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Guía de trabajo

Encuentro Presencial
Turno tarde
MAYO 2016

Los sentidos de la imagen en la enseñanza

Estimado/as colegas:

Bienvenidos a nuestro encuentro presencial anual que reúne a los cursantes de las trece
especializaciones ofrecidas a través del Instituto Nacional de Formación Docente (INFD).
Al reunir a los cursantes de distintas especializaciones en un único encuentro presencial, nos impulsa
el desafío de proponer algunas líneas de trabajo sostenidas en las diferentes especializaciones, con
una mirada sobre las prácticas pedagógicas y profesionales docentes. Partiremos de problemas
comunes que atraviesan a la enseñanza en sus diferentes niveles y modalidades organizativas, y
buscaremos generar a partir de la diversidad de trayectorias, niveles, disciplinas y contextos, líneas de
trabajo para un intercambio productivo que enriquezca las prácticas.
Los encuentros presenciales son un dispositivo cuya riqueza formativa está en la posibilidad de
encuentro con colegas de un territorio educativo agrupados en sedes. No son espacios para plantear
dudas sobre los módulos o preguntas específicas del cursado. Dejamos esa posibilidad para la
cotidianeidad del vínculo con las/os tutores/as y los equipos de trabajo que integran cada módulo de
las Especializaciones. Queremos aprovechar esta instancia privilegiada para potenciar nuestro
proceso de formación conjunta y pensar sobre nuestras prácticas en clave territorial.

Durante esta tarde nos ocuparemos de un objeto ubicuo y naturalizado en las sociedades
contemporáneas: la imagen. Nuestro objetivo será aquí complejizar su estatuto en tanto vehículo de
sentidos y pensar sus diferentes incorporaciones en los contextos de enseñanza de modo de compartir
reflexiones y estrategias de lectura y producción que enriquezcan la práctica docente y los espacios
institucionales.

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Propósitos del encuentro:

● Generar una instancia de encuentro, diálogo e intercambio de experiencias entre cursantes de


los distintos postítulos y que se desempeñan en los diferentes niveles, ámbitos, disciplinas y
modos organizacionales del sistema educativo.
● Promover un espacio de reflexión sobre temas transversales para enriquecer la formación y
mejorar las prácticas de enseñanza.
● Ofrecer marcos interpretativos para reflexionar en torno a la imagen como un recurso que
atraviesa las prácticas docentes de todos los niveles y ámbitos de la escolaridad.

Objetivos de las actividades:

● Reflexionar sobre los diversos sentidos de la imagen en la escolaridad


● Identificar características del lenguaje visual que resultan claves para el trabajo pedagógico con
imágenes.
● Reconocer el carácter polisémico de las imágenes y los diversos sentidos que pueden adquirir
en relación con el contexto y con el sujeto que mira.
● Analizar la compleja relación entre las imágenes y las palabras.
● Pensar diversas estrategias e intervenciones docentes para el tratamiento de las imágenes en
el aula.

Introducción:
La imagen tiene una larga tradición en las prácticas de enseñanza. Por caso, el primer libro ilustrado
para niños, el Orbis Pictus, de Comenio, data de 1658. Desde entonces, con mayor o menor énfasis,
las imágenes han acompañado las propuestas de enseñanza con recursos como las láminas, los
mapas, las ilustraciones y más recientemente, las fotografías, las infografías, los videos. Pero en el
contexto escolar la imagen no solo está presente en los recursos para la enseñanza; adorna las
paredes del aula, los pasillos de la escuela, acompaña las escrituras furtivas de los pupitres;
contribuye a configurar, en definitiva, el entorno en el que enseñamos. Esta ubicuidad, junto a
características propias de la imagen como vehículo de sentido, ha contribuido a su naturalización:
forman parte ya del “paisaje” contemporáneo con una presencia tal que hace que muchas veces las
veamos sin ver.
Suele pensarse que la imagen nos ofrece una representación de la realidad tal cual es, en
contraposición a la escritura que nos ofrece la posibilidad de la abstracción (y por lo tanto de la
manipulación de los sentidos). Sin embargo, la imagen no está menos “construida” que un texto escrito
ni requiere del productor y del espectador menos saberes o compromiso. La imagen es siempre una
construcción que adquiere sentido en el encuentro entre quien la produce y quien la mira, en un
contexto histórico, social, institucional y discursivo en el que se produce y circula, así como en relación
con la experiencia, los saberes y las emociones del espectador (que también están construidos
históricamente).

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Saber “leer” imágenes tanto como producirlas, es hoy un desafío más vigente que nunca en un mundo
donde los contenidos audiovisuales proliferan a un ritmo vertiginoso y sus códigos forman cada vez
más parte de los modos de comunicarse de las personas, niños y adultos, en ámbitos cada vez más
diversos. ¿Qué tiene hoy la imagen para ofrecer a la escuela? ¿Podemos reducir sus aportes a la
ilustración de temas y conceptos, a la motivación que pueden despertar? ¿Cómo significa la imagen?
¿Es la continuación de la escritura “por otros medios”? Y también: ¿qué tiene la escuela que decir
sobre las imágenes? ¿Debe enseñar a “mirar” de la misma forma que enseña a leer? ¿Debe
sensibilizar acerca de las miradas en plural, de los modos de mirar? Trabajaremos con algunos de
estos interrogantes a lo largo de esta tarde, con el objetivo de lograr una mejor comprensión de este
objeto complejo, polisémico y elusivo para enriquecer nuestras prácticas y espacios de desempeño.

