Por el contrario, quienes apoyan la tesis que sostiene que la Constitución Política
prohíbe el aborto, plantean por ejemplo, que la norma del artículo 19 N° 1 inciso
segundo protege la vida del que esta por nacer y que esto es concordante con lo
establecido en la Convención Americana de Derechos Humanos en su artículo 4
N°1. De la misma manera aseveran que el nasciritus es titular del derecho a la vida
desde la concepción, teniendo el Estado el deber de protegerlo y además que dicha
protección no es solo legal sino que es constitucional.
Biblioteca del Congreso Nacional. Guido Williams O., Asesoría Técnica Parlamentaria. gwilliams@bcn.cl,
Anexo: 3180. 29/09/2015.
2
Tabla de Contenidos
I. Introducción..........................................................................................................2
II. Argumentos a favor del aborto en la doctrina constitucional.........................................2
III.Argumentos en contra del aborto en la doctrina constitucional......................................5
IV. Argumentos expuestos ante la Comisión de Salud en el marco del Proyecto de Ley..........8
I. Introducción
De la misma manera, cabe considerar que la CPR no dispone que el ser humano es
persona desde el momento de la concepción o fecundación, por ello:
La consideración que el ser humano es persona desde el momento de la
concepción o fecundación, se basa en una fundamentación religiosa, que
parte del supuesto que el ser humano recién concebido debe ser valorado de
igual manera que el ser humano ya ha nacido. Esto suscita dificultades
vinculadas a la concepción de un estado de derecho laico, democrático,
tolerante e inclusivo.
En la legislación nacional se da un tratamiento diverso al nasciturus del
nacido. Así, por ejemplo:
o El Código Civil exija el nacimiento para conferir existencia legal. Este
texto, claramente estipula que la existencia legal de la persona
principia con el nacimiento.
o El Código Penal establezca para el aborto una pena inferior al
infanticidio y al parricidio (y regula el aborto en una sección distinta
de los delitos contra las personas).
No hay en la Constitución Política ningún indicio de que la palabra persona se
aplique al nasciturus.
No se pueden utilizar argumentos biológicos propios de la embriología para
sostener que el recién nacido es persona, cuando el asunto es constitucional
(político-jurídico).
Figueroa, también señala que la CPR no prohíbe siempre el aborto, e indica que:
La CPR protege la vida del que esta por nacer, pero no prohíbe totalmente el
aborto.
Se puede proteger al nasciturus mediante una prohibición sin que sea
necesario que tal prohibición sea absoluta. Es posible proteger hasta un
cierto punto el aborto y además es posible permitir el aborto, también hasta
un cierto punto, tal como ocurre en los casos de justicia constitucional del
derecho comparado. La determinación exacta de la protección corresponde al
legislador.
Por último, Figueroa asevera que la Actas Constitucionales, dan cuenta que los
constituyentes no prohibieron el aborto de modo absoluto, sino que es permitido en
ciertos casos. En efecto, los constituyentes durante las sesiones para la redacción
de una propuesta de nueva constitución, entendieron que la frase “la ley protege la
vida del que está por nacer” permite el aborto en determinado casos. A modo de
ejemplo, se indica que Jorge Ovalle señaló: “…aun cuando no es partidario del
aborto, considera que hay determinadas circunstancias que lo justifican, en
especial, en todos aquellos casos en que en virtud de un delito –la violación, por
ejemplo– una mujer engendre en sus entrañas un hijo no querido por ella y, sobre
todo, rechazado por ella. Le parece que, en esas circunstancias, el aborto se
justifica plenamente2.”
Por su parte, Alejandro Silva Bascuñán, estimó: “… que también existe consenso en
no colocar nada relacionado con el aborto4.”
2
Sesión 87ª, 14 de noviembre de 1974, p. 12 de las Actas Oficiales de de la Comisión Constituyente.
3
Sesión 87ª, 14 de noviembre de 1974, pp. 14-15 de las Actas oficiales de la Comisión Constituyente.
4
Sesión 90ª, 25 de noviembre de 1974, p. 13 de las Actas oficiales de la Comisión Constituyente.
5
Ibídem.
6
Palavecino, Adriana. Dilemas éticos y jurídicos a propósito del aborto en Chile, en Revista Polis N° 38,
2014, pp. 2-15.
