IMAGÍNESE que está visitando un museo lleno de obras antiguas. Casi todas están
agujereadas, desgastadas y erosionadas. A algunas les faltan fragmentos grandes. Sin
embargo, hay una que está increíblemente intacta. Su intrincado diseño se percibe en
todos los detalles. “¿Es más nueva que las demás?”, le pregunta al guía. “No —responde
—, es una de las más antiguas y nunca ha sido restaurada”. “¿Ha estado siempre
guardada en algún sitio?”, dice usted. “No —contesta de nuevo el guía—, esta es la que
ha soportado los peores embates del viento y la lluvia, y ha sido objeto de muchos actos
vandálicos”. Entonces usted quizás piense: “Pero ¿de qué está hecha?”.
En cierto sentido, la Biblia es como esa sorprendente obra. Es un libro muy antiguo, más
que la mayoría. Es verdad que existen otros escritos antiguos, pero al igual que esas
desgastadas obras, muchos de ellos se han deteriorado con el paso del tiempo. Las
afirmaciones de estos escritos sobre temas científicos, por ejemplo, han sido refutadas
por nuevos conocimientos basados en hechos probados. Sus consejos sobre medicina
parecen, con frecuencia, más peligrosos que beneficiosos. Y de muchos de esos escritos
antiguos solo quedan fragmentos, pues algunas partes se han perdido o están muy
dañadas.
La Biblia, en cambio, es completamente diferente. Tiene más de tres mil quinientos años
de antigüedad, pero permanece intacta. Y, aunque ha sufrido ataques constantes a lo
largo de los siglos —ha sido quemada, proscrita y desprestigiada—, sus afirmaciones han
salido ilesas. Lejos de quedar obsoleta por los nuevos conocimientos, la Biblia hace
afirmaciones que demuestran que se adelantó mucho a su época (vea el recuadro
“¿Anticuada, o adelantada para su tiempo?”).
EL AMOR A LA PAZ
“Felices son los pacíficos, puesto que a ellos se les llamará ‘hijos de Dios’” (Mateo 5:9). “Si
es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres”
(Romanos 12:18).
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17/4/2018 La eterna sabiduría de la Biblia
LA MISERICORDIA Y EL PERDÓN
“Felices son los misericordiosos, puesto que a ellos se les mostrará misericordia” (Mateo
5:7). “Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si
alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová* los perdonó liberalmente a
ustedes, así también háganlo ustedes” (Colosenses 3:13).
LA UNIDAD RACIAL
Dios “hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera
superficie de la tierra” (Hechos 17:26). “Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el
que le teme y obra justicia le es acepto” (Hechos 10:34, 35).
“Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para que
lo cultivara y lo cuidara” (Génesis 2:15). Dios causará “la ruina de los que están
arruinando la tierra” (Revelación [Apocalipsis] 11:18).
“Guárdense de toda suerte de codicia, porque hasta cuando uno tiene en abundancia, su
vida no resulta de las cosas que posee” (Lucas 12:15). “Que la fornicación y la inmundicia
de toda clase, o la avidez, ni siquiera se mencionen entre ustedes, tal como es propio de
personas santas” (Efesios 5:3).
“Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas” (Hebreos 13:18). “El que
hurta, ya no hurte más, sino, más bien, que haga trabajo duro” (Efesios 4:28).
“Hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su apoyo a los débiles, tengan
gran paciencia para con todos” (1 Tesalonicenses 5:14). Debemos “cuidar de los
huérfanos y de las viudas en su tribulación” (Santiago 1:27).
La Biblia no se limita a enumerar estos valores, nos enseña a apreciarlos y a regirnos
siempre por ellos. Si más personas los tuvieran, ¿no cree que eso tendría un efecto
directo en los problemas más graves de la humanidad? A decir verdad, los consejos
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17/4/2018 La eterna sabiduría de la Biblia
bíblicos son ahora más útiles y oportunos que nunca. Pero ¿qué puede hacer la Biblia por
usted?
Diana* tenía una vida ocupada, feliz y gratificante, pero, de la noche a la mañana, sufrió
una serie de pérdidas trágicas: su hija adolescente murió, su matrimonio se rompió y
pasó por graves apuros económicos. Ella explica: “Ya no sabía ni quién era; me quedé sin
hija, sin esposo y sin casa. Perdí todo: mi identidad, las fuerzas y la esperanza”.
Diana comprendió, como nunca antes, la veracidad de estas palabras: “Los días de
nuestros años son setenta años; y si debido a poderío especial son ochenta años, sin
embargo su insistencia está en penoso afán y cosas perjudiciales; porque tiene que pasar
rápidamente, y volamos” (Salmo 90:10).
Para afrontar todas esas dificultades, Diana recurrió a la Biblia, y el resultado fue
sorprendente. Como veremos en los siguientes tres artículos, muchas personas han
comprobado que seguir los consejos de la Biblia para solucionar los problemas de la vida
ha sido lo mejor que podían haber hecho. Se han dado cuenta de que la Biblia es como
la obra que describimos al principio de este artículo. No se parece en nada a los
incontables libros que, con el paso de los años, se quedan obsoletos. ¿Será porque la
Biblia es un libro diferente? ¿Es posible que su autor sea Dios y no los hombres?
(1 Tesalonicenses 2:13).
Quizás usted también piense que la vida es breve y está llena de dificultades. ¿A quién
recurre en busca de consuelo, apoyo y consejo cuando le abruman los problemas?
Veamos de qué tres maneras clave puede ayudarle la Biblia en su vida. Puede enseñarle
a:
^ párr. 24 En este artículo y en los tres siguientes se han cambiado algunos nombres.
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