Anda di halaman 1dari 20

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

FACULTAD DE INGENIERÍA
E.A.P.: ARQUITECTURA

TEMA: FILOSOFÍA Y ARQUITECTURA

ASIGNATURA: FILOSOFÍA
CATEDRA : Victoria Salazar, WILFREDO JOEL
ALUMNOS :
Cruz Lázaro, KATERINE MARIBEL

CICLO : III
AULA : A1

HUANCAYO 2017

1
A Dedico este trabajo a Dios, a mis

seres queridos quienes me apoyan

constantemente y a los docentes que

nos imparten cada día sus

conocimientos.

2
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo su objetivo conocer la relación entre el pensamiento

filosófico y la arquitectura en el tiempo, es necesario para desarrollar el tema se

definirá tanto el termino arquitectura como filosofía con el fin de aclarar estos

términos.

Todo conocimiento está vinculado con algo más de una forma u otra.

Una noción bastante aceptada es que por su propia naturaleza la arquitectura

está vinculada y es reflejo del pensamiento y las características sociales de la

época en que se desarrolla.

Cada momento en la historia tiene una característica que la hace

especial o notorio de ese tiempo. Lo que pasa en el entorno afecta

directamente distintas dimensiones. La arquitectura es un reflejo de esto.

Es una expresión visible de la cultura de una época, ésta evoluciona, no

sólo en función de su pensamiento o estética, sino también gracias a las

nuevas necesidades que el desarrollo va creando.

El presente trabajo cuenta con tres capítulos, el capítulo I se desarrolla las

definiciones de arquitectura y filosofía, el capítulo II y III hace mención al

desarrollo de la filosofía y la arquitectura tanto en la antigüedad como en la

modernidad.

3
INDICE

INTRODUCCIÓN 3

CAPÍTULO I: ASPECTOS GENERALES 5


1.1. Arquitectura 5
1.2. Filosofía 5

CAPITULO II: FILOSOFÍA Y ARQUITECTURA EN LA ANTIGÜEDAD


2.1. Grecia antigua – filosofía naturista 6
2.2. Antigua Roma 6
2.3. Edad media – gótico 7
2.4. Racionalismo neoclásico 7
2.5 Marxismo - utilitarismo 8
2.6. Nuevas tendencias 8

CAPITULO III: FILOSOFÍA Y LA ARQUITECTURA – EL ESPACIO EN LA


MODERNIDAD
3.1. Orden racional del espacio arquitectónico 11
3.2. Valor simbólico racional del espacio 12
3.3. Espacio Homogéneo e infinito 13
3.4. Uniformidad de las espaciales 15
3.5. Contratación empírica de las hipótesis 16

CONCLUCIONES 19
BIBLIOGRAFÍA - WEBGRAFÍA 20

4
CAPITULO I

1. ASPECTOS GENERALES

1.1. ARQUITECTURA

Según Marco Vitruvio (De Architectura, I a.C. Trad. de Ortiz y Sanz,

1787) "La Architectura es una ciencia adornada de otras muchas

disciplinas y conocimientos, por el juicio de la cual pasan las obras de

las otras artes. Es práctica y teórica. La práctica es una continua y

expedita freqüentacion del uso, executada con las manos, sobre la

materia correspondiente á lo que se desea formar. La teórica es la que

sabe explicar y demostrar con la sutileza y leyes de la proporción, las

obras executadas" (del Lib. I, cap. I) "Estos edificios deben construirse

con atención á la firmeza, comodidad y hermosura, Serán firmes

cuando se profundizaren las zanjas hasta hallar un terreno sólido: y

quando se eligieren con atención y sin escasez los materiales de toda

especie. La utilidad se conseguirá con la oportuna situación de las

partes, de modo que no haya impedimento en el uso; y por la

correspondiente colocación de cada una de ellas hacia su aspecto

celeste que mas le convenga. Y la hermosura, cuando el aspecto de la

obra fuera agradable y de buen gusto; y sus miembros arregalados a

la simetría de sus dimensiones" (del Lib. I, cap. III).

1.2. FILOSOFÍA

Aristóteles define la filosofía como la manera de acceder al

conocimiento. De acuerdo con el filósofo, este conocimiento se

adquiere a través del pensamiento lógico y estr9ucturado.

