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PARQUES.

Los parques pueden variar en tamaño, desde unos cuantos metros cuadrados – un banco,
algunas flores y un terreno con pasto de 20 x 20 en una esquina transitada – a millones de
acres en la inmensidad de la Amazonía. También pueden servir muchas finalidades. Son los
pulmones de la ciudad y ofrecen espacio verde y aire fresco a personas que de otra forma
raramente experimentarían algo más que concreto y gases del tubo de escape de los autos.
Pueden proteger terrenos no edificada, paisajes extraordinariosy sitios históricos, y al mismo
tiempo funcionar como aulas al aire libre y laboratorios para colegiales y otros. Algunos tipos
comunes:

Parques urbanos. En EE.UU., por lo menos, los parques urbanos pueden proporcionar áreas
formales para plantío, césped, bancos, patio para juegos, áreas de picnic y/o campos de
deporte (como en el Parque Central de Nueva York o el Parque Golden Gate en San Francisco)
o una experiencia de cómo el paisaje era antes que existiese la ciudad (como en el Parque
Forestal de Portland, en Oregón). Los parques en ciudades grandes frecuentemente tienen
instalaciones comunitarias localizadas dentro o en sus márgenes: el Parque Boscoso de Saint
Louis, por ejemplo, cuenta con un zoológico; los museos de arte, historia y ciencia de la ciudad;
un campo de golf público; y un teatro, entre otras atracciones. Pueden variar en tamaño desde
parquecitos metidos en patios o ángulos recónditos de edificios hasta parque enormes.

Parques en pueblos pequeños. Muchos pueblos pequeños incluyen un área central de parque
o plaza, con bancas para sentarse, tal vez una plataforma o un kiosco para música y un mástil
para la bandera: un simple espacio abierto para las conmemoraciones y reuniones del pueblo,
el cual puede también incluir canchas para deportes.

Parques municipales o regionales. Dependiendo de la situación, éstos pueden ser similares a


los parques urbanos o pueden ser más como los parques estatales (vea abajo) con actividades
al aire libre y kilómetros de terreno sin calles. Pueden contener atracciones especiales - una
vista, una playa, un desfiladero - o simplemente un paisaje agradable con poca o ninguna
intervención humana reciente.

Parques estatales. La mayoría de los parques estatales destacan el medio ambiente natural.
Pueden enfatizar la naturaleza y lo relativo a ella (como un área virgen, por ejemplo, o por una
característica sobresaliente como una cascada) o su valor recreativo, con énfasis en una playa,
pista de esquí o un campamento. Algunos también son parques históricos.

Los parques históricos existen para conmemorar o dramatizar un evento histórico, lugar,
persona o período. Los sitios de parques históricos pueden ser urbanos o rurales; pueden estar
conectados a eventos históricos específicos (campos de batalla, por ejemplo) o personalidades
(edificios donde personalidades históricas nacieron, vivieron o trabajaron); pueden ser para
representar e ilustrar la historia de un lugar o época en particular; pueden sacar provecho del
valor estético, arquitectónico y educativo de un edificio histórico bien mantenido o
restaurado; o pueden presentar edificios o otros sitios que son históricos en sí simplemente
por su edad y cualidades, y la historia que han presenciado. Estos parques pueden también ser
dedicados a la historia o patrimonio de un grupo en particular - inmigrantes, indígenas- que
ocuparon la comunidad en el pasado o viven allí en el presente. Los parques históricos pueden
ser locales, estatales o nacionales o pueden ser administrados por organizaciones privadas sin
fines de lucro, fundaciones o fideicomisos, dependiendo de quién sea el propietario y quién
haya construido el sitio histórico.

Parques nacionales y monumentos nacionales. Los parques nacionales son normalmente


extensos y existen para proteger de la urbanización áreas naturales importantes y conservarlas
permanentemente como terrenos vírgenes y/o para recreación del público. Los monumentos
nacionales son generalmente (pero no siempre) menores a un parque nacional, pueden servir
el mismo propósito o pueden proteger sitios históricos o culturales.

Podría parecer que los parques nacionales, o estatales, no pertenecen a una sección sobre
instalaciones comunitarias. Sin embargo, estos parque pueden ser instalaciones comunitarias
para las personas que residen dentro o cerca de ellos (muchos parques nacionales incluyen
pueblos dentro o en sus inmediaciones). El parque Nacional Acadia, en el norte de EE.UU, por
ejemplo, tiene un grupo activo de “Amigos de Acadia”, el cual proporciona voluntarios para
ejecutar diversas tareas en el parque (desde el mantenimiento de caminos a paseos naturales
guiados) y recaudar dinero para suplementar el presupuesto público del parque.

Los parques nacionales y estatales, notoriamente con financiación insuficiente, están


frecuentemente en mayor riesgo que los parques locales. El Parque Nacional Great Smoky
Mountains, por ejemplo, se encuentra a un día de distancia en automóvil de 60% de la
población de los Estados Unidos, y el exceso de uso (recibe nueve millones de visitantes por
año) es una amenaza seria a su ecología.

Otras instalaciones comunitarias. Aunque los parques son financiados por el público, otras
instalaciones pueden serlo o no. Algunas, como hospitales, pueden ser de propiedad pública o
particular. Otras son casi siempre públicas o casi siempre particulares.

En el caso de instalaciones particulares – o hasta algunas públicas - , puede ser difícil decidir
cuando el costo impide que algo sea considerado una instalación comunitaria. El término
“instalación comunitaria” sugiere un recurso disponible para todos, o la mayoría, de los
residentes. Cuando el costo de utilizar tal recurso lo vuelve indisponible a una gran parte de la
población, ¿es aún una instalación comunitaria?

El Teatro Público de Nueva York ofrece producciones gratuitas en el Parque Central para todos
los que, independientemente de sus ingresos, estén dispuestos a esperar en la fila a la hora
apropiada. En Cambridge, Massachusetts, las entradas más baratas para el Teatro ART son casi
40 dólares, lo cual las pone fuera del alcance de la mayoría de los residentes de bajos y
medianos ingresos. ¿Entonces, en qué medida es este teatro una instalación comunitaria?

Para los propósitos de esta sección, consideraremos como instalaciones comunitarias aquellas
que proporcionan servicios gratuitos o a bajo costo, que puedan ser utilizadas por
prácticamente todos en la comunidad.

Algunos ejemplos de instalaciones comunitarias pueden incluir:


Bibliotecas. Además de las bibliotecas públicas, muchas bibliotecas de universidades están
abiertas al público (aunque normalmente con derechos limitados).

Centros comunitarios. Estos pueden ser financiados por el público o auxiliados por una
organización particular.

Teatros y cines.

Museos.

Auditorios y locales para conciertos.

Hospitales y otros sitios donde se proveen servicios de salud, públicos y particulares.

Instalaciones educativas (escuelas, universidades, etc.)

Iglesias, sinagogas, mezquitas y otras entidades religiosas.

Oficinas de gobierno locales, estaduales y federales a servicio del público.

