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Monografía Diplomado en Psicoterapia Humanista-


Existencial 2017

El concepto de Self en la Gestalt

Abigail Barahona Barrera Commented [PHS1]: Muy buen trabajo. Algunos pequeños
puntos mejorables.
NOTA: 6.9

Profesor:

Pablo Herrera Salina


Introducción

La terapia Gestalt nace a partir de las ideas de Fritz Perls y Laura Perls en la
década de los 40, siendo estos sus fundadores principales (Yontef, 1995 citado en García,
2016). Las influencias históricas más importantes de esta terapia han sido el psicoanálisis,
la psicología de la Gestalt o de la forma, el psicodrama de Moreno y la obra de Wilhem
Reich, estas teorías constituyen las bases de la psicoterapia Gestalt (García, 2016). La
terapia como tal es descrita por Perls como “una de las fuerzas rebeldes, humanistas y
existenciales de la psicología” (Perls, 1951, p13). Este consideraba como la meta de los
terapeutas gestálticos aumentar el potencial humano, veía para ello como necesario
apoyar las necesidades, deseos e intereses auténticos de las personas (Perls, 1951).
A pesar de que esta venía gestándose desde hace un tiempo, no es hasta el año
1951 en que se da a conocer al mundo como tal. Este, acontecimiento está
estrechamente relacionado con la publicación del libro “Terapia Gestalt: excitación y
crecimiento de la personalidad humana”, escrito por Fritz Perls, Ralph Hefferline y Paul
Goodman (Vásquez, 2010). Este libro es considerado por Vázquez (2014) como la obra
básica para cualquier terapeuta gestáltico. En él se hacen las primeras aproximaciones
teóricas del concepto de Self en la Gestalt, siendo su conceptualización un principio
básico de esta terapia (Aedo, Kramer & Jorquera, 2012).
Este concepto no solo ha sido abordado por la Gestalt, sino que también por
diferentes enfoque y corrientes de la psicología. Particularmente la Gestalt se ha ocupado
de su estudio en un intento de ayudar al ser humano a comprenderse y aceptarse a sí
mismo (Nocerino, s/f). Por otra parte, el abordaje de este tema resulta
indispensablemente para comprender los principios y la aplicación práctica de la terapia
gestáltica (Vásquez, 2010).
Por lo cual, en el presente estudio se pretende revisar lo que diferentes autores
han planteado del concepto de Self en la Terapia Gestalt, así como contenidos asociados
a este e imprescindibles para su acercamiento. Todo esto con la intención de responder la
siguiente pregunta ¿Cómo se entiende el concepto de Self en terapia Gestalt? Commented [PHS2]: Bien la introducción
Desarrollo

