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peer) Neenn ee ree ae rt velocidad. A los sis minutos ya estaba delante del poral desu ee ee ee es eee eters eee re ed pe eee ee eee tt eee eee Ce See a eee er rene Poorer cerca Re er eer yer , Cs EL ABRIGO Nico1At Vasitievic Gécou En certo minister de San Pecersburgo rabajaba un funcionario de quien apenas si e puede decir que tena algo de particulat Era haj de exatur, algo picado de veues, un canto palitojo y también algo corto de vita, con una poqucia alice en la frente, las melas lenas de arrugas yf rostro pido, como el dels personas que padcen alguna enfermedad... ;Qué se le vat hacer! Laculpa la renfa el cima peremburguds uestro hombre se amaba Akaki Akikievich Bachmachkin (Qing al ecto le paezea este nombre un tanto rao y rebuscado, ero puedo asegurarle que nolo buscaton aed, sino que is ‘dreunstanclas mismas hicieron imposible dace oto, ‘Guano yen qué époea end en el cargo minisril y quign loscoloos alli, nadie posa decislo, Los dnectores y ees lo habian "isto siempre en el mismo silo, enidéntca stars, cow la misma ‘categoria de copia, con su uniforme y a calva sobre feats Ep ef lugar nadie ke demostraba el menor respero. Los ‘ordenarzas no se movian de su sitio cuando él pasabs, como sise tratara solo de una mosca que volara por la sal, Sus superiores lo rataban con ialdad. Los ayudanees del jefe 4e oficina le ponian los montones de papeles debaj de las aries, sin decile siquiera:"Copie eto", como enrresponde a ‘empleados con buenos modales. Y él los tomaba, mirando tan solo los papeles,y se ponia en el acco a copiattos, Los empleados jévenes se mofiban contando en su presencia toda clase de historias inventadas sobre ly su patton una anciana de setenta aos. Declan que la vija le pegabs. Te preguncaban cusindo tha a casarse con ella y le ‘Uraban papelitos sobre la cabeza. Pero a todo esto, Alalki Akikievch no replcaba nada ni cometia i tun solo erzor en su esrtura, Solo cuando la boma resultaba demasiado insoportable o cuando le daban algin golpe en el bez, impidiéndole seguir con su trabajo, ‘pronunciaba esas palabras: Dejadme! Por qué me fendi? Pero hemos abandonado por completo al Comisati, quien a decir vead, fue el culpable del giro fantistico que tomé nuestra historia, por lo demés muy vridica. Pero hagamosjusicia a a verdad y confesemos que el hombre sinti algo asi como stm poco después de haber echado al pobre Akaki Akkievi EI pensar en él lo inguiets tanto que, pasada una semana, se decidi6 2 enviar un guardiaa su casa para preguntar por sa salud. Al enterase de que Akaki Akikievich habia muro de fiebre repentina, se quedé aterrado,escuché los reproches de su concienca y todo el dia extuvo de mal humor Para dstraerse un poco y olvidar la impresin desagradable, fae por la noche a casa de un amigo, bajé las escaleras, subi al trineo y orden6 al eochero: “A casa de Ivin Abramovich! Envolviéndose en su magnifico abrigo permanecié en ese agradable estado en que no se piensa en nada. Lleno de contento, se preparé para los momentos flices de aquellavelada De pronto, se levant un viento Focisimo que le daba en pleno rostroy le arojaba ademas montones de nieve. Y como si eso fuera poco, el viento hacia agitar el cuello del abrigo como una vela de repente se lo lanzaba con fuerza sobrehumana en ‘cabera, ocasionindole toda clase de moletias. De repentesintié ‘como si alguien lo agarearafuertemente por el cello; volvi la cabeza y vio a un