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Tendencias de la novela actual

Los mercados mandan en nuestra sociedad. Esto es un secreto a voces. Lo


vemos cada día en las noticias y en los periódicos constantemente y más hoy en día,
en el que todo el mundo está pendiente del valor de la bolsa, la prima de riesgo y la
fiabilidad de nuestro país. Por ello, al tener tanto poder los mercados la literatura no
iba a ser un sector que se le escapase. Desde el origen del capitalismo y el uso de
medios técnicos para reproducir la obra literaria siempre ha sido así. Todo lo que se
vende está diseñado para ganar dinero. Producir barato para vender caro, el secreto
del éxito que se impone a la fuerza. Sin embargo, la literatura es diferente, un caso
aparte.

Existe un reducido número de escritores por encima de la notoriedad y la


búsqueda de un público lector más amplio, que publica obras prácticamente
desconocidas para el gran público, con escasa repercusión y publicidad, y por
supuesto, con unos números de ventas mucho menores que la literatura
comercial. Es solamente gracias a su calidad por lo que con el tiempo se consolidan
como referentes culturales y se convierten en libros de obligada lectura para las
personas que buscan algo más que olvidarse de la realidad y dejarse llevar. Son
obras que atacan directamente a nuestra intelectualidad y nos exigen llevarla hacia
límites insospechados.

En estos últimos años, los medios de difusión literarios han sufrido un avance
extraordinario. El auge de las nuevas tecnologías, la publicación de novelas
nacionales e internacionales y el renacer de los relatos cortos están cambiando los
conceptos clásicos de la narrativa española. En la actualidad existe una variedad
enorme de temas y estilos que hacen que cada vez sea más difícil clarificar y
establecer tendencias unificadoras.

Evolución de la novela en la última década

La novela ha experimentado cambios importantes que han dado lugar al


nacimiento de un nuevo movimiento literario todavía en desarrollo llamado
“posmodernismo”. Este movimiento nace tras la caída del muro de Berlín como
fruto del desencanto existente de un siglo XX bélico y sangriento. Se caracteriza por
exaltar la cultura popular, el eclecticismo, cambiar de un estilo literario a otro con
total libertad, y sobre todo, reinterpretar lo ocurrido anteriormente desde otro
enfoque.
Los libros seleccionados para este estudio son: Historia abreviada de la
literatura portátil de Enrique Vila- Matas, Manual de literatura para caníbales de
Rafael Reig, Soldados de Salamina de Javier Cercas, Nocilla Dream de Agustín
Fernández Mallo, Aire Nuestro de Manuel Vilas, Un momento de descanso de Antonio
Orejudo y Lo peor de todode Ray Loriga.

Caracterísitcas comunes

La característica más importante de todas estas obras es la fecha de


nacimiento de todos sus escritores. Salvo Vila-Matas que nació en 1948, todos los
demás son de la década de los sesenta. Es una generación que vivió los últimos
coletazos de la dictadura, la transición y la consolidación de la democracia. Esto
demuestra que para esta generación las heridas de la guerra ya han sido curadas y
cerradas, y por tanto, no se sienten deudores de la ética literaria impuesta tras la
guerra; el realismo español y la novela experimental. Además, no defienden ninguna
posición política. El resultado es unas novelas con un aire desenfadado, con una
actitud lúdica y la concepción de la literatura como un ejercicio de entretenimiento y
ocio para el lector.

Sus obras quieren contar historias, recuperar la anécdota y el toque


satírico que había sido suprimido. Lejos queda describir la realidad, su concepto
de literatura retorna a la concepción tradicional del relato fusionado con el relato
contemporáneo. Este cambio de actitud se debe a que ya no escriben observando el
mundo y describiéndolo tan concienzudamente como antaño, ya no tiene cabida la
detallada y exhausta descripción de la ciudad de Vetusta. Ahora se sienten libres de
escoger sus propios temas y desarrollarlos a su antojo. Es un nuevo mundo literario,
ya no existe la censura, el orden lineal cronológico no es obligatorio y se pueden
combinar temas que aparentemente no tenga relación. Este “batido” de información
que nos ofrecen estos autores no es solo mérito suyo. La revolución tecnológica e
informativa que estamos viviendo desde la última década no es ajena para el escritor.
El escritor ya no vive en un búnkeraislado, sino que también sufre la contaminación
informativa a través de la televisión e internet. Además, tiene a solo un “click” una
muy completa y detallada información acerca del tema que quiera, sea literatura o
biología, cosa que hace unos años nos parecía imposible.