Contenidos asociados Commented [PHS3]: Bien

Algunos conceptos importantes para entender cómo la Gestalt concibe el


Self son el de “campo”, “contacto” y “ajuste creativo”, ya que están contenido en la
primera aproximación y más importante que hicieron del concepto de Self Perls, Hefferline
& Goodman.
En la terapia Gestalt el campo se entiende a partir de la teoría de campo
propuesta por Kurt Lewin, esta es una teoría de la relación entre el organismo y el
entorno, donde al existir una necesidad se produce un campo de fuerzas que causa una
acción (Garcia, 2016). De tal manera que el campo, es “campo organismo-entorno”
debiendo ser comprendido como una totalidad. Acorde con esto Yontef (1997 citado en
García, 2016) lo define como “interactivo y determinado por las fuerzas presentes” (p.
279). La cualidad de interactivo del campo implica en terapia gestáltica enfocarse en el
aquí y ahora, ya que es este el campo inmediato y presente (Vásquez, 2010). Robine
(1999) destaca que, para Perls y Goodman, el campo es la única entidad. La importancia
que se le da al campo como objeto de la psicología en la Gestalt ha contribuido a la
superación de una posición intrapsíquica en esta terapia (García, 2010). Commented [PHS4]: Bien aunque podría ser explicado de
forma más sencilla
Por otra parte, el campo está estrechamente relacionado con el “contacto”, siendo
este último la interacción entre la frontera del organismo-entorno (campo). Goodman
menciona que “contacto es tocar tocando algo” (Perls, Hefferline & Goodman, 1951 citado
en Bennet, 2001). El proceso de contactar y retirarse del contacto en esa frontera es lo
que conocemos como experiencia. En cada contacto hay un elemento que se hace
“figura”, siendo el que predomina como foco o centro de interés, mientras que el resto del
campo que se encuentra indiferenciado se denomina “fondo”. Naturalmente, este contacto
se hace temporal y cambiante, debido a las dinámicas de las relaciones (Nocerino, s/f).
A partir de la relación entre campo y contacto surge otro concepto importante, este
es el de ajuste creativo. Donde todo contacto es el ajuste creativo entre el organismo y el
entorno (Perls, Hefferline & Goodman, 1951 citado en Vásquez, 2010). El ajuste y la
creatividad se piensan en conjunto, ya que si solo hubiese creatividad se estaría dejando
de lado al entorno y de lo mismo pasaría si hubiese solo ajuste, pero esta vez con el
organismo (Vásquez, 2010).
Self
En este contexto podemos comprender como primera aproximación al self la
definición inicial que hacen Perls, Hefferline & Goodman (1951), estos mencionan que
este:
“Es el sistema de contactos en cualquier momento. (...) varía con flexibilidad, ya
que cambia con las necesidades orgánicas dominantes y la presión de los
estímulos del entorno; es el sistema de respuestas (...). El Self es la frontera de
contacto en actividad; su actividad consiste en formar figuras y fondos”. (p. 15).
Además, de manera complementaria a lo anterior estos autores ponen énfasis que
el Self no es una entidad fija, sino que es un proceso temporal, que existe cuando y donde
hay una interacción en la frontera, perteneciendo a la actividad entre el entorno y el
organismo (Pels et alt., 1951 citado en Vásquez, 2010).
A partir del acercamiento anterior es que se pueden destacar algunas propiedades
y funciones principales del Self. En primer lugar, la de contacto espontáneo con el campo,
debido a que el contacto se inicia a partir de un sentimiento que se va desarrollando, y a
medida que avanza requiere de compromiso y aceptación (García, 2016). De manera
complementaria Spagnuolo (2002 citado en Aedo et al., 2012) menciona que esta
capacidad está dada por los polos de intencionalidad y relajación.
Por otra parte, la propiedad de poseer una voz media, lo que es concordante con
la posición de este de frontera, la cual cambia a cada momento (García, 2016). Al
respecto Spagnuolo (2002 citado en García, 2016) destaca que nunca se ubica solamente
de un lado del campo, ni solo como activo o pasivo. También agrega que el Self logra
comprender lo interno y externo (Spagnuolo, 2002 citado en Aedo et al., 2016).
En tercer lugar, la propiedad de encontrarse comprometido con la situación, esto
quiere decir que involucra el sistema muscular y la excitación, y de manera más implícita
