Una célula madre es aquella que tiene la capacidad de dividirse de manera repetitiva durante
la vida de un organismo. Esto quiere decir, que tiene la propiedad de autorenovarse y dar
lugar a otras células (células somáticas) que poseen la cualidad bajo ciertas condiciones
fisiológicas o experimentales de convertirse en tipos de células especializadas para ser partes
de algún tejido u órgano, por ejemplo: una célula muscular, un glóbulo rojo, una célula ósea
o una célula epitelial. Además, permiten que los diferentes sistemas de un organismo adulto
puedan repararse, a través de la replicación celular. Todos estos procesos son controlados por
señales del DNA celular, señales externas (microambiente celular), contacto celular y en
otros casos por citoquinas. El proceso se puede describir de la siguiente manera: cuando hay
alguna lesión en el cuerpo o hay tejidos dañados las citoquinas se liberan en la sangre
avisando la anormalidad presentada, los primeros en llegar al sitio son los leucocitos y las
plaquetas llevando muchas veces con ellos células madre para que a la final son las
encargadas de regenerar el tejido dañado; algunas citoquinas involucradas en este proceso
son: EDF/CXCR4.
Células madre embrionarias: a través de varios experimentos desde el año 1981 con células
embrionarias aisladas de ratón y en 1988 con aislamientos de células embrionarias de
humanos donados por parejas para la investigación, se logró demostrar que las células madre
embrionarias pueden ser estimuladas para convertirse en cualquier tipo de célula de un
organismo vivo. Estas células se pueden obtener del blastocito, una etapa del desarrollo
embrionario. En humanos, esto ha ocasionado uno de los mayores problemas éticos de la
ciencia, ya que para la creación de líneas celulares embrionarias es necesario acabar con el
desarrollo de un embrión humano al cuarto o quinto dia de su fertilización, motivo por el
cual, aunque el estudio de las células madre embrionarias ha sido un gran avance en la
biomedicina, todavía no se les puede usar en terapia celular.
Células madres adultas: a diferencia de las células madre embrionarias, las células madre
adultas son más maduras y especializadas. Son las encargadas de sustituir las células viejas
y dañadas de los tejidos enfermos en las que residen. Los lugares de recolección más
frecuente para obtener las células madre adultas son: médula ósea, sangre periférica y grasa.
Células madre de la médula ósea: son células inmaduras que se encuentran en la médula ósea
de los huesos. Existen varios tipos de células en este nicho, pero las más importantes son las
madre hematopoyéticas y las células madre mesénquimales.
Células madre del cordón umbilical: son inmaduras y se encuentran en la sangre del cordón
umbilical del recién nacido.
Células madres de otros tejidos adultos: se encuentran en todos los tejidos del cuerpo, pues
contrario a lo que se pensaba anteriormente, todos los tejidos de un organismo tienen la
capacidad de regenerarse, incluso se conoce que el celebro adulto posee células madres (4),
que continuamente se están dividiendo para reemplazar células muertas. De esta manera
sucede con otros órganos.
Pluripotente: son aquellas que pueden especializarse en cualquier otro tipo de células
provenientes de los tres linajes embrionarios (endodermo, ectodermo y mesodermo). Pero no
son capaces de formar un organismo completo.
Multipotente: solo pueden generar células de su propia capa germinativa de origen. Por
ejemplo: una célula madre mesénquima de médula ósea, al tener naturaleza mesodérmica,
dará origen a células de esa capa como miocitos, adipocitos u osteocitos.
Entre los usos más importantes de las células madre se puede resaltar su uso en la ingeniería
de tejidos, donde se reemplaza órganos y tejidos dañados por otros creados in vitro a partir
de este tipo de células. De igual manera existen las vacunas celulares, las cuales consisten en
implantar células inmunológicas activas con capacidad de generar anticuerpos específicos y
la terapia génica, donde se utilizan células manipuladas genéticamente para corregir
numerosas condiciones. Es importante resaltar también que existe una aplicación de las
células madres que se ha venido usando alrededor del mundo durante los últimos años que
ha generado grandes avances, esta es la terapia regenerativa, este proceso tiene como objetivo
utilizar células (células madre o progenitoras) que ayuden a regenerar estructural y
funcionalmente un órgano o tejido lesionado, como por ejemplo: el trasplante de médula
ósea. Dentro de los estudios realizados se ha conseguido diversos usos terapéuticos que
podrían tener estas células, ejemplos la obtención de células epiteliales pigmentadas de la
retina con una adecuadas funcionalidad las que podrías servir contra enfermedades como la
degeneración macular senil o la retinitis pigmentarias (principal causa de ceguera en adulto),
de la misma manera se consiguió producir células vetas del islote de Langerhans productora
de insulina, que podrían utilizarse en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo I.
BIBLIOGRAFIA