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3.5.

2 Gestos de lectura
En una entrevista concedida al crítico Reed Dasenbrock en 1991, Sandra Cisneros
afirma:
( ... ) all the expresiones in Spanish when translated make English wonderful ( ... ) The
readers who are going to like my stories the best and catch all the subtexts and all the
subtleties, that even my editor can't catch are Chicanas ( ... ) But I'm also very conscious
when I'm writing about opening doors for people who don't know the culture. 1 try my
best. 1 won't do it for the sake of an Anglo reader. ( ... ) People will have to use a
dictionary. They can still get it. ( ... ) I'm not going to make concessions to the non-
Spanish speaker.
En primer lugar, esta cita deja al descubierto una tensión respecto de los distintos
lectores empíricos potenciales de la obra de la escritora chicana. Por una parte,
aparecen los lectores anglohablantes monolingües para quienes, en términos de Eco
([1979] 1999), el texto de la escritora presenta espacios en blanco, intersticios que es
imposible llenar. Por otra parte, las lectoras mujeres chicanas son quienes, según
Cisneros, podrán "llenar los huecos" para actualizar sus textos y conferirles así el
estatus de obra. Aun si ambos -anglos y chicanas- son lectores empíricos de su
obra, el fragmento citado pone de manifiesto, en realidad, la diferencia entre lo que
Eco definió como el Lector Modelo de un texto y el lector empírico, el receptor
concreto de la obra. La instancia del Lector Modelo puede definirse como el
destinatario al que alude el texto, aquel que es capaz de decodificar todas las señales
que pone en funcionamiento la obra y así cooperar con la interpretación, lo cual exige
una comprensión cabal de un conjunto de supuestos socioculturales que no pueden
establecerse ad-hoc. Por otra parte, el lector empírico, externo al texto, puede o no
reunir las características del Lector Modelo. Altamirano y Sarlo (1993) señalan que el
primero es una constante, una especie de "función textual", mientras que el segundo
es una variable que no puede definirse fuera de la situación de comunicación que
plantea la obra literaria y que alude a la situación de escritura y de lectura. Para Eco,
Autor y Lector Modelo son estrategias textuales45• Como señalan Adam y Lorda
(1999) al retomar la distinción de Eco, los lectores (empíricos) se hacen también una
imagen o idea del productor del texto que leen que se acerca más o menos del autor
45 En efecto, existen muchos debates sobre el modo en que se define la categoría de autor,
entre los que han trascendido el ensayo de Barthes ([1968] 1994) "La muerte del autor" y
la conferencia de Foucault ([1969] 1999) "¿Qué es un autor?". Pease (1990) realiza un
recorrido histórico de la noción de autor desde la Edad Media hasta el posestructuralismo.
Como se advertirá, este tema excede los límites de la presente investigación.

empírico46. El proceso de interpretación resulta de la dialéctica que se genera entre Autor y


