EL presente trabajo realiza un estudio comparativo entre la Ley Federal de Educación (LFE) – 1992
y la Ley de Educación Nacional (LEN)-2006. La primera fue la norma central que expresó la
Reforma Educativa de la década neoliberal en nuestro país. Acompañó la Reforma del Estado
propiciada por el gobierno de Menem en acuerdo con los organismos internacionales. La segunda,
sancionada durante el gobierno de Kichner, derogó la anterior 16 años después. Fue presentada
como alternativa para responder al descontento frente a la crisis del sistema educativo luego de
la aplicación de la mencionada Reforma. El presente trabajo sostiene que la LEN, sin embargo, no
significó una ruptura con la Reforma de los 90 y que mantuvo sus líneas centrales.
En este marco los Estados- Nación deben generar condiciones para lograr la competitividad en el
mercado global, que implican apertura comercial y financiera desregulación económica,
flexibilización de los mercados laborales, lo que se tradujo en un aumento de la desocupación y
precarización laboral.
En nuestro país, condicionado por la deuda externa, los organismos de crédito internacional
tuvieron un importante papel ejerciendo presión para la aplicación de las políticas neoliberales
durante esta década. Las mismas implicaron un cambio en el papel del estado que, lejos de
achicarse o reducirse, tuvieron un rol activo en el direccionamiento macro político y económico.
Los principales lineamientos de estas políticas fueron el ajuste fiscal, las privatizaciones de
servicios públicos, la desregulación económica, la acentuación de una política fiscal regresiva,
entre otras medidas.
Por otro lado, estas políticas neoliberales se combinaron con tendencias neoconservadoras en lo
político, reduciéndose la democracia sólo a un aspecto formal, sin participación real de los
diversos actores sociales, y el ejercicio de la ciudadanía se reduce al acto electoral. Así, el Estado
no sólo sienta las bases institucionales para el funcionamiento del mercado, sino que pasa a ser
instrumental a éste. Asimismo, se transfieren lógicas mercantiles al interior del estado, que es
satanizado como ineficiente, mientras el mercado es exaltado como símbolo de la eficacia y
racionalidad. En Argentina la década de los 90 fue gobernada mediante dos presidencias por el
presidente Dr. Carlos Saúl Menem.
La Reforma del Estado impulsada por los organismos internacionales se expresó en educación en
la llamada Reforma Educativa consistente en un paquete de leyes y medidas. En el año 1992 se
sancionó la Ley de Transferencia (Nº 24.049) por la cual se transfirieron las escuelas preprimarias,
medias y terciarias de la nación a provincia (la primaria y escuelas de adultos ya habían sido
transferidas en 1978 durante la última dictadura militar Argentina).
La coparticipación federal de los recursos nacionales establece que existe una masa no
coparticipable y otra coparticipable, por la cual se realiza una distribución primaria: se destina
40% para el gobierno nacional y 60% para los gobiernos provinciales. Luego se realiza una
distribución secundaria, es decir, se dividen los ingresos por cada provincia.
Pero los fondos coparticipables no compensaron los gastos que supuso la transferencia. Se pasó
de una relación de inversión del presupuesto consolidado nacional del 34.5% de Nación y 65,5%
en las provincias durante el 88 a 17,3% y 82,7% respectivamente en el 2002.[2]
Esto condujo a una brutal desigualdad educativa con provincias que oscilaban de 1 a 4 en su nivel
de gastos por alumnos: 688$ por alumno en Salta contra 2799$ en Santa Cruz para el promedio
del período 94-2000. Si bien esta relación es menor si se atiende a la diferencia de costo de vida
entre estas provincias, la comparación entre Capital Federal y provincia de Bs As que tienen un
costo de vida similar resultan elocuentes: 1527 $ contra $ 926 por alumno respectivamente para el
mismo período.[3]
La Ley Federal de Educación (LFE) establece que el sistema nacional de educación está constituido
tanto por las instituciones particulares como por las estatales siendo la única diferencia la
gestión[4]. Las escuelas privadas tienen derecho a formular planes y programas de estudio,
otorgar títulos reconocidos (Artículo 36 inc. a) y a recibir aportes monetarios provenientes de
fondos públicos (Artículo 37) y se establece el derecho de libertad de enseñanza (Artículo 5 inc. e).
Así, queda definido un rol subsidiario del Estado.
Señalemos que ésta es la primera ley que legisla al sistema educativo nacional en su integridad,
en todos los niveles del sistema, por lo que su reconocimiento en un pie de igualdad de la
educación privada y estatal resulta altamente significativo. Cabe destacar que la hasta entonces
única ley reconocida como inspiradora del sistema, la ley 1420 de 1884 referida a la educación
primaria, hablaba de escuelas públicas por un lado y particulares por otro, en sus artículos 4 y 5.