también la capacidad de deliberar (Garcia, 2016).
También se encuentra la función de generar un contacto pleno con la situación en
el aquí y en el ahora, indicando esto último la cualidad temporal del Self (Aedo, et al.,
2012). Con relación a esto, Robine (1999) plantea que el “aquí y ahora” de la terapia
Gestalt, por mucho tiempo fue malinterpretado y utilizado como un pretexto hedonista y
pseudoepicúreo, lo que ha implicado como un problema el conciliar un enfoque teórico del
Self con uno temporal. Por lo que para esta autora resulta importante hacer énfasis en
que el énfasis de la terapia Gestáltica y de la teoría del Self en el aquí y ahora, no es una
negación al pasado, sino que en pasado y futuro se encuentran replegados en el
presente. De manera complementaria a esto se puede agregar, que el pasado ha
determinado el modo de contacto en cada momento presente, esto por variables
organísmicas, sociales, culturales, familiares, etc. (Vásquez, 1999). Müller-Granzotto y
Müller Granzotto (2009 citado en Aedo, et al., 2012) también le dan énfasis a esta
cualidad de temporal, y concuerdan con la idea de que en cada contacto nuevo se
encuentran presentes las experiencias de las vivencias de los contactos pasados. Es así
que el Self vendría a ser para ellos el sistema de contactos presentes. De manera
concordante Delacroix (2008 citado en Aedo et al., 2012) menciona que la temporalidad
del Self es el presente, es en este tiempo en el que me co-construyo con un otro, en una
historia presente, con pasado y final.
Por último, la cualidad de realizar contacto adaptándose de manera flexible,
creativa y satisfactoria a la dinámica de estabilidad y cambio del campo (Aedo et al.,
2012). Esta es la función de ajuste creativo del Self, al respecto Perls, Hefferline y
Goodman (2006 citado en García, 2016) señalan que “dejando que las facultades jueguen
libremente, concentrándose en un problema presente, no se llega al caos o a una fantasía
loca sino a una Gestalt capaz de resolver el problema real” (p. 30). Incluso estos autores
le dan el estatus de objeto de la psicología, siendo la meta del ajuste creativo la transición
entre la novedad y la rutina, obteniendo como resultado la asimilación y el crecimiento
(Perls et al., 2006 citado en García, 2016). Es así como a través de esta función, es que
se logra satisfacer una necesidad. También este implica distinguir y reconocer respuestas
obsoletas del comportamiento único que requiere cada nueva situación (Nocerino, s/f). De
manera más reciente Vásquez (2014) liga los ajustes creativos con las potencialidades
humanas. Destacando que en cada paso individual que damos, se crea la dirección que
seguiremos, donde cada uno de estos pasos tiene un elemento de ajustado a las propias
potencialidades, y otra parte que va a crear quienes somos y seremos, siendo entonces el
ajuste no solo creativo, sino que también creador. En relación con esto último Robine
(1999) señala que mediante el ajuste los sujetos son transformados y también
transformadores, siendo entonces en este proceso creadores del mundo y
transformadores de este.
Por otra parte, se hace importante destacar que esta perspectiva incluye una
visión relacional del Self, así como también la idea de que la percepción es co-elaborada
entre los que está fuera (objetivo) y el punto subjetivo de quien percibe (Yontef, 2012).
Delacroix (2008 citado en Aedo el at., 2012) menciona que el Self como proceso de
contacto, se activa a partir de la presencia de un otro, estando dirigido a este otro y
también al propio organismo. A partir de lo anterior este autor pone énfasis en la relación
entre el terapeuta y el paciente, siendo esta relación una podría permitir recuperar la
capacidad innata del Self de ajuste creativo (Delacoix, 2008 citado en Aedo el at., 2012).
Teniendo en consideración que es una de co-creacion momento a momento por parte del
terapeuta y del paciente, de tal manera que la transferencia entre estos implica algo
novedoso, que es esta nueva relación (Philippson, 2002).
Hasta el momento se ha descrito aspectos del Self saludable, es decir cuando en
este se mantiene en equilibrio y fluidez (Garcia, 2016). En el opuesto de lo saludable, se
encuentra lo enfermo, concibiéndolo como la interrupción de la función del Self de formar
figuras (Latner, 2004 citado en García, 2016).