5
El bien protegido por la CPR, de acuerdo a los mismos autores, sería la vida del que
está por nacer, por lo que la Comisión constituyente deja en claro que “no son los
derechos –por ejemplo, defensa de la herencia- en general los protegidos, sino la
vida”9. Esto concuerda con lo establecido en la Convención Americana de Derechos
Humanos en su artículo 4 N° 1 10, que dispone que el derecho a la vida debe
protegerse a partir del momento de la concepción y que nadie puede ser privado de
la vida arbitrariamente 11.
Esto, de acuerdo a Collao 12, implicaría que el constituyente de 1980 optó por la
equiparación entre la persona nacida y la no nacida. Los argumentos dados por la
comisión constituyente demostrarían dicha afirmación. Así, Jaime Guzmán, a
propósito de la idea de consagrar el derecho a la vida como garantía constitucional,
7
Aldunate, Eduardo (Director). Constitución Política de la República de Chile, Doctrina y Jurisprudencia.
Tomo I. Editorial PuntoLex. 2009, pp. 104-106.
8
Verdugo M., Mario, Pfeffer U., Emilio, y, Nogueira A. Humberto. Derecho Constitucional. Tomo I.
Editorial Jurídica de Chile. 1994, p. 193.
9
Ibídem, p. 194.
10
Cuyo texto es: “Artículo 4. Derecho a la Vida.
1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en
general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.
(…)”.
11
Disponible en: http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/b-32.html (Septiembre, 2015).
12
Rodríguez Collao, Luis. El delito de aborto frente a la Constitución de 1980, en Revista de Derecho de
la Universidad Católica de Valparaíso, XIV (1991-1992), pp. 369–387.
6
declaró expresamente que “El derecho a la vida evidentemente excluye y hace ilícito
el aborto”13.
Silva Bascuñán, en las sesiones mencionadas, a propósito del lugar dónde quedaría
consagrado el derecho a la vida del no nacido, manifestó que “mucho más relación
que con la integridad moral y la dignidad, tiene el derecho a la vida con los
problemas relativos al derecho del que está por llegar a la vida, porque es el mismo
valor, de la misma naturaleza, pero en una distinta etapa del mismo bien. En
consecuencia me parece que, además de lo que proponía el señor Evans y que
suscribe íntegramente, se debería considerar el problema relativo al aborto y a los
derechos del que todavía no ha llegado a la vida, porque en tal caso sí que se trata
del mismo bien”17.
Por último, en esta línea, Nogueira Alcalá19 sostiene que: "La vida humana
constituye un proceso que comienza con la concepción en la cual ya se encuentra en
13
Sesión 84ª, 4 de noviembre de 1974 de las Actas oficiales de la Comisión Constituyente.
14
Ibídem.
15
Cabe mencionar que de acuerdo a García, Gonzalo y Contreras, Pablo, en la Comisión Constituyente
hubo claramente dos posturas respecto del inicio de la vida y la persona. Por un lado, estaban, aquellos
liderados por el presidente de la Comisión, que buscaban dejar esta materia en el dominio de la ley y,
por otro lado, la de Jaime Guzmán, que buscaba constitucionalizar la prohibición absoluta del aborto para
cualquier hipótesis. García, Gonzalo y Contreras, Pablo. Diccionario Constitucional Chileno. Cuadernos del
Tribunal Constitucional. N° 55. 2014, p. 711.
16
Ibídem.
17
Ibid., Sesión 87ª, celebrada el 14 de noviembre de 1974 de las Actas oficiales de la Comisión
Constituyente.
18
Silva Bascuñán. Alejandro y Cumplido, Francisco. Informe en Derecho acompañado a la causa rol N°
740 de 2008 por la Fundación Instituto de Estudios Evangélicos. Sentencia, pp. 125-126.
19
Nogueira, Humberto. Derechos fundamentales y garantías constitucionales. Tomo 1. Editorial
Librotecnia, Santiago, 2007, p. 313.
7
El Tribunal Constitucional en sentencia de la causa rol N° 740 de 2008 20, señala que
la doctrina nacional, mayoritariamente (al menos a 2008, año del fallo) ha sostenido
que la protección constitucional de la persona se inicia desde el momento mismo de
la concepción.