5
CAPITULO II

2. FILOSOFÍA Y ARQUITECTURA EN LA ANTIGUEDAD

2.1. GRECIA ANTIGUA-FILOSOFÍA NATURALISTA

Filósofos como Aristóteles, Platón o Sócrates elaboran nuevas y más

complejas teorías, además de unir filosofía con otros ámbitos, como la

biología o la física. Un ejemplo puede ser la comparación que hacen

los jónicos (los de la región que ahora es Grecia) del mundo con un

organismo. Es decir, unen la filosofía con la naturaleza.

En arquitectura sucede algo parecido. La simplicidad formal del dórico

(forma elemental) evoluciona hacia una mayor complejidad con el

jónico. El signo más evidente del cambio es la aparición de las volutas

en las capitales.

2.2. ANTIGUA ROMA

La filosofía romana se caracteriza por su eclecticismo. Tenemos

ejemplos como Cicerón, que se limitan a tomar pedazos de otras

teorías para formar una propia. Sin embargo, surge una enorme

primacía de la técnica: la retórica. El pueblo romano tiene necesidad de

retóricos para juicios, intrigas e historias políticas, y no da tanta

importancia a la filosofía.

En la arquitectura cambia y se pasa al campo de la ingeniería, sobre

todo la civil. El Imperio tenía necesidad de ingenieros que garantizasen

las comunicaciones, el control de las colonias y los transportes en el

interior de su vasto territorio. Por ello, los romanos fueron grandes


6
ingenieros, con obras como los baños de Caracalla o el acueducto de

Segovia. Sin embargo, no desarrollaron ningún estilo arquitectónico

propio.

2.3. EDAD MEDIA-GÓTICO

En la Alta Edad Media, empieza a surgir una nueva filosofía: la

escolástica, que intenta unir la fe y la razón. La filosofía comienza a

reflexionar sobre la revelación divina, en la Biblia; es decir, está

caracterizada por un claro teocentrismo. En la arquitectura, surge lo

gótico.

La relación con la escolástica va más allá́ de este teocentrismo. Las

catedrales se convierten ahora en la “ciudad de Dios”, defendida con

torres y almenas, según la visión descrita en el Apocalipsis. Los

elementos se agrupan según un orden divino.

2.4. RACIONALISMO- NEOCLASICISMO

No se puede evitar que los hombres piensen y, en poco tiempo, surgen

importantes movimientos, como la Ilustración, el empirismo y el

racionalismo. Este último movimiento fue el que más influyó en el estilo

arquitectónico conocido como Neoclasicismo.

Surgen grandes filósofos como Kant o Hegel. Kant defiende la

supremacía de la razón y alaba las ciencias como las matemáticas y la

física; ciencias puras, sólidas y con fundamento que avanzan. Hegel

defiende el Estado a ultranza, y, al igual que Kant, considera a la razón

lo superior.

7
Nace el Neoclasicismo: grandes edificios monumentales, sólidos como

las grandes teorías, que cumplen las proporciones matemáticas y

sirven de propaganda para los nuevos Estados que se crean y el

imperialismo emergente. La finalidad de edificios como la Ópera de

París o el Tribunal Superior de Justicia de Bruselas es dejar claro el

poder del Estado y la Razón.

2.5. MARXISMO, UTILITARISMO-ARQUITECTURA DE HIERRO

Surge la Revolución Industrial y se expande en el mundo al igual que

el marxismo y el utilitarismo. La primera teoría fue aceptada por las

clases poderosas y no reflejó su ideología en la arquitectura, excepto

en los regímenes totalitarios comunistas, ya en el siglo XX. Por otro

lado, el utilitarismo se basa en una filosofía con bases en la ciencia y

en la técnica, que confía plenamente en el progreso de un modo

positivista.

A pesar de que surge el Art decó, la arquitectura de esa época se

caracteriza por el uso de la técnica con nuevos materiales, como el

acero, el hierro o el vidrio. La sociedad industrial tiene nuevas

necesidades: hacen falta edificios funcionales, espaciosos, prácticos y

baratos para el progreso.

2.6. MOMENTO DE CRISIS-NUEVAS TENDENCIAS

La sociedad del siglo XIX cambia, empieza el colonialismo y tras varias

guerras, todo lo anterior queda olvidado.

8
En filosofía queda descartado el progreso y la racionalidad: surge la

filosofía de la sospecha, nuevas tendencias que quieren romper con lo

anterior: psicoanálisis, irracionalismo, inversión de los valores de

Nietzsche.

En la arquitectura también se encuentra este patrón; el rechazo a lo

establecido, la aparición de nuevas tendencias rompedoras, surge la

Bauhaus (escuela de arquitectura alemana, cerrada años después por

los Nazis), Le Corbusier surge al igual que el minimalismo y las líneas

rectas de Mies. El brutalismo florece. Se puede comparar la inversión

de los valores de Nietzsche con la que hace Le Corbusier: edificios

separados del suelo, sobre pilotes, con ventanas horizontales por el

simple hecho de que siempre habían sido verticales.