En la actualidad, el escritor contemporáneo es capaz de conocer la


literatura que se está publicando en todo el mundo y esa amplia apertura hacia
la literatura internacional se traduce, obviamente, en una nueva influencia de
interpretar la literatura nacional. Los escritores de esta nueva generación han bebido
muchísimo de la narrativa norteamericana del siglo XX. En cierta medida les han
perdido el respeto a los autores canónicos y el principio de autoridad ha sido
demolido. Los autores clásicos no son leídos como verdades absolutas, sino que se
reinterpretan sus novelas e incluso sus vidas, como ocurre con Historia abreviada de
la literatura portátil y Manual de literatura para caníbales.

Pero no todo es un camino de rosas para el escritor contemporáneo, sino que


debido a la gran cantidad de autores y libros que se publican cada año han tenido
que evolucionar y crear su propio estilo. Tienen que ser originales, de nada sirve
escribir una buena obra si hay quinientas igual. Es en este punto donde entran en
escena los nuevos temas. En las obras antes mencionadas los escritores se adentran
por temas poco transitados en la literatura, y a su vez, demuestran un amplio
conocimiento del tema tratado. Los temas no son tratados como una muestra de
pedantería y chulería del autor, sino como parte fundamental de la historia como
ocurre en Ventajas de Viajar en Tren de Antonio Orejudo.

Otra característica muy común es la eterna duda que nos ofrecen estas
obras. ¿Son novela o son relatos? Hemos de tener en cuenta que aunque son
publicadas bajo el formato de novela, algunos textos no lo son, siendo más un
conjunto de relatos o un zapping de narraciones inconexas, como es el caso de Aire
Nuestro y Nocilla Dream. Sin embargo, esta característica no es nada moderna, a lo
largo de la historia ha sido un recurso utilizado en numerosas ocasiones. El ejemplo
más claro es el Decamerón de Giovanni Boccaccio, un libro constituido por cientos de
cuentos alrededor del amor, inteligencia y fortuna. Sus protagonistas tras huir de la
ciudad de Florencia por la peste bubónica narran historias para entretenerse.

Como vemos, todos estos escritores de la generación del 60 reúnen una serie de
características más o menos comunes. Existe una sutil diferencia y es que dentro de
esta generación existen dos estirpes; por un lado los autores argumentistas que
piensan que el mundo es incomprensible, pero no lo expresan con un libro
incomprensible, ya que no desdeñan las enseñanzas del siglo XIX. Por otro lado, los
fragmentarios, para los que el mundo es incomprensible y lo expresan en su obra
de forma incompresible, a través de renunciar al argumento y a las herramientas
comunes.

Para acabar, la semejanza que reúnen todos estos escritores es que se olvidan
de la tradición y buscan una nueva forma de llegar al lector, y para ello crean y
fabulan a su antojo nuevos mundos. Son fabuladores que cuentan una historia. A su
narrativa se le añade la visión crítica de la realidad mediante la absurdo y el humor.
La historia ya no tiene que ser verosímil. La metaliteratura también es un tema
bastante recurrente en todas estas novelas. Este recurso es utilizado para dar una
mayor credibilidad a su historia y poder desdibujar la historia real y ser narrada al
antojo del escritor. El lector ha asumido un papel diferente a la hora de leer y
realmente no le importa si lo que cuentan Vila-Matas, Rafael Reig o Javier Cercas o
Antonio Orejudo ocurrió realmente.

En conclusión, estamos ante historia viva de la literatura. La literatura es


un ser vivo que está en continua transformación y que tiene que luchar contra
cada vez más factores como la televisión, internet, el cine o la propia indiferencia de
las personas. Durante este último siglo tenemos un claro ejemplo. Desde finales del
siglo XIX hasta prácticamente mediados de siglo XX la preferencia social se
inclinaba hacia la poesía, de tal forma nació la generación del 98 y la del 27. En
la actualidad, la generación de estos autores nacidos en los años 60
son novelistas, algunos por vocación y otros porque no les ha quedado otra opción.
Como ya dije anteriormente, la poesía no vende y todos los poetas modernos han
tenido que reconvertirse al formato de novela si realmente querían obtener
repercusión o notoriedad en los ambientes literarios.

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