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VV.AA.: Jesús Martín Barbero. Comunicación y culturas en América Latina

Jesús Martín Barbero. formar las cosas; las técnicas, es decir; el


trabajo, su organización y el vínculo so-
Desde la comunicación y cial que presupone o destruye; la familia
y las escuelas, las oficinas y las fábricas,
los estudios culturales a el campo y la ciudad, las naciones y la
la emergencia de una política, el hábitat y los viajes, las fron-
teras, la riqueza y la miseria, la forma
nueva sociedad y de hacer niños y de educarlos, la de
hacer la guerra y la de exterminarse, la
sensibilidad valorativa 1 violencia, el derecho, la muerte, los es-
pectáculos... ¿Dónde vamos a vivir?
¿Con quién? ¿Cómo ganarnos la vida?
Revista Anthropos. ¿A dónde emigrar? ¿Qué saber, qué
Huellas del conoci- aprender, qué enseñar, qué hacer? ¿Có-
miento, nº 219, mo comprometerse? [...]
Madrid, abril-junio Entre estas transformaciones, una de
de 2008. Monográfi- las más importantes se refiere, precisa-
co: “Jesús Martín
Barbero. Comunica- mente, a nuestras casas y a nuestros
ción y culturas en desplazamientos: la forma de habitar...
América Latina”. Las antiguas cuestiones de lugar: donde
hablamos tú y yo, por donde pasan
nuestros mensajes... parecen disolverse
y desparramarse, como si un nuevo
tiempo organizara un espacio diferente.
En él, el ser se expande.
Disolviéndose las antiguas fronteras, el
mundo virtual de la comunicación con-
quista nuevas tierras: se suma a los des-
«Sin un plano, ¿cómo recorrer la ciu- plazamientos y a menudo los sustituye.
dad? Nos hemos extraviado en la mon- Las páginas del antiguo atlas de geo-
taña o en el mar, a veces incluso en la grafía se prolongan en redes que se bur-
carretera, sin guía. ¿Dónde estamos y lan de las orillas, de las aduanas, de los
qué hacemos? Sí, ¿por dónde ir para ir a obstáculos, naturales o históricos, cuya
dónde? complejidad dibujaban no hace tanto,
Colección de mapas útiles para localizar los fieles mapas; el paso de los mensajes
nuestros movimientos, un atlas nos supera las rutas de peregrinación. Al
ayuda a responder a estas cuestiones de igual que las ciencias y las técnicas se
lugar. Si nos hemos perdido, nos encon- ocupan más de lo posible que de la rea-
tramos gracias a él. lidad, así nuestros transportes y nues-
¿Por qué las páginas y láminas del atlas tros encuentros, nuestros hábitats se
que viene a continuación? van haciendo más virtuales que reales.
Ahora todo cambia: las ciencias, sus mé- ¿Podremos morar en estas virtualida-
todos y sus inventos, la forma de trans- des? [...]
Este atlas proyecta, uno sobre otro, el
viejo mundo y el nuevo. […]
1
Publicado originalmente como “Editorial” del ¿Dónde leer esta visión global? Sobre lo
nº 219 de la Revista Anthropos (pp. 3-20), que forma la matriz, el continente o el
correspondiente a los meses de abril-junio de soporte de todo el saber: sí, el mundo,
2008 y dedicado a la obra de Jesús Martín cuya geografía expresa un conocimiento
Barbero. Agradecemos a la editorial Anthro- de fondo.
pos su autorización para su difusión en este Lo que la Odisea hizo con el Mediterrá-
número de Mediaciones Sociales. neo o el viaje de los dos niños hizo con

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Francia, los Viajes Extraordinarios de Ju- jarnos civilizar, modernizar, a dejarnos


lio Verne lo realizaron con la tierra y su salvar. Sólo que esta vez la moderniza-
entorno planetario: En total, estos rela- ción nos hará entrar (¿al fin?) en ese
tos dan a cada época su mundo, lo traen proceso definitivo de la simulación ge-
al mundo». neralizada que la informatización impli-
[Michel Serres, Atlas, Editorial Cátedra, ca como nuevo equivalente general, como
Colección Teorema, Madrid, 1995, pp. nuevo valor tanto de la economía políti-
11, 12, 13, 15.] ca como de la economía cultural. [...]
¿Quién ha dicho que la cartografía sólo
*** puede representar fronteras y no cons-
truir imágenes de las relaciones y los
entrelazamientos, de los senderos en
«Mapa nocturno: un mapa para indagar
fuga y los laberintos? Un experto car-
la dominación, la producción y el traba-
tógrafo como M. Serres ha escrito:
jo, pero desde otro lado: el de las bre-
Nuestra historia, singular y colectiva, nues-
chas, el consumo y el placer. Un mapa
tros descubrimientos como nuestros amores,
no para la fuga sino para el reconoci-
se parecen más a las apuestas azarosas del
miento de la situación desde las media-
clima o los sismos que a un viaje organiza-
ciones y los sujetos. Para cambiar el lu-
gar desde el que se formulan las pre- do provisto de un contrato de seguros... Por
guntas, para asumir los márgenes no esta razón los mapas meteorológicos, rápi-
como tema sino como enzima. Porque dos y lábiles, o los lentos y pacientes que nos
los tiempos no están para las síntesis y muestran las ciencias de la tierra profunda,
son muchas las zonas en la realidad co- con sus placas movedizas, líneas de fractura
tidiana que están aún por explorar, y en y puntos calientes, interesan hoy al filósofo
cuya exploración no podemos avanzar más que los antiguos mapas de carreteras.
sino a tientas, sin mapa o con sólo un Estamos ante una lógica cartográfica
mapa nocturno». que se vuelve fractal -en los mapas el
[Jesús Martín Barbero, en Mapas noc- mundo recupera la diversa singularidad
turnos. Diálogos con la obra de Jesús Mar- de los objetos: cordilleras, islas, selvas,
tín Barbero. Editoras: María Cristina océanos- y se expresa textual, o mejor
Laverde y Rossana Reguillo, Siglo del textilmente: en pliegues y des-pliegues,
Hombre Editores y Departamento de reveses, intertextos, intervalos. Es lo
Investigaciones de la Fundación Uni- que condensa para Serres la imagen de
versitaria Central, Bogotá, 1996.] Penélope tejiendo y destejiendo el mapa
de los viajes de su marido, mapa del mar
soñado y del real entre-tejidos en el
*** canto de Homero. [...]
[...] Empezaba a aceptar que allí, en la
«Mi hipótesis es que en América Latina ciudad de Cali, a unas pocas cuadras de
la imposición acelerada de esas tecnolo- donde yo vivía, habitaban indígenas de
gías ahonda el proceso de esquizofrenia otra cultura muy de veras otra, casi tanto
entre la máscara de modernización, que como las de los habitantes de las Islas
la presión de los intereses transnaciona- Trobriand. Y si lo que sucedía era esto
les realiza, y las posibilidades reales de último: ¿de qué y a quién servían mis
apropiación e identificación cultural. Se acuciosas lecturas ideológicas? A esas
informatizan o mueren, nos gritan las gentes no, desde luego, y no sólo por-
transnacionales y sus secuaces de aden- que estaban escritas en un idioma que
tro. Y una vez más, en nombre de otros no entenderían, sino sobre todo porque
dioses no menos interesados que los an- la película que ellos veían no se parecía
tiguos -el capital en crisis necesita vi- en nada a la que yo estaba viendo. Y en-
talmente descentralizar el consumo in- tonces, si todo mi pomposo trabajo des-
formático- nos vemos obligados a de-

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alienante y «concientizador» no le iba a cias sociales y de la comunicación de