Lector Modelo, condición sine qua non de su existencia. En palabras de Eco (op. cit.: 79): "un
texto es un producto cuya suerte interpretativa debe formar parte de su propio mecanismo
generativo"47• Por su parte, Maingueneau (1990) señala que la actividad cooperativa del Lector
Modelo está contenida en las indicaciones que ofrece el texto en su conformación. Así, este
lector, instituido en el texto, forma parte de su enunciación.Cuanto más se aleja de la función
didáctica y se acerca a la estética, el autor presupone e instituye en el texto una competencia
mayor en el Lector Modelo. Así, la posibilidad de la cooperación interpretativa depende de
varios factores, entre los cuales podemos mencionar: una competencia lingüístico-cultural
determinada, cierto conocimiento enciclopédico, el dominio de ciertos géneros discursivos o
literarios y a elección de una lengua determinada. Asimismo y tal como indican Amossy y
Pierrot ([1987] 2001), al señalar la competencia enciclopédica, Eco recurre a la noción de
guiones48 , que bien puede entrar en diálogo con la de estereotipo aludida en la sección anterior.
En efecto, el semiólogo distingue dos tipos de guiones. Por un lado, los gmones comunes que
aluden a saberes compartidos por una comunidad cultural determinada (por ejemplo, la
conversación previsible que se puede tener en una consulta con el dentista en un país
determinado). Por el otro, los guiones intertextuales que remiten a tres subtipos: las formas
genéricas (novela, cuento policial, comedia), los motivos (la mujer como ángel de la casa, el
doble) y los guiones situacionales (escenas de reconocimiento). De este modo y como señalan las
lingüistas, el éxito de la actualización del texto depende en parte de la posibilidad de aplicar
estos guiones correctamente. Ahora bien, con estos conceptos en mente, retomemos la hipótesis
de la heterogeneidad interlingüe. Según sostendremos, los procesos lingüístico-culturales
46 Adam y Lorda (1999) emplean los términos AUTOR MODALIZADO y LECTOR
MODALIZADO para hablar del Lector Modelo y del Autor, respectivamente, categorías que
oponen a las de AUTOR SER DEL MUNDO y LECTOR SER DEL MUNDO.
47 La bastardilla corresponde a la traducción de Pochtar que seguimos en este trabajo.
48 Los guiones (jrames) deben entenderse como marcos de referencia, estructuras de datos
que sirven para representar situaciones estereotipadas y que contienen información que se
activa ante un estímulo determinado.
de traducción y negociación que operan en el seno de la heterogeneidad interlingüe determinan
un gesto interpretativo particular a través de un número de instrucciones de lectura y de relectura,
las cuales aportan, como indica García Negroni (2000), un nuevo valor semántico a la palabra
escrita, que se agrega a la lectura primera en el proceso de relectura. En su trabajo, esta
investigadora, siguiendo a Ducrot ([1984] 1986), formula una hipótesis que indica que "la
interpretación global de un discurso puede ser explicada por la combinación de la interpretación
de los diferentes enunciados que lo constituyen" (García Negroni, op. cit.: 90). A partir de allí, la
propuesta innovadora de García Negroni se centra en los aspectos relativos a "la posibilidad de
movimientos retroactivos de relectura en los que la ocurrencia de un enunciado Ei se transforma
en el contexto de reinterpretación para un enunciado E1 previo" ( op. cit.: 91 ). Nuestro estudio,
que toma estos conceptos de re lectura y reinterpretación, muestra que las formas de la MA, que
constituyen sitios de la heterogeneidad interlingüe en nuestro corpus, se presentan al modo de los
enunciados E2 y generan, por ende, un nuevo contexto de reinterpretación para ellas mismas.
Cabe aclarar que aquí no se trata necesariamente de la reinterpretación que surge a partir de la
combinación de dos enunciados diferentes (E1 y E2). Como se verá, entre otros, en el Capítulo 5,
las formas marcadas con MA determinan un gesto interpretativo que obliga a la relectura y
reinterpretación de su propia constitución.Más aún, dado el corpus particular que nos ocupa,
debemos advertir que estos fenómenos de relectura afectan tanto a los lectores hispanohablantes
como a los anglohablantes, pues siempre subsiste el deseo por parte del locutor-Autor de
dominar el sentido. En el caso del lector anglohablante, su lectura descubre obstáculos que
deberá sortear actualizando las claves que aparecen en el mismo texto antes de seguir su camino
interpretativo en la dirección señalada. Por su parte, al lector hispanohablante, el obstáculo
aludido le impone la consideración de nuevos sentidos y la delimitación del gesto interpretativo.
En todos los casos y tratándose del español y del inglés principalmente, la primera lectura se
produce de izquierda a derecha, mientras que los fenómenos de relectura y reinterpretación se
manifiestan como procesos retroactivos que describen un recorrido de derecha a izquierda.
Advertimos así una oscilación, un cruce de fronteras, que determina también el tipo de lectura
que construye el discurso en nuestro corpus. Asimismo, debemos notar que la cuestión general
de la estereotipia explicada por Amossy y Pierrot se ve aquí duplicada por la presencia
simultánea de los dos sistemas lingüístico-culturales que nutren el decir y que remiten, por ende,
a comunidades culturales diferentes. Asimismo, en estrecha relación con el desarrollo de estas
estrategias de lectura y de relectura se halla la noción de percepción multidimensional propuesta
por Hicks (1991) y aludida en 3.3.1. Como se recordará,la crítica define la percepción
multidimensional como la capacidad de realizar una lectura a partir de la consideración
simultánea de dos códigos referenciales o culturales diferentes. Sin embargo, debemos agregar
que la lectura (y relectura) de una obra fronteriza, como la de Cisneros, impone condiciones
específicas que se sitúan en el ámbito del interlingüismo, más que del bilingüismo, pues estos
códigos están en permanente tensión, como hemos indicado al citar a Bruce-Novoa. De este
modo, esta narrativa, a través de las marcas de los sitios de la heterogeneidad interlingüe, los
procesos de lectura, de relectura y de reinterpretación reorientan, como veremos en la segunda
parte de esta tesis, el discurso hacia el ámbito del interlingüismo. A partir de estas nociones, es
posible definir gestos de lectura y realizar ciertas observaciones respecto de las exigencias
interpretativas que plantean los textos literarios de nuestro corpus en el proceso de su
actualización. Volveremos sobre estos temas cada vez que ello resulte pertinente al análisis de
casos propuesto.