Tal definición no se reducía a una cuestión de gestión sino a un tipo de escuela y de educación. Y
esa escuela pública tenía una gestión oficial. Lo público supone una matrícula sin restricciones,
abierta a todos, y por ende gratuita. La LFE en cambio borra el término. Lo público no existe en su
texto. El sistema es uno sólo con dos tipos de gestiones diferentes, la estatal y la privada.
Si bien en los hechos durante el gobierno de Perón en 1947 la ley de Educación particular Nº
13.047 ya había avanzado en el reconocimiento de la educación privada mediante la instauración
del régimen de subsidios a las mismas[5], lo establece como aspecto marginal al sistema y con el
fin de garantizar el derecho de los trabajadores de la educación a recibir su salario. La LFE la
relegitimó dejando expresa mención de la existencia de las mismas, incluyendo su derecho a
recibir subsidios y estableciendo su razón a partir del derecho de los padres a elegir la institución
educativa para sus hijos. (Artículo 44 inc. C)
La LFE fue punto de apoyo para una avanzada de las escuelas privadas. El estado pasó de destinar
$ 0,47 por alumno privado en relación a un alumno del estado durante el año 1994 a $ 0,59 en el
2000, un incremento real de 30%.[6]
Este sistema de subsidios puede ser considerado una avanzada del más reciente sistema de
bauchers o charters (subsidios por alumno a la matrícula de las escuelas privadas, entre otras
modalidades de financiamiento de la “demanda”) que en las últimas décadas los organismos
internacionales han promocionado en los países centrales y se están aplicando en Chile y
Colombia, entre otros. En EEUU y en estos países no existía el subsidio a la educación privada que
ya teníamos desde hace 50 años.
A nivel del Estado Nacional existe una tendencia de concebir al estado nacional no como
“docente” sino “evaluador”. Desde la transferencia el estado nacional no tiene escuelas a su cargo,
ni es responsable de la provisión de “los servicios educativos”, ni de la gestión directa de las
instituciones educativas, pero tiene un rol protagónico en la definición de las políticas educativas.
Entonces podemos decir que el Estado más que “achicarse” ha redefinido su rol. La forma de
distribución del financiamiento y la evaluación le permiten ejercer el control político del sistema.
Mediante el Consejo Federal de Cultura y Educación toma una de las tareas más importantes, el
dictado de los contenidos básicos comunes- CBC-. La LFE establece tres niveles de especificación
curricular (Arts, 53 y 59) a saber:
Nivel Nacional: se establecen los Contenidos Básicos Comunes (CBC) que deben ser abiertos
Nivel Provincial: se elaboran los diseños curriculares provinciales, que contextualiza los CBC de
acuerdo a la realidad regional.
Nivel Institucional: comprende la elaboración de los Proyectos Educativos Institucionales (PEI), que
deben tomar y enriquecer lo establecido a nivel nacional y provincial.
Si bien no prescribe de forma directa los contenidos curriculares de ningún nivel educativo, regula
los mecanismos por los cuales éstos se van a definir.
Por otro lado, establece un cambio en la estructura del sistema y se expande el período de
escolaridad obligatoria (Art. 10). Esta queda conformada por:
Educación Cuaternaria.
1.5 Sobre los actores
La relación del Ministro con diversos actores manifestó alguno de los nudos de conflicto que se
dieron dentro del gobierno en la educación. Como señala Rivas los actores en juego además del
Ministro de Educación fueron: los gobernadores de cada provincia, los cuales tuvieron en sus
manos la tarea de “negociar” con el gobierno nacional, por un lado, y con los sindicatos docentes,
por el otro, quienes fueron actores de suma importancia. (Rivas, 2004)
La búsqueda de consenso fue parte del diseño de la Reforma Educativa. FLACSO[8], organizó en el
93 un seminario internacional para promover la búsqueda de consenso para la aplicación de la
Reforma del que participaron representantes del gobierno de Menem, el CONSUDEC, la UNESCO,
la Fundación Ford y la propia CTERA. Marta Maffei, dirigente de CTERA manifestó en ese seminario
que “la LFE es un modelo de concertación, en el cual se dio satisfacción a cada una de las partes.