Instalaciones públicas de recreación y otros deportes. Éstas pueden incluir tanto instalaciones
para uso del público en general – canchas de fútbol, baloncesto y tenis, etc. – como estadios
para competencias escolares y profesionales que el público pueda ver.

Instalaciones de reciclaje.

Jardines comunitarios.

Centros de arte comunitarios.

Instalaciones de guarderías infantiles.

Áreas para juegos.

Transporte. Se debe considerar la extensión del servicio tanto a nivel de área (¿son atendidas
todas las zonas de la comunidad?) como de tiempo (¿funciona el metro toda la noche? ¿Hay
autobuses con frecuencia?); la calidad del servicio (comodidad, aseo, cortesía, porcentaje de
puntualidad); la seguridad de los vehículos, estaciones y áreas de espera; costo, accesibilidad y
facilidad de uso.

¿POR QUÉ MEJORAR PARQUES Y OTRAS INSTALACIONES COMUNITARIAS?

Las instalaciones en buenas condiciones contribuyen a la calidad general de vida en la


comunidad.Una comunidad con buenos parques y otras instalaciones es un ambiente
agradable y sociable para vivir, con una vida al aire libre y cultural animada. Los residentes
pasan más tiempo en la comunidad y se familiarizan más entre ellos, lo cual contribuye a la
formación de un sentimiento de comunidad.

Las instalaciones en buenas condiciones proporcionan exposición y oportunidades a una


amplia variedad de actividades intelectuales, culturales y físicas. Para muchos ciudadanos, las
instalaciones comunitarias asequibles y accesibles han sido su introducción al arte, a una
variedad de estilos musicales, al mundo de los libros, de los deportes organizados, caminatas,
patinaje y a una cantidad de actividades. Las personas de bajos ingresos, particularmente los
jóvenes, pueden tener poca otra oportunidad de tener tales experiencias.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden inculcar un sentimiento de propiedad y


orgullo comunitario en los residentes. Un barrio o una comunidad rica en oportunidades que
las instalaciones comunitarias proporcionan son considerados buenos lugares para vivir y
crean orgullo en sus residentes. Como resultado, ellos probablemente prestarán más atención
al mantenimiento de la comunidad – manteniéndola limpia y sin vandalismo, apoyando
eventos comunitarios y, de una forma general, ayudando a crear un ambiente de vida
interesante y satisfactorio.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden proporcionar servicios que ayudan a todos. El
transporte público, por ejemplo, puede aliviar el estrés del viaje diario, eliminar la polución
ambiental, reducir el tráfico y conservar energía. Las bibliotecas y museos pueden mejorar la
vida intelectual de los residentes de la comunidad y exponerlos a muchos puntos de vista y
maneras de ver al mundo.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden ayudar a prevenir la delincuencia y otros


comportamientos antisociales. Las instalaciones comunitarias pueden otorgarles a niños y
jóvenes, por ejemplo, lugares a donde ir y actividades en las cuales participar - deportes, arte,
aprendizaje y enriquecimiento, etc. –, los cuales actúan como alternativas saludables.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden aumentar el nivel de justicia y equidad en una
comunidad. Cuando todos los residentes tienen acceso a instalaciones que vuelven la vida
mejor y más agradable, independientemente de su estatus socioeconómico, las comunidades
dan un paso hacia una mayor equidad.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden ayudar a atraer nuevos residentes. Es más
probable que la gente se mude a comunidades con parques bien mantenidos, instituciones
culturales activas y un transporte público eficiente.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden mejorar el clima económico y los prospectos
de la comunidad, al atraer negocios y turismo. Los negocios quieren ubicarse en comunidades
con buenas instalaciones por las mismas razones que los individuos. Los ayuda a atraer y
mantener a los mejores empleados y también les dice algo sobre la administración y el respeto
que tiene la comunidad por sí misma. Más negocios significan más y mejores empleos, una
base de impuestos más elevada y una economía local saludable.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden hacer la comunidad más atractiva


físicamente. Los parques y edificios bien diseñados y sitios históricos bien restaurados,
particularmente cuando forman parte de un plan comunitario extenso, pueden contribuir
enormemente el ambiente agradable en una comunidad.

Las instalaciones en buenas condiciones pueden proporcionar lugares de encuentro que


mejoran el carácter social de la vida comunitaria. Los parques, plazas, patios y escalones de
edificios públicos o hasta las estaciones de autobús bien diseñadas, pueden servir para
aumentar la interacción entre los residentes y crear un sentimiento comunitario que se
extienda de un extremo a otro entre los diversos sectores de la comunidad.

¿CUÁNDO INTENTAR MEJORAR LOS PARQUES Y OTRAS INSTALACIONES COMUNITARIAS?

Aunque cualquier momento sea un buen momento para trabajar en la creación o mejoría de
instalaciones comunitarias, hay ocasiones cuando es particularmente necesario o hay más
probabilidad de tener éxito.

Cuando hay una necesidad en la comunidad y hacen falta instalaciones. Una comunidad rural
de bajos ingresos puede desesperadamente necesitar opciones recreativas seguras para sus
jóvenes, por ejemplo. O, puede ser importante transformar un terreno público valioso para la
comunidad en un parque, para así protegerlo de la urbanización o el deterioro. Antes de
comenzar, es importante asegurarse de entender plenamente las necesidades y recursos de la
comunidad.

Cuando las instalaciones están deterioradas o son inadecuadas. El parque central, una vez el
orgullo de la comunidad, se ha deteriorado penosamente y se ha vuelto refugio de traficantes
de drogas. La biblioteca pública no es lo suficientemente grande o no está bien equipada para
el tamaño actual de la comunidad. Éstas son circunstancias que indican la necesidad de una
fuerte iniciativa para colocar la instalación al nivel que merece la comunidad.

Cuando hay una iniciativa de desarrollo comunitario en marcha. La mejora de las instalaciones
comunitarias puede ser incluida en el plan de desarrollo. La comunidad puede designar un
cierto porcentaje de tierra como un espacio público o parque, por ejemplo, o buscar
financiación para construir o expandir un museo o un teatro regional. Puede restaurar un sitio
histórico como una atracción turística. Un plan comunitario puede incluir un transporte
público expandido y más eficiente en el consumo de energía. Las posibilidades aquí son
limitadas únicamente por las necesidades y la imaginación de la comunidad.

Cuando hay dinero disponible – de subsidios o fuentes particulares – que puede ser utilizado.
Los subsidios y otras formas de financiación se hacen disponibles como resultado de un
cambio en el ambiente político o en la manera de pensar de un individuo o fundación. Es
importante que las comunidades mantengan sus ojos bien abiertos, y que estén listas para
solicitar subsidios que les permitirán crear, mejorar o mantener sus instalaciones.

Cuando la comunidad, o por lo menos un grupo de residentes, está lista para llevar a cabo la
tarea. A veces la comunidad como un todo, en la persona de sus dirigentes, puede no estar
lista o dispuesta a llevar a cabo la tarea de mejorar las instalaciones. Se pueden formar grupos
de base para, por cuenta propia, restaurar un parque o un edificio en ruinas, utilizando
voluntarios y los fondos que consigan recaudar para hacerlo. El ejemplo en la sección 8 de este
capítulo describe cómo un grupo comunitario revitalizó completamente el Parque Dufferin
Grove en Toronto, transformando una instalación raramente utilizada y mal mantenida en la
sala de estar del barrio.