The House on Mango Street

Como queda dicho, la pnmera de sus obras narrativas lleva en el título una indicación temática
fundamental para abordar la lectura del texto, que recoge las experiencias y vivencias de
Esperanza Cordero -locutor-narrador del relato- en el barrio latino de la ciudad de Chicago en el
que transcurre su infancia y que aparece simbolizado, en gran medida, por la alusión a la casa
que está ubicada en la calle Mango. Y aquí es preciso señalar que, desde un punto de vista
sintáctico, el título conforma una cláusula relativa reducida, que puede explicitarse como The
House which is on Mango Street. En tanto tal, la proposición principal, cuyo núcleo es "The
House", queda incompleta9 , y esta constituye una fuerte instrucción de lectura por cuanto el
lector se ve en cierta medida impelido a ingresar al relato en busca de definiciones en tomo a la
caracterización de la casa. Por otra parte, como exponente de una escritura de minorías, Mango
Street pone de relieve la vida de una niñaadolescente, que puede, en realidad, ser la vida de
cualquiera de los miembros de la comunidad chicana a la que esta pertenece. La casa de la calle
Mango se manifiesta como un fuerte símbolo sobre el que girarán los distintos episodios de la
obra hasta 9 Lo mismo ocurre con el título del relato "Papa Who Wakes Up Tired in the Dark'',
que señala también una instrucción de lectura que se orienta en la misma dirección que el título
de la obra. volver, como bien marca Karafilis (1998), sobre su propio eje en el último relato de
la colección, en el que la protagonista debe despedirse del barrio para poder crecer y luego
volver a su lugar de origen con nuevos bríos y posibilidades de ayudar a los otros, que nunca
pudieron salir del ghetto10. Como ha notado Sandoval (2008), la casa aparece personificada en
algunos de los pasajes de la obra. Por ejemplo en este último relato, "Mango Says Goodbye
Sometimes", la casa, que adquiere rasgos femeninos, se asemeja a la figura de una madre que
despide a sus hijos del hogar para que estos puedan crecer y desarrollarse, garantizando un
espacio para el momento en que ese período haya concluido y los hijos estén en posición de
regresar, acaso para revisar y reelaborar su origen. Asimismo, sobre el final de la novela se
produce una fuerte identificación entre la casa y la calle, que pasan a ser una misma cosa: "but
what 1 remember most is Mango Street, sad red house, the house 1 belong but do not belong to"
(Cisneros, 1984: 110).
Asimismo, el título cobra relevancia ya que evoca también una de las versiones del sueño
americano -el sueño de ser propietario de una vivienda-, como indican O'Malley (1997) y
Karafilis (1998), quienes vinculan, por esta razón, la obra de Cisneros con uno de los grandes
temas de la literatura estadounidense. Por otro lado, y como afirma Karafilis, desde el título se
construye un espacio que resulta central para el desarrollo de esta suerte de novela de aprendizaje
que transgrede algunas de las tradiciones del Bildungsroman. A diferencia de otras novelas de
este tipo, Mango Street pone el énfasis en los aspectos comunitarios más que en el plano de lo
individual, como es usual en las novelas de aprendizaje que muchas veces llevan en el título el
nombre de su protagonista 11 • Según señala la crítica, esta cuestión se ve reflejada, entre otros
aspectos, en los títulos de los capítulos que recogen en varias ocasiones los nombres e historias
de los distintos personajes que pueblan el ghetto y, más específicamente, el universo de Mango
Street. Así, la obra pone de relieve –en

