L A S C É L U L A S D E L S I S T E M A
N E R V I O S O
LAS NEURONAS
Estas células conducen señales a través del axón, una prolongación que
se extiende desde el cuerpo de la neurona hacia afuera, y reciben
información a través de las dendritas, otras ramas de la célula que se
dirigen hacia el soma o cuerpo neuronal. La capacidad del axón para
conducir impulsos nerviosos aumenta significativamente por la mielina,
capa formada por células especializadas que producen una membrana
adiposa que envuelve al axón varias veces, en forma concéntrica. La
mielina de estas membranas protege el impulso nervioso de las
interferencias del medio, disminuyendo la pérdida de corriente eléctrica
y aumentando la velocidad con la que ésta se conduce por la fibra
nerviosa. En el sistema nervioso las neuronas se organizan por medio
de cúmulos de células en sitios relativamente circunscritos. Esta
acumulación de cuerpos neuronales, a diferencia del aspecto que tienen
los haces de fibras, constituye la sustancia gris (que en el tejido fresco
es más bien rosa grisáceo) y se organiza frecuentemente en núcleos.
Las áreas de fibras o tractos nerviosos, particularmente mielinizados,
constituyen la sustancia blanca.
En la actualidad podemos distinguir mucho mejor estos grupos de
cuerpos neuronales (los núcleos, de los que hablamos antes), gracias a
tinciones especiales y al uso de anticuerpos que nos señalan su posición
en las diferentes partes de la célula. Esta técnica, llamada
inmunocitoquímica, ha servido para identificar subgrupos de neuronas,
al interior de núcleos de sustancia gris.
LA GLÍA
Se trata de, al menos, la otra mitad de las células del sistema nervioso.
La glía agrupa a por lo menos tres familias principales de células (los
astrocitos, la microglia y la oligodendroglia), y es la encargada de
"sostener" a las neuronas, no sólo desde el punto de vista espacial, sino
también metabólico, endocrino e inmunológico.
Por otra parte, existen células gliales que forman parte de la BHE.
Algunos astrocitos emiten prolongaciones que envuelven los vasos
sanguíneos (pies gliales) casi completamente. De esta manera, una
sustancia que se quiera introducir al sistema nervioso tendrá que
atravesar no sólo la barrera capilar (formada por las células
endoteliales) sino también la membrana astrocitaria. Finalmente, los
pies gliales tienen capacidades contráctiles que les permiten establecer
un paso de regulación del flujo sanguíneo cerebral a este nivel.