Esta ley hoy hay que reglamentarla”[9]
La ley fue resistida por movimientos estudiantiles y docentes autoconvocados en Capital Federal y
Gran Bs. As, así como sindicatos provinciales opositores a la conducción de CTERA: ATEN Neuquén,
AMP La Rioja, seccionales opositoras de SUTEBA y en forma intermitente algunas conducciones de
UNTER de Río Negro y de Santa Cruz y Tierra del Fuego.[10]
La lucha por la apropiación de sentido se lleva a cabo por otros actores como es históricamente la
Iglesia Católica, y desde hace ya unos años el sector privado, a quién el Estado en su nuevo rol le
encomendó un lugar particularmente central. Y desde aquí se ponen en pugna entonces todos
estos actores por y para la educación pública la cual queda inmersa en una inmensa crisis.
La Ley de Educación Nacional
La Ley de Educación Nacional (LEN) fue aprobada en el 2006 durante la Presidencia del Dr. Nestor
Kirchner (2003-2007) y el ministro de Educación Lic. Daniel Filmus.
Esta nueva ley debe ser inscripta en los esfuerzos de los gobiernos post-2001 por encontrar una
salida a la crisis político-institucional-económica-social y educativa en la que quedo sumergida la
Argentina luego de la década neoliberal de los 90. Los organismos internacionales rediscutieron
que la aplicación cruda de los planes de ajuste del FMI habían sido corresponsables de la crisis de
los países como el nuestro que pusieron en peligro la estabilidad misma de los sistemas de
gobierno, y sobre la base de la vigencia de las reformas de los estados ya consolidadas, realizan
revisiones parciales a las políticas en curso.
Como consecuencia del convulsionado año 2001, que destituye al entonces presidente de la
República Argentina Dr. Fernando De La Rua, se necesitan bases políticas y sociales más
consolidadas, donde el estado intervenga haciendo frente a las demandas sociales.
Ya no se trata sólo de una variable de ajuste dentro de la Reforma del Estado como en la década
anterior. Sobre la base de la estructura ya establecida por la Reforma Educativa a través de la Ley
de Transferencia, LFE y Ley de Educación Superior (LES), se pretende compensar sus aspectos más
torpes, como haber dejado a provincias a la deriva, mediante mecanismos de compensación
económica que, sin embargo, no suponen el establecimiento de una verdadera igualdad de
derechos entre ciudadanos de diferentes provincias.
Tras la sanción de las leyes de Financiamiento Educativo y la Ley de Educación Técnica, y a pesar
de no ser parte de su programa original, el gobierno nacional impulsó una consulta para una nueva
ley de educación, que sin embargo no fue vinculante de las decisiones finales a la hora de
sancionar la ley.
Los problemas de financiamiento entre Nación y las provincias, la desarticulación del sistema
nacional por las diferencias entre las jurisdicciones, fue incrementando los cuestionamientos a la
LEF y se planteó más claramente la necesidad de un cambio de normativa.
Así en el 2006 se sanciona la nueva Ley 26206 de Educación Nacional, (LEN). La misma, sin
embargo, no modifica características estructurales de la Reforma de los 90 como la transferencia
de los establecimientos educativos a las jurisdicciones provinciales con su desigualdad de
recursos. Se mantiene el subsidio a la educación privada, y el énfasis en las políticas
compensatorias, entre otras. La LEN es atravesada por un discurso sobre la justicia social y la
igualdad y establece como responsabilidad del Estado la implementación de políticas de
promoción de la igualdad, a diferencia de políticas de asistencialidad, como lo establecía la Ley
Federal (Título VI). Sin embargo las políticas propuestas en el texto de la misma, se dirigen a
sectores puntuales de la población que no distan mucho de las políticas focalizadas aplicadas
durante los años 90´
La Ley de Educación Nacional contempla los siguientes puntos: “garantizar el derecho a una
educación de buena calidad para todos, el libre acceso y la permanencia al sistema educativo, y el
derecho a ser reconocido y respetado en su lengua y en su cultura; garantizar el derecho de las
familias a participar en la educación de sus hijos; asegurar condiciones dignas de trabajo para el
docente, de formación y de carrera; garantizar el derecho de los alumnos y las alumnas a tener
escuelas en condiciones materiales dignas, y garantizar el derecho de todos a conocer y dominar
las nuevas tecnologías de la información”, entre otros puntos salientes.
Además la ley avanza prescribiendo contenidos que deben estar incluidos en los Contenido
Curriculares Comunes. Estos son:
c) El ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que
quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado, con el objeto
de generar en los/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado
de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos, en concordancia con lo dispuesto por la
Ley N° 25.633.