hombre de pequefa etarura, con un uniforme viejo muy gastado,y no sin espanto reconocté en fla Akaki Akikievich El rostro del copista estaba pido como la nieve y su mirada «ra toralmente la de un muerto. Pero ef terror del Comisaio fue JInmenso cuando vio que aquella boca le dirgia as siguientes palabras Ab ;Por fin ce eengol... jQuiero tu abriga! No quisste preocuparte por el mio y hasta me insultaste. ;Pues bien: dame ahora el tayo! Dificilmente se encontraria une ‘an eelosamente con sus deberes, que trabajar con tanto Alli, copiando documents, se abria ane é un mundo pincorico yplacentero. En su cara serefciba el gro que experimentaba. “Algunas leas eran sus vor, cuando daba con clas estaba ‘como fuera dest: sonra, parpadcabay s acompataba con dl ‘movimento de os labios, de manera que resulta hasta posible Iecen ost cada eta que taza su plana compensa por sus args evicios, ondend que edie trabajo de mayor importancia que suyo, Sele encargé que redacara un informe siguiendo el madelo de un expe Solo debia cambiar el ul ysustiuirel nombre de a Fuera de ests copias,parecia que en el mundo no ‘existia nada para é. Nunca pensabs en su tee, Su ‘uniforme ya no era verde, sino que habia adquirdo un color amatillento que tiraba a rojizo,Y siempre alg s le ‘quedaba pegado al taj, ben un poco de heno,o bien tun hilo. Ademds, tenia la mala suerte, la desracia, de que al pasar siempre por debajo de ls vencanas lo hacia en el preciso momento en que arojaban hasuras ala calle. ¥ reso, en todo momento, levaba en el sombrero alguna ‘iscata de melén o de sandia o cosa paecida ‘Nituna sola vezen la vida Akaki Akikievich press atencién a lo que ocurea diariamente en la calles. Solo ‘ea los renglonesrepulares desu letra limpia y correcta. f AA llegar a su casa se sentaba cnseguida ala mesa, tomaba répidamente la sopa y después coma un pedazo de carne de vaca con cebolls, sn repaar en su sabor. ‘Cuando notaba que l estémago empezaba a llendrsel, se levantaba de Ia mesa, omaba un tntero pequcio y ‘empezaba a copia los papeles que habia levado a cae Nadie podiaafrnar haber visto siquiera una sola vex en alguna reunién. Después de haber opiado a gusto, se iba a dormir, sonriendo y ppensando de antemano en el dia siguiente, Qué le Iba. ree Dios para copiar mafana? que todo lempo permanecr en el deli dela Fibre. Tena visions enrats. Vea a Ptcvich yl encrgiba qu hice un abvigo con uaa tape | paras ldrones; a ada instante Hara a parona ylesupliaba qu sacral ladon que se habia ‘cond debajo de la mans lug prguntaba or qué el abrigo viejo nabs colgado delat de 2 évando tenia uno nuevo. Después solo mamaria frases in sevido, de manca que cra iposible ‘omprender nada. Solos pod dedi elmente que aqua pales incoherent se refeian siempre Ja misma cose el abrige Finalmente, cl pobre aki Akskicchexhals litkimo solo cobrando un sede de xarocentosrblon ao fentine content con su dstin, Tal yer bia lado a Nico a no ser por las desis qu sobrevencn ene itso de laid ste en San Peterburg un enemigo tril de todos gulls que no reiben mis de cuatocenonrublos anaes suedo. Exc enemigo no es oro que nests beads nas. Pau ohm ehoren gana oii cies ce els pee los pobres empleidos no saben cme = Deide hacia agin tiempo, Ala Akievich senda un dolor lak Akdkevch, qe de antemsano ge ent fuer en la expla y en cl homo} a peas de que procuraba Aino, eas por ompleto. Sin ebargo, tae recorrer lo mas répido posible la ditancia ente su casa y el explcar como pude