Consignas de trabajo

Durante la primera parte de la tarde, abordaremos las propiedades de la imagen y analizaremos en


particular los modos en que interpelan a la enseñanza. En la segunda parte del encuentro, los
invitaremos a producir y jugar entre imágenes y palabras.

En función de la cantidad de asistentes, cada dinamizador indicará cómo se conformarán los grupos
para comenzar a trabajar.

Primera parte: Una imagen, ¿vale más que mil palabras?

1. La imagen observada
Un lugar común de los medios de comunicación, pero también del sentido común de nuestra vida
cotidiana afirma que “una imagen vale más que mil palabras”. La sentencia, como suele suceder con
los lugares comunes, se piensa definitiva, la afirmación de una verdad evidente. Nos permitiremos hoy
tomar una mínima distancia y encerrarla entre dos signos de interrogación: ¿una imagen vale más
que mil palabras? ¿En qué consistiría ese valor? ¿Qué nos ofrecería la imagen que las palabras no
(o viceversa)? ¿Se les ocurre algún ejemplo que demuestre o refute esta afirmación? En grupos,
tomen unos minutos para discutir estas cuestiones. Anoten las ideas principales.
A continuación, los invitamos a observar las imágenes que el dinamizador proyectará para todos. Para
cada imagen, cuando el dinamizador lo indique, respondan las siguientes preguntas1:
- ¿Qué ven?
- ¿Qué creen que está sucediendo?
- ¿Qué se preguntan?

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Rutina de pensamiento para trabajar con imágenes “Ver-pensar-preguntarse” en: Ritchhart, Church, Morrison (2014) Hacer visible el
pensamiento. Buenos Aires: Paidós

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Luego de ver las imágenes los invitamos a volver a pensar en grupos la pregunta inicial: Una imagen,
¿vale más que mil palabras? anoten las ideas nuevas que surjan.

2. La imagen en la enseñanza
En el artículo “¿Es posible enseñar y aprender a mirar?” (Revista El Monitor n° 13), Ana Abramowski
reflexiona sobre imágenes y las características que hacen de ellas un recurso que no puede reducirse
a un papel subordinado a la palabra. Les proponemos a continuación, leer una selección de
fragmentos del artículo:

“(...) Occidente ha privilegiado de manera sistemática a la cultura letrada, considerándola la más alta
forma de práctica intelectual, y calificando como de segundo orden, empobrecidas, a las
representaciones visuales. Por ejemplo, en los libros de texto, es usual ver a las imágenes
cumpliendo una función ilustrativa, subordinada a las palabras.

Una educación que se haga cargo de la centralidad de la experiencia audiovisual en el mundo


contemporáneo, se enfrenta al desafío de lograr que lo visual y lo sensual dejen de tener un estatuto
inferior, denigrado, juzgado poco estimulante para el intelecto. Para ello, esta educación no tendría
que concentrarse solamente en la dimensión textual de los mensajes audiovisuales, analizando
discursivamente lo que dicen (...).

Para avanzar en el terreno de la educación de la mirada proponemos prestar atención a cuatro


tópicos: la polisemia de las imágenes, su poder, la relación ver- saber y el vínculo de las imágenes
con las palabras.

El poder de las imágenes: Hay imágenes que nos hacen llorar; otras tienen la capacidad de
hacernos estremecer de emoción y ternura, algunas pueden lograr que exclamemos, y otras,
directamente, consiguen que apartemos la vista. Las imágenes nos provocan, despiertan
reacciones, nos golpean; en síntesis, tienen poder. (…) Y cumplen muchas funciones: aportan
información y conocimientos, generan adhesión o rechazo, movilizan afectos, proporcionan
sensaciones, generan placer o disfrute (…)

La polisemia. Otro rasgo central de las imágenes es su ambigüedad, su polisemia, su apertura a


múltiples significados nunca dados de antemano. Las imágenes no son transparentes ni unívocas:
"No existe un significado único ni privilegiado frente a una imagen, sino que esta renueva sus
poderes y sentidos completándose en la mirada de cada nuevo espectador". Las imágenes tienden a
escaparse de las generalizaciones que proponen los conceptos y suele resultar complicado además
de poco provechoso pretender constreñir su interpretación (…).

La relación entre palabras e imágenes. Muchas veces decimos que hay imágenes que nos dejan
mudos o que nos sobrepasan; o que las palabras no alcanzan a dar cuenta de lo que una imagen sí
puede. Pero también hay situaciones donde las palabras nos auxilian para entender, explicar y hacer
hablar a aquellas imágenes que parecen ofrecer resistencia al entendimiento y la comprensión. Las
palabras y las imágenes son irreductibles unas a otras, pero, al mismo tiempo, están absolutamente

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intrincadas (..) Ambas se exceden y desbordan, y ahí radica la riqueza de su vínculo.