Cuando existe la posibilidad de adquirir un terreno o inmueble para uso comunitario. Un


edificio de hermosa pero deteriorada arquitectura que podría ser restaurado y utilizado como
distintivas oficinas municipales; la zona industrial abandonada que podría ser resucitada como
un museo de arte y parque a orillas del río; la abandonada laguna de la ciudad – todas éstas y
muchas otras propiedades similares podrían ser revitalizadas para servir a la comunidad.
Podrían estar disponibles a través de los esfuerzos de una fundación de tierras comunitaria o
podrían ser vendidas a la municipalidad o (a una entidad) sin fines lucrativos cuando parecen
no tener más utilidad. La municipalidad o grupos de base pueden frecuentemente transformar
estos terrenos en valores para la comunidad si utilizan fondos de conservación histórica o de
terrenos, incentivos fiscales, voluntarios, donación de materiales y mano de obra.

Cuando se está planificando un proyecto de urbanización importante o al inicio de su


ejecución. Se le pueden ofrecer incentivos a un promotor inmobiliario – deducciones fiscales,
permisos excepcionales, etc. – con tal de destinar una extensión de terreno para un parque o
para incluir instalaciones comunitarias en particular – un teatro, transporte, un carril para
bicicletas – en el proyecto final.

Cuando existe la posibilidad de conservación histórica. Los edificios históricos se deterioran


fácilmente – son viejos– y pueden ser abandonados o cedidos a la comunidad con tal de
obtener una deducción de impuestos. Sin embargo estos edificios son de alguna forma el
corazón y el alma de la comunidad, ya que personifican su historia y su patrimonio. Al
catalogarlos en el Registro Nacional de Inmuebles Históricos (esto es en EE.UU., pero en cada
país probablemente exista su equivalente), es posible aprovecharse de incentivos fiscales
federales para conservarlos y ponerlos al uso de la comunidad. Muchos son rehabilitados
como hogares de precios accesibles, pero pueden funcionar como bibliotecas, salas de
concierto, museos, centros de transporte o bien como otras instalaciones públicas,
dependiendo de su localización y otras características.

¿QUIÉN DEBERÍA ESTAR INVOLUCRADO EN MEJORAR PARQUES Y OTRAS INSTALACIONES


COMUNITARIAS?

Como discutiremos en la parte “Cómo hacerlo” de esta sección, los mejores resultados para
mejorar instalaciones comunitarias generalmente provienen de esfuerzos de colaboración que
incluyen a personas de todos los sectores de la comunidad. Algunas de las partes interesadas
que pueden ser:

Usuarios potenciales de la instalación. Los residentes de la comunidad que usarán la


instalación en cuestión son de importancia fundamental en su planificación y en la ejecución
del trabajo. Ellos pueden indicar qué necesitan y quieren, y es su sentimiento de propiedad lo
que mantendrá en pie la instalación a largo plazo.

Líderes comunitarios. Es importante incluir a personas que son respetadas o cuyas opiniones
se toman en cuenta en la comunidad. Ya sea que tengan un puesto formal en la comunidad o
que simplemente sean de confianza, su respaldo a la iniciativa también convencerá a muchos
otros a unirse o a apoyar el esfuerzo.

Funcionarios públicos. En muchas circunstancias, el trabajo de construir o restaurar una


instalación será probablemente ejecutado por la municipalidad. Los funcionarios públicos,
quienes han de aprobarlo y supervisarlo, deben estar involucrados desde el comienzo –
idealmente con el entendimiento de que la planificación y el proceso de implementación es
una asociación entre las partes interesadas.

Aunque se trate de una iniciativa de grupos de base, y si la mayor parte del trabajo será hecha
por voluntarios o contratistas que serán pagados a través de esfuerzos de recaudación de
fondos, lo más lógico es incluir también a funcionarios públicos. Ellos pueden ayudar a obtener
permisos y simplificar trámites burocráticos, generar apoyo para la tarea a nivel municipal y
asumir un rol de liderazgo en buscar recursos y reclutar voluntarios de varios sectores de la
comunidad. Dependiendo de su cargo y su influencia, ellos podrían también asignar dinero
público para el proyecto o por lo menos considerar la financiación pública para el futuro.

Arquitectos, diseñadores, ingenieros, promotores inmobiliarios y urbanistas. Las personas que


de hecho van a ejecutar el trabajo de diseñar y construir o restaurar la instalación son cruciales
al proceso. No solamente pueden aportar la energía creativa y la experiencia práctica para
ayudar a la comunidad a decidir cómo debería ser la instalación, sino que su participación
asegurará la buena mano de obra y un lugar que durará por muchos años.

Organizaciones comunitarias. Estos grupos pueden tener un interés directo en una instalación
nueva o rehabilitada – podrían ocupar parte del espacio, por ejemplo – o podrían simplemente
representar los intereses de un grupo que encuentra dificultad en tener una voz, tales como
las personas sin hogar o una minoría lingüística.

Fundaciones comunitarias. Estas fundaciones recaudan e invierten dinero de la comunidad


para reintroducirlo en la comunidad. Frecuentemente administran varias fundaciones
familiares pequeñas o corporativas, así como también recaudan dinero del público en general.
Por lo general, tienen un buen grado de flexibilidad en lo que financian y sus donaciones, como
resultado, frecuentemente están a disposición de tales proyectos como la mejoría de
instalaciones de varias maneras.

Activistas comunitarios. Sumado al hecho de ser ellos mismos residentes, los activistas
comunitarios pueden haber ayudado a organizar el esfuerzo para empezar, pueden saber
bastante sobre el asunto y las instalaciones en cuestión y probablemente también saben a
quién abordar y dónde aplicar presión política para que las cosas sean hechas.

¿CÓMO MEJORAR PARQUES Y OTRAS INSTALACIONES COMUNITARIAS?

Mejorar parques y otras instalaciones comunitarias a menudo es un esfuerzo comunitario. En


algunos casos, como ya discutimos, puede requerir voluntarios y/o mano de obra y materiales
donados. En otros, puede requerir una iniciativa que presione a la comunidad o incluso al
estado o gobierno a realizar cambios. Generalmente, requiere ambas cosas, además de una
cantidad considerable de trabajo – evaluar, planificar, organizar – para hacer despegar la
construcción o renovación de una instalación, y más trabajo para asegurar que sea bien
mantenida y administrada a largo plazo.