“El acceso y dominio de las tecnologías de la información y la comunicación formarán parte de los
contenidos curriculares indispensables para la inclusión en la sociedad del conocimiento” (Artículo
88)
Asimismo la ley establece como obligatoria la enseñanza de al menos una lengua extranjera en el
nivel primario y secundario, al igual que incluye dentro de los contenidos curriculares comunes y
los núcleos de aprendizaje prioritario a la educación ambiental, en todos los niveles y modalidades
del Sistema educativo. También define, para el nivel primario, los campos de conocimiento en los
que los alumnos deberán adquirir aprendizajes de saberes significativos, estos son: la lengua, la
comunicación, las ciencias sociales, la matemática, las ciencias naturales y el medio ambiente, las
lenguas extranjeras, el arte y la cultura y la capacidad de aplicarlos ala vida cotidiana. A su vez,
quedan implícitos contenidos para la escuela secundaria en la formulación de los objetivos de este
nivel, tales como, desarrollar competencias lingüísticas, estimular la ceración artística, promover la
formación corporal y motriz a través de la educación física, etc.
Por otro lado, El Ministerio de Educación Ciencia y tecnología junto con el Consejo Federal de
educación deben acordar las políticas y los planes de formación docente inicial y establecer
criterios para la regulación del sistema de formación docente y la implementación del proceso de
acreditación de institutos superiores de formación docente, así como la homologación y registro
nacional de títulos y certificaciones (Arts. 74 y 78)
Aquí podemos ver como, la LEN tiene continuidad con la Ley Federal de Educación en relación a
los niveles de definición curricular. El Estado Nacional define los lineamientos generales, ahora
llamados contenidos curriculares comunes o núcleos de aprendizaje obligatorio, que son la base
de las elaboraciones curriculares de las jurisdicciones y estas a su vez de los proyectos educativos
institucionales.
Por otro lado, esta ley se muestra más prescriptiva ya que define contenidos que deben estar
incluidos en los comunes a todas las jurisdicciones. En este sentido, hay una diferencia con la Ley
Federal que no menciona ningún contenido que debe ser parte de los CBC. De esta manera, se
observa en la LEN un proceso de recentralización mediante el cual el Estado Nacional fortalece su
papel principal en la definición de políticas educativas, los lineamientos curriculares, mientras que
deja en manos de los estados provinciales y las unidades educativas la ejecución de estos
lineamentos, definiendo los proyectos institucionales.
Este proceso también se observa en las políticas para la formación docente. Mientras que por un
lado la ley establece que el Ministerio Nacional junto con el Consejo Federal de Educación deben
acordar políticas y planes de formación docente, por otro, le atribuye la función de promover
políticas nacionales y lineamientos básicos curriculares al Instituto Nacional De Formación Docente
que funciona dentro del ámbito del Ministerio Nacional.
Por otro lado, se puede considerar a la evaluación del sistema educativo que podrían influir en las
practicas educativas y en los contenidos realmente enseñados. Aquí el Estado Nacional también
tiene un rol central, ya que la ley establece que el Ministerio Nacional[11] tiene la responsabilidad
principal en el desarrollo e implementación de una política de información y evaluación del
sistema. A su vez, se crea el Consejo Nacional de Calidad de la Educación, en el ámbito de éste,
como órgano consultivo. Sin embargo, luego agrega que estas políticas serán concertadas en el
ámbito del Consejo Federal de Educación. Las jurisdicciones deben implementar ese sistema de
evaluación y apoyar el proceso de autoevaluación de las unidades educativas.
§ Nivel inicial: desde 45 días hasta los 5 años siendo este último obligatorio
§ Nivel secundario: compuesto por dos ciclos, uno Básico, común a todas las orientaciones y
uno Orientado, diversificado en función de distintos conocimientos el mundo social y laboral.
§ Nivel superior: compuesto por las Universidades e Institutos Universitarios y por los
Institutos de Educación Superior.
Las jurisdicciones pueden optar entre una estructura de 6 años de primaria y 6 años de secundaria
y una de 7 años de primaria y 5 de secundaria, ambos niveles son obligatorios
La relación entre lo público y lo privado continúa deformada como en la LFE. La presencia de los
criterios de mercado en la elección de escuelas queda ratificada con la plena vigencia del derecho
a elegir de las familias de acuerdo a sus creencias e ideologías.
La ley mantiene el régimen de escuelas privadas (art. 62 a 66) y en los artículos 13 y 14 agrega una
novedad: las formas de gestión social y de gestión cooperativa, que también podrían recibir
subsidios. Estas escuelas habrían tenido desarrollo desde hace una década promovida por
organizaciones sociales u ONGs. Su formato resulta fuertemente similar al de las denominadas
escuelas charters o autogestionadas promovidas por los organismos internacionales donde un
colectivo de padres o docentes puede gestar una experiencia educativa financiada por el Estado.
