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UNIVERSIDAD MICHOACANA DE

SAN NICOLAS DE HIDALGO

LIC. EN SALUD PUBLICA

EDUCACION PARA LA SALUD

“CONSUMO DE ALCOHOL Y TABACO”

PROFESORA:

ALUMNO: JAVIER VAZQUEZ SERRANO


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ENTREGA: 28 DE FEBRERO DE 2018


INTRODUCCION

La adolescencia es un período de transición, en el cual los adolescentes desarrollan


sus capacidades experimentando nuevos tipos de comportamiento y enfrentan el
desafío de adoptar comportamientos saludables. Comportamientos saludables,
adquiridos durante la adolescencia, tienden a prevalecer en la edad adulta, y, de
igual forma, los comportamientos de riesgo para la salud, adoptados en la infancia
o en la adolescencia, son muchas veces difíciles de erradicar en la edad adulta y
pueden representar impacto en la salud, a corto o largo plazo. Entre ellos, se
incluyen el consumo de tabaco y de alcohol.
El tabaco es generalmente la primera droga consumida por los niños y
adolescentes. El comportamiento tabaquista se inicia generalmente en la
adolescencia y pocas personas se tornan fumadoras después de los 18 años. El
consumo de tabaco aumenta significativamente en adolescentes que tienen otros
comportamientos de riesgo, como el consumo de drogas ilícitas y alcohol. El hecho
de los amigos, de los padres y hermanos fumar, presenta asociación positiva con el
tabaquismo del adolescente.
El alcohol es la substancia psicoactiva más usada por los adolescentes. A pesar de
que su consumo en la adolescencia es ilegal, continua a ser un importante problema
en el ámbito de salud pública, ya que es el mayor factor de riesgo para la salud de
ese grupo. Comparados con personas de otros grupos etarios que también beben
alcohol, los adolescentes presentan mayor tendencia para consumos del tipo binge
drinking (consumo de varias bebidas alcohólicas en una solo ocasión, cinco o más
para los muchachos, cuatro o más para las muchachas) y para embriagarse, lo que
aumenta los riesgos para la salud, así como el riesgo de accidentes de vehículos y
de relaciones sexuales no protegidas.

Los adolescentes, generalmente, inician sus experiencias con las drogas


consideradas lícitas, como el alcohol y el tabaco, en sus ambientes familiares. La
influencia del grupo de pares es altamente predictiva para el consumo.

DESARROLLO
Alcohol y tabaco son, con gran diferencia, las drogas con el mayor número de
adictos en el mundo. Son también las sustancias que comportan el mayor coste
sanitario y social. Comparten legalidad y ello les permite estar omnipresentes en
nuestra sociedad. A pesar de que la mayoría de fumadores siempre fuman cuando
beben alcohol, o de que más de las tres cuartas partes de los alcohólicos sean
también fumadores, poca ha sido la importancia que le ha dado el mundo científico
al estudio de la interacción y comorbilidad de ambas sustancias. Se diría que la
sociedad hace la vista gorda a las tremendas repercusiones socio-sanitarias de esta
verdadera politoxicomania institucionalizada, y que la comunidad científica no es
ajena a esta inhibición.

El consumo de algunas substancias, algunas de ellas de adquisición legal en casi


todos los países, tiene demostrado un efecto especialmente nocivo para la salud.

Dentro de las más usadas desembocan en hábitos sociales que pueden llevar a
dependencias físicas y/o psicológicas; así, el tabaquismo o el alcoholismo son las
que afectan a un mayor número de personas. Otros hábitos son el consumo de otras
moléculas, muchas de ellas consideradas drogas ilícitas y cuyas consecuencias
pueden ser muy importantes para la salud.

El consumo de tabaco

Las consecuencias nocivas sobre el organismo, producidas por el consumo de


productos derivados del tabaco son importantes sobre muchos tejidos, órganos y
sistemas, produciendo importantes patologías y pérdidas se salud. Así, se calcula
que los productos del tabaco son los principales responsables cada año de
centenares de miles de muertes y de enfermedad crónica en millones de personas.
Los muertos por culpa del hábito tabáquico son muy superiores a las muertes
sucedidas por enfermedades como el SIDA o la Tuberculosis, por el consumo de
cualquier otra droga, por accidentes de circulación, suicidios y asesinatos.

Así, las consecuencias principales del tabaquismo son el desarrollo de:

 Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica: con sus manifestaciones más


importantes, la bronquitis crónica y el enfisema, las enfermedades
pulmonares son de aparición casi constante en los pacientes fumadores.
 Enfermedades cardiovasculares: la arteriosclerosis es más intensa en
pacientes fumadores, así sus manifestaciones como infarto de miocardio,
enfermedad arterial periférica o accidentes vásculo-cerebrales son mucho
más frecuentes en pacientes fumadores.
 Cáncer pulmonar y otros cánceres producidos o influidos por el hábito de
fumar, como: cáncer de labio, cavidad oral, faringe, laringe, esófago,
páncreas, cuello uterino, riñón y vejiga.
 En mujeres que fuman durante el embarazo, sus hijos presentarán con mayor
incidencia prematuridad, un bajo peso al nacer, muerte al nacer, muerte
súbita del lactante e incluso infertilidad en la edad adulta.
 En mujeres postmenopáusicas, la osteoporosis tiende a ser más importante
entre aquellas que fuman, manifestándose como un aumento del riesgo de
fractura de fémur.