10 Para un estudio literario y otras perspectivas sobre esta obra, podrá consultarse: Rosaldo
(1989), Doyle (1994), Karafilis (1998), Adamoli (2001), Bolaski (2005), Wissman (2006),
Sandoval (2008), entre otros. 11 Dentro de la tradición estadounidense, que es diferente de la
europea, se puede citar, entre otros, los siguientes textos que abordan el aprendizaje y la
iniciación desde muy diferentes perspectivas: "Young Goodman Brown" de Hawthome; The
Catcher in the Rye de Salinger; Daisy Miller de James; The Adventures of Huckleberry Finn
de Twain; lndian Camp, de Hemingway; Native Son de Wright.

el centro, podríamos decir- incluso a través del paratexto, por un lado, el sentido de comunidad tan caro al
pueblo chicano, y por el otro, personajes que son marginales. Si bien es cierto que esta
característica se ve acompañada por el relato principal, es crucial advertir que la operación que
pone en foco la marginalidad se origina en los bordes mismos del texto. La heterogeneidad
interlingüe se Juega aquí principalmente en el plano de los discursos que se asocian a este título.
En primer término, la mención de una casa ubicada en una calle particular, llamada Mango 12,
comienza por orientar la lectura; luego, en el primer episodio de la historia que lleva el mismo
título que la obra, el lector toma conocimiento de que se trata de la nueva casa de la protagonista
del relato y que esta se encuentra en un ghetto. En este primer episodio, la casa de lacalle Mango
funciona como un símbolo del sueño americano, aun si aparece ligada a la vergüenza que se
deriva, en el universo del barrio latino que recrea el texto, de la pobreza y de la pertenencia
étnica, que son aspectos que aparecen siempre vinculados estrechamente. El título aparece
evocado en el último relato, como ya hemos señalado, y también en el anteúltimo episodio que se
titula "A House of My Own" y que se teje, como indican Doyle (1994) y Sandoval (2008), en
una relación de intertextualidad con el ensayo "A Room ofOne's Own" de Woolf (1929). En una
nota breve, Sandoval pone el énfasis en el sueño de poseer un espacio propio como punto en
común entre estos dos textos, cuestión que se presenta como indispensable para abrirse camino
en el trabajo de la escritura creativa. Sin embargo, como bien afirma Doyle (1994), la alusión al
texto de Woolf es central para la configuración de toda la obra, no solo de este episodio. En
efecto, es posible rastrear una fuerte identificación entre el ensayo de la escritora inglesa y la
obra de Cisneros, que busca inspiración en aquel espacio propio, físico y simbólico, negado
largamente a la mujer, acerca del que indaga la obra de Woolf13 . Y en esta relación de
intertextualidad, se genera la identificación ya señalada y una diferencia que alude a

12 Según se verifica en Google Earth, Mango es el nombre de una avenida de Chicago, no de


una calle; sus coordenadas son: 41°57' N, 87º 46' O.
13 En particular, sobreviene a la memoria un pasaje del texto en el que Woolf imagina las
grandes e insalvables dificultades que hubiera tenido la vida para una supuesta y
talentosísima hermana de Shakespeare, de haber existido en la Inglaterra isabelina.

