es la que le permite a su vez relacionarse
con el medio (de nuevo la idea de interacción con el medio). De nuevo, con esta definición, es claro
que la muerte tiene que darse en un instante dado. En resumen, independientemente de la definición
de muerte, se ha de producir en un instante dado.
“...En resumen, cada observador ve una cosa distinta. Y aquí surge la cuestión fundamental: ¿es
real lo que ve cada uno de estos observadores?. Porque partimos de una teoría del conocimiento
avalada por la vida diaria que nos asegura que "real es lo que vemos". Entonces, la iluminación
simultanea en todas las caras del cubo es un hecho real para el observador que viaja en el centro
del cubo. En cambio, para el observador situado en tierra, el hecho real es la no-simultaneidad.
Tenemos así un mismo hecho que tiene dos interpretaciones contradictorias.
Para algunos los dos hechos son reales, cada uno para el observador correspondiente. Lo que
justifican diciendo que el tiempo de cada observador es distinto, ya que no existe un tiempo
absoluto, sino que éste es local y ligado a cada sistema de referencia.
Para mí, en cambio, aunque admito el tiempo local en cada referencial en movimiento, no hay mas
hecho real que él que las seis caras se iluminan simultáneamente, mientras que lo que ve el
observador en reposo no es real. Esta afirmación tiene en contra suya, a pesar de ser
evidentemente cierta, que resulta muy chocante decir que lo que veo no es real, porque va en
contra del criterio antes citado y, universalmente, admitido.
Mas adelante explico con detalle las razones, e implicaciones, de este hecho, pero me apresuro a
recordar, ahora, que esta percepción real/no-real debida a la simultaneidad no es un caso exótico
y aislado, sino que la propia física está llena de ejemplos en los que la realidad discrepa de lo
observado. Y por citar, ahora, aunque sólo sea uno: el palo introducido en un cubo de agua se ve
quebrado. Pero, lo que se ve no es cierto, pues en cuanto lo sacamos del agua podemos comprobar
que el palo es recto.”
“Concepto de observable.
Estamos, ya, en situación de introducir un concepto nuevo que completa lo ya expuesto. Porque
cuando observamos, por ejemplo, una estrella situada a cien mil años luz, podemos decir que lo
que vemos ahora "fue" real hace cien mil años, cuando la estrella estaba allí, con cuya explicación
la mayor parte de los ciudadanos estaría conforme y no sería preciso insistir más. Generalizando
diríamos que todo lo que veo fue real en un cierto momento anterior al tiempo que marca mi reloj.
Pero sucede que no es suficiente, ni cierta, esa afirmación, porque debido al tiempo que tarda la
información en llegar al observador, se modifica la realidad de dicho objeto. En otras palabras, la
estrella que vemos situada a cien mil años no la vemos como era entonces, sino que la vemos
modificada. A esta imagen que vemos del objeto real, antiguo y modificado, llamo "observable".
Este es el fundamento, mas serio, de nuestra discrepancia con la teoría de la Relatividad, ya que
mientras para ella el observable es, o fue, un hecho real. Para nosotros el observable no es, ni ha
sido, un hecho real.
¿Cómo relaciona la Relatividad el hecho real con el observable?. Pues sencillamente, afirmando
que la diferencia entre ambos no es otra que la de que están referidos a distintos sistemas de
coordenadas: són un hecho único visto desde dos referenciales distintos. Entonces para
relacionarlos bastará con establecer un sistema de transformación de coordenadas.
Einstein llevó a cabo este estudio para el caso mas general de sistemas de referencia con ejes
curvilíneos, lo que constituye el ejercicio de matemáticas más aburrido de toda la física. Pero,
además, es un trabajo inútil, ya que al expresar las coordenadas de un punto en función de las
del otro sistema, se presupone que en ambos el punto es el mismo. Sin embargo, veremos en
seguida, que en dos sistemas cualesquiera del universo, obtenemos dos observables distintos sin
puntos comunes. Lo que impide la transformación propuesta. De hecho esa imposibilidad se
manifiesta siempre que alguno de los ejes representa una variable temporal.