que tenis un abrigo new y que fo ministerio. Sele ocurié al fin pensar no rendea la culpa de hablan robado de un modo inhismano, ello su abrigo. Lo examiné minuciasamence en casa y comprobs En verde interesrse por cl obo del abrigo. ‘que en I espalda y en los hombros la ela estaba ean gastada que ‘Comisario empezs a pregunta 2 Akaki Akikievich por podia vera través de ela {qué volvia acas a tan altas hors dela noche y sino. ‘Akai Akikievich decdié entones Mevarl a Petrovich, ‘haba excado en alin asunto sospechoso, El pobre Akal lun sastre que viva en un cuarto pita interiog, que, a pesar Aleiievich se qued ain mas conus, de ser bzco y picado de vituclas,revelaba bastante habilidad EI Comisario agregs bruscamente: cen remendar pancalones yabrigos de funcionaros y otros “Per, senor, zno conoce usced lreglamenta® Cémno ‘caballeros. Relexioné unos momentos sobre el precio que iba a esque se presenta as? caso ignoraeimo se procede en cobrarle Petrovich, y resolvié no dale mis de dos rubs. «tos asuncos? Primero deberéa usted haber echo us rota, que habria sd remitida af jefe del depareamento, lua a transmitral scretaro y este me la hubiers preseneado am ‘Al manana siguiente, muy temprano, fue aver al “Comisatio, pro le dijeron que ain dorinia. Volvié a “ tas-dier y atin segufa durmiendo, Fue als once, pero el CComisario habia slido. Se presents ala hora de a comida, pero no quisieron deal pasar einssieron en saber qué ‘deseabas por qué venia y qué habia sucedido, De moda ‘que Akaki Akikivich quiso, por primera ver en su viday mastrarse enérgico, y dijo, en tono que no admit pleas, aque tenia que hablar personalmente con el Comisario y por tanto, debian dejarlo pasar, sino fo hactan, quar de ello y les saldria cara la cosa, Uno de los is fue @ anunclarsu presencia. El Comisario, al ver laspecto humilde ye viejo luniforme de Akaki Akzikievich, se valv hacia dl con brusquedad y le dijo Qué desea? Pronunci la pregunea con vox dspera y dura que sin dua alguna habla ensayado delante del expejo, f solasen su habitacién, una semana antes quelo ‘pombraran comisaro, ) , Una tarde leg la habtaclin donde se encontraba Petrovich sentado en una ancha mesa de madera con ls Piemas cruzadasy desclvo, sein costumbre de fos sates ‘cuando estin tabajando. Lvaba al cuelo una madeja de sed y de hilo y tenia sobre las rods una reds de vests destrozada, Desde hacia res minutos hacia fo imposible por enhebrar una agua, sn conseguis, y ‘poreso echaba pestes conta el bilo, murmurando entre lentes Te vasa deci a pasar, brbn! {Me estis haciendo perder la pacienca, grant De pronto, Perovich clavé en su ojo torcida y Akai “Akikievich dijo sin querer ~ Buenos das, Petrovich! ~iMuy buenos los tenga usted! -respondi lsstre, Vengo a vee, uovih, pcs yo. juseament. Qué quiet, pues? le pregunts Petrovich, —Veris, Pewovich... Yo quisiera que... este abigo... mira el ps6o... gv, por todas pares est fuerte... solo que x un poco cubierto de pavo, parece gastado; pero en realidad esté nuevo, slo ‘un poquito en la esplda y tambien algo gas «nel hombroy un poco ene otro homb. Mira, eso es todo... No es mucho trabajo, = Pero sl este abrigo es mio! dijo uno de ellos com wie de” cee ee psi ere or ee tt ae Perth ee con la rodilla que lo hizo caer de espaldas en a nigve. Al poco rato volvié en si y se levant6, pero ya no habla ‘ aaa Py ss ong ett: Cn oe ie revs con foro hacia afer, y de ms sb por fn -Agui no se pede arrglar nada, Es una prenda gst Alor