servir a la gente del común ¿para quién acuerdo con una concepción peculiar
estaba yo trabajando? El escalofrío se
transformó en ruptura epistemológica:
de América Latina.
la necesidad de cambiar el lugar desde don-
de se formulan las preguntas. Y el despla- En este constante transitar se halla
zamiento metodológico indispensable, con múltiples obstáculos que logra
hecho a la vez de acercamiento etnográfico superar con esfuerzo, investigación e
y distanciamiento cultural, que permitiera imaginación cognitiva y vital. Pero,
al investigador ver-con la gente, y a la
lo que más dificulta su camino son los
gente contar lo visto. Eso fue lo que an-
dando los años nos permitió des-cubrir, fragmentos de sociedad, pensamiento
en la investigación sobre el uso social y conocimiento con los que se en-
de las telenovelas, que «de lo que cuentra. Todo lo cual significa una
hablan las telenovelas, y lo que le dicen a profunda crisis de valores, experien-
la gente, no es algo que esté de una vez cias y proyectos. Y así, en el ámbito
dicho ni en el texto de la telenovela ni
de esta desorientación es preciso
en las respuestas a las preguntas de una
encuesta. Se trata de un decir tejido de idear un mapa que indique la direc-
silencios: los que tejen la vida de la gen- ción valorativa. Aparece, entonces,
te que “no sabe hablar” -y menos escri- una metáfora cualitativa e importante
bir- y aquellos otros de que está entre- en medio de la crisis generalizada de
tejido el diálogo de la gente con lo que valores, que rompe las trazas y seña-
sucede en la pantalla. Pues la telenovela
habla menos desde su texto que desde el
les del proceso de cambio, de la ocul-
intertexto que forman sus lecturas. En po- tación de la luz. Y en ese ir y venir de
cas palabras nuestro hallazgo fue éste: las tinieblas al alumbramiento acon-
la mayoría de la gente goza mucho más la tece la claridad intelectual y comuni-
telenovela cuando la cuenta que cuando la cativa. Descubre una original aporta-
ve. Pues se empieza contando lo que pa- ción de América Latina: una nueva
só en la telenovela, pero muy pronto lo
que pasó en el capítulo narrado se mez-
teoría de la comunicación y el proce-
cla con lo que le pasa a la gente en su vida, so de liberación como concientiza-
y tan inextricablemente que la telenove- ción. Y de este modo, alcanza a lle-
la acaba siendo el pre-texto para que la gar, desde la comunicación y los
gente nos cuente su vida». estudios culturales, al nacimiento de
[Jesús Martín Barbero, Oficio de cartó- una nueva sociedad y a otra sensibili-
grafo. Travesías latinoamericanas de la
dad cualitativa y diferente.
comunicación y la cultura, FCE, México,
2003, pp. 178, 11-12,29-30.]
En esta situación es lógico imaginar
*** y preguntar por un plano, para, preci-
samente, saber dónde estamos en la
Jesús Martín Barbero nos ofrece, en creación de nuestro pensar y decidir.
su texto, una gran experiencia de Gracias al plano, pues, nos hemos
travesía, aventura y encuentros con podido encontrar y descubrir en un
la novedad de una evolución personal nuevo mundo. De hecho, todo está en
permanente a través del tiempo y de un gigantesco proceso de cambio. Hoy,
su historia. Viaja desde la filosofía -de sólo nos es posible caminar con un
sus temas y autores- hasta las cien- mapa que nos muestre estos procesos

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de innovación y transformación cons- más allá de los límites jurídicos y


tantes. Entonces, ¿cómo hallar nues- políticos actuales. Entiende que la
tras referencias en un mundo global? imagen de los proyectos humanos se
¿Cómo habitamos el espacio? De este rige más bien por la ley del azar que
modo es como el Atlas tiene capaci- por la unicidad segura de su propósi-
dad para proyectar el viejo y nuevo to. Y así la realidad que se corres-
mundo en estado de nascencia. ponde con la naturaleza de la produc-
ción histórica del ser humano, viene a
Desde aquí podemos entender que la seguir una lógica fractal, textil, más
obra y el pensamiento de Jesús Mar- propia de quien espera a alguien en
tín Barbero son de una enorme den- peligro. Todo esto concierta con el
sidad, capacidad de innovación y sutil modo de nuestra experiencia, la cual
originalidad comunicativa. Todo ello siempre limita con lo ambiguo y la
escondido en sus mapas nocturnos, posibilidad de una bifurcación impre-
para indagar la dominación y las vista. El azar, pues, es la imagen
formas sociales del trabajo y de sus precisa de nuestra creatividad. Una
modos de producción. En definitiva, jugada de dados jamás abolirá el azar,
un mapa para el reconocimiento de las dice el poeta Mallarmé.
brechas y para asumir los márgenes
como enzimas, que únicamente pue- En el siguiente texto inicial describe
den ser explicados con unos mapas el autor su giro epistémico y metodo-
nocturnos. En este caso, la luz de la lógico. Se enfrenta de forma muy
inteligencia y el corazón borran las comprensiva con el misterio siempre
tinieblas. Ya en su obra -Oficio de presente de la diversidad étnica y
cartógrafo- formula su hipótesis inno- cultural, de la otredad radical y dife-
vadora y positiva de una manera muy rente. Se hace una pregunta que le
original acerca de la función creativa abre nuevos horizontes de saber y
y singular de Latinoamérica. Dice: experimentar la vida con los otros.
América Latina, frente a la irrupción De este modo se cuestiona: ¿desde
mercantil de los productos informáti- dónde leemos, investigamos, imagi-
cos, no ha de permitir que de nuevo namos, pensamos o comprendemos?
la civilicen o modernicen sino que ha Su respuesta le lleva nada menos que
de poner en marcha su peculiar capa- a la necesidad de «cambiar el lugar
cidad para producir cultura, simula- desde donde se formulan las preguntas».
ción/conocimiento, y romper así con Lo que significa «ver con la gente» y a
la esquizofrenia mercantil de un ellos les permite, a su vez, «contar lo
continente meramente consumidor visto». Todo lo cual le facilita el en-
de productos». tendimiento popular de las telenove-
las. En las cuales se puede compren-
Con todo, Martín Barbero alcanza a der la pluralidad cultural, lingüística,
ver y a descubrir en la cartografía la imaginativa del continente america-
posibilidad no sólo de unir sino tam- no, su diversidad y diferencia, pero
bién de romper fronteras y establecer también su riqueza popular. Descu-
nuevas relaciones y entrelazamientos bre que la principal experiencia de

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lectura que la gente encuentra en las culturales y los movimientos socia-


telenovelas es «el intertexto que forman les». Lo cual le sirve para descubrir
sus lecturas», esto es, en las narracio- la presencia de Paulo Freire en la
nes televisivas la población halla lo textura dialógica de la comunicación
que «le pasa a la gente en su vida». Se y la de Paul Ricoeur en el espesor
encuentra con la pluralidad de ver- simbólico de la mediación. Todo ello
siones de su entorno social y cultural. le ofrece otra dimensión a su manera
de entender la opresión que condensa
Este breve recorrido por los textos de la siguiente forma: «la dominación
iniciales nos ha mostrado un mínimo como proceso de comunicación». Se le
apunte de la tensión y densidad del aparece ya entonces el concepto de
pensamiento que configura la obra opresión interiorizada. Y se pregunta,
investigativa y docente del profesor casi con ingenuidad: ¿qué puede signi-
Jesús Martín Barbero. ficar este concepto en las sociedades
latinoamericanas? Se atreve -en esta
1. Biografía intelectual y argumen- extraordinaria aventura del pensa-
to de sus temas de investigación miento- a formular las implicaciones
que el oprimido tiene con el opresor.
El autor nos aporta, para este núme- Señala con claridad crítica sus compli-
ro de la Revista Anthropos, un esplén- cidades y sentido. Bajo este aspecto, en
dido documento evolutivo de su bio- su concepto, «comprender la comuni-
grafía intelectual y del proceso de cación implicaría entonces meter en
creación histórica de sus ideas e hipó- la investigación no sólo las tretas del
tesis. Titula el artículo, muy sintética dominador; sino también todo aquello
y abarcadoramente, De la experiencia que en el dominado trabaja a favor del
al relato, cuyo eje principal se refiere a dominador».
dos áreas fundamentales de su inves-
tigación: cartografías culturales y co- Jesús Martín Barbero inscribe en su
municativas. tesis la siguiente propuesta: «pensar
el acontecimiento como praxis exige
Sus campos de investigación, tal ir más allá de las formas para entrever
como aquí ya nos lo anuncia, van a las mediaciones que religan la palabra
ser la cultura, la comunicación y su a la acción y constituyen las claves
sentido y originalidad en el contexto del proceso de liberación». Esta cita
de América Latina. Y todo ello desde de su tesis doctoral le abre el camino
la visión amplia que le aportan el para descubrir a Paulo Freire quien
conjunto de las ciencias sociales y las logra transformar «la mirada feno-
corrientes filosóficas. menológica en una pragmática».
Asume de este modo la capacidad
Podemos observar cómo entiende las «preformativa del lenguaje» e incor-
ciencias sociales en tanto mediaciones, pora su análisis a un programa de
esto es, las densas y secretas co- acción pedagógica de la libertad y de
nexiones existentes «de los procesos la liberación. Al recuperar el valor de
de comunicación con las dinámicas la propia palabra puede nombrar el