9
CAPITULO III

3. LA FILOSOFÍA Y LA ARQUITECTURA - EL ESPACIO EN LA


MODERNIDAD.

La necesidad de explicar racionalmente las contradicciones entre las

concepciones religiosas aceptadas y las conclusiones físicas y metafísicas

contrarias al dogma, que paulatinamente se irían deduciendo de los artículos

condenados en París y del desarrollo de una filosofía más nominalista, llevaría a

diferenciar claramente entre la teología (lo dado por revelación sobrenatural) y

la filosofía (lo que la razón alcanza naturalmente).

La Fe optaría por la metafísica y el positivismo naturalista del primer

Renacimiento encontraría en el nominalismo una filosofía con que oponerse al

realismo medieval.

"El conocimiento en el hombre, escribía F. Bacon, es como las

aguas: algunas descienden desde lo alto y otras surgen desde

abajo; el uno es obtenido por la luz natural, el otro inspirado en la

revelación divina. La luz natural consiste en nociones propias de la

mente y en datos de los sentidos; el conocimiento que el hombre

10
recibe mediante el aprendizaje, es conocimiento acumulado y no

original; como sucede con el agua que, aparte de su fuente original,

es alimentada con otras fuentes y corrientes. Así pues, de acuerdo

con estos dos distintos orígenes, el conocimiento se halla dividido,

ante todo, en Teología y Filosofía" (11).

Liberada de la tradición religiosa la filosofía indagaría en sus propios principios,

definiendo las bases epistemológicas de la Nueva Ciencia: Las matemáticas

como ideal y la verificación empírica de las hipótesis. Se incentivó así una

investigación cada vez más independiente de dogmas, de verdades reveladas y

de todas aquellas hipótesis de la física tradicional que no fuesen susceptibles de

verificación empírica. El resultado más importante de estos estudios fue

considerar el Cosmos como una máquina perfecta cuyas partes se conectan por

una sucesión infinita de causalidades necesarias.

Esta manera original de comprender el mundo se manifestaría en una

arquitectura caracterizada por lo siguiente:

3.1. ORDEN RACIONAL DEL ESPACIO ARQUITECTÓNICO.

La Nueva Ciencia definió el espacio como un ente infinito estructurado

según las leyes absolutas de las matemáticas. Autores como León

Battista Alberti, Luca Pacioli, Sebastián Serlio, F. Colonna, Paladio,

entre otros, afirmaban que la naturaleza de la arquitectura se

encontraría en el número o en su esencia numérica. Los recuperados

11
escritos de Vitrubio, al postular la proporción (entendida como relación

matemática entre las partes) como base de la belleza, se utilizarían

para contrastar esta teoría.

Es cierto que el gótico también emplea el número (la geometría) como

base de la definición del espacio religioso (diseño ad cuatratum, por

ejemplo), pero su utilización es distinta en el humanismo. Aquí el

número se entiende mucho más como una relación abstracta absoluta

y con valor en sí misma, aunque de origen divino, que como la

simbolización de la perfección divina. De ahí el énfasis de los maestros

renacentistas en la regularidad y sus críticas a la falta de racionalidad

de los interiores góticos: "Los edificios de la época de los Godos

carecen de cualquier gracia, no tienen estilo alguno [...] Y los

Alemanes, cuyo estilo (gótico) se mantiene todavía en muchos lugares,

usan con frecuencia como ornamento cualquier figurita agazapada mal

hecha y peor aún entendida como ménsula para sostener una viga, y

otros extraños animales, figuras y follaje fuera de toda razón".

3.2. .VALOR SIMBÓLICO RACIONAL DEL ESPACIO

Con la racionalización de los procesos de definición del espacio físico

cambió la función simbólica de los elementos arquitectónicos. Esta se

apoyaría, sobre todo, en razones morfológicas más que teológicas.

