Entre estos jóvenes, se encuentra este miembro de la familia, que entre los cientos
de casos se podría considerar uno leve, pues al ser consultado solo consume
cocaína, marihuana, licor y cigarrillos siendo estos último legales.
Él, afirma que ingresó en este mundo por la invitación de terceros, constituyéndose
esta quizá en la más común de las razones por las cuales ésta persona ingresa en
este mundo, dice, además, que la mayoría de sus amigos y excompañeros de
colegio porque no pudo terminar de manera regular el bachillerato, consumieron por
primera vez a esta edad y que aún lo siguen haciendo. Él ha estado en múltiples
tratamientos, desde psicólogo hasta medicina “alternativa”, donde los tratamientos
parecieron irrisorios y claramente inútiles a la hora de contrarrestar esta sensible
realidad.
Para finalizar esta narración hay que decir que el miembro de la familia aún sigue
en ésta delicada situación, pero con menor intensidad, ha aceptado algunos
tratamientos que combinados con la voluntad personal de salir de esta situación han
ayudado a menguar esta situación que es triste, cruel, en la cual las cifras no
mienten pues cada vez son más personas las que se integran en este mundo en el
cual se aceleran las posibilidades de sucumbir y se merma la expectativa de vida
desde cualquier dimensión.
Para explicar esta realidad desde el paradigma empírico-analítico, los autores que
se han escogido son 4 básicamente:
Desde este enfoque también llamado positivista, que como se ha dicho privilegia el
enfoque cuantitativo, se es muy determinar entre otras cosas cuantas personas
consumen dentro de un espacio o dentro de condiciones establecidas que permiten
el estudio de las muestras tomadas durante la investigación pues: “La investigación
en el enfoque positivista se realiza en laboratorios especialmente diseñados o
ajustándose a condiciones previamente establecidas, como la selección de
muestras estadísticas” (Meza Cascante).
Por tanto, desde el paradigma empírico-analítico, examinar una realidad como la
drogadicción, no puede salirse del marco netamente científico que permite de
acuerdo con Vasco, establecer desde la teoría que permite hacer la ciencia,
determinar las razones por las cuales un grupo de personas consumen droga de
acuerdo a la investigación (Vasco, 1989).
Siguiendo la línea de Vasco, es importante acotar que predecir de manera individual
en este caso, que va a pasar con las personas que consumen drogas es muy difícil,
pues recordamos las palabras de Briones cuando afirma que desde este paradigma
es inaceptable la idea de subjetividad ya que esta no entra en los modelos
establecidos para los fines que para la investigación desde este tipo de paradigma
se plantean (Briones, 1996); por lo tanto retomando a Vasco, predecir para controlar
(Vasco, 1989), desde esta problemática, lo que se busca es determinar cuáles
factores son comunes dentro de dicha problemática y desde allí, predecir como
desde los resultados arrojados se pueden prevenir o tomar medidas adecuadas
para controlar el problema, como afirma Vasco en tres estilos de trabajo en las
Ciencias Sociales, acomodar la realidad a un fin o a una necesidad de determinado
sector social (Vasco, 1989).
Las investigaciones de este tipo, demuestran que nunca hay una relación informal
por así decirlo entre investigador y objeto, pues retomando la investigación de Farral
Ortega, lo único que interesó allí fueron los números que permitieron desde la
experiencia investigada, en este caso la drogadicción, controlar entre otras cosas
cuáles serían los efectos producidos por las drogas en las personas y en su entorno.
Además, en este tipo de estudios es necesario demostrar, es decir comprobar la
hipótesis que se han planteado al inicio, en ese sentido, es muy probable que la
investigación no pueda ser neutra y que, por el contrario, deba de tomar partido en
algún momento de la dirección que toma la investigación, en todo caso, siempre se
debe comprobar.
En este sentido es importante recordar que, a pesar de lo anterior, el investigador,
máxime en una investigación de esta índole debe mantener una neutralidad
valorativa que le permita diferenciar los distintos aspectos que se le presentan
durante la misma y que se hacen necesarios para poder comprender los resultados
que se arrojan.