Las iniciativas fueron impulsadas en diversas provincias como Tierra del Fuego y San Luís desde el
propio Estado para dar respuesta a los conflictos docentes durante la debacle de los 90.
En otros, como los denominados “bachilleratos populares” surgen como una genuina iniciativa de
militantes de organizaciones sociales que promueven experiencias novedosas en educación con
fuerte contenido ideológico. CTERA-CTA aprobaron la ley y esta propuesta. Sólo los sindicatos
opositores en CTERA como ATEN-Neuquén, AMSAFE (Rosario), seccionales opositoras de las
principales ciudades de provincia de Bs. As de SUTEBA (La Plata, Bahía Blanca, Lomas de Zamora,
entre otras), ADEMYS (no integra CTERA) cuestionaron este tipo de escuelas como una variante
de privatización y fragmentación de matrícula que debilita al proyecto de educación pública como
espacio de todos y todas.[15]
La LEN crea el Consejo Federal de Educación (Artículos 116 a 120) al que le atribuye las funciones
de concertación, acuerdo y coordinación de la política educativa nacional, asegurando la unidad y
articulación del Sistema Educativo Nacional. El Consejo estará presidido por el Ministro de
Educación Nacional e integrado por las autoridades responsables de la educación de cada
jurisdicción y tres representantes del Consejo de Universidades. Establece que las resoluciones del
Consejo serán de cumplimiento obligatorio, cuando lo disponga la Asamblea Federal.
El Comité Ejecutivo: presidido por el ministro del área del Poder Ejecutivo Nacional e integrado por
los miembros representantes de las regiones que lo componen, designados por la Asamblea
Federal cada dos años. Además se podrá convocar al Comité Ejecutivo ampliado, integrado por las
autoridades jurisdiccionales que lo requieran. El Comité ejercerá sus actividades en el marco de
las resoluciones adoptadas por la Asamblea Federal.
La Secretaria General: su titular será designado cada dos años por la Asamblea federal. Debe
coordinar y conducir las actividades, trabajos y estudios según lo establezcan la Asamblea Federal
y el Comité ejecutivo. Además, ejercerá las funciones de Coordinador Federal de la Comisión
Federal de Registro y Evaluación Permanente de las Ofertas de Educación a Distancia, y de la
implementación el Fondo Nacional de Incentivo Docente y del Programa de Compensación
Salarial.
Esto, junto con la obligatoriedad de las decisiones tomadas por el Consejo establecidas por la LEN,
formaría parte de la tendencia hacia una recentralización de las decisiones en el Estado Nacional,
presente en la LEN antes mencionada.
Por otro lado existe una diferencia entre los órganos consultivos del Consejo Federal de Educación
y el Consejo Federal de Cultura y Educación. En este último los órganos consultivos eran dos: El
Consejo Económico-Social integrado por representantes de las organizaciones empresarias de la
producción y los servicios, la Confederación general del trabajo y el consejo de universidades y el
Consejo Técnico-pedagógico integrado por especialistas designados miembros del Consejo Federal
de Cultura y Educación y dos especialistas designados por la organización gremial de trabajadores
de la educación de representación nacional mayoritaria.
En los órganos consultivos del Consejo Federal de Educación creado por la LEN tiene más
presencia representantes de la educación privada, en el Consejo de Políticas Educativas. Esto
muestra como, a pesar del lugar principal dado al Estado en el discurso de la Ley, ésta no revierte
el impulso a la educación privada efectuada durante los 90´, es más, el Estado se volvería más
permeable a sus demandas al incluir sus representantes en este órgano consultivo, reconociendo
así la importancia del sector como un legítimo interlocutor.
Por otro lado, en el Consejo Económico Social incluye a organizaciones de trabajadores que no
quedan reducidos a la CGT como en la Ley Federal, a la vez que tiene en cuenta otros actores
como organizaciones no gubernamentales y organizaciones socio productivas de reconocida
trayectoria internacional. Otra diferencia con respecto a la LFE es que la LEN prescribe cuales
serán las funciones para cada órgano, que tipo de propuestas podrán hacer y en que discusiones
participar
Postula que la educación es un hecho individual y personal, cuyo fin es el desarrollo integral de los
sujetos incluyendo las dimensiones individuales, física, político-sociales, culturales, estéticas
éticas, espirituales y religiosas, para llevar a cabo su proyecto de vida. Por eso la definición del
carácter integral de la educación en la LEN satisfizo a la iglesia. (Art. 8)
Por otro lado, podemos considerar el Aporte Empresarial al Documento Oficial titulado “Bases
para una Nueva Ley de Educación Nacional” realizado por la Asociación de Bancos Privados de
Capital Argentino, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio , la
Cámara Argentina de la Construcción, la Sociedad Rural Argentina, la Asociación Empresaria
Argentina y la Unión Industrial Argentina, considerando lineamientos para la Ley de Educación
Nacional y al mismo tiempo realizando aportes desde su postura a la misma.