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mundo de su entorno vital, lo cual le posible la generación de nuevos sen-


hace afirmar: «la palabra explicita la tidos desde los que reinventar el
conciencia que viene de la acción y hecha presente e instaurar el futuro». Ese
pregunta horada el espesor macizo de la es pues un lenguaje «capaz de nom-
situación, rompe el embrujo de la pasivi- brar el mundo». Lo cual hizo apare-
dad frente a la opresión. Si la palabra cer «la primera teoría latinoamerica-
sola es impotente, la acción sola es estéril, na de comunicación». La vinculación
la imagen del futuro se engendra entre ideativa de Freire con Gramsci le
las dos; la palabra dibuja la utopía que enseñó «a pensar la comunicación, a
las manos construyen y el pedazo de la vez como proceso social y como
tierra liberada hace verdad al poema». campo de batalla cultural». Desde
aquí se ve como muy importante su
En este sentido, es muy importante análisis de la «opresión interiorizada».
explicitar que no se ha de confundir Y, por consiguiente, «la pedagogía se
la comunicación con los medios, ni la convierte así en praxis cultural, puesto
educación con sus métodos y técnicas. Y que la cultura es invención de formas
así, nos recuerda que hemos olvidado y figuras, sonidos y colores que, en el
que «la primera aportación innova- mismo movimiento en el que expre-
dora desde Latinoamérica a la teoría san la realidad, la reinventan». Y de
de la comunicación se produjo en y esta manera, también la pedagogía se
desde el campo de la educación: en la transforma en política «puesto que el
pedagogía libertaria de Paulo Freire. acceso a la expresión y a la creación
Aquella que, partiendo del análisis cultural es experimentado por los
del proceso de vaciamiento de sentido alfabetizados como un proceso de lucha
que sufre el lenguaje en las normali- por hacerse reconocer en cuanto actores
zadas técnicas de la alfabetización, del proceso social. Si la libertad es
traza un proyecto de práctica que indivisible, la conquista de la palabra
posibilite el develamiento de su pro- se inscribe en la lucha por la libera-
pio proceso de inserción en, y apro- ción de todo lo que oprime. Así ad-
piación de, el tejido social, y por quiere su pleno significado la divisa
tanto de su recreación». Y así es que Freire le dio a su aventura: la
como puede alcanzar una tesis su- educación como práctica de la libertad. Y
mamente importante y crítica: «es de una educación para el desarrollo
sólo luchando contra su propia iner- desarrollista, formadora de cuadros
cia como el lenguaje puede construir- altamente técnicos e ideológicamente
se en palabra de un sujeto, esto es, neutros, oportunista canal de ascenso
hacerse preguntas que instauran el social, Freire propondrá pasar a una
espacio de la comunicación». educación para la liberación que va a
la raíz, a la conciencia sumisa. De una
Freire llama a estas palabras genera- educación idealista por estar cons-
doras porque «a la vez que se acti- truida de palabras huecas, de nostal-
va/despliega el espesor de significa- gias y voluntarismo estériles, se pasa
ciones sedimentadas en ella por la a una educación-praxis, dialectizadora
comunidad de los hablantes, se hace de la palabra y la acción en la que la

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palabra surge al ritmo del esfuerzo intelectual es el que se refiere a su


constructor de la propia realidad y la afirmación de que el proyecto de
acción revierte posibilitando una liberación y concientización de Paulo
palabra inédita, creadora. Son estos, Freire constituye «uno de los prime-
pues, algunos rasgos y temas que ros proyectos culturales... capaz de
configuran su aventura y trabajo interpelar desde América Latina a
intelectual. intelectuales de todo el mundo». Y
esto es lo que Martín Barbero formu-
En el fondo, en todo este proceso, se la como «la primera teoría latinoameri-
halla presente una experiencia abra- cana de comunicación».
hámica que asume la orden de salir
de su tierra, lo cual le conduce de un La vinculación Freire-Gramsci fue
lugar a otro hasta alcanzar la tierra muy oportuna para pensar la comu-
prometida. Ello facilita y desarrolla nicación. En su tesis doctoral, se
la capacidad de percibir lo diferente, formulan tres ideas-eje que le sirven
en una palabra «desterritorializacio- posteriormente para una elaboración
nes tanto corporales como mentales». de un pensamiento más amplio sobre
Lo cual no se constituye en etapas la naturaleza de la comunicación. Son
existenciales, sino más bien «en dis- los siguientes conceptos:
locaciones y relocalizaciones de la
experiencia y del lugar desde donde • La objetivación «o el nivel de las
uno piensa». Lugar y tiempo adquie- estructuras... en que el lenguaje arti-
ren así una enorme potencia de cam- cula el sentido de la acción».
bio y ruptura. Por lo mismo, no son
los temas de investigación los que le • La comunicación o el nivel de las
empujan a asumir esa experiencia de mediaciones: «el lenguaje y la acción
caminante y aventurero, sino América en cuanto a modos de estar en el
Latina. Ella le ofrece su manera de mundo y de interacción entre los
hablar y forja «su estilo de pensar». hombres».
Fueron los saberes filosóficos y an-
tropológicos los que le dieron paso a • La autoimplicación o el nivel de los
los estudios de la comunicación. Y de sujetos. «La acción y la palabra en
este modo logró unir su inquietud cuanto a espacios entrelazados de los
intelectual y filosófica con los pro- que emerge la experiencia originaria
blemas y temas de las ciencias socia- del hombre, su constitución en actor
les, descubrir la naturaleza de las y en autor».
mediaciones. Y también así formula
como un primer hecho su idea de que Lo fundamental de su tesis inicial-
la dominación es un proceso de comuni- mente es el descubrimiento y análisis
cación. Este concepto lo analiza am- que hace acerca de la «opresión inte-
pliamente y matiza en todo su texto. riorizada». De este modo, vemos
como Freire principia su trabajo de
Otro de los hechos trascendentales lectura y alfabetización por «la inves-
de su investigación y de su proceso

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tigación/construcción del universo las ciencias sociales y del análisis


lingüístico de base del educando»... cultural. Todo ello cosa muy polémi-
ca, lo que le supone la tarea de traba-
Esta nueva pedagogía plantea como jar creativamente y, como consecuen-
un asunto clave «el enraizamiento de cia, se propone estudiar y valorar
las palabras en el mundo de la vida», «culturalmente la multiplicidad de
de donde surgen las palabras genera- los modos y formas de comunicación
doras. Y así las palabras que saben de la gente». Y de este modo se pre-
«del universo existencial del hombre, ocupa por investigar lo que ésta hace.
vuelven a él transformadas en su En definitiva, lo que quiere el autor,
modo de acción sobre el mundo». El es «pensar la comunicación desde la
lenguaje, entonces, pasa a significar cultura y las mediaciones».
el «hacerse del hombre». De este modo,
es como aprendiendo el hombre a Me parece igualmente importante
decir su palabra puede «desplegar la señalar el siguiente hecho: por una
trama misma del proceso histórico». parte, la singularidad de América
La pedagogía se hace así praxis y Latina en cuanto a su visión de la
política. Y se puede entender la edu- cultura, la comunicación y su manera
cación como el aprendizaje de una de entender el proceso de liberación.
práctica de libertad, una palabra inédi- Por otra, la extraordinaria importan-
ta y creadora. cia que en el autor tiene la cultura
popular. Creo, entonces, interesante
El pensamiento de P. Ricoeur le destacar su afirmación de la siguiente
aporta su relación con la memoria, la idea cuando dice: «los anarquistas
historia y el olvido. Y así puede for- fueron la única izquierda que enten-
mular en una síntesis magnifica lo dió la cultura popular y supo apoyar-
siguiente: «todo comunicar exige alteri- se en el saber y en las creencias popu-
dad». De esta forma viene a entender lares, para generar conciencia revolu-
la comunicación como «separación y cionaria».
puente: mediación».
Ello le lleva a estudiar la comunicación y
Indudablemente que el símbolo por sus procesos como una realidad trans-
excelencia es la mediación y su fun- disciplinar y multidimensional. De
ción fundamental es dar que pensar. este modo, vendrían a nombrar ahora
La textura dialógica del símbolo a la comunicación «los nuevos proce-
remite a la constitución de la subjeti- sos de producción y circulación de la
vidad: «el yo emerge en la reciproci- cultura», la cual se comportaría como
dad de la interlocución». Por lo que unas «nuevas formas de sensibili-
«dialogar es arriesgar una palabra al dad». Pero igualmente, la comunica-
encuentro... de otra palabra, de la res- ción diría relación a «la mutación
puesta de otro». Lo cual le permite tecnológica». Lo que nos permitiría
introducir los estudios de la comuni- situar en un lenguaje común los da-
cación en el ámbito académico. E tos, textos, sonidos, imágenes y vi-
igualmente reabrirlos en el área de deos. De igual manera, es posible

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pensar desde aquí en el concepto de secretas y enconadas violencias». La


una nueva ciudadanía y en un ámbito gente sólo cambia un sistema de
público diferente. En consecuencia, el valores de una forma muy lenta.
autor, nos invita a pensar cómo la Vivimos, pues, una crisis ética tanto
tecnología digital ha pasado de ser un en «los mapas ideológicos» como en
mero instrumento «a convertirse en «los cognitivos». Todo ello nos impi-
razón, en una dimensión constitutiva de entender el sentido de las «trans-
de nuestras culturas y de nuestras formaciones que vivimos» y, a su vez,
sociedades»..., en un tiempo en que la nos dificulta «las maneras de estar
política vive un proceso totalmente juntos».
inverso. De igual modo observa co-
mo, en el tránsito de un público del No cabe duda que entonces la globa-
cine a la televisión, hay «una decisiva lización pueda ser percibida simultá-
transformación». Por lo cual el profe- neamente como perversidad y posibili-
sor Martín Barbero se expresa de la dad, «una paradoja» que paraliza
siguiente forma: «la pluralidad social «tanto el pensamiento como la ac-
sometida a la lógica de la desagrega- ción». Pero, la globalización igual-
ción radicaliza la experiencia de la mente nos ofrece también una amplia
abstracción políticamente no repre- gama de cambios y, sobre todo, la
sentable. La fragmentación de la posibilidad de «una nueva narrativa
ciudadanía es entonces tomada a histórica», que pasa por «una mutación
cargo por el mercado que... se ofrece política», debido a la cual ésta debe
a la política como su mediador». ejercer una función de desafío. Todo
ello nos lleva a «pensar la política
Consideramos que uno de los aparta- radicalmente como cultura, la cultura
dos más significativos de su biografía política»... Con todo, siempre cabe
intelectual es el que se refiere al cam- una pregunta: ¿puede la política, en
bio de siglo: transformaciones de fondo tanto aspecto parcial de la vida social,
en la teoría y la investigación. Creemos representar a la sociedad en su con-
que percibe perfectamente la trayec- junto? Esto ha conducido a un cierto
toria de la sutil novedad de la dimen- desencanto de la política, a una pér-
sión cognitiva que todo esto significa dida de fe en la misma. «Pérdida de fe
y continúa afirmando, entre otras en el Estado, que de aglutinante de la
cosas, una tesis muy clarificadora: colectividad pasa a ser reducido a su
«en América Latina la experiencia función administrativa perdiendo en
sociopolítica tardomoderna, se halla gran medida su dimensión simbólica.
atravesada por un peculiar y profun- Y pérdida de fe en el progreso que se
do malestar. La desmitificación de las traduce en el elogio del presente, y
tradiciones y las costumbres desde por tanto, de la incapacidad de pro-
las que, hasta hace bien poco, nues- yecto con horizonte de futuro». Sin
tras sociedades elaboraban sus con- una visión de futuro, lógicamente, es
textos de confianza desmorona la ética imposible pensar en cambios de valo-
y desdibuja el hábitat cultural. Ahí res, o en la superación de una crisis
arraigan algunas de nuestras más ética.