Finalmente briones, hace una distinción que se hace clave para poder establecer lo
que en este tipo de investigación debe hacerse, pues, indica que de ningún modo y
esto confirma lo anterior, que la neutralidad de juicios valorativos, permite entre
otras cosas delimitar de manera correcta la investigación y añade que lo único que
puede mostrar este paradigma son leyes que se convierten en universales pues,
“El objetivo final de la investigación es el de desarrollar un cuerpo nomotético de
conocimientos” (Briones, 1996, p. 88).
Finalmente, y de acuerdo a de María Eugenia Parra Sabaj el hacer este tipo de
investigaciones, determina lo que el ser humano es y hacia donde debe ir enfocado,
pues en último término lo que se busca es la promoción humana pues, “es claro,
que la elección que hagamos de un enfoque epistemológico metodológico,
especialmente para los problemas humanos, determinará también el tipo de
problemas que deseamos explorar, las técnicas e instrumentos que usaremos en
su investigación y aplicación, las teorías que construyamos y la naturaleza y el valor
de nuestras contribuciones en la promoción del bienestar humano.” (Parra Sabaj, p.
111).
4. Reflexión
Seguramente este tipo de investigación, basado en este paradigma, puede generar
ciertas dudas, más aún, cuando hablamos en trabajo social, pues podría pensarse
que allí solamente se hablaría de interpretación, de emancipación, de intervención,
pero no desde los datos, la estadística, de lo que se puede comprobar, de lo que se
puede inferir desde la comprobación de datos, hacer ciencia y acercarse a un
conocimiento que históricamente ha tenido más credibilidad que otros paradigmas,
no desmeritando así, lo que otros paradigmas y enfoques han brindado a la
profesión que ha sido quizá mucho más meritorio y más loable que lo que este
paradigma ha hecho.
Por otro lado, las tendencias, y paradigmas que desde las Ciencias Sociales
históricamente se han originado y planteado, no pueden quedarse solo allí, el
paradigma empírico analítico brinda esa posibilidad de fundamentar la acción desde
la teoría y desde lo que se puede se puede tomar desde la realidad objetiva que en
último término da pie a entender como los fenómenos sociales, si bien son
diferentes en cualquier situación y contexto, tienen un cuerpo nomotético que
permite ir a la acción.
Por otra parte, el trabajo social, como se sabe, se fundamenta en la intervención,
pero también y de manera muy amplia casi que, llegándose a convertir en un pilar,
la investigación, podría decirse que la investigación, da pie en muchas situaciones
a la intervención, por lo tanto y atendiendo a lo que nos plantea el paradigma en
cuestión, esta se convierte en la estructura que fundamenta los procesos
académicos y profesionales y a la cual deben de integrarse.
La investigación en general, no solo puede remitirse a la subjetividad de la persona,
es necesario en ocasiones, pero también desde la objetividad que es a lo que nos
lleva este paradigma, las leyes universales, como ya hemos dicho, si bien no
permiten identificar los valores y creencias que se arraigan en una cultura y en la
sociedad, si permite identificar en la mayoría de los casos como se pueden entender
los fenómenos que atacan a nuestra población.
Por eso, este tipo de investigación, enmarcada dentro de la drogadicción, permite
identificar el factor común, la causa que origina en grupo un tema que se presenta
complejo y difícil y que permite predecir cuál será el efecto que de manera global
tendrá, en determinada región o población.
De acuerdo a lo anterior, todo eso, permite delimitar cual va a ser el margen de
maniobra, es decir, que apoyado en las teorías y conocimientos generados a raíz
de la investigación, se puede saber cómo proceder por así decirlo, y que permiten
desde el trabajo social, primero modificar la situación-problema y luego, llevarlo al
máximo nivel que sería transformalo, el conocer el problema, en este caso la
drogadicción permite saber cómo desde lo que hay se debe maniobrar, crear e
implementar estrategias que lleven no a la erradicación del problema pero si a una
transformación real que permita una acción eficaz.
En conclusión, el trabajo social puede apoyarse en este paradigma, para establecer
desde lo cuantitativo, desde lo que se puede probar, herramientas que permitan una
adecuada comprensión de la realidad desde hechos objetivos y reales que
posibiliten la acción en contextos tan graves como el de la drogadicción.
BIBLIOGRAFÍA
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