El consumo de alcohol

El alcoholismo es otro hábito muy extendido en todas las sociedades, con


consecuencias negativas muy importantes para los consumidores.

El alcohol se absorbe rápidamente y pasa al torrente sanguíneo. En su paso por el


hígado, las moléculas del alcohol son tratadas por este órgano como un veneno,
dedicando todos sus esfuerzos metabólicos a la destrucción del alcohol y
postergando cualquier otra vía metabólica para cuando ya no exista alcohol
circulante; por ello, el metabolismo de la mayoría de fármacos cambia en presencia
del alcohol y su efectividad y efectos indeseables pueden incrementarse.

Si la concentración de alcohol en sangre es superior a las posibilidades de


metabolismo del hígado, aparecerán los efectos clínicos de la intoxicación
alcohólica, en especial una depresión del ritmo cardíaco y respiratorio,
vasodilatación arterial periférica y pérdida de los mecanismos de control del cerebro.

Por ello, las manifestaciones clínicas de la intoxicación alcohólica pueden variar


desde el deterioro de las habilidades para realizar acciones complejas (conducir),
reducción de las inhibiciones sociales, disminución de la capacidad de atención y
concentración, deterioro de la memoria, de los procesos de pensamiento y de la
coordinación motora. Los efectos se agravan con la concentración de alcohol
circulante, llegando a aparecer una sedación que puede llevar al individuo al coma
y a la muerte.

Así y por muy diversas razones, el alcoholismo agudo o crónico se relaciona con los
accidentes de circulación, con la malnutrición, con la transmisión de enfermedades
sexuales, con el riesgo de embarazos no deseados, con abortos espontáneos por
alcoholismo fetal, con enfermedad hepática crónica (cirrosis y cáncer hepáticos),
cánceres de cabeza, cuello, estómago y mama, síndrome depresivo y otros
trastornos psiquiátricos, pérdida de soporte social, exclusión social y muerte.

La prevalencia de fumadores entre alcohólicos es elevada. Paradójicamente, esta


dependencia dual no ha sido una prioridad de estudio para la comunidad científica,
por lo menos hasta el momento. Actualmente, la interacción del tabaco y el alcohol
tiene en nuestra sociedad el mayor coste social y sanitario de la historia, muy por
encima de los causados por otras dependencias.

Sin ninguna base científica, muchos profesionales han considerado que el


tratamiento anti tabáquico en alcohólicos recientemente desintoxicados provoca
recaídas etílicas. Por ello, habitualmente se pospone el tratamiento para dejar de
fumar hasta el momento en que la abstinencia alcohólica está más consolidada. Sin
embargo, aumentan las publicaciones de estudios que ponen entredicho esta
creencia y cada vez es más cuestionada la veracidad de este postulado.

Cuando el abordaje terapéutico para el alcoholismo y tabaquismo es simultáneo, los


resultados son más evidentes en el caso del alcohol. Una posible explicación de los
pobres resultados en relación al tabaco, podría residir en que, hasta la fecha, los
tratamientos anti tabáquicos que se realizan en dichos estudios, son de baja
intensidad. Quedan, por tanto, cuestiones sin resolver que deberían ser prioridad de
nuevos estudios, como el tipo de intervención anti tabáquica y el momento
adecuado para abordar las dos dependencias.

CONCLUSION
El ALCOHOL y el TABACO son sustancias psicoactivas conocidas como drogas
legales, su comercio está regulado por el Estado y su consumo aceptado
socialmente. Podemos conseguir un cigarro o una copa con gran facilidad.
Y ello porque se trata de dos drogas muy integradas culturalmente en el uso y
costumbres de la población, en general, y la andaluza, en particular. De hecho,
muchas personas no consideran el tabaco o el alcohol como drogas.
Alcohol y tabaco siempre han estado impregnados de los valores y actividades
propias del rol masculino. Por el contrario, cuando el alcohol o el tabaco han creado
adicción y graves problemas de salud o de relación, la reacción de la sociedad es
de rechazo, de considerar a ese hombre débil, dependiente, que no es capaz de
representar lo que su rol le exige. El rechazo social hacia una mujer con adicción al
tabaco o al alcohol es mucho mayor, pero en este caso es porque la sociedad la
juzga como alguien incapaz de cumplir su rol de madre y amas de casa.

CONSULTAS
 https://www.facua.org/es/guia.php?Id=89&capitulo=680
 http://www.juntadeandalucia.es/institutodelajuventud/sites/igualat/ima
ges/Alcohol%20y%20Tabaco.pdf
 Li F, Barrera M, Hops H, Fisher KJ. The longitudinal influence of peers on the development
of alcohol use in late adolescence: A growth mixture analysis. J Behav Med. 2002; 25(3):293-
315. 5.
 WHO. Framework for alcohol policy in the WHO European Region. Copenhagen: WHO
Regional Office for Europe; 2006.
 Cardenal CA, Adell MN. Factors associated with problematic alcohol consumption in
schoolchildren. J Adolesc Health 2000;27(6):425-33.

 Martínez MR, Pedrão LJ, Alonso CMM, López GKS, Oliva RNN. Auto-estima, auto-eficácia
percebida, consumo de tabaco e álcool entre estudantes do ensino fundamental, das áreas
urbana e rural, de Monterrey, Nuevo León, México. Rev Latinoam Enfermagem [online].
2008 Mai-Jun [citado 2009 abril 29], 16(spe):614-20. Disponível em:
http://www.scielo.br/pdf/rlae/ v16nspe/pt_18.pdf.

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