las particularidades de la casa -espacio propio-, objeto de deseo de la narradora sobre el final de
la novela. Claramente, en el anteúltimo episodio la casa aparece definida como un espacio en el
que no hay presencia de ningún hombre, un sitio en el que la mujer es dueña de todos sus actos y
no depende de nadie, ni nadie depende de ella 14 • Sin embargo, también es preciso destacar que,
a través de este discurso evocado, se evidencia un exterior constitutivo para el discurso, que
contribuye no solo al sentido del título de este episodio sino al sentido del título de toda la obra,
que también lleva en su designación el sintagma "house".Así, advertimos que se construyen
diversos sentidos alrededor de la casa a la que alude o puede aludir el título de la obra, pues este
se va nutriendo de distintos componentes que lo constituyen a medida que avanza el texto. No se
trata, simplemente o únicamente, de ser propietario de una casa, en el sentido del sueño
americano que describimos antes, sino de poseer una casa que le dé independencia a la mujer
frente a la opresión que genera la sociedad machista, que aparece representada en el texto. Es
posible afirmar que sobre el final de la novela, la casa del título hace alusión a estas dos
cuestiones: por un lado, la casa que viene a cumplir el sueño americano y que libera al chicano
pobre y marginal de parte de su opresión; por el otro, y más importante aún, la casa que otorga
independencia a la mujer y le permite desarrollar el arte de la escritura, actividad que se propone
como liberadora y que le posibilitará regresar al ghetto para salvar a otros, pero sin olvidar jamás
su origen. Según sanciona el relato a través de una adivina que le habla a Esperanza: "You will
always be Mango Street. You can't erase what you know. You can't forget who you are." (op.
cit.: 105) 15 . Es de relevancia señalar que el sentido de esta casa también se alimenta de otras
alusiones que aparecen en el texto. Hay, pues, un tercer sentido que se asocia a los dos anteriores
y que se instala en el texto a partir del relato titulado "No Speak English", en el que la mirada de
la protagonista se posa en

14 Para un examen exhaustivo de esta relación de intertextualidad, se podrá consultar


MacCracken (1989), Fachinger (1993), Doyle (1994). Asimismo, Rosaldo (1989) señala, aun
si no la explora, esta relación de intertextualidad.
15 En distintos episodios de esta obra, se destacan la vergüenza y el conflicto que le produce a
Esperanza vivir en una casa tan pobre en el barrio latino. Para ampliar esta visión, podrá
consultarse, entre otros, los relatos "Edna's Ruthie", "Sally", "The Three Sisters" y "Alicia
and 1 Talking on Edna's Steps", de la colección.

el sufrimiento de Mamacita, una pobre inmigrante mexicana que sufre las vicisitudes del
desarraigo y clama: "Home. Home. Home is a house in a photograph, a pink house, pink as
hollyhocks with lots of startled light. The man paints the walls of the apartment pink, but it's
not the same, you know. She still sighs for her pink house, and then I think she cries. I
would." ( op. cit.: 77). Esta imagen que recupera el sentido de hogar no es la que prevalecerá en
este texto que, como bien ha señalado Rosaldo (1989), manifiesta inquietudes y posiciones
feministas.
Por último, resulta crucial detenemos en la palabra "mango'', que se constituye en un sitio de la
heterogeneidad interlingüe, pues el término, que existe tanto en inglés como en español, evoca
toda una gama de sentidos. Como se recordará, tanto en inglés como en español, con el sentido
de fruta, la palabra "mango" es un préstamo, que proviene del portugués, lengua que, a su vez, la
toma prestada del tamil. los fenómenos de contacto -----como la alternancia de lenguas y los
préstamos- dan cuenta, muchas veces, de momentos de gran tensión. La palabra del tamil
"mango" habita otras lenguas a partir de distintas situaciones de ocupación que se originan en la
India. Sin embargo, a partir del siglo XVIII, este árbol se propaga por otras regiones tropicales y
llega a Brasil para luego instalarse en otras zonas de América ascender por las de América 16 .
De allí que el fruto y también su nombre pasen a asociarse, en inglés y en español, con los países
que lo cultivan en América, entre los que se cuentan Guatemala, Perú y México. Y este es uno de
los caminos que recorre el sentido en el espacio que se configura alrededor del encuentro
lingüístico-cultural aludido. En efecto, la designación de la calle contribuye a crear un sentido
que se asocia a lo latino desde el comienzo, anticipando así la caracterización del barrio en el que
vivenlos personajes. Por otro lado, esta elección de un nombre trae a la escena distintos discursos
evocados: el mango es una de las frutas centroamericanas por excelencia, que se conoce por ser
exótica y exquisita. México es uno de los exportadores