A continuación vamos a presentar una serie de pasos lógicos para intentar mejorar
instalaciones en una comunidad (como activista, funcionario o simplemente un individuo o
grupo interesado). Estos pasos dan por sentado que se dispone de una cierta cantidad de
tiempo para organizar un proyecto y para hacer un trabajo concienzudo a cada paso. En
realidad, nunca hay tiempo suficiente, y mejorar instalaciones es normalmente una carrera
contra tiempo por arreglar algo antes de que se estropee completamente, para responder a un
desastre ya acaecido o para aprovechar una oportunidad de financiación. Si nos encontramos
en una de estas situaciones, podemos tomar lo que necesitemos de esta sección y utilizarlo de
la forma más lógica para nosotros mismos y la comunidad. Sin embargo, si disponemos de
tiempo, el seguir estos pasos puede ayudarnos a obtener lo que necesitamos y edificar los
cimientos para esfuerzos continuos.

EVALUAR LOS RECURSOS Y NECESIDADES DE LA COMUNIDAD.

Quizá ya sepamos lo que es necesario: la biblioteca de 80 años de edad es muy pequeña y está
mal equipada; el parque del barrio es atemorizante por las noches y está lleno de basura de la
parafernalia de drogas, de forma que ningún residente quiere que sus hijos jueguen allí.
Aunque este sea el caso, se debe decidir cuáles son las alternativas. ¿Qué tipo de biblioteca
hace falta y qué existe ya en la comunidad que pueda ayudar a conseguirlo? Después de
limpiar el parque, ¿cómo mantener a los narcotraficantes fuera de él… y del barrio? Una
evaluación comunitaria puede ayudar a responder estas preguntas, así como a identificar otras
áreas de fortaleza y preocupación, y a elaborar un plan de largo plazo para la mejora de las
instalaciones.

La evaluación ideal sería una participativa, que incluya a la comunidad de varias formas, como
asesores – entrevistadores, observadores, etc. – y como fuentes de información y guía. Si
están involucrados desde un inicio, los miembros de la comunidad no solamente tendrán un
interés obvio en el resultado del proyecto, sino también sentirán derecho de propiedad sobre
él y trabajarán arduamente para mantenerlo una vez concluido.

Se puede consultar el Capítulo 3 de la Caja de Herramientas, el cual trata más completamente


sobre la evaluación comunitaria. En esta sección, limitaremos nuestras sugerencias al estilo
participativo de la evaluación y a una serie de preguntas que convendría responder.

Es necesario identificar y analizar los parques y otras instalaciones comunitarias existentes en


la comunidad.

¿Donde están localizadas? ¿Son de fácil acceso para todos a quienes deberían servir? ¿Existen
áreas de la comunidad con carencia y otras con exceso? (Si así es, ¿qué puede hacerse al
respecto? Si un barrio tiene pocos parques, por ejemplo, ¿hay áreas que puedan ser
convertidas en parques o está todo construido de forma que simplemente no existe espacio
disponible?

¿Qué tamaño tienen? ¿Son adecuadas para servir a todas las personas que desean o necesitan
utilizarlas? ¿Continuarán siendo suficientemente grandes para el uso de acuerdo con
proyecciones futuras?

¿En qué estado se encuentran? ¿Están bien mantenidas? ¿Existen parques e instalaciones que
necesitan más que una mejora en el mantenimiento – restauración o un rediseño y
remodelación completa? ¿Qué precisarían para volverse útiles?

¿Qué oportunidades y servicios prestan? ¿Están bien diseñadas para el uso pretendido?
¿Quién las utiliza y de qué forma? ¿Existen instalaciones buenas o adecuadas con poco uso?
¿Por qué? ¿Cómo puede ser remediado esto?

¿Existen algunos grupos en particular para quienes no hay servicios adecuados? Si es así para
algunas áreas o poblaciones, ¿Qué puede hacerse al respecto?

¿Son los parques en barrios más prósperos mejores mantenidos que los de los barrios de bajos
ingresos-?, por ejemplo. Si así es, ¿por qué? ¿Es porque esos barrios consiguen voluntarios
comunitarios que ceden muchas horas para mantener sus parques limpios y bellos o porque la
municipalidad coloca más dinero en el mantenimiento de algunos barrios que en otros? Cada
una de estas posibilidades tiene una solución razonable, pero distinta. (En el primer caso, se
puede reclutar y organizar voluntarios en barrios de bajos ingresos, tal vez se pueda comenzar
por encontrar una donación para pagarle a los jóvenes por trabajar en los parques; en el
segundo caso, se puede dialogar con funcionarios municipales por un mantenimiento de
parques igualitario y prepararse para organizar a los residentes y utilizar la prensa y acción
directa para señalar políticas discriminatorias si los funcionarios no responden.

¿Son algunas instalaciones inseguras?

Para sentirse segura al usar instalaciones, la gente tiene que sentir que no corre ningún peligro
en cuanto a accidentes y ataques o molestias por parte de otros. Prevenir accidentes significa
limpiar áreas de uso de plantas nocivas (hiedra venenosa, ortigas), arreglar veredas en malas
condiciones, evitar que los edificios se deterioren por una combinación de productos químicos
volátiles o moho y ventilación inadecuada, proporcionar equipos adecuados de prevención y
alarma contra el fuego, bloquear el acceso a instalaciones acuáticas a niños pequeños sin
supervisión, etc. Garantizar la seguridad personal puede requerir un aumento en el uso y la
circulación de tráfico, eliminar la venta de drogas, instalar más y mejor iluminación, aumentar
las patrullas de seguridad y otras tácticas creadas para cambiar el carácter del área.

¿Qué, si hay algo (positivo o negativo), no es común en ellas?

¿Qué tipo de apoyo es proporcionado por la comunidad o por otras fuentes para establecer y
mantener parques y otras instalaciones? ¿Existe dinero disponible tanto para los proyectos
capitales - nuevos edificios, pasarelas, plantas, etc. – como para su mantenimiento a largo
plazo? ¿Hay voluntarios para proveer mano de obra para trabajar en la instalación si no hay
fondos adecuados para funcionarios (o suficientes funcionarios)? ¿Existe un compromiso por
parte de funcionarios de la comunidad, ciudadanos o alguna otra persona para mantener
parques y otras instalaciones en buenas condiciones? ¿Alguien está prestando atención?

REUNIR UN EQUIPO PARTICIPATIVO PARA PLANIFICAR LA CREACIÓN, LA RESTAURACIÓN O LA


MEJORÍA DE PARQUES Y OTRAS INSTALACIONES QUE NECESITAN SER TRATADAS

Esto puede ser un grupo de “amigos” de las instalaciones u otro grupo de base, una iniciativa
pública coordinada por planificadores de la municipalidad o la secretaría de parques o espacios
recreativos, una iniciativa de los ciudadanos de la comunidad financiada con donaciones, una
acción de coalición de ciudadanos o algún otro tipo de esfuerzo, dependiendo de quién siente
la necesidad de organizarlo y si hay resistencia por parte de la municipalidad o alguien más.
Sea cual sea su origen, un proceso participativo tiene más oportunidad de tener éxito. Todas
las partes interesadas - las nombradas arriba y otros que podrían ser importantes en la
comunidad en cuestión o en el caso de un proyecto en particular – deberían ser incluidos o
representados, y el proceso de planificación debería ser de cooperación, en el que todos
tienen voz y son escuchados.