Las estructuras del Self: el Yo, el Ello, y la Personalidad.


En el libro fundacional de la terapia Gestáltica, Perls et al. (1951) plantean la
existencia de tres estructuras parciales, que no serían la totalidad de estructuras posibles,
pero que se consideran de mayor relevancia para la teoría Gestáltica y que han sido
tomadas por la psicología patológica como las que componen el funcionamiento total del
Self. Estas estructuras (o funciones como también se han llamado); son las del Yo, el Ello,
y la Personalidad. Dichas estructuras, como plantean Perls et al. (1951) “representan las
etapas principales del ajuste creativo” (p. 195); es por esto que, si bien cada una de estas
estructuras, se encuentran siempre presentes en el Self (el que como ya se ha señalado
sólo existe en interacción con el medio); adquieren una mayor relevancia en distintas
fases o etapas de la toma de contacto, apareciendo con más fuerza en primer lugar el
Ello, luego el Yo, y finalmente la Personalidad (Martínez, 2013). A continuación, se
detallarán estos tres conceptos basándose principalmente en lo planteado por Perls et al.
(1951), dado que este libro ha sido la base para otros autores gestálticos, quienes en
general han querido enriquecer y aclarar lo ya planteado en éste (Aedo et al. 2012).
El Ello constituye la primera de las estructuras del Self presentes en el ajuste
creativo de éste; “es el segundo plano dado, que se disuelve en posibilidades, incluyendo
las excitaciones orgánicas, las situaciones inacabadas del pasado que se vuelven
conscientes, el entorno vagamente percibido, y los incipientes sentimientos que conectan
al organismo con el entorno” (Perls et al., 1951, p. 195). Al respecto, es posible señalar el
carácter pasivo que posee el Ello en el Self; el que de alguna forma descansa sobre este
conjunto de posibilidades que se presentan en la situación de una manera difusa;
suspendiendo la alerta sensorial, e inhibiendo la iniciativa motora. Los contenidos que
aparecen en el Ello son de carácter principalmente alucinatorios, compuestos de
imágenes inacabadas que se contactan levemente con muy poco esfuerzo y que no
requieren de un contacto con el medio para satisfacerse, sino que se puede hacer
mediante la alucinación; así el organismo puede descansar. El self a su vez, en esta
función es de carácter disperso, difuso, desintegrándose y existiendo meramente como un
potencial; por lo que, si se considera la forma en que es entendido el Self, existiendo y
actualizándose en el contacto; se estaría en la presencia de un Self disminuido (Perls et
al. 1951). Al estar inactivos los movimientos y los sentidos; el cuerpo cobra especial
importancia, por lo que las propiocepciones adquieren un papel relevante en el campo; así
mismo, como señala Perls et al. (1951) si a dichas propiocepciones “no se les proporciona
un centro que las empuje a concentrarse, uno acaba por dormirse” (p. 200). La
importancia del cuerpo en el Ello ha sido descrito por otros autores gestálticos, en donde
se asocia dicha estructura con la dimensión fisiológica (Aedo et al., 2012); al respecto
Delacroix (2008, citado en Aedo et al, 2012) señala que el Ello “se expresa mediante los
gestos, imágenes, y los sueños, entre otros, y permite conocer lo arcaico de un
organismo, su fondo”(p. 5), el entender el ello como el fondo del organismo tiene especial
sentido considerando al Self como un proceso de contacto de figuras y fondo; en donde al
no haber figuras que requieran especial atención se presenta solo el fondo. En relación al
Ello, Ginger y Ginger (1993, citado en Aedo et al. 2012) enfatizan que el Ello aparece en
los actos automáticos del organismo; en los sueños, cuando se respira, al caminar, al
conducir un auto pensando en otra cosa, por lo que el Ello actuaría de alguna manera sin
que el Self tenga plena consciencia de lo que se encuentra realizando. Estos dos autores
mencionados, vienen de alguna forma a “aterrizar” lo planteado en el libro fundador de la
terapia Gestáltica; entregando ejemplos de situaciones cotidianas en que actuaría el Ello,
algo que no se encontraba en este libro.
En relación al Yo, Perls et al. (1951) señalan al que este sería la identificación o
alienación con los elementos del campo; “la limitación o el acrecentamiento del contacto
en curso, incluyendo el comportamiento motor, la agresión, la orientación y la
manipulación” (p. 196). En la toma de contacto el organismo se encuentra en un estado
relajado, con muchos intereses y distintos objetos sin ninguno que destaque; es decir,
aquí el Ello se encuentra actuando principalmente; pero el Yo aquí aparece para tomar
contacto y concentrarse en una unidad más simple, restringiendo de una manera
consciente ciertas figuras; es por esto que el Yo consiste en una actitud deliberada del
Self para tomar contacto. El Yo, al tener un carácter deliberado, no tiene real conciencia
sobre uno mismo; es en un cierto grado de aislamiento que se consigue tener conciencia
y no cuando se está puesta la atención en una figura específica (Perls et al. 19511); en
relación a esto, en el sujeto neurótico,” no existe otra cosa en la conciencia salvo el sujeto
deliberado” (p. 198). Esto también se plantea como una crítica al psicoanálisis ortodoxo,
que pone al Yo, y no el Self, como el centro del sujeto. Otros autores, como Delacroix
(2008), Ginger y Ginger (1993), Spagnuolo (2002), y Müller-Granzotto y Müller-Granzotto
(2009); todos ellos citados en Aedo et al.(2012), hacen hincapié en la función del Yo como
un acto de elegir, la capacidad de opción, de deliberación e intencionalidad entre otros;
todo esto entre las distintas partes del entorno; dicho en otras palabras, la capacidad de
elegir libremente una figura sobre un fondo; destacando la actitud deliberada presente en
el Yo señalada por Perls et al. (1951).
Finalmente, se encuentra la estructura Personalidad, la que Perls et al. (1951)
