LECCIÓN 9 /// EL DERECHO A LA INFORMACIÓN Y EL DERECHO AL HONOR
El artículo 20.4 de la CE contempla 4 límites esenciales del derecho a la información. Se trata de su
evidente confrontación con los derechos: al honor, a la intimidad personal y familiar, y a la propia imagen. Sin duda se trata de uno de los recursos de amparo que con más frecuencia llegan al Tribunal Constitucional. Por ello existe una extensa normativa acerca de esta confrontación de derechos. Para resolver este conflicto es importante el análisis que realiza el TC de los distintos elementos convergentes en su sentencia 78/1995: El principal objetivo a la hora de resolver este tipo de conflicto es evitar que uno de los derechos desaparezca, para ello estos derechos se autolimitan entre ellos. Para esta limitación se utiliza el criterio de proporcionalidad, de manera que se equilibren y no impere uno sobre otro. El TC utiliza tres criterios primordiales para ponderar el derecho a la información frente al derecho al honor: el tipo de libertad ejercitada, el interés público existente, y la condición de personaje público. En cuanto a este último punto el TC aclara que el honor de una persona pública no está tan fuertemente protegido como el de una privada. Para que lo entendamos: no es posible que se de una auténtica democracia si no se informa de todo lo que sucede en la res pública, incluidos en ella los personajes públicos. Analizado esto podemos darnos cuenta de la importancia que nuestro Ordenamiento jurídico da al derecho a la información, aunque no se trate ni mucho menos de una prevalencia absoluta sobre los demás derechos y libertades fundamentales, incluidos el del honor y la intimidad. A continuación estudiaremos otro de los límites importantes del derecho a la información que atentan contra el derecho al honor: el animus uniuriandi o intención de injuriar, regulado en el Código Penal. El CP define la injuria como “la lesión de la dignidad hacia una persona”. Las injurias sólo serán delito cuando por su naturaleza, efectos o circunstancias sean denominadas como graves. También se regula la exceptio veritatis, es decir, cuando lo afirmado no sea una injuria, sino la descripción de una realidad. Podemos destacar por su cercanía a la profesión periodística, as injurias publicitarias, castigadas con penas de multa de hasta 14 meses. Existen una serie de injurias especiales, como las que se cometen contra las Instituciones del Estado, como el Ejército o la Corona.