Los usuarios, de hecho, son enormemente importantes, y una variedad representativa de ellos
es lo ideal. Si un parque va a ser usado por jóvenes, ancianos y familias, los tres grupos
deberían estar representados en la planificación, de esta forma el parque atenderá las
necesidades de todos y los integrará, cuando sea factible. El Parque Dufferin Grove en Toronto
– vea el ejemplo del Capítulo 26, Sección 8 – hace esto colocando macetas de flores y tableros
de ajedrez junto a las canchas de baloncesto, lo cual atrae a adolescentes jugadores de
baloncesto a jugar el ajedrez y a cuidar las plantas con ancianos y jóvenes padres de familia.

Los funcionarios municipales u otros funcionarios también representan un elemento


importante en el grupo de planificación. Su respaldo puede ayudar a obtener financiación
pública y apoyo para la iniciativa. Pueden también proporcionar o ayudar a recaudar fondos
para diseñadores y planificadores profesionales quienes pueden traducir los planes del grupo
en una realidad física.

Grupos “amigos” y similares

Muchos parques e instalaciones – desde parques nacionales hasta bibliotecas locales y museos
– tienen grupos “amigos”, la mayoría de los cuales se forma espontáneamente para conservar
y apoyar lo que ven como un recurso local valioso o un tesoro. Pueden recaudar fondos,
proporcionar voluntarios, coordinar el mantenimiento y otros esfuerzos voluntarios, abogar,
aconsejar al personal de las instalaciones o todo lo mencionado. Algunos de estos grupos
obtienen su estatus de asociación sin fines de lucro, y así pueden requerir donaciones
deducibles de impuestos. Con frecuencia son lideradas por un individuo o un grupo que
aprecia la instalación y tiene la iniciativa de movilizar a otros con una visión común.

Algunos puntos clave para reunir tal grupo son:

Integración. Se debe intentar llegar a tantos sectores distintos de la comunidad y grupos de


personas como sea posible. Esto va a ampliar el apoyo y cuantos más segmentos de la
comunidad estén representadas, más probabilidad tendrán los esfuerzos de atender a las
necesidades de la comunidad y de ser efectivos al hacerlo.

Estructura. Aunque el grupo pueda ser pequeño al inicio, necesita una estructura dentro de la
cual operar, así hay un mecanismo para tomar decisiones (aunque sea compartido), una
supervisión para asegurar que las cosas sean hechas, coordinación para voluntarios yo tras
actividades, un sistema de comunicación, etc.

Planificación. Se debe utilizar su grupo para crear un plan estratégico para identificar y
ejecutar sus objetivos. “Tenemos que hacer algo para conseguir un centro comunitario en el
barrio” no es un plan. Se tiene que saber lo que la comunidad necesita y cómo actuar para
obtenerlo.
Apoyo en la comunidad. Si se puede reclutar a la prensa al inicio (vea el Capítulo 34: Abogacía
en los medios de comunicación). esto puede encargarse de la tarea de obtener el apoyo
público más fácilmente. También es importante intentar reclutar líderes de opinión cuya
presencia atraerá otros.

DETERMINAR LO QUE ES NECESARIO PARA ATENDER LAS NECESIDADES DE LA COMUNIDAD Y


PLANIFICAR UNA INSTALACIÓN DE PRIMERA CLASE BASADA EN DICHA NECESIDAD.

El equipo de planificación utiliza los resultados de la evaluación para diseñar una instalación
que les sea lógica. Sin embargo, la existencia o restauración de la instalación no resuelve el
problema necesariamente. Tiene que ser apropiada para sus usuarios, su ubicación y su
comunidad, así como ser bien diseñada, administrada, mantenida y financiada.

Muchas comunidades y organizaciones han formulado criterios para parques e instalaciones


adecuados (dos buenos ejemplos son la Comisión de Arquitectura y Ambiente Construido,
(CABE, por sus siglas en inglés) un grupo asesor del gobierno británico y el estado de
Washington, EE.UU. Tomamos prestada cierta información de algunos de estas fuentes y les
añadimos algunas de nuestras ideas para llegar a una serie de estándares para el desarrollo de
instalaciones comunitarias adecuadas:

Las Instalaciones deben atender a las necesidades de la comunidad. La evaluación debería


estar basada no solamente en números (cuantos metros de parque o camas de hospital por
cada 10.000 residentes, por ejemplo), pero sí en el grado en que se le ofrecen los servicios a un
barrio o comunidad y en que se atienden sus necesidades. ¿Hará la instalación lo que los
residentes esperan de ella? ¿Puede ser utilizada en las formas que ellos quieren usarla? ¿Es
accesible para todos? ¿Se encuentra en la mejor ubicación para su propósito?

Las instalaciones deben incluir a la comunidad en todos los aspectos de su planificación y


desarrollo. Tal vez la mejor manera de asegurar que una instalación atienda a las necesidades
de una comunidad es involucrar a la comunidad en su planificación y diseño, sea desarrollada
de la nada, renovada o restaurada. Un proceso participativo en el cual las partes interesadas
tienen una voz real es la mejor garantía de que las necesidades de la comunidad sean
identificadas y atendidas, y de que la comunidad sienta derecho de propiedad sobre el
producto final y lo cuide.

Las instalaciones deben aprovechar los recursos y la cultura de la comunidad. Cualquier


instalación comunitaria debería representar a la comunidad. Un centro comunitario en un
barrio predominantemente asiático, por ejemplo, debería destacar las culturas de los países de
origen de sus usuarios en los programas que ofrece y en el mismo diseño su edificio. Las
instalaciones pueden enfatizar el carácter histórico de su edificio; los parques pueden actuar
como agentes para la conservación y preservación de paisajes únicos.

El Parque Forestal en Portland, Oregón usa y conecta la ciudad a su ambiente natural, así como
también refleja las preocupaciones ambientales y el estilo de vida al aire libre de la ciudad
(elementos que inicialmente llevaron a la protección de los 5000 acres del parque).

Independientemente de los recursos disponibles, las instalaciones deben ser diseñadas para
ser tan bellas, estimulantes y funcionales como lo puedan ser, en lugar de ser simplemente
adecuadas. Un buen diseño no necesariamente significa gasto – significa el mejor diseño
posible para el uso de la instalación, dados los recursos a mano. Esto requiere creatividad y un
entendimiento de la comunidad y sus necesidades y deseos, así como un compromiso para
asegurar que cada sector de la comunidad tiene instalaciones que son absolutamente de
primera clase.

Las instalaciones deben ser accesibles y acogedoras. Parques, espacios y edificios deben ser
accesibles de todas formas – fáciles de llegar, adecuadas para personas con impedimentos
físicos, acogedoras – para todos los que desean o necesitan utilizarlas. Esto significa que
deben tener entradas obvias y que inviten a pasar y que sean de fácil acceso de la calle. En los
sitios donde haya puntos de información histórica o murales, éstos deberían hacer referencia a
la cultura de los usuarios de la instalación, y de otros, de forma que todos sientan que el lugar
les pertenece. Siempre que sea posible, el uso de la instalación debe ser gratuito o a un bajo
costo que no excluya a nadie.