El TC, en la sentencia antes indicada, cita a Vivanco Martínez 21, quien sostiene que:
"Si analizamos la definición de persona hoy presente en la Historia Fidedigna de la
Constitución de 1980, basada en la dignidad y en la salvaguarda del individuo de la
especie humana como sujeto de derechos y merecedor de protección desde el
momento en que es concebido, ésta resulta muy diversa de la que tradicionalmente
se ha manejado en el ámbito legal. Ello ha sido fundamentalmente causado por la
extensión de los conceptos del Derecho Civil, que tienen una clara connotación
patrimonial, a otras disciplinas del Derecho Chileno, entre las que precisamente se
encuentra el Derecho Penal (...) la vida humana es objeto de protección
constitucional desde la concepción, ya que desde ese momento estamos en
presencia de un ser humano que reúne en sí todas las calidades y requisitos de tal,
sin importar que aún no haya desarrollado todas las potencias propias del hombre,
y que por ello cuenta desde ya con la calidad de persona, que lo hace ser
reconocido como digno y merecedor de la protección constitucional".
20
Requerimiento de inconstitucionalidad deducido en contra de algunas disposiciones de las “Normas
Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad”, aprobadas por el Decreto Supremo Nº 48, de 2007, del
Ministerio de Salud. Sentencia disponible en: http://www.tribunalconstitucional.cl/wp/expedientes
(Septiembre, 2015).
21
Vivanco, Ángela. El derecho a la vida y la discusión acerca del concepto de persona humana en el
ámbito constitucional", en Revista Chilena de Derecho. Vol. 28, N °2, 2001, pp. 474-477.
22
Cea. E. José Luis. Derecho Constitucional Chileno. Tomo II. Ediciones Universidad Católica de Chile.
2004, p. 47.
8
a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y en general, a
partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida
arbitrariamente". Para el TC, este tratado internacional “resalta que todo ser
humano tiene derecho a la vida sin que nadie pueda privarlo de ella
arbitrariamente, lo que permite apreciar una particular coincidencia entre la norma
aludida y aquélla que se contiene en el artículo 19, numeral primero, de nuestra
Constitución” (Considerando quincuagesimotercero).
Por último, el TC concluye que “el derecho a la vida asegurado por el artículo 19
N°1 de la Constitución, en consonancia con el artículo 3° de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos; el artículo 6.1 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos; el artículo 1° de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre, y el artículo 4° de la Convención Americana de Derechos
Humanos, asegura a toda persona -incluyendo al nasciturus- el derecho a mantener
la vida y a conservarla frente a los demás hombres.” (Considerando
quincuagesimosexto).
23
Covarrubias, Ignacio. Algunos aspectos de constitucionalidad del Proyecto de ley 9895-2011.
24
Salgado, Constanza. Presentación ante la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados: aspectos
constitucionales del proyecto de ley de despenalización de la interrupción del embarazo en las tres
causales (boletín 9895).
9
Covarrubias, parte del siguiente presupuesto: existe una tendencia a afrontar los
problemas únicamente desde la perspectiva de los derechos, desestimando el
alcance social de las decisiones “autónomas” o “privadas”.
b) El Proyecto de ley brinda a la mujer (niña) una autonomía “tan absoluta que la
desvincula de su contexto familiar y social, desconociendo con ello derechos y
garantías de terceros25”.
Así, si la mujer es mayor de 18 años, el aborto es una decisión que puede adoptar
sola, sin el conocimiento de los padres o representantes o del progenitor. En el caso
que la mujer sea menor de 14 años, ella tiene la facultad de decidir cuál de los dos
padres dará la autorización para que pueda abortar. En este último caso,
Covarrubias plantea que la facultad atenta contra disposiciones constitucionales y
legales, a saber:
Priva el derecho-deber del padre o madre no elegido de participar en la
crianza y educación de sus hijos, consagrado en el artículo 19 N° 10 inciso 3°
de la CPR26.
Infringe el deber del estado de otorgar especial protección al ejercicio de
este derecho (artículo 19 N° 10 inciso 3° de la CPR).
Pugna con el derecho de velar por el interior superior del hijo de los artículos
222 y 224 del Código Civil27.
25
Covarrubias, Ignacio. Op.Cit, p. 5.
26
“10º.- El derecho a la educación.
(…)
Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado
otorgar especial protección al ejercicio de este derecho.”
27
“Art. 222. La preocupación fundamental de los padres es el interés superior del hijo, para lo cual
procurarán su mayor realización espiritual y material posible, y lo guiarán en el ejercicio de los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana de modo conforme a la evolución de sus facultades.
Los hijos deben respeto y obediencia a sus padres”.
“Art. 224. Toca de consuno a los padres, o al padre o madre sobreviviente, el cuidado personal de sus
hijos. Éste se basará en el principio de corresponsabilidad, en virtud del cual ambos padres, vivan juntos
o separados, participarán en forma activa, equitativa y permanente en la crianza y educación de sus
hijos.