estas palabras, el contin s le oprimié al pobre Alki ‘rich, occu nes pry Feocrdd2 eget ali ee a eee ager ee eee a Sis los pesos se podsian encontrar dijo Parovich- pueden coer, pues el pao et completamente ped yse deshars er ‘ano loco conf gu. Pee een eee ih ee en en ee ee ee ae ee eee ee ee er eee eee nee sé oe ure eter eae aes eee ier seo fierce aera et cent ne reed a Len) ee eee weet ee eer neat et oa eee Caray eee ec Se ere a a pire settee eet ae ee oe ee eee ad eas 3 Sey ee ae eee yes ee eee ae nuevo -repitiéPexrovch con brutal angulidad. = de er nuevo... auo costar? “Pues unos cient cincienta rublos contests Petrovich. Alsat le gusta dear pasmad al iene y mira de sosayo para ver qué ar de susto pont alo tals palabrs nto cincuenta rubles por el brig exclan el pobre Akai Alcdkievich, Quis por primers ver le escapaba semejante grito, ya. que sempre se dstinguia por su vox muy suave. - Sido Pexovich ‘Aa Aktkievch que completamente abatido y se march, No -deca paras, ahora nose ped hablar con Peaevich, Después de a noche del sibado estar medio dormido ydescark bebe ag para reanimare, y como su mujer no le dar dinero, yoke dare ‘um moneda de diez kopeks y le wolverd mis tatableyareplari albigo. een eee Renee seen ae oe arene 'Y procurando animarse, espré hasta el domingo. En efecto, Pecrovich, después de la borrachera de la vspers, estaba mis Dizeo que nunca, tenia la cabeza inclinada y exaba medio ddormid; pero con todo eso, en cuanto se enters de lo que se trataba,exclamé como sel mismisimo demooio le diera impulso: =iNo puede se! jHaga el fivor de encargarme otra abrigo! YY enconces fe cuando Akalci Akskievich le metié en la ‘mano la moneda de diez kop. Gracias, efor, ahora podeé reanimarme un poco bebiendo su salud ~dijo Petrovich-. En euanto al abrigo, no debe pensar ind en no sitve para nada, Solo entonces vio el pobre capsta que no podia pasarse sin tun nsewo abrigo y perdi el dnimo por completo. Penséndolo mucho, Akaki Akikievich sospeché que Petrovich consentiria en hacereelabrigo por ochenta rublos. Pero, de todas maners,zdénde hallar esos ochentaeublos? La rmitad quied podria conseguila,y al vex un poco ms. Pero gy In ota mitad? I funcionario viv en ls parte més cegante dela ciudad, sc, jos de aca de Akal Alekevich, Fl copies tivo que camina primero por calls sliarias acasamentealumbraday ‘eto a medida que iba acercindose ala as dl fnconaro, las «alesse vlan ms animals y mejor alimbradas Para Alls [Akikivich todo resltaba completamente aucwo, pues hacia ‘arias 0 que n habia slid de noche por a cal Por fin, Heyé ala cas donde vivi el ayudance del jefe de oficna Al entrar ene eibidor,Akaki Akskicvch escuch6 was cofiss que wena de a habitaci contgua. De repente se tomaron ears y sonora al brits la puerta par dar paso aun lacayo que llevaba una bande) con vasosvacos tina cesta de coche . ‘Akai Akikieich cl mismo abrigo yet em bt Fabian. Anes oor dela al mismo dempo ls vel, os funcionarios, las pias y mes de juego mines uc ior de las eanversciones yl mide de sls spread us ods, Sus eoegs lo sludaron con cairo exclamacionesy ‘ods seroma eibidor para admirar meramente 5 ali. Alaki Akkcich equedé desconertado fh pero no pado por menos de alegre al ver rodoralababan st big. Nose sabe cfmo, peo al momento, en ls ficina, todos se enteraron de que Akai Akikievich tenia an abrigo nuevo ¥ todos sero ala cooscrerls para yerlo. Emperacon a Felicia tan eondialmence que se sont, pero hiego acabs por sentirse