dibujan la tierra descubierta, se necesi- llas que nos atemorizan y las esperanzas
tan cartas de mar, o sea, de navegación que nos mantienen vivos. Como si en la
por mundos aún ignotos. En el campo ciudad se dieran cita en esta hora las
intelectual... esa tarea halla una de sus mutaciones más de fondo, y fuera de ahí
figuras claves en el oficio de lector, el de desde donde nos fuera dado comprender
un lector que, sin menospreciar el pla- el/los sentido/s de las transformaciones
cer de la lectura, apuesta hacia una lec- que atraviesan la sociedad y el hombre
tura-trabajo de reconocimiento cultural. mismo. [...]
Pues resulta que la investigación social Heterogeneidad simbólica e inabarcabi-
padece aún, en nuestros sureños países, lidad de la ciudad cuya expresión más
de un fortísimo tropismo que la tuerce a cierta está en los cambios que atravie-
mirar hacia el norte impidiéndola verse san los modos de experimentar la per-
en lo que por aquí se investiga y se es- tenencia al territorio y las formas de vi-
cribe. Claro que ese tropismo tiene un vir la identidad. Cambios que se hallan,
gran aliado en la difícil, tortuosa y mi- si no determinados, al menos fuerte-
noritaria articulación de lo escrito - mente asociados a las transformaciones
libros y revistas- en y entre nuestros tecnoperceptivas de la comunicación, al
países. De manera que en gran medida movimiento de desterritorialización e
la forma como se conoce y difunde internalización de los mundos simbóli-
nuestra producción escrita es por circu- cos y al desplazamiento de fronteras en-
lación oral: ya sea intercambiando tex- tre tradiciones y modernidad, entre lo
tos en los pasillos de congresos y semi- local y lo global, entre cultura letrada y
narios o mediante esa otra oralidad que cultura audiovisual. En la investigación
conservan las cartas que acompañan el sobre esos nuevos modos de estar juntos
envío personal de libros que hacen los aparecen en primer plano las transfor-
propios autores». maciones de la sensibilidad que produ-
[Jesús Martín Barbero, Oficio de cartó- cen los acelerados procesos de moderni-
grafo, op. cit., p. 382.] zación urbana y los escenarios de co-
municación que, en sus fragmentaciones
En este sentido es muy meritoria su y flujos, conexiones y redes, construye
la ciudad virtual. [...]
labor en cuanto ha constituido una de El historiador José Luis Romero fue el
sus tareas fundamentales como es la primero en pensar la modernización de
de «reconocer y alentar nuevas voces». Y las ciudades latinoamericanas en su es-
de una vez, empujar «la apertura de pecificidad antropológica, los cambios
brechas» por las que han surgido las en los modos de estar y sentirse juntos, la
nuevas creaciones. desarticulación de las formas tradicio-
nales de cohesión y la modificación es-
tructural de las formas de sociabilidad:
De todas formas, la ciudad se ha hubo una especie de explosión de gente, en la
convertido esencialmente en un ar- que no se podía medir cuánto era mayor el
gumento de comunicabilidad plural, número y cuánta era mayor la decisión para
cosa que queda muy resaltada en sus conseguir que se contara con ellos y se los
textos. Únicamente vamos a indicar oyera. [...]
En Colombia los procesos de urbaniza-
algunas referencias cuya lectura se va ción revisten de entrada dos peculiari-
a centrar en los imaginarios urbanos. dades notorias: antes que a la moderni-
zación industrial, política o cultural,
«Pocos temas ocupan un lugar tan deci- aparecen ligados a la violencia de fines
sivo en el debate cultural de este fin de de los años cuarenta a mediados de los
siglo como el de la ciudad: como si en sesenta que llevó a millones de campe-
ella se concentraran a la vez las pesadi- sinos a abandonar sus tierras invadiendo
co y a una pasividad que estaría en su escuela podrá interactuar con las nuevas
esencia, para descubrir su dinámica, su formas de participación ciudadana que
creatividad y conflictividad; y un ahora el entorno informacional hoy abre. [...]
atravesado y desgarrado por la no con- La educación no puede estar de espaldas
temporaneidad entre productos y usos, a las transformaciones del mundo del
entre objetos y prácticas, pero una no trabajo, de los nuevos saberes que la
contemporaneidad que no es mero atra- producción moviliza, de las nuevas figu-
so sino la brecha abierta en la moderni- ras que recomponen aceleradamente el
dad por las culturas dominadas en su di- campo y el mercado de las profesiones. [...]
ferencia y en su resistencia». Una educación que remueve la cultura
[Ibídem, pp. 186-187.] política para que la sociedad no busque
salvadores, sino que genere socialidades
De todas formas el análisis de los para convivir, concertar, respetar las
ámbitos de mutua referencia entre reglas del juego ciudadano desde las del
tráfico hasta las del pago de impuestos...