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culturas populares; el oficio de cartó-


De todas maneras el autor se sigue grafo; las matrices culturales; la co-
sintiendo en una triple encrucijada municación con las culturas popula-
«de la comunicación, la cultura y la res a través de la telenovela; las me-
política». Su apuesta intelectual opta diaciones y la fuerza del simbolismo.
hoy por «repensar las relaciones
entre comunicación y política», evi- Agradecemos al profesor Jesús Mar-
dentemente mediado siempre por los tín Barbero el intenso trabajo de
estudios culturales. elaboración de este número de la
Revista Anthropos en el que nos ofrece
Jesús Martín Barbero ha elaborado una idea muy exacta de su escritura,
un excelente documento en el que investigación y docencia. Nos deja
podemos seguir con exactitud el rico muy claro el argumento de que el
proceso de su aventura intelectual y oficio del cartógrafo que lleva a cabo
el sentido que para él simboliza esa se verifica en las travesías latinoame-
entidad que llamamos América Lati- ricanas de la comunicación y la cultu-
na. ra.

Otros aspectos que configuran su 2. Agenda actual de investigación


biografía intelectual serían su capaci- en comunicación y cultura
dad, muy sutil, para entrever medios
y mediaciones, la presencia del inte- Me parece importante que antes de
lectual en la comunicación y en la iniciar el análisis del contenido de la
nueva agenda universitaria, así como agenda de investigación en comuni-
su idea de los estudios culturales en cación, veamos cuáles son los oficios
América Latina. Bajo este aspecto es de un cartógrafo en los países del sur.
muy importante, complementaria- Señala el autor dos que pueden abrir
mente, conocer qué temas destacan una inquietud intelectual. Por una
otros investigadores acerca de su parte, el diseño de mapas de las tie-
obra. Entre los más significativos rras descubiertas y, por otro, cartas de
señalamos la inteligencia del tránsito. mar para poder navegar. Pero desde el
Pienso que este asunto constituye aspecto intelectual emerge la figura
para él un acontecimiento muy singu- del lector que apuesta por «una lec-
lar y radical que cualifica su proceso tura-trabajo de reconocimiento cul-
de docencia e investigación. Otros de tural», aunque todavía en «investiga-
los temas también sumamente perti- ción social» la mirada cognitiva se
nentes, son los que se refieren a la dirige más bien hacia el norte con el
idea del conocimiento, la epistemolo- olvido de la propia producción de
gía, la educación, la metodología, sus conocimientos. Jesús Martín Barbero
travesías por la afectividad, la memo- lo formula con absoluta claridad en el
ria, el sentido y la trama de las me- siguiente texto:
diaciones. Otros señalan perspectivas
muy interesantes de su pensamiento: «En los países del sur el oficio de cartó-
pensar desde donde se habla; las grafo se desdobla: además de mapas que

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dibujan la tierra descubierta, se necesi- llas que nos atemorizan y las esperanzas
tan cartas de mar, o sea, de navegación que nos mantienen vivos. Como si en la
por mundos aún ignotos. En el campo ciudad se dieran cita en esta hora las
intelectual... esa tarea halla una de sus mutaciones más de fondo, y fuera de ahí
figuras claves en el oficio de lector, el de desde donde nos fuera dado comprender
un lector que, sin menospreciar el pla- el/los sentido/s de las transformaciones
cer de la lectura, apuesta hacia una lec- que atraviesan la sociedad y el hombre
tura-trabajo de reconocimiento cultural. mismo. [...]
Pues resulta que la investigación social Heterogeneidad simbólica e inabarcabi-
padece aún, en nuestros sureños países, lidad de la ciudad cuya expresión más
de un fortísimo tropismo que la tuerce a cierta está en los cambios que atravie-
mirar hacia el norte impidiéndola verse san los modos de experimentar la per-
en lo que por aquí se investiga y se es- tenencia al territorio y las formas de vi-
cribe. Claro que ese tropismo tiene un vir la identidad. Cambios que se hallan,
gran aliado en la difícil, tortuosa y mi- si no determinados, al menos fuerte-
noritaria articulación de lo escrito - mente asociados a las transformaciones
libros y revistas- en y entre nuestros tecnoperceptivas de la comunicación, al
países. De manera que en gran medida movimiento de desterritorialización e
la forma como se conoce y difunde internalización de los mundos simbóli-
nuestra producción escrita es por circu- cos y al desplazamiento de fronteras en-
lación oral: ya sea intercambiando tex- tre tradiciones y modernidad, entre lo
tos en los pasillos de congresos y semi- local y lo global, entre cultura letrada y
narios o mediante esa otra oralidad que cultura audiovisual. En la investigación
conservan las cartas que acompañan el sobre esos nuevos modos de estar juntos
envío personal de libros que hacen los aparecen en primer plano las transfor-
propios autores». maciones de la sensibilidad que produ-
[Jesús Martín Barbero, Oficio de cartó- cen los acelerados procesos de moderni-
grafo, op. cit., p. 382.] zación urbana y los escenarios de co-
municación que, en sus fragmentaciones
En este sentido es muy meritoria su y flujos, conexiones y redes, construye
la ciudad virtual. [...]
labor en cuanto ha constituido una de El historiador José Luis Romero fue el
sus tareas fundamentales como es la primero en pensar la modernización de
de «reconocer y alentar nuevas voces». Y las ciudades latinoamericanas en su es-
de una vez, empujar «la apertura de pecificidad antropológica, los cambios
brechas» por las que han surgido las en los modos de estar y sentirse juntos, la
nuevas creaciones. desarticulación de las formas tradicio-
nales de cohesión y la modificación es-
tructural de las formas de sociabilidad:
De todas formas, la ciudad se ha hubo una especie de explosión de gente, en la
convertido esencialmente en un ar- que no se podía medir cuánto era mayor el
gumento de comunicabilidad plural, número y cuánta era mayor la decisión para
cosa que queda muy resaltada en sus conseguir que se contara con ellos y se los
textos. Únicamente vamos a indicar oyera. [...]
En Colombia los procesos de urbaniza-
algunas referencias cuya lectura se va ción revisten de entrada dos peculiari-
a centrar en los imaginarios urbanos. dades notorias: antes que a la moderni-
zación industrial, política o cultural,
«Pocos temas ocupan un lugar tan deci- aparecen ligados a la violencia de fines
sivo en el debate cultural de este fin de de los años cuarenta a mediados de los
siglo como el de la ciudad: como si en sesenta que llevó a millones de campe-
ella se concentraran a la vez las pesadi- sinos a abandonar sus tierras invadiendo