algo avergonzado. Cuando todos se aercaron a él dlcendo que tenia que celebrar cl etreno del abrigo com una fiesta, el pobre Akaki Akikievich se tars por complex y no spo qué responder ni cimo delenderse, Solo pasados unos ‘minutos y ponigndose todo colorda intent asegurates, ns simplicidad, que no eran abrigo nuevo, sino ano viejo. “Uno de los funcionarios,ayudante de jefe de ofcina, dijo | Sefiores, precisamente hoy es mi cumpleafos. Daré "tana festa ycelebratemos también el nuevo abrigo de Akaka sich. Los convido a tomar el ré esta noche en mi casa ‘Akaki Akdkievich quiso nears, pero todos lo Interrumpicrondicicndo que cra una descortesia, que debetia dace vergienzay que no podia de ninguna manera cesar la eo ames lo ede emer de nde proven melee rita, kaki Aldkevich, sempre que gaiba un ub, ena ernie eer opto tenet ‘anu ancha pan dejar pra mone, Alco de medio ae ee east ns poten eo goes Fle pebelerpoc atc ae Do lee dios chor una muna mp a arena rblos Ad pues aida ead y isee? i ‘Asli Aldkievich penta penny Raining conclasin de queers preciso edi gastos poo menos SRE apenas nce la ela ela que copia slp ira lahabinein dela dct de pensn para bara cde sve Tomb la pec laedtfne cll per capers peal Piedras baldoms er cv de puns par no gaa demasiado as Ban Fae Ne we ur gga eee poner soo la bara Hemos de confer quel pritcipio le cour basen sapere eee pats enna cme ae bien Incuso hasta leg a dejar de cena. En cambio, we linens et ele OE aie as eg, Gnesi ete’ a oe ied ee ioe eee Blum quis copies cminaba con por etn de aera terecreccenceet ee cece a PSS Eis tls y cnt gion oo mn hombre ule cps un fin derninado, toda siposcin, el director le do una © cuarenta y ocho rublos, sino de sesentarublos: El. cio eS | ‘que Akaki Akikievich se entiquecié de repente con vente! rublos mds. Su corz6n, por lo general tan apacibl, emp a lati precipitadamence. ¥ ese mismo dia fie als eid en ‘ompaia de Pevovich. Compraron un pafio muy bueno, cligieron un forro de calidad resistence y fuerte y escogieron la ‘nis hermosa pie! de garo que habia en roda la tenda y que de lejos ficilmente se podia tomar por pil de marta. Petsovich tard6 unas dos semanas en hacer el abriga, pies «ra preciso pespuntear mucho, Por su trabajo cob doce rubles, menos ya no podia sr, Por fin, le Hew el abrigos Est sucedi6... es df precsar el dla peo seguro que fue el solemne en la vida de Akaki Akskievich ‘odo buen sate: lo trafa envueeo en una sibana reign planchada. Una ver desenvuclto cl abigo, lo examing con ‘orgullo,y omdndolo con ambas manos lo ch con suma hhabilidad sobre los hombros de Akaki Akikivich, Lucgo, loaregl, estréndolo un poco hacia abajo. Selo sjusd perfectamente, peto sin abrochalo, Akaki Akskicvich quiso ‘también proba las mangas. Petrovich lo ayud6 a hacerlo, y fhe agut queelabrgo le sentaba estupendamente, El copista Te pags, le dio las gracias y slié con su nuevo abrigocimino dela oficina. 2 Petrovich sliédetrs de dy, parindose en plena calle, lo sigl6 largo rato con la mirada, absorto en a conten del abrigo. Mientras tanco, Akaki Alkievich segula. ‘aminando con ate de fiesta. A cada momento sents que Hleyaba tun abrigo nuevo en los hombros y hasta leg a sonrerse varias weces de intima satisfacién, El camino s hizo cotsimo, y de repente se encontrs en la oficina. Dej abrigo en la conserjeria yvolvé a miralo por rodos los ‘ogando al conserje que tuviera especial cuidado con dl,

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