En romanos 8:16
“Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de
Dios.”
Cuando suceden cosas difíciles en nuestra vida, ¿cuál es nuestra reacción inmediata?
¿Es confusión, o duda, o renuncia espiritual? ¿Representa un golpe para nuestra fe?
¿Culpamos a Dios o a los demás por nuestras circunstancias? ¿O es nuestra primera
reacción recordar quiénes somos, que somos hijos de un Dios amoroso? ¿Viene eso
acompañado de una confianza absoluta en que Él permite algo de sufrimiento en la
tierra porque sabe que eso nos bendecirá, para que lleguemos a ser como Él y
obtengamos nuestra herencia eterna9?
Vivimos en un mundo que puede hacernos olvidar quiénes somos realmente. Cuantas
más distracciones nos rodean, más fácil es tratar con indiferencia, luego ignorar y
después olvidar nuestra conexión con Dios.
Si realmente sabes que eres un hijo de Dios, también sabrás que Él espera mucho de
ti porque eres Su hijo. Él espera que sigas Sus enseñanzas y las enseñanzas de Su
amado Hijo Jesucristo. Él espera que seas generoso y bondadoso con los demás.