Smith
1 Producción textual realizada en la asignatura de Lengua Materna, bajo la orientación de la profesora Alejandra
Cristina Moncada Acevedo.
2 Estudiante de Gestión Administrativa del Instituto Tecnológico Metropolitano. Correo institucional:
andresgutierrez269195@correo.itm.edu.co
Características vocales.
Clasificación de voz.
Segregantes de voz.
Para lograr tener una comunicación paralingüística se debe tener en cuenta estos aspectos: El
tono, el timbre, la intensidad y la duración, son cualidades físicas del sonido que pueden
determinar o precisar información. Usualmente se le denomina como "componentes acústicos del
sonido"; también se analizará otras como el tempo o la entonación:
El tono: es el resultado del número de vibraciones completas de las cuerdas vocales.
Los cambios de frecuencia son los que reflejan las variaciones melódicas de la voz y la
entonación. Puede dar significados diferentes de la misma palabra, así como influir en
las impresiones que se forman del interlocutor; esto depende de su modo de uso puede
negar el contenido de las palabras que se dicen, un buen ejemplo es cuando se usa el
sarcasmo; y es también muy importante para generar interés en los oyentes al emplear
un tono adecuado.
Hay una serie de desarreglos que se deben evitar, tales como muchos periodos de silencio,
empleo excesivo de muletillas o palabras de relleno como; "Bueno", "no sé", "y tal"...),
repeticiones, vacilaciones, tartamudeos…
El timbre: Es el resultado de la conformación de armónicos en un sonido, esto depende
del volumen y de la apertura de cavidades de resonancia donde se produce.
[CITATION Poy941 \l 9226 ] afirma que:
El timbre es el registro o altura musical de la voz que nos permite diferenciar a alguien en
seguida ("Ahí está miguel") y que depende de la longitud y grosor de las bandas vocales,
entre más largas y gruesas más despacio vibran y más bajo es el timbre (Mujeres y niños
usualmente), y viceversa.
El timbre puede dividirse en cuatro grados: Muy bajo, medio bajo, alto y muy alto.
La intensidad: Según la intensidad o volumen del sonido, se muestra confianza,
entusiasmo, agresividad y malos modales. Hay que tener en cuenta las características
del oyente y la proximidad: usualmente, lo correcto es el uso de un volumen medio, ni
alto ni bajo. Las variaciones de intensidad atraen al oyente; pero cada persona tiene un
nivel de volumen determinado, un nivel conversacional habitual, relacionado con
nuestra personalidad.
La duración: es el tiempo que nos tomamos en la emisión de un sonido. Es la cantidad
de expresarse en centésimas de segundo.
La velocidad: Se entiende como la velocidad relativa en la emisión sucesiva de las
palabras, frases, etc., incluyendo pausas. Hay distintas funciones actitudinales; así el
tempo lento puede significar: el énfasis con que hacemos resaltar ciertas palabras o
frases; titubeo; incertidumbre; dominación; superioridad... Por el contrario, el tempo
rápido se usa para mostrar animación; control de la situación; enojo, fastidio,
impaciencia o prisa.
En lo posible hay que evitar hablar muy rápido ya que provoca una difícil comprensión,
demasiado lento porque aburre; la velocidad de la elocución transmite sentimientos personales:
una persona alegre suele hablar rápido; por el contrario, una triste o de deprimida lo hace de
forma lenta.
El campo entonativo: es la cualidad personal de cada hablante entre melodioso y
monótono, según la impresión que nos dé esa combinación de tonos, acentos y pausas.
Para la sensación de monotonía se usan términos impresionistas como "monótono",
"apagado", "sonsonete" o "soniquete, etc., pero raramente se describen correctamente.
Por ejemplo, una voz de soniquete se caracteriza por tono alto o bajo amelódico con
una cadencia monótona; en cambio, una voz ronroneante es de registro bajo, apagada
y monótona y nunca acompañada de gestualidad animada, tal como la que percibimos
durante un velatorio, recitación colectiva de escolares, o de textos sagrados.
[CITATION Qui92 \l 9226 ]
La duración silábica: mediante el alargamiento o acortamiento, es una cualidad
paralingüística (un siseo o un gruñido), que puede ser permanente en la persona que
habla alargando las palabras. Usamos el alargamiento cuando titubeamos, consolamos
a otros , aprobamos enfáticamente... por el contrario, usamos el acortamiento cuando
indicamos impaciencia, recordamos algo de pronto, negamos con irritación,
Ortográficamente, podemos prolongar vocales y consonantes (¡Da unas ganas de
comerrrr!) o suprimirlas por apócope (Toy contenta).
Hay otras clasificaciones de estos elementos verbales que resumirían lo anteriormente
expuesto:
Calificativos vocales: volumen, tono, velocidad, pausas, silencios…
Caracterizadores vocales: reír, llorar, bostezar, gemir…
Segregados vocales: vocaliza.