10
Salgado, parte del supuesto que la discusión del Proyecto de ley debe plantearse en
términos de los derechos humanos o fundamentales de las mujeres como personas
sujetos de derechos, y no solo desde la perspectiva del derecho a la vida del
nasciturus o de la obligación de protección de su vida por parte del Estado.
Luego, la autora plantea que la consagración de las tres causales del Proyecto de
ley, “constituye un deber del Estado chileno 30”. Lo anterior, a la luz del derecho
El cuidado personal del hijo no concebido ni nacido durante el matrimonio, reconocido por uno de los
padres, corresponde al padre o madre que lo haya reconocido. Si no ha sido reconocido por ninguno de
sus padres, la persona que tendrá su cuidado será determinada por el juez”.
28
Covarrubias, menciona que es una objeción de la Corte Suprema, en su Informe a la Comisión de
Salud.
29
Covarrubias, Ignacio. Op.Cit, p. 7.
30
Salgado, Constanza. Op. Cit, p. 1.
11
internacional de los derechos humanos y la CPR, texto que incorpora los derechos
humanos reconocidos en los tratados internacionales como parte del derecho
interno y con jerarquía constitucional, y además porque reconoce a la mujer un
derecho a la vida y a la integridad psíquica y física (artículo 19 N° 1 31), a la salud
(artículo 19 N° 932), a la autonomía (artículos 19 números 4 y 7 33) y a ser trata con
igual consideración y respeto de su dignidad (artículos 1, 19 números 234 y 335).
Salgado señala que la mujer tiene un derecho a la vida e integridad personal, a la
salud, a no ser tratada de manera cruel, inhumana y degradante por el Estado, a no
ser discriminada y a ser considerada como una persona autónoma.
31
“1º.- El derecho a la vida y a la integridad física y psíquica de la persona.
“…”.
32
9º.- El derecho a la protección de la salud.
El Estado protege el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción, protección y recuperación de
la salud y de rehabilitación del individuo.
Le corresponderá, asimismo, la coordinación y control de las acciones relacionadas con la salud.
Es deber preferente del Estado garantizar la ejecución de las acciones de salud, sea que se presten a
través de instituciones públicas o privadas, en la forma y condiciones que determine la ley, la que podrá
establecer cotizaciones obligatorias.
Cada persona tendrá el derecho a elegir el sistema de salud al que desee acogerse, sea éste estatal o
privado.”
33
“4º.- El respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su familia;”
34
2º.- La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados. En Chile no hay esclavos y
el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley.
Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias.
35
3º.- La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna autoridad o
individuo podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del letrado si hubiere sido
requerida. Tratándose de los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública, este
derecho se regirá, en lo concerniente a lo administrativo y disciplinario, por las normas pertinentes de
sus respectivos estatutos.
La ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa jurídica a quienes no puedan
procurárselos por sí mismos. La ley señalará los casos y establecerá la forma en que las personas
naturales víctimas de delitos dispondrán de asesoría y defensa jurídica gratuitas, a efecto de ejercer la
acción penal reconocida por esta Constitución y las leyes.
Toda persona imputada de delito tiene derecho irrenunciable a ser asistida por un abogado defensor
proporcionado por el Estado si no nombrare uno en la oportunidad establecida por la ley.
Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se
hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho.
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente
tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos.
La ley no podrá presumir de derecho la responsabilidad penal.
Ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su
perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado.
Ninguna ley podrá establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté expresamente descrita en
ella.
12
En efecto, cuando una mujer ha sido violada, ella ve afectada no sólo su integridad
personal sino también su autonomía sexual en su núcleo más esencial. La mujer es
completamente instrumentalizada: su autonomía se ve totalmente anulada por el
acto de un tercero que con violencia, desconoce su voluntad contraria a la
interacción sexual. En este caso, es el Estado el responsable de la afectación de sus
derechos constitucionales a la integridad física y psíquica y a la autonomía de la
mujer.
En las tres causales, la expositora citó en apoyo a sus argumentos sentencias del
Tribunal Constitucional Federal Alemán, del Tribunal Constitucional de España y de
la Corte Constitucional de Colombia.
Por último, la expositora sostiene que el Proyecto de ley garantiza las condiciones
jurídicas y materiales para que la mujer pueda, cuando concurren las causales,
ejercer su derecho a decidir, obteniendo así la prestación sanitaria que corresponde.