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las ciudades, obligándolas a reorgani- colectiva en su territorio. Jesús Mar-


zarse de modo compulsivo, esto es, sin tín Barbero lo dice con absoluta cla-
el largo de tiempo y el mínimo de plani-
ficación que esa reorganización reque-
ridad y análisis:
ría. La segunda peculiaridad reside en
que el éxodo rural no se volcó sobre «Cotidianamente las gentes experimen-
unas pocas grandes ciudades -Bogotá, tan la expropiación de su ciudad en la
Cali, Medellín-, como ha sucedido con destrucción de sus señas, la expoliación
las migraciones en la mayoría de Amé- de su memoria, la reconversión de lo
rica Latina, sino que afectó también a público en privado y la transformación
una multiplicidad de ciudades interme- de la comunicación en flujos de tráfico.
dias, como Bucaramanga, Pereira o Este libro explora esa experiencia pero
Neiva». desde su revés: desde los imaginarios
[Ibídem, pp. 273, 276-279.] con los que las gentes construyen y re-
apropian la ciudad. Una ciudad que así
mirada nos descubre las diversas ciuda-
Y, así, vemos que la ciudad es objeto des que la conforman: no sólo las que
de un amplio análisis y debate. Lo demarcan las topografías de los planifi-
cual ha dado lugar a una intensa cadores y urbanizadores, sino aquellas
transformación de la experiencia otras que produce/revela la topología
urbana. Pero ésta se ha dado como simbólica y sus territorios imaginarios.
Se trata de una ciudad desconocida por-
crecimiento «de una experiencia que es la ciudad vivida, pero también
temporal urbana». Es muy importan- porque los estudios urbanos en Colom-
te, bajo este aspecto, resaltar los bia siguen mayoritariamente anclados
cambios más significativos «en los en una tan disciplinada segmentación de
modos de estar y sentirse juntos». las disciplinas y de sus territorios… que
Una forma extraordinaria de percibir hace imposible abordar ese extraño ob-
jeto, opaco y polimorfo, que es la ciu-
todos estos matices es precisamente dad. [...]
lo que quieren significar los imagina- Indagar la presencia de las marcas sim-
rios urbanos. Ello se puede observar bólicas en la experiencia colectiva re-
en ese empujar la apertura de brechas de querirá de una doble estrategia para ac-
una comunidad desapercibida. Y esto ceder a los símbolos de pertenencia que
los ciudadanos tienen de y hacen con su
supondría «ir más allá del balance ciudad: evocar y usar. Evocar la ciudad
bibliográfico de líneas, de corrientes en sus acontecimientos, sus personajes
y de temas para empezar a pensar la y sus mitos, en los lugares, olores y co-
investigación de comunicación como lores que la identifican y segmentan, en
campo y comunidad». las fabulaciones... que los narran. Usar
la ciudad: los recorridos y rutas que te-
jen los reconocimientos, los lugares de
Ahora bien en esta situación las gen- cita, de encuentro y de juego, las fronte-
tes más bien tienden a sentir la expo- ras y ejes que dividen, ordenan y exclu-
liación de su memoria cultural y de yen».
su identidad. Lo que supone que [Ibídem, pp. 415-417.]
explore con mayor intensidad y rigor
cómo las gentes se apropian de la Otro aspecto muy interesante es lo
ciudad en dicha circunstancia. Ello que el autor formula como agenda de
les lleva a percibir una radical plura- investigación en comunicación. Hoy,
lidad y diversidad como expresión ya sólo es posible un programa de

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investigación en comunicación si se en disputa, por fuera de la instrumenta-


tiene en cuenta «la dimensión social» lización política de los imaginarios del
miedo… y de esa otra tensión entre la
y se traza «una nueva agenda teóri-
levedad de la telépolis, la ciudad de los
co-metodológica» en la que nos po- circuitos y redes informáticas, y el espe-
demos referir a los siguientes temas: sor de la sociópolis, la ciudad a la que dan
vida, cuerpo y forma, los cientos de pe-
• La reconfiguración antropológica queñas agrupaciones ciudadanas que,
de los usos del espacio. activando sus precarias pero eficientes
redes de comunicación, hacen contrape-
so a las pesadas burocracias estatales y
• La reorganización política de los su ejercicio excluyente del poder.
discursos sociales. • La densificación cotidiana de la comu-
nicabilidad mediática... operando en
• La densificación cotidiana de la cuanto conjunto de dispositivos de visi-
comunicabilidad mediática. bilización de ciertos temas-problemas...
e invisibilización de otros, pero también
en cuanto ágora contemporánea de de-
• El desenmascaramiento simbólico bate colectivo, y en cuanto mecanismo
de la política. reductor de la complejidad de lo social,
pero también en cuanto dispositivo di-
El autor nos lo dice de la siguiente namizador de la acción y la gestión co-
forma: lectiva.
• El desencantamiento simbólico de la
política alimentando el re-encantamiento
«[...] es desde esa recuperación de la de las religiosidades salvíficas tanto para
dimensión social, y ese desplazamiento el otro mundo como para éste, la explo-
de las preguntas, que hoy es posible sión de ofertas de salvación rentabilizando
trazar una nueva agenda teórico- la obsesión con, y la proliferación de, las
metodológica de investigación de la narrativas del miedo y la incertidumbre, a
comunicación en la que quepan: la vez que legitiman la estigmatización
• La reconfiguración antropológica de social y moral de los pobres, los indíge-
los usos del espacio a partir del evidente nas, los jóvenes, los homosexuales,
repliegue de la ciudadanía hacia lo pri- etc.».
vado como resultado de la transforma- [Ibídem, pp. 452-454.]
ción del espacio público... en el espacio
instrumental, de mera circulación o co-
nexión. Otro de los temas que analiza el
• La reorganización política de los dis- autor es el que se refiere a comunica-
cursos sociales a partir, por un lado, de ción y lenguaje y entra en el debate
la proliferación de los discursos totali- «sobre la constitución científica y
tarios e intolerantes, centrados en la re-
académica» del campo de la comuni-
cuperación de lo perdido: la familia, los va-
lores religiosos, el nacionalismo y agencia- cación. Ésta podría retomar de la
dores de prácticas cotidianas de cerra- historia algunos elementos básicos:
miento del sentido y exclusión de la diversi- «la superación de la concepción de-
dad, y de otro la emergencia de discur- terminista, cuya base se halla en la
sos y prácticas horizontales que buscan creencia de la accesibilidad directa al
nuevos acuerdos intersubjetivos, la negocia- hecho en sí...». En ese caso la comu-
ción frente a la confrontación; la comuni-
cabilidad urbana se torna así incom-
nicación se ahorraría la mediación del
prensible por fuera de los proyectos… documento y, asimismo, la mediación

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de la enunciación. Y de este modo de que está hecho el discurso narrati-


pone «desde el primer momento las vo/interpretativo. Lo que sigue siendo
crucial para un discurso de la comunica-
cartas boca arriba y reinserta el obje- ción aún atrapado frecuentemente en el
tivo central del estudio de la comuni- idealismo de una objetividad de la in-
cación en el ámbito de las ciencias del formación, que no es sino pretensión de
lenguaje en tanto ellas forman parte un discurso sin sujeto. Que es la clave del
de las ciencias sociales». Otro aspecto segundo ingrediente: no es que entre
es la construcción que supone aque- los hechos históricos no haya relacio-
nes, sino que su construcción supone
llas opciones que están a cargo de los opciones que corren a cargo de los suje-
sujetos de la enunciación, «lo que tos de la enunciación, lo que plantea la
plantea la imposibilidad de una ver- imposibilidad de una verdad de la histo-
dad de la historia y la necesidad de ria y la necesidad de aceptar la multipli-
aceptar la multiplicidad de verdades cidad de verdades parciales de que está
parciales de que está hecha... Tampo- hecha. Multiplicidad que tiene no poco
que ver con la multidisciplinariedad de
co el discurso de la comunicación que está hecho el propio discurso histó-
puede escapar a esas intertextualida- rico -desde qué intertextualidad disci-
des disciplinarias...». De esta forma plinar se leen los hechos: ¿economía con
hay una profunda imbricación «entre antropología?, ¿sociología con semiótica
estética y comunicación que emergen y psicoanálisis? Tampoco el discurso de
de sus dimensiones prácticas: el co- la comunicación puede escapar a esas
intertextualidades disciplinarias, inten-
municador como mediador entre el tar ahorrárselas identificando la comu-
trabajo del historiador y del escri- nicación con UNA disciplina es reducir
tor». el campo a una parcela, que por más rica
que sea no podrá nunca dejar de ser un
«[...] la profesora Baccega elabora una empobrecimiento deformante y una
heterodoxa y original propuesta de usurpación... de las que en cierta forma
construir la especificidad del Discurso de se alimentan y viven los prestigios del
la Comunicación a partir de los discursos mundillo académico, y de las que muere
de la Historia y la Literatura. Frente a la justamente la investigación».
dependencia teórica que el campo de la [Ibídem, pp. 426-428.]
comunicación ha sufrido por relación a
los modelos propuestos desde el Norte, De todo ello se deduce que lo ideal en
bienvenida la osadía de romper la ruti- comunicación es poner en común tanto
naria hegemonía de los paradigmas teó- la producción de conocimiento como
ricos consagrados para replantear las
coordenadas que delimitan el campo. Y el sentido del proyecto de investiga-
ello no es un gesto voluntarista sino un ción. «El Grupo de Guadalajara está
serio ejercicio de desplazamiento con- logrando comunicar, poner en común,
ceptual. la producción de conocimiento y de
Del discurso de la historia el estudio de la sentido sin las que no hay investiga-
comunicación asumiría tres ingredien-
tes básicos: la superación de la concep-
ción, y es por eso que está emergien-
ción determinista cuya base se halla en do como una de las pocas comunida-
la creencia de la accesibilidad directa al des investigativas de Latinoamérica
«hecho en sí» ahorrándose tanto la me- en el campo de la comunicación».
diación del documento [...] como la
mediación que introduce la enunciación