Las instalaciones deben ser saludables y seguras. No deben ser construidas con materiales
peligrosos o compuestos orgánicos volátiles (con frecuencia encontrados en colas, pinturas y
otros materiales similares) que pueden causar problemas de salud. Los sitios previamente
contaminados deben ser limpiados o cubiertos permanentemente de modo que no
representen un riesgo para la salud. Los equipos de patio de juegos, instalaciones acuáticas y
elementos similares deben ser construidos para minimizar el riesgo de lesiones graves. Se
debe considerar cómo prevenir comportamientos que amenacen a los usuarios de la
instalación, sea por negligencia – adolescentes jugando al fútbol entre familias haciendo
picnics – o por su potencial o actual violencia– venta de drogas o actividades de pandillas.
Tener patrullas policiales o de residentes, más iluminación y vigilancia, una programación que
asegure más uso y tránsito de personas y reclutar a personas con comportamientos
problemáticos como planificadores y encargados son algunas de las maneras de confrontar
este tema.

En Filadelfia, donde algunos adolecentes “grafiteros” (que pintan espacios públicos de grafiti)
estaban pintarrajeando paredes, vagones del metro y cercas por toda la ciudad, el alcalde
Wilson Goode inició la Red Antigrafiti de Filadelfia en 1984. Poco tiempo después, Jane
Golden, una artista contratada para ayudar a reclutar miembros para el programa, comenzó a
enseñar a los jóvenes locales, en su mayoría “grafiteros” sobre el arte mural. A la larga, a
través del Programa de Arte Mural (MAP), ella involucró a miles de “grafiteros” y otros niños,
jóvenes y adultos en pintar centenas de murales de barrio en los muros de la ciudad. Los
artistas de mural firmaron una promesa de no crear grafiti y, lo más importante fue que ellos –
y la comunidad – valoran y protegen su trabajo.

Un proyecto, un mural de “sanación” de 100 metros en un muro de contención de la vía férrea


en la frontera de tres barrios con distintos grupos étnicos, atrajo pintores de todas las edades y
orígenes. El acto de trabajar juntos para el mural ayudó a “sanar” la discordia racial y étnica
entre los participantes, y a disminuirla entre los barrios, lo cual resultó en una declaración de
humanidad compartida del tamaño de un campo de fútbol en un muro ferroviario.
Las instalaciones deben ser limpias y bien mantenidas. Esto las vuelve atractivas y eso estimula
su uso. Además estimula el uso al mostrar que la instalación recibe atención, y por ello es más
probable que sea segura y saludable, y sirve su propósito. La limpieza y mantenimiento
frecuente también detecta problemas reales y potenciales, manteniendo a la instalación en
buen estado y estimulando a los usuarios a cuidarla

Las instalaciones deben ser promocionadas para atraer a sus usuarios potenciales. A pesar de
los sentimientos negativos que la palabra con frecuencia suscita, “promocionar” es importante
en este asunto. Si se quiere atraer personas, una instalación comunitaria tiene que anunciarles
su existencia y lo que puede ofrecerles.

Las instalaciones deben ser tan flexibles como sea posible. Las necesidades y deseos de la
comunidad pueden cambiar con el paso del tiempo y nuevas ideas para el uso de una
instalación pueden también surgir en el futuro. Las instalaciones deben ser diseñadas para
incorporar diferentes tipos de espacios y actividades – asambleas comunitarias, pequeñas
reuniones, bailes folclóricos, conferencias y clases, caminatas, picnics, deportes, etc. – Cuantas
más posibilidades un parque o una instalación pueda ofrecer, tiene más posibilidad de que sea
usada y apoyada por un diverso grupo de miembros de la comunidad.

Las instalaciones deben ser sustentables a largo plazo. Sustentabilidad aquí se refiere a varios
aspectos diversos de una instalación. Debe ser sustentable a nivel medioambiental – por
ejemplo, debe usar energía y recursos eficientemente, no requerir una cantidad excesiva de
mantenimiento y conservar espacios abiertos cuando sea apropiado. Debe poder soportar el
uso esperado sin sufrir daño – el equipo de patio de juegos, por ejemplo, debe ser
suficientemente fuerte para aguantar años de cualquier uso que se les pueda ocurrir a los
niños. Debe ser sustentable a través de los inevitables cambios en la necesidad y las normas
sociales que ocurren con el tiempo – un edificio o parque diseñado en el 2000 debería ser
suficientemente adaptable como para aún ser útil en el 2050. Y debe ser financieramente
sustentable, debe haber dinero suficiente para su mantenimiento y otros gastos corrientes.

Las instalaciones deben ser bien administradas. La administración abarca todo un capítulo (15)
de la Caja de Herramientas y la administración financiera, otro (43). Las instalaciones, ya sea
que funcionen por esfuerzos de voluntarios o funcionarios profesionales, requieren
administración para asegurar su mantenimiento apropiado y regular, que las cuentas sean
pagadas, que sus presupuestos sean desarrollados y seguidos y que todo lo demás que tenga
que ser hecho es llevado a cabo y con puntualidad. Alguien tiene que estar a cargo de vigilar la
operación por completo y asegurar que éstos y otros detalles sean atendidos.

Las instalaciones deben buscar el beneficio de la comunidad de tantas formas como sean
posibles. Un teatro comunitario puede hacer más que presentar espectáculos y puede ofrecer
talleres a jóvenes del barrio (o a todos los residentes), presentar actuaciones en las escuelas,
etc. Muchas instalaciones comunitarias proporcionan programas educativos y de
enriquecimiento a la comunidad, además de sus funciones “habituales”. Hasta las instalaciones
con pocos recursos pueden normalmente brindar oportunidades de aprendizaje o de
voluntariado. Es una calle de doble vía: en cuanto más pueda ofrecer la instalación, más
comprometida con ella estará la comunidad y mejores serán sus posibilidades de
sustentabilidad a largo plazo.
Las instalaciones deben tener un mecanismo de evaluación y supervisión con regularidad…y un
mecanismo para cumplir con sus resultados. Las condiciones, poblaciones y comunidades
cambian, así como también las ideas de la sociedad y las creencias sobre lo que funciona mejor
y lo que es importante. Algunos procedimientos, esquemas financieros y programas
funcionan…otros no. Un monitoreo y evaluación serios y honestos permiten que una
instalación identifique y edifique en sus puntos fuertes, detecte y corrija sus errores y puntos
débiles y ponga a prueba nuevas ideas.

Evaluar y trabajar para obtener recursos potenciales.

El asunto integral de sustentabilidad financiera y administración fiscal puede llevar a


dificultades. Generalmente, la comunidad se unirá para conseguir que se construya o restaure
una instalación, ayudando a recaudar fondos, proporcionando mano de obra voluntaria y
hablando con funcionarios y otros. Pero una vez que el trabajo inicial fue ejecutado, la gente
puede dispersarse, sin darse cuenta de que construir el proyecto es solamente un comienzo.
También se precisa dinero y esfuerzo para mantenerlo, aunque la mayor parte del trabajo sea
hecha por voluntarios (y mantener un esfuerzo voluntario por décadas es otro tema de
sustentabilidad).

