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Inflamación crónica de etiología desconocida, por lo

general progresiva, que afecta principalmente a las


articulaciones sacroilíacas, anillos fibrosos, ligamentos
y pequeñas articulaciones de la columna vertebral,
responsables de la rigidez característica de esta
enfermedad.

CUADRO CLÍNICO E HISTORIA NATURALARRIBA

Por lo general comienza en la adolescencia tardía o en


adultos jóvenes y rara vez después de los 40 años de
edad. Es 2-3 veces más frecuente en hombres. Puede
alternar períodos de exacerbaciones y remisiones,
pero el curso suele ser crónico y progresivo.

1. Síntomas generales: febrícula, pérdida de peso


y fatiga.

2. Alteraciones en el sistema locomotor: dolor


lumbosacro característico (en un 80 % de los
pacientes) irradiado hacia las ingles, nalgas y rodillas,
generalmente sordo, difícil de localizar, unilateral
o bilateral, intermitente, constante tras unos meses.
Manifestaciones de artritis de tobillo o rodilla (en un
0-20 %), entesopatía del tendón de Aquiles
o aponeurosis plantar, artritis de otras articulaciones
(por lo general cadera y hombro, rara vez
esternoclavicular, temporomandibular y otros). El
dolor a menudo se intensifica por la noche. Por la
mañana se acompaña de sensación de rigidez. La
intensidad del dolor disminuye con el ejercicio físico.
El dolor y la limitación de la movilidad de la columna
vertebral aumentan gradualmente junto con la
afectación de sucesivos sectores más superiores de la
columna vertebral. Columna lumbar: rectificación de
la lordosis fisiológica. Columna dorsal: dolor alrededor
del tórax, que aumenta con la inspiración y se irradia
hacia la columna vertebral por la parte anterior, a lo
largo de las costillas (lo que lo distingue del dolor
pleural); aumento de la cifosis, lo que limita la
expansión del tórax; atrofia muscular paravertebral
("espalda planchada"). Columna cervical: limitación
y más tarde pérdida de la movilidad, a menudo
rectificación de la lordosis o desarrollo de cifosis. Los
traumatismos pueden causar fracturas con facilidad.
La pérdida de la curvatura normal de la columna
vertebral, su rigidez y también frecuentes cambios
simultáneos en las articulaciones periféricas
contribuyen a un cambio de la postura y al desarrollo
de contracturas en las extremidades.

3. Uveítis anterior (en ~1/3 pacientes): dolor,


enrojecimiento, disminución de la visión, fotofobia.
Los síntomas desaparecen después de 4-8 semanas,
pero pueden reaparecer. Si no se trata precozmente
puede provocar glaucoma y ceguera.

4. Alteraciones cardiocirculatorias (en <10 % de


pacientes): insuficiencia aórtica, inflamación de la
aorta ascendente, trastornos de la conducción
cardíaca, pericarditis.

5. Otras manifestaciones:

1) puede producirse fibrosis pulmonar predominante


en los lóbulos superiores; pueden formarse cavidades
que pueden ser asiento de infecciones micóticas
2) proteinuria por depósito de amiloide o por
nefropatía IgA

3) síntomas neurológicos en caso de subluxación de la


articulación atloaxoidea o atlooccipital, o fractura de la
columna cervical

4) a menudo úlcera péptica duodenal, también como


resultado del uso de AINE; en un 30-60 % de
pacientes cambios inflamatorios microscópicos
asintomáticos en íleon terminal y colon

5) dolor, rigidez matinal y fatiga constante que


dificultan la actividad cotidiana y causan depresión.

DIAGNÓSTICOARRIBA

Exploraciones complementarias

1. Pruebas de laboratorio: aumento de


la VHS y proteína C-reactiva en suero durante
períodos de exacerbación (en ~40 % de pacientes con
afectación vertebral y ~60 % con afectación articular
periférica); leucocitosis, anemia normocítica leve (en
<15 %), proteinuria y hematuria (en un 30 %),
hipergammaglobulinemia (a menudo IgA); FR en IgA
(no IgM), HLA-B27.

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