16 El mango es originario de la India, donde se lo conoce por ser símbolo de la fertilidad y del
amor. Asimismo, esta fruta es empleada en rituales religiosos. Para ampliar este tema, podrá
consultarse la entrada de The New Encyclopcedia Britannica.

principales de esa fruta a Estados Unidos, país en el que, a causa de la importación, la fruta se
vuelve un bien más codiciado en el mercado. En el título del libro, la palabra "mango" evoca, en
tanto "rey de las frutas", como le dicen algunos, la idea de un fruto caro en ambos sentidos del
término: es costoso y también es querido, anhelado. No es dable pensar, considerando la
ubicación de la ciudad de Chicago, que la calle en la que está emplazada la casa esté arbolada
con plantas de mango. Sin embargo, esta asociación también está dada, aun si para descartarla,
en los discursos que evoca el título.
Ahora bien, en español, la palabra "mango" también tiene otros sentidos que se vinculan con su
origen latino. Así y como indica Fachinger (1993), el término que alude a asa o manija también
se emplea, en un registro vulgar, para referirse al pene, lo cual contribuye a formar una imagen
que completa muy bien la idea de la estructura machista y patriarcal que simboliza Mango Street
y que refuerza la hipótesis de la heterogeneidad interlingüe respecto de la construcción de
espacios interlingües y del gesto de lectura que define el mismo texto. Asimismo, comienza a
esbozarse una imagen del responsable de la enunciación que deja entrever distintos sentidos y
discursos en la constitución de su decir. Para concluir, los sentidos asociados al título que hemos
examinado confirman la hipótesis no referencialista acerca de la construcción del sentido
(Ducrot, [1984] 1986, 2004) a la que esta tesis adhiere. En efecto, hemos visto que el sentido del
título se construye en la evocación de los discursos que le están asociados y no en su relación con
una entidad extralingüística determinada. Como afirma Ducrot (2004), el sentido de una entidad
lingüística reside en el conjunto de discursos que esta entidad evoca y es, por tanto, de naturaleza
discursiva. Más aún, al retomar los postulados de la semántica argumentativa, García Negroni
(2005) señala que hablar - y también escribir, podemos agregar- "no es pues describir o informar
a propósito del mundo sino dirigir el discurso en una cierta dirección, hacia ciertas conclusiones
alejándolo de otras( ... ). Hablar es inscribir nuestros enunciados en una cierta 'dinámica
discursiva', la del texto total( ... )" (op. cit.: 4-5). es preciso notar que en el marco de estas
perspectivas teóricas siempre se analiza el sentido en términos de un sistema lingüístico único.
La narrativa de Cisneros, al igual que muchas otras escrituras 17, funda su sentido discursivo en
la evocación simultánea de dos sistemas lingüístico-culturales que se materializa a partir de los
procesos de negociación y traducción culturales que entre ellos se manifiestan, pilares de la
heterogeneidad interlingüe, como queda ya señalado. El sentido aquí se sustenta más explícita y
deliberadamente de la semántica que traen al discurso estos dos sistemas. Por ello, enmarcado
dentro de este cuadro teórico, el estudio minucioso de la escritura de Cisneros puede constituir
también un paso más en la descripción de la construcción del sentido discursivo dentro de la
óptica de la semántica argumentativa. Queda así anticipada una característica central de la
escritura de Cisneros que atañe a la conceptualización de la heterogeneidad interlingüe que
acompañará el examen de distintas estrategias a las que apela su discurso en el proceso de la
constitución del sentido. Se trata, pues, de una operación que afecta el valor de los signos de los
dos sistemas lingüísticos que intervienen en el discurso.

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