Considera que se debe avanzar en un sistema centrado en las escuelas, a partir de darles a éstas
una mayor autonomía y de la obligatoriedad de formular y desarrollar un Proyecto Educativo
Institucional y de informar a los padres, al menos dos veces por año los logros y problemas
encontrados en su desarrollo y los medios para lograr una mejora continua. Además se considera
necesario ampliar la participación de la comunidad educativa a través de la creación de Consejos
de Escuelas integrado por padres de alumnos y otros miembros de la comunidad que supervisen el
acuerdo entre el funcionamiento de las escuelas y lo establecido en las leyes en cuanto a inclusión
social, infraestructura, calidad de aprendizajes, sin embargo señala que estos no deben interferir
en la gestión pedagógica de las escuelas.
En palabras de este actor, proponen una nueva carrera docente, formación docente, reclamando
que el Instituto de Formación Docente Inicial y Continua, no sea de naturaleza “partidaria”, y que
sea “representativo de distintas tendencias de pensamiento”. También reclama revisar los
criterios de designación de docentes y directivos.
Su propuesta para la cuestión del financiamiento es que el Estado Nacional ayude a las provincias
pobres mediante su aporte financiero. Pero su propuesta no cuestiona la desigualdad que dejó
instalada la Ley de Transferencia. La Ley de Financiamiento que defendió, es un mecanismo
compensatorio de las desigualdades más grandes, sobre la base de establecer un “piso” nacional.
Propone cambiar la lógica de la evaluación educativa, concebida en la actualidad desde una visión
mercantilista que busca clasificar a personas e instituciones según un orden de mercado,
generando un “ranking” de escuelas, favoreciendo los mecanismos de financiamiento a la
demanda y minimizando el derecho de la educación a la libertad de elección (derecho propio de
relaciones mercantiles).
Propone que ésta sea un proceso intrínseco de las escuelas, no realizado por los tecnócratas sino
por la comunidad educativa, siendo objeto de esta evaluación el sistema escolar en conjunto y no
las instituciones educativas.
Para CTERA la educación es, ante todo, un hecho social y debe tener un fin emancipador, que sirva
para comprender el orden injusto en el que vivimos, naturalizado por las clases dominantes, para
modificarlo. Desde esta visión, el modelo de desarrollo no depende de la educación, sino de
políticas estructurales, pero esta debería contribuir a su comprensión para la transformación. Así
la educación debe tener como fin la formación de una ciudadanía donde los actores tengan una
participación social plena. En el marco de este discurso, sin embargo CTERA aprobó y defendió la
LEN.
Desde los sindicatos docentes opositores a la conducción de CTERA, nucleados en el Congreso de
Educación[16], la postura fue, en cambio de rechazo la LEN por considerar que no rompía con la
lógica de fragmentación y desigualdad educativa que habría instalado la reforma neoliberal de los
90. El Manifiesto de convocatoria, documentos de discusión y conclusiones señalaron las líneas de
continuidad entre la LFE y el proyecto que culminó con la sanción de la LEN: la vigencia de
desigualdad en la inversión entre provincias al mantenerse la herencia de la Transferencia, la
privatización-fragmentación a través de las diferentes tipos de escuelas, los subsidios a las
escuelas privadas, la privatización del conocimiento y condicionamiento a las imposiciones de las
empresas privadas al permitirse el financiamiento directo de empresas a determinadas cátedras
universitarias, rama técnica y otras, la falta de democratización de las formas de gobierno
educativo, la mayor centralidad y control político del estado y de las exigencias empresarias al
establecerse mecanismos y formas de evaluación externas y el disciplinamiento a las exigencias
de los organismos internacionales.
La sanción definitiva de la ley logró el consenso de casi todos los actores mencionados, con
excepción de las entidades docentes nucleadas en el Congreso de Educación mencionado.
