En estos últimos años, los medios de difusión literarios han sufrido un avance
extraordinario. El auge de las nuevas tecnologías, la publicación de novelas
nacionales e internacionales y el renacer de los relatos cortos están cambiando los
conceptos clásicos de la narrativa española. En la actualidad existe una variedad
enorme de temas y estilos que hacen que cada vez sea más difícil clarificar y
establecer tendencias unificadoras.
Caracterísitcas comunes
Otra característica muy común es la eterna duda que nos ofrecen estas
obras. ¿Son novela o son relatos? Hemos de tener en cuenta que aunque son
publicadas bajo el formato de novela, algunos textos no lo son, siendo más un
conjunto de relatos o un zapping de narraciones inconexas, como es el caso de Aire
Nuestro y Nocilla Dream. Sin embargo, esta característica no es nada moderna, a lo
largo de la historia ha sido un recurso utilizado en numerosas ocasiones. El ejemplo
más claro es el Decamerón de Giovanni Boccaccio, un libro constituido por cientos de
cuentos alrededor del amor, inteligencia y fortuna. Sus protagonistas tras huir de la
ciudad de Florencia por la peste bubónica narran historias para entretenerse.
Como vemos, todos estos escritores de la generación del 60 reúnen una serie de
características más o menos comunes. Existe una sutil diferencia y es que dentro de
esta generación existen dos estirpes; por un lado los autores argumentistas que
piensan que el mundo es incomprensible, pero no lo expresan con un libro
incomprensible, ya que no desdeñan las enseñanzas del siglo XIX. Por otro lado, los
fragmentarios, para los que el mundo es incomprensible y lo expresan en su obra
de forma incompresible, a través de renunciar al argumento y a las herramientas
comunes.
Para acabar, la semejanza que reúnen todos estos escritores es que se olvidan
de la tradición y buscan una nueva forma de llegar al lector, y para ello crean y
fabulan a su antojo nuevos mundos. Son fabuladores que cuentan una historia. A su
narrativa se le añade la visión crítica de la realidad mediante la absurdo y el humor.
La historia ya no tiene que ser verosímil. La metaliteratura también es un tema
bastante recurrente en todas estas novelas. Este recurso es utilizado para dar una
mayor credibilidad a su historia y poder desdibujar la historia real y ser narrada al
antojo del escritor. El lector ha asumido un papel diferente a la hora de leer y
realmente no le importa si lo que cuentan Vila-Matas, Rafael Reig o Javier Cercas o
Antonio Orejudo ocurrió realmente.