inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una
sociedad que se quiera más a sí misma" Gabriel García Márquez.
PUNTO DE VISTA
LA POBREZA OCULTA
Por Ricardo Villa Sánchez
Redes Sociales: @rvillasanchez
La pobreza oculta, o como dirían las abuelas los "pobres vergonzantes", es una
tarea fallida en las políticas públicas contra la pobreza, que priorizan a los más
vulnerables o en riesgo y dejarían por fuera a la clase media. Personas con bienes
pero sin liquidez, con empleos pero sin garantías, con capacidad adquisitiva pero
sin vida crediticia por la ‘muerte civil’ de los reportes a las centrales de riesgos,
con largas paras en su trabajo o con negocios en la informalidad, con mesadas
pensionales más bajas que las obligaciones adquiridas cuando estaban activos en
su trabajo, o con ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas, lo
que logra que no les alcance el sueldo o su renta, para terminar el mes.
Una política pública de desarrollo integral, que ponga al ser humano en el centro
de las preocupaciones de la sociedad y del Estado, demanda un cambio en el
modelo económico y en las perspectivas de la vida de un ciudadano que culmina
sus estudios. Para esto es clave que la educación sea pública, gratuita y de
calidad. Además de esto, se requieren priorizar políticas de inclusión productiva y
de acceso igualitario a empleo digno, mayor libertad política y construcción de
ciudadanía incidente.
Ha sido reiterativo escuchar que cuando uno termina una carrera profesional y se
enfrenta a la vida diaria, se pregunta: ¿Y lo que estudié para qué me sirve? La
educación debe estar articulada a la productividad y a la innovación. Darle
herramientas útiles al futuro profesional para vivir dignamente. Las barreras para
acceder a un empleo digno o a la ruta del emprendimiento, deben ser removidas
para los profesionales jóvenes, inclusive para los estudiantes en sus prácticas o
pasantías. Se ha avanzado en este gobierno en esa vía por ejemplo con
programas como el de 40.000 empleos basados en la ley de primer empleo o en
las otras políticas de pro-joven, que equiparan las prácticas o pasantías a
experiencia profesional, como transición al mundo del trabajo. Pero esto hay que
ampliar su cobertura, democratizarlo y socializarlo, además de generar
condiciones equitativas de acceso a trabajo decente, a créditos, a subsidios, a
acompañamiento técnico, a oportunidades. Esta sería la educación digna para un
país en Paz.