4 Conclusión
El análisis comparativo de la LFE y la LEN nos llevó a la conclusión de que esta última se enmarca
en la Reforma Educativa iniciada una década atrás, de la cual la LFE fue su expresión legislativa
más destacada. Lo hace asentándose en los cambios estructurales que había establecido la LFE y
realizando cambios y ajustes sobre algunos aspectos donde evidenció más vulnerabilidad.
Esta continuidad, sin embargo, no aparece a simple vista ya que la ley está imbuida de un discurso
que en apariencia satisface las demandas de los diferentes actores, lo que le ha permitido
revitalizar la propia reforma en curso. Esto se puede observar en el texto de la ley donde se
incluyen principios diversos y hasta contradictorios como definir en un mismo artículo al Estado
como responsable principal de las acciones educativas y a la familia como agente principal.
Los cambios estructurales referidos son los que establecieron que la educación es responsabilidad
efectiva y directa de los estados provinciales mientras que el Estado Nacional define las políticas
educativas, controla su implementación y evalúa sus resultados. La Ley de Financiamiento, sobre
la que se asienta la LEN, estableció los lineamientos centrales de ajustes a la “transferencia” para
generar mecanismos de ayuda financiera a las provincias más pobres y al mismo tiempo de mayor
control sobre los estados provinciales. Pero no dejó de ser una ley compensatoria y no de garantía
de derecho igualitario para todo ciudadano o ciudadana del país cualquiera sea su lugar de
nacimiento.
La LEN avanza aún más en el diseño de autonomización del sistema escolar de modo de satisfacer
“la libertad de elección” que se hizo carne en las políticas educativas de los 90 de la mano del
neoliberalismo de los Friedman y Hayeck en economía.
Por eso la palabra educación pública desapareció en los textos de las dos leyes. En cambio se habla
de gestiones diversas. Mientras la Ley 1420 de Educación primaria, cuyo diseño impregnó nuestro
sistema educativo durante casi un siglo, señala con precisión (Artículos 4 y 5) la distinción entre
escuelas públicas y particulares o privadas, las nuevas leyes hacen desaparecer el término[18]. En
cambio, ambas hablan de un sólo sistema educativo con gestiones diferentes: estatal y privada. La
segunda avanza aún más incorporando las gestiones sociales y cooperativas. La desaparición del
término no es semántica. Obedece a la política que impusieron las reformas de los 90 que alentó
la “comunitarización” de las escuelas. Esto trajo aparejado un fortalecimiento creciente de los
sectores privados en educación y alentó la demanda creciente por subsidios a emprendimientos
sectoriales en educación.
Otro ajuste refiere a la cuestión del gobierno de la educación. La nueva ley se presenta como
nacional en contraste con la anterior, federal. Este cambio se evidencia en el carácter vinculante
que se pretende dar a las resoluciones del Consejo Federal así como al carácter nacional de la
Formación Docente. Estas medidas se suman al carácter contradictoriamente centralista que ya
tenía la LFE donde el Estado Nacional oficia de agente controlador de las acciones educativas de
las provincias y evaluador de sus resultados.
En cuanto al sentido mismo de la Educación, tanto la Ley Federal de la Educación como la Ley de
Educación Nacional dan importancia a la formación para alcanzar un alto nivel de productividad.
Este tipo de formación en un país como el nuestro, con una economía organizada en función del
mercado, condiciona las trayectorias escolares, el fracaso, la exclusión, como así también la
“inclusión excluyente” y atiende a demandas sectoriales y no sociales.
Digamos pues, los cambios han ido en el sentido de garantizar la mejor gobernabilidad de la
Reforma en curso.
Bibliografía:
· Aporte Empresarial al Documento Oficial “Bases para una Nueva Ley de Educación Nacional”
Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino, Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Cámara
Argentina de Comercio , Cámara Argentina de la Construcción, Sociedad Rural Argentina,
Asociación Empresaria Argentina, Unión Industrial Argentina (Agosto 2006)
· ATEN- Neuquén. Aportes para el debate sobre la Ley de Educación 2006 en
www.docentesdeizquierda.com.ar
· Rivas, Axel (2004) Gobernar la educación. Estudio comparado sobre el poder y la educación
en las provincias argentinas. Buenos Aires: CIPPES/UdeSA, Granica. Caps. 1 y 3.
[1] Este propósito efectivamente se logró. Argentina no volvió a vivir huelgas nacionales como las
de la década del gobierno de Alfonsín, las huelgas más fuertes se desarrollaron a escala provincial
debido a la falta de fondos.
[2] CIPPEC Cuadro 29 Para tomar perspectiva histórica del proceso de desentendimiento del
Estado nacional del gasto en educación es útil comparar la proporción entre ambos durante el
período 61-65: 57,2% nación, 42,2% las provincias.