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Por último queremos referirnos a un al hacer del espacio nacional un marco


texto que expresa el contexto en que se cada día más insuficiente para aprove-
charla o para defenderse de ella, al
enmarca toda la investigación -medios, mismo tiempo que refuerza y densifica
flujos y redes- que constituyen los la desigualdad del intercambio. Es a
nuevos escenarios de la comunicación. nombre de una integración globalizada
«A lo que nos aboca la hegemonía del que los gobiernos de nuestros países
paradigma informacional sobre la di- justifican los enormes costos sociales
námica de lo urbano es al descubri- que la apertura acarrea; esa moderniza-
ción tecnoeconómica que amenaza otra
miento de que la ciudad ya no es sólo vez con suplantar entre nosotros el
un espacio ocupado o construido, sino proyecto político-cultural de la moder-
también un espacio comunicacional que nidad... Hay un movimiento poderoso
conecta entre sí sus diversos territorios de integración... es el que pasa por las
y los conecta con el mundo». industrias culturales de los medios ma-
sivos y las tecnologías de información.
Pero a la vez son esas mismas indus-
Todo el proceso investigativo de la trias y tecnologías las que más fuerte-
comunicación en el contexto socio mente aceleran la integración de nues-
cultural y político de América Latina tros pueblos, la heterogénea diferencia
constituye uno de los argumentos de sus culturas, en la indiferencia del
más originales y, a su vez, una de las mercado.
La pregunta por el peso que las indus-
principales aportaciones intelectuales
trias del audiovisual están teniendo en
del profesor Jesús Martín Barbero. este proceso, ya que esas industrias jue-
gan en el terreno estratégico de las imá-
3. Breve selección de textos genes que de sí mismos se hacen estos pue-
blos y con las que se hacen reconocer de los
El tema de la integración latinoame- demás. Ahí están el cine y la televisión
indicándonos los contradictorios derro-
ricana reconoce el autor que hay que
teros que marca la globalización comu-
plantearla con gran fuerza e interés. nicacional».
Pero hemos de reconocer que existen [Ibídem, pp. 358-359.]
dos factores que empujan en ese
sentido: la economía globalizada y las Con todo, el autor reconoce que exis-
nuevas tecnologías. ten algunas dificultades prácticas que
impiden que pueda llevarse a cabo la
A Jesús Martín Barbero se le hace integración en su más amplio sentido.
una pregunta acerca de qué influjo
puedan ejercer en ese sentido las «La otra razón de fondo que está impi-
industrias audiovisuales. He aquí diendo integrar un mínimo las políticas
algún texto que muestra su pensa- sobre industrias culturales en los acuer-
dos subregionales de integración lati-
miento al respecto: noamericana, estriba en la esquizofrenia
entre una concepción fundamentalista
«La integración de los países latinoa- de la identidad nacional asociada a lo
mericanos pasa hoy ineludiblemente por étnico y lo patrimonial y el pragmatis-
su integración a una economía-mundo mo radical que rige la inserción de
regida por la más pura y dura lógica del nuestros países en los procesos de glo-
mercado. La revolución tecnológica balización económica y tecnológica.
plantea claras exigencias de integración

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Concentradas en preservar patrimonios ciedad y cultura de América Latina


y promover las artes de élite, las políti- debería comenzar por un replanteo
cas culturales de los Estados han des-
conocido por completo el papel decisivo
de los términos mismos en que se
de las industrias audiovisuales en la cul- enuncia el tema...». El autor quiere
tura cotidiana de las mayorías. Las referirse en su texto a un asunto: el
grandes industrias culturales, por el de las relaciones entre tecnología en
contrario, están logrando a través de los singular y culturas en plural, «ya que
medios masivos, penetrar la vida perso- es de la tecnología de donde proviene
nal y familiar organizando el tiempo li-
bre mediante la oferta a domicilio de en-
hoy uno de los más poderosos impul-
tretenimiento y del manejo estratégico sos hacia la homogeneización, y es
de la información... Las políticas públi- desde la diferencia y la pluralidad
cas están siendo en gran medida res- cultural como la uniformación tecno-
ponsables de la desigual segmentación lógica está siendo desenmascarada y
de los consumos y del empobrecimiento enfrentada... y efectuar un desplaza-
de la producción endógena. Y ello en
momentos en que la heterogeneidad y la miento que nos lleva de las tecnolo-
multiculturalidad no pueden ser más gías en sí mismas a sus modos de
vistas como un problema, sino como la acceso, de adquisición, de uso: des-
base de la renovación de la democracia. plazamiento de su incidencia en abs-
[...] tracto a los procesos de imposición y
Si del lado de los Estados la integración
cultural sufre de los obstáculos que aca-
dependencia, de dominación pero
bamos de enumerar existen otras diná- también de resistencia, de resemanti-
micas que movilizan hacia la integra- zación y rediseño...».
ción del escenario audiovisual latinoa-
mericano. En primer lugar el desarrollo Es, entonces, a partir de este pano-
de nuevos actores y formas de comunicación: rama como se nos hace comprensi-
las radioemisoras y televisoras regiona-
les... municipales y comunitarias o los
ble...
grupos de producción de video popu-
lar». «[...] el desafío que implica pensar las
[Ibídem, pp. 366, 367.] nuevas tecnologías de comunicación. Ellas
introducirían al cine en América Latina
la contemporaneidad entre el tiempo de
Lo que destaca el autor es cómo en su producción en los países ricos y el
América Latina en lugar de alcanzar tiempo de su consumo en nuestros paí-
una auténtica modernización, más ses pobres; por primera vez, las máqui-
bien se logra la imposición de una nas no nos llegan de segunda mano. Pero
simulación de una modernidad tecno- esa contemporaneidad está tapando la
lógica. Lleva a cabo el autor una no contemporaneidad entre tecnologías y
usos, entre objetos y prácticas... Se trata
crítica muy coherente en cuanto a la de la no-contemporaneidad entre los pro-
producción y uso de las nuevas tec- ductos culturales que se consumen y el
nologías. lugar, el espacio social y cultural, desde
el que esos productos son consumidos,
Veamos algunos textos que nos acla- mirados o leídos por las mayorías en
ran su pensamiento: «La investiga- América Latina. Miradas desde los paí-
ses que las diseñan y producen, esas
ción del impacto de las nuevas tecno- tecnologías representan la nueva etapa
logías de comunicación sobre la so- de un proceso continuo de aceleración de

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la modernidad que ahora realizaría un condensar el cambio de sentido de la


salto cualitativo del que ningún país modernización. En los años treinta
puede estar ausente so pena de muerte
económica y cultural».
modernización significa la adecuación
[Ibídem, pp. 177, 178.] de las economías de los países lati-
noamericanos a las exigencias del
Matiza el autor en su texto diferentes mercado mundial, adecuación que a
aspectos de este argumento. Desta- su vez se produce mediante la susti-
camos únicamente algunos de sus tución de importaciones sólo posible
temas. Dice: en base a la organización de merca-
dos nacionales».
«Y lo que más nos falta hoy, y sin lo
cual no habrá desarrollo, es precisamen- En conclusión las tecnologías ac-
te Tecnología. Y no cualquiera sino la tualmente, en su modo de funcionar
última, la más nueva, la que nos permite en la sociedad, las hemos de conside-
otra vez ahorramos el proceso y dar el
salto hacia la nueva etapa de la humani-
rar como innovaciones sociales y
dad. simultáneamente hemos de resaltar
La paradoja es fabulosa si no fuera san- su carácter de utilidad y carácter
grienta: en nombre de la memoria elec- social. Pero también la forma de
trónica nuestros pueblos deberán renun- utilización de la tecnología puede ser
ciar a tener y acrecentar su propia me- una manera de resistencia crítica y
moria pues en la dicotomía entre atraso
y modernidad la memoria popular pasa alternativa. Lo cual requiere que se
a significar aquello que no cuenta, pues destaque el significado de la tecnolo-
no es operativa, y por tanto no aprove- gía actual desde la cultura popular.
chable. Pero esa no operatividad de la
memoria colectiva está denunciando la «Desplazaremos entonces la mirada, o
violenta reducción desde la que opera la mejor el punto de vista, para interrogar
memoria informática. Mientras la lógica la tecnología desde ese lugar otro: el de
instrumental trabaja con información los modos de apropiación y uso de las
pura y linealidad acumulativa, la memo- clases populares. Porque lo popular en
ria cultural trabaja con acontecimientos América Latina se configura cada día
y experiencias, y por ello no acumula con más fuerza como el lugar desde el
sino que filtra, porque esta culturalmen- que se hace posible comprender históri-
te cargada: no es la memoria que pode- camente el sentido que adquieren los
mos usar sino aquella de la que estamos procesos culturales, tanto los que des-
hechos». bordan lo nacional por arriba desde el
[Ibídem, p. 184.] funcionamiento de los satélites a las
tecnologías de informatización, como
Por consiguiente, advertimos con los que lo desbordan por abajo desde la
absoluta claridad cómo entre tecno- multiplicidad de formas de resistencia
regionales, étnicas, locales, ligadas a la
logía y cultura hay una relación nece- existencia negada pero viva de la hete-
sitada de historia. Por lo cual en rogeneidad cultural. Lo que lo popular
América Latina «el proceso de mo- indica es el lugar de cruce de dos coor-
dernización estuvo ligado en sus co- denadas fundamentales en el aquí y el
mienzos a las transformaciones eco- ahora de América Latina: un aquí en el
que las culturas populares dejan de re-
nómico-políticas, pero desde los años mitir a un pasado mentirosamente idíli-
sesenta la transferencia tecnológica va a