Un plan fiscal responsable por una instalación, sea nuevo o renovado, tiene dos partes. La
primera es la recaudación de fondos para ejecutar el trabajo inicial – planificación, diseño y
construcción o restauración de la instalación. Esto puede incluir la requisición de donaciones
de negocios e individuos, la organización de eventos de recaudación y hacer llamamientos
generales, y todo ello puede llevar tiempo – de dos a cinco años es común, aunque muchos
esfuerzos llevan aun más tiempo.

La segunda parte del plan es la estrategia para generar ingresos con regularidad a lo largo de la
vida útil de la instalación para cubrir gastos con funcionarios, mantenimiento, arreglos de
emergencia y cualquier modernización que pueda ser necesaria – expansión, sustitución de
equipos gastados y muebles, cambios en el diseño para acompañar cambios en la comunidad.
Es comúnmente mas difícil realizar la segunda parte que la primera, porque involucra un
período más largo de tiempo, y también porque no es tan emocionante como construir o
reconstruir algo y no ofrece una realización clara o un objetivo final obvio.

Existen varias fuentes de ingreso posibles:

Financiación pública.

Contribuciones comunitarias e individuales.

Donaciones de fundaciones y otras fuentes.

Formando contribuciones o grandes donaciones individuales.

Eventos para recaudación de fondos.

Venta de artículos o servicios.

Dinero generado por el uso de la instalación.


Afiliaciones en cambio de cuotas anuales o contribuciones.

La mayoría de las instalaciones que consigue sobrevivir financieramente a largo plazo utiliza
una combinación de estos recursos (y puede encontrar otros también) y también aprovecha la
ayuda de voluntarios y donaciones en especie. El punto importante aquí es que la
sustentabilidad financiera a largo plazo requiere energía, planificación, creatividad y
flexibilidad, y debería ser parte de cualquier estrategia para mejorar las instalaciones
comunitarias.

EVALUAR Y TRABAJAR PARA OBTENER RECURSOS POTENCIALES.

La evaluación de recursos es en realidad parte del proceso de planificación. Su plan debe ser
uno para la mejor instalación que se pueda crear con los recursos que se espera poder
recaudar.

La evaluación de recursos debe tomar en cuenta la sustentabilidad así como los costos de
construcción o renovación. Si se puede conseguir financiación y otros recursos para construir
una hermosa instalación que luego no se podrá mantener, se tendrá en manos unas ruinas
bien diseñadas, pero caras. Es mucho mejor planificar algo más modesto que atienda a las
necesidades de la comunidad y que se sepa se podrá mantener en buenas condiciones a largo
plazo.

Desarrollar un plan para una instalación es una cosa; llevarlo a cabo es otra. Es necesario
encontrar los recursos para darle vida al plan, o la nueva o renovada instalación nunca pasará
de ser más que un dibujo o un archivo en la computadora. Aunque el término “recursos” se
refiera a más que dinero, la financiación - casi sin duda – es importante, especialmente si el
asunto se trata de la construcción de una instalación nueva.

Es importante pensar en cuánto dinero se necesita, cuánto puede esperarse que produzca un
cierto recaudador de fondos y cuánto trabajo va a tomar (por ej., ventas de tortas y de
artículos usados pueden ser divertidas de organizar y llevar a cabo, pero generalmente
requieren mucho trabajo y generan relativamente poco dinero).

Otro recurso valioso – tal vez hasta más valioso que el dinero – es la gente. En el caso de una
instalación pública, quizá estemos hablando de funcionarios (que pueden ser pagados por la
comunidad o una organización particular que opere la instalación); empleados públicos (como
trabajadores de la secretaría de parques); o voluntarios de la comunidad, quienes pueden
complementar lo que los funcionarios y empleados públicos hacen, o de hecho realizar esas
tareas cuando no hay dinero para pagar personal.

Un tercer recurso incluye materiales y equipo – artículos para mantenimiento, oficina,


educativos o para programas; semillas, plantas y artículos para plantar; materiales de
construcción; herramientas de todo tipo; maquinarias necesarias para trabajos específicos,
muebles; etc. Algunas de estas cosas pueden ya estar disponibles – en algún lugar del sistema
de parques de la ciudad o en otro departamento municipal – o pueden constar en el
presupuesto municipal. Otros pueden ser obtenidos de donaciones en especie de negocios o
industria o ciudadanos particulares o como préstamo (particularmente en el caso de
maquinaria pesada y artículos similares que son necesarios solamente para una vez o uso
ocasional) de otra municipalidad o de un negocio.

Siempre que sea posible - al buscar contribuciones grandes, por ejemplo – la mejor
aproximación es la personal. Hay más probabilidad que un gran donador responda a la petición
de alguien que conoce que a la de un extraño o de una carta. Esto no significa que no haya
lugar para cartas de recaudación de fondos o llamadas telefónicas: ambas son herramientas
valiosas, pero habrá mejores resultados con un toque personal.

Probablemente ya se haya comenzado a recaudar recursos al reunir un grupo planificador.


Otra estrategia a la que se puede recurrir al comienzo, si no se tiene la experiencia o el tiempo
necesario para hacerlo – es que alguien redacte una solicitud de donación y/o materiales para
recaudación de fondos. Se les puede también pedirle a las personas que contribuyan con labor
física (en la mantenimiento de un parque, construyendo un pabellón, colocando libros en
estantes en la biblioteca), pericia (facilitación de encuentros, diseño de paisajismo), productos
(folletos, trabajo decorativo), materiales (muebles de oficina viejos, plantas, paño para
vestimentas de teatro) o sus servicios en solicitar donaciones de tiempo, dinero o materiales a
otros.

No se debe olvidar contactar negocios e industrias en la comunidad: ellos son miembros de la


comunidad también. Con frecuencia están más que dispuestos a ayudar, tanto por el bien que
van a generar, como porque sus propietarios y empleados podrán usar la instalación.

SI HAY POCOS RECURSOS DISPONIBLES, COMENZAR POR LO QUE SE PUEDE HACER CON ELLOS

Tal vez la comunidad no pueda pagar el precio de medio millón de dólares para renovar el
parque, pero un grupo de voluntarios ciertamente puede limpiarlo. Ellos, u otro grupo, podrían
también colaborar con la policía y otros funcionarios municipales en las estrategias para
prevenir o eliminar comportamientos peligrosos a través de patrullas comunitarias, eventos en
el parque programados con regularidad, actividades frecuentes que atraigan un gran número
de personas al parque, donaciones de equipos de iluminación, etc. Un grupo de voluntarios
dedicados puede hasta encargarse del mantenimiento del parque con regularidad.