definen como “la figura creada en la que el Self se convierte y asimila al organismo,
uniéndola con los resultados del crecimiento anterior” (p. 196); esta asimilación al
organismo permite tener una noción de lo que yo soy; integrando lo anterior en las
distintas relaciones interpersonales; en esta línea Spagnuolo (2002, citado en García,
2016) señala que la personalidad “expresa la capacidad del organismo de contactar el
entorno sobre la base que da de sí mismo” (p.44), y tiene relación con la definición que
realizamos al momento de preguntarnos ¿quién soy?; y contiene lo que el sujeto ha
aprendido a lo largo de su historia. Los autores nombrados con anterioridad van en la
misma línea expresada anteriormente; en el caso de Delacroix (2008, citado en Aedo et
al. 2012), da cuenta de que la personalidad sería un “sistema de representaciones
conscientes y no conscientes” (p. 6). Por último, cabe destacar en relación a la
personalidad, que para Perls et al. (1951), ésta sería a diferencia del Self creativo, la
estructura responsable del Self; esto dado principalmente, a que el sujeto tendría
conciencia de ésta. Finalmente cabe destacar la importancia de la terapia en el desarrollo
de la personalidad; Perls et al. (1951) plantean que en un “neurótico, la personalidad
consiste en un cierto número de conceptos equivocados sobre uno mismo, introyecciones,
ideales del yo, máscaras, etc.”(p. 200) , mientras que trás una terapia exitosa de cualquier
tipo, la personalidad se presenta como un conjunto de actitudes mediante las cuales el
sujeto se entiende a sí mismo y que puede utilizar en cualquier situación de relación
interpersonal (Perls et al., 1951). El carácter de cualquier situación señalado
anteriormente parece tener especial relevancia en una personalidad sana, dado que la
imagen de uno mismo no interfiere para adaptarse a las distintas situaciones, en contraste
con una personalidad neurótica. Commented [PHS5]: Muy bien
Conclusión
El objetivo principal de este trabajo era contestar a la pregunta ¿Cómo se entiende
el concepto de Self en terapia Gestalt? A grandes rasgos se piensa que, si se logra
responder, de tal manera que como síntesis cabe mencionar que es el sistema de
contactos con el campo, siendo su función principal el ajuste creativo (García, 2016),
siendo esta la idea principal con la que me quedo a partir de este trabajo. Por otro lado,
no se pudo del todo encontrar elementos de la teoría del Self que fueran novedosos
dentro de la misma Gestalt, lo que podría ser mejorado. También hubiese sido un aporte
haber dedicado un apartado al “ciclo de la experiencia”, teniendo en consideración que el
Self se despliega en este con sus funciones, donde además las interrupciones de este
nos hubiesen podido llevar a conceptualizar el Self no saludable.
Por otra parte, a partir del trabajo se destaca que la teoría del Self en la Gestalt, se
ve plasmada en el texto fundacional de Perls, Hefferline y Goodman. Lo que otros autores
mencionan del Self en la Gestalt son a partir de este texto, siendo aportes o
complementos, de tal manera que pareciera no haber fuertes refutaciones al contenido
inicial de esta teoría. Es importante destacar que los autores que han escrito sobre el Self
en la Gestalt han venido a aclarar contenidos de la teoría del Self que fueron escritos por
Perls, Hefferline y Goodman, de forma compleja y poco clara, haciendo que estos cobren
sentido.
Respecto a esta teoría, se está de acuerdo con la idea de Spagnuolo (2002 citado
en García, 2016), de que “es un intento de teorizar lo inteorizable, de aprehender la
experiencia justo en su fugacidad” (p. 104). Lo que hace pensar que sería muy importante
poder entender el Self a partir de la práctica de la Gestalt, más que solo desde una teoría,
ya que verla tan solo de esta forma nos puede llevar a una postura pasiva.
Al respecto el mismo Perls, tal como aparece en su posterior libro “sueños y
existencia” critica esta excesiva complejidad teórica presente en sus anteriores trabajos
señalando la importancia de que la terapia gestáltica fuera entendible y accesible a
cualquier persona; y se desmarca de la excesiva teorización presente en el psicoanálisis;
con lo cual escribe como último legado su libro “el enfoque gestáltico y testimonios de
terapia” en donde se puede ver la teoría de una forma mucho más simple y práctica.
Finalmente, esta forma de concebir el Self es completamente novedosa en la
psicología, la cual ha pensado al sí mismo como una entidad estable. El poder mirarlo
bajo esta nueva óptica implica entregarse a lo desconocido y cambiante, a modo personal
me parece todo un desafío; pero me animo cuando pienso en todo el mundo de
posibilidades que se abren para el desarrollo del potencial único e increíble que tiene
cada persona. Para mí la teoría del Self es una invitación a ser flexible y entrar en diálogo.
A partir de este trabajo, me parece que en el futuro sería interesante contrastar la
teoría del Self de la Gestalt con la de otras terapias humanistas, buscando puntos de
encuentro y de desacuerdo.
Referencias

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Gestalt. Centro de Psicoterapia Gestalt de Santiago:
http://www.gestalt.cl/articulo.php?textoId=9

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guestálticos (p. 13-19). Santiago de Chile. Editorial cuatro vientos.

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Philippson, P., (2002), A Gestalt Therapy Approach to Transference, British Gestalt


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Robine, J. (1999). “Contacto y relación en psicoterapia”. Cuatro Vientos. Santiago de Chile


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http://www.itgestalt.com/cms/system/files/private/teoria_del_self_0.pdf

Yontef, G. (2012). La relación y el sentido del Self en la formación en terapia Gestalt. The
Gestalt Journal (20)1.

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