[4] En el articulo 7 la LFE establece: “El Sistema educativo está integrado por los servicios
educativos de las jurisdicciones nacional, provincial y municipal, que incluyen los de las entidades
de gestión privada reconocidas”
[5] La Ley 934 de 1878 había reconocido la existencia de escuelas particulares y establecía que los
alumnos debían rendir examen en los colegios nacionales. Pero fue la ley 13.047 la que estableció
el régimen de subsidios como obligatoriedad del estado.
[6] CIPPEC: cuadro 51 Gasto público educativo por alumno privado respecto de alumno estatal.
[8] FLACSO, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales fundada en 1957 bajo el auspicio de la
UNESCO y financiada por la Fundación Ford de los EEUU,participó activamente en la
implementación de los planes de “reciclaje” docente durante la reforma educativa financiados por
el Banco Mundial.
[11] En cambio la Ley Federal de Educación define a la evaluación como una responsabilidad tanto
de la nación como de las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, sin diferenciar entre una
instancia que delinea políticas y otra que implementa.
[12] Senen González, S.”Política, leyes y educación. Entre la regulación y los desafíos de la macro y
micropolitica” En: Perazza, R. (comp.)Pensar en lo público. Notas sobre la educación y el Estado,
Buenos Aires, Aique:2008
[13] Un ejemplo del avance de la injerencia y condicionamiento de los currículos escolares por
parte de las empresas privadas mediante el subsidio directo a las escuelas es el de las
megamineras en las zonas de la precordillera andina que prescriben lo que deberá enseñarse en
Medio ambiente. En particular han desplazado cualquier crítica a la contaminación ambiental
producida por su propia actividad que las asambleas de vecinos autocovocadas y asociaciones
ambientalistas vienen denunciando. Fuente: La Reforma Contraataca en página del FEIA.
[14] Ver cita “...Estrada se ha sentado el palacio Pizzurno” del Documento la Reforma Contraataca
1 de ADEMYS, AGD-CONADHU histórica entre otras.
[15] Documentos debate sobre ley de educación en www.docentesdeizquierda.com. Página del
FEIA- Foro de Educación de la Izquierda anticapitalista.
[16] En Octubre del 2006 se realizó el Congreso de Educación en el colegio Mariano Acosta
convocado por:: CONADU Histórica, FUBA, FUC, FULP, FUP, FUR, Suteba Gral. Sarmiento, Suteba La
Plata, Suteba Lomas de Zamora, Suteba Marcos Paz y Las Heras, Suteba Bahía Blanca, ADEMyS
Capital Federal, ADOSAC Santa Cruz, AMSAFE Rosario, AMSAFE San Lorenzo, ATECH Chaco, SITECH
Chaco, ATEN Neuquén, ATEN Plottier, AMP La Rioja, AGMER Paraná, ATESE Santiago del Estero,
Minoría de Suteba La Matanza, Minoría de Suteba San Martín-Tres de Febrero, Minoría de Suteba
Zárate, Junta Interna Educación La Plata, AGD-UBA (UBA), ADICUS (San Juan), ADIUNJu (Jujuy),
ADIUNNE (Nordeste), ADIUNPA (Patagonia Austral), ADIUNQ (Quilmes), ADIUNSa (Salta), ADIUNT
(Tucumán), ADUL (Litoral), ADUNaM (Misiones), ADUNC (Comahue), ADUNCE (Centro), ADUNLa
(Lanús), ADUNLu (Luján), ADUNS (Sur), ADU-PSJB (Patagonia San Juan Bosco),
AGD-IUNA (IUNA), ARDU (La Rioja), FADIUNC (Cuyo), FAGDUT (UTN), GDU (Catamarca),
ADIUC (Córdoba), ATE Gran Bs. Aires Sur, APUNP (UNPSJB), C. Interna APUBA Arquitectura UBA,
C. Interna APUBA Rectorado UBA, C. Interna APUBA Carlos Pellegrini UBA, CEADIG, CECEN, CECSO,
CEFyL, CEI, CEP, CEV, CE Carlos Pellegrini, CE Filosofía UNT, CE Artes UNT,
[17] Ver documentos de debate del Congreso de Educación em la página Del FEIA (Foro de
Educación de la Izquierda anticapitalista) WWW.docentesdeizquierda.com.ar
[18] La Ley 26.206 sólo menciona el término público en el artículo 10 que fue un agregado del
debate donde se señala que no se habrán de firmar acuerdos internacionales que mercantilicen la
educación “pública”.