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co y a una pasividad que estaría en su escuela podrá interactuar con las nuevas
esencia, para descubrir su dinámica, su formas de participación ciudadana que
creatividad y conflictividad; y un ahora el entorno informacional hoy abre. [...]
atravesado y desgarrado por la no con- La educación no puede estar de espaldas
temporaneidad entre productos y usos, a las transformaciones del mundo del
entre objetos y prácticas, pero una no trabajo, de los nuevos saberes que la
contemporaneidad que no es mero atra- producción moviliza, de las nuevas figu-
so sino la brecha abierta en la moderni- ras que recomponen aceleradamente el
dad por las culturas dominadas en su di- campo y el mercado de las profesiones. [...]
ferencia y en su resistencia». Una educación que remueve la cultura
[Ibídem, pp. 186-187.] política para que la sociedad no busque
salvadores, sino que genere socialidades
De todas formas el análisis de los para convivir, concertar, respetar las
ámbitos de mutua referencia entre reglas del juego ciudadano desde las del
tráfico hasta las del pago de impuestos...
tecnología y cultura requiere, al igual la educación debe desarrollar sujetos au-
que hace el autor en su libro, una tónomos ya que frente a una sociedad
mayor profundización y descubrir las que masifica estructuralmente, una so-
mutaciones culturales que pueden ciedad que tiende a homogeneizar in-
provenir de la presencia de dichas cluso cuando crea posibilidades de dife-
renciación, la posibilidad de ser ciuda-
tecnologías en la sociedad. Otro de
danos es directamente proporcional al
los aspectos no menos importante, es desarrollo de sujetos autónomos, es de-
lo que el autor llama los retos de la cir, de gente libre tanto interiormente
tecnicidad. Dice entre otras cosas: como en sus tomas de posición. Y libre
significa gente capaz de saber leer la
«La abismal distancia entre la actividad, publicidad y para qué sirve, y no dejarse
diversidad, curiosidad, actualidad, apertu- masajear el cerebro, gente que sea capaz
ras de fronteras que dinamizan hoy el de tomar distancia del arte de moda, de
mundo de la comunicación, y la pasivi- los libros de moda, gente que piense con
dad, uniformidad, redundancia, anacronía, su cabeza y no con las ideas que circu-
provincianismo que lastran desde dentro lan a su alrededor. [...]
el modelo y el proceso escolar. [...] La cuestión cultural emerge hoy como
Es a partir de la asunción de la tecnici- clave insoslayable de comprensión de
dad mediática como dimensión estratégica las involuciones que sufre el desarrollo
de la cultura que la escuela puede inser- en los países del antes llamado Tercer
tarse en los procesos de cambio que Mundo y de lo mentiroso de las pasivi-
atraviesa nuestra sociedad e interactuar dades atribuidas a las colectividades por
con los campos de experiencia en que hoy los salvadores de turno».
se procesan los cambios: desterritoriali- [Ibídem, pp. 342-343, 344, 345-346.]
zación/relocalización de las identidades,
hibridaciones de la ciencia y el arte, de Todo ello nos exige tener en cuenta
las literaturas escritas y las audiovisua- las relaciones existentes entre matri-
les; reorganización de los saberes y del ces culturales y mediaciones comuni-
mapa de los oficios desde los flujos re- cativas, ya que «los cambios en el
des por los que hoy se moviliza no sólo
la información sino el trabajo, el inter- ámbito de la tecnicidad y la identidad
cambio y la puesta en común de proyec- están reclamando imperiosamente
tos, de investigaciones científicas y ex- pensar las mediaciones comunicativas
perimentaciones estéticas. Sólo hacién- de la cultura, un nuevo mapa que dé
dose cargo de esas transformaciones la cuenta de la complejidad en las rela-

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ciones constitutivas de la comunica- ordenando el campo cultural ilustra-


ción en la cultura, pues, los medios do y legitimado, los más jóvenes
han pasado a constituir un espacio experimentan un profundo malestar
clave de condensación e intercepción en la cultura que radicaliza la expe-
de la producción y el consumo cultu- riencia de desanclaje que la moderni-
ral, al mismo tiempo que catalizan dad produce sobre las particularida-
hoy algunas de las más interesantes des de los hábitos, las mentalidades y
redes de poder...». las prácticas locales. Malestar que se
manifiesta en desazones y rabias, en
De todas formas, lo más importante discontinuidades y deslocalizaciones,
para el profesor Martín Barbero es pero también en nuevos modos de
pensar la sociedad desde la comuni- arraigo, en nuevas formas de juntarse
cación. Dice así: en la ciudad, y en el papel protagóni-
co que ahí ocupa la música: esa vie-
«[...] en el proceso de construcción y ja/nueva sonoridad del rock en que se
apropiación teórica del campo de la co- mezclan la confusión moral y las
municación en América Latina hubo un
tiempo en que la politización condujo a estéticas de lo desechable, las estri-
hacer gravitar el campo todo sobre la dencias, ruidos y ritmos de la expe-
cuestión de la ideología, convirtiéndola riencia cotidiana de la violencia, el
en el dispositivo totalizador de los dis- anonimato y la soledad».
cursos legítimos. En los últimos años
los estudios de comunicación experi-
Pero quizás el campo de expresión
mentan una tentación análoga al trans-
formar la relación comunicación/cultura más peculiarmente juvenil lo consti-
en otra forma de totalización. En la con- tuya el uso de las nuevas tecnologías
formación de esa tendencia están pe- de la información y la comunicación.
sando decisivamente las inercias ideoló- Su forma de expresarse y de cons-
gicas y las modas académicas. Se nos truir textos, de habitar las redes
hace difícil vivir sin las seguridades que
ofrecían los grandes paradigmas globa-
telemáticas y sus formas tan singula-
lizadores, y la tentación sigue siendo res de conexión. También en este
aún fuerte de disolver las tensiones punto Jesús Martín Barbero se mues-
enunciadas en los conceptos convirtien- tra especialmente lúcido. Dice así:
do en mero tema, neutro y aséptico, lo
que son conflictivas pistas de investiga- «El texto electrónico no se agota en el
ción y esfuerzos de conexión con las computador, él se despliega hoy en una
contradicciones sociales». multiplicidad de soportes, imágenes y
[Ibídem, pp. 209-210.] escrituras que, de la televisión al video
clip y del multimedia a los videojuegos,
Con todo, los jóvenes significan una hallan en nuestros países una compleja
profunda ruptura social que marca un y creciente complicidad entre oralidad y
extraordinario cambio de valores y visualidad, una complicidad que nada
tiene que ver con el analfabetismo. Pues
sentido. Generalmente la sociedad es en las nuevas generaciones donde esa
adulta experimenta un cierto males- complicidad opera más fuertemente, y
tar ante su propia cultura y compor- los jóvenes hoy saben leer, sólo que su
tamientos. Jesús Martín Barbero lo lectura ya no tiene al libro como eje y
expresa de la forma siguiente: «Des- centro de la cultura. Con lo que es la

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noción misma de lectura la que está en de la propia o de la que le han relata-


cuestión, la que al quedarse sin su viejo do. Y a su vez la convierte en expe-
centro estalla obligándonos a pensar el
riencia de los que escuchan su histo-
des-orden en la cultura que introducen
las escrituras electrónicas y la experien- ria».
cia audiovisual. Pues la visualidad elec-
trónica ha entrado a formar parte cons- La experiencia, en tanto un modo de
titutiva de la visualidad cultural, esa que sentir el vínculo con lo real y lo otro,
es a la vez entorno tecnológico y nuevo construye la memoria popular y sus
imaginario capaz de hablar culturalmen-
imaginarios masivos. Memoria que
te… de abrir nuevos espacios y tiempos para
una nueva era de lo sensible. Esa que em- siempre es presencia de relatos pasa-
pieza en la televisión y continúa en el dos, pero que dan sentido al aconte-
computador y el hipertexto multime- cer de hoy. Pero lo importante en el
dia». análisis de estos relatos es delimitar
[Ibídem, p. 341] el lugar desde los que los asumimos
como vehículos de expresión y senti-
La cultura popular, tal como analiza do. Bajo este aspecto sabemos que los
el profesor Martín Barbero amplia- relatos populares no pueden ser in-
mente en este texto, encuentra en la vestigados desde la literatura, sino
televisión, y muy particularmente en desde la cultura. De este modo, el
la telenovela, todo el sentido de su fundamento del relato está más cerca
vivir, narrar, imaginar y sentir. Aho- de la vida y surge la memoria del
ra es la figura del lector la que emer- grupo como una forma de decir:
ge como el nuevo sujeto histórico
vinculado al proceso de creación e «Es otro el fundamento popular del re-
invención social. Él es quien produce lato, mucho más cerca de la vida que del
nuevas formas de leer y entender la arte, o de un arte sí, pero transitivo, en
realidad en su conjunto evolutivo e continuidad con la vida. Y ello por pun-
ta y punta, ya que se trata del discurso
histórico. Se adueña de las nuevas que articula la memoria del grupo y en
formas culturales. el que se dicen las prácticas. Un modo
de decir que no sólo habla-de, sino que
Conclusión materializa unas maneras de hacer».
[Ibídem, pp. 152-153]
Uno de los temas más presentes en
todo el proceso investigativo y cam- El autor materializa todavía otros
biante del autor se refiere al estudio aspectos que nos parece sumamente
de las culturas populares y a sus interesante destacar. Dice:
dinámicas sensibles y vitales, esto es,
la narrativa popular y sus matrices «No letrada significa entonces una cul-
tura cuyos relatos no viven en, ni del li-
orales. bro, viven en la canción y en el refrán,
en las historias que se cuentan de boca
Un texto de Walter Benjamin nos en boca, en los cuentos y en los chistes,
ofrece el tono de esta preocupación en el albur y en los proverbios. De ma-
indagatoria. Dice así: «El narrador nera que incluso cuando esos relatos
toma lo que narra de la experiencia, son puestos por escrito no gozan nunca
del estatus social del libro. Las coplas