tecnología y cultura requiere, al igual la educación debe desarrollar sujetos au-
que hace el autor en su libro, una tónomos ya que frente a una sociedad
mayor profundización y descubrir las que masifica estructuralmente, una so-
mutaciones culturales que pueden ciedad que tiende a homogeneizar in-
provenir de la presencia de dichas cluso cuando crea posibilidades de dife-
renciación, la posibilidad de ser ciuda-
tecnologías en la sociedad. Otro de
danos es directamente proporcional al
los aspectos no menos importante, es desarrollo de sujetos autónomos, es de-
lo que el autor llama los retos de la cir, de gente libre tanto interiormente
tecnicidad. Dice entre otras cosas: como en sus tomas de posición. Y libre
significa gente capaz de saber leer la
«La abismal distancia entre la actividad, publicidad y para qué sirve, y no dejarse
diversidad, curiosidad, actualidad, apertu- masajear el cerebro, gente que sea capaz
ras de fronteras que dinamizan hoy el de tomar distancia del arte de moda, de
mundo de la comunicación, y la pasivi- los libros de moda, gente que piense con
dad, uniformidad, redundancia, anacronía, su cabeza y no con las ideas que circu-
provincianismo que lastran desde dentro lan a su alrededor. [...]
el modelo y el proceso escolar. [...] La cuestión cultural emerge hoy como
Es a partir de la asunción de la tecnici- clave insoslayable de comprensión de
dad mediática como dimensión estratégica las involuciones que sufre el desarrollo
de la cultura que la escuela puede inser- en los países del antes llamado Tercer
tarse en los procesos de cambio que Mundo y de lo mentiroso de las pasivi-
atraviesa nuestra sociedad e interactuar dades atribuidas a las colectividades por
con los campos de experiencia en que hoy los salvadores de turno».
se procesan los cambios: desterritoriali- [Ibídem, pp. 342-343, 344, 345-346.]
zación/relocalización de las identidades,
hibridaciones de la ciencia y el arte, de Todo ello nos exige tener en cuenta
las literaturas escritas y las audiovisua- las relaciones existentes entre matri-
les; reorganización de los saberes y del ces culturales y mediaciones comuni-
mapa de los oficios desde los flujos re- cativas, ya que «los cambios en el
des por los que hoy se moviliza no sólo
la información sino el trabajo, el inter- ámbito de la tecnicidad y la identidad
cambio y la puesta en común de proyec- están reclamando imperiosamente
tos, de investigaciones científicas y ex- pensar las mediaciones comunicativas
perimentaciones estéticas. Sólo hacién- de la cultura, un nuevo mapa que dé
dose cargo de esas transformaciones la cuenta de la complejidad en las rela-
de ciego, los pliegos de cordel, el folle- de género, un concepto éste que ac-
tín y la novela por entregas materiali- túa entre una antropología y sociolo-
zaban tanto en su forma de impresión,
como la de circulación y consumo, ese
gía de la cultura, esto es, «al funcio-
otro modo de existencia del relato po- namiento social de los relatos, funcio-
pular». namiento diferencial y diferenciador,
[Ibídem, p. 153.] cultural y socialmente discriminato-
rio. Y que atraviesa tanto las condi-
Y así vemos que narrar la experiencia ciones de producción como las de
es contar la cultura del pueblo, una consumo». En virtud de lo cual «los
expresividad material, diferente de géneros son un dispositivo por exce-
contenido y forma. Por consiguiente, lencia de lo popular ya que no son
se trata siempre de una narración no sólo modos de escritura, sino también
letrada. de lectura: un lugar desde el que se
lee y se mira, se descifra y comprende
Las clases populares no suelen fre- el sentido de un relato. Por ahí pasa
cuentar los centros de poder políticos una demarcación cultural importante,
o estéticos referidos al tema de la porque mientras el discurso culto
cultura y la lectura. De este modo es estalla los géneros, es en el popular-
como observamos perfectamente que masivo donde éstos siguen viviendo y
«la cultura popular sigue siendo la de cumpliendo su rol: articular la coti-
aquellos que apenas saben leer, que dianidad con los arquetipos. Decir
leen muy poco y que no saben escri- relatos de género es estarse plan-
bir». En ellos, pues, «persiste la cul- teando como objeto preciso de estu-
tura oral en cuanto dispositivos de dio la pluridimensionalidad de los
enunciación de lo popular»... Lo cual dispositivos, esto es, las mediaciones
afecta tanto a los modos de narrar materiales y expresivas a través de
como a los de leer. Es así como des- las cuales los procesos de reconoci-
cubrimos en la cultura popular otra miento se insertan en los de produc-
forma totalmente diferente de narrar. ción inscribiendo su huella en la
Su motivación es siempre un contar estructura misma del narrar».
a... «Recitado o leído en voz alta el
relato popular se realiza siempre en Todo ello resalta la importancia de
un acto de comunicación, en la puesta ese otro modo de leer. Con todo,
en común de una memoria que fusio- hemos de tener en cuenta, que toda-
na experiencia y modo de contarla. vía hasta el presente no se ha llevado
Porque no se trata sólo de una me- a cabo una verdadera historia social
moria de los hechos, sino también de de la lectura «que imbrique la histo-
los gestos». ria de las formas de leer y las tipolo-
gías de público». Lo cual supone
Una memoria, por otra parte, que se superar la contradicción entre un
resiste a las categorías de la informá- polo activo o pasivo de lector o suje-
tica o del análisis literario. De todas to. Debido a lo cual podemos intuir al
formas, la investigación de lo popular menos tres rasgos diferenciales de la
supone tener en cuenta la categoría lectura popular. El primero es el
Índice
Revista Anthropos, nº 219
Madrid, abril-junio de 2008
• Editorial
Jesús Martín Barbero. Desde la comunicación y los estudios culturales a la emergencia
de una nueva sociedad y sensibilidad valorativa.