PROFESORA:
DESARROLLO
Alcohol y tabaco son, con gran diferencia, las drogas con el mayor número de
adictos en el mundo. Son también las sustancias que comportan el mayor coste
sanitario y social. Comparten legalidad y ello les permite estar omnipresentes en
nuestra sociedad. A pesar de que la mayoría de fumadores siempre fuman cuando
beben alcohol, o de que más de las tres cuartas partes de los alcohólicos sean
también fumadores, poca ha sido la importancia que le ha dado el mundo científico
al estudio de la interacción y comorbilidad de ambas sustancias. Se diría que la
sociedad hace la vista gorda a las tremendas repercusiones socio-sanitarias de esta
verdadera politoxicomania institucionalizada, y que la comunidad científica no es
ajena a esta inhibición.
Dentro de las más usadas desembocan en hábitos sociales que pueden llevar a
dependencias físicas y/o psicológicas; así, el tabaquismo o el alcoholismo son las
que afectan a un mayor número de personas. Otros hábitos son el consumo de otras
moléculas, muchas de ellas consideradas drogas ilícitas y cuyas consecuencias
pueden ser muy importantes para la salud.
El consumo de tabaco
El consumo de alcohol
Así y por muy diversas razones, el alcoholismo agudo o crónico se relaciona con los
accidentes de circulación, con la malnutrición, con la transmisión de enfermedades
sexuales, con el riesgo de embarazos no deseados, con abortos espontáneos por
alcoholismo fetal, con enfermedad hepática crónica (cirrosis y cáncer hepáticos),
cánceres de cabeza, cuello, estómago y mama, síndrome depresivo y otros
trastornos psiquiátricos, pérdida de soporte social, exclusión social y muerte.
CONCLUSION
El ALCOHOL y el TABACO son sustancias psicoactivas conocidas como drogas
legales, su comercio está regulado por el Estado y su consumo aceptado
socialmente. Podemos conseguir un cigarro o una copa con gran facilidad.
Y ello porque se trata de dos drogas muy integradas culturalmente en el uso y
costumbres de la población, en general, y la andaluza, en particular. De hecho,
muchas personas no consideran el tabaco o el alcohol como drogas.
Alcohol y tabaco siempre han estado impregnados de los valores y actividades
propias del rol masculino. Por el contrario, cuando el alcohol o el tabaco han creado
adicción y graves problemas de salud o de relación, la reacción de la sociedad es
de rechazo, de considerar a ese hombre débil, dependiente, que no es capaz de
representar lo que su rol le exige. El rechazo social hacia una mujer con adicción al
tabaco o al alcohol es mucho mayor, pero en este caso es porque la sociedad la
juzga como alguien incapaz de cumplir su rol de madre y amas de casa.
CONSULTAS
https://www.facua.org/es/guia.php?Id=89&capitulo=680
http://www.juntadeandalucia.es/institutodelajuventud/sites/igualat/ima
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2008 Mai-Jun [citado 2009 abril 29], 16(spe):614-20. Disponível em:
http://www.scielo.br/pdf/rlae/ v16nspe/pt_18.pdf.