Fueron los cuerpos geométricos de mayor regularidad (los de mayor

capacidad por área de superficie limite o por longitud de perímetro, los

construibles con un menor número de elementos, etc.) los que

simbolizaron los ideales del humanismo. En los dibujos renacentistas

12
el hombre ya no se inserta en las plantas en forma de cruz latina de las

iglesias sino en abstractos círculos y cuadrados. La preponderancia de

los aspectos racionales en la construcción del espacio sobre los

funcionales queda claramente demostrada en el hecho que la iglesia

de planta central, típica del Renacimiento, se adaptaba mal a la liturgia

imperante. Asimismo la luz, el elemento escolástico por excelencia de

la simbolización divina, fue transformada por la nueva orientación del

pensamiento en luz natural. Las iglesias del humanismo ya no están

llenas de la luz divina tamizada por las grandes vidrieras góticas, sino

que poseen una luz terrenal explotada en sus propiedades físicas para

lograr los efectos plásticos o simbólicos deseados. El control de la luz

que Vignola y Della Porta realizan en la Iglesia de Il Gesú en Roma

(1550), concentrándola bajo la cúpula para crear un foco de atención

único, implica una manera de operar con la luz desconocido en los

interiores góticos.

3.3. ESPACIO HOMOGÉNEO E INFINITO.

El espacio ya no es direccional, jerarquizado ni orientado (en el sentido

mítico del termino). Se presenta homogéneo e infinito. Equivalente en

sus cuatro direcciones y con una estructura regular sustentada en las

leyes matemáticas de la geometría y la dinámica. En el Festín de

Herodes del Baptisterio de San Giovanni en Roma (c. 1425),

oponiéndose a la norma medieval que situaba la escena principal de

un cuadro abarcándolo completamente, Donatello deja el centro vacío

y, como apunta Janson, "el movimiento centrífugo de las figuras nos

13
persuade que el espacio pictórico no termina en el panel sino que

continua indefinidamente en todas direcciones; el cuadro es sólo

una ventana a través de la cual vemos un segmento particular de una

misma realidad"..

Con estas propiedades el espacio no podría cumplir ningún papel como

causa final, como pensaban los escolásticos. El rol del espacio se

limitaría a recibir todo lo corpóreo y permitir su movimiento. Desde esta

perspectiva el espacio arquitectónico se podría entender como un ente

homogéneo que actúa a manera de receptáculo de los elementos

arquitectónicos y permite sus movimientos (construcción,

transformación, desplazamiento, etc.), pero que no impone condición

alguna a los cambios de lugar. Todo cuerpo puede ser y situarse en

cualquier punto del espacio, siempre que respete las leyes del

mecanismo universal. Roma es un claro ejemplo de la transformación

en la conceptualización del espacio. El espacio de la ciudad imperial

está jerarquizado (el Palatino es el lugar de los palacios patricios y el

Trastevere de las viviendas populares), en cambio, en la Roma

renacentista el urbano es homogéneo (palacios e iglesias se

distribuyen en la ciudad sin ocupar un área especifica).

En los proyectos teóricos de la época se observa con mayor claridad

esta concepción homogénea y racional del espacio. La ciudad de

Sforzinda (h. 1460) proyectada por Filarete posee una estructura

regular donde su autor sitúa las Iglesias "según el lugar en que mejor

nos parezcan que están" (14). El templo no tiene como en el medievo un

14
lugar predeterminado en el espacio. Se sitúa según el parecer del

arquitecto, o sea según la racionalidad del individuo e independiente de

cualquier causa final.

3.4. UNIFORMIDAD DE LAS LEYES ESPACIALES.

Esta idea, consecuencia necesaria de la anterior, implica que toda obra

de arquitectura está compuesta de unos mismos elementos básicos y

unas únicas leyes generales. En la Iglesia de San Lorenzo de

Brunelleschi en Florencia (1421-69) el espacio y todos los elementos

arquitectónicos importantes están sujetos a las mismas reglas, las de

la verdadera proporción, o sea las relaciones espaciales expresadas

en números simples. Asimismo el exterior de las iglesias, por lo general

bastante desatendido por el gótico, excepto en los pórticos, cobra

mayor valor en sus relaciones con el espacio urbano. Uno de los

primeros arquitectos renacentistas que asigna tanta importancia el

edificio como al espacio que lo rodea sería Bramante. El diseño original

para el Tempietto en San Pietro in Montori en Roma consideraba una

columnata alrededor del templo circular que, por decirlo de algún modo,

lo situaba en el entorno preciso. La obra ya no aparece como objeto

suficiente en sí mismo, sino como algo que varía según su situación

espacial.

15
3.5. CONTRASTACIÓN EMPÍRICA DE LAS HIPÓTESIS

Antes de ser considerada operativa toda hipótesis sobre el espacio

arquitectónico debe ser contrastada empíricamente. En el proyecto de

Leonardo da Vinci para la reestructuración urbana de una ciudad,

probablemente Milán (h. 1485), las soluciones presentadas no son

resultado de razonamiento geométricos abstractos o de principios

absolutos, como en las ciudades de Platón, sino respuestas a hechos

factuales, por ejemplo, las escaleras públicas deben ser de caracol y

estar en las esquinas "pues en los rincones de las manzanas se orina

y se defeca".