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de ciego, los pliegos de cordel, el folle- de género, un concepto éste que ac-
tín y la novela por entregas materiali- túa entre una antropología y sociolo-
zaban tanto en su forma de impresión,
como la de circulación y consumo, ese
gía de la cultura, esto es, «al funcio-
otro modo de existencia del relato po- namiento social de los relatos, funcio-
pular». namiento diferencial y diferenciador,
[Ibídem, p. 153.] cultural y socialmente discriminato-
rio. Y que atraviesa tanto las condi-
Y así vemos que narrar la experiencia ciones de producción como las de
es contar la cultura del pueblo, una consumo». En virtud de lo cual «los
expresividad material, diferente de géneros son un dispositivo por exce-
contenido y forma. Por consiguiente, lencia de lo popular ya que no son
se trata siempre de una narración no sólo modos de escritura, sino también
letrada. de lectura: un lugar desde el que se
lee y se mira, se descifra y comprende
Las clases populares no suelen fre- el sentido de un relato. Por ahí pasa
cuentar los centros de poder políticos una demarcación cultural importante,
o estéticos referidos al tema de la porque mientras el discurso culto
cultura y la lectura. De este modo es estalla los géneros, es en el popular-
como observamos perfectamente que masivo donde éstos siguen viviendo y
«la cultura popular sigue siendo la de cumpliendo su rol: articular la coti-
aquellos que apenas saben leer, que dianidad con los arquetipos. Decir
leen muy poco y que no saben escri- relatos de género es estarse plan-
bir». En ellos, pues, «persiste la cul- teando como objeto preciso de estu-
tura oral en cuanto dispositivos de dio la pluridimensionalidad de los
enunciación de lo popular»... Lo cual dispositivos, esto es, las mediaciones
afecta tanto a los modos de narrar materiales y expresivas a través de
como a los de leer. Es así como des- las cuales los procesos de reconoci-
cubrimos en la cultura popular otra miento se insertan en los de produc-
forma totalmente diferente de narrar. ción inscribiendo su huella en la
Su motivación es siempre un contar estructura misma del narrar».
a... «Recitado o leído en voz alta el
relato popular se realiza siempre en Todo ello resalta la importancia de
un acto de comunicación, en la puesta ese otro modo de leer. Con todo,
en común de una memoria que fusio- hemos de tener en cuenta, que toda-
na experiencia y modo de contarla. vía hasta el presente no se ha llevado
Porque no se trata sólo de una me- a cabo una verdadera historia social
moria de los hechos, sino también de de la lectura «que imbrique la histo-
los gestos». ria de las formas de leer y las tipolo-
gías de público». Lo cual supone
Una memoria, por otra parte, que se superar la contradicción entre un
resiste a las categorías de la informá- polo activo o pasivo de lector o suje-
tica o del análisis literario. De todas to. Debido a lo cual podemos intuir al
formas, la investigación de lo popular menos tres rasgos diferenciales de la
supone tener en cuenta la categoría lectura popular. El primero es el

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sentido de la lectura colectiva. Por lo populares de la percepción de la capaci-


cual afirma Jesús Martín Barbero que dad de apropiarse de lo que leen».
[Ibídem, p. 160.]
«la lectura en las clases populares ha
sido predominantemente colectiva,
esto es, en voz alta y en la que la El autor se refiere posteriormente a
lectura tiene el ritmo que le marca el la idea de que las tradiciones hablan
grupo. En la que lo leído funciona no en la radio e igualmente reconoce que
como punto de llegada y de cierre del la televisión se nutre de noticias
sentido, sino al contrario, como pun- culturales del pueblo. Todo lo cual le
to de partida, de reconocimiento y lleva a definir un trayecto teórico y
puesta en marcha de la memoria metodológico acerca de la comunica-
colectiva que acaba reescribiendo el ción. Dice así: «el trayecto metodoló-
texto, reinventándolo al utilizarlo gico es entonces aquel que va del ver-
para hablar y festejar otras cosas con-la gente al darle a la gente la
distintas a aquellas de que hablaba, o posibilidad de contar lo visto. La
de las mismas pero en sentidos pro- única forma de acceso a la experiencia
fundamente diferentes». de su ver pasa por la activación de las
diferentes competencias narrativas
Otra forma de leer popularmente es desde las que nos hablan los diversos
lo que se llama la lectura expresiva: pueblos que contienen... el público de
«leer para los habitantes de la cultura la televisión».
oral -no letrada- es escuchar, pero esa
escucha es sonora». Jesús Martín Barbero nos ofrece en
esta obra una muestra precisa e in-
Me parece especialmente interesante tensa de su pensamiento y proceso de
recoger un pensamiento que nos investigación. Un resumen de su
viene de la tradición crítica: «la ver- experiencia de docencia e indagación
dadera lectura empieza allí donde comunicativa.
termina el goce». Lo cual viene a
confirmar una vez más cómo las Confiamos que este número de la
estéticas aristocráticas siempre han Revista Anthropos especialmente dedi-
temido las estéticas explosivas del cado a una visión panorámica de su
gozo popular. obra constituya una entusiasta invi-
tación a su lectura y comprensión de
Otra forma de lectura popular sería la sus originales planteamientos en
oblicua o desviada: profundidad. Nos parece muy desta-
cable su afirmación de que lo impor-
«[...] lectura cuya gramática es muchas tante es indagar al otro desde su
veces otra, diferente a la gramática de propio lugar de observación de la
producción. Si la autonomía del texto es realidad y muy particularmente la
ilusoria mirada desde las condiciones de sugerencia que nos ofrece de pensar
producción lo es igualmente desde las la sociedad desde la comunicación.
condiciones de lectura. Sólo prejuicios
de clase pueden negarle a los códigos
Revista Anthropos

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Índice
Revista Anthropos, nº 219
Madrid, abril-junio de 2008

• Editorial
Jesús Martín Barbero. Desde la comunicación y los estudios culturales a la emergencia
de una nueva sociedad y sensibilidad valorativa.

• Proceso de Investigación y Análisis


JESÚS MARTÍN BARBERO
AUTOPERCEPCIÓN INTELECTUAL DE UN PROCESO HISTÓRICO
- De la experiencia al relato. Cartografías culturales y comunicativas de Latinoamérica,
por Jesús Martín Barbero
- Pistas para entre-ver medios y mediaciones, por Jesús Martín Barbero
- El rol intelectual de los comunicadores y las nuevas agendas de la universidad. Entre-
vista, por Óscar Bustamante
- Los estudios culturales en Latinoamérica. Entrevista, por John Ktaniauskas
- Cronología de J. Martín Barbero
- Bibliografía de y sobre J. Martín Barbero
ARGUMENTO
- La inteligencia del tránsito, por Fernando Zalamea
- Surcos, pliegues y horizontes. Las andanzas de un cartógrafo, por Rossana Reguillo
- Una obra experimental, por Néstor García Canclini
- Pensar desde donde se habla. Colombia en el pensamiento de J. Martín Barbero, por
Germán Rey
- Huellas del conocimiento en J. Martín Barbero, por Philip Schlesinger
- La aventura epistemológica de la comunicación, por Hermann Herlinghaus
- Medios y mediaciones, por Bruno Ollivier
- Caminos de la mediación, por Renato Ortiz
- La «mediación» de J. Martín Barbero, por Guillermo Orozco Gómez
ANÁLISIS TEMÁTICO
- Educación y comunicación. Una lectura desde la perspectiva de J. Martín Barbero, por
Antonio Arellano Duque
- Memoria subjetiva de las huellas de J. Martín Barbero, por Enrique Bustamante
- La trayectoria metodológica suscitadora de J. Martín Barbero, por Alberto Efendy Mal-
donado Gómez de la Torre
- Sobre las matrices culturales, por William Rowe
- Matrices culturales: pluralidad, emoción y reconocimiento, por Francisco Cruces
- Culturas populares e investigación en comunicación, por Guillermo Sunkel
- Un territorio sin mapa. La comunicación en las culturas populares, por William Fernando Torres
- J. Martín Barbero y el melodrama. Vehemente recorrido por los mundos anacrónicos
del sentimiento, por Nora Mazziotti
- Recepción y usos sociales de los medios, por Nilda Jacks

• Laberintos: transcurso por las señas del sentido


La actual y futura función del libro y la lectura como creadores de una conciencia ética
en el contexto de la sociedad del conocimiento y su estructuración en redes digitales.

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