La relación entre ver y saber. ¿Qué vemos cuando miramos? ¿Solo vemos lo que sabemos? ¿Es
posible ver más allá de nuestro saber? ¿Lo que vemos interroga nuestros saberes? Es cierto que
nuestros saberes configuran nuestras miradas el ejemplo más claro es que, frente a una misma
imagen no todos vemos lo mismo. Pero también es posible que, ante una experiencia visual, nos
encontremos "viendo" más allá de lo que sabemos o de lo que esperábamos ver: una imagen puede
cuestionar nuestros saberes y desestabilizarlos. Es por esto que la simple pregunta "¿qué ves?"
puede inaugurar recorridos inesperados.

Fuente: Abramowski, Ana (2007) “¿Es posible enseñar y aprender a mirar?” En: Revista El Monitor n° 13.

Luego de la lectura, en grupos, conversen en relación a las siguientes preguntas. Tomen notas de las
principales ideas para poder compartirlas en una puesta en común.
1. En el fragmento anterior Ana Abramowski menciona el lugar subordinado que la escuela ha
dado a las imágenes. ¿Coinciden con esta descripción? ¿Por qué?
2. ¿Qué tipos de imágenes trabajan en sus prácticas profesionales? ¿Con qué objetivo? ¿Ilustrar?
¿Explicar? ¿Otros? ¿Qué agrega, quita, modifica, el uso de imágenes a la hora de transmitir?
3. ¿Con cuál o cuáles de los cuatro tópicos que propone la autora (polisemia de las imágenes, su
poder, relación ver- /saber y el vínculo de las imágenes con las palabras) pueden relacionar
esos usos? Mencionen ejemplos.

Puesta en común:
Para cerrar esta parte de la tarde, participarán de una puesta en común compartiendo con el resto de
los grupos los ejemplos que identificaron al responder la última pregunta.

Segunda parte: Juego “Dígalo con fotos”

En la última parte de la tarde los invitamos a participar de una actividad con imágenes y palabras en el
que vamos a poner en juego nuevamente la pregunta “¿una imagen vale más que mil palabras?”
Primer momento:
1. En grupos, produzcan una imagen. Recorran el lugar y tomen una fotografía. Utilicen el entorno, la
luz, los colores y los objetos que tengan a su disposición de la forma que les resulte más interesante
para lo que desean provocar y transmitir a través de la imagen. Además, si lo desean, pueden utilizar
alguna aplicación de sus celulares o computadoras para intervenir o editar la fotografía y enriquecer el
mensaje.

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2. Piensen (a) un título y (b) un epígrafe para la imagen imaginando que la misma se publicará en un
libro, una revista o será exhibida en una galería de arte. Deben escribirlo en papel o en un archivo
aparte, es importante que la imagen que van a mostrar al resto de los grupos no incluya palabras.
3. El dinamizador recolectará las imágenes creadas por cada grupo (sin el título y sin el epígrafe).

Segundo momento:
1. El dinamizador compartirá las imágenes creadas por cada grupo a través del proyector. Cada
imagen será proyectada durante 5 minutos. En ese tiempo, definirán al interior de su grupo: (a) un
título y (b) un epígrafe que consideren que podría acompañar cada una de las imágenes producidas
por los otros grupos. Anoten en un papel el número de imagen (según el orden en el que se proyectan)
junto a cada título y epígrafe.
2. El dinamizador volverá a proyectar todas las imágenes en el mismo orden deteniéndose en cada
una para que todos los grupos puedan compartir sus versiones de títulos y epígrafes. El grupo autor de
la imagen proyectada intervendrá para determinar cuál fue el título y el epígrafe más cercano al original
(ese grupo sumará un punto).

Puesta en común:
Para finalizar el encuentro, participarán de una puesta en común sobre la experiencia en el juego
“Dígalo con fotos” recuperando las principales cuestiones abordadas durante la tarde.
1. Conversen en grupo tomando como guía las siguientes preguntas orientadoras: ¿Pudieron
transmitir con su imagen lo que esperaban transmitir? ¿Qué tuvieron en cuenta a la hora de
escribir el título y el epígrafe de su imagen? ¿Y para las imágenes de los otros grupos? ¿Por
qué creen que los títulos y epígrafes fueron diferentes? ¿Hubo “confusiones” en relación al
sentido de las imágenes? ¿A qué creen que se debió? ¿Cómo caracterizarían la relación entre
títulos, epígrafes e imágenes en esos casos?
2. Piensen tres (3) ideas que se llevan como herramientas para trabajar con imágenes en su
práctica profesional. Tomen nota para poder compartirlas con el resto de los grupos cuando el
dinamizador lo indique.

Referencias bibliográficas:
- Abramowski, A. (2007) “¿Es posible enseñar y aprender a mirar?” En: Revista El Monitor n° 13.

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