Antes de justificar todo lo dicho hasta aquí, quiero añadir que no solo nos vamos a enfrentar a la
norma "real es lo que veo, lo que observo", sino que, a partir de ahora, se hace preciso modificar
la metodología científica. Ya que si la teoría prevé, por ejemplo, que en un cierto punto dos objetos
se iluminan simultáneamente, por ejemplo dos caras del cubo anterior, la experimentación no
confirmará la teoría si el observador exterior comprueba que, en efecto, se iluminan
simultáneamente. Ya que, sabemos que para que realmente sucediera eso, debería observarlas,
iluminadas, una después de otra, como hemos visto al definir el citado ejemplo del cubo.
Por tanto, volviendo al procedimiento metodológico, previamente, he de transformar, si ello es
posible, el hecho observable en real, y este último es el que coincidirá con el presupuesto teórico, si
la teoría es cierta. O sea que volviendo al ejemplo, el hecho observable ha de ser iluminación no-
simultánea que corresponda a un hecho real de iluminación simultánea.
Real distinto de observable.
Como ha quedado dicho, la discrepancia entre real y observable se manifiesta en muchos ámbitos
de la naturaleza. Para Bertrand Russell la observación de la realidad era una cuestión
eminentemente subjetiva: Todo lo observamos a través de nuestros sentidos. De manera que por
esta simple razón, es distinta la realidad de la sinfonía que oye el oído entrenado del conductor de
la orquesta, que la que escucha el simple aficionado, o la que no oye el sordo.
Y a esa diferencia inicial, debida a los sentidos, tenemos que añadir la distinta interpretación de la
realidad que nuestra diferente mente racional da a la información recibida: a la vista de una
catarata, el ingeniero piensa en su explotación energética, el pintor en la belleza de sus luces, y el
filósofo, quizás, en la vitalidad explosiva de la naturaleza. En definitiva, cada uno observa e
interpreta una realidad distinta.
En el ámbito de la física, hemos citado el caso en el que un palo recto, introducido en el cubo de
agua, parece que está quebrado. Pero son numerosos los que pueden añadirse a consecuencia de
los distintos fenómenos de la luz y los observados sobre un referencial en movimiento: Los
transeuntes sedientos que circulan por el desierto están sometidos a espejismos que les hacen ver,
en la lejanía, lagos de agua en los que zambullirse. Para un observador terrestre, el hecho
observable es que el Sol da vueltas alrededor de la Tierra. Pero para un observador solar sería la
Tierra la que gira como una peonza sobre sí misma. Y, por lo que sabemos del universo, el hecho
real no coincide con ninguno de los dos observables.
Con el péndulo de Foucault ocurre lo mismo: Gira la Tierra si el observador se sube al plano de
oscilación, o gira dicho plano si el observador está sentado en la Tierra. Y, en todos los
experimentos tipo Doppler se observan y miden frecuencias que son distintas de las reales.”
A estas alturas se sigue sin tener claro el concepto de realidad, algo que hoy en día está totalmente
superado. De nuevo, quisiera insistir en que si queremos saber si algo es real o no necesitaremos
algún criterio, y ese es el que proporciona el método científico, no hay ningún otro criterio universal
y válido. Cuando uno escucha una melodía, todo el mundo escucha las mismas notas, los mismo
sonidos, que la física de la melodía. Sin embargo, a cada oyente le sugerirá sentimientos, recuerdos
diferentes, pero esto no pertenece al dominio de la física, ni de la ciencia. Seguro que Bertrand
Russell jamás le dijo a Einstein ni a nadie en público y/o privado que su teoría de la relatividad era
falsa argumentando esto.
Cuando uno mide una frecuencia o longitud de onda de una onda que ha sufrido el efecto Doppler,
la medida es real, desde luego, pero la medida no nos da la longitud de onda real de la onda y sin
embargo lo que medimos es real, sino es así ¿qué es? De nuevo sucede como antes, la realidad no
son las cosas en sí mismas. En el caso de que esto fuera así, ¿cómo podríamos estar seguros de ello?
¿podemos conocer las cosas en sí mismas? Yo de momento no he conocido a nadie que lo haga,
pero sí a mucha gente que mide y observa fenómenos. Por otro lado, lo que medimos es real porque
el efecto Doppler es un fenómeno físico real totalmente conocido, como la refracción de la luz.
¿Cómo un fenómeno real puede dar lugar a algo que no lo es?
Creo que con todo esto es suficiente, aún se podría indagar más y darle más vueltas.
De momento concluye esta primera entrega. Probablemente haya más en la que se comenten otros
párrafos. Ahora mismo no tengo más ganas de continuar escribiendo.
Oscar A.V.
chicuelin@ono.com