Similarmente, una cantidad de pequeñas donaciones podría ayudar con la compra de


computadoras para la biblioteca, y el colegio o la universidad local pueden estar dispuestos a
darles a los estudiantes créditos de servicio comunitario por proporcionar asistencia técnica y
resolución de problemas a usuarios y funcionarios de la biblioteca. Los voluntarios, las
pequeñas donaciones y terrenos públicos podrían crear un jardín comunitario. Los escenarios
de un teatro comunitarios podrían ser construidos por voluntarios con materiales donados.
Proyectos que comienzan así - con pocos recursos excepto voluntarios dedicados y una
pequeña suma de dinero – pueden a veces resultar en importantes instalaciones creadas a
largo plazo. Se debe comenzar con lo que se tiene… quién sabe a dónde se irá parar.
COLABORAR CON OTROS GRUPOS Y ORGANIZACIONES.

Es buena idea asociarse a otros grupos comunitarios, iglesias, escuelas, etc. ,para encontrar
formas de utilizar y mantener instalaciones, para diseminar la idea, para mantenerse al tanto
de las necesidades de la comunidad, para conseguir voluntarios y para hacer activismo.

RECLUTAR A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

Se debe trabajar con la prensa y en el Internet para publicitar los esfuerzos, para conseguir
apoyo y para solicitar información, donaciones, y voluntarios.

ABOGAR HASTA AGOTARSE…Y ENTONCES ABOGAR UN POCO MÁS.

Una de las cosas más efectivas para mejorar parques y otras instalaciones en la comunidad es
abogar con los que toman las decisiones y el público. Esto significa llegar a conocer a los
regidores de la ciudad, el alcalde o administrador del pueblo, el representante y el senador del
estado, tal vez hasta el congresista y/o asesores. No es difícil hacer contacto con la mayoría de
estas personas si hay un registro electoral en el distrito o si el grupo representa a otros que lo
tienen. Son ellos quienes tienen influencia sobre el control de fondos y proyectos cívicos y
pueden ser sumamente útiles en poner la necesidad de instalaciones en la conciencia pública y
asegurar que sean financiados. Sin embargo, hay que convencerlos, y es ahí donde entran las
labores de activismo.

En EE.UU., si se está trabajando como una organización sin fines de lucro (libre de impuestos),
hay reglas sobre lo que se puede y no hacer con relación a campañas y labores de abogacía. No
se puede, en horario laboral de la organización, trabajar para elegir un candidato específico,
por ejemplo, ni puede la organización promocionar a un candidato específico. El apoyo es
permitido, es necesario saber cuáles son las limitaciones o se corre el peligro de perder el
estatus de organización sin fines de lucro.

Se puede estar haciendo campaña sólo por reconocimiento, por apoyo, o concretamente por
fondos. Si los funcionarios se muestran desinteresados, se puede tener que contar con el
público para ponerles presión (es aquí donde establecer una relación con la prensa resulta
muy útil.) De una forma o de otra, son las personas a quienes se tiene que convencer si se
quiere apoyo sustancial de la comunidad en forma de dinero, políticas públicas, auxilio de
trabajadores municipales, uso propiedad municipal, etc.

Siempre se comenzar de la forma más colaborativa, menos confrontadora posible. El trabajo


de quien busca apoyo nunca termina, ya que los parque y otras instalaciones, un vez que estén
establecidos, precisan apoyo y mantenimiento para continuar beneficiando a la comunidad.

MANTENERSE ACTIVO EN ELLO.

Y este también es el último punto para la mejoría de parques y otras instalaciones


comunitarias. Ya sea que se trate de una cuestión de mantener y extender el progreso de lo
que ya se hizo, de realizar e intentar cubrir la necesidad de otras instalaciones comunitarias o
de poner a prueba nuevas ideas y programas, la labor de los activistas nunca termina. Si se
desea que la comunidad continúe recibiendo el beneficio de los parques u otras instalaciones
que los esfuerzos de una organización o iniciativa ayudaron a crear, se tiene que estar
presente a largo plazo

PARA RESUMIR

Los parques y otras instalaciones son importantes para la vida y el bienestar de las
comunidades. Estos servicios unen a los residentes y de hecho ayudan a crear el sentimiento
de comunidad que define a un lugar. Por esta razón, entre otras, la mayoría de las
municipalidades financian al menos algunas de estas instalaciones comunitarias, pero la
financiación adecuada para todas difícilmente está disponible. Como resultado, a veces les
corresponde a los ciudadanos tomar el liderazgo para la protección, restauración o creación de
las instalaciones necesarias.

Cuando nos encontramos en esa situación, uno de los más importantes aspectos del proceso a
considerar es la necesidad de incluir a todas las partes interesadas en la evaluación,
planificación y diseño de la instalación. Esta participación ayudará a asegurar que el resultado
final atienda realmente las necesidades de la comunidad. Cuando es apropiado, colaborar con
otros grupos e individuos en el proceso y solicitar ayuda de la prensa pueden facilitar las
labores. Además, el activismo tanto con los legisladores como con el público debe continuar no
solamente antes y durante el proceso que lleva a la restauración o creación de las
instalaciones, sino a lo largo de su vida. Conjuntamente, estas acciones resultarán en una
mejoría comunitaria para el beneficio de todos.

Contributor

Phil Rabinowitz

Recursos en línea

City Park Design discusses the development of the Studio City Greenway along the LA River
and how it has revitalized the area.

From 1999 to 2011, Commission for Architecture and the Built Environment (CABE) gave
independent advice to help people create better buildings and spaces.

The copyright of Public Space discusses the copyrighting of Millennium Park in Chicago.

The Fairmount Park Restoration in Philadelphia was a five-year special initiative was initially
funded by a $26 million grant from the William Penn Foundation, characterized by a
spokesperson for the Park Commission as the largest single gift granted by a private
foundation to a public park or recreation agency in the country.

The mission of The Forest Park Conservancy is to protect and foster the ecological health of
Forest Park, maintain and enhance the park's extensive trail network, and inspire community
appreciation and future stewardship of the splendor of this iconic urban wilderness as a gift for
generations.
Frost-Kumpf: Reclamation Art is a series of pictures of reclamation art – “artworks that have
been proposed or constructed by contemporary artists as a means to reclaim landscapes that
have been damaged by human activities.”

“Hey! I’m Walking Here! How New York (and Other Big Cities) Should Solve the Traffic
Problem,” an article by Carolyn Curiel, NYTimes, Sept. 13, 2006 that discusses how
transportation alternatives and how to solve the problem of traffic in cities.

Level of Service Standards: Measures for Maintaining the Quality of Community Life sets
development standards for parks, transportation, and public spaces.

NYC in 2016: High Line is a NY Magazine article on the High Line park development, and how it
could revitalize neighborhoods along it.

Privately Owned Public Space discusses public spaces created as a result of the NYC Incentive
Zoning Program, granting density bonuses for the creation of public space within or outside of
private buildings.

Project for Public Spaces works with communities to transform underperforming spaces into
great parks.

Rails to Trails Conservancy is a nonprofit organization based in Washington, D.C., whose


mission it is to create a nationwide network of trails from former rail lines and connecting
corridors to build healthier places for healthier people.

“Which Direction for Our Parks?” is an essay by Kathy Madden and Benjamin Fried that
explores how to create parks that people will love and use.

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