En estas propiedades del espacio humanista subyace la idea de un

mundo que existe por si mismo y que, en principio, se puede explicar

mecánicamente. De aquí que Hobbes, equiparando la substancia

corpórea a la mental, propusiese que todo conocimiento, tanto los del

mundo como los de la mente, implica y se explica mediante el

movimiento. Frente a posturas como las de Hobbes (comunes al

pensamiento filosófico de la época) se criticó que la regularidad de las

teorías matemáticas no era siempre contrastada por la experiencia, que

observaba como podía ser alterada por las condiciones particulares del

sujeto que las observa. Con ello se definiría la principal característica

del pensamiento moderno: La realidad existe mediatizada por el sujeto

pensante.

En la filosofía antigua tanto los entes naturales como, una vez

producidos, los creados por el hombre, existen con independencia del

16
pensamiento. "No es el pensar el que crea la verdad, solo la descubre:

la verdad existe, pues, en sí misma aun antes de que sea descubierta",

afirmaba San Agustín. En cambio para la filosofía moderna no solo los

estados psíquicos sino también los objetos externos son "pensantes";

son representaciones y como tales existen en cuanto existe el pensar.

Descartes concretizaría que el pensamiento es lo único de los que

tenemos conciencia (certidumbre). El mundo se incluye en el sujeto y

los pensamientos se presentan como origen de todo conocimiento.

En esta línea de investigación destacan los intentos por definir el

espacio arquitectónico a partir del sujeto que los experimenta. Tras

subir las imponentes escaleras de la plaza del Campidoglio de Miguel

Ángel en Roma (1545) el visitante se encuentra con un espacio

diseñado para lograr una serie de efectos visuales determinados, como

el realce de la estatua ecuestre de Marco Aurelio o la sensación de

mayor tamaño del Palacio Senatorial lograda por la orientación de los

edificios laterales. El espacio no está pensado como algo absoluto,

válido en sí mismo, sino como un espacio particular diseñado a partir

de la visión que un hipotético espectador tendrá de él. Y se utilizan las

leyes matemáticas de la perspectiva para lograr los efectos

perceptuales deseados.

Sin embargo, por mucho que se considere que solo se tiene conciencia

de los entes mentales individuales resulta innegable, como el propio

17
Descartes reconocía, que existe una realidad común: la que se percibe

por los sentidos y se conoce por el pensamiento.

Dos corrientes filosóficas principales tratarían de resolver la relación

entre las representaciones mentales y la realidad externa a la mente

que plantea como problema la filosofía idealista. Cada una de ellas dio

una respuesta diferente al concepto de espacio en el marco de la

solución al problema planteado:

18
CONCLUSIÓN

 Se concluye que, el racionalismo y el empirismo conceptualizan el espacio

arquitectónico ambas líneas de pensamiento definirían dos tipos de

espacio diferentes el análisis cuantitativo del espacio orientado a la

determinación de sus proporciones matemáticas (absolutas) y de los

sistemas de su representación, y el análisis cualitativo del espacio

orientado a determinar los efectos del espacio en el hombre.

 Se concluye que, que las dos maneras de entender el espacio que

subyacen en la perspectiva se encuentra el germen de lo que serán las

conceptualizaciones modernas de esta entidad y que de uno u otro modo

influirán en la definición del espacio arquitectónico contemporáneo; tal

como la definición trascendente del espacio escolástico y la visión natural

y abstracta del espacio.

19
BIBLIOGRAFÍA

1. Antonio Averlino, Filarete, Trattato di Architettura, 1460, lib. II.

2. Diccionario de filosofía, 5ª ed. (Buenos Aires, 1965), s. v. "Arquitectónica".

3. Fin de "Filosofía y arquitectura", José Ferrater Mora (1955) en José

Ferrater Mora, Cuestiones disputadas. Ensayos de filosofía, Madrid,

Revista de Occidente, 1955, pp. 43-59 [2ª versión revisada: "Filosofía y

arquitectura", en José Ferrater Mora, Obras selectas, Madrid, Revista de

Occidente, 1967, II, pp. 274-284].

WEBGRAFÍA

4. http://www.iboenweb.com/ibo/docs/que_es_arquitectura.html

20

Anda mungkin juga menyukai